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Antología rokhiana
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Ebook482 pages4 hours

Antología rokhiana

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LanguageEspañol
Release dateSep 26, 2016
ISBN9789563790269
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    Antología rokhiana - Pablo de Rokha

    Pablo de Rokha

    Antología

    rokhiana

    Edición crítica

    de Miguel Naranjo Ríos

    Naranjo Ríos, Miguel (ed.) / Pablo de Rokha: Antología rokhiana

    Santiago: Ediciones Tácitas y Fundación De Rokha, 2016

    1ª edición, 404 págs., 17×24cm

    Dewey: Ch861.4

    Cutter: R639

    Colección roja

    Incluye nota a la edición y a pie de página

    Materias: Poesía chilena siglo xxI

    Poetas chilenos

    De Rokha, Pablo, 1894-1968

    ISBN 978-956-379-026-9

    Antología rokhiana

    Pablo de Rokha

    Primera edición Mis grandes poemas, Nascimento, 1969

    Primera edición Antología rokhiana, Ediciones Tácitas, diciembre 2016

    © Fundación De Rokha, 2016

    © Ediciones Tácitas, 2016

    © Miguel Naranjo Ríos, por la edición, 2016

    Inscripción Registro de Propiedad Intelectual Nº 3.407

    ISBN 978-956-8268-99-2

    Ediciones Tácitas Limitada

    Pedro León Ugalde 1433

    Santiago - Chile

    edicionestacitas@gmail.com

    Dirige la colección: Adán Méndez Rozas

    Distribuido por LaKomuna (www.lakomuna.cl)

    Nota a la edición:

    Pablo de Rokha preparó esta personal selección de su obra bajo el título Antología rokhiana, dándola por concluida en abril de 1968. El libro apareció póstumamente un año después, pero con el nombre de Mis grandes poemas por decisión de los editores según se explica en su contratapa. Para la presente edición, no obstante, se ha preferido conservar el título original.

    Además de la mencionada antología, De Rokha tuvo en vida otras dos: Antología 1916-1953 (1954), que contiene su producción poética entre esos años —salvo varios poemas de juventud—, y Poemas rimados o asonantados (1966), preparada por Luis Sánchez Latorre (Filebo).

    También fue incluido en antologías generales de poesía chilena y latino-americana. Las más importantes, las compiladas por Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya, Selva lírica (1917); Eduardo Anguita y Volodia Teitelboim, Antología de poesía chilena nueva (1935); y H. R. Hays, 12 Spanish American Poets (New Have, Yale University Press, 1943).

    Así, cuando sus poemas se volvían a publicar, no aparecían de la misma manera, sino que introducían diversos cambios que esta edición consigna. En las notas a los poemas se señalan las variantes a los textos entre paréntesis angulares simples <...>.

    Revisar la trayectoria de numerosos cambios en estos poemas, sirve para apreciar la evolución que tuvieron algunos de sus títulos más significativos —como Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile—, pero también al evidenciar estos cambios, en variadas oportunidades se deja constancia de lo descuidado de sus ediciones —como sucede con Jesucristo—. Mostrar este primer punto a pesar del segundo, ha sido el motivo de este libro.

    Si bien aquí se sigue la edición de Mis grandes poemas (1969), para algunos textos se ha preferido transcribir versiones anteriores, porque ha sido más práctico señalar las variantes; esos casos se mencionan en la nota inicial a cada poema.

    ABREVIATURAS

    Para evitar notas extensas, se resumieron las referencias bibliográficas así:

    A Antología 1916-1953 (Santiago: Multitud, 1954).

    AI Acero de invierno (Santiago: Multitud, 1961).

    APCh Pablo de Rokha, en Antología de poesía chilena nueva. Eduardo Anguita y Volodia Teitelboim, antologadores (Santiago: Zig-Zag, 1935).

    ASA Arenga sobre el arte (Santiago: Multitud, 1949).

    ECB Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile. Canto del macho anciano (Santiago: Editorial Universitaria, 1965).

    EM Estilo de masas (Santiago: Prensa Latinoamericana S. A., 1965).

    ERC¹ Escritura de Raimundo Contreras (Santiago: Editorial Klog, 1929).

