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Seccién: Filosofia Immanuel Kant: Antropologia En sentido pragmatico Version espafola de José Gaos GG2136 El Libro de Bolsillo Alianza Editorial Madrid ‘Talo original: Auttrpolgie in pragmaticer Hinsche Revista de Occidente, Madrid, 1935. Miaoza Faioril, 5. A. Madrid, 199 Calle Mikin, 38, 2463 Madrid, telef, 2000045, ISBN: 84-206-0526-3 Depasivo legal: M. 24,225.19 Pape tabrieado por Saisce, 8, A Compuesto e impreso en Fernéniler Ciudad, S. Galina Suéecs, 19. 28007 Madrid Printed in Spain Prolog dus los progresos de la exltura a través de los cuales se cuca ef bomtbre tienen el fin de aplicar los. conocimientos 9 Ihabitdades adguiridas para emplearlos en ef mundo; pero el lyeto més importante del mundo a que ef bombre puede upliarlos es el hombre mismo, porgue él es su propio fin iltinn, EL conocerle, pres, como 1a ser terrenal’dotado’ de urn por si esencia especifica, merece lamarse partiularmente am conocimiento del mundo, aim cuando el bonbre silo tunstitiga wa parte de las oriaturas terrenaes. Via ciencia del conocimiento del bombre sistemticamente desurrallada (Antropelogia), pnede hacerse en sentido fisio\i~ iv « en sentido pragmatico.—EI conacimiento fisolégico ‘hl lumbre trata de inestigar lo que la naturaleza hace del Inminss el pragmatico, fo que € mismo, como ser que obra Hremente, hace, 0 puede y debe hacer, de si mismo—Quien cavile sobre las causes naturales en que pueda descanser, por remplo, la factad de recordar, disurrivd acaso (al modo de Cartesio) ‘bre las bueltas dejadas en cf cerebro por las 8 Pratogo impresiones que producen las sensaciones experimentadas, pero tendré que confosar que en este juego de. cusreprasentacions s a ‘mero espectador y que tiene que dejar bacer a la naturalega, puesto que no conoce las fibras mi los nervios enceficos, mi sabe ‘mansjarlos para su propésito, 0 sea, que iodo discarrir teérico sobre este asunto es pura pérdida.—Pero si utiliza las obverva- cones bechas sobre to que resulta perjudical 0 favorable a la memoria, para ensancharla o bacerla mis flexible, y a este fin se sirve del conocimiento del hombre, esto constituird sma parte de Ja Antropologia en sentide pragmitico, y ésta es precisamente aguella con que agud nos acxpans. Una Antropologia semajante, considerada como am conoci- miento del mundo gue debe completar los conocimientos de la escuela, no s¢ Hama todavia propiamente pragmitica, ‘wanda. encierra extensos conocimientas sobre las cosas. del mundo, por ejemplo, sobre los animales, las plantas y los -minerales de los diversos paises y elimas, sino cuando encerra un conocimiento del hombre como ciudadano det mundo.—-De ‘aqui que no se cuente ni siquiera ef conacimiento de las razas ‘umanas, como productos que ontran en el jogo de las fuergas de Ja naturalega, entre los conacimientos pertenecentes al camoci~ -miento pragmtico del mundo, sino silo al feorice. Hay més, Las expresiones: conocer cl mundo y tence mundo difieren bastante en su significacion, pes ef que conoce ef mundo se limita a comprender el juego gue ha presenciado, mieniras que el que tiene mundo ba entrado en juego en En cuanto al lamado sean mando, la clase de las perso- nas distinguidas, encuéntrase el antropslogo, para juzgarlo, en ana posiciin muy desfavorable, porque dichas personas se ‘encuentran demasiado cerca entre sis pero demasiado lsjos de los denis, A los medios para ensanchar el volumen de fa Antropalogia pertenece el viajar, awn cuando silo consista em ta lectura de libros de vigjes. Pero es menester baber adguirido xm conacimicn- 10 del hombre antes, en la propia casa, mediante el trato con los Protege 9 cunciudadanos 0 paisanos (a), si se quiere saber qué es lo que se see buscar fuera para ensanchar el volumen de la Antropologia. Sin nn plan semsjante (que supone ya sm conocimiento. del Iumbre), siempre resultaré muy limitada la Autropologia del indadano del mundo Las conocimientos generales precedin agut siempre a los conocimientos locales, si esta Antropologéa ba de ser ordenada y dirigida por la Filosofta, sin la eual todos los conscimientos adquirides no pueden dar nada més que an Pragmentaria tantear y no wna ciencia. Pero a todos los ensayos que se hagan para llegar con Jundamento sélido a una cienca semejante se oponen considerables dificultadss, dimanantes de la propia naturaleza bunana. 1. La persona que nota que se le trata de observar y estudiar, s¢ azora (0 s@ molesta), y entonces no puede ‘mostrarse como es; 0 finge, y entonces mo quiere gue se la conozea como es 2. Aum cuando silo quiera estudiarse a sé misma, se encontrard en wna situaciin critica, principalmente por fo gue se refiere a sus estados afectivos, que no admiten, por lo comin, fingimiento; pues cuando estin en acciin los reortes impulsi- (@)_ Ua gran ciudad, que os el centro de un reino en el. que se ‘encuenain los cuerpo terorses Gel gobiino de Ese, que ene una Universidad (pared culo de as cents) y una stvacion propici 4 Inveavegnciom, que fsvoree por meio de los roel rlacones eon interne dl pais ant come Eon slejados pace enindante de diversas Ienguss ycoatumbrer ana ciudad semxjate, como es Koenigsberg, cls det Pegeh, pucde considera como un Tagar adceundo ps teanchar tan el Gonociniento del hombre como también el code Imienra el mondo, dade ete poede adquinrse icles sin iar enon indiesdse simplemente con sn lets soln de Rant +s sexe; las indica con un mero y al ial tinal son nots de blpe au edicoa dela nip, que foram parte de edicon de tas obras compleas de Kant publicada por in Academix de Bria ex ‘eguica por sedi de it Anopologls publica poe Verlinden in'Bibineca Tilonsfiea de Meines, sobre la co ett ech esa teaduccidn 6 so otar deVorander « s0edieldn 9 cots del ted tor (1) wo Prolog os, la persona na se observa, y cuando se observa, los resortes descansan. 3. El lugar y las cireunstancias de tiempo engendran, cuando som persistentes, babitos que constituyen ima sequmda naturaleza, como stele decirse, y dificulian a Ja persona _formarse un jaicio sobre si misma, sobre aquello por to que deba ‘enerse, pero acaso mas sobre el concepto que deba bacerse del ‘prijino con quien se encuentra en relacns es la diferencia de sitnacianes en que el bonsbre resulta colocado por su destino, o en que se coloca él mismo cuando tiene un humor aventurero, dificultan en grande a la Antropologia el elevarse basta el rango de una ciewcia formabmente tal. Finalmente, son, sino fuentes, al menos medios ausiliares de Ja Antropotogia, las bisiorias, las biografias y basta las obras de teatro y las novelas. Pres si bien la base de estos dos itimas _gineros no es propiamente la experiencia la verdad, sino sla la “nvenciin poética, y esti permitido en ellos exagerar los caracte- res y las situaciones em que se encuentren colocadas las personas, exactamente igual que en los sues, de suerte que wo paresen tnseitar nada aprovechable para el conocimiento del bomabre, lo cierto esque caracteres como los pintados por an Richardson ont “Moliire han de estar tomades en sus rasgos fundamentales a fa bservaciin de tn que los hombres bacen y dejan de hacer realmente; porque exagerados, sin duda, oh cuanto al grado, tienen en cuanto a Ia calidad que ser concordantes cow ta aturalega humana. Una Antropologia sisteméticamente organizada y, sin em- argo, popularmente desarrollada en sentido pragmético (bacien- do referencia a giemples que todo lector pueda comprabar por si mismo), Hera consigo la ventaja para el piibice lector de que gracias a la madtitid de los titados bajo los cuales puede colocarse ‘esta 0 aguella cualidad humana obsereada ¢ inflayente en la prictica, se le des a este piblco numeresas ocasones ys inca mumerosas veces a hacer de cada caalidad en particular un tema propio, para colocarla en el departamento que le carrespon- Priloge a dda; con fo ewal el trabajar en esta Antropolegia se divdiré por sf mismo entre los amantes de su estudio y se reanira posterior- ‘mente en un todo, por obra de la unidad del plan, con to cual, a ‘su vex, se favorecerdy acelerara el crecimiento de una cencia tit «al comin (2). (@)_Enace aus trabajos de flsfte pa emprendidos en un prine: pio ibvemente, abligatorios mie strle’ para fr post an como on debet free Bat ae wn ren fn dca ela Noman de mans: nope fen scare de iierae) ¥ Glia fe Conc de leche) 2 on ‘eos come esas populires eneontracon oportno attr sambign ons chases de p [oP bel primero proce £ presente mancal publica del sgn of igual, savindolo del manusirin usado por i como texore legible pura conquer caro que yoy apenas ine Sor pone, dada fa id. PRIMERA PARTE, DELA ANTROPOLOGIA DIDACTICA ANTROPOLOGICA De la manera de conocer el interior ast como el exterior ded bombre Libro Primero DE LA PACULTAD DE CONOCER DE LA CONCIENCIA DE Si MISMO 1 El hecho de que el hombre pueda tener una represen- tacidn de su yo le realza infinitamente por encima de todos los dems seres que viven sobre la tierra. Gracias a ello es el hombre wna persona, y por virtud de la unidad de la conciencia en medio de todos los cambios que pueden afectarle es una y la misma persona, esto es, un ser totalmente distinto, por su rango y dignidad, de las, cosas, como son los animales irracionales, con los que se puede hacer y deshacer a capricho. Y es asi, incluso cuando no es capaz todavia de expresar el yo, porque, sin embargo, fo piensa; como tienen que jensarlo, en efecto, todas las lenguas, cuando hablan en la primera persona, aunque no expresen este yo por medio de una 5 6 Immanuel Kant palabra especial, Pues esta facultad (es, a saber, la de pensar) €s el enfendimiento. Es notable, empero, que el nifio que ya sabe hablar bastante bien, pero que s6lo empieza bastante después (quiza un aio mis tarde) a decit’ye, hable de si tanto tiempo en la tercera persona (Carlos quiere comer, andar, etc.), y que parezca como haberse encendido para luna luz cuando empieza a expresarse diciendo yo: pues desde ese dia ya no vuelve nunca a hablar de aquella otra manera.—Antes se sentia meramente a si mismo, ahora se piensa a si mismo-—La explicacién de este fendmeno podria resultarle bastante dificil al antropologo. La observacién de que el nifio no da sefales de llanto ni de risa antes del cuarto mes de su vida, parece descansar igualmente en el desarrollo de ciertas represen taciones del agravio o beneficio que se le hace, las cuales anuncian ya la raz6a.—Fl hecho de que en este espacio de tiempo empiece a seguir con los ojos los objetos brillantes que se le ponen delante es el tosco inicio del Progreso que va desde las percepcioner (aprehensién de la pura representacién sensorial) hasta el conocimiento de los objetos sentidos, esto es, la experiencia, El hecho, ademas, de que en cuanto intenta hablar, su chapurrear las palabras tan gracioso para las madres y nnodrizas y haga a éstas tan inclinadas 2 abrazarle y besarle constantemente, ¢ incluso a convertirle en un pequetio titano por dar satisfaccién a todas las manifes- taciones de su deseo y voluntad, esta gracia de la criatura en cl espacio de tiempo en que se desarrolla hasta llegar a Ia plena humanidad, debe ponerse a cuenta de su inocencia y de la franqueza de todas sus todavia defec- tuosas expresiones, en que ain no hay disimulo ni nada de malicia, por un lado; mas, por otro lado, debe ponerse a cuenta de la natural propensidn de las nodrizas a hacer bien a una criatura que se abandona total y unropedgia 7 conmovedoramente al arbittio del projimo; concedién- slosele asi toda una edad del juego, en’ la cual el ilueador, haciéndose 1 mismo como un nif, goza una nis de este placer. Pero este recuerdo de los propios afos infantiles no llega, ni remotamente, hasta esa edad; porque no fue la chad de las experiencias, sino de las meras percepciones tlispersas 0 todavia no reunidas bajo el concepto del nbjeto. DEL EGOISMO §2. Desde ef dia en que el hombre empieza a expresarse dliciendo yo, saca a relucir su querido yo alli donde puede, y el egoismo progresa incesantemente; sino de un modo patente (pues entonces le hace frente el egoismo de los demas), al menos encubierto bajo una aparente negacién de si propio y una pretendida modes- tia, para hacerse valer de preferencia con tanto mayor seguridad en el juicio ajeno. El egoismo puede encerrar tres clases de arrogancias: las del entendimiento, las del gusto y las del interés prictico, esto es, puede ser légico, estético 0 prictico. El gosta ligico tiene por innecesario contrastar el propio juicio apelando al entendimiento de los demis, exactamente como si no necesitase para nada de esta piedsa de toque (criterium veritatis extern). Peto es tan cierto que no podemos prescindit de este medio para asegurarnos de la verdad de nuestros juicios, que acaso es ésta Ia r2z6n mas importante por la que el piblico docto clama tan insistentemente por la libertad de impren- 4a; porque cuando se rehisa ésta, se nos sustrae al par un ie Immanuel Kast gran medio de constrastar Ia rectitud de nuestros pro- pos juicios y quedamos entregados al error. No se diga, que al menos la Matematica tiene el privilegio de decidie Por su propia autoridad soberanas pues si no hubiese ido por delante la universal concordancia percibida entee los juicios del matemitico con el juicio de todos los demas que se han dedicado con talento y solicitud a esta disciplina, no se habria sustraido ésta a la inquietud de incurtir en algin punto de ecror.—Hay incluso casos en que no confiamos en el juicio aisldo de nuestros propios sentidos, por ejemplo, cuando dudamos si un tintineo existe meramente en nuestros oidos o es la audicién de campanas tocadas en realidad, sino que ‘encontramos necesario preguntas, ademas, a otras perso- ras si no les parece también asi. Y si bien al filosofar no debemos precisamente apelar al juicio de los demis en confirmacién del propio, como hacen los juristas con los juicios de los expertos en Derecho, todo escritor que no encontrase partidarios y se quedase solo con su opinion pblicamente declarada (siempre de importancia), ven- dria a set sospechoso de error por este mero hecho. Justamente por esto es un atrevimiento hacer en pablico una afirmacion que pugae con la opinién gene- ral, incluso de los inteligentes. Esta manifestacion del egoismo es lo que se llama la paradja. No es una audaci ‘sar algo con peligro de que no sea verdadero, sino solo con el de que pudiera encontrar acogida por parte de pocos—La predileccién por lo paraddjico es la abstina- ‘ibn ligica de no querer ser imitador de los demas, sino de apatecer como un hombre extraordinario, aunque en lugar de esto s6lo se hace, con frecuencia, el extravagante. Mas porque cada cual ha de tener y sostener su propio parecer (si onmes patres sic, at ego non sic, Abelardo), el reproche de paradoja, cuando no se funda en Ia vanidad de querer meramente diferenciarse, no es precisamente oaropologia ule mala nota—A lo paradéjico se opone lo nulgar, que tiene a su lado Ia opinién general. Pero en lo vulgar hay an poea seguridad como en lo paradéjico, si no todavia nenos, porque fo vulgar adormece, mientras que lo purndéjico despierta la mente y la hace atender e indagar, us cual conduce frecuentemente a descubrir. Ul egoista estético es aquel al que Te basta su propio usto, por malos que los demas puedan encontrar o por mucho que puedan censurar_o hasta ridiculizar sus versos, cuadsos, miisica, etc. Este egofsta se priva a si mismo de progresar y mejorar, aislindose con su propio inicio, aplaudiéndose a si mismo y buscando s6lo en si la piedea de toque de lo bello en el arte. Finalmente, el egoista moral es aquel que reduce todos los fines a si mismo, que no ve ms provecho que el que hay en lo que le aprovecha, y que incluso como cudemonista pone meramente en el provecho y en la propia felicidad, no en la idea del deber, el supremo fundamento determinante de su voluntad. Pues como ‘ada hombre se hace un concepto distinto de lo que considera como felicidad, es justamente el egofsmo ‘quien llega a no tener una piedra de toque del verdadero concepto del deber, a cual ha de ser un principio de validez universal. Todos los eudemonistas son, por ende, egoistas pricticos. Al egoismo solo pucde oponérsele el pluralismo, esto es, aquel modo de pensar que consiste en no considerarse ni conducirse como encerrando en el propio yo el mundo entero, sino como un simple ciudadano del mun- do.—Fsto es lo que pertenece sobre este asunto a la Antropologia. Pues por lo que concierne a esta distin- cién desde el punto de vista de los conceptos metafisi- cos, cae totalmente fuerea del campo de la ciencia a tuatar aqui, Si la cuestién fuese meramente de si yo, ‘como ser pensante, tengo motivos para admitir, ademas, » Tmmaauel Kant de mi existencia, Ia existencia de un conjunto de seres distintos de mi, pero que se hallan en relacion de comunidad conmigo (conjunto llamado mundo), no se trataria de una cuestién antropolégica, sino puramente metafisica, Nota. Sobre las formulas del lenguajeegoista. El lenguaje en que el jefe del Estado se dirige al pueblo, es en nuestros tiempos, habitualmente pluralista (Nos, N., por la gracia de Dios, etc.). Cabe preguntas si el sentido no «3, empero, mas bien egoista, esto es, si no denuncia la propia autotidad soberana y no significa exactamente lo mismo que el rey de Espaia dice con su Jo, ef Rey! Parece, sin embargo, que aquella formula de expresion de la autoridad suprema indicaba originariamente wna ‘ondesrendencia (Nos, el Rey y su Consejo, o los Estamen- tos).—Pero gcémo ha sucedido que el tratamiento mu- tuo que en las antiguas lenguas clisicas se expresaba por medio del i, 0 sea, de un modo unitarista, haya legado a hacerse en diversos pueblos, principalmente germanicos, de un modo pliralista, por medio del v0s? Sobre lo cual han inventado los alemanes otsas dos expresiones que indican una mayor distincién de la persona con quien se habla, a saber, las del Er y el Sie ( y ellos, empleados en cl sentido de ustedj2, exactamente como si no se estuviese dando un tratamiento, sino refiriéndose a ausentes y éstos fiesen ya uno, ya varios; y encima ha venido a emplearse, finalmente, y para colmo de los absurdos con que s¢ expresa la pretendida humillacion ante la persona a quien se habla y su exaltacion por encima de si propio, el abstracto de la cualidad de la clase de Ja persona a quien se habla (Vuestea Gracia, 1 kn espaol y as eno orginal. (T.) 2 Ene punts caadrados las aiciones de la traduccion acest sng 2 a iteligenci de ell: (1) Aonroqutagia a sina Alteza, Vuestra Seftoria, etc.).—Todo ello obra, jnebablemente, del feudalismo, que se cuidaba de que lc la dignidad real, pasando por todos los grados tutermedios, hasta el punto en que desaparece del todo la tlygnidad humana y sélo queda el ser humano, esto es, hha la clase de los siervos, ‘inicos que pueden ser tnterpelados por su superior con un £#, 0 hasta el nifio, 4yue no puede tener todavia una voluntad propia, no Iubiese error en el grado del respeto debido al mas encumbrado. DE LA CONCIENCIA VOLUNTARIA DE LAS PROPIAS REPRESENTACIONES §3. El esfuerzo por legar a ser consciente de las propias representaciones es, ya atenciin, ya absirastéa de una representacion de que soy consciente—Esta altima no «sun mero abandono y omisién de la primera (pues esto seria ditraccién), sino un acto efeetivo de la facultad de conocer que impide a una representacion de la que se ¢s consciente enlazarse con otras en my acto de concien- cia—De donde que no se diga abstraer alge, sino abstract de algo, esto es, de una determinacion del objeto de la representaci6n, con lo que ésta consigue la univer- salidad del concepto y es recibida en el entendimiento. El poder de abstraer de una representacidn, incluso cuando se le impone al hombre por los sentidos, es una facultad mucho mis considerable que Ia de atender; porque demuestea la libertad de la facultad de pensar y la autarquia del alma, gue tiene bajo sw dominio sus representax coms (animes sui compos).—En este sespecto es, pues, la Jacultad de absiraer mucho mis dificil, pero también mas importante que la de atender, en lo concemniente a las representaciocs de los sentidos. 2 Ininsauel Kant ‘Muchas personas son desgraciadas porque no pueden abstraer. El soltero podria hacer un buen matsimonio s6lo con que pudiese no ver un lunar en el rostro 0 sina melia en los dientes de su amada. Pero es una particular perversin de nuestra facultad de atender el fijar Ia atencién, incluso de un modo involuntario, justamente en lo que hay de defectuoso en los demis; el ditigir los ojos a un born que falta en la casaea justamente enfrente de nuestra cara, 0 a fa mella, o a un defecto de pronunciacion habitual, confundiendo al projimo con ello, pero echando también a perder nuestro juego en el trato social. Cuando lo principal esta bien, no es s6lo justo, sino también prudente apartar la wista de lo malo de los demas, ¢ incluso de nuestro propio estado de felicidad; pero esta facultad de absteaer es una fortaleza de animo que s6lo se logea adquirir mediante cl ejes- cicio. DET OBSERVARSE A SI MISMO $4. El darse cuenta de si mismo no es todavia un observarse a si mismo. Esto iiltimo es una sintesis metédiea de las percepciones adquiridas de nosostros mismos, que sumi- nistra Ia materia para el diario de an observador de si mismo y conduce ficilmente a la exaltacién y a la ilusién, EI atenderse a si propio, cuando se tiene que teatar con los demas, es, sin duda, necesario, pero no ha de hacerse visible en el trato mismo, pues entonces hace parecer azorado (cortado) 0 afeetado (retorcido). Lo con trario de ambas cosas es el desembarazo (Pair dégagé), un confiar en si mismo hasta creer que no se ha de ser juzgado por los demas desfavorablemente para el propio decor, El que se coloca cual si quisiera juzgar, mirin- Antopotogin 23 love al espejo, cémo se conduce, 0 habla oyéndose ablar (no meramente como oyéndole hablar otros), es sina especie de actor. Quiere reprerentar un papel y Foxja una fiecién de su propia persona; con lo cual, si se pereibe este esfuerzo en él, pierde en el juicio de los tlemas, porque suscita la sospecha de una intencién de fiac—La franqueza en la manera de mostrarse exteriormente, que no da motivo ninguno a semejante sospecha, es 10 que se lama un compostamiento naferal (aque no por serlo excluye todo arte bello y edueacién del iusto) y agrada por la mera veracidad en las exteriorida- ales. Donde al par brilla en el lenguaje fa franqueza de la rimplicidad, esto es, de la falta de un arte del fingimiento aque se ba convertido en regla, la franqueza se dice ingenuidad. ‘La manera franea de expresarse en una muchacha que se acerca al tipo varonil o en un campesino no familiari- vado con los modales urbanos, despierta, por su inocen- cia y simplicidad (© ignorancia del arte de aparentar), una sisa jovial en aquélios que son ya pricticos y hibiles cen este arte. No es una carcajada despectiva, pues se honra en el fondo del corazén la pureza y la sinceridad, sino tuna benévola y amistosa risa de complacencia en la inexperiencia en cl arte de apareatar, arte malo, aunque Fundado en nuestra ya corrompida naturaleza humana, por cl que antes se debia suspirar que reir, si se le compara con la idea de una naturaleza no corrompida todavia (2). Es una momentinea jovialidad, como la que produce un cielo nublado que se abre en un punto para @) _ En cate respecto podria parodiatse dl conocido verso de Perso, lciendo: marin Fen? ingoiantgee relia Contemplen la,natutalera y giman por haberla ahandonado. El ‘vers de las sititas de Perso (II, 18) dice: 1st eat inabescant- (pe rota, comtemplan la virtud y corebanse @ si asrnos poe babeda Shandonado. (V.) a menue Ken dejar paso a un rayo de sol, pero se cietra al instante, en obsequio a los ciegos ojos de topo del egoismo, Mas por lo que concierne al verdadero propésito de este parigrafo, a saber, la advertencia anterior de no ‘ocuparse en espiar y como en componer una estudiada historia interna del curso imolmtario de los propios Pensamientos y sentimientos, se la hace porque éste es justamente el camino derecho para incurtir en Ja quimera de supuestas inspiraciones de lo alto y de fuerzas que influirian sobre nosotros sin nuestra cooperacidn y quién sabe de donde procedentes, en la quimera de los ilumina- dos y de los aterrorizados. Pues, sin notarlo, hacemos supuestos descubrimientos de lo que nosotros mismos hemos introducido en nosotros, como una Bourignon! con sus lisonjeras alucinaciones, 0 un Pascal con las suyas espantables y angustiosas; un caso en que incurrié hasta una cabeza por lo demés excelente, Alberto Haller, el cual, cn el Diario de su estado de alma, levado durante largo tiempo, aunque con frecuencia interrumpi- do, llegé, por Gitimo, a preguntas a un célebre tedlogo, su colega universitatio en otto tiempo, el doctor Less, si no lograba encontrar en su rico tesoro de la divina sabiduria consuelo para su alma angustiada 2, El observar en si propio los distintos actos de la facultad de la representacion, cuando uno mismo los proveca, €s cosa muy digna de meditacion, y para la Logica y la " Anioinette Bourigaon (1616-1680), una vsionasia y fundadora de secta, natural de Lil, que infloy® principalmente en los Paises Baio Y eupas obras teosdfico-misticasllenan am menos de 21 tomos. (V.) # Alberto de Hiller: Diasio de sue observaciones sobre ottos cxcetoresy sobne si mismo, 1787. Less, doctor y profesor de ‘Teolopia de Gotinga (1736 « 1793), Haller, pooos dias antes de su muctte Gliciembre de 1777), le hizo legar por medio de uaa carta Heyn cata ‘consulta: aque libto (na ha de ser argo), en mie icunstanciasy contra fas angustias de muerte, sino. para compartir firmemente los ‘merecimientos del Salvador, podria ler yo con Futon. (K) as Atetatvaca, necesaria y provechosa.