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Pte:
Rodríguez-Zapata Pérez, Jorge
RESUMEN
• - NORMATIVA ESTUDIADA
o l CE de 27 diciembre 1978. Constitución Española
l art.24.1
+ ÍNDICE
+ FICHA TÉCNICA
ANTECEDENTES DE HECHO
b) La demanda fue desestimada por Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 8 de Madrid, de
20 de septiembre de 2004, que razonaba que las dolencias padecidas por la actora no le
impedían la realización de su trabajo, al no limitarle para la realización de actividades
sedentarias o livianas de las existentes en el amplio abanico laboral ni, en particular, para las
propias de su profesión de ayudante postal. Por tal motivo, absolvió al INSS de los
pedimentos formulados en su contra. El hecho probado cuarto establecía que: "La base
reguladora de la prestación de incapacidad permanente de la actora, derivada de
enfermedad común asciende a 998,60 euros mensuales con fecha de efectos, si prosperase
la demanda, de 09.02.2004".
En el segundo instaba la revisión de la base reguladora que cifraba el hecho probado cuarto
de la Sentencia recurrida en 998,60 euros mensuales. Argumentaba al respecto que "Ésta
fue la base reguladora que aclaró (la parte actora) en el acto del juicio pero, sin aportar
certificación detallada alguna. Por el contrario, esta representación sí aportó al ramo de
prueba el cálculo de la citada base reguladora que asciende a 823,01 euros/mes, y, si bien en
la sentencia y por error sin duda, se recoge la primera de las bases reguladoras citadas, esta
parte al resultar absuelta en el procedimiento no ha tenido legitimación para formalizar
Recurso de Suplicación en este sentido, ni tampoco ha podido acudir a la Aclaración, toda
vez que la misma, según el artículo 267 Ley Orgánica del Poder Judicial, sólo puede
formularse respecto de conceptos oscuros integrantes del Fallo de la Sentencia o, que
obedezcan a errores materiales o aritméticos y, en el presente supuesto en cuanto que,
como ya se dijo, resultamos absueltos y, en consecuencia no ostentamos legitimación para
formalizar recurso de suplicación alguno". La Sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal
Superior de Justicia de Madrid, de 31 de marzo de 2005, tras aceptar la revisión fáctica
propugnada, estimó parcialmente el recurso de suplicación interpuesto por Dª Encarnación
Luisa en su pretensión subsidiaria (incapacidad permanente total), al considerar que,
teniendo en cuenta las tareas de su profesión, sus dolencias se podían ver agravadas. Y
añadía a continuación lo siguiente: "estando en cuanto a la base a la que consta en la
sentencia habida cuenta su falta de impugnación -posible en vía de aclaración e incluso de
recurso por falta de motivación o por el precedente que podría suponer- sin que sea carga
del Tribunal plantearse ahora una cuestión en términos diversos a los planteados en la
instancia e investigar de oficio las razones de discrepancia cuantitativa que el impugnante, al
menos, debiera haber explicado. En cuanto a los efectos habrá de estarse también a la
sentencia al no impugnar el mismo motivo sobre tal extremo".
e) Por medio de Auto de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, de 9
de diciembre de 2005, se desestimó el incidente de nulidad de actuaciones. Razona la
resolución que el incidente "es manifiestamente improcedente en cuanto, a su través, se
pretende plantear una cuestión como es la cuantía de la base reguladora que se cifra en
823,01 euros al mes y no, como fijó la sentencia en 998,60 euros, pese a no haber utilizado
en su día el cauce procesal adecuado para hacer valer tal base". Cauce procesal adecuado
que, según la Sala de lo Social, o bien era el de la aclaración de la Sentencia -si se
consideraba que existía un error subsanable o se entendía que el hecho probado cuarto no
estaba motivado-, o bien venía constituido por la formalización de un recurso de suplicación
por ese motivo. Por el contrario, afirma, "A tal cuestión sólo hizo referencia (el INSS) en la
impugnación del recurso de modo lacónico alegando su propio cálculo de la base". En
definitiva, resultando que no se impugnó el hecho probado cuarto y que el recurso de
suplicación es un recurso extraordinario de cognición limitada, el Tribunal no podía extender
su conocimiento a cuestiones ajenas al ámbito de la impugnación procesal. De modo que el
INSS, concluye el Auto de 9 de diciembre de 2005, debió haber reaccionado contra la
Sentencia, esto es, "ser recurrente y no recurrido o solicitado su aclaración", por lo que no
hay indefensión (o, en su caso, ésta se habría producido por la inactividad procesal de la
parte) y tampoco existe incongruencia, ya que la cuestión planteada fue objeto de
consideración en la Sentencia.
QUINTO.- El día 26 de junio de 2007 tuvo entrada en el Registro General de este Tribunal
escrito de la Procuradora de los Tribunales Dª Cristina Palma Martínez, actuando en
representación de Dª Encarnación Luisa, en el que solicitaba que se le tuviera por personada
en este procedimiento de amparo. La posterior diligencia de ordenación, de 13 de julio de
2007, acordó en el sentido solicitado y tuvo por recibidos los testimonios de las actuaciones
remitidos por el Juzgado de lo Social núm. 8 de Madrid y la Sección Tercera de la Sala de lo
Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Asimismo, a tenor de lo dispuesto en el art.
52 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, concedió un plazo de veinte días a las
partes personadas y al Ministerio Fiscal para que presentaran las alegaciones que estimaran
pertinentes.
SEXTO.- En escrito registrado en este Tribunal con fecha de 26 de julio de 2007, el INSS se
ratificó en el escrito de su demanda de amparo.
Y pudo hacerlo bien por el trámite de aclaración de sentencia, o bien por el cauce previsto
para la rectificación de errores aritméticos, ya que, si bien en principio puede parecer que no
es tal la filosofía que impregna la Ley Orgánica del Poder Judicial, así como la de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, una vez acreditado el indicado interés legítimo ante la posibilidad del
recurso que de adverso les pudiera ser planteado no existía obstáculo procesal que impidiera
a dicha Administración recurrir la cuantía por uno de los dos cauces indicados. Por lo demás,
añade finalmente, si la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid hubiera
modificado los hechos probados habría causado indefensión material a Dª Encarnación.
Solicita, por todo ello, que se dicte Sentencia inadmitiendo (sic) el recurso o,
subsidiariamente, denegando el amparo.
Por el contrario, sí era posible canalizar esa pretensión con un recurso de suplicación
formalizado por el propio INSS, puesto que la determinación de la cuantía de la base
reguladora no sólo tenía relevancia en la esfera procesal -como efectivamente ha acontecido
en el proceso subyacente al estimarse el recurso de suplicación-, sino que además
proyectaba su eficacia al ámbito extraprocesal, en tanto que tal declaración, contenida en
una resolución judicial, se erigía en elemento que podía ser invocado por la trabajadora en
cualquier hipotética reclamación que en el futuro quisiere dirigir al organismo ahora
recurrente. El perjuicio para el INSS resultaría así de una claridad meridiana, y por ello cabe
hablar de una cierta pasividad, negligencia o impericia en la conducta procesal de la entidad
demandante, pues no resultaba improcedente la directa interposición de un recurso de
suplicación. Con base en todo ello, el Fiscal interesa la desestimación del recurso de amparo,
habida cuenta que el rechazo de la pretensión planteada en el escrito de impugnación no
constituye una vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva del artículo 24.1 CE sino la
razonada denegación de una petición defectuosamente planteada a través de una vía
procesal sobre cuyos requisitos le es dado pronunciarse al órgano judicial.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Entiende el INSS, demandante de amparo, que justificó en el proceso que su cuantía era
menor que la fijada por el juzgador a quo en el hecho probado cuarto de su Sentencia de 20
de septiembre de 2004, en el que estableció la suma solicitada por la parte actora, y que así
lo hizo constar en su escrito de contrarrecurso al de suplicación de Dª Encarnación Luisa,
desatendiendo sus alegaciones la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid
pese a que en ellas se acreditaba el error en la cuantía de la base, por lo que el órgano
judicial vulneró el derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE EDL 1978/3879 ). El
Tribunal Superior de Justicia, en definitiva, causó la lesión del derecho fundamental al no dar
una respuesta de fondo a la impugnación, limitándose a afirmar que la misma debió haber
sido articulada en aclaración de Sentencia o a través del recurso procedente directamente
formulado por el INSS, aun cuando éste había sido absuelto en instancia. Medios de reacción
procesal que, por lo demás, en contra de lo mantenido por el citado órgano judicial, no
resultaban aptos a tal fin o eran inexigibles.