    ERC² Escritura de Raimundo Contreras (Santiago: Editorial Orbe, 1966).

    IM Idioma del mundo (Santiago: Multitud, 1958).

    J¹ Jesucristo (Santiago: Editorial Agrícola, 1933).

    J² Jesucristo (Santiago: Editorial Antares, 1936).

    GT Gran temperatura (Santiago: Ercilla, 1937).

    LG Los gemidos (Santiago: Editorial Cóndor, 1922).

    M⁴ Moisés, en revista Multitud No 4, Santiago, enero de 1939.

    M³⁰ Matemática del espíritu, en revista Multitud Nos 30, 31 y 32, Santiago, octubre, noviembre y diciembre de 1939.

    M⁵⁶ Antología-síntesis de Pablo de Rokha, en revista Multitud Nos 56-57-58-59-60, Santiago, 27 de noviembre de 1943.

    M⁸³ Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile, en revista Multitud No 83, Santiago, junio-julio de 1953.

    M⁸⁴ De Los gemidos a Fuego negro, en revista Multitud No 84, Santiago, agosto de 1953.

    ME Morfología del espanto (Santiago: Multitud, 1942).

    MGP Mis grandes poemas (Santiago: Nascimento, 1969).

    PRA Poemas rimados o asonantados. Luis Sánchez Latorre (Filebo), antologador (Santiago: Zig-Zag, 1966).

    S Satanás (Santiago: Editorial Klog, 1927).

    SL Pablo de Rokha, en Selva lírica. Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya, antologadores (Santiago: Soc. Imp. y Lit. Universo, 1917).

    U U (Santiago: Nascimento, 1927).

    ZZ Círculo, en revista Zig-Zag Nº 1.068, Santiago, 8 de agosto de 1925.

    Antología

    Genio y figura

    Publicado en Selva lírica, 1917

    ....Apunte —con esos cuatro puntos iniciales— fue el título que tuvo en Selva lírica (1917) [SL]. Después se incluyó con el título Apunte en Antología de poesía chilena nueva (1935) [APC

    h

    ] y como ...Apunte. 1 en la revista Multitud Nos 56-57-58-59-60 (1943) [M⁵⁶].

    Con el título Genio y figura se incluye en la revista Multitud No 84 (1953) [M⁸⁴], Antología 1916-1953(1954) [A] —cuya versión aquí se transcribe—, Poemas rimados o asonantados (1966) [PRA] y Mis grandes poemas (1969) [MGP]. (En estas cuatro publicaciones figura 1916 como año de publicación de Selva lírica).

    a winett1

    Yo soy como el fracaso total del mundo, ¡oh Pueblos!2

    El canto frente a frente al mismo3 Satanás,4

    dialoga con la ciencia tremenda5 de los muertos,6

    y mi dolor chorrea de sangre la ciudad.

    Aun7 mis días son restos de enormes8 muebles viejos,9

    anoche Dios lloraba10 entre mundos que van11

    así, mi niña12, solos,13 y tú dices: te quiero,14

    cuando hablas con tu15 Pablo, sin oírme16 jamás.17

    El hombre y la mujer tienen olor a18 tumba;19

    el cuerpo se me20 cae sobre la tierra bruta

    lo mismo que21 el ataúd rojo del22 infeliz.

    Enemigo total,23 aúllo24 por los barrios,25

    un espanto26 más bárbaro, más bárbaro, más bárbaro27

    que el hipo de cien perros botados a morir.

    Balada de Pablo de Rokha

    De Los gemidos, 1922

    De Los gemidos (1922) [SL] —cuya versión aquí se transcribe—; también se incluye en Antología 1916-1953(1954) [A] con el título Balada.

