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¿Es Dios una Trinidad?

La mayoría de las confesiones que integran la Cristiandad, declaran su fe


incondicional en un Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, identificándolo con
el Dios Creador de la vida que hallamos en las Escrituras. Esto implica una
creencia en un Dios constituido por una sustancia que integra tres personas
definidas iguales en todo por ser una misma cosa, pero que al mismo
tiempo, son diferentes.
Además del problema que esto suscita en cuanto a la naturaleza de Jesús:
humana, divina, o ambas a la vez; de su origen: eterno o temporal, y de
cuestiones similares en relación con el Espíritu Santo, el problema central del
dogma trinitario es la total imposibilidad de fusionar con lógica en la persona de
Dios, su "sustancia" única con las tres personas iguales y diferentes". Las
iglesias protestantes, ortodoxas y católicas, sostienen que se trata de un
misterio inaccesible a la inteligencia humana, a pesar de que algunos
teólogos intentaron en su día, abordar la cuestión mediante especulaciones
filosóficas.

Declaraciones doctrinales para católicos y protestantes:

La Enciclopedia Universal Ilustrada Espansa-Calpe s.a. (1978) tomo 64 bajo


la voz trinidad a pág. 657 2º columna escribe:
“El Símbolo llamado de san Atanasio concluye su exposición trinitaria por estas
palabras: ‘Así cómo la verdad cristiana nos obliga a confesar distintamente que
cada una de las personas es Dios y Señor, así la religión católica nos prohíbe
decir que son tres dioses o señores. El Padre no es producido, ni creado, ni
engendrado por nadie; el Hijo es engendrado por sólo el Padre, no es causado,
ni creado por El; el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, pero no es
hecho, ni creado, ni engendrado por Ello. Por consiguiente, hay un solo Padre,
no tres Padres; un solo Hijo, no tres Hijos; un solo Espíritu Santo, no tres
Espíritus Santos, y en esta trinidad, nada existe antes ni después, nada mayor o
menor, sino que todas las tres personas son entre sí coeternas y
completamente iguales, de tal suerte que en todos sentidos, como antes
hemos dicho, se debe venerar la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad’

Requisitos para ser miembro del Concilio Mundial de Iglesias. The Christian
Century, 10 de enero de 1962 (Chicago, Ill.), págs. 44, 45.
“El Concilio Mundial de Iglesias es una confraternidad de iglesias que confiesan
al Señor Jesucristo como Dios y Salvador de acuerdo con las Escrituras y por lo
tanto procuran cumplir juntas su vocación común para la gloria del un solo Dios,
Padre, Hijo y Espíritu Santo.”

Declaraciones de algunas enciclopedias

The New Encyclopædia Britannica (1976, Micropædia, tomo X, pág. 126)


dice:
“Ni la palabra Trinidad, ni la doctrina explícita como tal, aparecen en el Nuevo
Testamento; tampoco se propusieron Jesús y sus seguidores contradecir el
Shema del Viejo Testamento: “Oye, oh Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor
es uno” (Deuteronomio 6:4). [...] La doctrina se desarrolló gradualmente en
el transcurso de varios siglos y en medio de muchas controversias. … … Pero
a fines del siglo IV … … la doctrina de la Trinidad adquirió básicamente la forma
que ha mantenido desde entonces”
La New Catholic Encyclopedia (1967, tomo XIV, pág. 299) declara:
“La formulación ‘un solo Dios en tres Personas’ no quedó firmemente
establecida, y ciertamente no se asimiló por completo en la vida cristiana ni en
su confesión de fe, antes del fin del siglo IV. Pero es precisamente esta
formulación la que originalmente reclama el título de el dogma trinitario. Entre
los Padres Apostólicos, no había existido nada que siquiera remotamente
se acercara a tal mentalidad o perspectiva”.

