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E O DESENVOLVIMENTO HUMANO
NA AMÉRICA LATINA:
TEMAS E PESQUISAS
UNIVERSIDADE FEDERAL DO RIO GRANDE – FURG
Reitor
JOÃO CARLOS BRAHM COUSIN
Vice-Reitor
ERNESTO CASARES PINTO
Pró-Reitora de Graduação
CLEUZA MARIA SOBRAL DIAS
Pró-Reitor de Pesquisa e Pós-Graduação
LUIS EDUARDO MAIA NERY
Pró-Reitora de Extensão e Cultura
DARLENE TORRADA PEREIRA
Pró-Reitor de Assuntos Estudantis
LUIZ BESSOUAT LAURINO
Pró-Reitor de Planejamento e Administração
MOZART TAVARES MARTINS FILHO
Pró-Reitor de Infraestrutura
ERNESTO LUIZ GOMES ALQUATI
Pró-Reitor de Gestão e Desenvolvimento de Pessoas
CLAUDIO PAZ DE LIMA
Antônio Carlos Porciúncula Soler
Carlos R S Machado
Daiane Teixeira Gautério
Eder Dion de Paulo Costa
Eugênia Antunes Dias
Paulo Ricardo Opuszka
(Organizadores)
Rio Grande
2009
de Antônio Carlos Porciúncula Soler; Carlos R S Machado;
Daiane Gautério; Eugênia Antunes Dias; Paulo Ricardo Opuszka
2009
ISBN 978-85-7566-140-6
CDU 316.334.56
Bibliotecária responsável: Jandira Maria Cardoso Reguffe – CRB 10/1354
DEDICATÓRIA E AGRADECIMENTO
Organizadores
SUMÁRIO
Apresentação………………………………………………… 7
RESUMO
O trabalho propõe-se a apresentar para discussão os princípios e
fundamentos de um novo paradigma de desenvolvimento, tendo o
desenvolvimento humano sustentável como perspectiva
orientadora de suas reflexões. No entanto, ao inserir tal debate em
diferentes perspectivas disciplinares referente às áreas do
conhecimento econômico, político, cultural e socioambiental,
dentre outras, bem como no contexto da América Latina e Caribe,
o autor insere suas reflexões na utopia de uma América integrada.
Neste caso, tendo a ALBA (Alternativa Bolivariana para as
Américas) como texto de base – como proposição – pelo autor, e
coletivos de investigadores cubanos da Universidade Central
Marta Abreu de Las Villas (Cuba) e, mais recentemente, um
coletivo de investigadores da FURG (Universidade Federal do
Rio Grande) na inserção da sustentabilidade, numa perspectiva,
também alternativa, mas em produção/construção por cada
grupo/coletivo e subprojeto ao articularem investigação, ensino e
extensão por parte dos envolvidos.
*
Departamento de Filosofía, Faculdade de Ciências Sociais, Universidade
Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba. Este trabalho apresenta as bases
fundamentais do projeto “Fundamentacion del Desarrollo Humano Sustentabel
desde una vision transdisciplinar para América Latina e Caribe”, o qual gerou
projeto de investigadores da FURG/PPGEA, sob a coordenação do professor
Dr. Franscico Quintanilha Véras Neto, pelo Brasil (FURG), e Dr. Jaime G. Ruíz
pela parte cubana (Universidade de Las Villas), em março de 2009 (CAPES-
MES, 2009).
11
Introducción
1
Colectivo de autores. Economía Internacional. Editorial “Félix Varela”, La
Habana, 1998, T. II; p. 34.
2
Ver: Economía Internacional. Op. Cit. P. 36.
3
Cuando se ha tratado el desarrollo económico, el crecimiento cuantitativo y la
maximización del Producto Interno Bruto (PIB) han servido de guía
fundamental: el desarrollo se ha entendido como crecimiento económico. En
otros casos el desarrollo se ha vinculado a la industrialización bajo los efectos
positivos del progreso técnico. En tales circunstancias el desarrollo se ha
interpretado como industrialización. Para América Latina, los modelos de
desarrollo industrial por sustitución de importaciones y más recientemente el
neoliberal, han sido impuestos desde afuera en respuesta a los intereses de los
países centrales. Con ello los esquemas de desarrollo y también de integración
de la región han quedado atrapados en la lógica y subordinados a los intereses
del gran capital transnacional.
12
A partir de la segunda mitad de la década de los años 60 “se
comienza a desarrollar un pensamiento crítico tanto de la Teoría
del desarrollo o modernización como de la Teoría desarrollista
cepaliana. Este nuevo enfoque se conoce con el nombre de Teoría
de la dependencia – cuyo padre fundador es Fernando Enrique
Cardoso. Otros exponentes importantes lo han constituido:
Theotonio Dos Santos, André Gonder Frank, Samir Amin, Octavio
Ianni, Darcy Ribeiro, Ruy Mauro Marini, Marcos Kaplan, Celso
Furtado y Vania Bambirra” 4 .
En el presente trabajo pretendemos ilustrar el
condicionamiento objetivo y la interdependencia existente entre
los proceso de integración y de desarrollo en América Latina y el
Caribe, partiendo de que en las condiciones actuales de la región
es necesario construir un nuevo paradigma de desarrollo y su
realización sería posible tomando como base un modelo de
integración que esté al servicio y haga realidad nuevos principios
en todas las dimensiones del nuevo paradigma de desarrollo.
Dicho de otra manera; la integración no es un objetivo en si
misma, sino un medio al servicio del desarrollo que necesitan
nuestros pueblos.
De la hipótesis anterior surgen dos interrogantes:
1. ¿Qué tipo de desarrollo necesitan nuestros pueblos?
2. ¿Qué integración o cuál es el tipo de integración que
puede garantizar el desarrollo que necesitamos?
4
Idem., p. 37.
13
transformar y fomentar nuevas relaciones sociales de producción.
Dichas relaciones de producción se basan en un nuevo tipo de
empresas Grannacional, diametralmente opuestas a las Empresas
Transnacionales (ETN) por su contenido y objetivos; las Empresas
de Producción Social Integradas (EPSI-ALBA) del ALBA.
5
El Informe de Cuba sobre el Desarrollo Humano del año 1996 consideró y
explicó como dimensiones del desarrollo lo que aquí nosotros entendemos como
principios básicos de cualquier proceso de desarrollo que se considere
verdadero. Investigación sobre el Desarrollo Humano en Cuba 1996,
Editorial Caguayo, La Habana 1997, pág. 3.
6
Federico Engels en el Anti- Duhring refiriéndose al objeto de estudio de la
Economía Política apuntaba que de lo que se trataba era del estudio de el
conjunto de las relaciones de producción social de la existencia de los hombres;
“las leyes especiales de cada etapa de desarrollo de la producción y del cambio y
14
objetivos, el tipo de mecanismo de realización, las políticas y
estrategias de desarrollo, su implementación y los instrumentos
jurídicos e institucionales que se empleen.
Para nosotros el desarrollo se realiza (materializa) en
espacio-tiempo concretos: la sociedades Latino caribeñas
actuales; algunas en transición al socialismo del siglo XXI 7,
sustentadas en un sistema de relaciones sociales de producción
heterogéneas y por lo tanto contradictorias, donde predominan las
relaciones capitalistas de producción en transición hacia una nueva
cualidad. Entonces, el desarrollo solo puede ser entendido,
explicado y superado, explicando las tendencias regulares y
superando las contradicciones de dicho sistema, convirtiéndose
este último – el nuevo sistema de relaciones de producción que se
construye – en el verdadero objeto de investigación y de
transformación y no “la conciencia de si mismo”. 8La integración
no puede ser un fin en si misma, sino un proceso que se ponga al
servicio del desarrollo que necesitan nuestros pueblos.
solo al llegar al final de esta investigación podrá formular las pocas leyes
generales aplicables a la producción y al cambio.” Federico Engels. Anti-
Duhring, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1979, p. 180.
7
El tema del Socialismo del siglo XXI requeriría un trabajo adicional para su
análisis, lo cual no es posible en los marcos de la presente ponencia.
8
Carlos Marx en el Prólogo a la Primera Edición de El Capital escribió: “solo
nos referimos a las personas en cuanto personificación de categorías
económicas, como representantes de determinados intereses y relaciones de
clase. Quién como yo concibe el desarrollo de la formación económica de la
sociedad como un proceso histórico-natural, no puede hacer al individuo
responsable de la existencia de las relaciones de que él es socialmente criatura,
aunque subjetivamente se considere muy por encima de ellas.” C. Marx, El
Capital. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973, Prólogo. P. XI.
15
de su destino y, por otro lado, como beneficiarios directos de los
resultados del mismo.
De lo anterior se desprende que un momento esencial de
partida en la concepción del desarrollo está en determinar la
estructura, características y tendencias (leyes) del sistema
socioeconómico dado y con ello sus agentes. Debe identificarse
las dimensiones y al interior de ellas los ejes socioeconómicos
fundamentales y los sujetos en su estructuración en clases y grupos
sociales.
La estructura económica, Marx la defines como “el
conjunto de las relaciones de producción que en ella priman, las
cuales corresponden a un determinado grado de desarrollo de las
fuerzas productivas materiales y constituyen la base real sobre la
cual se eleva la superestructura jurídica y política y a la que
corresponden determinadas formas de la conciencia social. El
modo de producción de la vida material condiciona el proceso de
la vida social, política e intelectual en general.” 9 Y más adelante
apuntaba: “Así como no se juzga a un individuo por la idea que él
tenga de si mismo, tampoco se puede juzgar tal época de
revolución por la conciencia (cursiva del autor) de si misma; es
preciso, por el contrario, explicar esta conciencia por las
condiciones de la vida material, por el conflicto que existe entre
las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción.” 10
En el nuevo proyecto social de desarrollo la “superestructura
jurídica y política” adquieren un papel activo en el proceso de
transformación y creación de las nuevas bases; si importante es el
acceso al poder político de las nuevas fuerzas revolucionarias,
tanto o más lo es refrendar jurídicamente (nuevas constituyentes,
referéndum, etc.) el nuevo rumbo para consolidarlo.
El sistema socioeconómico de una sociedad concreta está
compuesto por la unidad de dos estructuras que se presuponen y
9
Marx, C.: Contribución a la crítica de la Economía Política. Editorial Pueblo
y Educación, La Habana, 1970. Prólogo, p. 12.
10
Marx, C.: op. cit., p. 13.
16
excluyen mutuamente: la estructura de las relaciones sociales de
producción y la estructura de las fuerzas productivas. La ley
marxista del cambio social (del desarrollo) se refiere precisamente
a la correspondencia obligada entre las relaciones sociales de
producción y el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas.
“Así, Marx nos plantea sistemáticamente, el contenido de la
famosísima ley de la correspondencia entre el nivel de desarrollo
de las fuerzas productivas y las relaciones de producción como
fundamento de la teoría general del desarrollo histórico. Estas
relaciones determinadas, necesarias, independientes de su
voluntad tienen lugar siempre a partir de y en el marco de
determinadas relaciones de propiedad.” 11 Esta ley actúa lo mismo
en el transito de una formación social a otra, que al interior de una
formación. 12 Por lo tanto, es valida en los marcos de la transición
11
Figueroa Albelo, V. La economía política de la construcción del socialismo.
Editorial Eumed.Net, 2006, p. 43. Figueroa Albelo aclara a pie de página que:
“esta ley no puede ser interpretada mecánicamente – desgraciadamente así
sucedió en no pocos casos – tampoco puede negarse la autonomía relativa de
las relaciones de producción y su capacidad de movilizar o retrancar el
desarrollo de las fuerzas productivas en la historia de la humanidad”. Ibidem.
12
“Una sociedad no desaparece nunca antes de que sean desarrolladas todas las
fuerzas productivas que pueda contener, y las relaciones de producción nuevas y
superiores no se sustituyen jamás en ella entes de que las condiciones materiales
de existencia de esas relaciones hayan sido incubadas en el seno mismo de la vieja
sociedad. Por eso la humanidad no se propone nunca más que los problemas que
puede resolver, pues, mirando de más cerca, se verá siempre que del problema
mismo no se presenta más que cuando las condiciones materiales para resolverlo
existen o se encuentran en estado de existir.” C. Marx, op. cit., p. 13.
La definición de sistema socioeconómico coincide con la de “sistema de
relaciones de producción” que da Lenin según la cual: “cada sistema de
relaciones de producción es, según la teoría de Marx, un organismo social
particular, con sus leyes propias de aparición, de funcionamiento y de paso a una
forma superior de conversión en otro organismo social.” Ver: Lenin, V. I.,
Contenido Económico del populismo y su crítica en el libro del Sr. Struve. O.
C., T. I., p. 429.
Los distintos modos de producción que lo componen y sus respectivas formas
organizativas y de propiedad son: 1) el modo de producción socialista
sustentado en; a) la propiedad Estatal (Empresa Estatal), b) la propiedad estatal-
17
al socialismo y acompañará su evolución.
Las relaciones de producción tienen una forma exterior de
manifestación y una íntima realidad, que no siempre coincide con
la apariencia. El concepto marxista se refiere a esa realidad oculta
que es necesario descubrir y apropiarse mediante categorías y
leyes y transformarla.
El concepto se refiere al modelo del cambio social
marxista, al concepto marxista de desarrollo, al explicar la
sustitución de una estructura por otra o a los cambios que se dan al
interior de una formación social: a) lenta transformación
progresista de las fuerzas productivas, b) desajuste contradictorio
con las relaciones sociales de producción y, c) conclusión;
estructura socioeconómica de cualidad nueva. Los factores
endógenos constituyen la base del análisis, son la base del cambio
y del desarrollo y los factores exógenos actúan de modo indirecto
acelerando o frenando el desarrollo de las fuerzas productivas.
18
ciencia y su aplicación”, conocimientos, experiencias y tradiciones
que se van transfiriendo de generación en generación. La Ciencia y
la Tecnología, producto directo del ingenio humano, debe ser
puesta definitivamente al servicio de los seres humanos y su
entorno, de tal manera que se minimicen sus costos económicos,
sociales, culturales y ambientales. La atención debe centrarse en
“que el progreso científico y tecnológico no puede constituir un fin
en si mismo, sino un medio para promover el desarrollo humano
equitativo de la sociedad”. 14 La historia ha demostrado que para
acceder al progreso científico y tecnológico tan añorados y
necesarios desde épocas pasadas en la región, es necesario
apropiarse de los medios de producción fundamentales y de la
riqueza en los sectores claves, sin absolutizar formas sociales
apropiación y esquemas caducos de socialización. En tal sentido
los proyectos de desarrollo e integración se encaminan en tal
dirección, con criterios autóctonos basados en el principio de
independencia nacional, soberanía, equidad y justicia social.
14
Investigación sobre ciencia, tecnología y desarrollo humano en Cuba, 2003.
p. XIX.
19
1.4 La Dimensión Cultural
15
C. Marx, El Capital. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973,
Prólogo. P. XI.
20
épocas concretas y su entorno y expresan sus tendencias y
contradicciones. Por lo tanto, las contradicciones que hoy se
perciben en la superficie de la sociedad en cuanto a la producción,
distribución, al intercambio o circulación – el mercado,
comercialización y sus mecanismos e instrumentos – y el consumo
del producto artístico, tiene sus orígenes en el proceso de
producción artístico y literario, su contenido y estructura
socioeconómica. Descubrir el contenido y la estructura de dicho
proceso de producción artístico y literario, no solo a nivel de la
sociedad, sino también a escala regional y local, es trascendente
para el afianzamiento de nuestra identidad cultural latinoamericana
y el reconocimiento de la diversidad cultural existente.
Es conocida las transformaciones e impactos del
Neoliberalismo en nuestras sociedades desde finales de los años
80ta. Esto creó necesidades y planteó nuevas contradicciones
nunca entes experimentados por nuestras culturas nacionales. Así
entonces, se produce un cambio en el contenido y la estructura de
nuestros productores o creadores artísticos y literarios, en la
circulación y el consumo del producto cultural.
¿Cuál es entonces la tipología de nuestros productores o
creadores artísticos y literarios a nivel de sociedad y cuáles son sus
peculiaridades a nivel regional y local?
Sabemos que quizás sea en el campo de la cultura artística
y literaria donde la división social del trabajo sea más marcada. 16
Sin embargo, aún cuando la división social del trabajo en esta
esfera imprima con más énfasis el sello individual al producto del
trabajo del creador, al producto artístico, este último no deja de
tener o contener y expresar la sustancia misma de las relaciones
sociales específicas, sin perder el sello de lo individual – los
16
Al respecto de la división social del trabajo Federico Engels apuntaba: “Las
diferentes fases del desarrollo de la división del trabajo son otras tantas formas
distintas de la propiedad; o, dicho en otros términos, cada etapa de la división
del trabajo determina también las relaciones de los individuos entre sí, en lo
tocante al material, el instrumento y el producto del trabajo.” Federico Engels.
La Ideología Alemana. Editora Política, La Habana, 1979. p. 20.
21
sentimientos, espiritualidad del creador – y lo diverso. De este
modo se ha venido dando una contradicción entre los intereses, los
sentimientos y necesidades del creador de una parte y de otra
parte, la demanda del mercado y las necesidades del consumidor
del producto artístico en muchos casos artificialmente creadas o
importadas hacia la región. Aquí sería muy útil diferenciar entre el
destinatario nacional y extranjero, dado el contexto en que se han
desenvuelto las sociedades de la región desde los años 80ta, bajo el
dominio del neoliberalismo.
Una contradicción primaria que se ha exacerbado es la que
se da entre la producción artística y literaria y la distribución. La
distribución es la vía por la cual el creador recibe de la sociedad el
equivalente al trabajo (producto artístico) por él aportado. Aparece
un primer problema: ¿Cómo valorar el trabajo y el producto
artístico, “subjetivo” “intangible” surgido de los sentimientos más
íntimos de un creador autentico y autóctono? ¿Cómo medir la
calidad, pongamos como ejemplo, de una canción, de una obra
teatral, de una pintura o de una novela? Aquí los criterios son muy
relativos, lo mismo que podría decirse de la valoración de un
descubrimiento hecho por un científico en un laboratorio en el área
de la salud.