—Pero el querer wuupieaulerse a si propio cuando vienen al espirita por si nutans y sit Hamarlos (lo que sucede pot obta del juego dle lv imsigioacion, que crea sin proponérselo), es, porque sutvaces los prineipios del pensar no van delante (como leben if), sino que siguen detris, una inversion del inulen natural en la facultad de conocer, y 0 es ya una etermedad del espiritu (visionarismo), 0 conduce a ella yal manicomio, Bl que gusta de contar muchas cosas ware experiencias interires (gracias, tentaciones), esti expuesto en su viaje de exploracién y busca de si mismo arribar mas que a las costas de Anticyra!. Pues no, pws con estas experiencias interiores como con las esteriores sobre 10s objetos del espacio, en que los ictos suministran experiencias coincidentes y darade- ras. EL sentido interno ve las relaciones entre sus \leterminaciones s6lo en el tiempo, por tanto, en un fluir en que m0 cabe prolongar la observacién, como, sin embargo, es necesario para la experiencia (2). " Anticyrs, ciudad costera de Foca, cyos habitants bablan conver lo en un meta trapeicn may ficaxHelzhora sue creia en gran ‘hntided en gos mona, por lo cual ee Anticya cada en Horacio Sim lugar de curcton variances (So, 3, 43, it 166, Dette pacts, 0) Kaos pudo haber sugeido también la cs un acuta te TexcucderMterar de 1784 wSobre tos viajes Fun var que dice fe a‘Anvieynan (I) “ {@)_Siimon represents Is itima acc, I espontancidad, por cv deh ia ease. pose on fn, (om pense) ‘efx y la scepeivilad, por medio dela cual sc hace posible ona fered esto es una ian exp, Ia apres, ambos 6208 Conon, pct diving cnc de: mo prin cla dee efenon y It de la apre primes con Sogn dl econo gun del neo nro; Ss"le apercepsiin. pony fata, la emplica; por lo cual ce lama srroneamenie a aqutla, ol tlie ineioe. En We Plclogha ae don + non min aus ecco deed Jnteraor en le Logien, en To gue pone en aestra man In conceneia Jnteleetal”Ahoet bien, aqui or'parece el yo se doble (lo que renin % Immanael Kant DE LAS REPRESENTACIONES QUE TENEMOS SIN SER CONSCIENTES DE ELLAS §5. Toner representacones y, sin embargo, no ser conscientes de ellas, es algo en que parece haber una contradicciéa; pues, Zcémo podemos saber que las tenemos si no somos conscientes dle ellas? Esta objecidn la hizo ya Locke, que rechazaba, por ello, la existencia de semejante especie de representaciones,~—Pero Io cierto ¢s que podemos ser mediatamente conscientes de tener una representacion, aun cuando no seamos inmediatamente conscientes de ella. —Esta género de representaciones se llaman, cunse- cuentemente, ascuras; las restantes son claras, y si su clavidad se extiende a las representaciones parciales de un todo de ells ya su vinculo, epresetaronsditnta, sean del pensamiento 0 de la intuicion. Cuando se es consciente de estar viendo a Iv lejos, en uaa pradera, un hombre, si bien no se es consciente de ver sus ojos, nariz, boca, etc. propiamente se concaye slo que aquella cosa ¢s un hombre; pues si porque no se ex consciente de percibir estas partes del cuerpo (e igual- contradctorioy 1) el yo oo cuanto sje del pensar (on le Lis), ue Sigofca in pur apercepein (el eto yo sue rfergna)y del col > tay aboluiment als mis qe esr sino gue es ua eprsentcion perfectamente simple; 2) el yo en esanio bes de la percep, 020, Sel sentido ttero, el eul cacti une mntplicdad de eertinace eye ten poe in prema 13 cuestion de sien los variadorcambine interns de alma (esa snemorin 9 de fs princpios amitidon por ells el hombre cao ot conscenre de esto cambios, puede deci tin que es exaramet sre eauto a ais, i coon any pe thoi Slo puede et conscente de esos cimbios fopresentanose «5 pro lor varios estados como no ¥ el mito iy el Fo Gl Roca Sin dud doble por su forms (por la mances de sepreeaticeley peso 1 por su mate (por el contenido represen ounpalogia n wnt las restantes partes del hombre), se quisiera wstener que no se tiene en absoluro en la intuicién ta Iepresentaci6n de ellas, tampoco se podria decir que se ww un hombre; pues de estas representaciones parciales Mi compuesta [a total (de la cabeza 0 del hombre entero). HI hecho de que el campo de aquellas nuestras Intuiciones sensibles y sensaciones de que no somos conseientes, si bien podemos coneluir indubitablemente ‘que las tenemos, esto es, las representaciones oscuras en el hombre (y también en los animales), sea inmenso; las, claras, por el contrario, encierren s6lo unos, infinitamen- le pocos, puntos de aquellas que estin abiertos a la ronciencia, de suerte que, por decislo asi, en el gran mapa de nuestto espirita s6lo unos pocos lugares estén uminadas, este hecho puede infandienos admiracién por nuestra propia naturaleza; pues bastaria que una potencia superior gritase: jhagase la luz!, para que sin la coopera tivin del menor de todos (tomemos, por ejemplo, a un erudito con todo lo que tiene en su memoria) se estendiese ante sus ojos como un nuevo hemisferio. “Todo lo que descubse el ojo armado del telescopio (por cjemplo, en la luna) 0 del microscopio (en los animalitos infusorios) esté visto poc nuestros metos ojos; pues estos medios dpticos no hacen Hegar al ojo més rayos de luz, ni més imagenes producidas por éstos que las que se habrfan pintado sobre Ia retina incluso sin estos instru- mentos artificiales, sino que se limitan a ampliarlas paca hacernos conscientes de ellas,—Exactamente lo mismo vale para las sensaciones det odo, evando el miisico toca con diez dedos y ambos pics una fantasia en el Grgano, al mismo tiempo que habla con alguien que se encuentra junto a él, lo que implica que, en pocos momentos, se despiesten en el alma una multitud de representaciones, para elegir cada una de las cuales se necesitd, ademis, un 2% emmanuel Kant juicio especial sobre su adecuacién, porque una sola pulsacién no conforme a la armonia seria percibids inmediatamente como una disonancia; y, sin embargo, cl conjunto resulta de tal suerte, que el masico que impro- visa libremente desearia con frecuencia haber conserva- do en notas mas de un trozo felizmente desarrollado pot 4, que no espera componer tan bien mis tarde, acaso poniendo toda su atencién. El campo de las representaciones oseurar es, pucs, cl mayor de todos en el hombre.—Pero como es un campo que s6lo deja percibir a éste en su parte pasiva, como juego de las sensaciones, su teoria pertenece exclusiva- mente a la Antropologia fisiolégica, no a la pragmitica, ‘que es la que propiamente interesa aqui. Jugamos frecuentemente, en efecto, con representa- ciones oscuras, y tenemos el interés de relegar a la sombra y susttaer a la imaginacién objetos queridos ono queridos; con mas frecuencia, empero, somos nosotros mismos un juguete de las representaciones oscuras, y nuestro entendimiento no logra salvarse de los absurdos en que su influencia le hunde, 2un cuando reconoce su Asi pasa con el amor sexual, en tanto no persigue propiamente el bien, sino el goce de su objeto. ;Cuinto ingenio no se ha derrochado siempre para arrojar un delgado cendal sobre aquello que es apetecido, mas hace ver al hombte en tan estrecho parentesco con el coman xgénero animal, que se agravia al pudor y las expresiones que lo mentan no pueden brotar en el trato social fino sin ir envueltas en flores, aunque con transparencia bastante para hacer sonreft! La imaginacion gustars aqui de pasear en Ia oscuridad, y seri menester siempre un arte no comin, sino se quiere, por evitar el cinismo, corret el peligro de incurrir en el ridiculo puritanismo. Mas pot otro lado somos también con bastante " 2 Nateqesy tuveucneia el juguete de representaciones oscuras que no aqueten slesaparecer aunque el entendimiento las ilumine. inv idir si colocar su tumba en el jardin y bajo la sombra ‘ly aun arbol, © en el campo y en un suelo seco, es con fircuencia un negocio importante para un moribundo; si Inv en el primer caso no puede esperar recrearse en una hell perspectiva, ni en el altimo tiene motivo para picvicuparse de un constipado cogido por la humedad. EL dicho de que el habito hace al monje vale en cierta edida hasta para el hombre sensato, Es cierto que el uso dice: «se recibe al huésped segiin su vestido y we le acompafia segin su entendimiento»; pero el enten- ‘luniento no puede impedis Ia impresién de representa- ‘ciones oseuras de una cierta importancia que hace una persona bien vestida, sino a lo sumo abrigar el propésito «le reetifiear mas adelante el juieio pronunciado provisio~ nalmente sobre ella Hasta se emplea una estudiada oscuridad, frecuente- mente con el éxito deseado, simular penetracion y profundidad; como los objetos vistos en el crepisealo oa través de una niebla se ven siempre mayotes de lo que son (a). El askétison» (oscurécelo) es el imperative de todos los misticos, para fingir mediante una artificiosa oscuridad atrayentes tesoros de sabiduria—Pero, en ), Por el contrario, visto a lad df diz, lo que es mas dato que ls objetos cireundantes parece ser bien mayor, por ejemplo, las medias blancas hacen las pantoralas mis gruesis que las negras: en ego en la noche, colocada sobre una alta Monta, parece set mayor dle lo que se encventes al cilevlat. Quizi se pueda expliar por aqui el ‘uayor timate aparente de la luna, igoalmente la en aparieneia mayor distancia de ae estrellas unas a oteas, cuando estan pronimas al hosizonte; pues cn ambos casos se nos presentan objctos brillantes que proximos al horizonte se ven a través de una eapa de aire que los Dscurece mis que altos en cl-ccl, lo que es oscuro se jurgs tambien ‘ne pequeto por obra de la lus exeundante. En el sico al Blanco seta, por ends, ais favorable para dat un disco negro con un ctculo blanco fen el medio que 2 la invers, »” Immanuel Kant general, un cierto grado de contenido enigmatico en una obra no es desageadable al lector; porque gracias a él se le hace sensible a éste su propia sagacidad para resolver lo oscuro en conceptos claros. DE LA DISTINCION E INDISTINCION EN LA CONCIENCIA, DE LAS PROPIAS REPRESENTACIONES $6 Aqueli conciencia de las propias representaciones que basta para diferenciar un objeto de otto, €s la CLARIDAD. Aquella gracias a la cual resulta clara también la compasicion de las representaciones, se llama DISTINCION, Esta diltima es la tinica que hace de una suma de representaciones un conocimiento: en éste, y porque toda composicidn acompafiada de conciencia supone a unidad de ésta y, por consiguiente, una regia de la composicién, se piensa un orden que impera en la multiplicidad. A la representacion distintz no puede oponérsele la cosfusa, sino que debe oponérsele mera mente la indstinta. Lo confuso tiene que ser compuesto; pues en lo simple no hay ni orden, ai confusién. sta tiltima es, pues, la causa de la indistinciin, no su definictn,- Yin toda sepresentaci6n de contenido milti ple o compleja, como es todo conmcimiento (porque para Este siempre se requieten la intuician y el concepto), deseansa la distinei6n en el orden con que se enlazan las sepresentaciones parciales, que conducen luego, 0 a una mera divisi6n légica (0 que afecta a la mera forma) en superiores y subordinadss, o primarias y secundarias, 0 a una divisidn rea/ en principales y adjetivas; mediante et cual orden resulta distinto el conocimiento.—Se ve bien que si la facultad de conocer debe Hamarse en general Nees 3 emtenbimiento (en a significacién mis amplia del término), fe Ina ele contener la facultad de aprebender las representa hones cladas, para producit la intuicién; Ia facultad de ubviracr ale 10 que es comin a varias, para producir el rumvpter y ka facultad de reflexionar, para producit el amu iniento del objeco. Sw alice de aquel que posee estas facultades en grado . que es una cabeza; de aquel a quien estin ‘ntoygulas en muy escasa medida [se dice en alemin], que ts wn pinee (porque necesita ser llevado siempre pot los is)j de aquel que tiene en su empleo hasta originali dla (en vistud de Ix cual produce por si mismo lo que Nshiaalmente hay que aprender bajo la direccién ajena), que es un genio 11 que no ha aprendido nada de aquello que es hevesurio aprender para saberlo, se dice un iguorante, si Ihuiese debido saberlo y quiere pasar por docto; pues sin ‘sia pretension puede ser un gran genio. Bl que no es apa de pensar por su cxenta, aun cuando pueda aprender fnuichas cosas, s¢ llama una cabeza estrecha (0. limita- thy. ~Se puede tener un rusto saber (o ser una miquina dle instruir a los demés, como se ha sido instruido), y, sin eanbargo, ser, con respecto al uso racional que se haga dlel saber historico que se tiene, muy Jinifado.—Aquel ‘que al manifestar en pitblico lo que ha aprendido delata cl yugo de la escuela (0 sea, falta de libertad para pensar por su cuenta), es el pedante; que puede ser, por lo demas, docto, ua’ soldado 0 incluso un cortesano. Entre éstos es el pedante docto el mis soportable en el fondo, porque de él se puede aprender; a la inversa, la meticulo- sidad en Jo formulario (la pedanteria) propia de los lilsimos no s6lo resulta indlil, sino ademas ridicula, a causa del orgullo que caracteriza inevitablemente al pedante, y que es en este caso el orgullo de un ignorant. El arte o mas bien In habilidad de hablar en sono cortés x Immanuel Kant ¥y mostrarse en general hombre a la moda, que, principal mente cuando se refiere a la ciencia, se llama erronéa mente detes de exposicidn, pues debiera decitse mis bien superficialidad palida, encubre la pobreza de espiritu de 1a cabeza estrecha. Pero solamente los nifios se dejan engafiar por ell. «Tu tambor (dice el quikero de Addison al oficial charlatin que va en el coche junto a él) €s un simbolo tuyo; suena porque est vacion! Para juzgar a los hombres por su facultad de conocer (cl entendimiento en general) se les divide en aquellos a quienes se debe attibuir sentido comin, que no cs por cierto espiritu vulgar, y en bombres de ciencia. Los primeros son los que conocen las reglas en los casos de aplicacioa (in cancrete); los otros, los que las conocen por ellas mismas y antes de su aplicacién (jn abstracto).—Se lama al entendimiento que cortesponde a la primera facultad de conocer el sano entendimiento humano (bos sent), al que corresponde a la segunda, una eabeza clara (ingenian berspicax).—Es notable que sea frecuente representarse €l primero, que es considerado habitualmente tan s6lo como una facultad prictica de conocer, no sdlo como ‘capaz de prescindir de la cultura, sino como siendo de tal suerte que ésta le resulta perjudicial si no se la leva bastante lejos; por dénde se lo encomia hasta la exagera- ibn y se le imagina como una mina de tesoros ocultos cen las profundidades del alma, y hasta a veces se declaran sus sentencias, como las de un oriculo (el genio de Socrates), mis seguras que todo cuanto una estudiada ciencia pueda sacar nunca a la plaza piiblica.—Tan cierto es que cuando el resolver una cuestién descansa en las reglas universales e innatas del entendimiento (cuya " Joxe Addison (1672-1718), conocido stiico y moralista inglés. La frase citada en el texto encugntraseen la revista por dl editada en I7U1= 12. The Spectator, nim. 132 (K) 3 Yon gia waren se Hama talento natural), ¢s mis inseguro jawear en: torno principios estudiados y artificiosamente sntablecidos (cl saber adquitido), para decidirse de acuer- tla can ellos, que dejarse llevar por cl impulso de los wviles que yacen entre las tinieblas del alma, lo que se jwalria lamar el facto Jégico; en que la reflexion se jexenta el objeto por muchos lados y da un resultado Juve, sin Hegar a ser consciente de los actos que se fyeeutan en el interior del alma. Pero el sano entendimiento tinicamente con respecto 1 tos objetos de la experiencia puede probar esta su nuperioridad, no s6lo para aumentar por medi de la ex- Jeriencia sus conocimientos, sino para ensanchar la ‘experiencia misma, bien que no en sentido especulativo, sino meramente en el empitico-practico. Pues en aquél necesita de principios cientifieos @ priori; mientras que en este puede haber experiencias, esto cs, juicios, que la prueba y el error verifiquen continuamente, DE LA SENSIMIELDAD EN OPOSICION AL ENTENDIMIENTO. Con respecto al estado de las representaciones, mi mente, 0s activa y muestra poscer una farultad, 0 es pasiva y consiste en una receptividad. Un conocimiento tencierra en si ambas cosas juntas, y la posibilidad de tenerlo lleva el nombre de fuciliad de conocer por tomarse a la parte mis noble del mismo, a saber, aquella actividad de la mente que une las representaciones o as separa. ‘Las reptesentaciones con respecto a las cuales la mente se conduce pasivamente, 0 sea, por las cuales ¢s afertado 3 Jnvmanuel Kan cl sujeto (que puede afectarse a si mismo o ser afectads por un objeto), pertenecen a la facultad del conocimien: to sensible, mientras que aquellas que encierran un mero acer (el pensat) pertenecen a la del conocimiento intelec taal, Aquélla se lama también la facultad del conoci micnto superior; ésta, la inferior (a). Aquélla tiene el caricter de la pasividad que es propia del sentido interno de las sensaciones; ésta, €l de la espontaneidad que es propia de la apercepcidn, esto es, de la pura conciencia de la acci6n que constituye el pensar y pertenece a la Légica (que es un sistema de las reglas del entendimien- to), asi como aquélla pertenece a la Psicologia (que es un inventatio de todas las percepciones internas sometidas « leyes naturales) y funda Ia experiencia interna. ‘Nota,—El objeto de la representacién que no encicrra mis que €] modo de ser yo afectado por él, sélo puede set conocido por mi en la forma en que se me aparece, ¥ toda experiencia (o conocimiento empirico), la interna ‘no menos que la externa, se limita a ser un conocimiento de los objetos en la forma en que se nos apareien, 0 segtin son (considerados por si solos). Pues no se debe meramente a ta naturaleza del objeto de la representa (@)_Poner Ie ses mramente ca a indsinci de ls epre- sctaciony att pr cian en dnc, de roo ura cvision meramente forma! (tes) de a concent, ea lg de i ral (peicoldgies), que Ho. conccine mernmente la ota de ens, ino tambien as Contenido, Fue un gran cer dein seul de Tele el er td pes even mere ea at (la de clara els repreentaciones pails), por consguienes ‘nln indisincion, ls natraens de le epresentacion iececeals por el en la distincon; tienes gue agus cx, co telah algo iv ago gus hay yu ata ndnpenablaere sans pss produit un conocimiento. Laibar fue propiamente el clpuble Pree incline ala eeacl platonic, ai Ta easter decal res incectuals pura, fanaa, lamdat iden, las canes se encom: tn eye aina Mimi, enplemente ocular acon uys descomposicion e dumaciin por is stencion, exclstvament “cheriamos ef conocioviento de los chjetos como aon en sf mismo seed 38 inn, sino a la del sujeto y su seceptividad, la indole de ta Intuicidn sensible a que sigue el pensar el objeto (cl tumcepto de éste). Ahora bien, la estructura formal de ais receptividad no puede tomarse a su vez a los srutilos, sino que tiene que ser dada (como intuicin) « frmri, esto es, tiene que ser una intuicion sensible que mubsista aun cuando se deje a un lado todo lo empirico Wolo lo que encierre una sensacién), y este elemento lurival de la intuieidn es en la experiencia interna el frempo Dor ser la experiencia un conocimiento empirico, mas tequeriese para el conocimiento (por descansar sobre iwicios) la reflexion, por ende, In conciencia de la idad que sintetiza lo multiple de la representacién ‘an una regla de unidad, esto es, el concepto, y el pensar en general (que es distinto del intuir), se divide la coneiencia en discursira (que, como es ligico. por dar Ia rela, tiene que ir delante) e intuit; Ia psimesa (Ia pura apercepcion de la accion del propio espiritu) es simple. 11 yo de la reflexién no encierra en si nada miiltiple y es en todos los juicios siempre uno y el mismo, porque es ineramente este clemento formal de la conciencia, mien- tras que, por el contrario, la experiencia interna encierra el lemento material de la conciencia y fa multiplicidad de intuicion empirica interna, el yo de la aprebensién (por consiguiente una apercepcion empirica). Yo, en cuanto set pensante, soy, sin duda, un sujeto uno y el mismo conmigo en cuanto ser sensible; pero en cuanto objeto de Ia intuicién impirica interna, esto es, en cuanto soy afectado intesnamente por sensaciones que se cha en el tiempo, simultdneas 0 sucesivas, sein sean, silo me conozco como a mi mismo me aparezco, no como una cosa en si misma. Pues depende de la condicién del tiempo, que no es un concepto del entendimiento (por ende, no mera espontancidad); por % Immanuel Kw conniguinte, de una condicin con rexpecto a a eu facultad de Ia representacion es pasiva (y pertenece a li recepevided). “De agui gue mediante Ir experienc interna nunca me conozca sino como a mi miseno me aparezco, afirmacion que se retuerce Frecuentemente de un modo maligno, hasta que quiere decie: me pare simplemente (mili videri) que tengo ciertas representacio nes y sensaciones; en general, que existo.