CURSO 2009-2010. ED. FÍSICA. 2ºESO U.D. Condición Física y Salud.

EL APARATO LOCOMOTOR

El aparato locomotor está formado por el sistema óseo-articular y el sistema muscular.

Su principal función es posibilitar el movimiento humano.
El sistema óseo-articular está compuesto por un conjunto de huesos y articulaciones
que constituyen el esqueleto adaptable y bien articulado. Por lo tanto, representa el componente
pasivo del aparato locomotor.

Los huesos pueden ser de diferentes formas:

- Largos, que se utilizan como palancas (ej: fémur) o sirven de protección (ej: costillas)
- Cortos, que forman parte de estructuras complejas y sirven de protección (ej: huesos del
carpo en la muñeca, del tarso en el pie,...)
- Planos, que normalmente se encargan de proteger órganos vitales (ej: huesos del
cráneo y de la cadera)
- Y por último, podemos diferenciar otro tipo de huesos, que son los irregulares, como por
ejemplo las vértebras.

Las articulaciones representan los puntos de unión entre dos o más huesos.
En la articulación hay unos elementos que protegen los huesos del desgaste continuo que
provoca el rozamiento mutuo (los cartílagos), y otros que ligan y mantienen unidas las partes que
se mueven (los ligamentos).
Los cartílagos recubren los extremos de los huesos para protegerlos o se interponen entre
un hueso y otro para protegerlo (como por ejemplo en el menisco de la rodilla). También
encontramos una cápsula articular que envuelve la articulación por fuera y que por dentro
contiene una bolsa con líquido sinovial. Así facilita el movimiento y evita que los huesos entren
directamente en contacto. Y finalmente, tenemos los ligamentos, que son “tiras” elásticas y
resistentes que ligan los huesos entre sí y los mantienen unidos.

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Existen tres grandes tipos de articulaciones:
- Fijas, que carecen de movimiento activo, y entre ellas encontramos: las del cráneo, las
de los dientes,...
- Semifijas, que permiten poco movimiento, como por ejemplo las de las vértebras.
- Móviles, donde el enlace entre los huesos es todo un dispositivo que permite una
movilidad completa, como por ejemplo: hombro, codo, muñeca, cadera, rodillar y tobillo.

El sistema muscular es la parte activa del aparato locomotor, ya que nos permite
efectuar movimientos del cuerpo en el espacio. (Además, es el mayor componente de nuestro
organismo, constituyendo el 35 –50% del peso corporal en los varones y 35- 40% en las
mujeres. Prueba de ello es que contamos con más de 600 músculos en nuestro cuerpo).
El músculo posee 2 zonas claramente diferenciadas:
- Vientre: es la zona central del músculo, prominente y gruesa. Está formado por fibras
musculares que posibilitan la contracción.
- Tendones: Se sitúan en los extremos del músculo. Son formaciones conjuntivas con funciones
elásticas que se agarran con fuerza a los huesos que deben mover, en una unión llamada
inserción.
Además, si examinamos un músculo de forma más minuciosa con un microscopio,
observamos que está formado por una serie de fibras musculares, también denominadas
miofibrillas.
Existen 3 tipos de tejido muscular:
- Músculos lisos: su movimiento es involuntario por lo que se encuentran formando las
vísceras.
- Músculo cardíaco: está formado por un conjunto de fibras características y específicas
que forman el corazón. A través de una contracción involuntaria se encarga de bombear
sangre a todo el cuerpo.
- Músculos estriados o esqueléticos: proporcionan los movimientos voluntarios. Nosotros
nos vamos a centrar en el estudio de estos músculos.

