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República Argentina

Ar gentina
A. Dat os gen er ales . Cuando los españoles vieron que los indígenas
llevaban piezas de plata llamaron río de la Plata al mar de agua dulce que
habían descubierto. Las tierras conocidas como Río de la Plata se denominaron
después Argentina (del latín argentum = plata). Desde 1816 es independiente.
En base a la Constitución de 1853, modificada por otras Constituciones, aunque
vigente en lo fundamental hasta 1976, el poder ejecutivo radica en el
presidente de la República, que es elegido, junto con el vicepresidente, por
sufragio universal directo, para un período de seis años. El poder legislativo lo
ejerce el Congreso Nacional, que consta de dos cámaras: el Senado, presidido
por el vicepresidente y compuesto de 69 miembros, y la Cámara de diputados
(254 miembros). La bandera consta de tres franjas iguales horizontales (azul,
blanca y azul), con un sol dorado en el centro. El país es miembro de la ONU,
de la OEA y de la ALALC.

La lengua oficial es la española o castellano. Los escasos indios hablan sus


idiomas: quechua, guaycurú y tehuelche. La mayoría de la población (86,6%)
es católica. Hay pequeños grupos de judíos (500.000), protestantes (350.000)
y, entre los amerindios, paganos. La unidad monetaria es el Peso equivalente a
un (1) dólar USA.

Socioeconómicamente, busca ser el centro de gravedad de América del Sur. Su


situación a medio camino entre los países ricos y subdesarrollados se refleja en
los 2.230 dólares de renta per cápita (1984) ; tiene un médico por 420 hab.
(1977), 5,3 camas de hospital (1980), 734 aparatos de radio (1982), 201
televisores (1983), 104 teléfonos (1983) y 169 vehículos (1985) por 1.000
habitante.

B. Exte nsi ón y s it uaci ón. Sin contar las islas Falkland o Malvinas
(11.718 Km.), que gobierna Gran Bretaña y son reivindicadas por Argentina, ni
con el territorio argentino de la Antártida (964.250 Km.), tiene una superficie de
2.780.092 Km., segundo Estado sudamericano después de Brasil. Ocupa el
extremo meridional atlántico de Sudamérica, alargado en latitud desde las
tierras tropicales de Jujuy (21º 46’ Sur) hasta las estepas frías de Tierra del
Fuego (55º 21’ Sur), es decir, 33º en sentido de los meridianos, 3.700 Km. de
Norte a Sur. Ningún país le aventaja en vecindad con la Antártida. Ushuaia es el
establecimiento permanente más meridional del Globo. En sentido de los
paralelos, se encuadra entre 55º 39’ y 73º 30’ de longitud Oeste, y su mayor
anchura abarca unos 1.215 Km., desde los Andes a la costa atlántica. Los
límites con los países vecinos son fronteras naturales; al Oeste, los Andes lo
separan de Chile y Bolivia; al Este abre sus costas al océano Atlántico, desde el
río de la Plata a Tierra del Fuego; al Norte, los ríos Pilcomayo, Paraguay y
Paraná lo separan de Paraguay; al Nordeste, los ríos Iguazú y Uruguay lo
separan de Brasil y Uruguay.

C. Medio fís ic o. 1. Relieve. Mientras que Brasil y los Estados andinos están
formados sobre todo por mesetas elevadas, en Argentina la meseta sólo
aparece en el Sur, en la Patagonia. Al Oeste, las montañas andinas ocupan una
franja estrecha de Norte a Sur. Argentina es un país predominantemente de
llanuras, que cubren el Norte y el Centro: el Chaco y la Pampa.

a) La cordillera de los Andes. Formando frontera entre Argentina, Chile y


Bolivia, corre por todo el sector occidental de Norte a Sur, desde el sector
oriental de la Puna atacameña hasta la isla Grande de Tierra del Fuego. Los
Andes argentinos no tiene estructura alpina. Se trata de una vieja montaña de
la Era Primaria, peniaplanada y posteriormente elevada y compartimentada al
fin de la Era Terciaría. Está constituida por relieves cristalinos, cortados por
fosas tectónicas, que forman mesetas interiores y presentan altas cimas
volcánicas, con las mayores alturas continentales (Aconcagua, 6.959 m.),
bordeadas por un piedemonte fértil.