Es cierto también, que todas las creaciones en este campo,
por más que se originen y contengan la subjetividad más profunda,
se objetivizan y hacen tangibles indefectiblemente; la música en un
CD o en un concierto, una obra de teatro en la puesta en escena,
etc. Al final, los criterios que deben primar son los valores
morales, artísticos y estéticos del proyecto social que encaminan
nuestros pueblos; legitimado por el público y no por criterios del
mercado. Los proyectos de desarrollo y de integración ALBA
ponen en el centro de atención la cultura artística y literaria
autóctonas de la región.
¿A qué necesidades debe responder el producto artístico?,
¿Debe estar orientado al mercado y a la demanda solvente o a las
necesidades sociales?
Por su parte el vínculo entre la producción y el consumo
22
está mediado por la distribución y el intercambio (mercado). Hay
que distinguir entonces, las vías, formas de producción y creación
y para qué público y a través de qué mecanismos les llega. Si nos
atenemos a la dialéctica producción-consumo; una cosa es lo que
considere el creador de su producto y otra lo que considera la
sociedad como destinatario y final legitimador de dicho producto.
Como decíamos anteriormente, el creador (productor) aún cuando
actúe a titulo individual, es un producto social y al final como
“criatura” social responderá a los patrones tendenciales de su
época.
Aquí aparece entonces una contradicción entre la
producción artística y literaria, expresión de las identidades
nacionales y valores propios del proyecto en construcción y el
creador; que es único – Venezolano, Boliviano, Cubano,
Latinoamericano – y el destinatario; el público, su pueblo o
extranjero, cuyas necesidades y demandas pueden ser diferentes.
El objetivo fundamental en la que se ha de sustentar la política la
política cultural de la región es la de elevar constantemente la
cultura y favorecer los valores morales, artísticos y estéticos de los
procesos de revoluciones sociales en marcha y no elevar las
ganancias del productor. No es un producto para satisfacer
necesidades consumistas o el consumo de elite, sino para el
disfrute y satisfacción de necesidades auténticas de masas. En este
empeño, habría que diferenciar entre las necesidades culturales
objetivas y la demanda; entendida ésta última como demanda
solvente: la capacidad adquisitiva de los ingresos de los
consumidores. Debe evitarse por todos los medios y con todos los
medios que el consumo artístico sea inducido por el mercado en
términos absoluto. De lo anterior se deriva otra contradicción:
entre la calidad del producto artístico y lo inevitable del consumo.
17
Esto hace más necesario que sea validado constantemente por
17
Rudy Mora en la Revista TEMAS refiriéndose a la televisión refería que:
“Sabemos que nuestro producto se va a consumir inevitablemente porque no es
posible – por las condiciones económicas en el país y la producción – tener dos
23
las masas 18.
¿Cómo se manifiestan estas tendencias y las
contradicciones y se resuelven a escala regional y local? Son
problemas que están por indagar en investigaciones más concretas.
24
asistido de forma exógena por los Estados-Nación, de “arriba –
abajo” y desde afuera como parte del lugar asignado a las naciones
en la División Internacional Capitalista del Trabajo (DICT). Para
los teóricos, decisores e implementadores de estrategias de
desarrollo lo local-comunitario ha sido el Estado Nación y el
desarrollo ha estado dirigido a la Nación en su conjunto pero,
como totalidad fragmentada. 19
Al concepto y la práctica de lo local debe dársele un
contenido diferente y una importancia trascendental a los fines de
elevar los niveles de desarrollo, manteniendo los niveles de
seguridad y potenciar su integración con los restantes niveles
superiores. El concepto de localidad nos permite hacer
interpretaciones y ejecutar acciones desde lo local hasta lo global y
reconocer el derecho a las teorías, las construcciones y
transformaciones propias desde la realidad concreta. Lo local
representa el punto de encuentro, el ámbito donde los agentes
19
En un mirada crítica a las teorías burguesas sobre lo local-comunitario habría
que señalar con Néstor Kohan que: “la literatura filosófica de la Academia post
68 abandona de un plumazo las categorías críticas de estirpe marxista que
cuestionan el fetichismo de la sociedad mercantil capitalista y su fragmentación
social… La mirada crítica de la dominación y explotación capitalista se
desplazó a partir de esos años desde la la gran teoría – centrada, por ejemplo, en
el concepto explicativo del ‘modo de producción’ entendido como totalidad
articulada de relaciones sociales históricas – al relato micro, desde el
cuestionamiento del carácter clasista del aparato de Estado a la descripción del
enfrentamiento capilar y a la ‘autonomía’ de la política, desde el intento por
trascender políticamente la conciencia inmediata de los sujetos sociales a la
apología populista de los discursos específicos propio de cada parcela de la
sociedad” (página 10). “Las instancias y segmentos que forman parte del
entorno social se volvieron a partir de entonces absolutamente ‘autónomas’. El
fragmento local cobró vida propia. Lo micro comenzó a independizarse y a darle
la espalda a toda lógica de un sentido de lucha” (página 12). “La sociedad
capitalista queda sancionada, administrativamente y con el sello prestigioso de
las metafísicas académicas ‘post’, como algo eterno. Solo nos resta seguir
pataleando y protestando en el ámbito local.” Néstor Kohan. Fetichismo y
hegemonía en tiempos de Rebelión. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,
2005.
25
(Recursos Humanos) territoriales adquieren capacidades, fijan el
rumbo y construyen el futuro. El desarrollo local es, por tanto, un
proceso territorializado de concreción y maduración de las
relaciones sociales de producción. Es un proceso generado y
adquirido por los sujetos locales. Los sujetos socioeconómicos
pasan de espectadores y simples receptores, a protagonistas de su
propio destino mediante su participación directa en el sistema de
relaciones sociales de producción que se materializa o se hace
tangible en el ámbito local, superándose la visón sectorial,
verticalizada y fragmentada de la economía y la sociedad para
entenderla como sistema económico social, como totalidad
concreta. Nada de esto es absoluto y por tanto, nada tiene que ver
con la autarquía. El desarrollo local lo concebimos como
desarrollo endógeno que utiliza y aprovecha las oportunidades
externas y comparte las ventajas de cada nación o región.
En tal sentido debe apuntarse que el desarrollo local no es
únicamente desarrollo municipal o comunitario. El territorio,
como un sistema económico social compuesto por un entramado
complejo y contradictorio de relaciones sociales de producción
incluye el conjunto de vínculos, relaciones, tendencias internas,
estables y objetivas que se dan entre los sujetos en un contexto
histórico social determinado. Incluye además, el conjunto de
eslabonamientos productivos, institucionales y políticos.
En tercer lugar, el desarrollo local tiene que ver con un
enfoque territorial y de “abajo-arriba”, pero debe buscar también
las intervenciones de los restantes niveles de relaciones y
decisiones del Estado (provincia, región y nivel central) que
faciliten el logro de los objetivos de la estrategia de desarrollo
local y solucione las contradicciones. Se precisa, pues, de una
eficiente coordinación de los diferentes niveles territoriales de las
administraciones públicas y de un contexto integrador de los
niveles nacional, provincial, y local y en sentido inverso.
Las decisiones de “arriba-abajo” son también importantes
para el enfoque del desarrollo local. Además, es concebido como
un conjunto organizado de sujetos, recursos e instituciones
26
(públicas, sociales, científicas, no gubernamentales, etc.) que
interactúan dialécticamente en el entorno.
La dimensión político-axiológica del desarrollo debe
construir y/o potenciar un pensamiento inclusivo de matriz
transdisciplinar que reconstruya los conceptos e indicadores de
desarrollo necesarios a nuestras realidades sobre la base de
repensarla desde la unidad en la diferencia, el antiinjerencismo, la
independencia política y económica y la solidaridad y crear una
conciencia crítica hacia los modelos euro céntricos y
norteamericanos y por ende consumistas de desarrollo, a partir de
una metodología de evaluación coherente de políticas públicas
para el desarrollo.
La cooperación y participación son principios rectores del
desarrollo y la integración ALBA que se implementan en la región.
Su potenciación convierte a los actores en los protagonistas
principales del desarrollo a través de su participación directa.
En tal sentido Ernesto Che Guevara señalaba que: “la última y más
importante ambición revolucionaria (que) es ver al hombre
liberado de su enajenación”, y que para ello “todavía es preciso
acentuar su participación consciente, individual y colectiva, en
todos los mecanismos de dirección y producción y ligarla a la idea
de la necesidad de la educación técnica e ideológica, de manera
que sienta como estos procesos son estrechamente
interdependientes y sus avances son paralelos. Así logrará la total
conciencia de su ser social, lo que equivale a su realización plena
como criatura humana, rotas las cadenas de la enajenación.” 20 Es
necesario esclarecer el concepto de participación como principio y
método que se convierte en el hilo conductor de nuestro modelo de
desarrollo. El proceso de participación puede considerarse como la
unidad de dos subprocesos: 1) se trata de aprovechar y potenciar
las capacidades de pensar de los Recursos Humanos implicados,
lo que conduce a la planificación del desarrollo y potencia el valor
20
Ernesto Che Guevara: El Socialismo y el hombre en Cuba. Editora Política,
La Habana, 1988, p. 15.
27
de la participación y, 2) se trata de aprovechar y potenciar la
capacidad de actuar de los Recursos Humanos en grupo (en
colectivo) y por consenso, lo que debe garantizar el proceso de
ejecución y potenciar el valor de la implicación.
No se trata solo de la cooperación y la participación de los
que hasta ahora se han considerado simples receptores, sino
también de implicar a los Universidades, integrada en sus distintas
disciplinas en los procesos de desarrollo e integración. La
academia y sus profesores-investigadores hasta hace poco, como
norma se ha encargado de investigar, criticar, utilizar en la
docencia y divulgar con sus medios el fenómeno del desarrollo,
pero no siempre han salido de sus predios para acompañar de
forma participativa a los actores y beneficiarios directos de dichos
procesos. De lo que se trata entonces es de transferir
conocimientos y tecnologías, de generar nuevos conocimientos y
tecnologías mediante la participación directa y coordinada de
investigadores, actores y beneficiarios directos.
Como se apuntara anteriormente, las distintas ciencias
como regla han abordado el desarrollo en los marcos de su objeto
de estudio específico. Los gobiernos en la decisión de políticas, su
implementación y realización no han tenido siempre en cuenta el
contenido multidimensional del proceso y el carácter
transdisciplinar en que debe ser tratado. De aquí la necesidad de
que en los procesos reales, el desarrollo sea atendido cada vez más
por los actores como un proceso de contenido multidimensional y
se atienda su carácter transdisciplinar, es decir, que se ponga el
énfasis hacia el área donde convergen las distintas ciencias para
impulsar el desarrollo y se construya tal transdisciplinariedad.
Las dimensiones del desarrollo están relacionadas con una
o más ciencias y disciplinas, cada una de las cuales se encuentran
mutuamente relacionadas en los procesos reales de desarrollo en
que se desenvuelven de forma compleja y contradictoria, por lo
que lo transdisciplinar se convertiría en un resultado que debe ser
construido a partir del proceso de formación de los Recursos
Humano, de investigación, de transferencia de conocimientos y
28
tecnologías y de la generación de nuevos conocimientos y
tecnologías por los actores e investigadores, de transformación y
extensión.
La Investigación + Desarrollo debe concebirse entonces, en
primer lugar, con un enfoque Transdisciplinar, que parta de lo
global hasta llegar a lo local, vinculándose con las realidades más
concretas en todas las dimensiones del desarrollo formuladas, para
luego construir las generalizaciones teóricas y tecnológicas que
emanen de los procesos reales de desarrollo y sirvan para
explicarlos y transformarlos.
El debate constante debe enriquecer la teoría acerca del
desarrollo a partir de la sistematización de toda la experiencia
acumulada y el quehacer práctico tomando en cuenta los
problemas globales, las experiencias y particularidades nacionales,
reconstruir la teoría del desarrollo con un enfoque
transdisciplinar que explique la realidad y sus contradicciones y
contribuya a solucionarlas. Cuba 21 acumula una experiencia y ha
hecho aportes importantes en el plano teórico-metodológico, a la
conformación y aplicación de índices para el diagnóstico y la
medición del desarrollo humano. Ello se verifica en la
Investigación sobre desarrollo humano en Cuba 1996 – donde se
introduce un índice para evaluar el desarrollo humano de las
provincias de Cuba (CIEM; Índice Provincial de Desarrollo
Humano). Estos resultados fueron referenciados en el Informe
sobre desarrollo humano 1999 (PNUD, 1999). Los debates
posteriores permitieron introducir en la Investigación sobre
Desarrollo Humano y Equidad en Cuba 1999, el Índice Territorial
de Desarrollo Humano y Equidad (CIEM, 2000). La última
aplicación de dicho índice fue en el año 2003. La utilización y
perfeccionamiento de dicho índice servirá para el diagnóstico de
las regiones seleccionadas y la evaluación de los logros esperados.
21
Ver: Investigación sobre ciencia, tecnología y desarrollo humano en Cuba
2003. CIEM. P. 161.
29
3 La integración Latino caribeña y los agentes socioeconómicos
de nuevo tipo: Las Empresas de Producción Social Integradas
(EPSI) del ALBA
30
las tecnologías internas y arranca con la solución de los graves
problemas sociales existentes (educación, salud) y de exclusión. Se
sustenta en la participación directa real de los pueblos. El objetivo
del ALBA es el desarrollo socioeconómico de los países
miembros. Así, “la integración para los países de América Latina y
el Caribe se convierte en condición indispensable para aspirar al
desarrollo” 22. En los documentos programáticos del ALBA se
señala que las bases de la misma están en la cooperación y la
complementación de las economía, la solidaridad, la preservación
de la independencia y la identidad nacionales y la eliminación de
las desigualdades sociales para hacer las naciones más justas, más
cultas, más participativas y fomentar la calidad de vida. De esta
manera pudiera concluirse que el ALBA se sustenta en los mismos
principios del proceso de desarrollo que necesitan nuestras
naciones y que se formularan con anterioridad.
El ALBA se distingue por la transformación de la bases
socioeconómicas preexistentes en los países miembros y la
creación de un nuevo sistema empresarial productivo mediante la
ejecución de proyectos que fomentan las Empresas de Producción
Social Integradas (EPSI) del ALBA.
Por su esencia socioeconómica dichas empresas – y con
ello el sistema empresarial ALBA – se sustentan en la propiedad
pública (estatal, cooperativa o mixta existentes o que se creen a
los fines de la integración y se centran en la creación de valores
de uso social, la satisfacción de las necesidades sociales y y no en
el mercado y la maximización de las ganancias. Es un sistema que
persigue la máxima eficiencia privilegiando la complementación
productiva, social, científica- tecnológica y financiera.
El triunfo definitivo del ALBA y el desarrollo que impulsa
vendrá, al demostrar en cuanto a eficacia y nuevos principios, su
superioridad frente a las Empresas Transnacionales y las
22
Ver Acuerdos ALBA en Portal ALBA
<http://www.alternativabolivariana.org/modules.php?name=News&file=article
&sid=4402>
31
Oligarquías Financieras nacionales. El estudio del nuevo sistema
socioeconómico y las nuevas leyes económicas que han de
sustentarlo está por hacer, sabiendo que la investigación debe
concebirse en primer lugar, con un enfoque Transdisciplinar, que
parta de lo global hasta llegar a lo local, vinculándose con las
realidades más concretas en todas las dimensiones del desarrollo,
para luego construir las generalizaciones teóricas que emanen de
los procesos reales de desarrollo y sirvan para explicarlos y
transformarlos.
Conclusiones
32
desarrollo solo puede ser entendido, explicado y superado, explicando
las tendencias regulares y superando las contradicciones de dicho
sistema.
3. Los proyectos social revolucionarios que se encaminan y el proceso
de integración que lo sustenta y facilita, ponen en el centro de atención
a los seres humanos y su entorno, como gestores directos de su destino
y como beneficiarios directos de los resultados del mismo. En dichos
procesos la “superestructura jurídica y política” adquiere un papel
activo en el proceso de transformación y creación de las nuevas bases;
si importante es el acceso al poder político de las nuevas fuerzas
revolucionarias, tanto o más lo es refrendar jurídicamente (nuevas
constituyentes, referéndum, etc.) el nuevo rumbo para consolidarlo.
4. La historia ha demostrado que para acceder al progreso científico y
tecnológico tan añorados y necesarios desde épocas pasadas en la
región, es necesario apropiarse de los medios de producción
fundamentales y de la riqueza en los sectores claves, sin absolutizar
formas sociales apropiación y esquemas caducos de socialización. Los
proyectos de desarrollo e integración se encaminan en tal dirección,
con criterios autóctonos basados en el principio de independencia
nacional, soberanía, equidad y justicia social.
5. Los proyectos de desarrollo y de integración ALBA ponen en el
centro de atención la cultura artística y literaria autóctonas de la región.
Los criterios que deben primar son los valores morales, artísticos y
estéticos del proyecto social que encaminan nuestros pueblos;
legitimado por el público y no por criterios del mercado.
6. Pudiera concluirse que el ALBA se sustenta en los mismos
principios del proceso de desarrollo que necesitan nuestras naciones. El
ALBA se distingue por la transformación de la bases socioeconómicas
preexistentes en los países miembros y la creación de un nuevo sistema
productivo, de distribución (complementación) e intercambio mediante
la ejecución de proyectos que fomentan las Empresas de Producción
Social Integradas (EPSI) del ALBA ( Empresas Gran nacional). Tal
Sistema debe ir cambiando y transformando las relaciones sociales de
producción capitalistas transnacionalizadas basada en el capital y la
maximización de la ganancia.
7. Por su esencia socioeconómica dichas empresas –y con ello el
sistema empresarial ALBA- se sustentan en la propiedad pública
(estatal), cooperativa o mixta existentes o que se creen a los fines de la
integración y se centran en la creación de valores de uso social, la
satisfacción de las necesidades sociales y y no en el mercado y la
maximización de las ganancias. Es un sistema que persigue la máxima
eficiencia privilegiando la complementación productiva, social,
33
científica- tecnológica y financiera.