    Yo canto, canto1 sin querer, necesariamente, irremediablemente, fatalmente, al azar de los sucesos, como quien come, bebe o anda y porque2 sí; moriría si no cantase, moriría si no cantase; el acontecimiento floreal3 del poema estimula mis nervios sonantes, no puedo hablar, entono, pienso en canciones, no puedo hablar, no puedo hablar; las ruidosas, trascendentales epopeyas me definen,4 e ignoro el sentido de mi flauta; aprendí á5 cantar siendo nebulosa, odio, odio6 las utilitarias, labores, zafias7, cuotidianas, prosaicas,8 y amo la ociosidad ilustre de lo bello; cantar, cantar, cantar...—he9 ahí lo único que sabes, Pablo de Rokha!...10

    ***11

    Los sofismas universales, las cósmicas, subterráneas leyes dinámicas, dinámicas12 me rigen, mi canción natural, polifónica se abre, se13 abre14 más allá del espíritu, la ancha belleza subconciente15, trágica, matemática, fúnebre, guía mis pasos en la oscura16 claridad; cruzo las épocas cantando como en un gran sueño deforme,17 mi verdad es la verdadera verdad, el corazón orquestal, musical, orquestal, dionysíaco18, flota en la augusta, perfecta, la eximia resonancia unánime, los fenómenos converjen19 á él,20 y agrandan su sonora sonoridad sonora, sonora; y estas fatales manos van, sonámbulas, apartando la vida externa,21 —conceptos, fórmulas, costumbres, apariencias,—22 mi intuición sigue los caminos de las cosas, vidente, iluminada y feliz; todo23 se hace canto en mis huesos, todo se hace canto en mis huesos.

    ***

    Pus, llanto y nieblas lúgubres, dolor, solo24 dolor mamo en los roñosos25 pechos de la vida, no tengo casa y mi vestido es pobre; sinembargo26, mis cantares absurdos, inéditos,27 modestísimos suman el pensamiento, todo el pensamiento de la raza y la voz del instante; soy un país hecho poeta, por la gracia de Dios28; desprecio el determinismo de las ciencias parciales, convencionales, pues mi sabiduría monumental surje29 pariendo axiomas desde lo infinito,30 y su elocuencia errante, fabulosa y terrible crea mundos e inventa universos continuamente; afirmo o niego, y mi pasión gigante atraviesa tronando el pueblo imbécil del prejuicio, la mala aldea clerical de la rutina.

    ***

    Atardeciendo me arrodillé junto á una inmensa y gris piedra humilde, democrática, trágica31 y su oratoria, su elocuencia inmovil32 habló conmigo33 en aquel sordo lenguaje cosmopolita e ingénuo34 del ritmo universal; hoy, tendido á la sombra de los lagos, he sentido el llanto de los muertos flotando en las corolas; oigo crecer las plantas y morir los viajeros planetas degollados igual que animales, el sol se pone al fondo de mis años lúgubres, amarillos, amarillos, amarillos, las espigas van naciéndome, á media noche35 los eternos ríos lloran á la orilla de mi tristeza y á mis dolores maximalistas se les caen las hojas;—...36

    «buenos días, buenos días37 árbol»38, dije al reventar la mañana39 sobre las rubias cumbres chilenas, y más tarde clamaba: «estrellas, sois estrellas, oh! prodigio...».40

    ***

    Mis pensamientos hacen sonar los siglos, todos los siglos41; voy caminando, caminando, caminando musicalmente y mis actos son himnos, cánticos naturales, completamente naturales; las campanas del tiempo repican cuando me oyen sentirme; constituyo42 el principio y la razón primordial de todas las tonadas, el eco de mis trancos restalla en la eternidad,43 los triángulos paradógicos44 de mi actitud resumen el jesto de los jestos, el jesto45, la figura del superhombre loco que balanceó la cuna macabra del orbe e iba enseñándole á hablar.

    ***

    Los cantos de mi lengua tienen ojos y pies, ojos y pies, músculos, alma, sensaciones, grandiosidad de héroes y pequeñas costumbres modestas, simplisísimas, mínimas, simplisísimas de recién nacidos, aullan46 y hacen congojas enormes, enormes47, enormemente enormes, sonríen, lloran, sonríen, escupen al cielo infame o echan serpientes por la boca, obran, obran lomismo48 que jentes49 o pájaros, dignifican el reino animal, el reino vejetal50, el reino mineral, y son bestias de mármol, bestias, bestias cuya sangre ardiendo y triste, triste51, asciende á ellos desde las entrañas del globo, y cuyo ser poliédrico, múltiple, simultáneo52 está en los quinientos horizontes jeográficos53; florecen gozosos, redondos, sonoros en Octubre54, dan frutos rurales á principios de Mayo y Junio o á fines de Agosto55, maduran todo el año y desde nunca, desde nunca56; anarquistas, estridentes, impávidos, crean un individuo y una gigante57 realidad nueva, algo que antes, antes, algo que antes no estaba en la tierra, prolongan mi anatomía terrible hacia lo absoluto, aún58 existiendo independientemente,59 ¡tocad su cuerpo, tocad su cuerpo y os ensangrentareis60 los dedos miserables!... !...61