El aspecto de los Andes no es el mismo en el Norte que en el Sur. En el Norte,


hasta el paralelo 28º, se desarrollan los Andes de la Puna, el sector más ancho
y más elevado, consistente en una altiplanicie ondulada, que ocupa el ángulo
Noroeste, a más de 3.000 m de altura, e integrada por cuencas cerradas con
lagos salados o salares (Arizaro, Antofalla, Hombre Muerto, etc.,), que delatan
la aridez del país, con cumbres (nevadas) de 6.000 m de altitud (Galán, 6.600
m; Cachi, 6.720 m; Chañi, 6.200 m, etc.) y cimas volcánicas en el límite
fronterizo con Chile: Socompa (6.031 m), Llullaillaco (6.723 m), Antofalla (6.100
m), etc. La Puna queda bordeada en su parte oriental por la Prepuna, conjunto
de macizos cristalinos que originan sierras de dirección Norte-Sur, separadas
por fosas tectónicas y que dominan las llanuras del Chaco. Al Sur aparecen las
sierras pampeanas, cuyos cordones más orientales los forman las sierras de San
Juan y de Córdoba, separadas también por amplias cuencas que constituyen
bolsones (Salinas Grandes). Desde el paralelo 28º al 38º se desarrolla el sector
central andino argentino, los Andes de San Juan y Mendoza, caracterizados por
una triple hilera de cumbres casi paralelas. La más occidental tiene las cimas
más altas (Aconcagua; Tupungato, 6.800 m; Mercedario, 6.770 m), forma el
límite fronterizo y se llama cordillera Principal; en el centro, la cordillera Frontal,
y al Este, la Precordillera. El sector Sur de los Andes es más estrecho, más bajo,
con cimas que oscilan entre 2.000 y 4.000 m (Lanín, 3.776 m; Tronador, 3.554
m; Fitz Roy, 3.375 m). Las montañas han sido modeladas por glaciares, a veces
tan largos como los de Alaska, y presentan los elementos característicos del
modelado glaciar, con abundantes lagos (Argentino, Viedma), muchos de ellos
compartidos con Chile.

b) La meseta de Patagonia. Al Sur del río Colorado se extiende la Patagonia,


meseta cristalina de altura media superior a los 1.000 m, de suelos rocosos
(can-tos rodados), cubiertos de materiales volcánicos y de morenas aportadas
por los glaciares andinos. Está cortada por valles profundos y amplios, que
descienden de la cordillera andina hacia el Atlántico.

c) Las llanuras del Norte y del Centro. Al Norte del río Salado, entre los Andes y
el sistema Paraguay-Paraná, se desarrolla la llanura del Chaco, inclinada
ligeramente de Oeste a Este y cubierta por depósitos cólicos (limos y arenas),
donde los ríos se pierden, se reducen a pequeños hilos de agua o alimentan
charcas y áreas pantanosas, a excepción del Pilcomayo y del Bermejo, los dos
únicos que desaguan en el Paraguay con aguas permanentes. Es un paisaje
semiárido. Al Este, entre los ríos Paraná y Paraguay, entre la ciudad de
Corrientes al Norte y la de Paraná al Sur, se encierra la Mesopotamia argentina
(Entre Ríos). Los suelos son más profundos y mejor irrigados, formando áreas
pantanosas con aguas estancadas (200.000 Km. de esteros y lagunas) en la
provincia de Corrientes y las colinas onduladas de Entre Ríos. Continúa al
Nordeste de Corrientes el territorio de Misiones, continuación del macizo
brasileño, por sus suelos rojos lateríticos y su clima tropical cálido y húmedo.