- -E parecer es Ik base de un juicio ett6neo partiendo de causas subjet! vas que se tienen falsamente por objetivas; pero. la apariencia no es un juicio, sino la mera intuieién empiri ca, que por obra de la reflexion y del concepto del entendimiento que nace de ella se convierte en experien- cia interna y con ello en verdad. ! tomar cominmente los psicblogos por sindnimos los términos de sentide interna y de apercepeién, sin consi- derar que sélo el primero indice una conciencia psicolé- sgica (aplicada) y que ef segundo indica meramente una conciencia logica (pura), ¢s la causa de estos errores, Mas la afirmacién de que mediante cl primero slo podemos conocernos como nos aparecemns a nosotros. mismos es evi- dente desde el momento en que consideramos que la aprehensién de las impresiones del sentido interno supo- ne una condicién formal de la intuicion interna del sujeto, a saber, el tiempo, que no es un concepto de! entendimiento 'y por ende no vale sino como una condiciba subjetiva bajo la cual se nos dan las sensacio- nes internas conforme a Ia naturaleza del alma humana, © sea, que no nos da a conocer ésta como es el objeto en _Esta nota no pertenece propiamente a la Antropolo- gia. En ésta son los fenémenos unidos segin las leyes del entendimiento, experiencias, y no pregunta en abso- luto por el modo de representarse las cosas segiin son éstas sin tener en cuenta su relacién a los sentidos (o sea, x eu at ines as); pues esta investigacién pertenece a la |, que es a quien toca tratar de la posibilidad isl conocimiento a priori. Pero era necesatio remontar tn lejos, siquiera para impedir los golpes que se dan las taliezs especulativas con respecto 2 esta cuesti6n.—Co- inn, por lo demas, el conocimiento del hombee por ve la experiencia interna, porque el hombre juzga Mesut ne i jyran parte a los demas conforme a él, es de gran Inportancia, pero al par de una dificultad acaso mayor que el juzgar rectamente sobre los demas, pues el que nacrita su interior, ficilmente, en lugar de limitarse a Iilwetvar, introdice cosas extraiias en la conciencia de si Inlsmo; por todo esto es aconsejable y hasta necesario piper por los ferdmenos observados en si mismo, y tinivamente pasar més tarde a afirmar ciertas proposicio- ten que afeetaa a Ia naturaleza humana, esto es, a la speriencia interna APOLOGIA DE LA SENSIBILIDAD §8. M entendimiento todos le testimonian todo tespeto, camo ya lo muestra el nombre que se le da de facultad lel conocimiento superior; quien quisiera loarlo sevia hjeto de la misma burla que aquel orador que pedia et clopio de la virtud (stulte! quis unquam vituperavit!). Peo la sensibilidad tiene mala fama, Se dice mucho mal de ella, pot ejemplo: 1) que confide a ta facultad de la representacién; 2) que leva la voz cantante ¥ que, deta swinra, cuando slo debia ser servidera del entendimiento, cs testaruda y dificil de dominar; 3) que llega incluso 2 inary cue con respecto a ella nunca se esti bastante subre aviso.—Mas por otra parte no le faltan tampoco 38 Immanuel Kaw Panegiristas, principalmente entre los poetas, y las gente Aes, que no elo cream epee Y me eae parle de los Conceptos del entendimieno, sino iue_justamente en ella y en que los conceptos im, debictan ser descompuestos con tha meticulons coda, Sh S05 Partes integrantes, ponen lo rizaoso (la plenitul lc Pensamiento) © io enfético (lo imptesionante) del jenguaje y To enidnte (Ia laminosidad en la concieneia) de las representaciones, al par que declaran sencillamente Pobreza la desnudez del entendimiento (a). Pero no Aecesitamos aqui de un pancgirista, sino sélo de un ahogado que responds a un acusador Lo que hay de pasivo en Ia sensibilidad, sin Bodaes evitro, es propiamente In enusa ie rede imal que se dice de ella, La interna perfeccién del hombre omiste en que tenga en su poder el uso de todas sus fcultades, para someterlo a su libre albedri. Mas para = Se tees que reine el enendincn, sin debiitar empero la sensibilidad (que es en si plebs ue no pies, porque sin cl haben sete gee ser trabajada para uso del entendimiento lepislador, DEFENSA DE LA SENSIBILIDAD CONTRA LA PRIMERA ACUSACION, §9. Los sentidos no confunden. ; fon. A quicn Aa aprebendido, aungue 10 bya todavia ordeado wna masiipicuded dada, no see (8) Como aqui solo se habla dee Fee ae yy 8 kad de conocer y, por tanto, sn Go del senna er stn ab teria nade ds a presence Ace ide epi a deren te eo ee SeMeamber dee inacim pace el espacio y deb epee apie » wile decir que confunde. A las percepciones de los entices. (fepresentaciones empiricas con conciencia) slo puede amérselas fendmenos internas. El entendimien- 40, que viene después, y las une conforme a una regla del [wwatr (que introduce orden en lo miltiple), es quien hace ie ellas un conocimiento empirico, esto es, una experien- th. Kin el entendimiento que descuida sus obligaciones vats, pues, la responsabilidad, si juzga descaradamence, unites de haber ordenado conforme a conceptos. as teprescataciones sensibles, y lnego se queja de la confu- sion de éstas, cuya culpa viene a caer sobre la naturaleza nensible del hombre. Este keproche alcanza tanto 2 las inluncadas quejas por la confusion de las representacio- thew externas, cuanto a la de las internas, achacada a la wensibilidad. Jats representaciones sensibles son ciertamente ante- flores a las del entendimiento y se presentan formando wui_masa, Pero tanto mas rico en contenido es el tesultado, cuando el entendimiento viene después con su icin _y su forma intelectual, ¢ introduce en la cia, por ejemplo, expresiones rigarasas para el convepto, enfiticas para el sentimiento y representaciones intercsantes paca la determinacién de Ia voluntad.—La riqueza que le presentan de una (en masa) al entendimien- to los productos del espirita en la oratoria y la poesia, le punen sin duda con frecuencia en estado de perplejidad accrea de su uso racional, y el entendimiento incusre a enudo en confusion acerca de si debe separar y hacer dlistintamente todos los actos de la reflexion que ejecuta en realidad, pero sélo entre tinieblas. Mas la sensibilidad ‘nu Gene en esto culpa alguna, sino que es antes bien imérito suyo haberle oftecido al entendimiento una materia rica en contenido, comparados con la cual los conceptos abstractos de aquél sélo son frecuentemente miseros oxopeles.. a Immanuel Ks DEPENSA DE LA SENSIBILIDAD CONTRA LA SEGUNDA ACUSACION $10. Los sentidos no mandan sobre el entendimiento. Mi bien se limitan a ofrecerse al entendimiento, para qui éste disponga de ellos en su servicio. Bl que no quieran que se desconozca la importancia que les corresponde, principalmente en lo que se llama el sentido comén, nv, puede apuntirseles como arrogante pretension de domi nar sobre el entendimiento. Sin duda hay juicios a quienes nose hace comparecer formalmente ante el tribunal del entendimiento para que sean juzgados por éste, 0 que, por ende, parecen dictados inmediaramente por el sentido. Juicios semejantes enciertan las llamada ‘ocurrencias o inspiraciones (como aquellas que Socrates atribuia a su genio). Se da por supuesto en estos juicios que el primero que se formula sobre lo que sca justo y prudente hacer en un caso dado, es cominmente tam- bin el reefo, y que con la reflexién no se hace mas que complicarlo antificiosamente. Pero tales jucios no prove- den de hecho de los sentidos, sino de efectivas, aunque oscuras consideraciones del entendimiento.—Los seati- dos no tienen en este punto ninguna pretension y son como el pueblo, que cuando no es populacho (ignobile tulgus), se somete gustoso a su soberano, el entendimien- 0, peto quiere ser oido. El admitir la existencia de juicios y evidencias procedentes inmediatamente del sentido interno (sin mediacién del entendimiento), to- mando a aquél pot soberano y a las sensaciones por juicios, es una pura exaltaciin que tiene cexcano parentes- co con la perturbacién de los sentidos. asap a HHUENSA DE LA SENSIBILIDAD CONTRA LA TERCERA ACUSACION gu. Jus swutidos no engoian, Esta proposicion rechaza el eproclie mas importante, pero, asimismo, bien mirado, Wide mane que se hace a los sentidos; y esto, no porque iw neutidos juzguen siempre rectamente, sino porque no jweyan nunca; razon de que el error pese siempre vatlusivamente sobre el entendimiento.—Sin embargo, Hivele a éste la apariencia sensible (species, apparentia), iw pura justificarse, al menos para disculparse, diciendo {que al hombre le acaece frecuentemente tomar lo subjeti- ‘yo de su representacién por lo objetivo (Ia torse lejana, pa que no #e angulos, por redonda; el mar, cuya parte mas Teyana Hega a sus ojos por medio de rayos de lux mas altos, por més alto que ta orilla (altwm mare); 'a luna lena, que ve al salir por el horizonte a través de un aite vuporoso), aunque Ja percibe desde ¢} mismo Angulo visual, por més lejana, y en consecuencia por mayor que tvando aparece alta en el cielo, y asi, en general, el Jrwimeno pot la experiencia; con lo cual incurre en un fertor, mas por culpa del entendimiento, no de los wentidos. Una censura que la Légica lanza contra la sensibilidad cs ésta: reprochar al conocimiento en la forma en que es promovido por ésta, superficalided (individualidad, lizsi- lucidn a lo singular); mientras que, por el contratio, al catendimiento, que se dirige a lo general, mas precisa- mente por ello tiene que contentarse con abstracciones, le alcanza e! reproche de seguedad. La exposicion estética, cuyo primer requisito es el caricter popular, toma un imino por el que pueden evitarse ambos yerros. 2 Inman! fm DBL PODER EN CUANTO A LA FACULTAD DE CONOW1s EN GENERAL $12. EI parigrafo anterior, que ha tratado de una pseu facultad 0 de lo que ningin hombre puede hacer, nm Neva a dilucidar los conceptos de lige y pesado {lens rave), que a la letra solo significan en aleman constine ciones y fuerzas corpareas, pero que por cierta analogs vienen a significar, como en latin, lo fuctble(Javle) y bv relativamente na factible (difficile); pues lo apenas factibl © considerado en ciertas situaciones y eitcunstancias como subjetivamente no factibe por un sujeto que dude del grado en que posea la Facultad requerida para hacerlo La ligereza en bacr algo (promptitudo) no debe confun dlirse con la hebilided para las mismas operaciones (babi ‘ao La primers significa un cetto grado dela faelind mecinica: «querer es poder», y designa una porblide a, esto es, el Arbito 0 un cierto grado de ta voluntad que se adquiere por el uso frecuentemente repetido dela eae sauerer porque lo manda el deberr. De agi jue no pueda explicarse la sirtud diciendo que es la babitdad para ls aeciones juste y tbr, poesenecnecs fuera un mero mecanismo de aplicaci6n de una facultad sino que Ja virtud es aquella fortaleza moral en el cumplimiento del deber que jamis se convertira en habito, sino que brotara siempre de la manera de pensat por modo totalmente nuevo y originatio, Lo ficil se opone a lo dificil, pero con frecuencia bien a lo pesado. Facil es para un sujeto aquello para {o que hay en él facultades francamente superiores 4 las ‘weteas que requicre emplear un acto. gQué mis ficil que Advtogebor 6 con as formulas de las visitas, felicitaciones y wv aQué, sin embargo, mis gravoso para un atareado? Son amistosas vejaciones de que todo el itn clesea cordialmente librarse, aunque por otra fintte oe tenga el escriipalo de chocar contea el uso atabtevi, Cisintas vejaciones no hay en los usos exteriores pleats cuenta de la religibn, mas en realidad debidos a [ns cosas cei, onc lou gue © pone lo meiiiorio de la piedad justamente en el no servir para mals y en el mero someterse los creyentes a dejarse Iatuliar pacientemente por medio de ceremonias y teylis, penitencias y mortificaciones (cuantas més, tanto niin); sin embargo, de que estas prestaciones persona~ fen ticnen que resultar sin dda mecdnicamente faces (por- ue en ellas no hay que sacrificar ninguna’ inclinacion Vicivsa), mas para el ser racional meralmente muy gravosas pesadas—De aqui que cuando el gran educador moral lel pueblo dijo: «mis mandamientos no son dificiles», no quis seguramente decir que bastarin emplear escasas fuerzas para cumplirlos. pues de hecho estos manda- mientos que requieren la pureza de intenciones del corazin son lo mas difleil de todo cuanto se puede mandar; y, sin embargo, son para un ser racional Infinitamente mas ficiles que los mandamientos de un atarcado no hacer nada (gratis anbelare, malta agendo nibi ere}, como eran aquellos que habia instituido el judais- mo; pues lo mecinicamente facil lo siente el varén rizonable como cien veces més dificil, al ver que el esfuerzo gastado no aprovecka pare nada. Hacer ficilmente algo dificil es un mvérito; pintarlo como ficil, cvando uno mismo no es capaz de hacetlo, es tun engaio. Hacer lo,que es ficil caress de mérite. Los métodos y las miquinas, y en éstas Ia divisién de los trabajos entre distintos artifices (trabajo fabril), hacen cs Immanuel Kans ficiles muchas. cosas que seria dificil hacer con In propias manos sin otros instrumentos Svialar dificultades antes de indicar el modo de llevar 4 cabo la empresa (como, por ejemplo, en muchas, investigaciones de la Metafisica), puede, sin duda, inti midar, pero es, sin embargo, mejor que ocudtarlas. El que tiene por ficil todo cuanto se propone es un hombre Jrivolo. Aquel a quien todo cuanto hace le sale ficilmente 8 diestro, asi como aquel cuyos actos delatan esfuerzo es, torpe—La conversacién es un simple juego en que todo tiene que set fécil y salir ficilmente. De donde que-lo que habia en ella de ceremonia (la rigide7), por ejemplo, el despedirse solemnemente después de un banguete, se haya suprimido como cosa a la antigua. El estado de 4nimo con que las personas emprenden tun negocio es diverso segiin la diversidad de los tempe- ramentos. Unos empiezan llenos de dificultades y preo- ‘cupaciones (los melancélicos), en otros es la esperanza y el dipurar ficil Ia ejecucién Io primero que les viene al pensamiento (los sanguineos). Pero equé pensar de la eélebre sentencia de los hombres enérgicos, que no esti meramente fundada en el temperamento, querer es poder? Pues que no es mas que una altisonora tautologias en efecto, lo que se quiere por ‘mandato de la propia razén moral imperativa, se debe hacer, por consiguiente se puede hacer (pues la razon no mandara nunca lo imposible). Mas habia hace algunos afios unos necios que se jactaban de otro tanto en sentido fisico y se proclamaban capaces de trastornar el mundo, pero su raza se ha extinguido hace tiempo. Por iltimo, el acostambrarse (consuetudo), 0 €l que sensaciones exactamente de la misma especie, cuando duran largo tiempo sin cambiar, aparten la atencién de los sentidos y se llegue a ser apenas conscientes de ellas, hace sin duda facil soportar el mal (lo que luego se hones 45 lahanente con el nombre de una virtud, la paciencia), reins Lambién mds afi! Ia coneiencia y el recuerdo del Hien reeibido, lo que conduce coménmente a Ia ingeati- tuul (jue es un verdadero vicio) Pers a habituacion (assuetado) es una nccesidad fisica inten de seguir procediendo de la misma manera que we lu procedido hasta el momento. La habituacién quita Inelusie a las buenas acciones su valor moral, precisamen~ ie prt suprimir la libertad del espititu y conducir encima 4s la wepeticién iaconsciente del mismo acto exactamente (nyomonia), con lo que se hace ridicula. Las muletillas ie uno se habitiia (frases para Henar meramente el yeio «del pensamiento), hacen que el oyente esté sin tesar preocupado por tener que oir una y otra ver la fhneeita y convierten al orador en una mquina parlante a causa del movimiento de repugnaneia que la ubnuacién de otra persona suscita en nosotros es que se ve slemasiado el animal en el hombre, que se deja guiar mntintioamente por ta tegla de la habituacion como por nies naturaleza (no bamana) y corre peligro de entrar (am el beuto en una y la misma clase. Sin embargo, jpuden ciertas habituaciones producirse deliberadamente ¥ tolerarse, a saber, cuando la naturaleva rehisa su ayuda AV libre albedrio, por ejemplo, el habituatse en la vejez a tuna cierta hota de comer y beber, a una cierta cualidad y eantidad de lo que se come y bebe, o bien 2 una cierta Iwora de dormis, basta tomarse paulatinamente mecéai- ax; pero esto’ solo. vale por excepcian yen caso weesario, Por lo regular debe rechazarse toda habitua- 46 Immanuel how DEL JUGAR ARTIFICIOSAMENTE CON LA APARIENG SENSIBLE, 13, La ofuscacién de que las tepresentaciones de los semi dos hacen objeto al entendimiento (praetigiae) puede ser natural 0 attficial, y es ya ihsion (iltasio), ya engan rans). Aquella ofascacion que fuerza a tener algo pot real sobre la base del testimonio de los sentidos, an cuando ef mismo sujeto con su entendimiento lo declara imposible, se llama ofuscaén de tos sentidas (practice) La ilusiin es aquella ofuscacién que sigue aun sabiendo gue el presunto objeto no es real.—Este juego det espirita con Ia apatiencia sensible es muy rato y entretenido, como, por ejemplo, el dibujo en perspectiva del interior de un templo, o como Rafael Mengs dice del cuadro de la Escuela de los Peripatéticos (me parece que de Correggin): aque cuando se los mita latgo tiempo, Parece que andany; 0 como una escalera pintada del Ayuntamiento de Amsterdam, con una puerta medio abierta, que induce a todos a subir por ella, ete. Engaiie de los seatidos, por el contrario, lo hay cuando fan pronto como se sabe qué es lo que pasa con cl objeto, cesa inmediatamente tn apatiencia. Tales son los juegos de prestidigitacién de todas clases—Un vestide cuyo color resulta favorable al rostto, engendra una ilusi6n; los afeites son un engaio. La primera extravia, el segundo chasquea.—De aqui viene también que no se puedan soportar las erfatuas de figuras humanas o anima. les pintadas de los colores naturales; pues engaiian en e1 | Bl eaudro aludido no puede ser otro que le Evaela de Atenay, de Rafael (no de Coneggio). La frase eitads por Kant a0. be logis fencontrarla Klpe en as obras de R. Menge, (V') Anneli ” Wtv, induciendo a tenetlas por vivas, tantas veces como lin inopinadamente a la vista Tn face (fascinato), hallindose en un estado de @pltitu por lo demas sano, es una ofuscacién de los fetes de ls qu se die que no sobreviene oe urales; porque el juicio que dice que un objeto (0 una preniedad Se fl) et, si se aplca lt atencion, alterna lesistiblemente con el jucio que dice que no es (o que es he v1ra manera) —o sea que el sentido parece contrade- ¢lixe 2 si mismo; como un pajato que revolotea contra el tapcjo en que se ve él mismo, y tan pronto tiene su Imaen por un pajaro real como no la tiene. Este jugar tum las personas hasta que 1 confian en sus propios sentides fencuéntrase principalmente entre aquellos que son fuer temente atacados por una pasion. Al enamorado que, sciin Helvecio , vio en los brazos de otro a su amada, pudo ésta, que se Jo negaba rotundamente, decirle dlnfiel, ya no me quieres, porque crees més lo que ta ves tie lo que yo te digos—-Mas groseeo, 0 al menos mas tmcivo, ero engano que cometian los vides los massnesianos, los mesmerianes y OtF0s supuestos nigro- las pobres mujeres ignorantes que pretendian poder micer algo sobrenatural, y todavia en este siglo no se habia extirpado por completo la fe en su existencia (a). © Be Pape ep. 2 ; 2 Jaan fost Cussose WI2TATI), prroco casio. dee Suna sic itnono como exrcsta ambi ene Sur de Aeris, bas ‘Sener ps uo fide Fang eer Citas 1815, ea tn. prinaplo igaknente tdlogo eto, doses Scuocer como invent Gt nto mgactoms acimal CHS) Neon 0 we covion Dare neon oe ole aco ‘ncrowos para, cso eae ls medion, por os aos 1776 “SO tro de ene (9 ago sans de Bai ai i ev siglo imesopad como tengo or el fue Sobre ano 4 Immanuel Kan Parece que el sentimiento de asombro ante algo inaudi tiene en si mismo mucho de incentivo para el hombre debil; no s6lo porque se le absaa de pronto. nuevas perspectivas, sino porque se le promete librarle de ln necesidad, para él gravosa, de emplear la razén y hacerse, por el contrario, igual a los demas en la ignorancia, DE-LA PURA APARIENCIA MORALMENTE PERMITIDA, $14, Los hombres son, en general, cuanto mis civilizados, tanto mas comediantes; toman la pura apariencia de la afeccion, del respeto a los demas, de la modestia, det desinterés, sin engafiar con ello a nadie, porque cada uno de los dems, con tal que no se apunte particularmente a 4, esté conforme, y esti también muy bien que asi suceda en el mundo. Pues al haber personas que repre- senten este papel, acaban por ir despertindose realmente fas virtudes cuya pura apariencia se limitan aquéllas a fingie durante un cierto espacio de tiempo, y Hegan a influis en el caracter.— Pero el engafar al engafiador que hay en nosotros mismos, las inclinaciones, es a su vez un yo os teu por mi or de tcendon ue ext mere ‘ran ua eps lca yo eu pt ha de fs psi no al extoico Séneca, que retiere algo semejante de Caron Ini a EO GE moe en (CIRM sat ot ily a 8 Gnas de Te 5 Ralpe Ima Is atecdo soe wn pe andy ‘Hela de Rousse (Libro i, Cra 23) (0) a8? 8 New Hun, cv Egary tuning te Pcp of Mo 48 pane (ee Gy ae 3 mi Tat ee Bae upalogia 7 molitica que estaba en bogat hace medio siglo, cuando las artes del Noste enviaban embajadores que podian beber inucho sin emborracharse, pero hacian emborracharse a lus lemas, para sonsacarles noticias © convencerles, era luumada; mas ha desaparecido con la rudeza de las ‘ostumbres de aquel tiempo, y una epistola monitoria 1a este vicio seria ahora superflua por respecto a las cultivadas. éSe puede averiguar mediante la bebida el tempera- ento del hombre que se emborracha o su caricter? Yo treo que no. Se ha mezelado un nuevo liquide a los lumores que circulan en sus venas y actiia sobre sus, rvios otro estimulo, gue no descubre més claramente la temperatura natural, sino que introduce otra.—-De aqui que entee los que se embriagan el uno se presente enamorado, ef otto grandilocuente, un tercero penden- tivro, un cuarto (principalmente con la cerveza) se pone orn, o le da por rezar, 0 se queda mudo; pero sodas se twirin, cuando hayan dormido la borrachera y se tes wweuerden sus discursos de Ia noche anterior, de aquel singular temple o destemplanz de sus sentidos. §30. La originalidad (produccién no imitada) de la imagi- maci6n, cuando concuerda con conceptos, se lama genio; sino concuerda con ellos, deliris.