8. El triunfo definitivo del ALBA y el desarrollo que impulsa vendrá,
al demostrar en cuanto a eficacia y nuevos principios, su superioridad
frente a las Empresas Transnacionales y las Oligarquías Financieras
nacionales. El estudio del nuevo sistema socioeconómico y las nuevas
leyes económicas que han de sustentarlo está por hacer, sabiendo que la
investigación debe concebirse en primer lugar, con un enfoque
Transdisciplinar, que parta de lo global hasta llegar a lo local,
vinculándose con las realidades más concretas en todas las
dimensiones del desarrollo, para luego construir las generalizaciones
teóricas que emanen de los procesos reales de desarrollo y sirvan para
explicarlos y transformarlos.
BIBLIOGRAFÍA
34
A CIDADE COM DESENVOLVIMENTO
HUMANO SUSTENTÁVEL *
Carlos RS Machado **
Jaime García Ruiz ***
Introdução
*
Este trabalho apresenta as referências teóricas e conceituais de um subprojeto
coordenado pelo primeiro autor, inserido no bojo do projeto coordenado pelo
segundo autor. Além disso, o mesmo faz parte de um projeto macro, construído
por um coletivo de pesquisadores brasileiros com um coletivo de professores
cubanos em torno do projeto coordenado pelo prof. Dr. Jaime Ruiz (Cuba) e o
Prof. Dr. Francisco Quintanilha Veras-Neto (Brasil).
**
Professor da Universidade Federal do Rio Grande/FURG e do programa de
Pós-Graduação em Educação Ambiental/PPGEA/FURG; coordenador do grupo
de Pesquisa Política, Natureza e Cidade/CNPq-Brasil, trabalhando com
pesquisa, docência e extensão (Instituto de Educação/FURG), nos seguintes
temas: Políticas Ambientais e Educacionais, Gestão Democrática e Qualidade da
educação/ensino; Cidade Sustentável, participação e democracia sem fim, Henri
Lefebvre, obra, concepções e vivido.
***
Economista, Professor Doutor da Faculdade de Ciência Sociais da
Universidade Central Marta Abreu de Las Villas/UCLV (Cuba) e coordenador
do Projeto Fundamentación para o desarrollo humano sustentable desde la
perspectiva transdisciplinar em América Latina e Caribe-Cuba.
35
Humano Sustentável A Partir De Uma Perspectiva
Transdisciplinar” (Universidade de Las Villas), e o projeto
“Educação e Natureza da Cidade” (Universidade Federal do Rio
Grande), sendo cada projeto coordenado pelos autores acima. O
resultado, em processo de desenvolvimento, foi a inserção do
segundo no primeiro, de pensar o desenvolvimento humano na
cidade e/ou de pensar a cidade com desenvolvimento humano
sustentable. Neste trabalho, apresentamos os aspectos teóricos e
conceituais relacionados aos temas das duas pesquisas, bem como
nossas perspectivas teóricas e utópicas. Ou seja, apresentamos
algumas definições teóricas e conceituais que fundamentam o
projeto de pesquisa que tem o título acima, coordenado pelo
pesquisador brasileiro; e que é parte do projeto maior, coordenado
pelo pesquisador cubano. Na primeira parte, demonstramos
algumas reflexões sobre o contexto macro no qual a cidade e os
investigadores e seus projetos inserem-se; depois, discorremos
sobre a (in) sustentabilidade do modelo de desenvolvimento
hegemônico; da natureza, da teorização sobre a cidade e sobre a
natureza no desenvolvimento humano, e da sustentabilidade da/na
cidade. Por fim, nas considerações relacionamos os
encaminhamentos de nossas pesquisas, articulações e pontos que
deveremos equacionar coletivamente, ao longo dos próximos anos,
rumo à utopia de cada um dos projetos, de ambos e de seus
investigadores.
36
natureza, alterando as relações sociais de produção e de consumo
e, consequentemente, as formas e conteúdos dos paradigmas.
Estes, constituídos nos últimos 200 anos, com o capitalismo e a
modernidade, instituíram a verdade científica, a objetividade, a
racionalidade e a técnica usadas contra e na exploração da natureza
e dos humanos (SANTOS, 1996, 2001; QUIJANO, 2001;
ALIMONDA, 2002; MARTINEZ-ALIEZ, 2007; MACHADO,
at.all, 2009).
Nas últimas décadas, a globalização neoliberal, que se
confunde com a americanização do mundo (PORTO-
GONÇALVES, 2006, 2007), a partir da hegemonia “desbragada”
das grandes corporações empresariais e das elites capitalistas
mundiais incidiu de forma aterradora sobre a(s) natureza(s). A
natureza física é explorada de forma nunca antes observada;
grandes contingentes humanos (consubstanciada nos pobres, nos
trabalhadores, nos excluídos e nos indígenas) ampliaram-se de
forma significativa. O desemprego, a violência, a falta de moradia,
enfim, – a utopia “globalitária” (SANTOS, 2004) – não gerou a
riqueza e a justiça alardeada por seus “pregadores”.
Ao mesmo tempo, percebemos o crescimento das cidades
na última década, que se urbanizam e mundializam, sem que, no
entanto, muitos dos estudos elaborados propiciem indicadores
capazes de sustentar uma teoria sobre a cidade (FREITAG, 2006;
FARIAS, 2002).
No Brasil, por exemplo, entre 1970 e 1980, dos 119 milhões de pessoas
que constituíam sua população total, 80 milhões compunha a população
urbana, o que significava um percentual de 67,7% (SANTOS, 1985).
Dados do IBGE indicam que, em 2000, a população total do Brasil
atingiu a marca de 169.590.693 habitantes. Deste número, a população
urbana perfazia o total de 137.755.550 habitantes, isto é, 81,23% da
população brasileira reside em cidades (CARVALHO, 2008).
37
do “outro mundo possível” apregoado pelos Fóruns Sociais
Mundiais.
Se no nível mais distante temos a globalização, o sistema-
mundo, as instituições e o Estado, esses “condicionam” o local, o
cotidiano e as relações humanas. Todavia, a influência do global
sobre o local\a cidade não é absoluta, havendo contradições,
conflitos, rebeldias e resíduos nesse espaço de mediação entre a
ordem distante e a ordem próxima (LEFEBVRE, 1991). Mas, as
cidades também evidenciam diversas experiências, espaços e
temáticas em disputa, o que torna cristalina uma não
homogeneidade no nível local (ACSRLRAD et all 2006;
CARLOS, 1996).
1
Recentemente o Prof. Dr. Pedro Cunill Grau (Venezuela), na conferência de
encerramento do 12º Encuentro de Geógrafos de América Latina, ao falar sobre
a degradação ambiental na Venezuela quando da colonização española, mostra
que a exploração dos humanos incluía a dos “recursos” minerais, árvores,
plantas, animais, ouro, enfim, a natureza em seus múltiplos aspectos sofreu a
degradação, e muitas sendo extintas no processo de domínio colonial das
potências europeias daquele tempo. (Ver: www.egal2009.com; 07/04/2009,
Hotel Radisson, Montevidéu, Uruguai).
38
com a emergência dos Estados Unidos do Norte, como substituto
dos europeus nesta tarefa. Mas, não imaginemos que os povos que
aqui viviam desenvolviam uma relação “harmoniosa” com a
natureza como nos mostraram Diegues (2004) e Javier Taks e
Guillermo Foladori (2001), ou Broswimmer (2005), ao evidenciar
o “ecocídio” atual, que tem suas raízes anteriores ao sistema
capitalista atual. No entanto, na atualidade com a globalização
neoliberal que “prometia o paraíso” para todos, diríamos que, a
questão central seria o próprio sistema capitalista, ou como diz
Wallerstein (2002), “é o sistema produtor de mercadorias”,
consubstanciado em paradigmas hegemônicos (SANTOS, 1993,
2001; MACHADO, et. alli, 2009).
Mas, as experiências alternativas ao capitalismo, como o
socialismo constituído na experiência da URSS (1917), além de ter
apresentado problemas como burocratização, controle do Estado e
do partido sobre a sociedade, definhamento dos “soviets”, não
avançaram para a “auto-gestão dos produtores associados”. Além
disso, a teoria política da transformação que as explicavam e
justificavam se instituíram, e não deram conta de aspectos da
complexidade humana em suas relações sociais e com a natureza.
Isto levou à institucionalização da teoria, entendido por aqueles,
apenas como “reflexo” das bases econômicas (LEFEBVRE, 1957,
1959, 1968, 1973, 1991). Em decorrência disso, a própria
concepção de desenvolvimento focou apenas no aspecto
econômico, ou no “determinismo” da produção, em seu sentido
restrito, de produção de bens e mercadorias predominou até
recentemente, para citar apenas o caso da agricultura em Cuba
(KOURI, 2003).
39
No debate da esquerda e do marxismo, a questão ambiental,
nas últimas décadas, vem sendo problematizada de forma mais
consistente através da ecologia política (ALIMONDA, 2003) ou de
proposições de um ecossocialismo (LOWY, 2005). Questão que
Perry Anderson (1992), já nos anos 1970, levantava como
emergindo, e gerando parte da “crise do marxismo” e, depois da
“crise desta crise” nos inícios dos anos 1980. No entanto, a crise
da década perdida na América Latina (BELLUZO, 1999), o fim do
socialismo da URSS e no Leste europeu, e a emergência do
“capitalismo de cassino” (SANTOS, 2001) e de “rapina”
(HERRERA, 1994, 2004) levaram-nos ao extremo do
desenvolvimento e crescimento da riqueza para poucos. Portanto,
incluir tais temas (ambiente, o desenvolvimento humano
sustentável, uma cidade com direitos para todos e todas) nas
utopias visando um “outro mundo possível” como propõem os
Fóruns Sociais Mundiais de Porto Alegre, é urgente e parte das
tarefas acadêmico-políticas dos cidadãos envolvidos neste projeto.
2
De um lado, a investigação enquanto processo de trabalho/produção individual
articula-se coletivamente às pesquisas e especificidades de cada projeto e
pesquisador, mas também, é formação na medida em que visamos ao definir os
conceitos, realizar eventos e debates, reuniões e discussões entre os
40
Mais precisamente, identificar o lugar da cidade em sua
relação com seu entorno, é pensar suas relações com o exterior,
seja o regional, o nacional e o mundial; mas, também, pensar seu
interior, enquanto configuração de uma paisagem resultante das
relações políticas, econômicas, ambientais, sociais, etc. através da
história de sua coevolução com a natureza. É na cidade, no local e
nas relações sociais cotidianas que se está produzindo e re-
produzindo o sistema. Mas tal determinação (ou indução) não é
absoluta, e processos coletivos e participativos de decisão que
tenham os humanos como centrais, como desenvolvimento
humano sustentável na cidade, poderão orientar à produção de
alternativas, e assim contribuir para pensarmos um
desenvolvimento humano sustentável para todos e para todas em
todo o mundo. A cidade é o foco deste projeto. E Lefebvre a
concebe como:
41
cidade capitalista, outros, numa cidade socialista, mas ambas em
processos de constituição que decorreram de uma urbanização nas
últimas décadas 3. Diz Ana Fani Carlos (CARLOS, 2004, p.7) que
"a sociedade urbana constitui-se a partir da generalização do
processo de urbanização no mundo" (Idem, 2004, p.11).
No entanto, para avançarmos nesse debate sobre a cidade,
diz Freitag ser necessário pensarmos em teorias da cidade:
não podemos falar de uma ‘teoria da cidade’, ou seja, uma teoria que
valha para todas as cidades que encontramos através da história e nas
mais diversas regiões. Devemos, sim, falar de ‘teorias da cidade’, ou
seja, das várias tentativas de conceituação da cidade como um
fenômeno universal da vida em sociedade (FREITAG, 2006, p. 12).
3
No caso, a cidade de Rio Grande; a cidade de Santa Clara/Cuba, são
totalidades e parte de um país, o qual, por sua vez, insere-se nas relações
internacionais e diplomáticas com muitos países da América Latina e de outros
continentes. E, nesse sentido, ambas são influenciadas, mas, também,
apresentam aspectos singulares, específicos de suas organizações
socioeconômicas e políticas, bem como em seus marcos jurídicos.
42
que “privilegiaram o estudo do espaço, sua ocupação, sua
produção social, sem demonstrar interesse especial pela evolução
histórica da cidade” (idem, p.72). É uma pena que, a edição
brasileira utilizou-se da expressão a construção do espaço, e não,
produção como é o sentido da obra principal do autor sobre esse
tema. 4 Outro autor destacado por Freitag é Milton Santos,
brasileiro, que na mesma linha de Lefebvre (p.130), refere-se ao
direito à cidade mas pensado a partir do “espaço histórico com
bases na experiência colonial, na vivência secular de opressão e na
rebeldia latente dos povos subjugados” (p.138). Focalizando o
território, produziu elementos para “uma teoria do Brasil a partir
do Território” (p.138), mas território entendido como “o nome
político para o espaço de um país”, e desse na sua relação com
espaço internacional (p.139).
Enfim, partindo destes pressupostos, deveríamos pensar
cada cidade em sua particularidade, e, portanto, de sua
organização, história e processo de decisão e participação, bem
como sua relação com a natureza. Mas, pensar implica indicar uma
utopia, e os meios de sua realização. Nesse sentido, diríamos com
Henrique Rattner que “a cidade [...] deve servir ao cidadão como
um modelo de civilização sustentável [...] ancorada nos princípios
de justiça social e autonomia individual” (2001, p.10), e que o
desafio seria “implementar um novo conceito de poder político
comunitário local” (idem, p.10), o qual se relacionaria a um novo
paradigma de gestão urbana focada na participação, na democracia
participativa, e como elementos da democracia sem fim
(SANTOS, 1998).
Henri Acselrad (2001), no entanto, lembra que a própria
cidade e seu futuro estão sendo disputados pelos organismos
internacionais, através de financiamento em infraestrutura pela
4
Refiro-me ao livro A produção do espaço (1974), pois Lefebvre discute nesse,
e em textos anteriores, o conceito de produção com dois sentidos: um mais
restrito, produção de coisas, mercadorias, bens, enfim; e outro mais amplo, que
englobaria a produção de obras, do pensamento, das cidades, de tudo.
43
“melhoria da qualidade ambiental na vida urbana” (p. 22). Tais
políticas orientar-se-iam por um “pensamento único urbano”, por
uma cidade do “ambiente único – o ambiente dos negócios” (p.
22) 5 .Por outro lado, desde a “ótica dos movimentos sociais [...] há
diferentes ambientes e diversos riscos para os atores sociais da
cidade”; é necessário pensarmos “um novo modelo de
desenvolvimento urbano, baseado nos princípios da
democratização dos territórios, do combate à segregação
socioespacial, na defesa do acesso aos serviços urbanos e na
superação da desigualdade manifesta também nas condições de
exposição aos riscos urbanos” (p. 23). Até porque, a crise social
nas cidades, que se apresenta, tem suas raízes fora de suas
fronteiras (ACSELRAD, 2001, p. 23). Diante disso, propõe:
5
A cidade do Rio Grande está assinando com o Banco Mundial, com anuência
do BNDS e do governo federal brasileiro, um empréstimo no qual a questão da
infraestrutura, da paisagem, etc. são focais do projeto que o sustenta.
44
1998, 2001, 2007) perpassando todas as relações sociais, educativas e
com a natureza poderia ser uma utopia articuladora das ações destes
pesquisadores-cidadãos e educadores ativos e rebeldes. Além de
inconformados com as condições de miséria, exclusão e de exploração
de nosso povo desde há 500 anos (MACHADO, SOLER, DE PAULA,
NETO, 2008).
45
generalizado. Enquanto some de particularidades exteriores, umas em
relação às outras, dispersas pelo espaço, a natureza morre. Ela dá lugar
ao espaço produzido: o urbano definido como ajuntamento e encontros,
como simultaneidade (centralidade) de tudo o que existe socialmente;
esta naturalidade segunda e apropriada pode fracassar; é um aspecto da
hipótese estratégica (LEFEBVRE, 1973: 15).
46
[...] a criação de espaços e instituições participativas que ampliaram a
gestão democrática nas escolas municipais. [...] não avançaram de
modo a ocupar todas as potencialidades abertas pelas próprias políticas
que desenvolveram. [...] como obra política educativa dos agentes
[envolvidos] (MACHADO, 2005, p. 28).
47
(poderíamos dizer empoderamento) dos agentes envolvidos nessas
atividades (MACHADO, 2009).
48
natureza. 6 Devemos inferir, então, que a ciência e a tecnologia são
muito mais do que objetos materiais (volume e eficácia dos meios
de produção). Ambas acumulam a destreza do trabalhador,
costumes e cultura, “progresso da ciência e sua aplicação”,
conhecimentos, experiências e tradições que vão se transferindo de
geração em geração (Fundamentación...CAPES-MES, 2009).
Nesse sentido, as três naturezas e suas relações (a natureza física, a
natureza humana e a natureza produzida no decorrer das relações
entre as duas primeiras) devem ser incluídas nessas valorizações e
como perspectivas teóricas deste debate e projeto (MACHADO,
2008, 2009).
Isto porque, a ciência e a tecnologia, produto direto da
engenhosidade humana, em sua relação de criação com os
elementos da natureza primeira, devem ser postas definitivamente
a serviço dos seres humanos, de tal maneira que se minimizem
seus custos econômicos, sociais, culturais e outros de sua vida em
sociedade. Ainda mais, destacamos que a natureza/meio ambiente
deve ser destacada em sua relação com os processos produtivos
tanto culturais como educacionais neste projeto. A atenção deve
atentar que “el progreso científico y tecnológico no puede
constituir un fin en si mismo, sino un medio para promover el
desarrollo humano equitativo de la sociedad” 7 e uma relação de
utilidade, mas de preservação para as gerações futuras do meio
ambiente (Fundamentación...CAPES-MES, 2009). O estudo da
história mostra-nos que para acessar ao progresso científico e
tecnológico tão sonhados e necessários desde épocas passadas na
região, é preciso se apropriar dos meios de produção fundamentais
e da riqueza em setores chaves/estratégicos, mas sem absolutizar
formas sociais de esquemas de socialização. Mas, como tem
6
É preciso recordar que Karl Marx define a produção da seguinte forma: “Toda
producción es apropiación de la naturaleza por los individuos, en el interior y
por medio de una determinada forma de sociedad.” Carlos Marx. Contribución a
la crítica de la Economía Política. Op. Cit., p. 241.
7
Investigación sobre ciencia, tecnología y desarrollo humano en Cuba, 2003. p. 19.