Desde la depresión tectónica del río Salado al Norte, hasta la meseta


patagónica al Sur, y desde las sierras pampeanas al Oeste a las costas
atlánticas, se extiende la Pampa. Mientras que la Patagonia tiende a elevarse, la
Pampa tiende a hundirse, pues es una depresión del zócalo donde se han
acumulado los sedimentos recubiertos por loes, de los que son responsables los
climas glaciares. Es una vasta llanura (unos 700.000 Km.), cuya monotonía sólo
queda rota por las sierras de Tandil (cerro La Juanita, 524 m) y de la Ventana
(cerro Tres Picos, 1.243 m), situadas al Nordeste de Bahía Blanca.

2. Clima. Los factores que influyen en la variedad climática de Argentina son :a)
El alargamiento del país en latitud le confiere una variedad que va desde los
climas tropicales en el extremo Norte hasta los climas fríos y secos de la
Patagonia, pasando por los climas áridos del Chaco y por los templados de
veranos cálidos y húmedos e inviernos húmedos de la región pampeana. b) Las
acciones que se establecen entre el anticiclón del Atlántico Sur y el centro
ciclónico del Amazonas hacen penetrar por el Nordeste argentino los vientos
causantes de los veranos sofocantes (causados por la mayor intensidad de las
masas de aire cálidas y húmedas tropicales) y los veranos cálidos y húmedos e
inviernos húmedos (proporcionales al grado de intensidad con que actúan uno y
otro centro). c) Las masas de aire marítimo polar austral se infiltran por el
Sudoeste, elevándose sobre los Andes patagónicos, y penetran en Argentina
con rumbo Norte sobre la Pampa e incluso el Chaco (viento pampeano),
provocando descensos de temperatura veraniegos. En el invierno, estas coladas
de viento austral adquieren humedad al pasar sobre el Atlántico del Nordeste
de la Patagonia y llevan lluvias al Norte argentino. Pueden distinguirse los
siguientes matices climáticos.

a) La cordillera andina del Norte (la Puna) es una región más bien seca, cuyas
aguas permanecen en bolsones y difícilmente alcanzan el mar. El reborde
oriental o piedemonte es más rico, y sus paisajes aparecen casi mediterráneos,
donde es posible la irrigación. Los Andes del Sur son más húmedos, influidos
por los vientos lluviosos que llegan del Pacífico (hasta 4.500 mm anuales). b) La
meseta de Patagonia tiene un clima árido y frío, con vientos violentos,
temperaturas que descienden hacia el Sur (no sobrepasan los 5º de media
anual en Tierra del Fuego) y precipitaciones inferiores a 200 milímetros. c) En el
Chaco, la altura de las precipitaciones disminuye de Este a Oeste, dando lugar a
una región árida y semidesértica. En cambio, el territorio de Misiones tiene un
clima tropical cálido y húmedo, influido por los vientos del Nordeste.
Finalmente, en la Pampa reina el clima templado, de veranos cálidos e inviernos
dulces, bastante parecido al clima chino. Buenos Aires tiene como temperatura
media de enero 25º, 10º en julio y precipitaciones medias anuales entre 900 y
1.000 mm, repartidas a lo largo del año.

3. Vegetación. En el Nordeste (territorio de Misiones y Corrientes) y el Sudoeste


(Andes del Sur), en las regiones más húmedas, la vegetación presenta un
dominio del bosque, que se degrada conforme la humedad desciende. El
bosque del Nordeste es de tipo tropical, con árboles grandiosos, el lapacho, el
cedro, el timbo, el árbol de la yerba mate y las araucarias. Se continúa hacia el
Oeste, a lo largo de los ríos (bosque galería), pero se va degradando a un
bosque xerófilo que alterna con gramíneas (tipo sabana), a medida que
disminuye la humedad hacia Occidente y se hace presente el Chaco.