En The Encyclopedia Americana (1956, tomo XXVII, pág. 294L) leemos:


“El cristianismo se derivó del judaísmo y el judaísmo era estrictamente unitario
[creía que Dios era una sola persona]. El camino que llevó de Jerusalén a
Nicea difícilmente fue recto. El trinitarismo del siglo IV no reflejó con
exactitud la enseñanza del cristianismo primitivo respecto a la naturaleza
de Dios; manifestó, al contrario, un desvío de esta enseñanza”.

A pesar de que, cómo los mismos trinitarios admiten, en las Escrituras no se


halla la palabra trinidad ni cualquier referencia al dogma trinitario, donde se
afirma que: “nada mayor o menor, sino que todas las tres personas son entre sí
coeternas y completamente iguales” ¿Podemos encontrar en la Biblia cualquier
concepto o referencia que pueda avalar este dogma? Emprendamos un examen
exhaustivo para comprender cómo son realmente las cosas.

Las Escrituras demuestran que Cristo está sometido a su Dios y Padre

En las Escrituras se le dan a Jesús los nombres de Primogénito y Unigénito de


Dios, por ser el primer ser de la creación y el único creado directamente por él.
En Colosenses 1:15-17, Pablo escribe: “...Él es la imagen del Dios invisible, y
fue generado primero que cualquier otra creación y todas las cosas fueron
creadas por medio suyo: Las cosas en los cielos y las cosas sobre la tierra, las
cosas visibles y las que no se ven, tanto tronos y señoríos, como principados y
autoridades. Todas las cosas fueron creadas por medio de él y para él, pues él
estaba antes que todas las cosas, y todas se hicieron llegar a existir a través
suyo”
El hecho de que sea la imagen del Dios invisible, no significa que sea el Dios
invisible mismo. También Adán fue creado a imagen de Dios (Ver Génesis 1:26-
27). Y cuando leemos: “fue generado primero que cualquier otra creación …” o
como otros han traducido: “Primogénito de toda la creación …”, no significa que
haya siempre existido, la frase griega que se traduce así, dice: “prôtotokos
pasês ktiseôs”, donde “prôtotokos” significa primogénito, o sea generado en
primer lugar.

Por otro lado, nada encontramos que pueda hacernos suponer que Jesús, el
Cristo, sea el mismo Dios. El apóstol Pablo, en su primera carta a los Corintios
8:5-6, escribe: “...porque en realidad, aunque hay quienes son considerados
dioses tanto en el cielo como sobre la tierra, por lo que hay muchos dioses y
muchos señores, para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden
todas las cosas, nosotros incluidos, y hay un solo Señor, Cristo Jesús, por
medio de quien fueron creadas todas los cosas, incluidos nosotros”.

Y en su carta a los Hebreos, capítulo 5, vers. 7 al 10, dice: “Durante los días de
su vida como hombre, él (Jesús) invocó con oraciones, con súplicas de gran
intensidad y con lágrimas, al que podía salvarle del poder de la muerte, y fue
escuchado porque mostró temor de Dios. Pues aunque era Hijo, aprendió la
obediencia por las cosas que sufrió, y después de haber sido hecho perfecto,
llegó a ser el agente de la salvación eterna para todos aquellos que le obedecen,
puesto que Dios le ha constituido sumo sacerdote según el rango de
Melquisedec”.
Consideremos ahora: si Jesús era Dios mismo ¿Cómo podía mostrar temor de
Dios? ¿Cómo podía aprender de Dios la obediencia? ¿Cómo podría Dios ser de
sacerdote de sí mismo?

En la carta a los Filipenses 2:5-11, leemos que Pablo exhorta: “Tened la misma
actitud que tuvo Cristo Jesús, que a pesar de existir en forma divina, no
buscó llegar a ser igual a Dios, en cambio dejó su posición, asumiendo la
condición de un servidor, para llegar a ser igual a los hombres, y encontrándose
en condición humana se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, una muerte
de sacrificio. Por esto Dios le ha elevado a una posición superior y le ha
dado un nombre mas importante que cualquier otro, para que ante el nombre de
Jesús se doblen las rodillas de todos los que están en los cielos, o sobre la
tierra, o bajo ella, y que todas las bocas proclamen que Cristo Jesús es el Señor,
para gloria de Dios Padre”.
El hecho de que Cristo no haya pretendido ser igual a Dios quiere decir que no
era Dios mismo; si lo hubiese sido ¿Cómo podía ser elevado a una posición
superior?

