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Integrantes:

Introducción

Desde épocas muy remotas que se estudia la célula.


Antiguamente se creía que todas eran iguales en todos los organismos, ya
fuese en un gran animal y en una mísera planta.

En la actualidad se sabe, a ciencia cierta, de que los antiguos científicos


estaban equivocados en asegurar que todas las células eran iguales porque
desde hace muchos años que los libros de biología muestran que en verdad
existen dos tipos, la animal y la vegetal.

En el siguiente trabajo se dará a conocer una pequeña parte, o como se puede


decir científicamente: estudiaremos un organelo de la célula vegetal llamado
CLOROPLASTO, que se encuentra ubicado en el citoplasma.
El cloroplasto es lo único que diferencia a las células vegetal de la animal.
Un organelo que es indispensable en los vegetales: el cloroplasto

Como un antecedente muy importante, casi todas las plantas poseen unos
pequeños cuerpos involucrados en la síntesis o almacenamiento de los
productos alimenticios llamados plástidos.
Los plástidos son orgánulos limitados por membrana que se encuentran sólo
en las células de plantas y algas.
Existen tres tipos de plástidos: leucoplastos, cromoplastos y cloroplastos.

(Chloro=verde) El cloroplasto, específicamente las granas del cloroplasto,


contienen un pigmento verde llamado clorofila, que le da el color verde a los
vegetales y que es de gran importancia en la fotosíntesis para captar energía
solar. Entre cada grana existe una sustancia (también llamada material) que la
rodea, llamada estroma.
Estos plástidos están presentes en todas las células eucarióticas fotosintéticas.
Con relación a los reinos, el cloroplasto sólo está presente en el plantae, y en
el protista está presente, pero en alguna forma.

Morfológicamente, en su interior se aprecia su estructura en forma de


membranas elípticas aplanadas y apretadas.
Cada célula contiene entre 20 y 100 cloroplastos que crecen y se pueden
dividir formando cloroplastos hijos.

La clorofila es un pigmento que da el color característico a los vegetales.


La gran concentración de clorofila en las hojas y su presencia ocasional en
otros tejidos vegetales, como los tallos, tiñen de verde estas partes de las
plantas. En algunas hojas, la clorofila está enmascarada por otros pigmentos.
En otoño, la clorofila de las hojas de los árboles se descompone, y ocupan su
lugar otros pigmentos.

Hay varios tipos de clorofila que se diferencian en detalles estructurales a


nivel de molécula y que absorben longitudes de ondas luminosas distintas. El
tipo más común es la clorofila A, que constituye aproximadamente el 75% de
toda la clorofila de las plantas verdes. Se encuentra también en las algas
verdeazuladas y en las células fotosintéticas más complejas. La clorofila B es
un pigmento accesorio presente en vegetales y otras células fotosintéticas
complejas; absorbe la luz de una longitud de onda diferente y transfiere la
energía a la clorofila A, que se encarga de transformarla en energía química.
Esquema químico de la clorofila

Siguiendo con los cloroplastos, estos orgánulos son característicos de las


células del mesófilo foliar (parte de la hoja donde suele dar la luz), poseen una
doble membrana que los asemeja a las mitocondrias por tener una membrana
externa y otra interna pero esta es lisa; el espacio delimitado por la membrana
interna está ocupado por un material amorfo (sin forma), parecido a un gel,
rico en enzimas, denominado estroma. Contiene las enzimas que realizan la
fijación o reducción del CO2 , convirténdolo en carbohidratos, como el
almidón. La membrana interna de los cloroplastos también engloba un tercer
sistema de membranas, que consta de sacos planos llamados tilacoides, en los
cuales la energía luminosa se utiliza para oxidar el agua y formar
ATP(adenosin trifosfato, compuesto rico en energía) y NADPH (poder
reductor), usados en el estroma para convertir el CO2 en carbohidratos. En
ciertas partes de los cloroplastos, los tilacoides se disponen como monedas
apiladas, denominados grana, pero en el estroma permanecen aislados.
Ellos responden directamente a la energía solar, para llevar a cabo la
fotosíntesis, orientándose perpendicularmente a los rayos de luz; sin embargo
sí la energía lumínica es muy fuerte, se disponen de tal forma que la radiación
incida oblicuamente, recibiendo menos luz.