Todo ello revela la falta de una respuesta motivada y fundada en Derecho a lo planteado en
el escrito de impugnación al recurso de suplicación, o lo que el recurso de amparo califica
como "incongruencia omisiva por no motivación suficiente", habiéndose fundado la Sentencia
recurrida en un razonamiento viciado que se sustenta sobre una premisa fáctica inexistente
y no real, desconociéndose cuál ha sido el argumento lógico, racional y coherente que ha
servido de soporte al pronunciamiento judicial, puesto que, a diferencia de lo que hizo
apodícticamente la parte actora en el proceso, el INSS propuso como base reguladora la de
823,01 euros al mes, aportando al respecto documentación acreditativa de las cotizaciones
efectivamente realizadas por el interesado durante su vida laboral. Tanto la compareciente
Dª Encarnación Luisa como el Ministerio Fiscal se oponen al otorgamiento del amparo,
conforme a las alegaciones recogidas con detalle en el apartado de antecedentes de esta
Sentencia.
SEGUNDO.- Con carácter previo procede examinar si concurren las objeciones de carácter
procesal que se plantean en el presente caso, y que, de ser apreciables, determinarían la
inadmisión del recurso en esta fase, pues, como es sabido, los defectos insubsanables de que
pudiera estar afectado no resultan sanados porque haya sido inicialmente admitido a trámite
(SSTC 228/2001, de 26 de noviembre, FJ 2 EDJ 2001/53283 ; 18/2002, de 28 de enero, FJ 3
EDJ 2002/3361 ; 213/2003, de 1 de diciembre, FJ 2 EDJ 2003/172095 ; 106/2005, de 9 de
mayo, FJ 2 EDJ 2005/61626 , 17/2006, de 30 de enero, FJ 2 EDJ 2006/7771 , y 93/2007, de 7
de mayo, FJ 3 EDJ 2007/17752 , entre otras). Vista la reiteración con la que el Tribunal
Superior de Justicia de Madrid opone al INSS lo no utilización de determinados cauces de
reacción procesal frente a la decisión de cuantificación de la base reguladora adoptada por el
juzgador a quo en el hecho probado cuarto de su Sentencia, debemos enjuiciar, en primer
lugar, si procede declarar la inadmisibilidad de la demanda de amparo por falta de
agotamiento de la vía judicial (art. 44.1 a) LOTC EDL 1979/3888 ) por no haberse empleado
aquellos remedios y recursos a los que aluden las resoluciones impugnadas en amparo,
señaladamente la aclaración de Sentencia o la formalización directa por parte el INSS, como
recurrente, de un recurso de suplicación contra la Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 8
de Madrid, de 20 de septiembre de 2004.
Pues bien, en línea con el propio planteamiento de la parte recurrente y como con acierto
afirma el Fiscal, constatamos efectivamente que la Sentencia de suplicación no incurrió en
omisión de pronunciamiento, resultando evidente que dio respuesta al segundo de los
motivos del escrito de impugnación del INSS cuando éste pedía una corrección de la
determinación de la cuantía de la base reguladora. Cuestión distinta es que el
pronunciamiento consistiera en la decisión de no abordar el fondo de tal pretensión al
concurrir, a juicio de la Sala de lo Social, objeciones procesales (tanto por el empleo de un
cauce procesal inadecuado, como por la formalización defectuosa de la impugnación, al no
haberse explicado o fundamentado debidamente en el escrito del INSS la petición de revisión
fáctica relativa a la cuantía de la base reguladora). La respuesta, en efecto, se encuentra en
el fundamento de Derecho segundo in fine de la Sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal
Superior de Justicia de Madrid, de 31 de marzo de 2005, que en cuanto a la base reguladora
razonaba que debía estarse a la fijada en la Sentencia de instancia, "habida cuenta su falta
de impugnación -posible en vía de aclaración e incluso de recurso por falta de motivación o
por el precedente que podría suponer- sin que sea carga del Tribunal plantearse ahora una
cuestión en términos diversos a los planteados en la instancia e investigar de oficio las
razones de discrepancia cuantitativa que el impugnante, al menos, debiera haber explicado".
En consecuencia, las pretensiones que se articulaban en el incidente de nulidad de
actuaciones no concernían, propiamente, al vicio procesal de la incongruencia.
Aunque nominalmente se invocara por el INSS esa dimensión del derecho fundamental del
art. 24.1 CE EDL 1978/3879 (en ese sentido, STC 237/2006, de 17 de julio, FJ 4 EDJ
2006/112583 ), tanto la existencia expresa de respuesta judicial (fundamento de Derecho
segundo de la Sentencia de suplicación, de 31 de marzo de 2005) como la propia razón para
pedir o causa petendi en la que descansaba la solicitud de nulidad (que residía en una
pretendida defectuosa motivación de dicha resolución, señaladamente por estar fundada en
un error en las premisas fácticas), situaban la cuestión extramuros del derecho a la
congruencia de las resoluciones judiciales, ubicándola en cambio en el derecho a la
motivación de las mismas. Queja que, por consiguiente, no podía canalizarse a través del art.
241 LOPJ EDL 1985/8754 al no estar contemplado el remedio en él previsto, en la regulación
aplicable al caso, como un instrumento procesal paliativo de sentencias inmotivadas (por
todas, STC 140/2006, de 8 de mayo, FJ 2 EDJ 2006/58643 ). Esa circunstancia confirma la
manifiesta improcedencia del incidente declarada por el Auto que cerró el proceso judicial. Y
como quiera que el cumplimiento del plazo previsto en el art. 44.2 LOTC EDL 1979/3888 no
constituye una exigencia formal sin justificación, sino que representa una garantía sustancial
de seguridad jurídica que actúa como plazo de caducidad, improrrogable y de imposible
suspensión, no susceptible de ser ampliado artificialmente por arbitrio de las partes, la fecha
en que ha de iniciarse el cómputo del referido plazo es aquélla en la que al INSS se le notificó
la Sentencia de 31 de marzo de 2005, sin que pueda tomarse en consideración el incidente
de nulidad de actuaciones notoriamente inadecuado que interpuso con posterioridad (STC
245/2000, de 16 de octubre, FJ 2 EDJ 2000/31690 , y las numerosas allí citadas), lo que nos
obliga a declarar la extemporaneidad de la demanda de amparo, de acuerdo con lo
establecido en los arts. 44.2 y 50.1 a) LOTC EDL 1979/3888 q, pues entre la fecha de la
notificación de la Sentencia mencionada y la fecha de presentación de la demanda de
amparo transcurrieron varios meses, excediéndose así los veinte días de plazo legal de
caducidad para la interposición del recurso de amparo.