Al llegar a las primeras sierras andinas y hasta los 2.000 m de altura, vuelve la
humedad y con ella la selva serrana, con bosques de laurel, sebil, etc., que el
frío y la sequedad de la Puna lo degradan a una vegetación raquítica y de
formaciones espinosas. Este mismo tipo de vegetación domina en toda la
cordillera andina hasta el sector Sur, cuyas laderas más irrigadas ofrecen
nuevamente el bosque de hoja perenne, las araucarias, y todavía más al Sur
son reemplazados por el de hoja caduca (lengas y ñires). Desde las sierras
andinas a la costa atlántica vuelve nuevamente la degradación, donde se
mezclan los matorrales de arbustos con el calafate y los pastos duros. La
Pampa se caracteriza por una extensa pradera de gramíneas, donde no existe el
árbol. La meseta patagónica es una débil estepa que solamente resulta propicia
para la ganadería de corderos.

4. Hid rog rafía. Salvo una franja de las aguas de los Andes del Sur de 900
Km. de largo, que vierten al océano Pacífico, el resto de la escurrentía argentina
vierte al Atlántico y a zonas endorreicas, en una superficie de más de 1 millón
de Km.

a) La cordillera andina patagónica forma un rosario de lagos glaciares (Buenos


Aires, Pueyrredón, San Martín, etc.), compartidos con Chile, cuyos desagües se
dirigen por territorio chileno. Otros (Viedma y Argentino) quedan en territorio
argentino y desaguan en el Atlántico por el río Santa Cruz. b) A la vertiente
atlántica va el sistema hidrográfico del Plata, el de mayor importancia de
América del Sur después del sistema del Amazonas, con 2.340.000 Km. de
superficie de cuenca drenada y 16.300 m’/seg. de caudal medio anual. Está
formado por el Paraná y el Paraguay, que descienden del macizo brasileño.
Alimentados por lluvias tropicales, se reúnen aguas arriba de Corrientes,
después de haber formado frontera entre los países del Plata. El río se dirige en
dirección Norte- Sur hasta Santa Fe y Rosario, donde forma un pequeño bucle y
sigue en dirección hacia el Atlántico. Su régimen es de tipo tropical. En territorio
argentino recoge las aguas que por la derecha llegan desde la cordillera andina:
el Pilcomayo, que forma frontera con Paraguay; el Bermejo (los dos grandes
ríos del Chaco) y el Salado. Desemboca por un gran estuario, al que aporta
grandes cantidades de aluviones y donde se une el otro gran río del Plata, el
Uruguay. En la provincia de Buenos Aires, la escurrentía de las tierras de Tandil
y de la Ventana da lugar a ríos cortos, que vierten también al Atlántico, hasta
que al sur de Bahía Blanca aparecen los cursos de la meseta de Patagonia
(Colorado, Negro, Chubut, Deseado, Chico, Santa Cruz, Coig y Gallegos), que la
recorren de Oeste a Este, con regímenes influidos por la fusión de las nieves, y
se encajonan profundamente casi sin recibir afluentes.
La superficie drenada por cursos de agua endorreicos es
importante (1/3 del territorio) y coincide con las zonas más áridas
y con las de suelos más permeables. Pueden destacarse: la Puna
de Atacama, cuyas escasas precipitaciones originan ríos
intermitentes que forman lagos salados (Arizaro, 3.000 Km.;
Pocitos, Rincón, Hombre Muerto, Antofalla); el Chaco, en el que
sólo el Pilcomayo y el Bermejo alcanzan al gran colector Paraguay
- Paraná, pues los demás se pierden en los terrenos permeables;
el interior de las tierras pampeanas, que, aunque drenado por ríos
caudalosos, pierde sus aguas en lagunas salobres (río Dulce,
Colorado del Norte, Belén, Catamarca, Primero, Segundo y
Tercero) ; la Pampa central, salpicada de lagunas (Atrenco,
Salinas Grandes, Trelma, etc.) y la meseta patagónica, drenada
por otros ríos que no alcanzan el Atlántico y alimentan superficies
endorreicas.