El Padre es mayor que el Hijo y está sobre él:

Juan 14:28 “Habéis oído que os he dicho: “Me voy y volveré a vosotros.” Si me
amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más
grande que yo.” (Jerusalén)

Juan 14:28 “Habéis oído cómo yo os he dicho: Voy, y vengo á vosotros. Si me


amaseis, ciertamente os gozaríais, porque he dicho que voy al Padre: porque el
Padre mayor es que yo.” (Reina Valera)

1Corintios 11:3 “Sin embargo, quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre
es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios.”
(Jerusalén)

1Corintios 11:3 “Mas quiero que sepáis, que Cristo es la cabeza de todo varón;
y el varón es la cabeza de la mujer; y Dios la cabeza de Cristo.” (Reina Valera)

El enviado es menor que el que lo envía

Lucas 4:43 “Pero él les dijo: «También a otras ciudades tengo que anunciar la
Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado.” (Jerusalén)

Lucas 4:43 “Mas él les dijo: Que también á otras ciudades es necesario que
anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto soy enviado.” (Reina
Valera

Juan 13:16 “En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni
el enviado más que el que le envía.” (Jerusalén)

Juan 13:16 “Les aseguro que ningún servidor es más que su señor, y que
ningún enviado es más que el que lo envía.” (Dios Habla Hoy)
Juan 5:30 “Y no puedo hacer nada por mi cuenta: juzgo según lo que oigo; y
mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me
ha enviado.” (Jerusalén)

Juan 5:30 “No puedo yo de mí mismo hacer nada: como oigo, juzgo: y mi
juicio es justo; porque no busco mi voluntad, mas la voluntad del que me
envió, del Padre.” (Reina Valera)

Juan 12:49 “porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me
ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar.” (Jerusalén)

Juan 12:49 “Porque yo no he hablado de mí mismo; mas el Padre que me


envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de
hablar.” (Reina Valera)

Juan 17:3 “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo.” (Jerusalén)

Juan 17:3 “Y la vida eterna consiste en que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste.” (Dios Habla Hoy)

Ser ‘uno’ no significa ser una sola persona, si no estar en unión

Juan 10:30 “Yo y el Padre somos uno.” (Jerusalén)

Juan 10:30 “Yo y el Padre una cosa somos.” (Reina Valera)

Juan 17:21-22 “para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti,
que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me
has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como
nosotros somos uno” (Jerusalén)

Juan 17:21-22 “Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo
en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea
que tú me enviaste. Y yo, la gloria que me diste les he dado; para que sean una
cosa, como también nosotros somos una cosa.” (Reina Valera)

Cristo es el Siervo de Dios

Hechos 3:26 “Para vosotros en primer lugar ha resucitado Dios a su Siervo y


le ha enviado para bendeciros, apartándoos a cada uno de vuestras
iniquidades.” (Jerusalén)

Hechos 3:26 “Cuando Dios resucitó a su siervo, lo envió primero a ustedes


para darles la bendición de que cada uno se convierta de sus maldades.” (Nueva
Versión Internacional)

El Padre es el Dios de Cristo

Marcos 15:33 “A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: «Eloí, Eloí, ¿lema
sabactaní?», que quiere decir «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has
abandonado?” (Jerusalén)
Marcos 15:34 “Y á la hora de nona, exclamó Jesús á gran voz, diciendo: Eloi,
Eloi, ¿lama sabachthani? que declarado, quiere decir: Dios mío, Díos mío, ¿por
qué me has desamparado?” (Reina Valera)

Juan 20:17 “Dícele Jesús: No me toques, que todavía no he subido al Padre.


Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi
Dios y vuestro Dios.” (Jerusalén)

Juan 20:17 “Dícele Jesús: No me toques: porque aun no he subido a mi Padre:


mas ve a mis hermanos, y diles: Subo á mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios
y á vuestro Dios.” (Reina Valera)

Efesios 1:3,17 “ Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,


que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos,
en Cristo;... ... para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la
gloria, os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle
perfectamente.” (Jerusalén)

Efesios 1:3,17 “Bendito el Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, el cual
nos bendijo con toda bendición espiritual en lugares celestiales en Cristo ... ...
Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de
sabiduría y de revelación para su conocimiento.” (Reina Valera)

2Corintios 1:3 “¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,


Padre de las misericordias y Dios de toda consolación.” (Jerusalén)

2Corintios 1:3 “Bendito sea el Dios y Padre del Señor Jesucristo, el Padre de
misericordias, y el Dios de toda consolación.” (Reina Valera)

2Corintios 11:31 “El Dios y Padre del Señor Jesús, ¡bendito sea por todos los
siglos!, sabe que no miento.” (Jerusalén)

2Corintios 11:31 “El Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, que es
bendito por siglos, sabe que no miento.” (Reina Valera)

1Pedro 1:3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien,
por su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los
muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva.” (Jerusalén)

1Pedro 1:3 “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según
su grande misericordia nos ha regenerado en esperanza viva, por la resurrección
de Jesucristo de los muertos.” (Reina Valera)

Apocalipsis 3:11-12 “ Vengo pronto; mantén con firmeza lo que tienes, para
que nadie te arrebate tu corona. Al vencedor le pondré de columna en el
Santuario de mi Dios, y no saldrá fuera ya más; y grabaré en él el nombre de
mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que baja del
cielo enviada por mi Dios, y mi nombre nuevo.” (Jerusalén)

Apocalipsis 3:11-12 “He aquí, yo vengo presto; retén lo que tienes, para que
ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi
Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el
nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo
de con mi Dios, y mi nombre nuevo.” (Reina Valera)

En el libro de Apocalipsis, Juan distingue a Cristo de Dios

Apocalipsis 1:1 “Revelación de Jesucristo; se la concedió Dios para


manifestar a sus siervos lo que ha de suceder pronto; y envió a su Ángel para
dársela a conocer a su siervo Juan” (Jerusalén)

Apocalipsis 1:1 “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar
á sus siervos las cosas que deben suceder presto; y la declaró, enviando la por
su ángel á Juan su siervo” (Reina Valera)

Dios es solo uno

1Corintios 8:5-6 “Pues aun cuando se les dé el nombre de dioses, bien en el


cielo bien en la tierra, de forma que hay multitud de dioses y de señores, para
nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las
cosas y para el cual somos; y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas
las cosas y por el cual somos nosotros.” (Jerusalén)

1Corintios 8:6 “Porque aunque haya algunos que se llamen dioses, ó en el


cielo, ó en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), Nosotros
empero no tenemos más de un Dios, el Padre, del cual son todas las cosas, y
nosotros en él: y un Señor Jesucristo, por el cual son todas las cosas, y
nosotros por él. “ (Reina Valera)

Efesios 4:5-6 “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y
Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.” (Jerusalén)

Efesios 4:5-6 “Un Señor, una fe, un bautismo, Un Dios y Padre de todos, el
cual es sobre todas las cosas, y por todas las cosas, y en todos vosotros.”
(Reina Valera)

Juan 17:3 “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo.” (Jerusalén

Juan 17:3 “Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el solo Dios
verdadero, y á Jesucristo, al cual has enviado.” (Reina Valera)

Deuteronomio 6:4 “Escucha, Israel: Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh.”