CUARTO.- A idéntica conclusión de inadmisibilidad del recurso de amparo se llega por otra
razón adicional. Será de interés ponerla de relieve para atender también a la doctrina
constitucional sentada en la STC 175/2001, de 26 de julio EDJ 2001/26489 , del Pleno de este
Tribunal, a través de la invocación de dimensiones de la tutela judicial efectiva que no estén
en un determinado caso efectivamente comprometidas. En ese propósito hemos de examinar
la cuestión referida a la posible falta de legitimación del Instituto Nacional de la Seguridad
Social (INSS) para interponer la demanda de amparo, dado que, como destacara nuestra STC
250/2005, de 10 de octubre, FJ 3 EDJ 2005/171581 , se trata de una entidad jurídico-pública a
la que le resulta aplicable la doctrina de este Tribunal contenida esencialmente en aquella
Sentencia de referencia -STC 175/2001, de 26 de julio. Pues bien, hemos tenido ocasión de
señalar el carácter extraordinario del recurso de amparo constitucional cuando su actor es un
sujeto público. Sólo excepcionalmente y en ámbitos procesales muy delimitados -que
especifica por todos aquel pronunciamiento del Pleno de este Tribunal Constitucional-
podemos admitir que las personas públicas disfrutan del derecho fundamental a la tutela
judicial efectiva (art. 24.1 CE EDL 1978/3879 ), y con ello del recurso de amparo ante este
Tribunal. En el presente caso, según se ha expuesto, se formula la demanda de amparo
contra la respuesta recibida en el fundamento de Derecho segundo in fine de la Sentencia de
suplicación, de 31 de marzo de 2005, en lo relativo a la determinación de la base reguladora,
denunciándose que el pronunciamiento judicial lesiona el art. 24.1 CE porque no entra en el
fondo de la cuestión planteada y se limita a indicar que eran otros los cauces procesales
adecuados para revisar la cuantificación realizada en el hecho probado cuarto de la
Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 8 de Madrid, de 20 de septiembre de 2004.
Sentada esa premisa (que, como vimos, encuadra la queja en el derecho a la motivación de
las resoluciones judiciales, a pesar de la invocación formal del derecho a la congruencia) la
conclusión que inmediatamente se impone es que la misma no puede ser objeto de amparo
por ser la recurrente una entidad pública que carece de legitimación en casos como el
enjuiciado. En efecto, la eventual vulneración del art. 24.1 CE EDL 1978/3879 en su
dimensión de derecho a obtener una resolución judicial razonable, motivada y fundada en
Derecho, no constituye uno de los supuestos excepcionales enumerados en el fundamento
jurídico octavo de la STC 175/2001, de 26 de julio EDJ 2001/26489 (en ese sentido, AATC
194/2004, de 26 de mayo, FJ 2 EDJ 2004/267082 ; 186/2004, de 25 de mayo, FJ 3 EDJ
2004/267089 ; 155/2004 de 3 de mayo, FJ 3 EDJ 2004/267045 ; 143/2004 EDJ 2004/267036 a
150/2004, todos ellos de 27 de abril, FFJJ 3 EDJ 2004/267046 ; 119/2004, de 19 de abril, FJ 3
EDJ 2004/267014 ; 118/2004, de 19 de abril, FJ 3 EDJ 2004/267012 ; 105/2004 EDJ
2004/267002 a 116/2004, todos de 19 de abril, FFJJ 3 EDJ 2004/266987 ; y 87/2004, de 22 de
marzo, FJ 3 EDJ 2004/267388 ). Frente a ello, arguye el INSS que el presente supuesto sí se
incardina en las excepciones contenidas en la STC 175/2001, de 26 de julio, toda vez que en
el procedimiento judicial la Administración participaba en situación de igualdad con los
particulares y que las argumentaciones evasivas de las resoluciones impugnadas le situaron
en posición de indefensión, al privarle del debate sobre el fondo del asunto sin que tuviera
posibilidad de acudir a ningún otro remedio procesal para hacer valer su pretensión.
Sin embargo, no podemos aceptar aquella primera premisa, pues el proceso judicial, en el
propósito de reconocer o denegar el derecho reclamado, tenía como objeto directo el
examen de la decisión adoptada por la Administración de la Seguridad Social en un
expediente administrativo de incapacidad permanente. Por otra parte, tampoco puede
obviarse que (fuera o no correcta en Derecho la determinación de la base reguladora) lo que
se cuestiona es la motivación de la respuesta recibida en ese punto en el grado jurisdiccional
de suplicación, y que esa vertiente del derecho fundamental queda excluida del amparo por
las razones antes enunciadas. En ese mismo sentido, incluso si atendiéramos a la
discrepancia que late en último término en la queja del INSS (a saber: la incorrección de la
base reguladora fijada en el proceso), nos situaríamos de nuevo en los terrenos de la
motivación judicial, con idéntico resultado. Por todo lo expuesto, no cabe sino declarar la
inadmisibilidad del recurso.
FALLO
Dada en Madrid, treinta y uno de enero de dos mil ocho. María Emilia Casas Baamonde,
Presidenta.- Javier Delgado Barrio.- Roberto García-Calvo y Montiel.- Jorge Rodríguez-Zapata
Pérez.- Manuel Aragón Reyes.- Pablo Pérez Tremps, Magistrados.
EL DERECHO
EDJ 2006/53107
TS Sala 3ª, sec. 7ª, S 29-3-2006, rec. 7839/2002. Pte: Maurandi Guillén, Nicolás
RESUMEN
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El Auto de 8 de febrero de 2001 contiene una parte dispositiva que copiada
literalmente dice: "La Sala Dijo: Procede la inadmisión del recurso por inadecuación del
procedimiento. Sin costas".
QUINTO.- Conclusas las actuaciones se señaló para votación y fallo del presente recurso la
audiencia de quince de marzo de 2005, en cuyo acto tuvo lugar su celebración.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- El proceso de instancia lo inició el EXCMO. AYUNTAMIENTO DE ARCOS DE LA
FRONTERA, por los trámites del procedimiento para la protección de los derechos
fundamentales de la persona, mediante recurso contencioso-administrativo dirigido contra el
acuerdo de 18 de diciembre de 2001 del Consorcio Provincial contra Incendios y Salvamentos
de Cádiz, en cuanto a la decisión adoptada frente a dicho Ayuntamiento consistente en lo
siguiente: "iniciar, de acuerdo con los Estatutos, un expediente de expulsión por no satisfacer
las aportaciones consorciales, en el que necesariamente se le debida audiencia." El primero
de los autos que aquí se recurren de casación decidió inadmitir el recurso contencioso-
administrativo, con el argumento principal de que el acto recurrido era un acto de trámite y
no vulneraba derecho constitucional alguno "porque lo único que supone es la voluntad de
quien lo adopta de depurar la existencia de posibles responsabilidades en el comportamiento
de uno de los consorciados, que como expone el propio acto recurrido va a contar con todas
las garantías de defender sus intereses." El segundo auto desestimó el recurso de súplica
planteado contra el auto inicial.
En su motivación, manifiesta que coincide con el recurrente en que un acto de trámite puede
vulnerar derechos fundamentales, pero reitera lo ya argumentado en el primer auto sobre
que el acto administrativo litigioso no vulneraba derecho fundamental alguno.
Junto a lo anterior, incluye una respuesta a la alegación del recurrente de que hay indicios
que aconsejan la admisión del recurso, referidos al trato desigual que el demandante recibe
del consorcio en relación con otros Ayuntamientos.
Esta respuesta la expresa así: "La Sala no puede modificar su postura tomando en
consideración estos motivos. Como afirma el Consorcio demandado no hay trato desigual
sino en la actitud de la recurrente en relación con quienes si están cumpliendo sus
obligaciones con él.
El vicio invocado necesita para que pueda aceptarse que se produzca una situación de
convicción en el Tribunal que estamos lejos de poder formar en este momento (..)"
Ese único motivo, en su enunciado inicial, denuncia "la infracción de los artículos 24.1 y 53.2
de la Constitución EDL 1978/3879 q, 114 y sus concordantes de la Ley Jurisdiccional -LJCA -, y
demás legislación y jurisprudencia citada en el presente motivo." El desarrollo que luego se
hace del motivo tiene una parte inicial que transcribe el artículo 25.1 de la LJCA EDL 1956/42
e invoca la jurisprudencia que ha admitido la directa impugnación de los actos de trámite
cuando estos son susceptibles de vulnerar derechos fundamentales.