D. P oblaci ón . Por su población, estimada en 31.030.000 hab. en 1986, es el


segundo país suramericano, después de Brasil, y el más «blanco» de América
del Sur. Los indios, unos 30.000, se reparten por las provincias del Chaco, en
donde sobrevive el indio quechua, Formosa y Chubut, y descienden de los
indígenas que encontraron a su llegada los españoles, cuyo grupo más
evolucionado era el de los diaguitas. Los negros son casi inexistentes. El pueblo
argentino resulta de la mezcla de la población de origen español y de indígenas,
aunque ha asimilado muchos inmigrantes recientes: italianos, españoles,
franceses, alemanes y escandinavos y últimamente asiáticos de diversas
nacionalidades, como por ejemplo coreanos y chinos. La población argentina
crece gracias al desarrollo demográfico interno, aunque la tasa de crecimiento
anual (1,6% en 1980-85) se mantiene estable debido al estancamiento de la
natalidad, del 25%o, y al estable índice de mortalidad, del 9%o, con una
mortalidad infantil del 36%o (1985). La población es todavía joven, con el
30,6% menor de 15 años, y el 11 % de los varones y el 13,5% de las mujeres,
mayores de 60 años (1983), con una esperanza de vida de 66 años para los
hombres y 73 para las mujeres (1984).
Su densidad de población es una de las más bajas (11 hab./Km. en 1985), con
un gran desequilibrio en el reparto de sus habitantes. A excepción de la
provincia de Tucumán, que tiene la densidad más alta de toda Argentina (48
hab./Km. en 1985), gracias al cultivo de la caña de azúcar, sólo algunas
provincias de la región litoral (Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Misiones)
reúnen los índices más altos de población, y aun éstos no sobrepasan los 39
hab./Km. (provincia de Buenos Aires), aunque en estas cuatro provincias se
agrupa el 53% del pueblo argentino. Las demás provincias apenas llegan a 15
hab./Km. (Córdoba) y a 7-9 hab./Km. (Corrientes, Chaco, Jujuy, Mendoza). Las
provincias inhóspitas de la Patagonia, Santa Cruz y Tierra del Fuego no tienen
más de 0,5 y 1,6 hab./ Km., respectivamente.
La población urbana (83,8% en 1983) está concentrada en las aglomeraciones
urbanas (Córdoba, Rosario, Mendoza, La Plata, San Miguel de Tucumán, San
Juan, Santa Fe, Bahía Blanca, Mar del Plata), el Gran Buenos Aires (9.969.826
hab. en 1980), las capitales de provincia y otras ciudades que superan los
100.000 hab.
La población activa alcanza los 10.884.000 (1985), de los cuales el l 1,7%
(1.278.000) se dedica a las labores agrícolas. El porcentaje de analfabetismo
era del 5,8% en 1980.
E. Ec on om ía. Actualmente, Argentina no es un país exclusivamente
agrícola. Sólo se cultiva el 12,9% de la superficie (35,7 millones de ha). Los
rendimientos son débiles y las cosechas son aleatorias por la variabilidad
climática. Los cereales son los cultivos predominantes (datos de 1985, salvo
otra indicación): trigo (5,2 millones de ha y 8,5 millones de t), maíz (3,4
millones de ha y 12,6 millones de t) y otros secundarios (centeno, cebada,
avena, mijo y arroz). Los cultivos industriales son igualmente importantes: la
caña de azúcar (11 millones de t de caña), que alimenta a una industria que
produce 1,17 millones de t de azúcar y una notable producción de alcohol; el
algodón (0,29 millón de t de semilla y 0,16 millón de t de fibra), que abastece
las 3/4 partes del consumo nacional, y el tabaco (61.000 t). Entre las
oleaginosas sobresalen: el lino (410.000 t de semilla), el girasol (3,43 millones
de t), el cacahuete (229.000 t), el olivo (9.000 t de aceite) y el tung (14 000 t
de aceite), en las provincias del litoral. Son también importantes los viñedos