(Jerusalén)

Deuteronomio 6:4 “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.” (Reina
Valera)

Dios no puede ser el mediador de sí mismo, Cristo es el mediador

Gálatas 3:20 “Ahora bien, cuando hay uno solo no hay mediador, y Dios es
uno solo” (Jerusalén)

Gálatas 3:20 “Y el mediador no es de uno, pero Dios es uno.” (Reina Valera)

1Timoteo 2:5 “Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre
Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también” (Jerusalén)
1Timoteo 2:5 “Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los
hombres, Jesucristo hombre” (Reina Valera)

Si Cristo era Dios y era igual en todo al Padre ¿Cómo podía ser exaltado
por él?

Filipenses 2:9 “Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre
todo nombre.” (Jerusalén)

Filipenses 2:9 “Por lo cual Dios también le ensalzó á lo sumo, y dióle un


nombre que es sobre todo nombre.” (Reina Valera)

Hebreos 1:3-4 “ después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se


sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, con una superioridad sobre
los ángeles tanto mayor cuanto más les supera en el nombre que ha
heredado. (Jerusalén)

Hebreos 1:3-4 “habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo,


se sentó a la diestra de la majestad en las alturas, hecho tanto más
excelente que los ángeles, por cuanto alcanzó por herencia más excelente
nombre que ellos. (Reina Valera)

¿Puede Dios suplicarse a sí mismo para ser salvado? ¿Puede aprender la


obediencia cómo hizo Cristo?

Hebreos 5:7-10 “El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal
ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de
la muerte, fue escuchado por su actitud reverente, y aun siendo Hijo, con lo que
padeció experimentó la obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en
causa de salvación eterna para todos los que le obedecen, proclamado por Dios
Sumo Sacerdote a semejanza de Melquisedec.” (Jerusalén)

Hebreos 5:7-10 “El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas
con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído por
su reverencial miedo. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la
obediencia; Y consumado, vino á ser causa de eterna salud á todos los que le
obedecen; Nombrado de Dios pontífice según el orden de Melchîsedec.” (Reina
Valera)

Cristo habla de sí mismo cómo de un ser distinto del Padre

Juan 8:17-18 “Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos


personas es válido. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el
que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí.” (Jerusalén)

Juan 8:17-18 “Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres
es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo: y da testimonio
de mí el que me envió, el Padre.” (Reina Valera)

Si Cristo fuese Dios, sabría las mismas cosas que el Padre

Mateo 24:35-36 “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mas
de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo,
sino sólo el Padre.” (Jerusalén)
Mateo 24:35-36 “El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras no
dejarán de cumplirse. “En cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni aun los
ángeles del cielo, ni el Hijo. Solamente lo sabe el Padre.” (Dios Habla Hoy)

Mateo 24:36 “el original griego dice: “Peri de tês hêmeras ekeinês kai hôras
oudeis oiden, oude hoi aggeloi tôn ouranôn oude ho huios, ei mê ho patêr
monos.”
El original “oude ho huios” se traduce “ni el Hijo” los traductores de la versión
Reina Valera, evidentemente trinitarios, se permitieron, en mala fe, eliminar esta
parte, y traducieron: “Empero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de
los cielos, sino mi Padre solo”

A pesar de que Jesús se hallaba en forma de dios o divina (igual que los
ángeles), no buscó la paridad con Dios; pero si fuese Dios mismo, las
palabras de Pablo a los filipenses no tendrían sentido

Filipenses 2:5-6 “Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo: El
cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios.”
(Jerusalén)

Filipenses 2:5-6 “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús: El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser
igual á Dios.” (Reina Valera)

Errores en la traducción de la palabra griega Theos

Primer ejemplo: Juan 1:1

Jerusalén: “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la


Palabra era Dios.”

Reina Valera: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo
era Dios.”

Griego original: “En archêi ên ho logos, kai ho logos ên pros ton theon, kai theos
ên ho logos.”

Segundo ejemplo: Tito 2:13

Reina Valera: “Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación


gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo.”