Su parte posterior incluye una crítica de ese razonamiento del recurrido auto de 16 de
septiembre de 2002 en el que la Sala de instancia declara que no puede formar convicción
sobre las alegaciones del demandante.
Esta critica se apoya en dos argumentos principales: que la Sala no motiva suficientemente
los elementos que faltaban y necesitaba para poder formar su convicción; y que se aportaron
indicios que muestran que el consorcio incoó un expediente sancionador con la aparente
justificación del incumplimiento de sus obligaciones, pero guiado por la verdadera finalidad
de represaliar al Ayuntamiento de Arcos de la Frontera por haber este ejercitado sus
derechos fundamentales a través de un proceso contencioso-administrativo dirigido contra
los Presupuestos Generales del Consorcio para 2001.
El acto administrativo impugnado decidió aprobar esta doble propuesta del Presidente del
Consorcio Provincial de Cádiz contra Incendios y Salvamentos: dejar sin efecto, en cuanto a
los Ayuntamientos de Puerto Real y Sanlúcar de Barrameda, el expediente administrativo
informativo que se había abierto por el incumplimiento consistente en no haber abonado sus
aportaciones consorciales; y la iniciación al Ayuntamiento de Arcos de un expediente de
expulsión "en el que necesariamente se le dé debida audiencia".
El texto de ese acuerdo también pone de manifiesto que la propuesta iba precedida de un
exposición cuya síntesis es la que se expresa continuación. Que ante los perjuicios que al
Consorcio provocaba el incumplimiento de varios Ayuntamientos la Presidencia de aquel se
dirigió a ellos para que regularizaran su situación.
Que solo hicieron caso omiso los Ayuntamientos de Puerto Real, Arcos de la Frontera y
Sanlucar de Barrameda.
Ese escrito comenzó con la alegación de que en la sesión en que se aprobó el acto
administrativo impugnado el Excmo. Ayuntamiento de Arcos pidió que se facilitara la
documentación sobre ese punto del día y en caso contrario que se retirara del debate, y de
que esa solicitud se hizo porque existía un contencioso entre el Ayuntamiento y el Consorcio
por haber impugnado el primero en un proceso contencioso-administrativo el Presupuesto del
Consorcio para el ejercicio de 2001.
Decía a continuación que después de ese proceso había habido negociaciones entre ambas
Administraciones públicas tendentes a lograr un acuerdo extrajudicial, que se plasmaron en
una propuesta de convenio interadministrativo que el Ayuntamiento aprobó en un Pleno de
24 de septiembre de 2001.
Lo anterior se completaba con una referencia a esas mismas actuaciones del Consorcio que
figuran en el acto administrativo impugnado (la comunicación dirigida por el Presidente a los
Ayuntamientos; la actuación inicialmente seguida con los Ayuntamientos de Puerto Real,
Arcos de la Frontera y Sanlucar de Barrameda; y el inicio del expediente de expulsión).
Por lo que hace al artículo 23 CE EDL 1978/3879 , se viene a decir que la ausencia de
documentación que sustente el acto administrativo impugnado priva al Ayuntamiento del
derecho a participar en asuntos públicos con plenitud, porque la medida puede afectar a la
prestación de un servicio público esencial como es la extinción de incendios.
En cuanto al principio de igualdad del artículo 14 CE EDL 1978/3879 , se aduce que a todos
los Ayuntamientos que estaban en idéntica situación no se les ha tratado igual, y que el
Consorcio no ha proporcionado explicación o documento que explique por qué retiró las
medidas respecto de dos ayuntamientos y la ha seguido manteniendo respecto de uno que
ha iniciado acciones judiciales.
Sobre esta cuestión debe afirmarse que ciertamente son impugnables jurisdiccionalmente los
actos de trámite si son susceptibles de incidir negativamente en un derecho fundamental. Así
lo ha declarado la jurisprudencia de esta Sala y también esa posibilidad resulta de lo que
establece el inciso final del artículo 25.1 de la LJCA EDL 1956/42 (cuando declara admisible el
recurso para los actos de trámite si producen "perjuicio irreparable a derechos o intereses
legítimos").
Pero debe matizarse que esa susceptibilidad será de apreciar cuando el acto de trámite sea
capaz por sí solo de incidir en el derecho fundamental, y que el recurrente tiene la carga de
justificar o explicar esa posible incidencia (artículo 115.2 de la LJCA EDL 1956/42 ).
Estas consideraciones que acaban de hacerse impiden acoger la crítica que en el recurso de
casación se dirige al pronunciamiento de inadmisión de los autos aquí recurridos, ya que el
escrito de interposición que fue objeto de dicha inadmisión no argumentó convenientemente
el fundamento de la vulneración de derechos fundamentales que se invocaba.
Por lo que se refiere al artículo 14 CE EDL 1978/3879 , no se describe la premisa fáctica que
resulta necesaria para apreciar la vulneración de este precepto. Solo genéricamente se habla
de desigualdad, pero no se relata una situación de identidad con esos otros Ayuntamientos
con los que se pretende la comparación y que, de llegarse a lo largo del proceso a la
convicción de su certeza, permitiría concluir que el Consorcio recurrido les otorgó un trato
discriminatorio. Y, por otro lado, el acto administrativo explica las diferencias que apreció
entre esos tres Ayuntamientos que son objeto de comparación.
Todo lo anterior debe acabar con una observación final. El acto administrativo aquí
impugnado, como se ha puesto de manifiesto, se limita a iniciar el expediente de expulsión,
pero no limita ni priva al Ayuntamiento recurrente de ningún derecho. En consecuencia, debe
ser valorado como un mero acto de trámite que por sí solo no tiene incidencia en la esfera
jurídica de dicho recurrente.
SEXTO.- Procede, de conformidad con todo lo antes razonado, declarar no haber lugar al
recurso de casación; y con imposición de las costas a la parte recurrente por no concurrir
circunstancias que justifiquen su no imposición (artículo 139.2 de la LJCA EDL 1956/42 ).
Pero la Sala, haciendo uso de la facultad reconocida en el apartado 3 de ese artículo 139 de
la LJCA EDL 1956/42 , señala como cifra máxima a que asciende la imposición de costas por
honorarios de abogado la de 3000 euros.
FALLO
Así por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. Juan José González
Rivas.- Nicolás Antonio Maurandi Guillen.- Pablo María Lucas Murillo de la Cueva.- José Díaz
Delgado.- Eduardo Calvo Rojas.
Publicación.- Leída y publicada fue la anterior sentencia por el Excmo. Sr. Magistrado Ponente
de la misma, estando celebrando audiencia pública la Sala Tercera del Tribunal, el mismo día
de su fecha, lo que certifico.
EL DERECHO
EDJ 2006/51001
TSJ Asturias Sala de lo Contencioso-Administrativo, sec. 1ª, S 31-1-2006, nº 117/2006, rec.
291/2006. Pte: Querol Carceller, Luis
RESUMEN
El TSJ estima el recurso interpuesto al amparo del procedimiento especial de los derechos
fundamentales, contra la resolución de la Delegación del Gobierno que acordaba modificar el
lugar de la concentraciones convocadas. La Sala declara que la limitación impuesta a la
reunión pretendida es contraria al derecho fundamental de reunión, sin perjuicio de las
medidas que se pudieran adoptar para asegurar el tránsito y libre acceso al Palacio, pues no
hay dudas razonables de la posiblidad de que se puedan producir alteraciones del orden
público.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Consecuencia de todo ello es que se exige una exquisita motivación de la limitación del
derecho de reunión y de la proporcionalidad de las medidas que se impongan para
salvaguardar el orden público, entendido, como el que impide el normal desarrollo de la
convivencia ciudadana en todos los aspectos que afecten a la integridad física o moral de las
personas o de los bienes públicos o privados, sin necesidad de que concurran acciones
violentas, añadiendo que el normal funcionamiento de la vida colectiva, puede verse
afectado por múltiples factores, que a su vez afectan a cuestiones o bienes tan diversos
como la tranquilidad, la paz, la seguridad de los ciudadanos, el ejercicio de sus derechos, el
normal funcionamiento de los servicios esenciales para el desarrollo de la vida cotidiana. Sin
embargo, sólo podrá entenderse afectado el Orden público, al que se refiere el citado
precepto constitucional, cuando el desorden externo en la calle ponga en peligro la
integridad de las personas o los bienes.