49
mostrado a história ambiental da região ou dos estudos da
paisagem cultural, o ambiente/a natureza não tem sido destacada
em suas relações com tais processos produtivos (CASTRO
HERRERA, 1994, 2004, ILE, 2004, PADUA, 2008).
Os seres humanos e o meio conformam um sistema único
integrado, no qual os humanos entram em determinadas relações
sociais ao apropriarem-se da natureza, e na qual atuam sobre a
sociedade. Portanto, os seres humanos e as relações que originam,
não são um elemento isolado na sua relação com a natureza e esta
não pode ser tratada num sentido estritamente naturalista e
separada. Do que se trata então é de estabelecer um enfoque e
soluções humanistas aos problemas que surgem das relações entre
os homens em seus vínculos com a natureza
(Fundamentación...CAPES-MES, 2009).
Antonio Manuel Nunes Castelou (2004), ao estudar a
relação da cidade e Natureza, relacionou alguns aspectos
interessantes para nosso estudo, ao ter
50
paixões e demais atitudes humanas eram também comportamentos
comuns aos elementos da natureza, percebidos em todos os fenômenos
naturais.
51
apropria-se dos recursos; e a apresentação da poluição como
“democrática”, não propensa a fazer distinções de classe” (LIMA,
2009, p. 20). Nessa concepção busca-se a “internalização dos
problemas ambientais, com “ênfase à adaptação tecnológica, à
celebração da economia de mercado, à crença na colaboração e
no consenso” (BLOWERS, 1997 citado por ACSSELRAD, 2005,
in LIMA, p. 21). Em contraposição, a razão cultural parte da
“interrogação sobre os fins pelos quais a sociedade apropria-se dos
recursos”, e das distribuições desses na sociedade, que é desigual,
para ancorar-se numa “justiça ambiental” (LIMA, 2009, p.21).
Portanto, para além dos consensos propostos pelos
Organismos Internacionais e o pensamento hegemônico, há
diferentes concepções de desenvolvimento sustentável. Porto -
Gonçalves (2002) afirma que devemos pensar no “sustentável
como prática que se feita por um, pode ser feita por todos, [noção]
que pressupõe a crítica ao modelo societário atual de
desigualdade” (in. LIMA, 2009, p. 26).
O significado atribuído ao termo “desenvolvimento
sustentável” é resultado de um acordo, que do mesmo modo que
pressupõe uma ideologia e deriva de um espaço histórico-cultural,
prevê determinadas práticas para atingir este estado de organização
social em que a crise ambiental estaria solucionada – uma destas
práticas é o gerenciamento racional dos recursos e outra é a
harmonização das atividades setoriais. Desse modo, pode se
reconhecer o desenvolvimento sustentável em sua formulação
oficial, como meta, implica em acordar com os pressupostos sobre
os quais ele se construiu (LIMA, 2009, p. 22). Por fim, partimos da
ideia de que
52
desenvolvimento, de um lado, é aquele que coloca no centro de sua
atenção os seres humanos e seu entorno, como gestores diretos de seu
destino e, por outro, como beneficiários diretos dos seus resultados
(Fundamentación...CAPES-MÊS, 2009, p. 10).
Considerações finais
53
dois eixos restantes, e tem como objetivo intercambiar estudos e
reflexões sobre os fundamentos do Projeto Macro Cubano, com
relação as atividades e as ações desenvolvidas no Brasil e em
regiões da província de Villa Clara. Estará sob responsabilidade do
coordenador no Brasil, Dr. Francisco Quintanilha Véras Neto, e de
Cuba, Dr. Jaime García Ruiz, com o apoio de subcoordenadores de
cada subprojeto (Carlos R S Machado, Iván Santos, Eder Dion de
Paula Costa, Pablo René Estevéz) e também contará com a
participação e protagonismo dos membros das respectivas equipes.
2 A Cidade Sustentável: história, paisagem, poder
popular e estruturas de gestão das políticas públicas da e na
cidade (Rio Grande e Santa Clara). Estão previstos dois
subprojetos articulando os temas selecionados e as investigações e
estudos em desenvolvimento, tendo dois coordenadores, um em
cada país: no Brasil, Dr. Carlos R S Machado e em Cuba, Dr. Iván
Santos. Para tanto, em janeiro de 2009 elaborou-se um plano de
trabalho, e plano de atividades, pelos Prof. Dr. Carlos RS Machado
junto com o Prof. Dr. Iván Santos e os Profs. Msc. Gerardo
Iglesias e José Cebey. Além disto, estão inseridas as dissertações
de mestrado de Daiane Gautério, Antonio C P Soler e a monografia
de Diego Cipriano, bem como os estudos realizados por Carlos R
S Machado em Porto Alegre e Rio Grande, como bases de
sustentação deste subprojeto. O segundo subprojeto será um curso
de formação na modalidade Especialização em Ecologia Política,
semi-presencial (Ensino a Distância - EAD-on line), via
Universidade Aberta do Brasil (UAB-FURG), coordenado pelo
Prof. Carlos RS Machado e Msc. Eugênia Dias, para o Brasil, num
primeiro momento.
3 O desenvolvimento humano sustentável nos espaços
do vivido e da produção: relações socioeconômicas, economia
solidária e cooperativismo.
54
Dr. Eder Dion de Paula Costa e Antonio C P Soler; e de
“Incubação da Rede de Comercialização da Pesca Artesanal no Sul
do Rio Grande do Sul” (Projeto Rede/NUDESE), coordenado por
Msc. Paulo Opuska, bem com sua tese de doutorado (FURG-
UFPr). Pretende ampliar e aprofundar estudos conceituais/teóricos
sobre os temas destes projetos de extensão, em sua relação e
intercâmbio com os que se desenvolvem em Villa Clara. Nesta
província e na cidade de Santa Clara, terão o apoio dos projetos do
Grupo de Estudios sobre Desarrollo Rural y Cooperativismo
(GEDERCO), coordenado pela Dra. Grizel Donéstevez Sánchez.
O segundo subprojeto visará a “Sustentabilidade Eco-Estética na
Educação Escolar da Cidade”, coordenado pelo Prof. Dr. Pablo
René Estévez, por hora desenvolvido com o apoio de vereadores
da cidade de Rio Grande e de outras entidades municipais. Em
2010, se desenvolverá em Cuba (Santa Clara), em escolas
municipais e outros espaços através do apoio da Fundación Samuel
Feijó (Santa Clara), responsável no Ministério da Cultura por
assessorar as instituições escolares e professores nesta temática.
REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
55
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Sustentabilidad en el Siglo XXI. Cuba: Editorial José Martí, 1999.
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57
58
ASPECTOS EMERGENTES PARA/DA CIDADE
SUSTENTÁVEL: A NATUREZA, A EDUCAÇÃO, A
JUSTIÇA E A ECONOMIA POPULAR E SOLIDÁRIA
Carlos RS Machado *
Eder Dion de Paula Costa **
Francisco Quintanilha Véras Neto***
Antônio Carlos Porciúncula Soler ****
Introdução
*
Professor do Programa de Pós-Graduação em Educação Ambiental da
Universidade Federal de Rio Grande (FURG), coordenador e membro do grupo
de pesquisa GPNC (Grupo de Pesquisa Política, Natureza e Cidade –
karlmac@ig.com.br.
**
Professor de Direito da FURG, membro fundador do GTJUS (Grupo
Transdisciplinar de Pesquisa Para a Sustentabilidade Jurídica), Coordenador do
Projeto Agricultura Ecológica Urbana e Peri-Urbana e da INTECOOP
(Incubadora de Cooperativas), ambos ligados ao Núcleo de Desenvolvimento
Social e Econômico (NUDESE), da Pró-Reitoria de Extensão da FURG –
ederdion@yahoo.com.br.
***
Professor de Direito e do Programa de Pós-Graduação em Educação
Ambiental da FURG, líder do GTJUS – quintaveras@yahoo.com.br.
****
Professor de Direito Ambiental, Coordenador Institucional do Centro de
Estudos Ambientais (CEA), membro fundador do GTJUS, Coordenador do
Projeto Agricultura Ecológica Urbana e Peri-Urbana (NUDESE), discente no
Programa de Pós-Graduação em Educação Ambiental da FURG –
acpsoler@gmail.com.
59
reuniões entre os pesquisadores, geramos um projeto de pesquisa a
ser desenvolvido de 2007-2009, que deverá culminar na criação de
um observatório na/da cidade em Rio Grande/FURG. Isto porque,
partimos da conclusão de que a cidade é estratégica no sistema-
mundo capitalista, como espaço de transformação e superação do
sistema produtor de mercadorias e de suas relações sociais e com a
natureza. E diante disso urge a articulação da pesquisa, da ação
política e cidadã, em todos os espaços sociais de superação de tal
realidade em nossas cidades e relações.
Neste sentido, a produção de uma cidade sustentável, na
sua relação com a natureza e na produção dos meios necessários à
vida, resultantes de um processo de efetivação de uma democracia
sem fim e de alta intensidade (SANTOS, 1998, 2001, 2007),
perpassando todas as relações sociais, educativas e com a natureza
poderia ser uma utopia articuladora das ações desses
pesquisadores-cidadãos e educadores ativos e rebeldes. Além de
inconformados com as condições de miséria, exclusão e de
exploração de nosso povo há 500 anos.
Argumentaremos nas partes seguintes do por que ser a
cidade estratégica, bem como sobre alguns aspectos importantes de
tal estratégia na cidade e dos fundamentos teóricos ao estudo da/na
cidade. Ao final apresentaremos algumas conclusões provisórias
sobre a temática desenvolvida.
60
agem, mas também daqueles que nela apenas habitam. Neste 1
1
Diferenciaríamos os seres humanos que vivem na cidade como cidadãos
(ativos, os quais podem ser divididos entre aqueles que desenvolvem ações
rebeldes e aqueles que desenvolvem ações conformistas) e
moradores/habitantes. Estes são como árvores, pedras, animais, pois apenas
vivem, comem, dormem e fazem sexo, além é claro, de serem “mão de obra” do
sistema. Tais definições e/ou separações inspiram-se em Boaventura de Sousa
Santos (2001, 2007).
2
A sustentabilidade ecoestética é tema de estudos do prof. Dr Pablo René
Estevez, autor de artigo deste livro intitulado “Lo Estético En La Naturaleza
Humana”.
61
economia mundial. O velho colonialismo foi superado e a dependência
afirmou-se de maneira completa revelando que as elites são
historicamente incapazes de romper o círculo de ferro que determina a
exploração e a alienação de milhões de seres humanos em nosso
continente. A dependência transformou-se na única mercadoria que
constantemente se renova em negociatas intermináveis no mercado
mundial (OURIQUES e RAMPINELLI, 2000, p. 9).
62
o lugar da cidade, e de forma crítica buscar elementos à sua
inclusão de forma diferente nas estratégias futuras. Por quê?
Levantaremos uma hipótese.
As estratégias de transformação social ao longo do século
XX, sempre tiveram o local como parte da estratégia final, e não
também, como momento de iniciar-se a efetivação nesta das
utopias propostas ao nacional e ao mundial. Mas, concretamente,
diríamos que as lutas dos trabalhadores, dos socialistas e dos
comunistas, sempre tiveram o espaço nacional como ponto de
partida para as transformações mundiais, e que se não superarmos
o modo de produção de mercadorias não haverá futuro para a
humanidade.
E foi assim na URSS (1917) e em Cuba (1959), por
exemplo, ou seja, os processos revolucionários desenvolveram-se
em diferentes lugares no interior até chegar ao nacional. Para
ampliarmos um pouco, também podemos citar o caso de Portugal e
de suas cidades que, inserem-se na crise do “colonialismo
português” e da ditadura militar nos anos 1973-74 através da
Revolução dos Cravos (1973-74) (Secco, 2006); o caso, da
Venezuela, também é sui generis visto desenvolver-se a partir de
uma ação militar (grupo de militares) que é derrotada, e seus
líderes junto com a crise da dominação e com a organização
popular, derrotam eleitoralmente as classes dominantes, e dizem
caminhar para o socialismo.
Nos primeiros processos revolucionários (URSS e CUBA,
por exemplo), o local era parte da transformação do nacional, parte
do momento da transformação do todo e a ocupação de espaços e
de instituições (sindicatos, associações de moradores, partidos,
entidades estudantis, etc.) como momentos de acúmulo de forças à
transformação nacional. Ao chegar neste, leia-se ao "estado
central" iniciavam-se as transformações pela estatização dos meios
de produção, os quais deveriam produzir novas relações,
mentalidade, valores, etc.
No entanto, a história do socialismo mostra que
predominou a estatização dos meios de produção, e não sua
63
socialização, e menos produção de novas relações sociais, de
valores, ideologias, etc. ou, procedimentos rumo ao fim do estado
e a autogestão generalizada da sociedade. Já o ocorrido, nos anos
70 em Portugal e, mais recentemente, na Venezuela, evidencia
estratégias ou movimentos diferentes dos citados acima. A cidade
nessas diferentes situações e processos históricos certamente
vivenciou-os, também, de forma diferente.
3
Um subgrupo dos pesquisadores desenvolverá estudos sobre a questão
ambiental e a justiça sustentável no espaço da cidade.
4
O CEA é a primeira ONG da região Sul, fundada oficialmente em 1983, em
Rio Grande, atualmente com foco de abrangência regional.
64
devemos pensar e desenvolver as bases econômico-sociais e de
produção dos meios necessários à vida na cidade numa perspectiva
alternativa. Nesse caso, seguimos as contribuições da economia
popular e solidária, da qual diz Tedesco (2001, p. 11) “as ações de
colaboração solidária, tendo a cooperação, a integração e a
democratização nas decisões, nos lucros e no saber, dão-se nas
esferas locais, regionais, nacionais e mundiais; abarcam horizontes
econômicos políticos e culturais” (TEDESCO, 2001, p. 17).
5
O NUDESE/PROEXT/FURG, desenvolve pesquisas e atividades de extensão
relacionadas a esta temática.
65
produtividade tem sido acompanhada por uma constante concentração
de riqueza e renda, resultando em crescentes desigualdades sociais,
miséria e, principalmente, exclusão (p. 1).
66
determinados aspectos. No entanto, se de um lado situamos a
cidade, de forma explícita, no contexto do capitalismo global
constituído nas últimas décadas, de outro, buscamos perceber as
potencialidades de cada cidade em sua particularidade, articulações
e em relação aos temas concretos de nossos estudos e reflexões.
Além disso, como buscamos diferentes cidades (capitalista, em
transição e socialista) outros aspectos emergem como
diferenciador dos aspectos estudados pelos pesquisadores acima.
Sendo assim, partimos, inicialmente, das reflexões de Henri
Lefebvre (1901-1991), que entre os anos 1960-975, desenvolveu
estudos sobre a cidade 6 em decorrência das transformações e de
mudanças que ocorriam na região em que tinha vivido em criança
(LEFEBVRE, 1975, p. 226). Em 1968, no primeiro livro (1989),
ao se referir ao direito à cidade menciona que esse “manifesta-se
como forma superior dos direitos: direito à liberdade, à
individualização na socialização, ao habitat e ao habitar. O direito
à obra (à atividade participante) e o direito à apropriação (bem
distinto à propriedade) estão implicados no direito à cidade”
(LEFEBVRE, 1969, p. 124).
Outros direitos deveriam se tornar reais aos cidadãos pela
superação da realidade atual ao entrarem para a prática social
como o "direito ao trabalho, à instrução, à educação, à saúde, à
habitação, aos lazeres, à vida" (LEFEBVRE, 1969, p. 131). Noutra
obra, intitulada em português como A cidade do Capital (1973),
ele sistematiza obras de Marx e Engels destacando o lugar e os
processos de constituição das cidades ao longo dos processos
históricos e na emergência do capitalismo. E numa obra chamada
A Produção do Espaço (1974), desenvolve aspectos relacionados a
transformações da natureza do/no espaço da cidade, articulando-as
6
São seis livros: Le droit à la ville (1968), Du rural à l'urbain (1970), La
révolution urbaine (1970), La pensée marxiste el la ville (1972), Espace et
politique, second volume du Droit à la ville (1973), en enfin, sorte de
couronnement du tout, La production de l'espace (1974) (HESS, 2000, p. IX).
Estes livros e contribuições serão estudadas/desenvolvidas no primeiro ano, por
subgrupo desta pesquisa.
67
com o processo de produção das relações sociais e o capitalismo.
Portanto, tendo tais questões sobre a cidade (no caso, do
conjunto dos cidadãos) e dos diferentes temas que pretendemos
desenvolver nesta pesquisa, podemos contribuir na
problematização da cidade existente – a cidade capitalista, a cidade
em transição e a cidade socialista – visando com isso relacionar
aspectos à produção da cidade sustentável enquanto utopia
acadêmica e dos pesquisadores envolvidos neste empreendimento.
Considerações finais
68
produção/criação de nossa cidade como sustentável e socialista.
Enfim, afirmaríamos que, a atividade de extensão foi a
possibilitadora da “sinergia” entre os participantes e organizadores,
ao gerar o que em decorrência do mesmo produzimos em seguida.
Este livro e as informações e reflexões nele presentes é um
exemplo disso.
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69
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Madri/Espanha: Ediciones AKAL S.A, 1999b.
70
CONSCIENTIZAÇÃO AMBIENTAL E LEGITIMIDADE
DA POLÍTICA AMBIENTAL
Francisco Quintanilha Véras Neto
Benilson Borinelli
Introdução
1
Trata-se da dissertação de mestrado “Um Fracasso Necessário: Política
Ambiental em Santa Catarina e Debilidade Institucional (1975-1991)”,
defendida pelo segundo autor, em 1998 no Programa de Pós-Graduação em
Administração da Universidade Federal de Santa Catarina.