Jerusalén: “aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran


Dios y Salvador nuestro Jesucristo.”

Griego original: “prosdechomenoi tên makarian elpida kai epifaneian tês doxês
tou megalou theou kai sôtêros hêmôn Iêsou Christou.”

Tercer ejemplo: Hebreos 1:8

Reina Valera:” Mas al hijo: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Vara de
equidad la vara de tu reino.”
Jerusalén: “Pero del Hijo: Tu trono, ¡oh Dios!, por los siglos de los siglos; y: El
cetro de tu realeza, cetro de equidad.”

Griego original: “pros de ton huion, Ho thronos sou, ho theos, eis ton aiôna tou
aiônos, kai hê rhabdos tês euthutêtos rhabdos tês basileias sou.”

Cuarto ejemplo: Juan 20:28

Jerusalén: “Tomás le contestó: ‘Señor mío y Dios mío’.”

Reina Valera: “Entonces Tomás respondió, y díjole: Señor mío, y Dios mío!”

Griego original: “apekrithê Thômas kai eipen autôi, Ho kurios mou kai ho theos
mou.”

Es interesante recordar que de acuerdo con la gramática griega, si la palabra


theos no va precedida por el artículo, se convierte en predicado nominal o
adjetivo, y su significado no puede ser un sustantivo, cómo Dios si no un
adjetivo, cómo divino, y así se traduce en la versión griega de las escrituras
hebreas, llamada ‘De Los Setenta’, cuando el término theos sin artículo
previo, se aplica a los ángeles para definirlos como seres de naturaleza
divina o espiritual. La palabra theos solamente puede actuar cómo sustantivo
cuando va precedida por el artículo; solamente entonces significa Dios.
Es importante recordar que en los casos de Hebreos 1:8 y de Juan 20:28 cuando
leemos “ho theos” la “ho” no es en este caso un adjetivo, denota una
exclamación.

Consecuentemente, los versículos sobre escritos debieran traducirse de


esta manera:

Juan 1:1 “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios y la
Palabra era divina...”

Tito 2:13 “mientras estamos esperando que nuestra bendita esperanza se


realice, y nuestro excelso y divino salvador Cristo Jesús se manifieste en la
gloria.”

Hebreos 1:8 “del Hijo se dice: “¡Oh divino! Tu trono es por los siglos de los
siglos y el cetro de tu reino es un cetro de rectitud.”

Juan 20:28 “Tomás le contestó: ¡Oh mi Señor! ¡Oh mi Divino! “

Ejemplos de una traducción correcta de Juan 1:1

El nuevo testamento, una traducción americana (Goodspeed, 1923)


“En el principio el Verbo existía. El Verbo estaba con Dios, y el Verbo era divino.”

The Complete Bible - An American Translation vierte la expresión como


divina:
“En el comienzo la Palabra existía. La Palabra estaba con Dios y la Palabra era
divina.”

El Dr. James Moffat traduce el texto así:


“El Logos existía desde el comienzo mismo, el Logos estaba con Dios, el Logos
era divino”

Ejemplos de traducciones incorrectas y tendenciosas de 1Timoteo 3:16

Jerusalén: “Y sin duda alguna, grande es el Misterio de la piedad: El ha sido


manifestado en la carne, justificado en el Espíritu, visto de los Ángeles,
proclamado a los gentiles, creído en el mundo, levantado a la gloria.”

Reina Valera: “Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios ha


sido manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los
ángeles; ha sido predicado á los Gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido
recibido en gloria.”

Ni el pronombre “El” ni el nombre “Dios” se hallan en el texto original griego, que


dice:
“kai homologoumenôs mega estin to tês eusebeias mustêrion; Os efanerôthê en
sarki,edikaiôthê en pneumati,ôfthê aggelois,ekêruchthê en ethnesin,episteuthê
en kosmôi,anelêmfthê en doxêi”
El término “Os” es un adverbio que se traduce “que” y absolutamente no
puede traducirse “Él” ni menos aún “Dios”, por esto la traducción correcta es:
“Es en verdad grande y misericordioso el secreto sagrado que fue revelado
mediante un cuerpo que satisfizo los requisitos de la Ley, que se manifestó a
los ángeles en espíritu, fue anunciado a las naciones, se dio a conocer al mundo
y fue ascendido a la gloria.”