—Es notable que por un ente racional no podamos pensar otra figura adecuada jue fa de un hombre. Cualquier otra vendria a ser en rigor un simbolo de una ciecta propiedad del hombre por ejemplo, la sespiente como imagen de la astucia malvada—, pero no representaria el ente racional en si mismo. Asi, poblamos todos los demas cuerpos cclestes cen nuestra imaginacién con simples figuras humanas, m8 Jevmanuel Ki aunque es lo verosimil que tales pobladores, dada ts diversi del suo qe fs sonore atte} te Ie clementos de que estin compuestos, sean de una figus muy diferente. Todas las demés figuras que pudigrans holes serian de mos (9) “bando Ia falta de un sentido (por ejemplo, de ls vista) «5 de aaimienco, ealtiva el privade doh os Posible, otro sentido, que ejerce el rcariot de aqul + sjercita la imayinacion produetiva en gran medida; cn efecto, trata de hacerse comprensibles las formas de lon cuetpos extetiotes por medio del taco, y donde éste a bast, a causa de I anit (por elemplo, en uns easy, trata de hacetse comprensible la espacovidud por medic de otro sentido, por ejemplo, el del ofdo, a sabes mediante el eco de la voz en un aposento mas 2 In poste, si una operacidn feliz deja libre e1 organo para I Sensaeiém, tiene que empezar pot aprenler a vee ya oft, esto es, por tratar de subsumir sus percepciones. bajo coneeptos de esta especie de abjeros Los coneeptos de los objetos inducen eon frecuencia 4 dares iavoluntariamente por compan uina imagen arbi tuatia (por medio de Ia imaginacién produetiva). Cuando se lee 0 se hace que le eelaten a uno la vida y los hechos dle un varén eminente por si talento, su métito 0 su fangs ncurre comanmente ec ertor de dae el imaginaci6n una considecable estatura, y por el contra rio, a oto fino y suave de eaietr sega a desespeuon tuna figura pequena y exbeltn. No solo el ristico, sino Ga paloma), engan que ser representados, no como gutsy reales anttopomorfsaodoos; desichadeo pacrlment, cuando Is open | I Aveoglogta lwmbign un buen conocedor del mundo, se siente ex- tuanado cuando se le presenta el heroe, que & se imaginaba de acuerdo con los hechos relatados, como un humbrecillo, o a la inversa, el fino y suave Hume como lun hombre cuadrado.- -De aqui que no se deba poner alta la expectativa de nada, porque ta imaginacién se tuctina naturalmente a remontarse hasta el altimo extre- tins; pues la realidad es siempre més limitada que la idea jue sitve de modelo & su produccién. No es prudente hacer de una persona a la que se quiere introdueir por vez primera en una sociedad muchos clogios anticipados; antes bien, puede ser fre- ruentemente una maligna treta de picaro para poner a aquélla en ridiculo. Pues la imaginacién eleva tan alto la tepresentacion de lo que se espera, que la mencionada persona, en comparacion con a idea preconcebida, no. puede sino perder. Esto es precisamente lo que sucede euando se anuncia con alabanza exagerada una obra litcraria, una obra de teatro © cualquier otra cosa que pertenezea al género bello; pues no puede, al llegar el momento de la presentacion, sino bajar. Simplemente el haber leido una buena obra de ceatto, debilita la impre- sion cuando se Ia ve representar. Kn fin, si lo previa mente ensalzado es ni mas ni menos que lo contratio de lo que se esperaba con expectacidn, el objeto exhibido excita, solo con que no sea nocivo, las mayores carea- indas. Las figuras cambiantes, méviles, que por si no tienen propiamente una significacion que pudiera excitar la atencién —tales son las llamas del fuego de una chime nea, 0 los variados gieos y saltos de un arroyo que corte sobre las piedras—, entretienen la imaginacién con una maltitud de representaciones de una especie totalmente distinta (de las de Ia vista aqui) ¢ indueen a jugar con Ja mente y sumirse en la meditacién. Hasta la misica puede a Immanuel Kav Poner 4 un poeta o un filisofo que no la oiga conn conovedor en un estado de animo en que pueda, segin Sus ocupaciones sus aficiones, perseguie pensaraieatin ¥ apoderarse de algunos que no habria capturado ten felizmente si se hubiese encertado solo en su cuartor | causa de este fendmeno parece hallarse en que cuando cl sentido es arrancado por un objeto miltiple, que de suyes fo puede excitar ninguna atencidn, a la atencion a otes objeto que cae con mas fuerza sobre cl sentido, no sble se facilita et pensar, sino que se aviva, ya que, en efecto, se necesita de una imaginaciin més estorzich y mi Persistente, para suministrar materia a las tepresentacion nes del entendimiento. 1 Espectador Inglis! refiere de tun abogado que estaba habituado a sacar del bolsilla cuando hablaba un hilo de coser que enrollaba y desen, rollaba incesantemente en tomo a un dedo; cuando, pues, cierta vez un adversario malicioso se lo sustraje seeretamente del bolsillo, se queds cotalmente pesples, ¥ 0 pronuneié més que puras palabras sin ‘serch mientras todos decian: ha perdido cl hilo del diseat, $0.” El sentido que se fija en una sensacion no deja (a causa de la habituacion) atender a otras. se xtraias, no disipandose por tantos pero lx imag tanto mejor pacde mantenesse con ello en su cute regular. DE LA IMAGINACION PRODUCTIVA BN SUS DISTINTAS ESP! §31. Flay tres distintas especies de imayinacibn productiva Son la imaginacion plastica de la intwicion en el espacio, 1 Se sefiee al Spectator de Addisoo, en euyo ndimeso 77 se en pasaje citado por Kant. (Kn Tasso Antropologia a ta imaginacion asoeiativa de la intuicidn en el tiempo y tle Ia sfinidad nacida de ta comin descendencia de las representaciones unas de otras. A) De la imaginacién plastica Antes de que el artista pueda exponer una figura corpérea (por decirlo asi tangiblemente) tiene que haber- a acabado en su imaginacida, y esta figura es entonces una ficeién que, cuando es’ involuntaria (como, por ejemplo, en sucios) se dice fantasia y no pertenece al artista; mas cuando esti regida por el albedrio se Hama tamposiciin, iavencibn. Si el artista tsabaja con imagenes semejantes « las obras de la naturaleza, sus productos se dicen naturales, si lo hace con imagenes que no pueden «arse en la experiencia (como el principe de Palagonia en Sicilia)', los objetos asi formados se califican de eapri- chosos, ide no naturales, de figuras monstruosas, y rales ‘cusrencias son como los resultados de sonar despierto (welut avgri sonia vanae finguatar species). —Jugamos fre~ cuente y gustosamente con la imaginacién, pero ésta (como fantasia) juega tan frecuente, y a veces muy inoportunamente, con nosotros. El juogo de ta fantasia con el hombre que duerme son los suefios y tiene también lugar en estado de salud; por 1 contrario, delata un estado morboso si sucede en el de Vigilia. EI suefio, como relajacién de toda facultad de pereepciones externas y principalmente de movimientos voluntarios, parece nccesario a todos los animales, ¢ incluso a las plantas (por la analogia de éstas con "Sobre ls absucdas invenciones del jardin y palacio del medio Ince principe de Pslagenia, cn su vila de Palermo, aun hoy esistente, dt ENtensa noticia Goethe en su Vgc a Halle, 9 de abril de 1787. (V.) 2 mma Kove aquiéllos) para recoger las fuerzas gastadas en la vigils pero éste precisamente parece set también el caso ef ls Suefios, de suerte que la fuerza vital, si no fuese en «l suefio mantenida siempre en accién por los stiehos, nw podria menos de extinguirse, y el sueio muy profunds {taeria consigo la mucrte.—-Cuando se dice haber tenivl 4m sucfio profundo sin ensuetios, no hay mis sino quu oO se recuerdan éstos al despertat; lo cual, cuando le imagenes cambian ripidamente, puede acontecetle 2 uns también en la vigilia, esto es, cl hallarse en un estado dh istracci6n en que, al preguntarle qué piensa al que fia 1k mirada un rato sobre el mismo punto, se recihe esta respuesta: no pensaba nada, Si no hubiese al despersa muchos huccos en nuestros recuerdos (0 representacie, nes intermedias y de enlace pasadas por alto por falta de atenci6n); si empezisemos la noche siguiente a sonar donde lo dejamos ta anterior, no sé yo sino nos figurariamos vivir en dos mundos distintos, El sonae es una sabia disposicién de ta naturaleza para eacitat ly fuerza vital mediante las emociones que se refieren » los acontecimientos involuntariamente fingidos, a pesar de que estan suspendidos los movimientos fundades en cl albedsio, a saber, los de los miisculos. Tan soto no hay que tomar las historias s jones de un mundo invisible por revs B) De la imaginacién asociativa {a ley de In aseiacién dice: las tepresentaciones empiei- eas que se han sucedido frecuentemente engendtan en el sspirita ua habito de hacer surgi la una cuando se produce la otra-— Pedic una explicacién fisiolégica de esta ley es initil; lo mismo da setvirse para ello de una hipotesis que de otra (la cual seri a su vez una fein), 8 Aneel tio la de Cartesio o de las Hamadas ideas materiales en al cerebro, Al menos, no es ninguna explicacién de este wine pragma eto es, no s Ia puede apicar una Trice seg ars; porque oo tenemos anc alguna Alel cerebro nit de los lugares del mismo donde pudieran entsar simpatéticamente en armonfa las huellas de las Iypresiones de representaciones, al entrar como en euntacto (al menos mediato). th ech eon cuscs my is 6 ésima a ia milésima muchas npinacién pasa de la centésima weces tan raudamente, que parece se han saltado por completo ciertos miembros intermedios en la cadena de lus representaciones, bien que tan s6lo no se ha sido tunsciente de ellos, de suerte que es menester preguntas we gra frecuencia a si mismo: gdonde estaba?, gde donde habia partido al ponerme a hablar y como he Hegado a este punto final? (). ©) La imaginacién de ta afinidad Entiendo por afinidad la union nacida de la descenden- via de vasias cosas de un _mismo principio—-En una (De aul qu glen cp conven on con ste comensar gor 1b Sel cing pee Foc {iin taupo ear a‘ee pete, con buen 7 Lain ayods pass sa gee le arena ps coer sNcramene, Pus cma por seo px aoc ra asda de aparece en hos pics il eerarea estan, Thc vent agin defo demise no ver i ‘doa els. Fl expiityrequiere en rods comuniacia de tenes ore ee ovat pers ‘ie ierodutoris yl comicn, tant eal coaversaci como ena oo Iman! a fonversacion, el saltar de una materia a otra enteramenn heteroyénea, a Io que induce ja asociacion empirica «k ‘autiadas de distinto modo que en cl oto)» lo um induce, repito, esta asociacidn, es una especie de ava hs £0 1a forma que rompe y destruye toda eonversacion Solo cuando se ha agotado una materia y se produce uns Pegueta pausa, puede alguien poner en martha otra ur Se interesante, La imaginacion que yerra ai y alli regla embrolla la cabeza con el exmbio de las tepresean, ciones, que 4 nada esti objetivamente ligadss, de a un tema, asi en soliearie Pensar como en la comunicacion de low px lun tema al cual se incorporen las muchas bos Actuar también el entendimiento; pero el juego de iasinacion sigue aqui mas bien las leyes de la sensibilt, dad, que proporciona I. matetia, cuya acocincion attics sin conciencia de las regis de la misma, y por tanto evaforme al entendimiento, derivada de! catendimiento, {a oe wiidad recveea aqui wna accidn reciproca tomada de la quimica y aniloga a la combinncion intelectual la accion teciproca de dos sustanciasexpecitn camente distintas, corpércas, intimamente operantes ung Sobre otra y tendentes a la unidads esta antie engendva tuna ftetcera sustancia que tiene propiedades las cuales Role pueden producitse por la unin de dos sustancine heterogéness. El entendimiento y la. sensibildlad oo Dermanan, de suyo, a pesar de su heterogencidad, pars Engendrar nuestro conocimiento, como si la una facuitad tuviese su origen de a otra o ambas de un troneo comin, aunque no puede ser, bien que no como © al menos es para Antropotogia nosotros inconcebible, que lo heterogénco brote de una y Ja misma rafz (a). $32. La imaginacién no es, sin embargo, tan creadora como se pretexta por lo general. No Pedemos imaginar: ‘Ros por un ente racional otra figura adecuada que la figus de un hombre. De ag que cuando e ctor 0 al pntorgjcata un angel o wn Din haga sempre un hombre. Cualquier otea idea le parece contener pa que no son compatibles, para su idea, con la estructura dum ene vaciomal (como son alas, gatas o penta) El tamaito, por el contrario, puede fingitlo como quiera “La ilusion causada por Ia faerge de la imaginacion bm on eet a os ce tm ver y tocar fuera de si lo que s6lo tiene en su cabeza. De aqui el vértigo que acomete al que mira un abismo, aun, wpe atnsy (icine se trcraente hua (colt, por em, sal edie Sime) psoas al eaerat cn ee fetal reser coin er avira Sr cs ene cine emporio Can ln io ese dese aeere iar ntslpct cc ana deus Ie aun goe ones proc sv eee mle son eh sa (ge aan ai Kein Nac end sper, tio qu Cea a ig a gor a nhs pe gad seal tg rare cnr es ‘cc Une geo fee weitere Se honasa a ieente deeb yd Srigey tan sOlo adivinaso! Immanvl fs cuando tenga en torno suyo una superficie suficientetnr te ancha para no caer o incluso se halle tras una sélels barandilla—Notable es el temor de algunos enfor mentales ante li acometida de un impulso interior « Precipitarse de cabeza libremente-El ver ingeri « OtrOs cosas asquerosas (por ejemplo, cuando los eunmn Ss exttaen y sozben en un solo tiempo los mocos de ly rarices de sus hijos) mueve al espectadot 2 vomitan exactamente lo mismo que si se le impusicta a él prong sna ingen seinejante nana .a nottalgia de los suizos (y segiin he sabido por bocx de un expetimentado general, ambien dc hes wenn, ses y de los pomeranios de algunas comarcas). que lex acomete cuando son trasladados a ottos paises. eo cl efecto de un anhelo suscitado por la evocacton imagine tiva de la libertad de cuidados y las amistades de sus juveniles, el anhelo de los higares donde govaton lee sencillas alegrias de ta vida, pues al visitarlos posterior mee ce snten muy defaudados en sus eperans 5 Por tanto curados; sin duda en la opinidn de que todo ha pasar alli de nuevo str macedad; siendo digno de note ve esta nostalgia acomete mas a las yentes de ena Provincia pobre, pero unida en cambio por la hermandal ¥ el parentesco, que a aquellas que estén oeupadas en ganar dinero y toman por lema el patria ubi hese, Cuando se ha oido anteriormente que tal 0 cual es una mala persona, se cree poder leer la perfidia en sut vostro ¥ la fiecidn se mezcla aqui, principalmente si se afaden I, emocién v la pasién, con Ia experiencia en ume sensacion Segiin Helvecio!, veia una dama a través del telescopio cn} luna las sombras de dos enamorados; el pitreco, * De Peprit, Disc, cap. 2. (V) Antngtogia = jue abservé a través de aquel a continuacién, dijo: «No, wnora; son los dos campanarios de una eatedraly. Se pueden sumar todavia a todos éstos los efectos ilchidos a la simpatia de la imaginacién, La vista de un hnmbre presa de ataques convulsivos o epilépticos excita 4 hacer andlogos movimientos, asi como los que boste~ xin a que se bostece con ellos, y el médico Michaelis! ice que cuando en el ejército norteamericano un hom- bore se enfurecia, dos o tres presentes se ponian también nibitamente furiosos al verle, bien que este ataque era nila pasajero; de donde que no sea de aconsejar a los ébiles de nervios (hipocondracos) visitar por cutiosi: thd los manicomios. La mayor parte lo evitan ya por si mismos, pues temen por su cabeza. ~Se observari tam- hién que Ins personas vehementes, cuando alyuien les teliere con pasidn, principalmente de ira, algo que le ha aeaecido, si la atenciin es intensa hacen gestos adlecua- los y se dedican involuntariamente a un juego de las conomias que se ajusta a aquella pasién, También se habré advertido que los conyuyes que se levan bien adquieren poco a poco cierta semejanza en los rasgos de la cara, y esto se interpreta diciendo que la causa es que xe han easado por esta semejanca (similis similigaudet); 10 que, sin embargo, es falso, pues Ia naturaleza impulsa en 1 instinto sexual mas bien a la divetsidad de los sujetos ‘que hayan de enamorarse mutuamente, a fin de que se desplicgue toda la multiplicidad de disposiciones que ella ha puesto en sus gérmenes. No; sino que la famitiaridad € inclinacién con que en sus conversaciones intimas, muy juntos, se miran larga y frecuentemente @ los ojos, produce gestos fisonémicos simpatéticos y semejantes, 1 GF. Michaelis, profesor y médica en Cassel, en su Medic praksice Bibione (Goringa, 1785), Ba. Tp. 114'y sig. (K.) 88 Tromanue 1 que fifindose se convierten finalmente en rasgos petmanentes. _ een Be Por altimo, se puede contar entre las manifestack de este juego indeiberado dee imaginaion protec: jue puede llamarse entonces fanvasia, ambien ta prope. sion a mentir sin malicia, que se encuentra en los niin siempre, en los adultos, pot lo demas bucnas sien : nis buenas personas, trade er enando, & eeees. casi como una cafermeill ereditaria; asi, cuando al hacer un rclato los aconteis mientos y pretendidas aventuras brotan de fa imagine cion como un alud que se precipita y crece, sin persegu otro provecho que hacerse interesante; como el eabailen, John Falstaff en Shakespeare, que de dos hombres vn traje de frisones habia hecho cinco personas antes th terminar su relato! a $33. Por ser la imaginacién mis fered s tica y fértil en representa ciones que la sensibilidad, ea resulta mas avivada, si se agrega una pasién, por la aus r ici del objetw que por su sone i algo que evogue de nueva el éspiritu su representacion, aparentemente extirpads de al por obra de les dstraciones durante wo cease tiempo. -Asi, un principe aleman, por lo demis guerre sonido, Ee que varon noble, para quitatse de la cabeza amor que sentia por una persona burguesa de aa tsidencs, habia emprendido tm vine loli, es a Primera mirada a ls casa de aquella persona al regres "Prope, one. CE a, Propet, once. CE l Ensiqu WV prnere pare 4 Ken cing Scare fecurcnc chan Went a ga ee ‘burg, pret ne lyfe at » Neepent6 la fuerza de la imaginacion mucho mas intensa- twine de lo que lo hubiese hecho un trato frecuente, de fuer que et principe cedié sin mas titubeo 2 la re- sulueson, que por dicha respondié a las espernazas Iiata enfermedad, como efecto de una imaginacién pro- tutwva, €s incurable, salvo por medio del mafrime- hin. Vues éste es Ia verdad (eripitur persona, manet res V mrrvio)® Ja imaginacibn peoductiva funda una especie de trato’ tow nosotros mismos, y bien que meramente como tenomenos del sentido interno, empero segiin la analogia wv los externos. La noche la aviva y eleva por encima tle sa contenido real, asi como la funa de noche hace en leiclo una gran figura, que en la claridad del dia silo es vhible como una insignificante nubecita, Lega al delirio 11 aquel que lucubra en el silencio de la noche, o tific tin su imaginario adversario, 0, dando yueltas por su tnutto, edifiea castillos en el aire. Pero codo lo que al twazzinativo le parece entonces tan importante, pierde en ln matana que sigue al suefio nocturne toda su impor- taucias y el imaginative acaba por seatir con el tiempo que este habito nocivo relaja fas fuerzas de su espirita. De agué que sea una muy itil regla perteneciente a la dicta psicologica el domesticar la propia imaginacién neostindose temprano para poder levantarse tempeano, mbién; mas las joyencitas y los hipocondsfacos (a quienes por lo comiin de aqui les viene precisamente su ul) prefieren la conducta puesta , y a la que solo se Hega tarde; es la facultad de Megar sactamente al mismo fin con ahorro de medios — esto ts, sin rodeos. Fl que posee este don (el sabio) no es, pesar sc su simplicidad, ningdn simple. Estipide se dice principalmente del que no puede ser empleado en ningia asunto, porque no pose juicio. Tonto cs el que sactifiea, a ines que no tienen valor, lo aque tiene su valor, por ejemplo, la felicidad doméstica al brillo fuera de su casa. La tonteria, cuando es ofensiva, se dice merdad. Se puede llamar tonto a alguien sin ofenderle; mis ain, puede él decitlo de si mismo; pero ise Hamar ef instrumento de los granujas (sega Pope), cio, gadie lo sufte con paciencia (a). BI ergulia es a) Guna se epi as chan dealin: no sis rt 0 a a EO valgar pure deci brome ob 0 oo heii jw extn hombre qu or de wa mado cee eet, in mes La experenes pear acer 3 un Hombre 5 re Dee cho eo dis en ev are Ge emplen el entries see Aan sla pce haere jin two Immanuel a0 recedad, pues, en primer lugar, es /outo exigit a ons que se menosprecien en comparcion conmigo, y as, jugatin siempre érefas que frustren mi propdsito. Per esto solo tiene la risa como consecaencia, Mas en aque ils esigencia hay también una ofensa y ésta causa un merecido odio. La palabra necio, empleada contes. ui jovencita, no tiene esta dura significacion; porque vatn no ctee poder ser ofendido por la vana arroganc is de aquélla. Y asi parece la necedad estar meramenn ligada al concepto del orgullo de un variin. - Cuando lama al que se daa a si mismo (temporal o eternamen ‘) un necio, mezclando, por consiguiente, ai despreci» el odio, aun cuando no nos haya ofendido en nada, « menester representarse la _necedad como una ofenss contra la humanidad en general, por cansiguiente, eon cjercida contra otro. Quien obra peecisamente en cont de su propio provecho justo, es lamado también, a veees, necio, aun cuando silo se daia a si mismo. Arouct, el padre de Voltaire, decia a alguien que ie felicitaba por tener unos hijos tan ventajosamente cone cidlos: «Tengo dos necios por hijos: el uae, es an necio en prosa, el otra, en verso» (el uno se h jansenismo y fue perseguido; el otro ruvo que pagar sts pocmas burlescos con Ja Bastilla). Hin genetal, ef tonto soncede un valor mayor de lo que tacionalmente deberin hacet, a cosas; el necio, a sf mismo, ‘L calificar a un hombre de petulante 0 jatwo implica también, en cl fondo, ef concepto de su falta de inteligenca en el sentido de In necedad. E2 primero es joveny el segundo, un necio viejo; ambos, enyatiados por Branujas 0 bribones, atrayendo sobre si el primero la compasin; el segundo, una amarga risa de butla, Un ingenioso filésofo y poeta aleman ha hecho comprensi 1 lanzado at 5 Hl profesor de Matemivicas en Gotinga y eseritor stiriew Ahr Gonelf Risener (1719-1800). [V) etiplogia Mies los titulos de fay s9? (bajo el nombre comin fou) mediante un ejemplo: «Bl primero, dice, es un joven len que va a Paris; el segundo es ef mismo cuando aviba de regresar de Pari ssiera a completa debilidad de la mente, que ni si Iuasia al uso animal de la fuerza vital (como en los erediaos diel cantén de Wallis), 0 ai siguiera a la mera imitacion secinica de acciones externas posibles a Ios animales lama idiotex, y no puede calificar- J alma, sino mis bien de falta de Gverear, cavar, ete.) ww de enfermedad alma. ©) DE LAS ENPERMEDADES DEL ALMA $50. La division superior es, como ya se indicd anterior. mente, Is division en enfermedad de toe gritls (hipocon dria) perturhacién mental (mania). Bl nombre de la primera se ha sacado de Ia analogia que tiene con ef atender al ruido estridente de un grillo, en el silencio de a noche, que perturba la tranquilidad det alma necesaria para dormir. La enfermedad del hipocondriaco consiste, en efecto, en esto: que ciertas sensaciones corporates internas no tanto