71
A análise da debilidade institucional na pesquisa original
teve como um de seus objetivos específicos a identificação dos
principais mecanismos e condicionantes que contribuíram para a
manutenção da legitimidade da política ambiental estadual. Foi
neste ponto que nos ocupamos com o estudo da conscientização
ambiental promovida pelo governo catarinense, seu contexto e
função política. Em especial, com o Governo de Jorge Konder
Bornhausen e Henrique Córdova (Aliança Renovadora Nacional -
ARENA/Partido Democrático Social - PDS), de 1979 a 1983, que
este objetivo demonstrou-se mais saliente. Sucedendo seu primo,
Antonio Carlos Konder Reis, Jorge Konder Bornhausen foi o
último governador indicado pelo Governo Federal e eleito
indiretamente em Santa Catarina antes do retorno das eleições
diretas em 1982. Este governador dava continuidade às relações de
ascensão sobre a administração pública dos interesses da quase
totalidade do grande empresariado do estado, aglutinados em torno
do partido governista, o Partido Democrático Social – PDS. Um
dos principais traços desse governo foi uso intenso e estratégico da
máquina pública para fins eleitorais, visando a permanência das
forças políticas tradicionais no poder, elegendo Esperidião Amin
Helou Filho, e derrotando o candidato do Movimento Democrático
Brasileiro – MDB. Este partido já comandava no início dos anos
1980 quase todas as principais cidades do estado.
Os condicionantes deste contexto político preparatório da
abertura política e a eclosão da questão ambiental no país e no
mundo, no início da década de 1980, potencializaram a politização
dos problemas ambientais e, portanto, acentuaram as exigências
por respostas estatais mais consistentes. O crescente volume de
denúncias de novos e tradicionais movimentos, e a reduzida
disposição de recursos institucionais logo evidenciou não só uma
crise ambiental no estado, como a existência de um órgão
ambiental sem possibilidade de resolvê-la. Por sua vez, a relativa e
difusa expressão política dessas crises deram uma identidade
funcional à FATMA na gestão de demandas políticas divergentes.
A FATMA, várias vezes ameaçada de extinção neste governo
72
diante de sua inoperância, passou a ter sua existência assegurada,
porém para administrar a crise ambiental e não solucioná-la. É
nesse cenário que o governo catarinense começa a intervir num
espaço de quase uso privado e que busca garantir sua legitimidade,
mobilizando um conjunto de instrumentos, entre outros, a
conscientização ambiental.
73
marcada pela fragmentação, ou seja, as questões ambientais não
eram vistas dentro de uma totalidade e estavam desconectadas, as
partes estavam isoladas do todo. A natureza era um objeto, um bem
econômico, e como não havia uma visão mais ampla do meio
ambiente, a natureza era vista como algo posto, que devia ser
dominado a favor do homem, que não fazia parte desta última.
Nas décadas seguintes surgem mudanças na percepção da
questão ecológica, que fazem surgir outro modelo legal orientado
pelo ambientalismo e baseado em uma visão holística, ou seja, que
vê os problemas ambientais dentro de um contexto, de uma
totalidade caracterizada, pela interdependência ecossistêmica, tema
ampliado pelas teorias da complexidade e visão ecossistêmicas que
hoje são reavaliadas e reintegradas por autores como Loureiro a
uma crítica mais ampla conjugada ao plano da dialética marxista,
que compreende a totalidade sistêmica dentro de um cenário de
contextualização sócio-histórica situada no desenvolvimento da
sociedade capitalista (LOUREIRO; VIEGAS, 2008).
A conscientização da crise ambiental torna-se mais nítida no
imaginário social estético expressivo do próprio movimento
ecológico a partir da reinvenção dos valores ambientais, agora
legitimados por uma série de eventos que têm como marcos
significativos de posicionamento da luta pela conscientização verde:
74
ditadura militar a adotar algum posicionamento em relação a
questão ambiental. Nos anos do Milagre econômico 2, o governo
teria convidado os poluidores para investirem no país em plena
conferência de Estocolmo realizada em 1972:
2
O milagre econômico é o jargão que intitulava o crescimento econômico
“extraordinário” ocorrido especialmente no governo Médici, dando a entender
que o Brasil logo seria uma potência líder se continuasse seguindo o modelo
econômico proposto pela ditadura. O crescimento econômico estava ligado
especialmente a internacionalização da economia brasileira, com a entrada de
grandes multinacionais no país. Para que tal processo pudesse ser efetivado
foram despendidos grandes recursos na infraestrutura, com a realização de
grandes obras, muitas delas faraônicas, algumas exitosas como Itaipu e outras
condenadas ao fracasso como a Transamazônica. O crescimento econômico foi
logo bombardeado pela crise do petróleo de 1973, ocasionando uma maior
dependência do país das potências internacionais, além de concentração de
riqueza, achatamento salarial e desnacionalização do parque industrial.
75
pela sociedade industrial tem provocado desequilíbrios sociais e
ambientais que integram a agenda política internacional das
últimas décadas (MARTINEZ, 2006, p. 53):
76
fenômeno político da debilidade institucional da política
ambiental, cujas determinantes primeiras originam-se na
contradição central do Estado na regulação da apropriação dos
recursos naturais; qual seja, de ter que restringir o livre uso desses
recursos em nome da segurança ambiental e, ao mesmo tempo,
depender política e economicamente da apropriação dos recursos
naturais nos moldes capitalistas.
A legitimação ideológica deste modelo atenderá aos limites
da reprodução capitalista periférica ditada pelas oligarquias
internacionais multilaterais, nacionais e regionais que no novo
ambiente partidário da democratização conduzirão as questões
ambientais dentro dos limites de reprodução da desigualdade da
sociedade capitalista brasileira. O foco aqui se dirige
especificamente ao plano da dinâmica regional catarinense e da
sua organização institucional voltada para a filtragem da questão
ambiental por interesses limitadores do alcance das demandas
ambientais, fixadas pela legitimidade da reprodução de formas de
conscientização ambiental compatíveis com a reprodução do
sistema capitalista. Daí ser a legitimação de uma das principais
funções das instituições para aproximar esses extremos que
constituem a política ambiental contemporânea.
O primeiro passo para a criação desta visão holística
ecossistêmica na legislação ambiental brasileira ocorreu após a
extinção da Secretaria Especial do Meio Ambiente - SEMA qu e
havia sido criada em 1973, durante o governo militar. De acordo
com Soler (1996), esta Secretaria do período militar estava
orientada para a conservação do meio ambiente e ao uso racional
dos recursos naturais. Assim o governo poderia levar adiante o
projeto da industrialização brasileira, desconsiderando seu custo
ambiental, concomitantemente à criação da SEMA, fato que
combateria determinadas pressões ambientais que emanavam do
cenário internacional (SOLER: 1996).
Após a extinção desta Secretaria, criada no regime militar
apenas para legitimar a falta de preocupações ambientais daquele
regime, garante-se a transição da legislação ambiental para a etapa
77
holística que passa a se consolidar paulatinamente no plano das
leis. Isto a partir do marco estabelecido pela Lei nº 6.938/81 criada
ainda no período militar e que inicia a visão de uma legislação
ambiental holística, voltada para a compreensão ampla da questão
ambiental e que posteriormente se sedimentará na Constituição do
período democrático promulgada em 1988 (SOLER, 1996).
Portanto a visão ecossistêmica e holística baseada na
conexão entre o local e o global, ou seja, na interdependência e
conexão em rede dos ecossistemas e da sociedade humana, foi
contemplada nestas duas leis da década de 80.
No contexto de um cenário nacional pressionado por uma
conjuntura em que ascendia a preocupação ambiental na agenda
pública internacional produziu importantes reflexos no Brasil e em
Santa Catarina, os quais desencadearam um conjunto de ações. Por
um lado, essas ações sinalizavam avanços na inclusão da questão
ambiental na agenda púbica, mas, por outro, apontavam para a
inviabilidade das mesmas. A importância assumida pelo controle
da poluição, em especial a industrial hídrica, entre as ações da
FATMA, indicava que não era mais possível ignorar os graves e
conflituosos problemas ambientais, sendo necessário, portanto,
uma nova estratégia para o momento eleitoral e de abertura
democrática em marcha. Medidas cosméticas e reativas como a
alardeada aprovação da primeira legislação ambiental do estado, a
Lei n 5.793 de 05/06/1981, que buscava sobretudo a constituição
de um sistema de controle da poluição industrial; a neutralização
do Conselho Estadual de Tecnologia e Meio Ambiente; a
instalação tardia de unidades da FATMA no interior do estado -
foco dos maiores desequilíbrios ambientais - em plena campanha
eleitoral; a proposição de Comissões Municipais de Defesa do
Meio Ambiente para canalizar e padronizar as ações locais. É no
interior deste processo que surgem as primeiras iniciativas estatais
de conscientização ambiental, aqui entendidas como ações de
caráter legitimador e compensador dos déficits, do restrito espaço
de poder da política ambiental estadual.
Um restrito espaço de poder está geralmente associado a uma
78
situação de crise institucional. Pode-se afirmar que um órgão público
está em crise institucional “quando uma dada condição social estável
e auto-sustentada deixa de poder garantir os pressupostos que
asseguram sua reprodução.” (SANTOS, 1995, p. 190).
Contudo, a crise institucional não indica necessariamente o
seu fim, pois as instituições podem sobreviver com um mínimo de
consentimento social ou de legitimidade. A compreensão deste
conceito é muito importante, pois permite uma avaliação dos
mecanismos e condições para administrar o nível de legitimidade
institucional perante os diferentes segmentos sociais. O conceito
de legitimidade, em um sentido geral, é compreendido como o
consentimento de quem obedece sobre quem manda, portanto, um
importante teste político para os governos e para o Estado na
relação com suas demandas. “A legitimidade é o principal atributo
do estado social, como consenso acerca dos critérios qualitativos
que orientam sua intervenção, pautado nos resultados.”
(MARTINS, 1996, p. 143). Assim, os resultados da política
pública não precisam necessariamente corresponder aos preceitos
legais. Mas pelo caráter contraditório e dinâmico do Estado e
sociedade capitalistas, a política pública pode alcançar uma
relativa e precária legitimidade invertendo totalmente sua ação,
sujeitando-a apenas, em casos extremos, ao consenso na base
social (OFFE, 1984).
Offe, quando se refere às estratégias da política pública
para “descarregar” o excesso de demandas que comprometem sua
legitimidade, afirma que a crise das instituições políticas tende a se
manifestar quando o desacordo entre os motivos das instituições e
suas funções objetivas resultam de uma expansão dos conflitos. No
caso desta pesquisa, as discordâncias entre as funções inerentes à
política ambiental configuradas na FATMA. Em resposta a esses
conflitos, as instituições desenvolvem mecanismos de defesa que
se originam da combinação de estratégias de a) redução da
probabilidade da emergência de conflitos ou b) a redução do
impacto de suas manifestações (OFFE, 1984, p. 170).
É a partir dessa perspectiva que analisaremos as primeiras
79
iniciativas de conscientização ambiental do Estado catarinense em
suas múltiplas interfaces com a legitimação da política ambiental
e, consequentemente, dos governos. Por certo, com tal perspectiva
não pretendemos esgotar as possibilidades analíticas da questão,
mas dentro do espírito exploratório deste trabalho, demarcar
importantes balizas e relações para pensar a dimensão política e
ideológica da conscientização ambiental, aqui também pensada
como um elemento privilegiado da educação ambiental.
80
justificar a existência institucional da política ambiental ao ocultar
e amenizar os conflitos inerentes à apropriação contraditória de
recursos naturais vigentes nas sociedades de mercado.
Na proposta do governo, conscientizar no campo ambiental
consistia em promover e desenvolver programas educativos e
informativos que concorressem para “uma melhor compreensão
social dos problemas ambientais, o uso adequado dos recursos
naturais e a participação efetiva de toda a comunidade no processo
de controle e do meio ambiente (...) [as palestras tinham como
preocupação básica] a descentralização dos conhecimentos acerca
do manejo dos recursos naturais e a formação de estruturas
mentais voltadas para aspectos de conservação, preservação e
melhoria da qualidade de vida, a partir da mudança de
comportamento (...)”. (FATMA, 1982, p. 23 e 25).
Um conjunto de ações do período analisado pode
enquadrar-se nesse esforço: a) criação de premiações e títulos
honoríficos às pessoas e entidades que se projetaram em atividades
relacionadas com o meio ambiente, com destaque para a primeira
edição do Troféu Fritz Müller 3; b) edição e publicação de obras de
pesquisadores autônomos; c) distribuição de mudas de plantas e
árvores, cartilhas e camisetas; d) acordos com a Secretaria de
Educação, visando a elaboração de projetos específicos como
cartilhas e programas; e) campanhas publicitárias; f) outros
eventos, como passeios ecológicos e palestras.
Dividiremos esta análise em dois momentos relevantes e
inter-relacionados, o primeiro que trata dos atrativos operacionais
da opção pela conscientização ambiental, e o segundo, em que se
apresenta a relação entre a necessidade da conscientização
ambiental e o seu conteúdo para a produção de legitimidade da
política ambiental.
Em primeiro lugar, as atividades entendidas como de
3
Controvertido naturalista e pesquisador alemão que viveu em Santa Catarina
entre 1852 e 1897, internacionalmente conhecido por suas contribuições à teoria
evolucionista de Charles Darwin.
81
conscientização ambiental costumam ser de baixo custo e ter
impacto positivo sobre a opinião pública. O custo reduzido
geralmente se deve tanto à própria dimensão dos eventos quanto à
possibilidade de uso de recursos externos, como na distribuição de
mudas e árvores à população ou em acordos e convênios com
outros órgãos públicos, por exemplo, com a Secretaria da
Educação na elaboração de cartilhas e de programas específicos.
Igualmente, o abalo orçamentário de oferecer troféus e prêmios a
pessoas e entidades que se destacam na área do meio ambiente, e
campanhas publicitárias esporádicas como formas de
contrabalançar os desgastes divulgados na mídia são infinitamente
inferiores aos investimentos necessários a uma política ambiental
consequente.
Geralmente, com uma pontual e intensiva divulgação na
mídia, o conteúdo destes eventos costumava recorrer a apelos
científicos e emocionais (românticos), ambos com chances de
convencimento da opinião pública. Desta forma, esses recursos
podem também ter um relativo sucesso na produção de uma
imagem positiva para a instituição contra denúncias de omissão do
órgão ambiental advindas de regiões específicas e, em geral,
carentes de consistência e persistência.
Além disso, estas ações implicam na maior parte dos casos
em um baixo nível de conflito. Em geral, uma fatia expressiva da
população informada concorda que para resolver grande parte dos
problemas ambientais falta “consciência” às pessoas. Assim, os
meios de conscientização que atingem grande parte da população,
direta ou indiretamente, têm a vantagem de gozar de um baixo
nível de conflito político e social. O mesmo não acontece às
medidas de coerção moral ou impedimento de funcionamento de
atividades econômicas. Afinal, estas medidas vão contra toda
lógica de funcionamento da sociedade de mercado, só justificáveis
em casos de extremo impacto sobre o meio social e natural,
espacial e temporalmente identificados.
Em segundo lugar, importa considerar a impossibilidade de
controlar satisfatoriamente as externalidades ambientais das
82
atividades produtivas e daí a necessidade de ocultamento das
contradições do modelo capitalista de apropriação dos recursos
naturais. Essa situação leva a necessidade de criação de um cenário
difuso e minimizador da socialização das externalidades
ambientais negativas e, consequentemente, da decisão política que
elas envolveriam, deslocando a ênfase dos principais problemas
para outras instâncias. Por sua vez, isto exige a (re)construção de
uma percepção social que circunscreva, numa dimensão
relativamente segura e adequada ao sistema, o que é a Natureza, o
meio ambiente, a crise ambiental, seus sintomas, dimensões e
interlocutores legítimos e as soluções aceitáveis.
Como adverte Folari, analisando a função ideológica
assumida pelo conceito de interdisciplinaridade no discurso
ecológico, quando não há decisão política, “melhor é apelar para
cortinas de fumaça, como a interdisciplinar, que conduzem a
soluções imaginárias pautadas na imanência do técnico e no
adormecimento das consciências sobre as opções que teriam real
eficácia” (FOLARI, 1993, p. 89).
As chamadas de campanhas publicitárias durante a gestão
da FATMA de 1979-1983, como “Dê uma mão a natureza”, “Cuide
bem dessa bola. Deus não vai fazer outra” ou “Poupar a natureza
faz bem” - são bons exemplos de um ocultamento ideológico da
realidade social e política. Numa sociedade que se desenvolve pela
desigualdade, almeja-se tornar todos simetricamente responsáveis
por problemas ambientais, em geral indefinidos. Ao mesmo tempo
em que se socializa a responsabilidade sobre uma crise ambiental,
sugere-se que a mesma pode ser resolvida pela soma das mudanças
de comportamentos individuais. E como defende o termo
“ecodesenvolvimento” e mais recentemente “desenvolvimento
sustentável”, disseminado pela ONU, os conflitos existentes na
apropriação desigual dos recursos naturais e seus conflitos são
passíveis de conciliação 4. Mais recentemente, a ONU alude a
4
Ver mais sobre a crítica à proposta de “Desenvolvimento Sustentável” no
contexto das sociedades capitalistas em STAHEL (1995).
83
questão da década internacional para Educação voltada para o
desenvolvimento sustentável, os efeitos da crise ambiental no
plano social são principalmente: sexismo, racismo, catástrofes
ambientais e sociais, mas o conceito de desenvolvimento
sustentável permanece em sua abstração etérea mítica, fixado na
moldura semântica dos ideais liberais da conscientização
ambiental aprisionada ao modelo de capitalismo globalizado.
Aliás, modelo esse hoje combalido, ao menos temporariamente,
pela crise financeira. Situação que não faz cessar, antes, mais
provavelmente, agrave as causas estruturais do quadro de
holocausto ambiental que está na sua eminência histórica.
84
“oficiais” concentrados em datas estratégicas, quando as atenções
se dirigem para as avaliações da problemática ecológica e é
necessário dissimular a impressão de que não se está fazendo nada.
É a partir do Governo Bornhausen que se instalou, em
consequência das intensas pressões sobre as políticas ambientais, a
constituição de um ritual nas semanas do meio ambiente, onde se
conjugam críticas, denúncias, justificativas, comemorações
simbólicas e apresentação de novos programas e declaração de
intenções, para só serem retomados como fatos públicos no
próximo evento. A título de ilustração, no governo analisado foram
lançados ou sancionados, preferencialmente em dias da Semana do
Meio Ambiente ou em datas do mês de junho, o decreto que
regulamentou a legislação estadual do meio ambiente (5.06.81), a
Reserva Biológica Estadual de Aguaí (05.06.78), e as reservas
biológicas estaduais de Canela Preta e da Serra Furada (20.06.80).