En resumen, observamos que el sistema óseo-articular y el sistema muscular forman el

aparato locomotor. Es decir, los músculos funcionan como un motor que pone en movimiento
nuestro esqueleto. Para ello, es necesaria la contracción muscular. (La estudiaremos más
adelante)

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SISTEMA CARDIOVASCULAR O CIRCULATORIO

La principal función de este sistema es el transporte de sangre a todos los tejidos del
organismo. La sangre es el vehículo que transporta el oxígeno y los nutrientes a dichos
tejidos.
El sistema cardiovascular tiene 3 componentes fundamentales: el corazón, los vasos
sanguíneos y la sangre.
El corazón es un órgano formado por músculo cardíaco (llamado miocardio), cuya
contracción permite la impulsión de la sangre a todo el cuerpo. Posee cuatro cavidades: las
aurículas (receptoras de sangre) y los ventrículos (expulsores de sangre). Estas cavidades
se comunican entre sí a través de diversas válvulas y tabiques.
Por su parte, los vasos sanguíneos se encargan de transportar la sangre desde el
corazón a los tejidos y viceversa. Podemos diferenciar varios tipos de vasos sanguíneos:
arterias, arteriolas, capilares, vénulas y venas.
Y por último, encontramos la sangre, que constituye el fluído que circula por los vasos
sanguíneos. Dentro de la sangre, podemos distinguir 3 tipos de células:
- Glóbulos rojos: cuya función es el transporte de oxígeno y dióxido de carbono
- Glóbulos blancos: que se encargan de la defensa del organismo
- Plaquetas: responsables del proceso de coagulación de la sangre

EL APARATO RESPIRATORIO
La principal función de este aparato es introducir el aire del exterior al interior del
organismo, para extraer el oxígeno que lleva y dejarle el dióxido de carbono.
Para llevar a cabo esta función, el aparato respiratorio necesita los siguientes
componentes:
- Las vías respiratorias: son orificios por donde se introduce y sale expulsado el aire (la
boca y fosas nasales, la laringe, la tráquea, los bronquios y los bronquiolos)
- Los pulmones: constituyen unas cavidades donde se alberga el aire en nuestro interior,
y donde se produce el intercambio gaseoso; es decir, tomamos el oxígeno del aire, y
expulsamos el dióxido de carbono.

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- Y por último, tenemos los músculos respiratorios, entre los cuales destacamos el
diafragma, cuya contracción y relajación permite la ventilación pulmonar, es decir, la
entrada y salida de aire de los pulmones.

EL APARATO DIGESTIVO
La principal función del aparato digestivo es posibilitar la entrada de alimentos, la
absorción de los nutrientes esenciales y la eliminación de los productos de desecho.
Para llevar a cabo esta función, cuenta con los siguientes componentes:
- La boca: que es la vía de entrada de los alimentos
- El esófago: conducto por el que se transportan los alimentos, una vez deglutidos, al
interior
- El estómago: se encarga de desmenuzarlos y procesarlos, para su posterior
aprovechamiento.
- Los intestinos: su función es filtrar los alimentos para extraer los nutrientes necesarios
para la vida humana y que serán distribuidos por la sangre hasta las células del
organismo.
- El recto: es la vía de salida de los residuos no aprovechables.
- Y el hígado: es una glándula agregada al aparato digestivo, que se encarga de elaborar
la bilis (sustancia que ayuda a la disolución de las grasas) y de eliminar toxinas de la
sangre.

EL SISTEMA NERVIOSO
La principal tarea de este sistema es la de controlar y regular todas las funciones del
organismo. Por tanto, también regula la ejecución y control de nuestros movimientos.
Para ello, el sistema nervioso utiliza las neuronas, que son células que tienen la
propiedad de recibir, conducir y transmitir señales. Es decir, este sistema procesa la información
recogida por nuestros sentidos y elabora las órdenes.
El sistema nervioso se organiza de la siguiente manera:
- Por un lado, el sistema nervioso vegetativo o autónomo, que se encarga de los
movimientos internos involuntarios (por ejemplo: ritmo cardíaco, respiración,...)
- Y por otro lado, el sistema nervioso de relación, que nos permite mantenernos en
contacto tanto con el exterior como con el interior del organismo. Dentro de éste,
podemos diferenciar: el sistema nervioso central (formado por el encéfalo y la médula

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espinal) y el sistema nervioso periférico (constituído por nervios y que llegan hasta los
músculos)

En resumen, el sistema nervioso capta la información procedente del exterior y del

interior de nuestro organismo a través de unos receptores, la procesa, y finalmente envía la
orden al músculo correspondiente mediante unos efectores.