(16,8 millones de hl. de vino). La producción frutícola (agrios, peras, manzanas)
y los cultivos forrajeros, como la alfalfa (1,6 millones de t en 1984), adquieren
más importancia cada día. El bosque (21,6% de la superficie) es rico en
maderas útiles (cedro, jacarandá, palo santo) y sobre todo en quebracho, una
de las riquezas del Chaco, y la yerba mate. En 1984 se explotaron 13,3 millones
de m3 de madera. La ganadería es una de las primeras del mundo; la superficie
dedicada a prados y pastos supone el 51,6% del total (142,8 millones de ha).
La cabaña se compone de: 54,8 millones de cabezas de bovinos, 29 millones de
ovinos, 3,8 millones de ganado de cerda y 3,1 millones de caballos. La pesca ha
aumentado en los últimos decenios (314.188 t en 1984).
La industria extractiva, a excepción del petróleo, carbón y hierro, es poco
importante (1983): yacimientos de plomo (31.700 t), cinc (36.600 t), wolframio,
bismuto, estaño (291 t), manganeso (1.500 t) y tungsteno (40 t). El hierro
(390.000 t en 1983) no abastece el consumo nacional. También se obtiene
plata (78.000 Kg.), uranio (129 t en 1984), etc. El petróleo es la gran riqueza
minera (23,6 millones de t en 1985). Argentina es el segundo productor de
América del Sur, aunque a gran distancia de Venezuela. Aumenta la producción
de gas natural (18.895 millones de m3 en 1985). El carbón extraído alcanza las
396.000 t (1985).
El enorme potencial hidroeléctrico de la andina y de los cursos de los grandes
ríos (cascadas del Iguazú, Paraná, etc.) todavía no está explotado
convenientemente (44.914 millones de Kw./h en 1984).
La industria manufacturera depende en gran parte de las materias primas
importadas. Las industrias alimentarias son las más antiguas y todavía
preponderantes, sobre todo en torno a Buenos Aires (aceites comestibles,
azúcar, alcohol, mantequilla y productos derivados de la ganadería). Destacan
igualmente las industrias textiles de la lana, del algodón (83.000 t de hilados en
1983), textiles artificiales y sintéticos, del cuero y calzado, que, junto a una
industria química en crecimiento (fertilizantes, ácido sulfúrico, sosa cáustica,
caucho sintético, materias plásticas), satisfacen buena parte de las necesidades
nacionales.
La siderurgia produce 984.000 t de arrabio y 2,3 millones de t de acero (1984),
pero es la industria automovilística la demostración más palpable de las
modificaciones de 1959 (nacionalización y proteccionismo), con una producción
de 113.788 unidades y 23.887 vehículos comerciales (1985). La industria
mecánica cuenta también con centros de aeronáutica, tractores, material
ferroviario, máquinas de escribir, astilleros, etc.
Aunque la red de carreteras y ferrocarriles es la más amplia de América del Sur,
su distribución y su estado afectan a la falta de continuidad de muchos
itinerarios y a la marginación de algunas regiones. De los 221.100 Km. de
carreteras (1982), 4.835 Km. pertenecen a la panamericana. Los ferrocarriles
(36.185 Km. en 1984) fueron nacionalizados en 1947.
El transporte fluvial y marítimo es el más antiguo. Buenos Aires, Bahía Blanca,
La Plata y Quequén, entre otros, son los puertos más importantes. La marina
mercante cuenta con 549 barcos (1985), con un peso bruto de 2,45 millones de
t. En el período 1980-84, el comercio exterior fue positivo en los últimos tres
años, con un valor de 4.583 millones de dólares para las importaciones, en
1984, frente a los 8.107 millones de las exportaciones, consistentes en
productos vegetales, animales y textiles, principalmente. Se comercia, sobre
todo, con EE.UU., Brasil, Alemania Federal y Japón. El país recibió 1.040.000
turistas en 1982.
F. Divi sió n políti co -admi nis tr ati va. Argentina se divide en cinco