Portanto, uma educação e uma conscientização ambiental
equivocadas não devem ser vistas apenas como ações resultantes
da má vontade ou incompetência de certos agentes, mas, e
principalmente, como ações dependentes, na definição de seu
conteúdo e forma, do atendimento ao critério supremo de garantir
à perpetuação da sociedade capitalista industrial. De uma maneira
ou de outra, isto se dá pela predominância neste campo de
abordagens e termos unidimensionais, instrumentais e autoritários,
prevalecendo desta forma, pela execução de um “currículo oculto”,
como defende Brügger (1999), algo melhor caracterizado como
um adestramento ambiental.
85
contrapõe uma lógica negativa do eliminar, do evitar, do negar, do
reinterpretar" os riscos ambientais (BECK, 1992, p. 33). Aqui, as
instituições aparecem "gerindo" os riscos e as percepções dos
mesmos ao se envolverem ativamente em relações de definição, ou
seja, “as leis, instituições e capacidades que estruturam a
identificação e avaliação dos problemas e riscos ecológicos, a
matriz legal, epistemológica e cultural, segundo a qual se conduz a
política de ambiente” (GOLDBLATT, 1996, p. 241). Fórmulas
explicativas dos riscos, como afirma Beck (1992), não ficam em
pé por si só. Relações públicas ("carpinteiros de argumentações")
de grupos científicos, empresariais, governos ficam na linha de tiro
da crítica pública. Nesta luta de definições para obscurecer ou
revelar os riscos 5 o acesso à mídia se torna decisivo.
Assim não parece sem propósito que nos meios de
comunicação de massa, na grande maioria das vezes, a
problemática ambiental receba uma cobertura isolada e
fragmentada, dissociada de um contexto político, social e
econômico, onde se destaca o acesso privilegiado de setores com
maior poder social como fontes de informação, a exemplo dos
setores governamental e empresarial. Dessa forma, parece lógico
que os mais graves problemas ambientais não encontrem
repercussão proporcional à distribuição de seus malefícios.
5
Beck comenta sobre os obstáculos ao reconhecimento dos riscos da
modernização: "Aqui, não são decisivas (ou não só) as consequências para a
saúde, para a vida das plantas, dos animais, e dos seres humanos, senão os
efeitos secundários sociais, econômicos e políticos dos efeitos secundários:
demolição de mercados, desvalorização do capital, expropriação furtiva, novas
responsabilidades, deslocamento de mercados, obrigações políticas, controle das
decisões empresariais, reconhecimento de pretensões de indenização, custos
gigantescos, processos judiciais" (1992, p. 86).
86
A problemática do adestramento ambiental pode ser
posicionada em um quadro mais amplo em que não há
compatibilidade entre um modelo de educação ambiental
emancipatória e transformadora com o modelo de sociedade
capitalista que se utiliza de alternativas moralistas. Estas deslocam
o comportamental do histórico-cultural que está ligado a própria
estrutura do capitalismo caracterizado pela coisificação e
mercantilização da natureza, com a consequente banalização da
vida, e a dicotomização que resulta no maior deslocamento do ser
humano em sua relação com a natureza. Desta forma, produzem-se
projetos de alcance ambiental calcados no individualismo social,
que não visam à justiça social, ao equilíbrio ecossistêmico e à
indissociabilidade entre humanidade e natureza (LOUREIRO,
2006, p. 94).
Portanto, a partir de um quadro analítico mais amplo, que
posiciona a discussão sobre o meio ambiente dentro das possíveis
formas de conscientização e intervenção na questão ambiental
legitimadas por estratégias de ação, consumam-se as políticas
públicas ambientais no ambiente contraditório das sociedades
capitalistas. Nesse ambiente, as atividades econômicas não podem
aceitar, ou apenas sob formas restritas e rentáveis, limites como o
do fim da “externalização” dos custos ambientais.
No contexto nacional e específico de Santa Catarina, isto
demarcará a emergência de um ambientalismo cosmético das
políticas públicas através de um tratamento fragmentado e distante
de qualquer possibilidade de conscientização da sociedade civil e
da esfera pública em geral, que se contentará com medidas
insignificantes em face aos problemas estruturais de ordem
econômica e institucional que envolvem a problemática ambiental.
A internacionalização da agenda ambiental nos anos 1990,
contribuiu para uma inflação de temas no campo ambiental,
levando a uma maior complexidade da questão. Por outro lado, os
ataques teóricos e práticos ao Estado por forças neoliberais
promoveram um processo ambíguo de descentralização do poder
decisório. O que se chamou também de uma modernização política
87
(ARTS; TATANHOVE, 2000) promoveu um deslocamento de
responsabilidades políticas no campo ambiental, tornando, por sua
vez, esse campo mais difuso e de difícil controle e compreensão.
O deslocamento de responsabilidades ambientais dos setores
dirigentes para a sociedade assumiu novas dimensões com o
aprofundamento do processo de globalização; seja pela natureza
extraterritorial de alguns problemas ambientais, seja pela
constituição de novas esferas decisórias internacionais. A
racionalidade básica da representação democrática, como constatou
Hay (1994), encoraja o Estado a restringir suas respostas às crises
ambientais ao mínimo necessário para a restauração da legitimidade
de curto prazo. Uma das formas de fazer isso é deslocar a crise em
diferentes direções – para dentro da sociedade civil (ao tornar o
indivíduo responsável por uma resposta à crise ambiental,
facilitando assim, a sua transformação em um consumidor “verde”),
para o programa político global ou ainda em outra direção,
apresentando a crise como, por exemplo, problema de legitimação
de outro estado. Com isso, consegue-se rebaixar a um segundo
plano a dimensão regional da problemática ambiental, diluindo
desta forma as responsabilidades dos setores dirigentes nos
problemas locais. Esse escapismo deliberado tende a reduzir ou
isentar as elites locais de suas responsabilidades sobre o
gerenciamento da problemática ambiental, diluindo e enfraquecendo
a pressão da sociedade sobre as questões ambientais locais.
Isto é ampliado pelas tendências conservadoras e pragmáticas
dominantes, que estabelecem ações educativas dualistas entre o social e
o natural, e que se amparam em um modelo de educação ambiental
não-compromissado com o vetor da transformação social e
civilizacional (LOUREIRO, 2006, p. 81).
88
dirigidos para setores excluídos pela sociedade capitalista. A
finalidade retórica desses protagonismos é atrair a opinião pública
para os ideais do capitalismo verde que eliminaria as contradições
geradas pela predação acima dos limites de sustentabilidade
planetária e pelo consumo excessivo, especialmente no norte
planetário, mas também nas nações que almejam um
desenvolvimento capitalista exponencial com grandes impactos
socioambientais.
Considerações finais
89
elaboração de um conteúdo e forma para a conscientização
ambiental que privilegie uma percepção social das relações com o
meio natural funcional à manutenção do atual padrão de produção,
consumo e distribuição das riquezas.
Contudo, é possível imaginar que a existência de alguma
contribuição real por parte dessas iniciativas de “conscientização
ambiental” - embora de difícil avaliação - para a formação de uma
percepção social dos problemas ambientais necessária para dar
maior expressão política à questão ecológica. Há a possibilidade
de que muito embora essas iniciativas visem o ocultamento das
contradições ambientais, elas estejam estimulando novas
demandas e, consequentemente, aumentando a visibilidade das
contradições inerentes a esta política. Assim, é no campo de luta
das relações de definição em torno da educação e conscientização
ambiental que pode, dialeticamente, surgir e se disseminar um
novo viés pedagógico emancipatório e transformador.
Por fim, continua sendo necessário reafirmar o
compromisso, nada fácil, com a busca de novos caminhos para a
construção de uma educação ambiental. Por um lado, que não
admita abrir mão do seu caráter complexo, mas restrito à
consciência possível e às necessidades daqueles que a pensam; e por
outro lado, que faça isto assinalando a sua dimensão política e ética,
na medida em que os impasses e riscos socioambientais para a
humanidade na atual sociedade não possam mais ser desvinculados
dos conflitos inerentes à distribuição e uso desigual dos recursos
naturais, se é que em algum outro momento isto foi possível.
REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
90
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VIEIRA, Liszt & Celso Bredariol. Cidadania e política ambiental. 2ª Edição.
Rio de Janeiro. São Paulo, 2006.
91
92
FLEXIBILIZAÇÃO DA TUTELA JURÍDICA DAS ÁREAS
DE PRESERVAÇÃO PERMANENTE E DIREITO À
MORADIA NAS CIDADES SUSTENTÁVEIS:
CONVERGÊNCIA OU INCOMPATIBILIDADE? *
*
O presente trabalho partiu de um artigo apresentado no I Encontro
Internacional de Ciências Sociais/III Encontro de Ciências Sociais do Sul:
Democracia, Desenvolvimento, Identidade, organizado pelo Programa de Pós-
Graduação em Ciências Sociais (PPGCS – ISP/UFPel), em abril de 2008, em
co-autoria com a Profª. Dra. Maria Tereza Rosa Ribeiro.
**
Bacharel em Direito e Mestre em Ciências Sociais/PPGCS pela Universidade
Federal de Pelotas/UFPEL, pesquisadora do Grupo Trandisciplinar em Pesquisa
Jurídica para a Sustentabilidade (GTJUS) da Universidade Federal do Rio
Grande – FURG, consultora técnica na área do Direito e Ecopolítica no Núcleo
de Desenvolvimento Social de Econômico (NUDESE/FURG) e membro do
Centro de Estudos Ambientais/CEA – eugeniaad@gmail.com
***
Professor de Direito Ambiental, pesquisador do GTJUS/FURG, Coordenador
Institucional do CEA, Coordenador de Projeto de Extensão no NUDESE/FURG
e discente do Programa de Pós-Graduação em Educação Ambiental da
Universidade Federal do Rio Grande (PPGEA/FURG) acpsoler@gmail.com
1
Ver Diamond (2006).
2
Preferimos usar a expressão movimento ecológico, pois entendemos que existe
diferença entre esse e a categoria movimento ambiental. Para Dias (2008, p. 46)
apud Pádua (1995, p. 26) “a diferença entre ambos os movimentos aflora na
superação de um antropocentrismo, através de uma nova visão de mundo (...)”,
sendo esta a proposta do movimento ecológico.
93
o avanço, mas, sim, evitar o retrocesso do marco jurídico
ambiental brasileiro. Esse conquistado ainda no século passado,
notadamente desde a década de 60, na qual a Lei 4771/65,
denominada Novo Código Florestal Brasileiro (NCFB) é o
destaque, entre outros aspectos, pela criação da Área de
Preservação Permanente (APP), passando pela Constituição
Federal de 1988 (CF/88), com seu inovador artigo 225, o qual
prevê o direito fundamental ao meio ambiente ecologicamente
equilibrado, chegando a diplomas legais como a chamada Lei de
Crimes Ambientais (Lei 9.605/98) e a Lei 11.428/06, que dispõe
sobre a utilização e proteção da vegetação nativa do Bioma Mata
Atlântica, cuja referência podemos fazer como a última conquista
dos ambientalistas/ecologistas.
Atualmente, uma intensa campanha com ampla ressonância
no meio político pela minimização do Direito Ambiental em
benefício de interesses antiecológicos, é protagonizada por setores
produtivistas ligados ao agronegócio e à cidade, na sua face
mercadológica.
Isso aparece claramente e com abundância em posturas e
iniciativas dos governos municipais, estaduais e federal. No Rio
Grande do Sul, a alteração do marco legal do licenciamento para
atender o tempo e os interesses da monocultura de eucaliptos3; em
Santa Catarina, o escândalo da Máfia Verde 4 e a recente alteração
da proteção da APP, com a promulgação do ilegal Código
Ambiental Estadual. Na Amazônia, a Medida Provisória (MP)
458 5, é outro exemplo disponível para destacar a minimização da
proteção legal da Natureza. Igualmente, a revisão dos Planos
Diretores, prevista na Lei 10.257/01 (Estatuto da Cidade), tem sido
3
Ver Soler e Dias (2008).
4
Nome batizado a uma investigação realizada pela Polícia Federal a qual tinha
como objeto um grupo de pessoas (agentes políticos com cargos eletivos,
empresários, servidores públicos da área ambiental, entre outros) e suas
eventuais relações com a fraude em processos de licenciamentos ambientais.
5
Tal MP dispõe sobre a regularização fundiária em terras situadas em áreas da
União, na Amazônia Legal.
94
um espaço onde, pela atual correlação de forças, possibilita, em
determinada medida, um retrocesso no Direito Ambiental
Brasileiro. Nessa esteira podemos citar a Lei 5.502/08, que
aprovou o III Plano Diretor de Pelotas, cuja ilegalidade aparece
quando do tratamento dado às APPs.
Nesse processo de desmanche do ordenamento jurídico
ambiental, desponta como mais significativas as numerosas
propostas para modificar o NCFB, cujo resultado poderá nos levar
a um cenário onde não mais existam APPs, não somente no plano
formal (retiradas da lei), mas também na realidade material, por
exemplo, na beira de um rio ou qualquer outro corpo d’água. Essa
é uma proposta de um inegável reacionarismo jurídico, pois vai
nos levar, caso aprovada, ao início do século passado, mais
precisamente para a década de 30, antes de ser decretado o
primeiro Código Florestal Brasileiro (Decreto 23.793/34), onde já
havia tipo de tutela jurídica para essas áreas. É assim, também,
momento de enfrentamento decisivo pelo não retrocesso do Direito
Ambiental Brasileiro.
Nas áreas urbanizadas ou sob influência das cidades, o
conflito material é claro. As APPs são ocupadas e suprimidas pelos
mais diversos usos, que vão desde os meramente especulativos,
econômicos, passando pelo lazer e chegando até a moradia, em
alguns casos, como a única opção. Parte desse conflito está
consubstanciado no Projeto de Lei (PL) 3057/00 6, que dispõe
6
Não é a única nem a primeira tentativa legislativa de retirar as regras do NCFB
das áreas urbanas. O PL 2.109/99, por ex., que dispõe sobre o patrimônio de
afetação de incorporações imobiliárias, Letra de Crédito Imobiliário, Cédula de
Crédito Imobiliário, Cédula de Crédito Bancário, o qual veio a se transformar na
Lei 10.931/04, em seu art. 64 estabelecia: “Na produção imobiliária, seja por
incorporação ou parcelamento do solo, em áreas urbanas e de expansão urbana,
não se aplicam os dispositivos da Lei no 4.771, de 15 de setembro de 1965".
Após forte mobilização das ONGs ecológicas e ambientais, bem como do
Ministério do Meio Ambiente (MMA), o referido artigo foi vetado pelo
Presidente Lula, através da Mensagem 461/04. Entre as razões de fato ao veto
está expresso: “considerando que a Lei no 4.771, de 1965, é um dos pilares da
política ambiental do País, sendo, pois, um dos mais importantes instrumentos
95
sobre o parcelamento do solo para fins urbanos e sobre a
regularização fundiária sustentável de áreas urbanas, chamada
também de Lei de Responsabilidade Territorial, na qual nos
deteremos em seguida.
Cabe ressaltar que essa proposta não vem sozinha. Muitas
outras medidas legislativas e administrativas sustentadas pelo
capital e pela política contra o interesse público, estão em gestação
e/ou já foram executadas, como a dispensa de Licença Prévia (no
âmbito do Licenciamento Ambiental) às “obras rodoviárias de
pavimentação, melhoramentos, adequação e ampliação de
capacidade a serem executadas no âmbito das faixas de domínio de
rodovias federais existentes, por terem estas a destinação vinculada
à lei e constarem do Plano Nacional de Viação – PNV 7”.
Outra ameaça oriunda da histórica ganância do
agronegócio, já consubstanciada em proposta do Ministério da
Agricultura 8, novamente volta a atacar a APP e a Reserva Legal.
Parte dessa nova ameaça já se encontra em forma de proposição
legislativa, através do PL do Código Ambiental Brasileiro, o qual
almeja restabelecer a Política Nacional de Meio Ambiente,
definindo os bens que pretende proteger e criando os instrumentos
para essa “proteção”; e cria a política geral de meio ambiente
urbano. Esse PL, se aprovado, revogará diversas diplomas legais,
especialmente a Lei 6.938/81, que dispõe sobre a Política Nacional
do Meio Ambiente, seus fins e mecanismos de formulação e
aplicação e, o alvo central, a Lei 4.771/65, o NCFB.
96
Paradoxalmente, diante de uma planetária e crescente
degradação ambiental, sempre indissociada da miséria social e
violação dos diretos humanos fundamentais da maioria, é esse
mesmo Direito Ambiental já atacado que pode garantir uma
proteção para os ecossistemas, biomas e à vida em geral, se usado
e aplicado como instrumento para uma cidadania ecológica, ainda
a ser construída.
Para enfrentar o desmonte do marco legal ambiental
brasileiro, que tem como consequência o enfraquecimento do
Poder Público frente aos conflitos ecológicos e a afronta ao direito
fundamental ao meio ambiente ecologicamente equilibrado,
necessário se faz achar respostas para as recorrentes e indesejáveis
perguntas que surgem no dia a dia de grande parte do movimento
ecológico/ambiental, dentre elas: como garantir, mais que a teoria,
mas uma prática sustentável mínima – não necessariamente
ecológica –, no espaço urbano e para além desse? A busca pela
resposta é assumida publicamente, não só por
ambientalistas/ecologistas, mas também por aqueles que, mesmo
motivados pelo oportunismo profissional, debruçam-se sobre o
tema, bem como por setores ligados aos interesses econômicos ou
até mesmo pelos que não se dizem ambientalistas ou ecologistas.
Nesse caso o motivador, via de regra, são questões de saúde e/ou
sobrevivência.
No presente arrazoado, vamos destacar alguns aspectos do
conflito urbano em torno das APPs, dando continuidade a estudos
realizados no Programa de Pós-Graduação em Ciências
Sociais/PPGCS da Universidade Federal de Pelotas/UFPEL, no
Grupo Transdisciplinar em Pesquisas Jurídicas Para
Sustentabilidade (GTJUS) 9 e na organização ecológica não
governamental (ONG), Centro de Estudos Ambientais (CEA) 10.
9
O GTJUS é um grupo de pesquisa da Universidade Federal do Rio Grande
(FURG), vinculado ao Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e
Tecnológico (CNPQ).