TERCERO.- Reconociendo que la limitación del derecho de reunión llevada a cabo por la
resolución recurrida es mínima, al quedar reducida a su ubicación de la fachada del Palacio
de la Presidencia a la calle lateral en el tramo que discurre junto al edificio que se halla frente
a dicho Palacio, en el que se ubica la Junta General del Principado, entendemos que las
razones que se exponen para fijar dicha limitación resultan insuficientes al ignorarse en que
medida puede verse alterado el orden público o afectar a la integridad física de las personas
o de los bienes, cuando, como pone de manifiesto la Organización Sindical recurrente, y
resulta acreditado de la prueba practicada y ser conocido por notoriedad, dada la relevancia
de los dos edificios, que se trata de calles peatonales, de similares características. No se
aprecian otras molestias o incomodidades que las que pudieran resultar de la presencia de
los recurridos a quienes accedan al Palacio de Presidencia, único edificio existente, en tanto
que la nueva ubicación traslada el problema a quienes lo hiciesen a las distantes entidades
que se hallan en el referido tramo de la C/ Principado, así como al parking de la Junta General
del Principado.
Toda la argumentación de la resolución recurrida decae por la simple razón de ser un hecho
probado que en el referido lugar se han venido desarrollando con anterioridad distintas
reuniones y manifestaciones sin que conste que se haya alterado en ninguna de ellas el
orden público, ni afectar a la integridad de las personas o los bienes. No obstante, si hubiere
un tenor fundado de que así pudiera ocurrir, nada impide la adopción de las medidas de
seguridad que razonablemente se estime necesario establecer.
FALLO
Así por esta nuestra Sentencia, de la que se llevará testimonio a los autos, la pronunciamos,
mandamos y firmamos.
Jdo. Cont-Advo. Nº 1, Granada, S 17-1-2007, nº 8/2007, rec. 767/2006. Pte: Navajas Rojas, Mª
del Carmen
RESUMEN
ANTECEDENTES (OMITIDOS)
FUNDAMENTOS DE DERECHO
"Las personas jurídicas pueden... ejercitar acciones civiles o criminales, conforme a las leyes
y reglas de su constitución."
art. 11 de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo EDL 2002/4288 , reguladora del Derecho
de Asociación EDL 2002/4288 :
art. 12 EDL 2002/4288 "Si los Estatutos no lo disponen de otro modo, el régimen interno de
las asociaciones será el siguiente:
a) Las facultades del órgano de representación se extenderán, con carácter general, a todos
los actos propios de las finalidades de la asociación, siempre que no requieran, conforme a
los Estatutos, autorización expresa de la Asamblea General."
Por tanto no hay defecto de representación pero si lo hubiera, en cualquier caso el defecto
procedimental de la representación de la Sociedad en juicio no impide la posibilidad de que
sus miembros en nombre propio puedan intervenir solicitando la protección de los derechos
fundamentales que aquí se invocan.
En cuanto al plazo de interposición del recurso art. 115 de la LJCA EDL 1998/44323 :
"1 EDL 1998/44323 . El plazo para interponer este recurso será de diez días, que se
computarán, según los casos, desde el día siguiente al de notificación del acto, publicación
de la disposición impugnada, requerimiento para el cese de la vía de hecho, o transcurso del
plazo fijado para la resolución, sin más trámites.
Sin embargo hay que tener en cuenta que el art. 7,2 de la Ley Orgánica 4/2001, de 12 de
noviembre EDL 2001/37893 , reguladora del Derecho de Petición EDL 2001/37893 establece
un plazo de quince días para valorar la Administración la admisión o inadmisión del escrito de
petición y el art. 11 el de tres meses para contestar por parte de la Administración, siendo así
que los demandantes han agotado el plazo de tres meses que tenía la Administración para
resolver sin hacerlo, para interponer el presente recurso contencioso administrativo que por
ello hay que declararlo admisible, porque la pasividad de la Administración no puede
convertirse en una prerrogativa que beneficie a la misma y vulnere el derecho a la tutela
efectiva del art. 24 de la Constitución EDL 1978/3879 .
En este caso, que la Administración tiene hasta tres meses para contestar, y la petición se
refería a una situación inmediata en el tiempo, la falta de contestación no es un simple
supuesto de silencio administrativo (que no cabe ni es admisible en el ámbito del Derecho
Constitucional de Petición) sino una verdadera y propia vía de hecho de la Administración, al
dejar desprotegidos a los interesados que no tienen una vía procedimental específica de
tutela, sino sólo la del amparo del derecho constitucional, por lo que el plazo de diez días
para recurrir debe hacerse contados veinte días, no de la Reclamación (15 de marzo 2006)
sino desde que se produce la Vía de hecho, que debe entenderse producida cuando se agotó
definitivamente el plazo para contestar sin hacerlo, esto es el 15 de junio de 2006.
Esta es la interpretación más acorde con el principio de tutela efectiva de los derechos por
los Tribunales del art. 24 de la Constitución EDL 1978/3879 .
Pero por otro lado el art. 12 de la Ley Orgánica del derecho de Petición se refiere en su
apartado b) EDL 2001/37893 a que "El derecho de petición es susceptible de tutela judicial...
b) La omisión de la obligación de contestar en el plazo establecido".
Por tanto los plazos de interposición del procedimiento de derechos fundamentales en este
caso deben contarse desde que acaba el plazo de la Administración para resolver que es el
dicho de tres meses.
En estos casos sí podría aplicarse el plazo general de diez días desde la Resolución expresa
para interponer el recurso contencioso administrativo.
SEGUNDO.- En cuanto al fondo del asunto, se refería esta Petición a medidas públicas a
adoptar por la Alcaldía del Ayuntamiento de la ciudad contra la convocatoria pública del
fenómeno denominado "Botellón" para el día 17 de marzo de 2006, relacionadas con la
protección de la convivencia pacífica, el buen orden y desarrollo de la ciudad que tal tipo de
manifestaciones multitudinarias suelen quebrantar.
"consumo masivo de alcohol en la vía pública fuera del recinto específico previsto según la
prensa para tal fin; entrada al recinto de menores de edad, y actuaciones respecto a los
menores que en ese u otro lugar muestren signos de ebriedad; informe acústico exigible a la
vista del anuncio de utilizar equipos de sonido que batirían records de 75.000 watios;
comprobación de la personalidad jurídica de los convocantes de la fiesta, prestación de
fianza, alcance de la responsabilidad a fabricantes de bebidas que se anunciaban en el
cartel; proceder contra los ruidos, actos vandálicos fuera del recinto "autorizado"; posibles
cortes de tráfico en calles, qué actuaciones que llevaría a cabo el Ayuntamiento; información
que se daría de estas circunstancias a los visitantes de la ciudad españoles y extranjeros, y
en su caso información a través de los establecimientos de hostelería."
2. Los miembros de las Fuerzas o Institutos armados o de los Cuerpos sometidos a disciplina
militar podrán ejercer este derecho sólo individualmente y con arreglo a lo dispuesto en su
legislación específica."
"Las peticiones podrán versar sobre cualquier asunto o materia comprendido en el ámbito de
competencias del destinatario, con independencia de que afecten exclusivamente al
peticionario o sean de interés colectivo o general.