descubren un verdadero mal existente en el cucrpo, cuanto més bien se limitan a hacerlo notar, y la naturaleza humana es de tal indole (que el animal no tiene), que es cepaz de intensificar o de hacer persistente el sentimiento de ciertas iapresiones locales. prestando atencién ellas; mientras que, por el contrario, una bsiraccién, ya deliberada, ya causada por otras ocupacio- nes que distraen, hace vemitir las impsesiones, y si se ie Timmantiel Ks torna habitual, desaparecer completamente (a). De eh modo viene a ser la hipocondria, 0 enfermedad de lh xgrillos, la causa de imaginaciones de males corporale los que el paciente es consciente que son imaginacione pero sin que de tiempo en tiempo pueda susteaerse 1 tenerlas por algo real, o a In inversa, de hacerse de wn mal corporal efectivo (como el de la opresion que » siente después de comer cuando se han tomado sustar cias flatulentas) imaginaciones de toda clase de grave sucesos exteriores y preocupaciones por sus negocios, li cuales desaparecen tan pronto como ha cesado la flat lencia con el término de la digestién. - El hipocondiac es un cazador de grillos (fantaseador) de la més lamenta ble especie; obstinado en no dejar de hablar de su imaginaciones, y corriendo siempre detris del médien, que tiene en é1 su pesadilla y no puede tranqnilizarle de otro modo que a un nifo (con pildoras de miga de pan en lugar de medicinas); y cuando este paciente, que por tener perpetuos achaques no puede nunca ponerse enter mo, consulta sus libros de Medicina, se hace completa mente insoportable, porque cree sentir en su cuerpo todos los males que lec en el libro. Para caracterizar esta imaginacién sirven la extraordinaria jovialidad, el vivo ingenio y In jocunda risa a que este enferme se siente a veces entregado, siendo, pues, el siempre cam- biante jaguete de sus humores. Ei miedo a la idea de la muerte, acompanado de una angustia de tipo infantil, alimentada esta enfermedad. Mas quien con viril denue- do no aparte su vista de este pensamiento, no gorari nunca de la vida : (En otra obra he hecho observar que ol desviae la acneién de sieras rensacioner dolorosas y el Bae en cualquier oreo objeto tbitramente determinado por el pensamicnro, & suilciente para esalojar aguélis hasta el punto de ue no pueden desemboext cn enfermedad La obea aludkda es Del poder dl repr, ete (V) Aoarytogia 135 Mis act todavia de los limites de la perturbacién inveatal esti el sibito cambio de bumor (raptus): wn inespera- ar de un tema a otro enteramente distinto que nadie espera. A veees precede a aquella perturbacion, de i que es nuncio; pero frecuentemente esta ya la cabeza tan trastornada que estos ataques de falta de regla se man la regla en él—EI suicidio es, con frecuencia, tnveramente el efecto de un arrebato, Pues el que en la \ehemencia de la emoeién se corta la garganta, se la deja tecoser pacientemente poco despvés. a melancolia {Tiefimigheit} puede ser también una inera ilusion de ser un desgeaciado que se hace el faciturno atormentador de si propio (inelinado a la pesadumbre). Ella misma no es todavia una perturbaciéa tental, pero puede conducir a ella—Por lo demas, es una expresi6n absurda, aunque frecuente, hablar fen alemén} de un matemitico Tiefiming (por cjemplo, el profesor Hausen)', sin embargo, de que se -menta meramente el profundo de pensamiento { sefdenkend §51 El defirio del que se halla despietto, pero en estado febril, es una enfermedad corporal y necesita de prescrip iones médicas. Sélo el delirante en que cl médico a0 percibe estos ataques morbosos, se dice foce; la palabra (perturbads es s6lo wna expresion mitigada para decir lo ‘mismo. Cuando, pues, alguien ha causado de propésito una desgracia y la cuestion es si tecae sobre él por ella alguna culpa, 0 sea, que tiene que decidirse antes si estaba entonces loco 0 10, el tribunal no puede enviaele "Grist Augusto Hausen (2693-1745), prfesor de Matemiticas en Leiprig. CV) 4 Iroimanel Kew ala Facultad de Medicina, sino que tendsia que enviasl (dada Ia incompetencia del tribunal) a la de Filosoft Pues la cuestién de si el acusado estaba al cometer el act en posesién de su facultad natural de entender y juzga, es exclusivamente psicol6gica, y aun cuando una pestu bacién corporal de los drganos de los seatidos quiz’ pudiera sera veces la causa de una transgresion antinatu ral de la ley del deber (inherente a todo hombre}, no han Hegado, en general, los médicos y fisiblogos hasta el punto de penetrar tan hondo en Ja maquina humana que puedan explicar por ella el atague que impulsa aun acto de erueldad semejante 0 puedan preverio (sin anatomia el cuerpo); y una Medicina forense es cuando se trata de la cuestion de si el estado mental del autor era de locura o una resolucién tomada con el entendimiento sano-— un mezclarse en negocios ajenos, de los que el jvez no entiende nada 0, al menos, como no pertenecien- do a su fuero, tiene que temitirlos a otra Facultad (2). 52 Es dificil introducir una division sistematiea en lo que es esencial € incurable desorden, Tiene también poca (2) Asi cen jue, en un cata en que ana persona, porgue estaba conenada l eoereceonal matt de detespercion a tn lia dela loca, por tanto, bre de fk pena de merce” Busy deel quien falas premisasielereconelstones verdaders, esti locos theta bi gues persona admis por principio que i pean cosecional cs unt ‘ntamia Inextngtble, peor gue la muerte (la Gaal flo) Neg por « razonamieato, panicle de extn pretust al proposto de heeeoe parecer de mace Poe coguct, ete fey, como el ib que xine de Ta pena eps.“ Sobre Tn base de este aegumen 10, ssa fel declara a todos fom etiaes locos 2 los que se tend que compadecet y cura, peco no eatigar etropologia 135 lilidad ocupasse con ello; porque, coma las fuerzas det surjeto. no cooperan a ello (como es, por el contrario, ef caso en las enfermedades corporales), y, sin embargo, silo por medio del uso del propio entendimiento puede alcanzarse este fin, tienen que resultar infructuosos todos lus métodos curativos en este respecto. Sin embargo, cexige la Antropologia, aun cuando aqui solo indirecta- mente puede ser pragmatica, es decir, solo puede orde- har omisiones, el iatentar al menos un esquema general de este abatimiento de la humanidad, tan profundo, pero procedente de la naturaleza. Se puede dividir la locura en eneral, en la fumalteosa, la metidica y la sistematica 1. “Amencia es la incapacidad de ponet las represen taciones en la conexién necesaria siquiera para que sea posible Ia experiencia. En los manicomios es el sexo Femenino, por su locuscidad, el mis sujeto a esta enfermedad, es decir, a hacer én lo que refieren tantos injertos de su viva imaginacion, que nadie comprende lo ‘que propiamente quieren decis. [sta primera locura es la suman 2. Demencia es aquella perturbacién mental en que todo lo que refiere ef loco es, sin duda, conforme a las leyes formales del pensar, que hacen posible una expe lencia, mas a causa de una filsa imaginacién plastica se tienen por percepciones representaciones facticias. De esta especie son aquellos que creen tener por todas partes enemigos en torno suyo; que consideran todos los estos, palabras o cualesquiera otzas acciones indiferen- tes de los demis como dirigidas a ellos y como lazos que se les tienden.-—Estos enfermos son en su desgraciado. desvario tan sagaces frecuentemente en interpretar Io aque los demas hacen sin preocuparse como hecho con vistas a ellos, que, s6lo con que Ios datos fuesen ciertos, habria que tributar toda suerte de honores a su entendi- miento.—Yo no he visto nunca que alguien se haya 136 Imanvel Kat curado de esta enfermedad (pues es una disposicién especial para enfurecer con raz6n). Sin embargo, a deben contarse entre los imbéciles de asilo; porque preocupados solo de si mismos, se limitan a aplicar su presunta astucia a su propia conservacién, sin poner et peligro a los demis, por lo cual, no necesitan ser encerrados para mayor seguridad. es La metdica 3. Insane es un juicio perturbado, con lo que kt mente es engaiada por analogias que se confunden con conceptos de cosas semejantes entre si, y de esta suerte la imaginacidn desarrolla un juego semejante al del enten dimiento, enlazando cosas incongruentes y presentindo- las como el universal bajo el que estaban contenidas estas Gltimas representaciones. Los enfermos psiquicos de esta especie estin las mas de las veces muy satisfe- chos, inventan de un modo absurdo y se complacen en la riqueza de una tan extendida parentela de conceptos en su opinidn perfectamente congruentes, I demente de esta especie es incurable, porque, como le poesia en general, es creador y entretenido por su polifacet mo. Esta tercera locura es ciertamente metodica, pero sélo fragmentaria 4. Vesania es la enfermedad de una rain perturba da. El enfermo psiquico se remonta por encima de la escala entera de la experiencia, busca avido prineipios que puedan dispensarse totalmente de la piedra de toque de ésta, se figura concebir lo inconcebible. - Fl descubsi- miento de Ia cuadatura del circulo, del movimiento continuo, la revelacién de las fuerzas suprasensibles de la naturaleza y la comprension del misterio de la ‘Trinidad estin a su aleance, Es el més pacifico de todos los moradores del manicomio y el mas alejado de los ataques furiosos, a causa del hermetismo de su especulacién; en ~ su plena autosuficiencia deja de ver todas las dificultades ia segunda locurs Auneopologia Br dle la investigacién.—Esta cuarta especie de la locuta ppodria lamarse la sstemdtiea Pues en esta altima especie de perturbacién mental no hay meramente desorden y desviacién de la regla para el uso de la raz6n, sino también una poritiva sinrazén, esto ¢s, otra regia, una posicion enteramente diversa a que el alma se desplaza, por decitlo asi, y desde la cual ve de ‘otro modo todos los objetos, y saliendo del sensorins communis, que se require para Ia unidad de la vida (animal), se encuentra desplazado a un lugar alejado de Al (de donde la palabra Verrickung [remocion y locutal}; como un paisaje de montafas, dibujado a vista de pajaro, induce a hacer sobre el paraje un juicio enteramente distinto que si se contempla desde la Hanura, Sin duda que cl alma no se siente ni ve en otro punto (pues no puede percibirse a si misma localizada en el espacio sin cometer una contradiccidn, ya que entonces se intuiria ‘como un objeto de su sentido externo, cuando s6lo puede ser patn si misma objeto del sentido interno); pero con ello se explica, lo mejor que se puede, la Hamada locura. Bs, empero, admirable que las fuerzas del alma destrozada se coordinen, sia embargo, en un sistema, y fa naturalera tienda incluso en la sinrazon a introducie un principio que las una, a fin de que Ia facultad de pensar no permanczea ociosa, si bien no para Hegar objetivamente al verdadero conocimiento de tas cosas, al menos para atender de un modo meramente subjetivo a la vida animal, Por cl conteario, muestra el intento de observarse a mismo en un estado cercano a la locura y producido voluntariamente por medios fisicos para, gracias a esta observacién, comprender mejor el involuntario, razon bastante para indapar las causas de los fendmenos. Pero es peligroso hacer experimentos con el alma y ponerla enferma hasta ciesto grado para observatla e indagar su 138 Immanuel Ka nacuralera a través de los fendmenos que pudiersn Presentarse.—Asi, quicte Helmont! haber petcibicls después de ingerir cierta dosis de napel (una raiz veneno sa), una sensacidn como si pensase con of estémago, Otsu médico fue aumentando poco a poco la dosis de alcanfor sque le parecié como si todo fuese en la ealle un gran tumulto, Varios han experimentado en si propios con el opio tanto tiempo que cayeron en debilidad mental cuando dejaron de seguir empleando este medio de awivar los pensamientos.--Una demencia artificial pu diera comnarse ficilmente verdadera. OBSERVACIONES SUELTAS §53, Con el desarrollo del germen hasta la ceproduccia evoluciona al par el germen de ta locura; éta es también hhoreditaria. Bs peligeoso buscar mujer en familias en que haya habido aunque s6lo sea un swjeto semejante. Pues por muchos que sean los hijos de un matrimonio que Permanczcan preservados de esta triste herencia, por salir, por ejemplo, todos al padre @ a sus abuelos y bisabuelos, slo con que la madre haya tenido en su Familia un hijo Toco (aungue ella misma esté libre de este imal), aparece alguna vez en este matrimonio un hijo que sale ala familia materna (como se pucde observar también por el parecido fisieo) y que ha heredado la perturbacién mental Se pretende con frecuencia poder indicar a causa accidental de esta enfermedad, de suerte que habria que "Sobre Juan Bautista van, Helmont (1578-166, K Voi Havre de Bie, eadcion ep, ory, Nein Awteapotogin 139 lepresentérsela como no hereditaria, sino adquirida y como si el desgraciado tuviese 1a culpa de ello. «Se ha vuelto loco por amor», se dice del uno; del otro: «se wolvi6 loco de orguilo»; de wn tercero incluso: «enlogue- its a fuerga de estudiar». —Bl enamorarse de una persona, de condicién que pedirla en matrimonio es la mayor ‘necedad, no ha sido la causa, sino el efecto de la Jocura, y por lo gue afecta al orgullo, el exigir un hombre insignificante a oteos que se doblen ante él y se aver- siencen de paronearse frente a €l, prempone una locura, sin le cual no habria incurrido en semejante comporua- mniento, Por lo que afecta al a fuerza de esindiar', no es nada necesario poner en guardia a Jos jovenes contra este peligro. La juventud antes necesita aqui de las espuelas, ‘que de la rienda. El mis violento y sostenido esfuerzo en este punto puede farigar la mente, de suerte que ct hombre Hlegue a aborrecer la ciencia; pero no puede perturbarla donde no estaba ya de antemano echada a perder y habia, de consiguiente, gusto por los libtos misticos y las revelaciones que se elevan por encima del sano entendimiento humano. A este orden de cosas pertenece también la propensidn a dledicarse totalmente a la Iectura de los libros que han obtenido una cierta consagracion, meramente por su letra y sin tener en cuenta su contenido moral, para Jo gue un ciesto autor inventé a expresion: «esti loco de tintan, Si hay una diferencia entre el frenesi general (delirium f= un fenémeno babiusl gc los comercantes, « finrce de cuneer epcaen ean planes spines os ecens Mason pics previores no necesita ter para nada fa excemoasiad a ia [plicscion de sr bios (sempre qe ss cabess cease, por ln demi Soa), La nrarsleeaprevine soda sobrecargs co el saber simplemente frend ual estant le repugnn la con con lax cule se Pa foro i eabesa'y que ha empolllo en vano 40 Immnuel Kant generale) y el que se refiere a un objeto determinado (delirium circa obiectum), es cosa que dudo, La sinragéin (que es algo positive, no mera falta de razén) cs exactamente, lo mismo que la razon, una meta forma a que los objetos pucden adaptarse, y ambas se refieren, pues, a lo universal. Ahora bien, lo que al exterierigarse la disposicién para la Jocura (que sucede por lo comin stibitamente) venga primero a las mientes (la materia con ‘que casualmente se topa y sobre la cual se disparaca después), eso es sobre lo que el loco delira preferente- mente en adelante; porque debido a la novedad de la impresion persiste mas intensamente en él que cuanto sobseviene con posterioridad ‘También se dice de aquel a quien se le ha escapado algo de la cabeza: sha rebasado la linea, exactamente como si un hombre que traspasase por primera ver la lines media del eropieo estvise en Peli de poses el entendimiento, Pero esto es sélo una mala intel gencia, Lo que se quiere decit es soto que el necio que espera pescar oro de una ver y sin largo e: haciendo un viaje a las Indias, esboz Fucez0 ya aguf su plan de necio; pero durante su eecucion crece el fn frenesi, ya su regreso, aunque la fortuna le haya sido favorable, se muestra’ desartollado en toda su inte gridad La sospecha de que no anda bien la cabera de alguien cac ya sobre el que abla allo consigo mismo o es sorprendido grstcalando en la Soledad de su cuarto, —Mas, todavia si se ctee favorecido de inspiraciones o visitado Por seres superiores y en conversacién y trato con ellos, mas no precisamente cuando concede que otros varones santos sean aeaso capaces de tener estas intuiciones suprasensibles, pero no se figura clegido él para ello, ni siquiera confiesa desearlo y, asi, se exceptia, FI Gnico sintoma universal de la locuta es la pérdida Awropologta ut ‘lol sentido comin y el sentido privado ligico que lo reempla- por ejemplo, cuando una persona ve en pleno dia sobre suv mesa ‘una luz encendida que otra persona presente no ve, 0 cuando oye una voz que ninguna otra ‘oye. Pues es una piedra de toque subjetivamente necesa- ria de la rectitud de nuestros juicio$ en general y, por lo ‘mismo, de la sanidad de nuestro entendimiento, el que confrontemos éte con el entendimiento ajeno, y m0. nos aislemas con el nuestro y, por decirlo asi, juzguemos piblicamente con nuestra representacion privada. De aqui que la probibicién de los libros que aspiran meramente a exponer opiniones teoréticas (principalmente si no tie- nen ninguna influencia sobre las acciones y omisiones legales), ofenda a Ia Humanidad. Pues se nos despoja con ello, si no del nico, empero del mayor y mas Facil medio de corregir nuestros prapios pensamicntos, lo que se hace exponiéndolos piblicamente para ver si se ajustan al entendimiento ajeno; porque cn otro caso se tendria algo meramente subjetivo (por ejemplo, el habito 6 la inclinacién) con facilidad por objetivo; como que justamente en esto consiste la pura aparicencia, de la que se dice que engaia, © mis bien, por la cual se es inducido. a engafarse a si mismo en fa aplicacin de una regl. ‘Aquel que no se vuelve en ningiin caso a esta piedra de toque, sino que se le mete en la cabeza reconocer por vlido el sentido privado sin o incluso contra el sentido comin, esta expuesto a que los pensamientos le hagan vvictima de un juego en que no se vea, proceda ni juzgue en un mundo comin con los demis, sino (como en los suefios) en un mundo propio y aislado.—A veces puede estar meramente en las expresiones con que una cabeza por lo demas clara pretende comunicar sus percepeiones exteriores a los demas, el que parezcan no concordar con cl principio del sentido comin y la persona persevere en €l suyo. Asi tenia el ingenioso autor de Oceana, Hacring- we Immanuel Kavu ton!, la mania de que su piel emitia efluvios en forma cl moscas, Pero éstas pueden haber sido acciones eléctric: sobre un cuerpo sobrecargado con esta materia, de to ‘que se pretende haber tenido experiencia también otros casos, y Harrington puede haber querido quiz: indicat slo una analoyia de lo que expetiienaba con esta emisién, no que viese moscas. J.a locurs con manifestaciones de furor (rabies), de un emoci6n de ira (contra un objeto verdadero o fieticio), que hace insensible para todas las impresiones det exterior, es s6lo una variedad de la perturbaciin, que frecuentemente parece mis espantosa le lo que es por sus consecuencias, y que, como el paroxismo de una enfermedad feb eadea tanta en'el ale, euanto es excitada mis bien por causas materiales, y puede sex ‘5 materiales, y puede ser cortada muchas veces por el médico con mea deoga. DE LOS TALENTOS EN LA PACULPAD. DE CONOCER $54, Por salento (don natural) catiéndese aquella superior: dad de Ja facultad de conocer que no depende de la instruccion, sino de las disposiciones naturales det suje to, Son el ingenia producto (ingeninn sritas 8. mateialitr denn) Ja sagacided y la originalidad en el pensar (el genio). ED ingenio es ya el éngenia comparativo (ingeninm compa- rans), ya el ingenio argiitive (ingeninw argatans). El ingenio " James Harsington (1611-77) cayd, a eoaseeuenein de una dos se ait ata, lion uct uo axes i sept en frm de pares re, ib Arnrapalogs a avinila representaciones heterogénens que freeuentemen- te estin muy distantes entre si segin la ley de la imaginaciin (de a asocincidn), y es una peculiar faculead de asimilacion que pertencce al entendimiento (como fucultad de conocimiento de lo universal), en cuanto subsume Ios objetos bajo géneros. Necesita ademés del juicio para determinar Jo particular bajo to universal y nplicar’ la facultad de pensar al conocer. See ingeiose hablando 0 escribiendo) no puede aprenderse por me- Gio del mecanismo de la escuela y su disciplina, sino que pertenece, como ua talento especial, ala liberaidad de 18 Censibilidad en la reciproca comunicacin de pensamicn- tos (veniam danas petinusgue vicssin); a wna propiedad del entendimiento en general dificil de explicar ~a su afubilidad, por decitlo asi ~ que contrasta con el rigor del \uicio (indiciua diseretitum) en \a aplicacion de lo univer fal lo particular (de los conceptos de los géneros a los de las especie), como aquelia que dimita tanto la facultad ide asimilacion cuanto la propension a ésta DJ LA DIFERENCIA ESPECIPICA ENTIRE FE INGENIO COMPARATIVO: YH, INGENIO ARGUITIVO A) DEL INGENIO PRODUCTIVO $55. Hs agradable, ateactivo y tegocijante encontrar se- iejansas entre cosas heterogéneas, y asi, por lo que al ingenio hace, dar al entendimiento materia para hacer tuniversales sus conceptos. El juicio, por el contrario, que limita los conceptos y contribuye més a su correc- tion que a su amplizcidn, es, sin duda, mencionado y 4 Fmesanvel Kan recomendado con todos los honores, pero grave, rigur 50 ¥, respecto de la libertad de pensar, restritivo, por lu cual no es atrayente. Las acciones y omisiones de! ingenio comparativo son mas que nada un juego; las del juicio, mis un asunto serio.