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Las Cortes le reclamaron más atención a los asuntos del reino, pero el monarca sólo las
convocó para pedir dinero para su coronación como Emperador. Dichas demandas fiscales,
coincidentes con la salida del rey para la elección imperial en Alemania (Cortes de Santiago y La
Coruña de 1520), produjeron una serie de revueltas urbanas que se coordinaron e
institucionalizaron, llegando a constituirse estas ciudades en gobierno del reino.
El reino comenzó a alimentar la idea de sustituir la figura del rey, tomando la iniciativa
Toledo, que defendía metas mayores, como convertir a las ciudades castellanas en ciudades
libres, similar a lo que ya ocurría con Génova y otros territorios italianos. Por el reino ya
circulaba la idea de destronar a Carlos I y acudir a Tordesillas para ofrecer la corona a la reina
propietaria de Castilla: la madre de Carlos, Juana, cuya incapacidad o locura podía ser objeto de
revisión, aunque la propia Juana, de hecho, no colaborara.
Este movimiento, cuyos principales dirigentes eran Juan de Padilla, Juan Bravo y
Francisco Maldonado, agrupaba a un sector de los hidalgos y de las clases medias urbanas
(artesanos, mercaderes, funcionarios).
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TEMA 1.- RAÍCES HISTÓRICAS DE LA ESPAÑA
CONTEMPORÁNEA P.A.U. 2009/2010
había permanecido al margen del conflicto, unió sus fuerzas a las del rey para acabar con los
comuneros.
Tras prácticamente un año de rebelión, los sublevados se encontraron pronto frente a los
partidarios del emperador (particularmente la alta nobleza y los territorios periféricos
castellanos, como Andalucía) y las tropas imperiales que asestaron un golpe casi definitivo a los
comuneros en la batalla de Villalar, el 23 de abril de 1521. Allí mismo, al día siguiente, se
decapitó a los líderes comuneros (Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado). El
ejército comunero quedaba descompuesto. Solamente Madrid y Toledo mantuvieron viva su
rebeldía, hasta su rendición definitiva en mayo y octubre de 1521 respectivamente. Pese a esta
rendición, Toledo fue escenario de una nueva revuelta en febrero de 1522, dirigida por María
Pacheco, viuda del líder comunero Padilla, que terminó con el exilio de ésta a Portugal y la
derrota de los comuneros