10
O CEA é a primeira ONG ecológica da região Sul do Rio Grande do Sul,
97
As Cidades (In) Sustentáveis
98
via mercado imobiliário, juntamente com a omissão, conivência e,
alguns casos, estímulo do Estado 12 em fragilizar e/ou deixar de
adotar as devidas e obrigatórias medidas para tutelar áreas
legalmente protegidas em razão de elementos ambientais,
independentemente se o é com vistas a proteção da biodiversidade
(valor ecocêntrico 13), ou para atender interesses e necessidades
somente humanas (valores antropocêntricos).
Outros fatores também contribuem para estimular esse
enfrentamento, como a inquestionável capacidade dos núcleos
urbanos em atrair pessoas. Segundo Soler (2001):
12
Como foi a postura do Ministério do Meio Ambiente (MMA), no processo de
negociação do projeto de resolução que se transformou na Resolução do
Conselho Nacional de Meio Ambiente (CONAMA) 369/06, a qual permite a
supressão de APP em determinados casos.
13
Conforme Dias (2008, p. 56) apud Capra (1996, p. 28) “[...] valores
ecocêntricos (centralizados na Terra). É uma visão de mundo que reconhece o
valor inerente da vida não-humana. Todos os seres são membros de
comunidades ecológicas ligadas umas às outras numa rede de
interdependências”.
14
Em torno de 73 % dos latino-americanos vivem nas cidades.
99
gasolina e mil de água para produzir um suco de laranja. Para uma
tonelada de papel, são empregadas 98 toneladas de diversos outros
elementos naturais. O volume de refugo resultante da produção de um
laptop chega a quatro mil vezes o seu peso. Esse modo de relação com
o ambiente é insustentável. As cidades atuais são insustentáveis. A
produção e o consumo sem preocupação social e ecológica é uma das
principais causas da insustentabilidade. Os moradores de Londres, para
manterem os seus níveis atuais de consumo, somente para suprir suas
necessidades de alimento e madeira, exigem a exploração de uma área
58 vezes maior que sua superfície da metrópole. Se fosse possível que,
todos os habitantes do planeta, por um passe de mágica, consumissem
nos mesmo padrões dos londrinos ou dos estadunidenses, precisaríamos
de mais três Terras.
15
Segundo Gonçalves (2006, p. 40) “(...) a pegada ecológica estima a pressão
que uma determinada amenidade humana exerce sobre os ecossistemas
mundiais (...). Segundo o PNUMA (Perspectivas de médio ambiente mundial
2002 – GEO-3) é uma unidade de área que ‘corresponde ao número necessário
de hectares de terra biologicamente produtiva para produzir os alimentos e
madeira que a população consome, a infraestrutura que utiliza, e para absorver o
CO2 produzido durante a queima de combustíveis fósseis”.
100
O’Meara (1999, p. 142) as cidades ocupam 2% do território da
superfície da Terra, mas consomem 76% do que é retirado da
natureza.
16
A população dos países mais ricos é a que mais consome a natureza
transformada. Londres, por exemplo, exige 58 vezes o tamanho equivalente a
sua superfície para atender sua necessidade de alimentos e madeira (SOLER,
p. 06, 2001).
17
Como o rodízio de veículos em São Paulo ou o pedágio em determinadas
cidades europeias para acesso de algumas zonas centrais.
101
problemas ambientais. Mas não é só isso, as cidades estão
dominadas pela violência, pelo medo e pela diminuição dos
espaços de convivência social, como as praças e os parques, onde
alguns dos poucos que existem são submetidos ao cercamento e,
consequentemente, ao cerceamento do acesso público livre.
De tal modo, pela materialidade do cenário urbano e pelos
valores que nos levam a ele e à busca de soluções, não é uma
tarefa fácil administrar as cidades em padrões sustentáveis.
Conforme a II Conferência da Organização das Nações Unidas
(ONU) sobre Assentamento Humano (Habitat II)18 “abrigos
adequados a todos e tornar os assentamentos humanos mais
seguros, saudáveis e habitáveis, mais igualitários, sustentáveis e
produtivos”, estão entre as características de uma cidade
sustentável. Cinco anos depois, esse espírito foi incorporado ao
ordenamento jurídico brasileiro pelo já citado Estatuto da Cidade,
o qual estabeleceu como primeira diretriz da política urbana
garantir o direito a cidades sustentáveis “entendido como o direito
à terra urbana, à moradia, ao saneamento ambiental, à
infraestrutura urbana, ao transporte e aos serviços públicos, ao
trabalho e ao lazer, para as presentes e futuras gerações” (inciso I,
art. 2º, Lei nº 10.257/01).
Consideramos que muitos são os pré-requisitos, alguns já
consagrados na lei ambiental, que podem ser elencados para a
construção de uma cidade sustentável. Podemos citar alguns:
redução do consumo; reciclagem de resíduos; Aterro Sanitário;
sistema de ciclovias; implantação e manutenção das Unidades de
Conservação; disponibilidade de ruas, praças e parques
arborizados; ocupação dos vazios urbanos, especialmente com
hortas ecológicas comunitárias; aplicação de material de baixo
impacto na construção civil; reuso da água; iluminação natural nos
prédios e, principalmente, zelo pelas APPs.
Mas, sem dúvida, todas essas medidas não serão adequadas
18
Ocorrida em junho 1996, em Istambul, reuniu 171 Estados e 576
representantes de cidades.
102
se não existir concomitantemente o combate à fome e à pobreza, e
a garantia de democracia ambiental, com colegiados ambientais
deliberativos e espaços públicos para debates sobre a política
urbana. O controle público do orçamento e dos fundos ambientais
também são uma premissa inarredável, assim como a devida
transparência dos atos administrativos ambientais realizados no
plano municipal, sejam eles emanados do governo local
(Executivo e Legislativo), do Ministério Público e do Judiciário.
Um sistema de licenciamento ambiental eficaz e com
acompanhamento pela coletividade é, sem dúvida nenhuma, um
fator constitutivo de uma Cidade Sustentável. Por fim, a produção
legislativa e a gestão urbana sustentável não devem ser tecnicistas
e nem moldadas pelo interesse de mercado, como tem sido a marca
de alguns processos de elaboração de planos diretores.
Contudo, como pré-requisito para levar adiante todas essas
ações deve ser enfrentada, dentre outras, a inadequação no uso dos
conceitos que permeiam essa disputa.
103
intuitivos, historicamente negados pelo Tecnicismo e Cientificismo
dominantes.”
A produção dos variados sentidos de sustentabilidade parte
da adesão, consciente ou não, a uma determinada concepção de
natureza e da relação da humanidade com ela e consigo mesma.
Gonçalves (2004, p. 23) afirma que cada sociedade forja
seu conceito de natureza, sendo esse um dos pilares no qual essa
sociedade ergue-se, estabelece sua cultura e em razão disso suas
relações. No caso da cultura ocidental dominante, o conceito
hegemônico de natureza instituído, evidentemente sem a
participação ativa de cada cidadão, reforçado e difundido
diariamente pela globalização do capitalismo, inclusive para
culturas que possuíam concepção diversa, coloca-a como um
elemento externo à sociedade. Mas não só. A sociedade encara a
natureza de forma inferior e opressora, mantendo relações
pautadas no critério de utilidade. Essa referência constitui o
antropocentrismo, ou seja, o homem prioritariamente no centro das
considerações da humanidade 19.
Nessa direção, Leis e D’amato (2005) classificam a relação
dos seres humanos com a natureza mediante critérios de inclusão
ou exclusão dessa do contrato social. Identifica que o
antropocentrismo adota critérios de exclusão, ou seja, a natureza
não faz parte do contrato social que só considera os seres humanos
(e, ainda assim, poucos deles que possuem capital social,
econômico e político para ocuparem o pólo do dominante).
Enquanto que o biocentrismo parte de critérios de inclusão da
natureza nesse contrato.
Santos (2006, p. 188) também adota essa perspectiva para
analisar a dominação da natureza que leva ao processo de
degradação socioambiental que a contemporaneidade experimenta,
afirmando que o paradigma dominante, de origem cartesiana, parte
19
Em contrapartida temos o ecocentrismo, o qual considera a humanidade como
parte da natureza e em igualdade de consideração, sem que se estabeleça uma
relação utilitarista.
104
do pressuposto de exclusão da natureza do contrato social. O valor
do Outro dominado, tanto natureza, quanto oprimidos (igualmente
ele ressalta que nem toda a humanidade ocupa o polo do
dominador), é o da utilidade. Essa dominação é possível porque a
natureza é exterior ao homem (colonizador), assim ele pode
subjugá-la. Da mesma forma, os colonizados são considerados
inferiores, o “selvagem”, portanto podem ser dominados e
civilizados (SANTOS, 2006, p. 181-190). Diante disso, essa
perspectiva de exteriorização e de inferiorização está no centro de
toda a dominação experimentada até os dias de hoje.
Destarte, a partir do antropocentrismo ou do
biocentrismo/ecocentrismo 20, se cunham os diversos significados
em torno do conceito de sustentabilidade e cidade sustentável.
Leff (1998, p. 20) é um dos mais enfáticos na denúncia da
existência de significados diferentes para o termo sustentabilidade.
O mais evidente é o forjado pelo discurso ambiental dos neoliberais,
que permeia a maioria dos discursos e dos conceitos
desenvolvimento sustentável, desenvolvimento durável, crescimento
sustentável, propalados por diversos campos em disputa.
Nessa perspectiva, estaria o conceito de Desenvolvimento
Sustentável, meta consolidada na Conferência Eco-92 promovida
pela ONU, cunhado a partir do Informe de Bruntland 21, pois
compartilha dessa raiz antropocêntrica. Pretende através dos
mecanismos de mercado conseguir um desenvolvimento passível
de atender aos anseios da atual geração sem comprometer os da
geração vindoura. Assim, além de manter a relação utilitarista da
20
Ambos os conceitos não são antagônicos, ainda que não possuam o mesmo
significado.
21
Em 1984, mediante solicitação do secretário-geral da ONU, foi criada a
Comissão Mundial sobre Meio Ambiente e Desenvolvimento que tinha como
atribuição avaliar o avanço dos processos de degradação ambiental e as políticas
ambientais de enfrentamento dos mesmos. As conclusões dessa comissão foram
publicadas num relatório intitulado Nosso Futuro Comum, também conhecido
como informe de Bruntland (nome da Primeira Ministra da Noruega à época,
uma das autoras do relatório) (LEFF, 1998, p. 19).
105
sociedade para com a natureza, amenizada por ações que procuram
mitigar ou compensar a degradação, não rompe com a lógica
geradora da degradação, e ainda antecipa que os anseios das
gerações futuras também beberão dessa fonte. É, ao mesmo tempo,
uma manutenção e uma antecipação do antropocentrismo.
Castri (2002, p. 26) atentamente menciona que
desenvolvimento e sustentabilidade são termos antagônicos, posto
que o primeiro reflete um processo dinâmico, aberto e com um
comportamento caótico, sendo impossível sua presivibilidade e
determinabilidade. Porque “sustentável” é uma característica dos
sistemas fechados, estáveis, previsíveis, impossível nas atuais
relações que estão em constante mutação e ampliação de suas
fronteiras e de seus efeitos, principalmente no ambiente.
Inversamente, temos um significado que busca a ruptura da
racionalidade dominante, notadamente econômica neoliberal, que
nega a Natureza, compreendendo a sustentabilidade no sentido de
condição para a construção de uma nova realidade ambiental, que não
seja antropocêntrica. Conforme a definição de Leff, sustentabilidade,
conceito pedagogicamente desenvolvido em contraponto ao termo
desenvolvimento sustentável, é um princípio que:
22
Ainda que a CF/88 tenha sido cunhada no antropocentrismo, mesmo que
alargado, a sua aplicação levaria a uma significativa alteração na relação da
106
para considerações mais próximas a um ecocentrismo quando, por
exemplo, veda quaisquer práticas que submetam os animais (não
humanos) à crueldade, identifica-se mais com um conceito ainda
em formação, qual seja, o antropocentrismo alargado. Esse advoga
a manutenção da humanidade no centro das considerações, embora
seja mais receptivo a tolerar outras formas de vida como relevantes
e com um fim em si mesmas. Aceita a concessão de determinados
direitos, em decorrência da capacidade de sofrimento, conforme o
pensamento de Peter Singer, a partir da teoria de Jeremy Benthan
(no qual a capacidade “sofrimento” é o “passaporte” para ser
tutelado juridicamente e sendo merecedor de igual consideração),
rompendo com a lógica Kantiana que atribui somente aos animais
humanos um valor intrínseco e um fim em si mesmo, premissa que
sustenta o Princípio da Dignidade da Pessoa Humana.
Além disso, esse sofrimento deve mobilizar nos seres
humanos sentimentos que os levem a tutelar e salvaguardar a
integridade daquele animal (não humano) que sofre, que se dá
menos em função de uma utilidade explícita (antropocêntrica) que
tenha, e mais por um remorso implícito e por um desejo de não
culpa (antropocentrismo alargado), mas que não pretende romper
com a relação hierarquizada, privilegiada e opressiva dos animais
humanos para com outras formas de vida. Proposta essa de difícil
aplicação, pois quais seriam os parâmetros para verificar a
capacidade e o grau de sofrimento. Talvez a maior ou menor
proximidade biológica despertasse um sentimento de compaixão e
de proteção.
A origem da ideia de que a vida humana pela simples razão
de sua existência é titular de determinados direitos considerados
naturais e que não são objeto de alienação, advem, segundo Sarlet
(2007, p. 45), do mundo antigo e que foi incrementada pela
filosofia clássica e pelo pensamento cristão. Conforme Gonçalves
(2004, p. 28), da mesma forma no pensamento greco-romano,
notadamente a partir de Sócrates, houve a distinção entre homem e
107
natureza, originando o antropocentrismo, o qual foi revigorado,
principalmente pela ciência moderna de origem newtoniana e
cartesiana, e que está impregnado no pensamento e no agir
ocidental, traduzido, especialmente, na cultura urbana.
Sobretudo no século passado, concluiu-se na luta e na
experimentação da degradação humana e do ambiente, que não
bastava garantir o direito à vida humana se essa não fosse digna. A
ONU, em função das consequências da II Guerra Mundial, teve
papel preponderante nessa formulação posto que capitaneou
conferências 23 com a participação dos movimentos sociais (na
grande maioria das vezes, secundarizada) e de chefes de Estado,
que derivaram em pactos internacionais 24, cujo objeto e força
motriz foram o reconhecimento e a salvaguarda da dignidade
inerente à pessoa humana, derivando em um vasto inventário de
direitos e garantias, assim como deveres, fundamentais para a
realização e seguridade dessa dignidade 25 e que no caso brasileiro,
23
Na política ambiental internacional, a Conferência de Estocolmo
(Estocolmo/1972) e a Eco-92 (Rio de Janeiro/1992). No tema assentamentos
humanos as conferências Habitat I (Canadá/1976) e a Habitat II
(Istambul/1996). Nos encontros de avaliação dessas conferências foi unânime a
conclusão de que pouco se avançou na reversão da degradação social e
ambiental, em todas as escalas, ao contrário, tendo sido agravadas.
24
Alguns instrumentos internacionais relevantes para a questão da dignidade da
pessoa humana: no âmbito da ONU: a Carta das Nações Unidas; o Pacto
Universal dos Direitos Humanos; o Pacto Internacional dos Direitos Civis e
Políticos; o Pacto Internacional dos Direitos Econômicos, Sociais e Culturais. Já
no domínio da Organização dos Estados Americanos (OEA), a Convenção
Americana de Direitos Humanos.
25
Santos (2006, p. 433-470) defende a ideia de uma reconstrução intercultural
dos direitos humanos, posto que acusa o atual inventário de estar incompleto,
tendo sido construído pelo imperialismo do norte ocidental (onde para nós a
ONU tem papel de destaque), num processo de universalização sobre culturas
não ocidentais e do hemisfério Sul, que não reconheceu as especificidades das
mesmas e estando a serviço da globalização hegemônica neoliberal. A proposta
do autor está a favor de uma política de direitos humanos progressista e
emancipadora. Não obstante, em nenhum momento, Santos (2006) afirma que
os direitos fundamentais ao meio ambiente ecologicamente equilibrado e a
108
refletiu na formulação do direito interno.
De tal modo, indissociavelmente para satisfazer essa
prerrogativa e para dar substância ao princípio da dignidade da
pessoa humana foi pactuado que são necessários, dentre outros
elementos, um ambiente equilibrado e uma moradia adequada.
Embora a ONU tenha tido papel destacado nesse pacto, essa
compreensão foi conquistada majoritariamente através da ação dos
movimentos sociais e ecológicos, e não derivados diretamente de
premissas liberais que asseguraram, por exemplo, os direitos,
também considerados fundamentais, de propriedade e de herança.
Ainda que a raiz de ambos seja antropocêntrica, as estratégias de
conquista tiveram percursos diferentes e alcançaram resultados do
mesmo modo diferenciados.
Nesse mesmo sentido, a CF/88 possui um extenso rol de
normas que enunciam direitos e garantias fundamentais da pessoa
humana, que igualmente são em menor escala fruto da concessão
dos legisladores originários, mas ao contrário, produto de
movimentos políticos, sociais e ecológicos que nomearam (e
continuam nomeando), de forma incisiva e combativa, essas
questões como objeto de tutela jurídica especial. Muito embora ao
arrepio dessa legalidade, seguem sendo violadas nos dias de hoje.
Lutas essas que também se vinculam a uma determinada concepção
de natureza e sociedade (já frisamos que predominantemente de
matriz antropocêntrica) e que, dependendo da ocasião, mobilizaram
recursos suficientes para sua admissão constitucional.
Assim, está evidente que o direito não encontra
internamente seu próprio fundamento, distanciado das
interferências da realidade social (tese internalista). Também não é
um reflexo direto das relações de força da sociedade (tese
externalista), sendo duplamente determinado na luta dos variados
campos, conforme Bourdieu (2006).
moradia tenham sido cunhados nessa perspectiva. Ao contrário, afirma que uma
das grandes conquistas imperiais foi justo a dominação da natureza e dos seres
humanos inferiorizados e oprimidos.