—-Aquél es mas bien una flin de la juventud; éste, més bien un fruto maduro de la edad. El que une ambos en ua producto del espirieu en grado eminente es perspicay. El ingenio se perece por las ocwrencias; el juicio pugn por las ideas. La citcunspeccién es una rirtud de burgomaes. re (la de guatdar y administrar la ciudad bajo ef mando supremo del castillo segiin leyes dadas). Por el contrario, vanjar las cuestiones de un modo atrevide (dardi), dejan. do a un lado has objeciones del juicio, érale computado como un métito por sus compatriotas al gean autor del sistema de la naturaleza, Buffon, aungue como obra de audacia se parece bastante a la frivolidad. - El ingenio tiende més bien a lo picante; el juicio, a lo nntritive, La caza de frases ingeniosas (bons mots), como aguellas dé que hace ostentacién el abate Trublet!, que llevé su ingenio hasta el tormento, hace cabevas livianas 0 repugna justamente a las sélidas, El ingenio cs fecundo en inventar modus, esto es, reghas de conmlucta que se admiten y agradan s6lo por la novedad, mas antes de convertirse en a, se teuecan por otras formas que no son menos pasajeras. EI ingenio de los juegos de palabras es Juecr; vacua cavilosidad (mierologia) del juicio, pedante. Ingenio lan moristico se dice aquel que brota del gusto de la cabeza por la paradyja, en que por detris del tono afable de la simplicidad brilla la malicia (astuta) de exponct a alguien (© una opinion suya) a la risa, realzando con aparentes Nicole Ghutles Joseph Truble (1607-170), en sus Lats de Uitratare ode marae (R) * is se divers \nepologia 145 clogios Io contrasio de lo plausible (mofa o befa), por cyeinplo, «el arte de Swift para arrastrarse en poesia» !, 0 Hl Hadibras de Butler; este ingenio, consistente en hacer la despreciable todavia mas despreciable por medio del ccontraste, es muy regocijante por la sorpresa que produ- vee lo inesperado; pero, sin embargo, no es nunca mas suc un juego y un ingenio ligero (como el de Voltaire); ppor el contrario, el que instieuye principios verdaderos € importantes bajo su vestimenta (como Young en sus sitiras), puede lamarse un ingenio grave, porque es un ‘asento serio y suscita mis admiracion que regocijo. Un refrin (proverbinmr) m0 es wna frase ingeniosa (bon mot), pues es un formula que se ha hecho comin y expresa un pensamiento que se propaga por imitacion, y sélo en la boca del primero puede haber sido una frase ingeniosa. Hablar en refranes es, por ende, el lenguaje de Ia plebe y demuestra la total falta del ingenio en el trato con el mundo mis refinado. La profundidad no es, sin duda, cosa de ingenio; pero en tanto éste puede ser por obra de tas imagenes que supende de los pensamientos un vehiculo 0 una cobertu- ra para I razin y su manejo, para sus ideas practicas morales, cabe representarse un ingenio profundo (a diferencia del superficial). Como una de las sentencias dignas de admiracion, segiin se dice, de Samuel Johnson sobre las mujeres, citase ésta de la vida de Waller‘ " Thepi Bao «, Antsalime. Dar it D. Swift mete Dich, air Kant a Boe elem, ext ee Engh ts Det ferntee Leipeigy 1735. (0) 1 Heda, epoca satrico, uy lida en su tiempo, del relists Samuel Butler (161280) conte los puritanos de lt epoct dele repli ge . ° Edward Young (1484-725) publics en 1725-27 site stirs bajo el silo The sniereal son (K) “et poeta ingles Samuel Jahon (170894) eseii6 una biogeaia del pots Edrmndo, Waller {K) 146 Inomanuel «Alababa sin duda a muchas con las que hubiese tems casatse, y quiz se hubiese casado con una que se halts avergonzado de alabary!. El juego de la antitesis consit tuye aqui todo lo digno de admiracién; la razén no gana nada con ello.—-Pero alli donde se trataba de cuestion. disputadas por Ia raz6n, no pudo su amigo Boswell extract una sola sentencia que delatase el menor ingenin, a pesar de buscarlas tan incesantemente como en un oraculo; sino que todo cuanto exponia sobre los escépti cos en materia de religion, o sobre el derecho de un gobierno, 0 simplemente sobre Ia libertad humana cn general, venia a parar por obra del despotismo en sentenciar que en él era natural y estaba arraigado por Iaberse dejo cortomper de los adulalores, en unt vulgar groseria que sus adoradores gustan de llamar rudeza (2), pero que demostraha su gran ineapacidad para unit el ingenio con la profundidad en un mismo peasamiento— ‘También parecen haber apreciado bien su talento los hombres de influencia, que no dieron oido a sus amigos cuando le propusieron para micmbro excepcionalmente apto del Parlamento. Pues el ingenio que basta para componer el diccionario de una lengua, no por ello alcanza a despertar y avivar las ideas de la razon que son necesatias para entender de asuntos importantes. La modestia entea de suyo en el animo del que se ve llamado a éstos, y desconfianza en sus talentos "say Ts siguentes angedtss de Johnson se encuentran ens biogrtis, por James Boswell (1740-179), 179, (V.) 1G) Borwellrefcre que una vex que an clr fod deplorab en su pretncia que Johason ao hubiese recibido una educscin iis fia, {jo Barer «No, no, mild. Hubiesen hecho con To que hubessh speedy ore Ibi gd sno un eso edo a ae Sign Ne a na ee SY 3 Ta ober mis conocde de Johnson er un diccionario inglés (1745.55). (V) 7 “ Antrapologia 17 para no resolver por si solo, sino tomar también en Cansideracidn los juieios ajenos (si bien sin que se note), rt una cualidad que no hizo mella nunca en Johnson. 1) DE.LA SAGACIDAD © DEL DON DE INVESTIGACION §56, Para descubrir algo (que yace oculto en nosoteos snismos o en otra parte) es menester en muchos casos un talento especial, saber cOmo se debe buscar, un don hatural de jagear anticipadamente (indicium praevium) dbn- ide pudiera encontrarse la verdad, de seguit el rasteo de las cosas y de utilizar las menores sefiales de parentesco para descubrir 0 inventar lo buscado. La logica de las esctilas no nos enseft nada sobre esto. Pero un Bacon de Verulamio dio en su Organo un brillante ejemplo del método con que mediante la expetimentacion puede descubrinsc la escondida constitucién de las cosas natura Jes. Mas incluso este ejemplo no basta para ensefar como buscar con fortuna segiia reglas determinadas, pues es menester siempre empezar suponiendo algo (partir de una hipétesis) de dénde emprender la marcha, y esto ha de hacesse, seysin principios, siguiendo ciertos indicios, lo cual implica justamente la manera de olfatear éstos. Pues intentarlo a ciegas, al buen tuntin, como cuando se tropicza con una piedra y se encuentra un escaln de bronce que descubre un pasadizo de bronce, es un mal método para investigar la naturaleza, Sin embargo, hay gentes de un talento que les hace dar con el rastro’ de Tos tesoros del conocimiento, sin haberlo aprendido, como si tuviesen en la mano la varita de las virtudes; por lo cual tampoco pueden enseiiar a los dems, sino sélo hacerlo delante de ellos, ya que es un don de la naturaleza, 148 Immanuel Kaw ©) DE LA ORIGINALIDAD DE LA FACULTAD DE. CONOCER © DEL GENIO. $57. Inventar algo es muy otra cosa que descabrir alyo. Pues ta cosa que se descubre se supone existir ya antes, s6lo que todavia no era conocida, por ejemplo, América antes de Colsn; pero lo que se imenta, por ejemplo, la péitore, no era conocido antes del artista (a) que lo hizo. Ambas cosas pueden ser un mérito. Pero se puede excontar algo que no se busca (como el algquimista que enconttd ei fosforo), y esto no es ningiin mérito. El talento de inventar se lama el geno, Pero este nombre se adjudica exclusivamente a un artista, 0 sea, a aquel que sabe hacer algo, no al que meramente conoce y sabe mucho; pero tampoco se adjudica a un artista meramente imitador, sino al que tiende a producir originalmente sus obtas; en fin, tampoco a éste sino cuando su producto es magitiral, esto es, cuando merece ser citado como ejemplo. Asi, pucs, cl genio de un hombre es «la magistral originalidad de su talento» (respecto de esta o aquella especie de producos artisticos). Pero también se llama genio a la cabera que tiene disposiciin para esto; entonces esta palabra no significaria meramente el don natural de una persona, sino también la persona misma. See genio en (@)_ La palvors baba sido empleada ya largo tiempo antes de snone Sehwarm, en el sito de Algecan, ys inveneion, pack orrspende alos chinow Peco pucde ser tanicn que ayucl alsin, tmbséndle venidoa la manos eta pavers, hickse cman de nai, dz ell (por ejemplo, disolviend el altro, decantande ) carbon y ‘qucmando el aautte) asi dab, umyue no la estase=-Kant He saeado estas noticias probablemente de un aeicl de Grama Sobre la pelvoran, en ele Magen dor Notar, Kan ad Wim ‘hates (1788), V, 290 9.232. (0) Un alquitisa de Hamburgo, Tamado Brand, obtwvo en 1669, por destilacibn de la ona, Fosfor, que lam afuego foe. (V.) Antropalogia 09 muchos sectores es ser un genio raste (como Leonardo dle Vinci). El verdadero campo del genio es el de la imaginacion, porque ésta es creadora y se halla menos sujeta que otras tacultades a la compulsion de las reglas, por lo mismo, es tanto més capaz. de originalidad. El mecanismo de la instruccién, por forzar en todo tiempo al discipulo a la imitacion, és ciertamente perjudicial a la germinacién de un genio, a saber, en lo cocante a su originalidad. Todo arte necesita, sin’ embargo, de ciertas reglas mecinicas fundamentales, a saber, de la adecuacion del producto a la idea bisica, esto es, Ia verdad en la exposicion del ‘objeto que se piensa. Esto tiene que aprenderse con rigor escolistico y es ciertamente un efecto de Ia imica- cidn. Pero libertar también de esta compulsion a la imaginacion y dejar al peculiar talento proceder incluso contra la naturaleza, sin regla, y dlirar, daria acaso una locura original, pero que no seria sin duda ejemplar y, por ende, tampoco podria ser contada como genio. EL espiritu es el principio vivificador del hombre, En la lengua francesa llevan el espiriin y el ingenious. mismo nombre, esprit. En alemin es de otro modo. Se dice de tun diseurso, una obra, una dama de una reuni6n, etc.: €s hermosa, pero no tiene espiritu. La provision de ingenio ‘no basta aqui; pues puede repugnarse incluso el ingenio, porque su aecién no deja detris nada permanente. Para que de todas las mencionadas cosas y personas pudiera decirse que tienen espiritu, necesitarian suscitar un interés, y suscitarlo por medio de ideas. Pues esto pone en movimiento a la imaginacién, que ve delante de si un gran espacio libre para semejantes conceptos. Como seria, pues, si expresisemos la palabra francesa génie con las alemanas espivitu peculiar, que nuestra nacién déjase persuadir, los franceses tendrian una palabra para ello procedente de su propia lengua, andlogamente nosotros, 150 Ives! Kine no la tendriamos en la nuestra, sino que tendriamos que tomarla prestada de ellos, mientras que ellos mismos ln than tomado prestada de la latina (genizs), Ia cual nv significa otra cosa que un espiritu peculiar Mas la causa por la cual la originalidad magistral del talento se designa con este nombre mistico es que quien tiene este talento no puede explicarse sus explosiones «1 no puede hacerse comprensible a si mismo cbmo Hlega 2 tener un arte que no ha podido aprender. Pues lit invisibilided (de ta causa de un efecto) es un concept» secundario del espiritu (el genio que se asocié al talentoso ya desde su_macimiento), cuya inspiracion se limita a seguir, por decirlo asi, Pero las fucrzas det alma neces: tan moverse en este punto armoniosamente por medio de la imaginacién, porque en otto caso no se avivarian, sino que se perturbarian mutuamente, y esto tiene que hacerse por medio de la naturaleza del sujeto; que es por Jo que también se puede llamar genio al lento «por medio del cual la naturaleza da su regla al arte» 958. Si al mundo le ba ido en eonjunto singularmente bien gracias a los grandes genios, porque inician frecuente- mente nuevos caminos y abren nuevas perspectivas, © si son las eahezas mecinicas, aun no haciendo época, las {que con su entendimiento de todos los dias, que progre- sa lentamente a compas y medic de la experiencia, mas han contribuido al desarrollo de las artes y las eiencias, (pues si ninguna de ellas suseité Ia admiracién, tampoco sembro ningiin desorden), puede quedar sin decidir agui—Pero hay un golpe de ellos, lhamados honires de serio (mejor seria monos del genio) que se ha metido bajo aquel estandarte que ostenta el lema de las cabezas Auiropologia 15 estraordinariamente favorecidas por la naturaleza, decla- 1 que el trabajoso aprender ¢ indagar es propio de chapuceros, y pretende haber conjurado de un golpe el espiritu de toda ciencia y suministrarlo, concentrado y cenérgico, en pequenas dosis. Este golpe de gente, como el de los saludadores y charlatans, es muy nocivo a los progresos de la cultura cientifiea y moral, cuando se despacha a st gusto sobre la religion, los asuntos piblicos y Ia moral, como podria hacer el consageado 0 el soberano, desde la citedra de I sabiduria, en tono concluyente y sabiendo encubrir la pobreza de su espiri- tu. gQué otra cosa cabe hacer contra él que reir y prosegir pacientemente el camino con diligencia, orden y clatidad, sin hacer caso de semejantes malabaristas? $59. El genio parece también tener en si diversos gérmenes, originales y desarrollarlos diversamente, segiin la diver- sidad de la nacién y del suelo en que ha nacido, Esti entre los alemanes mais bien en las raices, entre los italianos en la eqpa, entre los franceses en la flor y entre los ingleses en el frat. Es, ademés, diferente Ia cabeza universal (que com- prende todas las mis varias ciencias) del genio inventivo. La primera puede estar en aquello que puede aprenderse, ‘como el que posee el conocimiento histdrico de lo que se ha hecho hasta la fecha en todas las ciencias (paligrafo): asi, Julio César Scaligero. El segundo es el hombre, no tanto de gran rasiedad de espisitu como de grandeza intensiva de éste, que le permite hacer época en todo lo ‘que emprende (como Newton, Leibnitz). El genio argui- Iectinico, que ve metédicamente la conexién de todas las ciencias y cémo se apoyan unas a otzas, es un genio sim- plemente subalterno, pero, sin embargo, no comtin.— 132 Immsauet Kuss Pero hay también una erudicién gigentesra que, sia embargo, es frecuentemente cirlipea, es decit, a la que le falta un ojo; el de la verdadera filosofia, para utilizar adecuadamente por medio de la razdn esta masa de saber historico, carga de cien camello Los meros naturalistas de Ia cabeza (éltves de la nature santodidacti) pueden valee también por genios en muchos casos, porque si bien hubiesen podido aprender de otros, mucho de lo que saben, lo han pensado por si mismos, y en lo que no es en si cosa del genio, ellos son genios, sin embargo; como, tocante a las artes mecinicas, hay en Suiza muchos que son en estas artes inventores; pero un precox nifo-prodigio (ingeninm praccox) de existencia efimera, como en Liibeck Heineeke o en Halle Baratier!, son easos en que la naturale se desvia de su regia, sareras para el gabinete del naturalista, y_ si hacen admirar su precoz madurez, también la hacen deplorar frecuentemente y a fondo por los mismos que la formen- Porque al fin y al cabo el uso entero de la facultad de conocer necesita para su propio progreso, incluso cn el conocimiento teoréticn, de la razon, que da la regla segdin la cual Gnicamente puede progresar, puede re mirse Ia demanda que la rain le hace en las tees preguntas que corresponden a sus tres facultades: Qué quiero yo? (pregunta el entendimiento) (a). sei OP ie pe reel ann Sy Becca fhe erie tem neopologia 153 De gué se trata? (pregunta el juicio). (2Qué resulta de eo? (pregunta la ra76a). ‘Las cabezas son muy diferentes en su capacidad de responder a estas tres preguntas.—La primera requiere sélo una cabeza clara para entenderse a si mismo; y este don natural es, con alguna culeara, bastante comin, principalemente si se fija kt atenci6n en él.—Responder certeramente a la segunda es mucho més raro; pues se ‘ofrecen muy varias formas de definir el concepto presen te y de resolver en apariencia el problema; zeuil es la nica exactamente adecuada a éste (por ejemplo, en los procesos o al iniciar ciertos planes de accion conducentes, al mismo fin)? En este punto hay un talento de elegir lo justamente certero en un cierto caso (udicinm diseretirum), que es muy de desear, pero también muy rato. El abogado que llega revestido de muchas razones cnearga- das de probar su tesis, dificaita mucho al juez. la sentencia, porque él mismo no hace sino tantear; mas si después de explicar lo que quiere sabe acertar con el punto (pues es uno solo) que interesa, todo est despa- chado brevemente, y el dictamen de la raz6n se sigue de suyo. El entendimiento es positive y expulsa las tiniebias de Ja ignorancia -~el juicio es mas negativo y guarda de los errores provenientes de Ia luz crepuseular en que apare- cen los objetos.—La razén tapona las fuentes de los errores (los prejuicios) y asegura con ello al entendi- miento geacias a la universalidad de los principios.—La erudicién libresca aumenta sin duda los conocimientos, pero no ensancha el concepto ni la inteleccién donde no se aflade la razin. Esta debe diferenciarse todavia del argitr 0 juzgar haciendo metos ensayos sin regla en el uso de la raz6n. Si la cuestiin es si debo creer en los fantasmas, puedo argiir de todas formas sobre la posil lidad de éstos; pero la razén prohibe admitir su posibili- Ise Tnmenanigel Ki dad_supersticioamente, esto es, sin un principio yw explique el fenémeno segan las leyes de le experiencia ‘Mediante la gean diversidad de las eabezas en la formu como consideran exactamente los mismos objetos y s« consideran mutuamente, mediante el roce de unas con otras y su unién tanto como su separaciéa, produce 11 naturaleza un especticulo digno de verse, por su infinits variedad, en la escena de los observadores y pensadores. Para Ia clase de los pensadores puede hacerse de las siguientes maximas (que ya fueron mencionadas ante riormente como conducentes a la sabiduria) mandaraien tos inmutables: 1. Pensar por su cuenta 2. Imaginarse (al comunicar con los demas) en el lugar del ofro 3. Pensar en todo tiempo de acnerdo eansign mismo, EL primer principio es negativo (nallius addictus iarare jn verba magistri)', es el del pensar sibre; el segundo, positivo, el del ibera/, del que se acomods a Jos concep- tos de los demas; el tercero, el del consecuente; de cauka uno de los cuales, pero todavia mais de sus contrarios, puede poner ejemplos la Antropotogi La mas importante revolucién en lo interior del hombre es: «la salida de éste de su merecida incapac dad. En lugar de pensar otros por é y limitarse él a imitar 0 a dejarse Hevar con andadores, como hasta aqui, fsa ahora avanzar, aunque todavia vacilantemente, con sus propios pies sobre el suelo de la experiencia. * Horacio, Epil, 1,1, H—-No obligade a jurar por las palabras de ningiin macsto. (V) Libro Segundo EL. SENTIMIENTO DE PLACER Y DESPLACER DIVISION, 1. Bl placer sensible, 2. el placer intelertaal. EL primero, © bien A. por medio del senzido (el deleite), o bien B. por medio de la smaginacdn (ch gusto}, el segundo (es decir, et intelectual), 0 bien a) por medio de conceptes expresables, «a bien #) por medio de ideas —y asim cambién lo contrasio, el desplacr. DEL PLACER SENSIBLE A NTIMIENTO DE. LO AGRADABLE © DEL PLACER SENSIBLE EN LA SENSACION DE UN OBJETO $00. DEL. El delete es un placer por medio del sentido, y lo que da placer a éste se dice agradable. El dolor es cl desplacer 155 156 Immanuel Kav por medio del sentido, y lo que produce es desagru ‘ble-—Deleite y dolor no son mutuamente como. li ganancia y la carencia (+ y 0), sino como la ganancia Ih pérdida (+ y — ), esto es, 1o uno no es opuesto a hs otro meramente como su contradiccién (contradictorie » ogice oppusitun), sino también como su contrario (contrari 5. realiter opposttun). —Las manifestaciones de lo que pls 0 desplace y de lo que hay en el medio, lo indiferent, sun demasiado rastar; pues pueden llegar también hasta Iv inteleetual, donde no coincidirian ya con el deleite y el dolor. Pueden explicarse también estos sentimientos por cl efecto que hace sobre el alma la sensacion de nuestr estado, Lo que me impulsa inmediatamente (por cl sentido) a aburdonar mi estado (a salit de él), me es desagradable me causa un dolor; to que me impulsi igualmente a conservarlo (a permanecer en él), me € agradable, me proporciona un deleite. Pero nosotros Jomos arrastrados incesantemente en la corriente del tiempo y del cambio de sensaciones unido a ella, Mas si bien el abandonar un punto del tiempo y ef entrar en otro es un mismo acto (de cambio}, hay en nuestro pensamiento y en Ja conciencia de este cambio. una sueesion temporal, conforme a la relaciin de causa y efecto. —Pregiintase, pues, si es la conciencia de abandh nar el estado presente, 0 si es la vision anticipada del entrar en un estado futuro, lo que despiesta en nosoteos la sensacién del deleite. En el primer caso no es el deleite otra cosa que la supresién de un dolor y algo negativo; en el segundo seria el presentimiento de algo agradable, o sea, un aumento del estado de placer, por cende, algo positive. Pero puede colegirse ya también por adelantado que es solamente lo primero lo que tiene lugar; pues el tiempo nos arrastra de lo presente 2 lo futuro (no a fa inversa), y e! hecho de que nos encontre- Sutropotogia 15 nos forzados ante todo a salir de lo presente, sin saber vn qué entraremos, sino s6lo que sera distinto, solo este lweho puede ser la causa det sentimiento agradable. Delite es el sentimiento de la expansion de la vida; dolor, el de una represin de ésta. La vida (animal) es, romo ya han hecho notar los médicos, un continuo juguete del antagonismo entre ambas cosas, ‘Asi, pues, a todo deleite ba de preceder el dolor, el dolor es siempre lo primero. Pues qué otra cosa se seguiria de tuna continua expansion de la fuerza vital, que, sin embargo, no puede elevarse por encima de cierto grado, sino una répida muerte de gogo? “Tampoco puede un delete seguir inmediatamente a ofr0, Sino que entre uno y otto ha de intercalarse el dolor. Son pequefias represiones de la fuerza vital con expansiones de ésta mecladas entre las primeras, las que constituyen cl estado de salud, que tenemos con error por un bienestar continuamente sentido; este estado, en efecto, sdlo se integra de sentimientos agradables que se suce- den como pulsaciones (con un dolor que se intercala siempre entre ellos). El dolor es el aguijoa de la actividad, y en ésta sentimos ante todo nuestro vivir; sin 1 se produciria Ia ausencia de la vida. Los. dolores que reniten lentamente (como el paulatine ‘convalecer de una enfermedad o Ia lenta readquisiciéa de tun capital perdido) no tienen am delete vivo coma secuela, porque la transicion es imperceptible —Estas tesis del conde Veri! las suscribo con plena conviecié T Aides al conde Pietro Ver(i (1728-1799), que public unas Mei lt (an 3), ga acon dag al aera poral Beofesor de filocotia de Gotinga Cristian Meiner (1777). (SV) 138 Tmnarel Kot ILUSTRACION MEDIANTE EJEMPLOS @Por qué es ef juego (principalmente con dinero) can atrayente y, cuando no es demasiado interesado, Ja mejor manera de distracrse y reponerse tras de un large esfuuerzo intelectual (pues no haciendo nada e! reponerse € muy lento}? Porque es un estado de temor y esperanza incesantemente altetnantes. La cena después de este estado sabe y sienta también mejor ¢Por qué es el 4eatra (sea ceagedia 0 comedia) tan cautivador? Porque en todas las piezas surgen ciertas dificultades la inquietud y la perplejidad en medio de Ia esperanza y la alersia ¥ ese jungo de contearis emociones es, al termina pieza, un estimulo favorable para la vitalidad del es dor, al que ha puesto interormente en eoamocen, @Por qué termina una novela de amor con el casamiento, Y por qué causa cs repugnante y absurdo un tomo suplementario (como en Fielding), que la prolongs, por mano de ua chapucero, dentro del matrimonio? Porque tos celos, como dolor de los enamoridos en medio de sus alegrias y esperanzas, son antes det matrimonio un incentive para el lector, pero dentro del matrimonio on tésigo pues, para hablar en lenguaje de novela, es «el ia de los dolores de amor, al mismo tiempo el fin del amor» (se entiende emotivo). - Por qué es el trabajo la mejor manera de gozar la vida? Porque es una ocupacion molesta (en si desazradable y solo satisfactoria por su resultado), y el reposo se torna, por el mero deseparecer tuna larga molestia, en un notorio placer, el estar goz0so; pues en otro caso no seria nada que se govase. -E] tabaco (Faumado o aspirado) esta ance todo unido con una sensacion desayeadable, Pero justamente porque lata. raleza suprime en el acto este dolor (sextegando una mucosidad del paladar o de la nariz), ee (sobre todo el primero) en una especie de buena compaitia que Avtrapotogia 159 cutretiene y despierta a cada momento nuevas sensacio- hes € incluso pensamientos; aunque éstos sélo sean un corer de aci para alli. —Al que, por dlkimo, no le incita 1 la actividad ningiin dolor positivo, le afectara frecuen- temente de tal suerte un dolor negativo, el aburrimienta 0 rucia de sensaciones —que el hombre habituado al cambio dle éstas percibe en si cuando tiende a llenar con ellas su. impulso vital—, que antes se sentira impulsado 2 hacer algo que le perjudique que a no hacer absofutamente mada, DEL ABURRIMIENTO Y DEL PASATIEMPO Sol. EI sentirse vivir, el deleitarse, no es, pues, otra cosa que sentisse coatinuamente impulsado a salir del estado presente (que, por ende, ha de ser un dolor otras rantas veces retornante). Por aqui se explica la opresiva, incluso la angustiosa fatiga del aburrimicnto para todos los que fijan su atencidn en su propio vivir y en el tiempo (los, hombres cultivados) (@). Esta opresin © impulso a abandonar el momento en que nos encontramos y a 2), 1 caaibe exh libre de cata Bigs por su inate fata de wislidad. Pood ext senado Inga hora cot ena de eset sin Coger nad le fn se pensmicntr ov uaa eaenci de aguion deft Scuvidnd, ue siempre’ evs censigo un dolor del cual aque) std Shona Nhs pico Teraor den gusto echtado, pracan 4 ‘hrarcimera ene smpre sb cl apetioysknte incase fame {Ean a ome da cra nopts cua i ar urs sere uc las cabezas quedan cadaver mis vaca ¥ A084 Aa emer a sobpeatuccetins pues can 2 au atresds ocondad el il un gua ee lau ge do de Dublin 8 Rena di La es Made tina revista de ex lo ern ectada desde 1786. (K.) 160 Tvmanuel Kon pasar al siguiente, es acelerada y puede erecer hasta Hey: aa resolucion de poner un término a la propia vida, 1 haber el hombre sensual ensayado los goces de tonls especie y no ser ya nuevo ninguno para él; como se decis cen Paris de lord Mordaunt: «Los ingleses se ahorean por pasat el tiempor!.