regiones y 23 provincias. La mayoría de las ciudades más importantes del país
supera los 100.000 hab. (15, además de los 17 partidos de Buenos Aires). La
capital federal es Buenos Aires (200 km2, 2.922.829 hab. en 1980; 9.969.826
hab. en el Gran Buenos Aires), que no pertenece a la provincia homónima.
G. His toria. Cuando los españoles llegaron al territorio argentino se
encontraron con un país escasamente poblado. El estuario del Plata hasta el
Paraguay estaba habitado por los tupí-guaraníes, charrúas, chamas,
querandíes, tapes, mocoretás, caruos, timbúes, tobas, pilagas, chorotes,
matacos, chiriguanos y otras tribus. El Chaco y la Pampa estaban habitados por
tribus procedentes del Oeste (ranqueles, puelches, indios pampas), que, en
contacto con los españoles, originaron al gaucho. En la región del Norte andino,
desde Córdoba al límite con Bolivia, se encontraban los comechingones,
alentiac, juríes, vilelas, calchaquíes, diaguitas, atacamas, aymarás, quechuas y
otras tribus emparentadas en modos de vida y costumbres con los indios de los
Andes bolivianos, chilenos y peruanos. La Patagonia quedaba habitada por
yaganes y onas (patagones).
1. Descub rimient o y colon izac ión. El descubrimiento de Argentina lo
comparten Américo Vespucio (1502) y Juan Díaz de Solís (1516), que remontó
el Plata buscando un paso interoceánico que enlazara el Atlántico y el Pacífico,
obra que realizó más al Sur Fernando de Magallanes (1520). Muerto Solís por
los indígenas, Carlos V mandó otra expedición, que dirigió Sebastián Caboto, al
que se debe la primera fundación española en Argentina (el fuerte de Sancti
Spíritus, 1527). En 1534 Carlos V firmaba la capitulación para la conquista del
Río de la Plata con Pedro de Mendoza, primer gobernador de un territorio que
lindaba con la gobernación de Pizarro y las tierras portuguesas. Mendoza fundó
Nuestra Señora del Buen Aire (1536). Muerto Mendoza en viaje a España,
Domingo Martínez de Irala incendió Buenos Aires (1541) y trasladó la
capitalidad a Asunción (Paraguay), que continuó hasta la división de la
gobernación en dos partes (1617): Paraguay y Río de la Plata. Juan de Garay
fundó Santa Fe (1573) y el nuevo Buenos Aires (1580). En el siglo XVI se
fundaron además: El Barco (1550), que tras varios traslados se estabilizó con el
nombre de Santiago del Estero; Mendoza (1561), San Juan (1562), San Miguel
de Tucumán (1565), Córdoba (1573), Salta (1582), La Rioja (1591), Jujuy
(1593) y San Luis (1594).
A partir de 1617 se suceden varios gobernadores, se desarrolla la actividad
misionera jesuítica en la provincia de Misiones hasta su expulsión por resolución
de Carlos III (1767) y se entabla la rivalidad hispano-portuguesa por la colonia
del Sacramento, dominada definitivamente en 1777 por los españoles.
2. El vir reinato , la in depend encia y la Argent ina actua l. En 1776 se
crea el virreinato del Río de la Plata, dividido en 1782 en ocho intendencias y
cuatro gobiernos militares. Las invasiones inglesas se suceden en 1806-07, al
tiempo que se hace más patente el deseo de independencia, conseguida en
1816, después de la etapa emancipadora de la revolución de mayo (1810),
cuando se establece el gobierno del pueblo, representado por una Junta. El
congreso de Tucumán declara la independencia de las Provincias Unidas de
América del Sur (1816), que estaban poco unidas, pues Buenos Aires se
enfrentaba a las 13 provincias restantes. La primera Constitución (1819)
establece un régimen unitario y centralista, que favorece a Buenos Aires, en
contra del sentimiento federalista de las provincias.
Por la Ley fundamental de 1825, el país se denomina Provincias Unidas del Río
