ROGER CAILLO!
EL MITO
EL HOMBRE
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cy
sere,
sin
BUENOS AIRESADVERTENCIA
Las miltiples formas que revisten las gestiones de
Ja imaginacién, no parecen haber sido estudiadas fre-
re en su conjunto. En vez de esclarecerlas
Js una por la otra, se ha hecho de la historia literaria,
de la mitografia, de la ps
vida espiritual, y en las que raramente s¢ confrontan
los datos, sino es por el placer baldio de deducir
algunas identificaciones burdas y fitiles, de orden
tan general, que hasta el refutarlas se hace di
‘lanse asi corrientemente, uno con otro, el sen-
stico, infantil y morboso. Unas cwantas con-
fesiones de misticos, unas cuantas opiniones de poe-
tas, alguna que otra férmula de Lévy-Brikl, Piaget
o Freud, resuelven el problema en el mejor de los
casos. No parecen darse cuenta de que, en estas con-
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