Es el Espíritu Santo la tercera persona de la Trinidad?

La palabra hebrea para espíritu es ruaj que significa soplo y viento; en griego se
vierte cómo pneuma, que es un sustantivo derivado del verbo pneo y
básicamente expresa la acción de ‘respirar’ o de ‘soplar’, pero estos términos
también se emplean tanto en griego cómo en hebreo, para expresar o
representar a una fuerza vital capaz de producir efectos visibles. Así, las
palabras ruaj y pneuma se aplican indistintamente en las Escrituras, al espíritu
de una persona, al espíritu del mundo o la humanidad, y también al santo
espíritu de Dios.

En armonía con esto, los llamados Padres de la Iglesia jamás pensaron durante
los dos primeros siglos de nuestra era, que el espíritu santo fuese una persona,
por esto, hacia el año 150 de nuestra era, el escritor cristiano Justino describe al
espíritu santo cómo ‘…la influencia o el modo de operar de Dios’. Realmente
pasaron muchos años antes de que en el siglo IV, se implantase en la
Cristiandad el dogma de la Trinidad y de que a través de una elaborada teoría
filosófica desarrollada por Agustín de Hipona, más conocido cómo San Agustín,
el espíritu santo fuese presentado a los cristianos cómo la tercera persona de un
dios trino desconocido en los textos canónicos hebreos y cristianos

Parece que cuando en las Escrituras se atribuye intención y acción al espíritu de


Dios, este sea en cierto modo es personificado, pero puede decirse que también
se atribuyen intención y acción a la muerte, al hades, al pecado, a la Ley, o al
generoso don de Dios, puesto que se dice que reinan sobre la humanidad o
que aprovechan la ocasión, que producen codicia o que seducen; por
ejemplo, leemos en Romanos 5: 20-21 y 7: 8-11:
“…para que de la misma manera que el pecado reinó en la muerte, también el
generoso don reine en la vida eterna…” o, “…el pecado se ha servido del
Mandamiento para desvelar en mi toda suerte de codicia… porque el pecado,
seduciéndome, aprovechó la ocasión para sujetarme al poder de la muerte…
y… el Mandamiento que debía conseguirme la vida, me dejó expuesto a
morir…”
Empleando este mismo lenguaje figurativo, Lucas relata que:
“…Mientras ministraban al Señor y ayunaban, dijo el espíritu santo:
‘Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado’”. Hechos
13:2
Sin embargo, Jesús deja bien claro que el espíritu santo es ‘…la influencia o el
modo de operar de Dios’ cuando dice:
“Si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos ¡Cuanto
más dará el Padre del cielo, espíritu santo a los que se lo pidan!” Lucas 11:13
Y con estas palabras paragona al espíritu que Dios concede con las cosas
buenas que los padres dan a los hijos.

La New Catholic Encyclopedia (1967, tomo XIII, pág. 575) admite:


“La mayor parte de los textos del N[uevo] T[estamento] revelan que el espíritu
de Dios es algo, no alguien; esto se ve especialmente en el paralelismo entre
el espíritu y el poder de Dios”.