    ***

    Ariel y Calibán, Egipto, Grecia, Egipto y sobre todo Chile, los cuadrados países prehistóricos62, Jesús de Nazareth, los cielos, las montañas, el mar y los hombres, los hombres63, las oceánicas multitudes, ciudades, campos, talleres, usinas, árboles, flores, sepulcros, sanatorios, hospicios u hospitales, brutos de piel terrosa y lejano mirar64 lleno de églogas, insectos y aves, pequeñas, armoniosas mujeres pálidas;65 el cosmos idiota, maravilloso, maravilloso, maravilloso, maravilloso66 orienta mis palabras, y rodaré sonando eternamente, como el viejo nidal, como el viejo nidal, como el viejo nidal67 en donde anidan todos los gorjeos del mundo!...

    Sensación del Invierno

    en la tierra

    De Los gemidos, 1922

    De Los gemidos (1922) [SL] —cuya versión aquí se transcribe—; también se incluye en Antología 1916-1953(1954) [A].

    Sobre el grande1 cementerio y las pardas, ruinosas techumbres del mundo, cantan los pianos de la lluvia, los pianos de la lluvia, melancólicos2, la antigua canción de las goteras...—...El3 Otoño4 se fué5 deshojando flores amarillas y puñados de lágrimas! . ... —.6

    ***7

    El sueño inútil de la vida, como un colosal hongo, gravita chorreando enfermedades y agua8, moho, sarmientos u horas dolientes.

    ***

    Y los días deshechos, invertidos y cóncavos9 suenan lomismo10 que ataudes11 desocupados... (—Evocad12, mis amigos, evocad, evocad los rojos soles meridianos, ardientes, plenos, vastos, y sonreid, sonreid13 á14 15 la posibilidad de las cosechas que vienen saliendo de las brumas!..).16

    ***

    Al sol le duelen, le duelen los huesos, el pobre está resfriado y con reuma17; á18 intervalos lleva el pañuelo á las narices, estornuda, y se abre á ras de lo infinito el fabuloso, el fabuloso, el fabuloso19 capullo del trueno;20 los charcos piojentos se entretienen copiando la figura del enfermo,—¡tan enfermo!—21,22 y su mirada gris enfria23 el horizonte.

    ***

    Los pájaros vivos se caen muertos, muertos en las jaulas24, el azul dinamismo infantil, la alegria25 del niño, vejetal26 e inminente, simplisísima, juega con sus cadáveres al football27, y las estáticas28, lúgubres viejas lamentables deshilan sueños de quince abriles.

    ***

    Acurrucados fuman los tontos; en29 los patios unánimes del hospicio van emerjiendo30 las callampas.

    ***

    El público tirita, oblicuos, desconcertantes vientos muerden la estúpida ilusión orgánica, ay!, ay!, ay!, la garúa siembra, siembra, siembra31 almácigos de alfileres y no acaba de atardecer y no32 acaba de atardecer ... ... ...33 los vagabundos calientan sus manos plebeyas en las «colillas»34 que escupe, gordo, vasto, bruto, el hombre rico, y unos chercanes proletarios cantan humildemente encima de un automóvil inservible.

    ***

    Bajo el alero las golondrinas duermen,35 la enfermedad de vivir bosteza36 en las alcobas, los37 chicuelos pobres espantan el frio38 saltando grotescamente,— murciélagos39, ratones entumidos40.