—El vacio de sensaciones percibicl en uno mismo suscita horror (horror sui) y como el presentimiento de una muerte lenta, que es reside pet ‘mis penosa que si el destino corta ripidamente e! hilo de Ia vida, Por aqui se explica también por qué se toma por una misma cosa el acortar el tiempo y el deleites porque cuanto mis ripidamente pasamos el tiempo, tanto mis reanimados nos sentimos; como un grupo que durante tun viaje de placer se ha entretenido conversando en el coche durante tres horas, dice alegremente al descendes, siuno de ellos misa el reloj: «Cémo ha pasado el tiempo» © «Qué corto se nos ha hecho el tiempo». Mientras que, por el contario, si la atencidn al tiempo a fuese atencidin a un dolor de que deseamos eneontrarnos libres, sino a un deleite, se dleploraria como cosa justa toda pérdida de tiempo. Tas conversaciones que encie~ Fran poco cambio de las representaciones dicense faforas Ys precisamente por esto, fastidiosas, y un hombre que hace pasar el tiempo es tenido, sino por un hombre imporaante, empeto por un hombre agtadable, que tan. pronto entra en la estancia alezea por igual los rostros de todos los reunidos, como estando gorosos de librarse de tun fastidio, Pero gcomo explicar el fendmeno de que un hombre aque se ha atormentado con el aburtimiento a lo largo de Ja mayor parte de su vida, hasta cl punto de parecesle T Kant eb esta andedora o de ls Latter db Mr. P Abie Le Blane (1751, edicion alemans 1770, 0 de Alber, Bri ser aie Exley (774,08) ; ° “ Aumeopellogia tot durgo cada uno de sus dias, sin embargo, al término de lla se lamente de su brevedad? La causa hay que uscatla en la analogia con una observacién parecida las Ieyuas alemanas (no medidas o sefialadas con mojones no las verstas rusas) se hacen, cuanto més cerca de la ital (por ejemplo, Berlin), tanto més pequefas: cuanto ‘nis lejos de ella (en Pomerania), tanto mas grandes. En tecto, Ia abmdancia de los objetos vistos (aldens y jutanjas) engendra en el recuerdo la engafiosa conclusién tle Ja existencia de un gran espacio tecortido, por consiguiente, de un tiempo mas largo necesario para recorrerlo: el vacio en el segundo caso, poco recuerdo de lo visto y, por ende, la conclusion de a existencia de un camino mis corto y consiguientemente de un tiempo mas corto que el que resultaria del reloj.- Igualmente, la inultitad de divisiones que caraeterizan a la Gltima parte dle la vida con sus midltiples y variados trabajos, incitari il viejo a figurasse el tiempo recorrido en la vida mis largo de lo que habia creido por el mimero de los aiios, y Hlenar e} tiempo con ocupaciones que avancen metédica- mente y tengan por consecuencia un gran fin propuesto (item extendere facts), €8 €1 dinico medio seguro de estat contento de la propia vida y al mismo tiempo saciado de vivir. «Cuanto mis hayas pensado, cuanto més hayas hecho, tanto mas largamente habrés vivido (incluso en. tu propia imaginacibn)». Concluir la vida de este modo va acompaiiado de safisfacién. Pero zqué pasa con la satisfaccién (acguiescentia) durante la vidi? Es inasequible al hombre ni en sentido moral (estar satisfecho de si mismo en cuanto a la buena conducta), ni en sentido pragmitico (estar satisfecho del bienestar que el hombre piensa proporcionatse con su habilidad ¢ inteligencia). La naturaleza ha pucsto el dolor en el hombre como un aguijén de Ia actividad al gue no puede escapar, para que progrese siempre hacia 2 Jrnmanicl Ko la perfeccion y hasta en el dltimo instante de la vida es by satisfaccion sentida por la diltima parte de ella solo digna de este nombre comparativamente (ya comparindon con Ia suerte de ottos, ya con nosotros mismos), pers ‘nunca es pura y completa—Estar en Ia vida absoluta mente satisfecho seria un inerte reporo y quictud de los resortes embotamiento de las sensaciones y de ls actividad enlazada con unos y otras. Pero un estado semejante no puede coexistir con la vida intelectual de! hombre més que puede existir Ia paralizaciin del cora z6n en un cuetpo animal, ala que, si no sigue un nuevo estimulo (por medio del dolor), sucede inevitablemente a muerte. Nota, En esta parte debiera tratarse también de las emosiones, como sentimientos de placer y desplacer que rebasan los limites de Ja interna libertad del hombre Pero como suclen confundiese frecuentemente con las pasiones, que se encuentran en otra parte, a saber, la de la icultad apetitiva, y, en efecto, estan con ellas en un ercano parentesco, haré su exposiciia con oeasion de cesta tercera parte, $02. Estar habitualmente dispuesto a la jovialidad s, sin dda, las mis de las veces, una cualidad temperamental, pero tambien puede ser frecuentemence un efecto de los Principios; como el principio del placer de Epicuro, llama- do asi, y por ello denigrado por los pretende; la sumisién de la primera es favor.—La natura leza quiere que la mujer sea buscadas de aqui que ella tuviera que ser menos deticada en Ia eleccidn (de gusto) que cl vardn, a quien la naturaleza ha construido también mas toscamente y que agtada a la mujer simple mente con mostrar en su aspecto energia y aptitud para defenderla; pues si la mujer fuese en cuanto a la belleza SSE: Sax SS = Se 238 Timmanoe hw de su fisico mis bi 7 Wis bien tepugnante y por otra pu refinada en la eleccién para poder coamoratse, ea que ser ella la que pretendiese ¥ é/ quien rebusase; lo cus rebalaria totalmente el valor desu sexo incluso alos Gv del varén, cr a ta mujer tiene que parecer fria, el varén, al miento apasionado parécele vergonzoso al varon; a | truer presale Ficlneme ido. EI dsen que lati area copa Ja afectacién de parecer enamorado de Ge len ser una mera afectacién puesta de moda, si inguna consccucncia a afectada libertad de la mujer casada, oe! et Me de Concilit Tridentini dicese entre oe cosas on God einai eta aca ate ate ae etre eran name uli en 5 plier sociedad que las reuniones abigarradas en Son nt dem mje ms si or eer msm encantos © en distincién; el varé a el sexo femenino, si se puede Hamar galas eae r va hasta donde es menester para no ante vestido afrenta nujer TT vara. joy tas Fates sl fee ju la le Icio nei pe Tale om mc i (ope mers oer tie juzgar de su falta, seguramente eligiri: te por juzgador al 1 BaP Sip 852-12) Kp enon nn ho om Avtonplogia 259 Iwimero.—Cuando ef sefinamiento en el Injo he subido Tiny alto, s6lo por Ia coaccién se muestra Ta euler tlecente ¥'no oculta su deseo de ser preferentemente un ned para poder dar a sus inclinaciones mayor y més ive vuelo; mientras que ninggin varon querri ser mujer ‘ta mujer no pregunta por la continencia del vas6n nies del matrimonio; mas al varén le importa infinitae mente la de la mujer. Dentro del matrimonio birlanse fas mujeres de la intolerancia (Jos eelos del marido en reneral), pero es sdlo broma suvas In joven volta ju2g2 ere este punto con gran rigor.—Por Yo que toca @ Tas Tnujeres doccas, necesitan sus libres acaso tanto como Sv reg es decir, el levarlo, a fin de que se vea ave 10 Tienen; aun cuando coménmente esté parado 0 no anda bien, La virtud, fa falta de virtud, femenina es muy: diferente de la masculina, no tanto por ta indole, cuanto por el mévil,~-La mujer debe see print, el varon dene Thue ser oleate. Aquila es senile, €xte sensing: La ae snomia del vardn consiste en ganar, la de Ia mujer en sporrar._-El var6n €3 coloso cuando ama; In mujer To es em ain amar, porque cuantos amadores sean ganados por las dems mjezes, orcs tantos ha perdido el crcuio Te guy adoradores.--El varén tiene gusto para sf Ia mujer bace de si misma objeto de gusto para fades «4.0 (gue dice la gente es verdad y To que lace fener, €5 ue Frineipio femenino, que dificilmente se concilis con Hn Peper en la significacién estricta de Ia palabra, Ha fubido, empero, bravas mujeres que han afirmado con lors poseer en sus asuntos domésticos un caréeter Zjustado a este sv destino.—-A Milton predicabale sv mujer que debia aceprar el puesto de secretario lating Gque le offecian después de Ia mucree de Cromwell Junque era contrario 2 sus principios deciarar entoness Tegisimo un céyimen que ances habia presentado como 250 Iramanel Kant ilegitimo, «jAy!, amor mio —le respondi6-—. Vos y otras de vuestto sexo quertis ir en coche, pero yo... necesito ser un hombre honrado.»—La mujer de Sdcrates, aceso tambiéa la de Job, fueron igualmente condenadas a la estrechez por sus honrados’ maridos, pero la virtud mascuiina se afirmé en el caricter de éstos, sin disminuir a Ja femenina el mérito del suyo dentro de las circunstan: cias en que las mujeres estaban colocadas. CONSECUENCIAS PRAGMATICAS, El sexo femenino tiene que educarse y diseiplinarse a sii mismo en el orden prictien; el maseulino a0 sabe hacerlo. EI matido jonen domina a su mujer mas vigia, Esto se Fanda en la ley de Jos celos, segtin la cual la parte inferior en cuanto a fa facultad sexual tiene e} temor de que la ‘otra parte usurpe sus derechos, y por esta razon se ve obligada a tratarla con toda deferencia y atencion, - Por eso toda casida de experiencia desiconsejara el enlace con an hombre joven, aunque silo sea de Ja misma edad; pues con el curso de Jos aftos envejece la parte femenina antes que la masculina, y aunque se prescinda de esta desiguaidad, no se puede contar de un modo seguro con el acuerdo fundado en fa igualdad, y una mujer joven e inteligente har4 mejor ta felicidad de! matrimonio casin- dose con un hombre sano, peto francamente mayor que ella. —Un libertino que haya gastado su farudtad secual ya antes de casarse, sera en su propia easa cl monigote; pues €l vardn s6lo puede tener el gobierno doméstico en tanto no esté en deuda de ninguna pretension justa. Hume observa que a las mujeres (incluso 2 las Eesoys IL, 383, en el eapituo OF lee and marriage. (V.) Antropologis 261 solteronas) Jes desagradan mis las. sitiras contra el ‘matrimonio que las pumgadas a su. sexo.—Pues éstas 0 pueden nunca ser en serio, mientras que aquéllas pudic- tan acabar siéndolo, si se sacan muy a la luz las cargas de tal estado, de las que el soltero se encuentra exento. ‘Abora bien, una especie de libre pénsamiento en este asunto no podria menos de ser de pésimas consecuencias para todo el sexo femenino, porque éste seria tebajado tun mero medio de satisfacer Ia inclinacion del otro sexo, que ficilmente puede convertirse en hastio y versati dad. La mujer tornase libre por medio del matrimoni el varén pierde por medio de él su libertad. Indagar antes de casarse las cualidades morales de ua. varén, principalmente si es joven, no es nunca cosa de tuna mujer, Cree ésta poder corregirle; una mujer razona- ble, dice, puede disciplinar a un hombre cortompido, juicio cn el que se encuentra las més de las veces engafiada de la manera mas lamentable. A esta clase de ‘opiniones pertenece también la de aquellas confiadas que ‘ercen que pueden dispensarse los extravios de esta clase de hombres anfes del matrimonio, porque, si no se han simplemente agotado, tendrin con su mujer bastante para satisfacer este instinto.—Las pobres nifias no refle- xionan que el libertinaje en este asunto consiste justa- mente cn Ia variedad del goce, y la monotonia del matrimonio pronto har que aquellos retornen a su vida anterior (a). 2Quién debe tener la autoridad suprema de la casa? Pues silo so puede ser quien ordene todos los asuntos en concordaneia con este su fin.—Yo diia en el lenguaje galante (pero no sin verdad): Ia mujer debe domivar y el {@)_ Lx eomsccuencia es lo que se dice en los Vigies del Searmentade, dle Voltaire: sbinalmente, reese ama patia, Candin, come all mujer, fe pronto enrnudo, y encontré que ésta es [a vida ms comoda de ‘ ‘ \ ‘\ SSIS S| men Immanuel Kant hombre regis pues la inclinacién domina y el entendi miento rige.—La conducta del marido debe mostrar que el bien de su mujer le afecea de corazén ances que todo !o demis. Pero como ef varén tiene que saber mejor que nadie cémo le va y hasta dénde puede legar, debe emperar declarando, como un ministro a su monarca, caundo éste s6lo piensa en sus deleites y proyecta una fiesta o la construccién de un palacio, su perfecta conformidad con las Srdenes de éste; s6lo que, por cjemplo, no hay por el momento dinero en el tesoro, 0 iertas necesidades urgentes tienen que ser atendidas antes, etc., de suerte que el soberano seftor pueda hacer todo Io que quiera, pero con la condicién de que ests voluntad sea la que su ministro ie ponga en la mano. Si bien Ia mujer debe ser buscada (pues tal quiere a reserva necesaria al sexo), ya casada tendra que tratar de agradar en general, a fin de que, si enviudase joven, se encontrara con pretendientes.- El varin abandona to- das estas pretensiones al contraer matrimonio.-- De aqui que sean injustos tos celos fundados en este afan de agradar de la mujer. Hl amor conyugal es, empero, por su naturaleza, intolerante. Las mujeres se burlan de ello a veces, pero, como ya se advirtié antes, ent broma; pues ser tolerante ¢ indulgente con la ususpacion de estos derechos por jos extraios tendria por consecuencia el desprecio de la parte femenina, y con ello también el odio contra un marido semejante. EL hecho de que comunmente los padres srimen 2 sus hijas y las madres a sus hijos, y entre estos iiltimos ef nino peor, s6lo con que sea atrevido, sea mimado comiinmente por la madre, parece tener su fundamento en la perspectiva de las necesidades de ambos padres en caso de muerte; pues si se le muere al marido Ix mujer, ‘encuentra en su hija mayor un amparo que le cuida; si se Aneropotoga 203 cl hijo crecido y de Je muete a fa madre el marido, tiene el hij buena indole el deber y también Ia inclinaciin natura) de respetarla, ayudarla y haccrle agradable su vida de vinda. Me he detenido en este titulo de Ia Caracteristiea mis largamente de Io que puede parecer proporcionado con las restantes partes de la Antropologia; pero la naturale- zm ba depositado también en esta sa economia un tan Fico tesoro de medios conducentes a su fin, que ao €s pada menos guc la conversacion de la expecie, que si se hacen misdaad indagasiones,vodata se encores durante largo tiempo materia bastante para plantear frobtemas y para ndmira Ta sabigutia de fs disposcio eo raiesajue se desareolan poco a poco y utilizes priiccicamente. Por la palabra pablo (pepulus), ensiendese el voxjeaie de seres humanos unidos en un tervitorio, en cuanto constituye un fade, Aquel conjuato, © parte de él, que se econoce unido en un todo civil por wn origen comin, Udicesenacin (gens); la parte que se excepttia de estas leyes (el conjunt inculto dentro de exe pueblo), diese fn contra ley es el amotinarse pb (onlns) (a) cuya vnion contra Tey ese) ematinarse {agere per terius); wna conducta que le excluye de k ‘cualidad de ciudadano de un Estado. oH come deine mle ppl ne pte Ei ri tanga oe eats Ro seman cn de San, des genes ess en ee Ebb, Cia) ; ee A232, en el capitulo: OF matioal characters, (V2) 264 Immanuel Kant Hume opina! que cuando en una nacién cada uno de los individuos se preocupa por tener su cariicter especial (como sueede con los ingleses), lt nacién misma no tiene caricter. A mi me parece que yerra en esto; pues la afectacion de un caracter es, justamente, el caricter general del pueblo a que él mismo pertenccia, y es desprecio de todos los extranjeros, especialmente porque el pueblo inglés cree ser solo a poderse gloriar de una verdadera libertad civil en el interior, con poder para defenderse contra una constitucién impuesta desde fue- ra—-Un caticter semejante es orgullosa radega, en oposi- ida a la cortesta, que se hace facilmente Familiar; es un obstinado comportarse en contra de todos los demis, como efecto de una presuata independencia, en que se ere poder prescindir de todos los demas y, por tanto, eximirse de la afabilidad con ellos. De este modo resultan los dos pueblos amis civilizados de la tierra (a), que son los més opuestos en caricter y caso precisamente por esto se hallan en constante guerra, Inglaterta y Francia, y ello por obra de su caricter innato, del que el adquirido y artificial solo es la consceuencia, quiz los dnicos pueblos de los que se puede admitir un cardcter determinado yen tanto no se mezelen por obra de la violencia de ia guerta— invariable. El hecho de que la lengua francesa haya venido a ser la lengua universal de la comersaciin, Principalmente del mundo femenino refinado, la inglesa, # No en el Curl de Phusto, sino en el Mier Garin, 1a Acinaria y el Traeutas se enesentean las expresiones etl (bation) Vidiealaria homas);renorine so se eneuenteaen Gelli. La stimolo aia de Kane es ineacta. Cana, talano canta, significa propiamente pueblo de pecrosy (de sums) (K.) (@),_ Compréndese que en esta clasitiacion se prescinda del pueblo alemin, porque glo qu Te teste aon gue lm, srs lin autocing. Anteopologia 265, la lengua més difundida del comercia (a), radica en ta diferencia de su situacién continental o insular. Pero en Jo tocante a su natural, aquel que realmente tiene ahora, y a su expresion por medio de la lengua, tendria que derivirsele el caricter innato del pueblo primitivo de ‘que desciendan, mas pata esto filtanos los documen- tos.—En una Antropologia de sentido pragmitico solo ‘nos interesa, empero, exponer el carécter de ambos, segtin son ahora, con algunos ejemplos, y hasta donde sea posible, sisteméticamente; ejemplos que permitan juzgar lo que e! uno ha de prometerse del otto y como el uno pueda utilizar al otro en su proveeho. Las maximas, originales 0 convertidas por un largo empleo de ellas como cn una naturaleza e injertadas sobre ella, que expresan la indole sensible de un pueblo, ‘s6lo son otros tantos audaces ensayos para clasificar, mas de un modo empirico y adecuado para el geografo que segtin principios racionales y a propdsito para cl filéso- fo, las reriedades que se dan en la propension natural de pueblos enteros (b). {@) 1 epics mercantit mest tsmbicn cer modalidad de se cnpullo.en in varcdad del tomo con que fanarronen. Fl ingles die: “se hembre vse un allo, EL Roland: lade oun ell, franc, «Poe me mil {@). Le tareon, que llaman la Busopa erstiana el Frans, haan, i visjsen pa connecr «lon hombres 7s carte ceicn {que a0 hace sing pucblo fuera dl europen y peucba a limitacion dei spic de cod fos eexantea), a divin de ellos, con areglo 4 ios deletes des carder, quel dela siguiente manert 1 El pra Lt onder (Francis). Bl pte ler marade Inglteres) 3. lp ae lor onpasdor spats) 4. Eps le pomp (Uei)—3. Epa ‘oe tds (Aleman, com Dinamareay Succ como pucblos germ ‘os}-6. El pr db lor otis (Polonia), donde ada dadanos ere sr efor, pero laguso eestor ae gue ge 09 auld, gure ser adbuiow Russ y ieopes, amiss en gr pate de ongen ate, et Frankestn' el peimeto de orgen se, el segundo de omen dab, dos pueblos origimtios que eatendcron en oitos tempos sa dominio 266 Immanuel Kant La afirmacién de que todo se reduce a ta forma de gobierno, tocante al caricier que tendri un pueblo, es tuna afitmacién infandada que nada explica; pues ede dénde tiene el gobierno mismo su caricter peculiar? —Tampoco el clima y e! suelo pueden dar la clave de ilo; pues las cmigraciones de pueblos enteros han probado que no han cambiado de caricter con sus nuevas residencias, sino que se han limitado a adaptarlo a éstas segin las circunstancias, dejando craslucir siem- pre, empero, en la lengua, la industria, iacluso en el vestido, las huellas de su origen y con ello también de su caricter— Yo trazaré el disenio de su reteato algo més por el lado de sus defectos y desviacion de fa regia que por el lado bueno (sin llegar, empero, a la caricatura); pues aparte de que la adulacién corrampe, mientras que la censura corrige, choca cl critico menos contra el amor propio de los humanos cuando les presenta sin excep- ci6n meramente sus faltas que cuando con mis © menos alabanzas se ha limitado a excitar la envidia de ios juzgados unos contra otros. 