Otros argumentos que demuestran que el Espíritu Santo no es una persona

Es la fuerza o el poder de Dios

Hechos 1:8 “... ...recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre
vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta
los confines de la tierra.” (Jerusalén)

Hechos 1:8 “... ...cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, recibirán
poder y saldrán a dar testimonio de mí, en Jerusalén, en toda la región de Judea
y de Samaria, y hasta en las partes más lejanas de la tierra.” (Dios Habla Hoy)

Una persona no puede ser dividida en partes y llenar a unos hombres y


mujeres, solamente puede hacerlo una energía o una fuerza

Hechos 2:2-4 “De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de
viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les
aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron
sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo”
(Jerusalén)

Hechos 2:2-4 “Y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento recio
que corría, el cual hinchió toda la casa donde estaban sentados; Y se les
aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, que se asentó sobre cada
uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron á hablar
en otras lenguas, como el Espíritu les daba que hablasen. “ (Reina Valera)

Bautizar significa sumergir, no puede uno sumergirse en una persona ni


beber de ella, pero sí puede uno sumergirse en una fuerza o energía, o
adquirirla

Hechos 1:5 “Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en el
Espíritu Santo dentro de pocos días.” (Jerusalén)
Hechos 1:5 “Porque Juan a la verdad bautizó en agua, mas vosotros seréis
bautizados en el Espíritu Santo, no muchos días después de éstos.” (Reina
Valera)

1Corintios 12:13 “Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados,


para no formar más que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos
hemos bebido de un solo Espíritu.” (Jerusalén)

1Corintios 12:13 “Porque por un Espíritu somos todos bautizados en un


cuerpo, ora Judíos ó Griegos, ora siervos ó libres; y todos hemos bebido de un
mismo Espíritu.” (Reina Valera)

¿Puede un texto apócrifo ser tomado como fuente de autoridad doctrinal?

El texto original de la Biblia dice en 1Juan 5:7-8 lo siguiente:


“Pues tres son los que dan testimonio: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres
convienen en lo mismo.” (Jerusalén)

¿Entonces de donde proviene la interpolación que siglos después se


introdujo en este texto?

¿Qué es lo que fue añadido? Fueron añadidas las siguientes palabras señaladas
en rojo:

“7 Porque tres son los que dan testimonio: en el cielo: el Padre, el verbo, y el
Espíritu Santo; y estos tres concuerdan en uno. 8 Y tres son los que dan
testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.”

Las palabras que señalamos no se hallan en ninguno de los manuscritos griegos


del Nuevo Testamento anteriores al siglo trece.
Esa añadidura es una interpolación apócrifa, hecha en el siglo XIII por la Iglesia
Católica, en la versión de la Biblia empleada oficialmente por ellos, que se
conoce cómo la Vulgata Latina.
En las actas del concilio de Letrán, celebrado por la Iglesia Católica en el año
1215, se encuentra el primer registro documental que incluye estas palabras
añadidas.

Es cierto que al final de las actuales versiones del evangelio de Mateo,


encontramos una referencia al bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, sin embargo, el hecho de que estos versículos no están en
armonía con el resto de las Escrituras, donde únicamente se habla del bautismo
en el nombre de Jesús, ha quedado bien acreditado y se admite en general, que
se deben a una interpolación posterior.
En la Biblia de Jerusalén por ejemplo, en la edición del año 1975 de la Editorial
Desclée de Brouwer, encontramos una nota aclaratoria sobre Mateo 28:19 que,
en parte, dice así: ‘Es posible que esta fórmula se resienta en su precisión del
uso litúrgico establecido más tarde en la comunidad primitiva. Es sabido que
los Hechos hablan de bautizar ‘en el nombre de Jesús’. Mas tarde se habrá
hecho explícita la vinculación del bautizado con las tres personas de la Trinidad
...’ Así pues, se admite, aunque con cautela, que la formula trinitaria de este
versículo responde a una interpolación posterior y en apoyo de este hecho, nos
remitimos a la cita que hace del mismo Eusebio de Cesárea (263-339) en su
Historia Eclesiástica, donde Jesús dice solamente:
"Poreuthentes mathêteusate panta ta ethnê en to onomati mou…", o sea: "Id
y haced discípulos de todas las naciones en el nombre mío..."
(Mateo 28 :19 tal cómo es citado por Eusebio de Cesárea en su Historia
Eclesiástica, libro III, capítulo 5:2)

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