CIENCIA EDUCATIVA

JUAN DAVID MONSALVE

Profe_juanm@hotmail.com

En el abordaje de la pregunta si es o no la educación una ciencia en todo su

derecho, encuentro que virtualmente cualquier discurso que se ubique en este
ámbito, inevitablemente se encuentra teñido por un par de tendencias que pueden
coartar las elaboraciones al respecto.

Entre estas se encuentra el asunto, profundamente especifico y propio de algunas

geografías, relativo a la visión profesional de la labor docente; dado que no puede
esconderse en forma alguna el hecho que esa opinión esta constituida
principalmente por una clase estereotipo cultural que trasciende las fronteras de
varios países americanos e incluso europeos. Sin embargo la otra tendencia viene
a la luz en la siguiente forma: dado que la literatura es arte, ¿Son los profesores
que enseñan literatura artistas en modo alguno? ¿Deben serlo, al menos hasta
cierto punto?

Ante estas preguntas se puede desarrollar lo que sería una descripción más
amplia de lo que implica la formación docente y en consecuencia como el docente
forma:

El docente debe cubrir en la medida de lo posible

Un universo estético ------------------------ la literatura, ¿Cómo impresiona a los

lectores?

Un universo disciplinar --------------------- la historia, ¿Cómo ha surgido el

conocimiento?

Un universo científico ---------------------- el lenguaje ¿Cómo se comunica algo a los

demás?

Esta relación de saberes y clasificaciones de saberes, desde una perspectiva más

profunda y dedicada hacia la historia del que hacer educacional ha de revelar
también, viendo con el más estricto lente científico, existe una variación en
métodos, visiones y centros de atención en los cuales no existe un trazo claro de
causalidad dado que uno u otro método siguen dando sus resultados en forma
invariable: buenos y malos alumnos. Nuevamente esto ante el rigor positivista y
los precisos y demandantes nexos de causalidad que no abandonan a la ciencia,
de hecho los paradigmas de las ciencias naturales e incluso algunas de las otras
ciencias llamadas humanas, no puede compararse a la historia de la educación
tan variable y dinámica que precisa de medios propios para formarse su lugar
como ciencia.

La educación no ha sido pensada para que sea catalogada de forma plena y

satisfactoria bajo el titulo ciencia o disciplina, dado el hecho que toda teoría y
estudio de esta área del saber entra en juego en un espacio muy especial: el aula.

Un aula es un espacio único integrado no solo por alumnos y docentes, sino por
una red compleja de espacio, tiempo y sociedad única en su tipo, ya que cada
aula es irrepetible en sus condiciones, integrantes, problemas y soluciones,
fácilmente lo que sirve en un aula no servirá en otra o incluso en esa misma al
pasar del tiempo. Otra circunstancia única de la ciencia educativa es que la
variabilidad del campo se extiende también a una variedad de quienes laboran en
este, las diversas clases de formación en el ámbito educativo constituyen otra
circunstancia única de éste, una condición sin precedentes en la física, química o
matemática, incluso en bibliotecología donde sin reparo por culturas, naciones o
idiomas se encuentra una casi absoluta correspondencia en métodos, objetivos y
temáticas, correspondencia trascendental en el tiempo si miramos por ejemplo a
las grandes figuras de la matemática desde descartes o newton cuyas notaciones
son entendibles para cualquier integrante de las ciencias.

Notemos sin embargo cuan diferentes lucen entre si Jorge Luis Borges, Julio
Cortázar y Gabriel García Márquez y estamos hablando de autores que comparten
un lenguaje común, cercanía regional e incluso cercanía temporal. Peor aún al
comparar los trabajos alrededor de la didáctica o pedagogía, las definiciones de
las mismas cambian, el objeto cambia e incluso los mismos conceptos, didáctica y
pedagogía, llegan aún borrosos y en búsqueda de definiciones mas precisas en
las mentes de varios de los llamados integrantes de la educación.

Al final, así de borroso llega a nuestros sentidos cualquier intento de puro rigor
científico toda vez que se intente ver a la educación desde una visión
exclusivamente cientificista; pero ¿y la investigación?

La pregunta por la investigación en educación es valida dado que la definición de

investigación nace en el seno de las ciencias exactas, sus métodos, lenguaje y
objeto son nativos de ella, por lo que ¿Cómo investigar con ciencia algo que según
algunos no tiene ciencia? Sin duda alguna esta es la pregunta a responder.

Copyright 2008 by JUAN DAVID MONSALVE