No son objeto de este derecho aquellas solicitudes, quejas o sugerencias para cuya
satisfacción el ordenamiento jurídico establezca un procedimiento específico distinto al
regulado en la presente Ley."
"No se admitirán las peticiones cuyo objeto sea ajeno a las atribuciones de los poderes
públicos, instituciones u organismos a que se dirijan, así como aquéllas cuya resolución deba
ampararse en un título específico distinto al establecido en esta Ley que deba ser objeto de
un procedimiento parlamentario, administrativo o de un proceso judicial."
Sentencia del TC Sala 1ª del 4 de julio de 1993 rec. 682/1990 (EDJ 1993/7093) EDJ 1993/7093
que se cita en la demanda:
"La petición en que consiste el derecho en cuestión tiene un mucho de instrumento para la
participación ciudadana, aun cuando lo sea por vía de sugerencia, y algo del ejercicio de la
libertad de expresión como posibilidad de opinar.
La petición, en suma, vista ahora desde su anverso, puede incorporar una sugerencia o una
información, una iniciativa, "expresando súplicas o quejas", pero en cualquier caso ha de
referirse a decisiones discrecionales o graciables (STC 161/1988 EDJ 1990/3383 ), sirviendo a
veces para poner en marcha ciertas actuaciones institucionales, como la del Defensor del
Pueblo o el recurso de inconstitucionalidad de las Leyes - arts. 54 y 161.1.a) CE EDL
1978/3879 q-, sin cauce propio jurisdiccional o administrativo, por no incorporar una
exigencia vinculante para el destinatario."
TERCERO.- En el caso que nos ocupa no puede decirse que la petición por ej. de que ciertos
cargos públicos se abstengan de manifestarse en los términos que se expresaban,
considerados inadecuados por los demandantes, sea un derecho subjetivo que puedan los
demandantes ejercer por un procedimiento específico administrativo o judicial, pues esos
cargos públicos podrían invocar a su vez en su descargo derechos constitucionales como el
de la libertad de expresión o el derecho a la participación política.
Tampoco puede decirse que sea un derecho subjetivo con una específica protección jurídica
el resto de las sugerencias o información recabada a la Administración, en los términos ya
expresados sobre lugar de celebración de la convocatoria, si se permitiría o no por el
Ayuntamiento, qué actuaciones se realizarían con menores participantes o en estado de
embriaguez, protección contra ruidos, identificación de convocantes.
Se trata, la información y las medidas solicitadas, de un acto futuro, incierto pero previsible,
contra el que no cabe una específica vía de recurso administrativo o contencioso
administrativo de modo preventivo, al no haberse materializado ninguna actuación
vulneradora de derechos con protección legal específica.
Por ello la reclamación ejercitada de forma preventiva en los términos expresados relativa a
sugerencias, información, quejas... se puede considerar como un derecho sustantivo
diferente de aquéllos, e incardinado en el reivindicado derecho de Petición cuya vulneración
por la Administración aquí se denuncia.
Y están legitimados los ciudadanos para provocar en la Administración una reacción en forma
de medidas preventivas aseguradoras de esos derechos de los ciudadanos, a la salud al
descanso, a la intimidad... cuando aún no se han vulnerado, pero lo serán indefectiblemente
si la Administración no interviene con la urgencia adecuada.
"1 EDL 2001/37893 . Una vez admitida a trámite una petición, la autoridad u órgano
competente vendrán obligados a contestar y a notificar la contestación en el plazo máximo
de tres meses a contar desde la fecha de su presentación. Asimismo podrá, si así lo
considera necesario, convocar a los peticionarios en audiencia especial."
CUARTO.- En el caso que nos ocupa la Administración no contestó de ninguna manera ni
declarando la inadmisibilidad de la petición, ni admitiéndola a trámite para su posterior
Resolución expresa estimatoria o desestimatoria de la petición.
El Ayuntamiento no le dio ningún trámite a dicho escrito, con desprecio del legítimo interés
de los reclamantes a instar y obtener de la Administración una actuación adecuada frente a
comportamientos que se venían denunciando, reiterados y flagrantes de vulneración de
derechos constitucionalmente protegidos.
Y sin que conste tampoco siquiera cuál fue la actuación a posteriori para reducir los efectos
de aquellas concentraciones alégales. Mostrándose en la documentación aportada de parte
(abundante información periodística) la evidencia de un problema de una especial gravedad
que desde antiguo viene martirizando a los ciudadanos sin que las Administraciones hayan
dado, al menos hasta aquellas fechas de la Petición, adecuada respuesta para la protección
de derechos constitucionales flagrante y reiteradamente vulnerados desde hace años.
Habría que recordar a la Administración no sólo el deber de dar contestación a las peticiones
de los ciudadanos que sean perfectamente encuadrables en el derecho Constitucional de art.
29 EDL 1978/3879 , como lo era la presente demanda, sino también la posible incursión de
su pasividad tanto en supuestos de responsabilidad patrimonial de la Administración, exigible
vía contencioso, como en responsabilidad penal por posible delito de prevaricación cuando
de forma permanente y reiterada a lo largo de años se consienten, toleran y no se adoptan
medidas que atajen comportamientos incívicos que vulneran derechos de los ciudadanos por
simple pasividad, siendo actuaciones propias de su competencia y conocidas por notorias.
Procede por todo ello estimar la demanda declarando vulnerado el derecho de Petición por la
inactividad y pasividad de la Administración al no dar la adecuada tramitación y contestación
a la Petición de fecha 15 de marzo de 2006 objeto de este recurso.
QUINTO.- Según el art. 139, de la LJCA EDL 1998/44323 relativo a las costas procesales:
Por todo lo expuesto, en nombre de su Majestad el Rey y por la potestad que me confiere la
Constitución,
FALLO
Que estimando como estimo el Recurso Contencioso Administrativo interpuesto por
Asociación Granada Viva, Asociación Granada Contra el Ruido, Asociación Vecinos del Bajo
Albaicín representado por el Procurador D. Manuel Leyva Sánchez y asistido del Letrado Dª
Carmen Pérez Porcel contra Ayuntamiento de Granada representado por el Procurador D.
Leovigildo Rubio Paves y asistido del Letrado D. Antonio Quirós Roldán al quedar acreditada
la vulneración del derecho constitucional de Petición al no dar la adecuada tramitación y
contestación a la Petición de fecha 15 de marzo de 2006 .
Y para que esta Sentencia se lleve a puro y debido efecto, una vez alcanzada la firmeza de la
misma, remítase testimonio, junto con el expediente administrativo en su caso, al órgano
que dictó la resolución impugnada, que deberá acusar recibo de la misma conforme previene
la Ley.
Notifíquese a las partes la presente resolución previniéndoles que la misma admite recurso
ordinario de apelación ante la Sala de lo Contencioso administrativo del TSJA en el plazo de
quince días desde su notificación.
Sentencia nº .../2008
En Oviedo, a 21 de abril de 2008, el Ilmo. Sr. D. David Ordóñez Solís, magistrado juez
del Juzgado de lo Contenciosoadministrativo nº 4 de Oviedo, ha pronunciado esta
sentencia en el recurso contenciosoadministrativo D.F. nº 60/2008 interpuesto por el
letrado don Alfredo García Rey, en nombre y representación de don José Luis
Rodríguez Mendoza, contra la desestimación por silencio del requerimiento relativo al
retraso en la percepción de unos haberes ya liquidados a otros trabajadores en diciembre
de 2006 por la Universidad de Oviedo, representada por doña Laura FernándezMijares
Sánchez y asistida por el letrado don Miguel ValdésHevia Temprano, relativa al
derecho fundamental de libertad sindical consagrado por el artículo 28.1 de la
Constitución española. Interviene en el procedimiento la representante del Ministerio
Fiscal, doña Mª Adoración Peñín González.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO. El 27 de abril de 2007 el letrado don Alfredo García Rey, en nombre y
representación de don José Luis Rodríguez Mendoza, en su condición de delegado
sindical del sindicato CSICSIF, interpuso recurso contenciosoadministrativo para la
protección de los derechos fundamentales de la persona contra la desestimación por
silencio del requerimiento de cese de la vía de hecho consistente en el retraso
inmotivado de percepción de unos haberes que fueron liquidados a otros trabajadores en
diciembre de 2006 por ser la misma contraria a derecho y causar lesión para los
legítimos intereses y solicitando amparo judicial del derecho de libertad sindical del
artículo 28 de la Constitución.