de la Plata. Desde la Consti tución de 18 26 prev alece el nomb re de
Ar gent ina.
La sublevación de la Banda Oriental y la entrega de este territorio a Brasil
(1826) vuelve a desunir a las provincias argentinas. Esta situación se mantiene
después de la independencia de la Banda Oriental o Uruguay (1828) hasta
1852, a pesar de la dictadura de Juan Manuel de Rosas (1835-52). La
Constitución federal de 1853, reformada en 1859, no consigue terminar
totalmente con la pugna Buenos Aires-provincias, pese a los esfuerzos de
Bartolomé Mitre (1862-68).
Después de la guer ra de la T ripl e Alianza (1865-70), de Argentina, Brasil y
Uruguay contra Paraguay, el país vuelve a la normalidad. En 1880 Buenos Aires
es declarada capital federal de la República. A partir de entonces,
conservadores y radicales luchan por el poder. Desde principios de siglo,
Argentina está gobernada prácticamente por militares, con breves Gobiernos
civiles. En 1930, el jefe de la Unión Cívica Radical, Hipólito Yrigoyen, es
derribado por el general José F. Uriburu (1930-32). El justicialismo
(nacionalismo-populismo), que hace su aparición por los años 40, consigue el
poder con su líder, Juan Domingo Perón (1946-55), derribado por el general
Eduardo A. Lonardi, a quien sustituye el general Pedro E. Aramburu (1955-58).
Los radicales vuelven al poder con Arturo S. Illía (1963-66), cuyos errores son la
excusa para la revolución encabezada por el general Juan Carlos Onganía
(1966-70), quien declara la soberanía de Argentina sobre las Malvinas (1968).
Depuesto Onganía por una Junta militar, se hace cargo de la presidencia de la
República el general Alejandro A. Lanusse (1971-73). En las elecciones de 1973
triunfa Héctor Cámpora, que renuncia. Celebradas nuevas elecciones, salen
elegidos presidente y vicepresidente, respectivamente, Juan Domingo Perón y
su mujer, María Estela (Isabel) Martínez, que ocupa la presidencia a la muerte
de su marido (1974). Un golpe militar instala en el poder una Junta sangrienta
(1976), compuesta por los comandantes en jefe de los tres Ejércitos. El general
Jorge R. Videla, presidente de la República desde 1976, suspende la
Constituc ión y prohíb e los part idos pol íti cos . Su dictadura encuentra
una fuerte oposición, duramente reprimida dentro del país.
A Videla suceden Roberto E. Viola y Leopoldo F. Galtieri al frente de la Junta
mil itar . Las medidas para afrontar la crisis económica fueron ineficaces, y la
represión de la guerrilla y de los extremistas izquierdistas dio como resultado
miles de muertos y desaparecidos. En abril de 1982, la Junta militar decidió la
ocupación y recuperación de las islas Malvinas por las Fuerzas armadas, siendo
derrotados por las Fuerzas británicas en junio del mismo año. En un clima de
desmoralización, la Junta militar prometió legalizar los partidos políticos y el
restablecimiento de ciertas libertades.
En febrero de 1983 se anunció la entrega del poder a los civiles; en octubre se
celebraron elecciones democráticas, ganadas por el líder radical Raú l
Alf onsín , que juró su cargo el 10 diciembre de 1983, y a quien sustituye en
1989 el vencedor en las elecciones del 14 de mayo, el peronista, luego
devenido justicialista Car los Men em , que volvería a ganar las elecciones en
1995 siendo presidente hasta el 10 de
Diciembre de 1999, cuando asumió Fernando de la Rúa como presidente y
Carlos "Chacho" Álv ar ez como vicepresidente, luego de ganar las elecciones
con la Alianza . Actualmente despues de una crisis social y econimica, en ley de
enmergencia asume a la presidencia el Dr. Eduardo Duald e.

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