1. La nacién francesa se caracteriza entre todas las demis por el gusto por ln conversacidin, respecto de la cual es el modelo de todas Es cortés, principalmente con et extranjero que Ix visita, aunque ahora ya no esté de moda el ser coriecana. Hl Francés no se franquea por interés, sino por necesidad y gusto diree- tos, Como este gusto afecta principalmente al traro con el gtan mundo femenino, se ha convertido el lenguaje de las damas en la lengua general del gran mundo, y 80 se puede discutir en general que una inclinacion de esta especie ha de tener influencia sobre la predisposicion a la setvicialidad, la benevolencia solicita y paulatinamente S restantes, See una pare de Europa mayor que la dominada por singin otro pueblo han eatlo en el estado de ona constucion fa sin iberead, onde adie ex pes, cudadane. Antropologia 26t sobre cl amor universal a los hombres segiin principios, y ha de hacer a un pueblo semejante digu de amer en Conjunto. EI reverso de la medalla es la ning no bastante contenida por principios reflexivos, y junto con una razon clarividente cierta ligereza en no dejar durar algunas formas, meramenre por haberse hecho viejas 0 simplemente por haber sido apreciadas con exceso, aun cuando todos se hayan encontrado bien con ellas; yun contagioso espirity de libertad, que arcastra a su juego incluso a In razén misma y produce en Ia relacion del pueblo con el Estado un entusiasmo que lo conmueve todo y que cebasa los limites mis extremados, Las cualidades de este pueblo, grabadas a la negra, pero del natural, pueden hacerse visibles ficilmente en conjunto sin mis descripcién y slo con acumular unos cuantos rasgos como materiales para una caracteristia, Las palabras esprit (en lugar de bons sens), frivolité, gelanterie, petit maitre, coquette, Eourderie, point d'banneur, ‘bon ton, burean Cesprit, bon met, lettre de cacket-~ y otras semejantes no pueden iraducitse ficilmente a otra ler gua, porque designan mas la peculiaridad de la indole sensible de la naci6n que las dice que el objeto que se presenta al sujeto pensante. 2, El pueblo inglés. La antigua rama de los britanos (a) (un puebio celta) parece haber sido un grupo de honta- dos hombres; pero las inmigraciones de los germanos y de la rama del pueblo francés (pues Ia breve presencia de los romanos no ha podido dejar huella perceptibie) han (@) Como el profesor Busch esribe rctamente (de acuerdo con la palabes brit, a brittarns uae Jorge Busch (1728-1800), profesor de Matemét Gimytasio de Hlamburgo, eserbis sna gean sere de obtis, mente de ciencias mercantile. (V.) cael incipal 268 menue! Kan apagado la originalidad de este pueblo, segiin prucba su lengua mezclada, y como Ia situacién insular de su suelo, que le asegura considerablemente contra Jos ataques exteriores y mas bien invita a convertirse en atacante, hizo de él ua poderoso pueblo de mercaderes por mar, tiene un carécter que se ha procurado él mismo, aunque por naturaleza no tenga propiamente ninguno. Por consiguiente, bien podria el caricter del inglés no significar otra cosa que el principio, aprendido por obra de una temprana ensefanza y ejemplo, de que tiene que hacerse un caricter, esto es, afectar tener uno; pues que un espiritu rigido que persevera en un principio libre- mente adoptado y no se desvia de una cicrta regla (cualquiera que sea), daa un varén la importancia de que se sepa seguro lo que se ha de esperar de é y #/ ha de esperar de los denis Que este caricter es mis opuesto justamente al del pucblo francés que al de ningiin otro, es cosa clara por su renunciar a toda amabilidad que es 1 principal cualidad social de aquel pueblo. con tos demis © incluso entre si, y por su mero aspirar al respeto, mientras que, por lo demas, cada cual quiere vivir solamente com arreglo a su propio dictamen.- Para sus, compatriotas crige el inglés peandes fundaciones bencti- cas, en todos los demas pucblos inauditas. Mas ef extranjero que haya sido Hevado por el destino a su tectitorio y haya caido en la mayor miseria, bien puede perecer en cl estercolero, por no ser inglés, esto es, hombre. Pero también en su propia patria se aisla ef ingles donde coma por su dinero, Prefiere comer solo en un, cuarto aparte que a la mesa redonda por el mismo dinero, porque en la altima se requiere algo de cortesia, y en el extranjero, por ejemplo, en Francia, por donde los ingleses solo viajan para desacreditar por repulsivos Antopologia 269 todos Ios caminos y posadas (como el Ds. Sharp)', redinense en éstas para tratarse metamente entre si Sin gular es, empero, que mientras el francés ama por lo comin a la nacién inglesa y Ja elogia con respeto, el inglés (que no haya salido de su pais) la odia y desprecia cen general; de lo cual no tiene Ia culpa la realidad propia de los vecinos (pues Inglaterra se considera superior sin discusi6n a Francia), sino el espiritu mercantil, que en el supuesto de constituir la clase mis distinguida, es muy antisocial entre comerciantes de un mismo pueblo (a). Como ambos pueblos estin cereanos entre si por sus, costas y sélo separados por un canal (que bien podria Mamarse, sin embargo, un mar), da su mutua sivalidad un carictet politico, modificado de varia manera, a su hostilidad: ‘nguietad por un lado y odio por el otf0; que son dos forsnas de incompatibilidad entre ellos, de las cuales aquélla tiene por mica la propia consereacién; ésta, a dominacién, 0, en el caso opuesto, la exterminacién de los, demi La caracterizaci6n de los restantes pueblos, cuya peculiaridad nacional habria que derivar no tanto de la indole de su diversa cultura, como ea los dos preceden- tes, cuanto de las disposiciones de su naturaleza debidas a la mezcla de sus ramas originatiamente diversas, podemos hacerla ahora mas brevemente. 3. El espatel, producto de la mezela de lx sangre europea con la érabe (morisea), muestra en su conducta 7 Fl doctor Sarl Sharp em el News larger Meg 1 (£76, Pigions 259 y igs (K) 1G) El capi reveal xen gene, inscihle de sy, como et espiita de noe. Una cate at lama el Gometeante su ampli) est Sead po np om or pte ‘icc de in ders deo de ote ne shh lo ‘amo, os cole no de considers, per corso cmos cetimtimo. Immanuel Kant también legalmente, cierta conciencia de su dignided- La grandeza' espafiola y la grandilocuencia que se encuentra incluso en el Tenguaje de la conversacién revelan un noble orguilo nacional. De aqui que la familias travesura francesa le sea perfectamente repug- ante. El espafiol es mesurado y sumiso, de corazOn, @ las leyes, principalmente a las de su vieja religion. — Esta gravedad no le impide deleitarse en los dias de regocijo (por ejemplo, al recoger su cosecha entre cantos y danzas), y cuando el domingo por Ia tarde suena el fan dango? no faltan teabajadores en aquel momento ociosos que dancen al son de esta miisica en las calles.- Este es su Jado bueno. Ei mato es que el espaol no aprende de los extranje- ros, ni viaja para conocer otros pueblos (a); que esti en lee clones ‘retnaado de siglos; que, diel a toda reforma, esti orgulloso de no tener que trabajar; que es de un espiritu romintieo, como demuestran las corridas de toros, y cruel, como demuestra el antiguo aufo da fe3, y que revela en su gusto, em parte, un origen exter: europeo, 4. EI italiana ceane la vivera (jovialidad) francesa con Ia gravedad (firmeza) espaiiola y su caricter estético gusto unido a la emocién, asi como la vista descle sus Alpes sobre los seductores valles oftece, por una paste, materia al denuedo; por otra parte, al goce T nga rae (7) Aun eg) , Go) Elin mit de ods ls pueblos a ue 9 ant a cultnidad deiarontsSetonoet por ur prpiteoje mando {Sten maton propaga por € fm Catan del uno), Cxiig ereciicn de lon, por og taney ngs alte 2 SRnche veneers be demi SNien longi C2) Anteopologia an reposado. El temperament no es aqui todavia mixto ai desultotio (pues silo fuese no daria por resultado, un cardcter), sino una atmonia de la sensibilidad con el sentimiento de lo sublime en tanto es, al par, conciliable con el de lo bello. —En sus gestos se exterioriza el juego intenso de sus sentimientos y su rostro es sumamente expresivo. Los discursos de sus abogados ante los tribunales son tan patéticos que semejan una declama- cién sobre la escena, Asi como el francés sobresale en el gusto por la conversacion, asi el italiano en el gusto artistic. El primero prefiere las diversiones privadas; el otro, las piblicar: pomposas cabalgatas, procesiones, grandes ¢s- pecticulos teatrales, carnavales, masearadas, fausto en Jos edificios pablicos, cuadros ejecutados con el pincel de labor de mosaico, antigiiedades romanas de gran estilo, para rer y ser visto en gran multited. Pero, al misino (y para ao olvidar la propia utilidad): Ia inven. idm del cambio, de los Bancos y de la Joteria. Este es su lado bueno, asi como libertades que pueden tomarse con las personas distinguidas los gondolier? y lagaroni. EL lado malo es que conversan, como dice Rousseau !, en salas magnificas y duermen en aidos de ratas. Sus ersazioni son semejantes a una lonja, donde la sefora dela casa da a probar algo a una gran concustencia, que se comunica mutwamente, paseando alrededor, las nove dades del dia, sin que para ello sea necesaria precisamen- te Ja amistad, y come a la noche con una pequeia parte clegida entre aquélla.—Pero lo peor es el sacar el cuchi- Ho, tos bandidos, el refugiarse los asesinos en asilos sagzados, la funci6n colerada de los esbirros y ottas cosas semejantes, que mo se atribuyen tanto al romano cuanto a su gobierno de dos cabezas.—Pero éstas son inculpa- 1 El onrate scl HY, cap. VIBE. CV.) om, Innesamuct Kant ciones de que no puedo en modo alguno hacerme responsable y con las cuales se estreticnen habitualmente los ingleses, a quienes no logra complacer ninguna otra constitucion que la suya 5. Los alemanes tienen fama de poseer un buen carieter, a saber, el de la honradez y el amor al hogar, cualidades que no son precisamente apropiadas para brillar.—BI aleman es, de todos los pueblos civilizados, el que mis fieil y duraderamente se somete al régimen bajo el cual esti, y es el més alejado del afin de innovacin y la oposicién contra el orden establecido. Su caricter es a flema unida al entendimiento, sin sutilizar sobre el orden ya establecido, ni inventar uno él mismo. Es, al propio tiempo, el hombre de todos los paises y climas, emigra ficilmente y no esta apasionada mente encadenado a su patria; pero cuando Heya como, colono a un pais extranjero, pronto concluye con sus compatriotas una especie de Sociedad civil, que gracias a In unidad de lengua, y en parte también de religidn, le convierte en un pequefio pucblo sedentario, que bajo la autoridad superior y con una constitucién tranquila y moral, se distingue ventajosamente por su laboriosidad, limpieza y espiricu de ahorro de los establecimicntos de ‘otros pueblos.—Asi dicen los elogios que incluso los ingleses tributan a los alemanes de Norteamérica. Como la flema (tomada en el buen sentido) es el temperamento de I fria reflexion y de la perseverancia cn la persecucién del fin, lo mismo que de la resistencia a las penalidades unidas con ella, cabe esperar del talento de su justo entendimiento y de su raz6n profundamente reflexiva tanto como de cualquier otro pueblo capaz de la maxima cultura; exceptuado el sector del ingenio y del gusto artistico, en el cual acaso no pudiera igualar a los, franceses, ingleses € italianos—Su lado bueno esti, pues, en aquello que se puede cjecutar con Ia Jaborinsidad Antopologia om y para lo que no se requiere precisamente genio (a); cosa esta altima que no es con mucho de la utilidad que Ia laboriosidad, unida al sano talento intelectual, del ale- min.--Este su caricter, en el trato es modestia, El alemén aprende mas que cualquier otro pueblo lenguas extranjeras; es (como se expresa Robertson)! mereader al ‘por mayor ex la erudicion, y es el primero en descubir en el campo de las ciencias rastros que después son utiliza- dos con estrépito por otros; no tiene orgullo nacional, ni se apega, como cosmopolita que es, a su patria. Pero en ésta es mis hospitalario con los extranjeros que ninguns otra nacién (como confiesa Boswell)? eduea a sus hijos cen Ia virtud con todo rigor, como por su inclinacién al orden y la regla antes se dejara tratar despoticamente que se meteri en innovaciones (sobre todo en reformas icas arbitrarias).—Este es su lado bueno, Su lado ventajoso es su propensi’m a imitae yl escasa fee que tiene en poder ser original (que es justamente lo contrario de la obstinacién del inglés); pero, principal- @_ Fl pnb cx el talento de la ance de lo que a0 puede sor enschado & apeendido, Puede aprenderse de los dems cS ss hacen Tnoenos verson, peru no como se ines un buen pocmas pues esto debe brotar por al de Ta naturales del autor. De aqui que no pueda cncangatee ni conseyuiree por el mayor precio cono wn producto de fibre, sino que bay que expresaria como una ingpiracon, de la qu el tismo poeta no puede dit corm ha Head acl, esta cs com una ispostcion ocasbonal enya cauea le cx Gesconvcida (1 gin ote {ents gai tempera! atran)*=E genio baila, por endes como tnt fparicfin momentines, ue se muestra y desaparere + intervales, NO ‘on una ler encendida 4 voluntad ¥ qie sigue andiendo un tempo Cialquir, sino como una chispa que sata ¥ excita cn el espinita Un {Bis Uesbordamicnto de lx imaginacion productiva * Sélo lo sabe el enio que le acompata¥ dirige su astro natalci, Horacior Epi, rv.) "WW. Roberson (1721-1793), historiador escocés, compuso, entre tras, sendar historas de Escocia, de Carlos Vy de America, que fieron trducidas todas al aleman, (¥") James Boswell (1740-1795), iguaimente hisroriador escocés, en wa desripein de Corcega, raducidn ab alemin en 1769. (V3) | | oa Immanuel Kan! ‘mente, una cierta mania del método que le lleva, no a tunirse con los restantes ciuddanos sean un principio de aproximacién a la igualdad, sino a dejarse clasificar Penosamente en grados de preeminencia y de an orden jerirquico y a ser dentro de este esquema del rango inagotable en la invencion de titulos: Edel y Hochede) [literalmente: noble y altamente noble), Wobleeboren y Hochwoblgebaren y también Hochgeboren [bien nacido, alta- mente bien nacido, altamente nacido}, y asl, por mera pedanteria, servil; todo lo cual acaso pueda atribuirse a la forma de la constituci6n politica de Alemania, pero sin que pueda dejarse de observar que el otigen de esta pedantesca forma brota del espiritu de la nacion y de la Propensi6n natural del alemin a colocar entre el que debe mandar hasta el que debe obedecer una escala on que cada peldaiio es designado con el grado de conside- racidn que le corresponde, y aquel que no tiene ofieio ni Jitalo segan se dice fen aleman}, no es nada; lo cual, sin duda, le renta algo al Estado que ororga el titulo, pero también, y sin mirar a esto, excita en los. silbditos tendencias a limitar en la opinién propia la importancia ajena, lo cual tiene que resultar ridiculo a otros pueblos, y de hecho, delata, como dificultad y necesidad de la division metédica para aprehender un todo bajo un concepto, la limitacién del talento innato, Como Rusia todavia no es to que se tequiere para forjarse un concepto determinado de las disposiciones naturales que ya se aperciben a desarrollarse, Polonia ya 10 los, los nacionales de la Targaia europea ninca bam sido 1 serdn lo que es indispensable pata llegar a poscer un cariicter étnico determinado, puede omitirse aqui tazona- blemente su discio, En general, como aqui se habla del caricter innato, natural, que reside, por decislo asi, en la mezcla de Anteopologis 275 sangres de los hombres, node lo caracteristico en lo adquirido, artifical (0 attificioso) de las naciones, seri rnecesaria mucha ciccunspeccién en el disefio. En el caricter de los griegor bajo la dura opresién de los turcos y la no mucho mis suave de sus caloyers!, no se ha perdido su indole sensible (viveza y ligereza), como tampoco Ia complexiin de su cuerpo, figura y rasgos faciales, sino que esta pecualiaridad cradueiriase proba- blemente de nuevo en hechos, si la forma de religion y de gobierno les deparase, por una serie de sucesos felices, la libertad de restaurarse.—En otro pueblo cris- tiano, los armenias, domina un ciesto espiritu mercantil de una indole especial, a saber: el cultivar el comercio ‘caminando a pie desde los limites de China hasta el cabo Corso, en Ia costa de Guinea, lo que indica el especial origen de este pueblo razonable y diligente, que recorre en una linea que va de NE. a SO. casi la extension enteta del antiguo continente, sabe granjearse una pacifi- ca acogida en todos los pueblos con que se encuentra y demuestra poscer un caricter superior al versatil y rastrero de los griegos actuales, los origenes del cual ya no podemos indagar. - Esto es todo lo que con verosi- mdse puede jugar ula veel de sens nls srandes conquistas), que borra poco a poco los caracte- serge es toric al génceo humano, 4 pesar de toda la pretendida filantropia ' Monies catsico-griegos de la Oxden de San Basilio, Palabra francesa. (V.) 276 Immanuel Kent D. EL CARACTER DE LA RAZA Respecto de ésta puedo referitme a lo que el Conseje- 0 Aulico Secreto, sefior Gietanner', ha expuesto bella y profundamente en su obra (con arreglo a mis principios) como explicacién y ampliacién; sélo quiero hacer aun alguna observacién sobre los rasgos de familia y las variedades que se pueden advertir en una misma raza, ‘Aqui se ha dado por ley de la naturaleza, en lugar de Ja asimilaciéa que ésta persiguid en la confusion de diversas razas, justamente lo contrario, a saber: en un pucblo de la misma raza (por ejemplo, el blanco), en lugar de hacer que en su formacion los caracteres se acercasen entre si constante y progresivamente — de leatia al fin un mismo retrato, como ea la impresién de un grabado en cobre-, multiplicar mas bien hasta to infinico dentro de wna misma rama e incluso de la misma familia y tanto en lo corporal como, cn lo espiritual.—Sin duda dicen las nodeizas, paca halagar 2 uno de los padres: «lil nfo tiene ral eosa de su padre, tal otra de su madre», Io que, si fuese verdad, hace mucho que se habrian agotado todas las formas de generacién humana, y como la feewndidad de las parejas se reftesea por la heterogencidad de los individuos, se habria estancado la reproduccion.—Asi, no proviene el color gris del cabello (cendrée) de la union de un moreno con una tubia, sino que designa un rasgo especial de familia, y la maturaleza tiene en su seno provision bastante para no enviar al mundo, por obta de la > crisan Ginter (ITA-1800, Consejero. Auli. Secreto de Sajonia einngen, habia pula co 1796 tne obra Sore primp antes pars fe Hira Natale 0} wee Antropologia am pobreza de su provisién de formas, un ser humano que ya haya existido antes en él; como también la cercania del parentesco es causa notoria de E EL CARACTER DE LA ESPECIE Para poder indicar un carécter especifico de ciertos seres requigrese comprenderlos bajo un concepto con ottos conocidos de nosotros ¢ indicar y emplear como peculiacidad (propietas) que sirva de razén diferencial aqucllo por lo que s¢ diferencien los unos de los otros. Pero si se compara una especie de seres que conocemos (A) con otra especie de seres (on A) que no conoce mos, gcomo se puede esperar o pedir que se indique un casicter de fos primeros, faltindonos el concepto inter- mediario de la comparacion (esta comparationis)? Si el concepto del género supremo fuese el de set racional Jerrasire, no podciamos sefialar un carieter suyo, porque ‘no tenemos conocimiento de seres racionales mo-terrestres, para poder indicar su peculiaridad y caracterizar asi aquellos seres terrestres entre Jos racionales en gene~ ral. Parece, pues, que el problema de indicar el carieter dela especie humana sea absolutamente insoluble, por- que tendria que resolverse comparando dos especies de seres racionales por medio de la experiencia, Ja cual no fos oftece mis que una. To noe queda pos, pata stale al hombre I late a gue pertenece en el sistema de la naturaleza viva racterizarle asi, otra cosa sino decir que tiene un carieter que él mismo se ha creado, al ser capaz. de perfeccionarse de acuerdo con los fines que él mismo se sefiala; gracias a lo cual, y como animal dotado de la facultad de la ragin 278 Immanuel Kant (animal rationabile), puede hacer de si un animal racional (animal rationale); y esto le lleva, primero, a conersar su propia persona y su especie; segundo, a ¢jercitarla, instruisla y edicarla paca la sociedad doméstica; tercezo, 4 regirla como un todo sistematico (ordenado segin los principios de Ia razdn) necesario para la sociedad; pero siendo en todo esto lo caracteristico de Ia. especie Jhumana, en comparaciOn con la idea de posibles seres sacionales sobre una tierra en general, Io siguiente: que Ja naturaleza ha puesto en ella el germen de la disordia y querido que su propia razén saque de ésta aquella ‘ancordia 0, al menos, la constante aproximacion a ella, de Jas cuales la cltima es en la idea el FIN, mienteas que de ‘echo tx primera (Ia discordia) es en el plan de la naturaleza el MEDIO de una suprema sabiduria para nosotros ineserutable: produce el perfeccionamsiento del hombre por medio del progeeso de la cultura, aunque sea eon mis de un saerificio de las alegrias de’ su vida Entre los vivientes babitantes de a terra es el hombre otoriamente diferente de todos los restantes. por su capacidad ténica (0 unida a fa conciencia, mecéniea) para manejar las cosas, por su capacidad pragmatica (para utilizar diestramente a otros hombees de acuerdo con sus propias intenciones) y por la eapacidad oral (de obrar respecto de si y de los demés con arregio al principio de Ja libertad bajo eyes), tres grados residentes en su esencia y cada uno de los cuales puede ya por si solo difercaciar caracteristicamente al hombre de los demis habitantes de la tierra 1. La eapacidad tenica. Las euestiones de si cl hom bye esté originariamente destinado a la marcha en cuatio pies (como sostuvo Moseati', quizd meramente como "Kant habla publicado on 1771 una Rivssn de le obra de Maco sabre a diferente de esata entre Ios eniaes 9 es bones. (N.) Antropol eo tesis para una memoria doctoral) o a la en dos pies: —si el gibon, el orangutén, ef chimpancé, etcétera, estin destinades a ella (en lo que Linneo y Camper se combaten mutuamente) '; —si el hombre es un animal feugivoro 0 (por tener un est6mago con mucosa) carn yoro; —si por no tener garras ni grandes colmillos, y, en cconsecuencia, career de armas (salvo la r326n), €5 por aturaleza un animal de presto pacifico— responder a ‘estas cuestiones no Gene dificultad. En rigor, alin podria planteatse ésta: si es por naturaleza un animal sociable 0 solitario y temeroso de la vecindad; en que lo alkimo es To mas verosimil. Una primera pareja humana, colocada por la naturale 2a ya con un pleno desarrollo entre medios de alimenta- ci6n, si no Ie ha sido dado al par un instinto natural que no existe en nosotros en nuestro cuctpo actual estado de naturaleza, resulta dificilmente conciliable con la solic tud de la naturaleza por la conservacién de la especie. BI primer hombre se habria ahogado en el primer esranque Que hubiese visto delante, pues el nadar es ya un arte que tes necesario aprender; o habria comido raices y frutas venenosas y estarfa en constante peligro de perecer. Pero si la naturaleza bubiese implantado en la primera pareja umana este instinto, zcomo seria posible que no lo hubiese transmitido a sus hijos, lo que, sin embargo, ahora no sucede nunca? Certo que las aves que cantan enseitan a sus hijos iettos cantos y los propagan por tradiciéa, de suerte jque un ave aislada que todavia ciega fuese sacada del ido y efiada, no tendria, una vez adulta, canto, sino slo un cierto sonido orginico innato. Pero ede dénde + Kanr bebié aqui (ein K,) probablemenre en ua obra pared poco antes de Cf. Ludwig: Compond dle iors nara dept Semana, Leip, 1796. (V3)

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