SEGUNDO. Recibido el asunto en este Juzgado, quedó registrado con el número D.F.
60/2008 y por providencia, de 1 de febrero de 2008 se tuvo por interpuesto el recurso
contenciosoadministrativo y se reclamó a la Administración demandada la remisión del
expediente administrativo y el emplazamiento de los interesados. Recibido el
expediente administrativo y realizados los emplazamientos procedentes, por auto, de 14
de febrero de 2008, se acordó proseguir las actuaciones poniendo de manifiesto al
recurrente el expediente administrativo para que formalizase la demanda.
TERCERO. Por escrito registrado el 26 de febrero de 2008 la parte recurrente formuló
demanda, que fue contestada por escrito presentado el 11 de marzo de 2008 por la
Universidad pública demandada; asimismo la representante del Ministerio Fiscal había
presentado sus alegaciones por escrito registrado el 6 de marzo de 2008. Por auto, de 12
de marzo de 2008, se recibió a prueba el juicio, practicándose las pruebas en los
términos que constan en autos. Una vez practicadas las pruebas que fueron admitidas y
declarado concluso el período de prueba, por providencia, de 18 de abril de 2008 se
declararon los autos conclusos y vistos para dictar sentencia.
CUARTO. En la tramitación del presente recurso contenciosoadministrativo se han
observado las prescripciones legalmente establecidas.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO. El objeto del presente recurso contenciosoadministrativo lo constituye la
desestimación por silencio del requerimiento de cese de la vía de hecho consistente en el
retraso inmotivado de percepción de unos haberes que fueron liquidados a otros
trabajadores en diciembre de 2006 por ser la misma contraria a derecho y causar lesión
para los legítimos intereses y solicitando amparo judicial del derecho de libertad
sindical del artículo 28 de la Constitución.
Del expediente administrativo resulta que el 13 de diciembre de 2006 la Directora de un
Curso universitario emite y liquida remuneraciones, por importe de 1.200 euros, por
participar en el III Curso de Enfermería en hemodiálisis y se adjuntan los datos
bancarios del ahora recurrente (folios 1 y 2). No obstante, por escrito del Vicerrector de
Convergencia Europea, de 15 de enero de 2007, se devuelve a la responsable del curso
en relación con el ahora recurrente y doña Mª Begoña Valdés Carbajal «al no existir
como tipo de retribuciones ni ‘colaboración ni ‘otros’, sino únicamente docencia,
dirección, secretaría y pago a personal subalterno por la apertura de las aulas en horarios
fuera de su jornada laboral, en tal caso se deberá especificar los días y horas del
servicio» (folio 5).
TERCERO. El letrado de la Universidad se opone a la demanda y considera, en primer
lugar, que procede declarar inadmisible el recurso al haber transcurrido con creces el
plazo de interposición lo que determina su extemporaneidad. Respecto del fondo del
asunto no se ha vulnerado el derecho fundamental pues no ha existido discriminación
dado que los problemas generados por el curso afectó a otra colaboradora doña María
Begoña Valdés Carvajal que no ostenta ningún cargo sindical; no se ha producido
retraso en la tramitación del expediente; existe sólo una discrepancia jurídica sobre la
procedencia del pago de haberes al recurrente y a doña Mª Begoña, que constituye una
cuestión de legalidad ordinaria; y no cabe hablar de vía de hecho cuando la actuación
que se denuncia tiene el correspondiente respaldo jurídico.
La representante del Ministerio Fiscal considera que en este supuesto no se acredita la
existencia de vulneración de los derechos fundamentales pretendidos por la parte
demandante sin perjuicio de que su solicitud pueda constituir una cuestión de legalidad
ordinaria cuya resolución no ha de tramitarse mediante este tipo de procedimiento o que
de la prueba que a posteriori puedan aportar las partes resulte acreditado otro extremo.
CUARTO. Con carácter previo debe examinarse la alegación que, de acuerdo con el
letrado de la Universidad, determinaría la inadmisibilidad del recurso.
A la vista del expediente administrativo y de los autos resulta que el recurso judicial fue
interpuesto el 31 de enero de 2008 (folio 1 de los autos) y que el requerimiento se había
realizado el 19 de diciembre de 2008 (folio 42 del expediente), aunque en este
requerimiento se hacía referencia al escrito de 7 de diciembre de 2007 del Vicerrector
de Convergencia Europea, Postgrado y Títulos Propios (folio 18 del expediente). En
este último escrito no existe indicación o información alguna sobre eventuales recursos
ordinarios contra el mismo. Asimismo, debe subrayarse, en el mismo sentido apuntado
por el letrado de la Universidad, que el recurrente califica en su escrito de requerimiento
expreso frente a una ‘vía de hecho’ lo que, de algún modo, queda desvirtuado por la
existencia del mismo expediente y del escrito de 7 de diciembre de 2007 del
Vicerrector.
En este caso habría que entender que, al presentarse el requerimiento el 19 de diciembre
de 2007, sería a partir de esta fecha cuando habría que contar los diez días fijados
legalmente para interponer el recurso judicial. Ahora bien y en una generosa y amplia
interpretación de lo que consta en el expediente administrativo podría considerarse que
el cómputo del plazo se hace veinte días después de presentado el recurso
administrativo considerando que el recurrente confundió el requerimiento con el recurso
administrativos potestativo que amplía el cómputo del plazo de diez días en otros
veinte. En este caso puede comprobarse que, efectivamente, si computamos a los
efectos procesales judiciales y sucesivamente los dos plazos anteriores el recurso
jurisdiccional interpuesto el 31 de enero de 2008 ante el Juzgado Decano de Oviedo no
sería extemporáneo.
QUINTO. Por lo que se refiere al fondo del asunto debe precisarse, como
frecuentemente se ve obligado a hacer este Juzgado, que la vía procesal elegida, de
protección de los derechos fundamentales, restringe el ámbito y los términos del
presente enjuiciamiento dado que será preciso comprobar que no estamos ante una
cuestión de mera legalidad sino que afecta al núcleo del derecho fundamental cuya
violación se denuncia. Al mismo tiempo, también ha de tenerse en cuenta que, como ha
subrayado la sentencia de 1 de febrero de 1995 del Tribunal Supremo, «la decisión
sobre si en un determinado conflicto está implicado o no un derecho fundamental,
puede exigir un estudio no siempre fácil, que supone de por sí un verdadero
enjuiciamiento de fondo, siendo sólo al final del mismo, cuando puede llegarse a la
solución correcta» (Sala 3ª, sección 7ª, recurso nº 835/92).