    ***

    Cual errabundas, fósiles, antepasadas41 monedas coloniales, las semanas ruedan inútilmente al fondo del tiempo,— transitorio42, fatal, amarillo baúl de viaje—43, colma las avenidas el rüido44 otoñal de la pena, el rüido45 otoñal46 de la pena,47 y está lloviendo encima de nosotros; los48 vecinos aprietan contra el alma estéril el goloso y frutal recuerdo del verano,49 y miran llover... llover... llover...50

    ***

    Las calmosas bestias inferiores rumian en51 los pálidos jardines,52 pálidos, y los viejos, sordos53, calvos, árboles mortuorios, anacrónicos54, coronados de herrumbre55 amarilla56, parecen mamarrachos o asesinos57 con la incógnita de las nieblas ambiguas vestidos;58 el musgo roe los caminos del parque,59 moroso y ocre, y va borrando líneas, recodos y huellas de mujeres tristes.

    ***

    El pais60 es un ancho, un ancho61 paraguas mojado, son turbios e insalubres los crepúsculos, la melancolía lloriquea en los tejados, lloriquea en los tejados62 y las ciudades están llenas de hojas, llenas de hojas, llenas de hojas...63

    ***

    Habitando solitas los oblícuos64, polvorosos, nocturnos rincones, —triangular, triangular65 concepcion66 de los primeros miedos!..67—, las arañas resúmen68 el sentido del universo edificando castillos en el aire.

    ***

    Sinembargo69, el corazón del hombre, maduro y triste, guarda el aroma del queso rancio y los membrillos en Agosto,70 y su olor á despensa es confortable y bueno, confortable y bueno71.

    ***

    Oh!72 disperso mirar de las cosas, tienes la vagabunda, la vagabunda, la vagabunda73 actitud melancólica de quien contempla la humedad del tiempo tras los vidrios!..74 ... ...75

    ***

    Sentimentales, fúnebres, los maridos regresan temprano al hogar; encienden76 las tranquilas, familiares lámparas y hojean77 periódicos atrasados; las mariposas vienen á jugar, á jugar 78con el corazón del fuego y se queman,79 mejor que papeles80.

    ***

    Humean los tejados monótonamente llorosos, el paisaje, la naturaleza tiene81 un gesto simplón, dormilón, tontón de libélula,82 y álguien83 entona cantos de ayer; las casas estilan igual que impermeables84.

    ***

    Cargamos á la espalda todo el dolor del hombre y,85 además el nuestro; ¡uy!.. ¡qué frio!..86 ... —trae87 el brasero, las mantas y el vino, mujer!..88 ... ...89

    Yanquilandia

    Fragmentos. De Los gemidos, 1922

    De Los gemidos (1922) [SL] —cuya versión aquí se transcribe—; también se incluyen fragmentos suyos enAntología 1916-1953 (1954) [A], pero distintos a éstos.

    Nacimientos por teléfono1, defunciones por teléfono, matrimonios por teléfono, toda la epopeya, toda por teléfono, enamorarse radiotelegráficamente, vivir y morir en aeroplano, cien, doscientos klmtrs.2 sobre el nivel de los viejos valores humanos, los viejos valores humanos, existir á3 máquina, conocer á máquina, recordar á máquina, ver á máquina, á máquina, el expectáculo4 gris de los ángulos, triángulos o polígonos rectangulares, horizontales que resumen la augusta psicología cósmica, según las pupilas matemáticas del súbdito yanqui, mesurar los fenómenos sentimentales, intelectuales, sensacionales, adoptando el sistema métrico-decimal como unidad inicial, como unidad inicial5 y el dolar6 como fin, casarse por sport, matarse por sport, hacer réclame á los pechos divinos de las niñas y al vientre de la viuda, ir cinematografiándose á lo largo de las tristezas diarias convertido yo, el hombre, yo, el hombre, yo, el hombre convertido en errantes panoramas efímeros, panoramas efímeros y temas azules... (—Pais7 de los divorcios!..!..).8

    ***9

    Woodrow Wilson.10

    Situado en la estupenda, la estupenda tribuna mercantil de Washington, predominando sobre las vagas colinas del Derecho de ayer y sus tabladillos intercontinentales, mirando hacia ninguna, ninguna, ninguna parte, Woodrow Wilson lee la Biblia á los pueblos modernos.

    *

    Y sus tristes mentiras suenan como las músicas anacrónicas del barrio, rurales, otoñales, dominicales, y la voz lluviosa de los muertos en las trágicas tardes trágicas de la época.