La fotosíntesis es uno de los procesos metabólicos de los que se valen las


células para obtener energía.
Es un proceso complejo, mediante el cual los seres vivos poseedores de
clorofila y otros pigmentos, captan energía luminosa procedente del sol y la
transforman en energía química (ATP) y en compuestos reductores (NADPH),
y con ellos transforman el agua y el CO2 en compuestos orgánicos reducidos
(glucosa y otros), liberando oxígeno:

CO2 + H2 O GLUCOSA + O2

La energía captada en la fotosíntesis y el poder reductor adquirido en el


proceso, hacen posible la reducción y la asimilación de los bioelementos
necesarios, como nitrógeno y azufre, además de carbono, para formar materia
viva.
La radiación luminosa llega a la tierra en forma de "pequeños paquetes",
conocidos como cuantos o fotones. Los seres fotosintéticos captan la luz
mediante diversos pigmentos fotosensibles, entre los que destacan por su
abundancia las clorofilas y carotenos.
Al absorber los pigmentos la luz, electrones de sus moléculas adquieren
niveles energéticos superiores, cuando vuelven a su nivel inicial liberan la
energía que sirve para activar una reacción química: una molécula de
pigmento se oxida al perder un electrón que es recogido por otra sustancia,
que se reduce. Así la clorofila puede transformar la energía luminosa en
energía química..
En la fotosíntesis se diferencian dos etapas, con dos tipos de reacciones:
1. Fase luminosa: en el tilacoide. En ella se producen transferencias de
electrones.
2. Fase oscura: en el estroma. En ella se realiza la fijación de carbono.
En las plantas, los cloroplastos se desarrollan a partir de unos orgánulos
pequeños e incoloros que se llaman proplastos, esta reacción es disparada por
la presencia de luz, que provoca la diferenciación del plastidio, apareciendo
los pigmentos y la proliferación de membranas, que origina los tilacoides y
grana. A medida que las células se dividen en las zonas en que la planta está
creciendo, los proplastos que están en su interior también se dividen por
fisión. De este modo, las células hijas tienen la capacidad de producir
cloroplastos. En el estroma del cloroplasto se encuentran pequeños pedazos
circulares de ADN, dispuestos en doble hélice (parecidos al ADN de las
mitocondrias y bacterias). El ADN del cloroplasto regula la síntesis del ARN
ribosomal, del ARN de transferencia y de la Ribulosa 1,5 difosfato
carboxilasa-oxigenasa, enzima que cataliza la fijación del CO2 en la
fotosíntesis. Sin embargo, la mayoría de las proteínas del cloroplasto, son
sintetizadas en el citosol y transportadas al cloroplasto.
Esta capacidad que tienen los cloroplastos para reproducirse a sí mismos, y su
estrecha similitud, con independencia del tipo de célula en que se encuentren,
sugiere que estos orgánulos fueron alguna vez organismos autónomos que
establecieron una simbiosis en la que la célula vegetal era el huésped.
Bibliografía

“Biología”
Claude Villee
Séptima edición

“Encarta 98”
enciclopedia multimedia
Microsoft

Paginas web:

www.ub.es
www.biologia.edu.ar
www.fai.unne.edu.ar
www.forest.ula.ve
www.icarito.tercera.cl
Conclusión

Finalizando este trabajo, uno se da cuenta que se ha enriquecido en el ámbito


intelectual, porque una persona “ubica” o ”sabe” de algún tema, pero en
realidad, al momento de profundizar, no puede porque no tiene los conceptos
necesarios para referirse estos, en este caso, los cloroplastos.

Podemos concluir que los cloroplastos son la base para que se lleve a cabo la
fotosíntesis, y que sin la clorofila no podríamos distinguir a las plantas por su
color universal, que es el verde.

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