Por esa razón es preciso determinar también con carácter previo en este supuesto el
alcance del derecho de libertad sindical que, consagrado en el artículo 28.1 de la
Constitución, comprende, tal como se deduce, por ejemplo, de la sentencia del Tribunal
Constitucional nº 183/2007, de 10 de septiembre (Sala 2ª, ponente: Conde Martín de
Hijas) «el derecho del trabajador a no sufrir por razón de su afiliación o actividad
sindical menoscabo alguno en su situación profesional o económica en la empresa. Se
trata de una garantía de indemnidad, por lo que el derecho a la libertad sindical queda
afectado y menoscabado si la actividad sindical tiene consecuencias negativas para
quien la realiza, o si éste queda perjudicado por el desempeño legítimo de la actividad
sindical. La protección contra el perjuicio de todo orden que pueda recaer sobre el
representante viene exigido, además, por el Convenio núm. 135 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), relativo a la protección y facilidades de los
representantes de los trabajadores en la empresa, en vigor para España, con la
virtualidad hermenéutica que ex art. 10.2 CE tiene dicho convenio, cuyo art. 1 establece
que aquellos representantes “deberán gozar de protección eficaz contra todo acto que
pueda perjudicarlos... por razón de su condición de representantes (y) de sus actividades
como tales” (por todas, SSTC 111/2003, de 16 de junio, FJ 5; 79/2004, de 5 de mayo,
FJ 3; 188/2004, de 2 de noviembre, FJ 4; 326/2005, de 12 de diciembre, FJ 4; 336/2005,
de 20 de diciembre, FJ 4; 144/2006, de 8 de mayo, FJ 4, y resoluciones en ellas citadas).
Por esta vía discurre también el art. 12 de la Ley Orgánica 11/1985, de 2 de agosto, de
libertad sindical, así como el art. 17.1 del texto refundido de la Ley del estatuto de los
trabajadores, aprobada por Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, al
proscribir los pactos individuales y decisiones empresariales que supongan una
discriminación en el empleo o en las condiciones de trabajo por motivos sindicales» (FJ
4).
Asimismo, ha de puntualizarse, como también hace el propio Tribunal Constitucional,
en la misma sentencia, ya citada, la tutela judicial de este derecho tiene una
particularidad en cuanto a la prueba. A tal efecto y en palabras del Tribunal
Constitucional: «Para analizar la existencia de una vulneración del derecho de libertad
sindical, se hace preciso partir, finalmente, de la doctrina sentada por este Tribunal ya
en la STC 38/1981, de 23 de noviembre, acerca de la importancia que tiene la regla de
la distribución de la carga de la prueba en orden a garantizar este derecho frente a
posibles actuaciones empresariales que puedan lesionarlo. Según reiterada doctrina de
este Tribunal, cuando se alegue que determinada decisión encubre en realidad una
conducta lesiva de derechos fundamentales del afectado, incumbe al autor de la medida
probar que obedece a motivos razonables y ajenos a todo propósito atentatorio a un
derecho fundamental. Pero para que opere este desplazamiento al demandado del onus
probandi no basta que el actor tilde a la decisión impugnada de discriminatoria, sino
que ha de acreditar la existencia de indicios que generen una razonable sospecha,
apariencia o presunción a favor de semejante alegato y, presente esta prueba indiciaria,
el demandado asume la carga de probar que los hechos motivadores de la decisión son
legítimos o, aun sin justificar su licitud, se presentan razonablemente ajenos a todo
móvil atentatorio de derechos fundamentales; no se le impone, por tanto, la prueba
diabólica de un hecho negativo la no discriminación, sino la acreditación de la
razonabilidad y proporcionalidad de la medida adoptada y su carácter absolutamente
ajeno a todo propósito atentatorio de derechos fundamentales (por todas, SSTC
17/2003, de 30 de enero, FJ 4; 188/2004, de 2 de noviembre, FJ 4; 38/2005, de 28 de
febrero, FJ 3; y 3/2006, de 16 de enero, FJ 2). En conclusión, para que entre en juego el
desplazamiento de la carga probatoria, se requiere “un principio de prueba revelador de
la existencia de un fondo o panorama discriminatorio general o de hechos de los que
surja la sospecha vehemente de una discriminación por razones sindicales” (por todas,
SSTC 293/1993, de 18 de octubre, FJ 6; 140/1999, de 22 de julio, FJ 5; 29/2000, de 31
de enero, FJ 3; y 17/2005, de 1 de febrero, FJ 5)».
Asimismo y en cuanto a la prueba aportada por la parte actora se trata de una denuncia
del recurrente en su calidad de auxiliar administrativo en relación con diferencias
retributivas del personal colaborador de las pruebas de selectividad (folio 37 de los
autos), las diferencias de liquidación realizadas por el Sr. Gerente el 24 de agosto de
2006 (folio 38) y documentación relativa al curso de experto universitario (folios 39 a
49 de los autos). Asimismo, en la fase de prueba, el recurrente aporta el acta de
renovación de la sección sindical de la que se deduce que son delegados sindicales el
propio recurrente y también doña Begoña Valdés Carbajal, afectada, asimismo, en su
calidad de auxiliar administrativo de la Universidad por el impago de las retribuciones
prácticamente en los mismos términos que el ahora recurrente. Las otras tres pruebas
que se propusieron fueron inadmitidas por su generalidad y por no añadir más
información de la necesaria en este supuesto para resolver la controversia aquí
planteada, por ser superflua la necesidad de acreditar nuevamente que doña Begoña era
delegada sindical o por la irrelevancia de los tipos de retribuciones existentes del curso
universitario o los impresos de terceros acreedores que sean o no válidos a los efectos
del cobro correspondiente.
La valoración que sobre esta prueba hace la representante del Ministerio Fiscal es que
«no se acredita la existencia de vulneración de los derechos fundamentales pretendidos
por la parte demandante». Y esta misma conclusión es a la que llega este Juzgado. En
efecto, del expediente administrativo y de las pruebas practicadas se deduce
inequívocamente que en ningún momento ha estado en peligro, ni siquiera remoto, la
libertad sindical en su dimensión de indemnidad para los representantes de los
empleados de la Universidad pública en este caso y lo único que interesa es respecto del
ahora recurrente; ni tampoco el hecho de que los dos afectados, el recurrente y doña
Begoña sean delegados sindicales tampoco le resulta a este Juzgado indicio de
confabulación de la Universidad para impedir el pago de la colaboración en un curso; de
hecho, podría sostenerse que la misma situación de ambos en cuanto auxiliares
administrativos y por el trabajo desempeñado han sido tratados de manera igual y no
parece que discriminatoria.
Pero, por lo que ahora interesa, debe subrayarse que, por una parte, no se ha acreditado,
ni siquiera indiciariamente, que la discrepancia en el abono de unos servicios prestados
en un curso universitario tenga su origen en la condición de representante sindical del
recurrente; de hecho, la discusión mantenida en el expediente es entre los organizadores
y el Vicerrectorado encargado de los mismos; y tampoco directa o indirectamente la
condición de representante sindical se ha demostrado que determinase la toma de
postura por el Vicerrector o la Interventora de la Universidad. De hecho, este Juzgado
considera especialmente aventurado en un supuesto como el presente utilizar una
defensa tan privilegiada como es la condición de representante sindical, establecido
constitucionalmente con el fin de proteger un derecho fundamental como es la libertad
sindical, así como un procedimiento especial de protección de los derechos
fundamentales que se ve desnaturalizado con este tipo de reclamaciones que, en su caso,
tiene sentido plantearlas por la vía de la reclamación administrativa y judicial ordinaria.
En suma, del examen realizado se desprende que no puede imputarse a la Universidad
demandada una vulneración del derecho fundamental a la libertad sindical, por lo que,
en consecuencia y en los términos establecidos en el artículo 121.2 de la Ley de la
Jurisdicción Contenciosoadministrativa, procede desestimar el recurso contencioso
administrativo especial de protección de los derechos fundamentales entablado por ser
manifiestamente infundado.
SÉPTIMO. En virtud de lo previsto en el artículo 139.1 de la Ley de la Jurisdicción
Contenciosoadministrativa no procede imponer expresamente las costas a ninguna de
las partes.
FALLO
Notifíquese esta sentencia a las partes y al Ministerio Fiscal haciéndoles saber que
contra la misma cabe interponer ante este Juzgado y en el plazo de quince días recurso
de apelación.
Así, por esta mi sentencia, lo pronuncio, mando y firmo.