    ***

    Desenvolviendo melodïosamente11 sus antenas tentaculares, Yanquilandia sonríe con ruidos de serpiente á los sencillos americanos del Sur; su ojo enorme, antidiluviano12, hipnotiza pájaros y animales, ciudadanos y árboles, nidos, mujeres, niños, flores y frutos, y, como un reflector gigantezco13 que cogiese todo el sol, todo el sol, ahoga en luz, ahoga en luz, ahoga en luz, incendia, calcina las vagas músicas del paisaje rural, eminentísimo, la oscura flor de la ciudad, situada entre dos grandes premisas: 1,000.000,000.000,00014 de dólares y un cañón de 100 pulgadas......sinembargo.......los rotitos15 de Chile afilando sus corvos modestamente gruñen: «y en’dey pus iñor»16...17

    ***

    John Rockefeller.

    (...Una vez había un asno, una vez había un asno que hablaba y sonreía, sonreía y hablaba lomismo18 que hombre; decían, observándole, las viejas beatas: asno más asno!..,19 y pasaban.

    Pero, un buen día, murió... entonces las viejas beatas vinieron á rumiar los escrementos porque los escrementos20 eran de oro sonante...).

    *

    Andrew Carnegie.

    —«Los libros bien encuadernados adornan bastante, adornan bastante, adornan bastante y, además, sirven para leerlos; bueno es leer, bueno es leer, bueno es leer, no demasiado, bueno es leer;21 yo tengo dinero, mucho dinero, ¿«compraré22 merengues? no, que... etc.,»23 ¿«compraré24 piñones? no, que... etc.»,25 compraré libros, libros, libros, libros26; bien encuadernados adornan bastante, bastante!..».27

    *

    El Dios yanqui.

    Rubio y serio, completamente afeitado, completamente, dice: yes, oh! yes, yes, á las dactilógrafas cínicas que inquieren como tumbas, sus designios trascendentales...

    Está sentado en su azul gabinete azul, azul de trabajo;—... azul!..28 ...—.29

    —¿Á cuánto asciende, en dólares, el sol sumado á la luna y las estrellas?..30 tal piensa, tal piensa aquel oscuro, fabuloso, ilimitado mercader de lo infi-

    nito, tal piensa haciendo sonar en sus bolsillos las monedas orinecidas de los viejos astros muertos... (y sonrie..31

    *

    U.S.A. Company.

    Capital: 1.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000 de dólares...32

    —¿Quiere33 Ud., quiere Ud. trasatlánticos34, momias, fetos, hombres, momias, fetos, hombres, dinamos35, ferrocarriles-tractores36, camiones, motores, rameras, gusanos, automóviles, yodosalina, catedráticos, vacas Holstein o Durham, sabiduría en inyecciones hipodérmicas, honradez á la cocotte, arte puro, arte embotellado por nosotros en las botellas mahometanas del tipo Alah, presidentes especiales, especiales, especiales para suramérica37, o cualquiera otra máquina, animal, manufactura, cosa por el estilo?..38

    Escriba á: U. S. A. Company, U. S. A., pidiendo catálogos, pidiendo catálogos, pidiendo catálogos.

    Círculo

    1925

    Publicado en revista Zig-Zag Nº 1.068 (1925) [ZZ], Antología de poesía chilena nueva (1935) [APC

    h

    ],Antología 1916-1953 (1954) [A] —cuya versión aquí se transcribe— y Poemas rimados o asonantados (1966) [PRA].

    Ayer1 jugaba el mundo como un gato en tu falda;

    hoy te lame las finas botitas de paloma;

    tienes el corazón poblado de cigarras,2

    y un parecido a muertas vihuelas desveladas,

    gran melancólica.

    Posiblemente quepa todo el mar en tus ojos

    y quepa todo el sol en tu actitud de acuario;

    como un perro amarillo te siguen los otoños,

    y, ceñida de dioses fluviales y astronómicos,3

    eres la eternidad en la gota de espanto.

    Tu ilusión se parece a una ciudad antigua,

    a las caobas llenas de aroma entristecido,

    a las piedras eternas y a las niñas heridas;

    un pájaro de agosto se ahoga en tus pupilas,

    y, como un traje obscuro4, se te cae el delirio.

    Seria5 como6 una espada, tienes la trial7 dulzura

    de los viejos y tiernos sonetos del crepúsculo;

    tu dignidad pueril arde como las frutas;

    tus cantos se parecen a una gran jarra obscura8

    que se volcase arriba del ideal del mundo.

    Tal como las semillas, te desgarraste en hijos,

    y, lo mismo9 que un sueño que se multiplicara,

    la carne dolorosa se te llenó de niños;

    mujercita de invierno10, nublada de suspiros,

    la tristeza del sexo te muerde la palabra.

    Todo el siglo te envuelve como una11 echarpe de oro;12

    y, desde la verdad lluviosa de mi enigma13,

    entonas la tonada de los últimos novios;

    tu arrobamiento errante14 canta en los matrimonios,15

    cual una alondra de humo, con las alas ardidas.

    Enterrada en los cubos sellados de la angustia,

    como Dios16 en la negra botella de los cielos,

    nieta de hombres, nacida en pueblos de locura,

    a tu gran flor herida la17 acuestas en mi angustia18,

    debajo de mis sienes aradas de silencio.

    Asocio tu figura a las hembras hebreas,19

    y te veo, mordida de aceites y ciudades,

    escribir la amargura de las tierras morenas

    en la táctica azul de la trial20 danza horrenda

    con la cuchilla rosa del pie inabordable.21

    Niña de las historias melancólicas, niña,

    niña de las novelas, niña de las tonadas,22

    tienes un gesto inmóvil de estampa de provincia

    en el agua de asombro23 de la cara perdida24

    y en los serios cabellos goteados de dramas.

    Estás sobre mi vida de piedra y hierro ardiente,25

    como la eternidad encima de los muertos,26

    recuerdo que viniste y has existido siempre,

    mujer, mi mujer mía,27 conjunto de mujeres,

    toda la especie humana se lamenta en tus huesos.

    Llenas la tierra entera,28 como un viento rodante,29

    y tus cabellos huelen a tonada oceánica;30

    naranjo de los pueblos terrosos y joviales,

    tienes la soledad llena de soledades,

    y tu corazón tiene la forma de una lágrima.

    Semejante a un rebaño de nubes, arrastrando

    la cola inmensa y turbia de lo desconocido,

    tu alma enorme rebasa31 tus huesos y tus cantos,

    y es lo mismo que un viento terrible y milenario

    encadenado a una matita de suspiros32.

    Te pareces a esas cántaras populares,

    tan graciosas33 y tan modestas de costumbres;

    tu democracia34 inmóvil huele a yuyos rurales,

    muchacha del país, florida de velámenes,

    y la greda morena,35 triste de aves azules.

    Derivas de mineros y de conquistadores,

    ancha y violenta gente llevó tu sangre extraña,36

    y tu abuelo, Domingo de Sánderson,37 fué38 un HOMBRE;39

    yo los miro y los veo cruzando el horizonte

    con tu actitud futura40 encima de la espalda.

    Eres la permanencia de las cosas profundas

    y la amada geográfica41 llenando el Occidente;

    tus labios y tus pechos son un panal de angustia,

    y tu vientre maduro es un racimo de uvas

    colgado del parrón colosal de la muerte.

    Ay, amiga, mi amiga,42 tan amiga mi amiga,

    cariñosa,43 lo mismo que el pan del hombre pobre;

    naciste tú llorando y sollozó la vida;

    yo te comparo a una cadena de fatigas

    hecha para amarrar estrellas en desorden.

    Soy el hombre casado

    De U, 1927

    Este poema corresponde a la tercera y última parte de U (1927) [U] donde figura 3 en vez del presente título. Fragmentos del libro se incluyen en la revista Multitud Nos 56-57-58-59-60 (1943) [M⁵⁶] donde se incluye esta tercera parte completa aunque sin título.

    El libro apareció íntegro en Antología 1916-1953 (1954) [A].

    (En Mis grandes poemas (1969) [MGP] aparece 1926 como año de publicación de U).

    Soy el hombre casado, soy1 el hombre casado que inventó el matrimonio;

    varón antiguo y egregio, ceñido de catástrofes, lúgubre;

    hace mil,2 mil años hace que no duermo cuidando los chiquillos y las estrellas desveladas;

    por eso arrastro mis carnes peludas de sueño

    encima del país gutural de las chimeneas de ópalo.

    Dromedario, polvoroso dromedario,

    gran animal andariego y amarillo de verdades crepusculares,

    voy trotando con mi montura de amores tristes...

    Alta y ancha rebota la vida tremenda

    sobre mi enorme lomo de toro;

    el pájaro con tongo de lo cuotidiano se sonríe de mis guitarras tentaculares y absortas;3

    acostumbrado a criar hijos y cantos en la montaña,

    degüello los sarcasmos del ave terrible con mis cuchillos inexistentes,

    y continúo mis grandes estatuas4 de llanto;

    los pueblos futuros aplauden la vieja chaqueta de verdugo de mis tonadas.

    Comparo mi corazón al preceptor de la escuela del barrio,

    y papiroteo en las tumbas usadas

    la canción oscura5 de aquel que tiene deberes y obligaciones con lo infinito.

    Además van,6 a orillas mías,7 los difuntos precipitados de ahora y sus andróginos en aceite;

    los domino con la mirada muerta de mi corbata,

    y mi actitud continúa encendiendo las lámparas despavoridas.

    Cuando los perros mojados del invierno aúllan, desde la otra vida,

    y, desde la otra vida, gotean las aguas,

    yo estoy8 comiendo charqui asado en carbones rumorosos,

    los vinos maduros cantan en mis bodegas espirituales;

    sueña la pequeña Winétt9, acurrucada en su finura triste y herida,

    ríen los niños y las brasas alabando la alegría del fuego,

    y todos nos sentimos millonarios de felicidad, poderosos de felicidad,

    contentos de la buena pobreza,

    y tranquilos,

    seguros de la buena pobreza y la buena tristeza que nos torna humildes y emancipados,

    ...entonces, cuando los perros mojados del invierno aúllan, desde la otra vida...

    Bueno es que el hombre aguante, le digo10,

    así le digo al esqueleto cuando se me anda quedando atrás, refunfuñando,

    y le pego un puntapié en las costillas.

    Frecuentemente voy a comprar avellanas o aceitunas al cementerio,

    voy con todos los mocosos, bien alegre,

    como un fabricante de enfermedades que se hiciese vendedor de rosas;

    a veces encuentro a la muerte meando detrás de la esquina,

    o a una estrella virgen con todos los pechos desnudos.

    Mis dolores cuartelados11

    tienen un ardor tropical de orangutanes;

    poeta del Occidente,

    tengo los nervios mugrientos de fábricas y de máquinas,

    las dactilógrafas de la actividad me desparraman la cara trizada de abatimiento,

    y las ciudades enloquecieron mi tristeza

    con la figura trepidante y estridente del automóvil:

    civiles y municipales,

    mis pantalones continúan la raya quebrada del siglo;

    semejante a una inmensa oficina de notario,

    poblada de aburrimiento,

    la tinaja ciega de la voluntad llena de moscas.

    Un muerto errante llora debajo de mis canciones deshabitadas.

    Y un pájaro de pólvora

    canta en mis manos tremendas y honorables, lo mismo que el permanganato,

    la vieja tonada de la gallina de los huevos azules.

    Satanás

    1927

    Satanás (1927) [S], del que aparecen algunos fragmentos en Antología de poesía chilena nueva (1935) [APC

    h

    ], y en las revistas Multitud Nos 56-57-58-59-60 (1943) [M⁵⁶] y No 84 (1953) [M⁸⁴].

    Se incluyó íntegro en Antología 1916-1953 (1954) [A].

    Los dos fragmentos que aparecen en Antología de poesía chilena nueva (1935) [APC

    h

    ] son el primero a partir de <¡ay!, como perro loco aúllo a orillas de las noches peludas,> hasta . Y el segundo a partir de hasta .

    Los trece fragmentos que aparecen en la revista Multitud Nos 56-57-58-59-60 (1943) [M⁵⁶] son el primero a partir de hasta . El segundo a partir de <¡ay!, como perro loco aúllo a orillas de las noches peludas,> hasta . El tercero consta del verso . El cuarto a partir de hasta

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