109
Diante disso, segundo Dias (2007), nos Títulos I e II da
CF/88, estão dispostos os princípios, direitos e garantias
constitucionais fundamentais da pessoa humana, dentre eles, o
direito fundamental à moradia (Título II, art. 6º), tardiamente
incorporado através da Emenda Constitucional (EC) nº 26/2000.
Devido ao caráter aberto da constituição nesta matéria, podem-se
encontrar direitos fundamentais em outros títulos do corpo
constitucional, como é o caso do direito ao ambiente
ecologicamente equilibrado, situado desde a promulgação da
CF/88, no Título VIII, que dispõe sobre a ordem social (art. 225).
Portanto, esse direito teve status constitucional anterior ao direito à
moradia, mas não em grau de importância destacada.
É relevante destacar que a salvaguarda jurídica formal,
mesmo com a proeminência desse status, não é suficiente para a
sua realização material, sobretudo quando falamos dos direitos
destacados acima, posto que historicamente aqueles que os evocam
e defendem encontram-se fragilizados no processo tutelar, o que
justifica a permanente necessidade de lutar por sua realização e, de
forma mais anacrônica, pelo próprio reconhecimento, mesmo com
todo o arcabouço jurídico.
Como forma de dar efetividade aos mesmos, a doutrina
jurídica procurou se debruçar sobre essa temática através da
relativização de direitos fundamentais nos casos concretos de
colisões e concorrências entre os mesmos, buscando supostamente
através da técnica (autonomeada de universalista e neutra),
solucioná-las. Segundo Martinho (2006), o Brasil não adotou um
limite para a relativização dos direitos fundamentais. Diante disso,
Dias (2007) afirma que no cotidiano dos operadores do direito,
assim como no dia a dia de gestores públicos e privados, os
direitos fundamentais ao ambiente ecologicamente equilibrado e a
moradia são ponderados e suprimidos, algumas vezes amparados
por essa técnica jurídica e, na maioria, à margem dela, levando em
conta “outros exercícios” não condizentes com o Estado
110
Democrático de Direito 26.
Ainda que compartilhem da mesma matriz antropocêntrica,
tais direitos não são conflitantes entre si. Na sua formulação,
embora os seres humanos encontrem-se em posição de maior
relevância em relação a outras formas de vida e elementos
naturais, não há impedimento de ordem substancial para que se
concretizem. Compreendemos que para haver dignidade da pessoa
humana tem de necessariamente existir um meio ambiente
ecologicamente equilibrado e uma moradia adequada, sendo que
um não se realiza sem o outro, são complementares, ainda que o
primeiro seja condição para o segundo.
Portanto as soluções práticas que concedem, por exemplo,
o direito a determinado indivíduo de residir 27 em áreas legalmente
protegidas em razão de elementos ambientais, como são as APP,
concede um placebo de direito de moradia a um, extirpando formal
e materialmente, o direito ao ambiente ecologicamente equilibrado
de todos, inclusive desse mesmo indivíduo, diminuindo seu
próprio rol de direitos. Enfim, não é uma solução de cunho
fundamental, e sim paliativa e pragmática. Seria imperativo
averiguar antes de chegar-se a uma situação de extirpação, não
somente o fato concreto, e sim o histórico do mesmo. Diante desse
exercício poder-se-ia identificar a falha na providência do direito e
determinar sua irremediável correção, e não decidir que em dado
caso tal direito irá preponderar em detrimento de outro. Afinal,
conforme já exposto, na sua concepção, tais direitos fundamentais
não são excludentes, e sim convivem harmonicamente nessa
interdependente e complexa rede que conforma a dignidade da
pessoa humana.
Assim sendo, tais mecanismos de regularização fundiária
26
Não se exclui o aniquilamento de direitos e garantias fundamentais pelo
Estado Democrático de Direito, sob o condão da legalidade.
27
Morar é um conceito complexo que necessariamente reúne diversas variáveis.
Compreende-se moradia como um somatório de condições de ordem material e
psíquica, que não dispensam, por exemplo, o direito ao ambiente
ecologicamente equilibrado.
111
para fins de moradia em APPs, que serão mais bem detalhados na
sequência, ofendem até mesmo a ordem antropocêntrica
(alargada), legitimada através de tais garantias legais.
28
Art. 1º - (...); II – (...) área protegida nos termos dos arts. 2 º e 3 º desta Lei,
coberta ou não por vegetação nativa, com a função ambiental de preservar os
recursos hídricos, a paisagem, a estabilidade geológica, a biodiversidade, o
fluxo gênico de fauna e flora, proteger o solo e assegurar o bem-estar das
populações humanas; (NCFB, Lei n º 4.771/65, alterado pela MP nº 2.166-
67/01)
112
uma área de preservação permanente a própria vegetação, pode ser
fatal, o que sobrará dessa área de proteção especial? Fonte: O Direito
por Um Planeta Verde (2007).
113
legislação municipal, como Zona de Especial Interesse Social
(ZEIS); for predominantemente residencial e ocupada por
moradores de baixa renda; a ocupação possuir no mínimo três
itens, dentre os discriminados na resolução, de infraestrutura
urbana implantada; apresentar densidade demográfica superior a
cinquenta habitantes por hectare; tratar de ocupações consolidadas
e apresentarem Plano de Regularização Fundiária Sustentável.
Encorajados pelo caminho aberto pelo CONAMA, de claro
favorecimento aos interesses produtivistas e antropocêntricos, o
qual contou com a regência do governo federal, ganhou força no
Congresso Nacional o comentado PL nº 3.057/2000, apelidado,
inadequadamente, de Lei de Responsabilidade Territorial, o qual
altera a Lei do Parcelamento do Solo Urbano – Lei 6.766/79.
ONG’s ecológicas, o Conselho Nacional de Procuradores-
Gerais do Ministério Público dos Estados e da União, a Associação
Brasileira do Ministério Público de Meio Ambiente, manifestaram-
se contrários ao PL. Em contrapartida, o Fórum Nacional de
Reforma Urbana (FNRU), o Instituto de Registro Imobiliário do
Brasil e da Câmara Brasileira da Indústria da Construção
declararam seu apoio.
114
debate e proposta de mudança. Com ele, a concentração de renda e
de terra urbana, também resistem. A autora condena exatamente o
que propõem a Resolução CONAMA 369/06 e outros diplomas
legais de igual natureza, ou seja, buscar solucionar problemas
sociais somente através da alteração legislativa.
No caso em comento, defrontamo-nos com a flexibilização
da legislação ambiental, a qual visa a dita regularização fundiária
sustentável em APPs urbanas, cujas ocupações sejam classificadas
como consolidadas. Entretanto, a entrega meramente formal de um
título de posse ou propriedade (regularização), mesmo que
acompanhada de programas de saneamento e qualificação
ambiental, o que não é a regra, não se aproxima dos requisitos de
uma cidade sustentável. Posto que, sob o ponto de vista ecológico,
as APPs, mesmo urbanas, apresentam grande diversidade biológica
e importantes funções ecológicas e sociais. Ademais, tal
regularização obsta à efetividade dos direitos fundamentais ao
ambiente ecologicamente equilibrado e à moradia, que se torna
ainda mais claramente fragilizado quando as APPs apresentam
risco eminente ao patrimônio e à integridade física de quem lá
“mora”, tendo em vista as enchentes e os deslizamentos de terra,
pois não há medida tecnológica ou de gestão que retire esse
ameaça de forma permanente de tais ambientes.
Ao analisarmos os acordos internacionais, a CF/88, a
legislação ambiental, a urbanística, a do consumidor, o próprio
Estatuto da Cidade, a doutrina acerca da sustentabilidade e da
Cidade Sustentável, não encontraremos nenhuma disposição que
afirme que o exercício do direito ao ambiente ecologicamente
equilibrado impede o direito à moradia.
O conflito que efetivamente existe, conforme já pincelado,
é entre moradia e ambiente ecologicamente equilibrado num pólo e
uso abusivo do direito de propriedade, sem observância de sua
função social, no outro. Quando as APPs estiverem ocupadas na
sua totalidade será a hora de enfrentar esse conflito que é real?
Santa Catarina, e até mesmo, Pelotas, no Rio Grande do Sul,
sentiram as consequências da supressão/ocupação das APPs, com
115
as recentes enchentes.
Assim, é comum e equivocado, principalmente se nos
localizamos na superfície da questão, afirmar que a tutela jurídica
das APPs produz ilegalidade. Na verdade, o que gera a ilegalidade
é a concentração de terra urbana e a ausência de políticas públicas
que enfrentem a primazia do mercado sobre a proteção ambiental e
a melhoria das condições sociais das classes oprimidas.
É claro que existem alternativas locacionais para os
ocupantes de APPs. São elevados os números de imóveis
desocupados e/ou subocupados, e de vazios urbanos fora delas que
podem e devem ser a regra na distribuição de terra urbana.
Merece crítica um dos objetivos da Secretaria Nacional de
Programas Urbanos 31, do Ministério das Cidades 32, o qual busca a
remoção dos “obstáculos” da legislação ambiental federal para a
implementação do Planejamento Territorial Urbano e Política
Fundiária com inclusão social. Talvez por que o enfrentamento do
conflito real, a questão da acumulação fundiária e imobiliária, seja
politicamente mais custoso, atingindo os que desejam manter o
status quo dominante, passando ao largo da raiz do problema, qual
seja, o não cumprimento da função social da propriedade e a
acumulação de riqueza e renda, no caso, no espaço urbano.
Mesmo ao adotar a matriz de análise antropocêntrica,
concluímos que as referências conceituais para a defesa de um
direito à regularização fundiária em APPs, e os futuros usos e
ocupações almejados para as mesmas, estão equivocadas, pois se
admitirmos que atendem o direito à moradia (o que não ocorre
materialmente), não atendem o direito ao meio ambiente
ecologicamente equilibrado, bem de uso comum do povo,
31
http://www.cidades.gov.br//index.php?option=content&task=section&id=
15&menupid=203&menutp=progurb
32
A questão ambiental dentro do Ministério das Cidades é vista, em grande
parte, como política de saneamento ambiental. É notável que essas políticas não
necessariamente correspondem e têm como objetivo o ambiente ecologicamente
equilibrado.
116
conforme a CF/88. Direito esse igualmente antropocêntrico. Salvo
se entendermos que o antropocentrismo não visa beneficiar a todos
os seres humanos, mas somente aqueles que estão no pólo da
dominação social, econômica e política e, assim, fazem valer sua
vontade e seu poder.
O paradigma cartesiano-instrumental, predominantemente
economicista, não considera, ou omite a consideração que,
independente do estatuto jurídico que se dá a “coisa” (Benjamim,
2001), as APPs possuem função ecológica e que sua
descaracterização/supressão antrópica, não ocorrerá sem
consequências negativas ao ambiente e, obviamente, ao ser
humano. O que leva a um distanciamento do conceito de Cidade
Sustentável e da potencialidade de sua concretização.
Destarte as “dimensões da tragédia humana”, em apologia a
Maricato (2001), serão maiores, e, principalmente, mais severas
para as classes oprimidas da população, e no interior dessas, para
crianças, jovens e idosos. E não são mais os ecologistas,
pejorativamente chamados de românticos, catastróficos e acusados
de insensíveis às causas sociais que apontam para essas
consequências danosas ao ambiente natural ou não. São também
cientistas do Painel Intergovernamental Sobre Mudanças
Climáticas (IPCC) 33 da ONU, membros da OEA, a mídia, igrejas,
empresas e outras tantas instituições, tanto progressistas, quanto
neoliberais, a maioria dos seus feitores é letrada nos bancos dessa
mesma razão dominante, produtivista, antropocêntrica.
Nesse caso de regularização das ocupações em APPs,
principalmente em área urbana e para fins de moradia de
populações de baixa renda, o falso conflito tem proporcionado
uma aliança esdrúxula entre parte dos movimentos sociais de luta
pela moradia e setores privados e/ou públicos, responsáveis diretos
pelas mazelas dos primeiros, assim como, pela degradação do
ambiente e pela alteração da legislação tutelar social. A citada
33
Criado em 1988, reúne diversos cientistas do mundo todo para avaliar, sob
diversos aspectos, o aquecimento global, propondo formas de enfrentá-lo.
117
aliança dos dominantes com parte dos movimentos sociais é
baseada na utilidade que um tem para o outro, mas a distribuição
do ônus e do bônus, como a história demonstra, não é equitativa!
Devemos buscar alternativas à aparente única opção
(proposital e antropocêntrica) que pode ser traduzida nas seguintes
questões: a quem cabe o direito de degradar a natureza em proveito
próprio ou de terceiros? Ao “grande” ou ao “pequeno”? Ao rico ou
ao pobre? Parece-nos que não devemos escolher entre nenhuma
dessas possibilidades, mas, sim, aquela que exclua a premissa da
degradação e da opressão. A justiça social, neste caso o acesso à
moradia, não pode vingar e ser mantida à custa da degradação do
planeta, pois para nada servirá a equidade social sem o ambiente
ecologicamente equilibrado, por uma razão simples, não haverá
possibilidade para a vida, humana ou não.
A crise ecológica leva-nos a uma reflexão sobre a urgente
repactuação social dentro de padrões não-antropocêntricos, os
quais obviamente incluem a natureza, desconsiderada do pacto
moderno. E que tal premente repactuação seja realizada em
condições de consideração e não de subjugação da natureza em
relação a determinados animais humanos (SANTOS, 2006). Assim
sendo, a flexibilização da tutela jurídica ambiental diverge dos
elementos que apontam para o ideal de cidade sustentável.
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120
DIREITO COLETIVO DO TRABALHO E
COOPERATIVISMO POPULAR
A contribuição da autonomia coletiva do Direito Coletivo do
Trabalho para organização dos trabalhadores em Cooperativas
RESUMEN
estudios de Derecho Laboral Colectivo, en que pretiñe en la
formación e afirmación de la autonomía colectiva, pueden surgir
de la categoría trabajo, para desarrollo de nuevos derechos
inscritos en los instrumientos colectivos de trabajo. Esto potencial
puede sir recuperado por las Cooperativas Populares, para sus
organizaciones sea en lo agrupamiento dos emprendimientos o su
aprimoramento en la estruracion de las organizaciones en Red.
Introdução
1
Paulo Ricardo Opuszka é mestre e doutorando em Direitos Humanos,
Democracia e Desenvolvimento do Programa de Pós-Graduação em Direito da
Universidade Federal do Paraná. Professor de Processo do Trabalho da
Universidade Federal de Rio Grande – FURG/RS e membro do Núcleo de
Direito Cooperativo e Cidadania.
121
proteção jurídica, a partir das reflexões nos recortes de
investigação do Núcleo de Direito Cooperativo e Cidadania do
Programa de Pós-Graduação em Direito da Universidade Federal
do Paraná e do Núcleo de Desenvolvimento Social e Econômico –
NUDESE da Universidade Federal de Rio Grande – FURG.
O percurso a ser desenvolvido será da abordagem de
elementos do Direito Coletivo do Trabalho, em especial na forma
como se consolidou no Brasil, na tentativa de apresentar um
modelo de organização sindical, no qual se encontra uma
possibilidade de afirmação de autonomia coletiva a partir da
possibilidade de criação de novos direitos para os trabalhadores
organizados em cooperativas e que, essas experiências e
conquistas do mundo da organização sindical sirvam para o
cooperativismo popular.
As fontes autônomas do Direito Coletivo do Trabalho, que
se consolidaram enquanto instrumentos de criação de direitos
coletivos a partir da Convenção Coletiva de Trabalho e do Acordo
Coletivo de Trabalho e também a fonte heterônoma, na forma de
heterocomposição, denominada sentença normativa, que também
possibilita a criação de direitos por parte do Estado Juiz,
apresentam um modelo de organização, para além do contrato
(fonte de Direito que privilegia a relação individual) e da Lei
(fonte de Direito que privilegia a relação universal), onde um
agrupamento de indivíduos, mas especificamente uma categoria,
cria sua própria proteção jurídica e apresenta suas conquistas
enquanto classe a partir de um instrumento normativo que
estabelece autonomamente o seu limite no Estado de Direito.
É certo que a autonomia coletiva sofreu uma limitação
substancial em relação àquelas estabelecidas nos países onde o
movimento sindical teve intensa organização como é o caso da
Itália, Rússia e Alemanha, ou mesmo alguns países da América
Latina como o México, Argentina e Chile, uma vez que, no Brasil,
ela esteve atrelada aos princípios da unicidade sindical
(representatividade no limite da base territorial) e contribuição
sindical compulsória.
122
Outro limitante a ser considerado é a formação do Tribunal
Superior do Trabalho, a qual acarretou um legado jurisprudencial
legalista e conservador.
Entretanto, ainda assim, o poder normativo da Justiça do
Trabalho, em especial, do Tribunal Regional do Trabalho, órgão
competente para decidir acerca do dissídio coletivo, também
submetidos a terceiro (nesse caso o Estado Juiz) permaneceu com
um poder para, dentro de um conteúdo pré-estabelecido (nas
propostas de negociação do sindicato dos trabalhadores e proposta
de acordo do sindicato patronal), decidir sobre a incidências de
novos direitos e obrigações no prazo de 2 anos a contar do Acordo
ou Convenção que não se consolidou cabendo ao Poder Judiciário
uma solução criativa e criadora.
Salienta-se, portanto, que ao lado do Mandado de Injunção,
diferente do que se estabeleceu nos demais casos de exercício da
Jurisdição no Direito Brasileiro, as sentenças normativas dos
Dissídios Coletivos acabam por tornar-se outro instrumento de
criação de direitos 2.
Cabe ressalvar que, atualmente, a inscrição da expressão de
comum acordo ao § 2°, do inc. IX, do art. 114 da Constituição
Federal, pela emenda 45/2004, o exercício do poder normativo está
limitado ao acordo das entidades sindicais para o ajuizamento do
dissídio coletivo, o que limita consideravelmente o exercício da
autonomia coletiva de uma classe, já que os interesses dos patrões
e empregados, pela sua natureza capitalista, permanecem e
continuarão em conflito. A luta de classe é o movimento da
sociedade moderna.
Contudo, o exercício da autonomia coletiva ainda
permanece e pode ser útil para a organização coletiva das
entidades cooperativas, embora a nova Lei do Cooperativismo
2
O Mandado de Injunção serve para proteger direito fundamental quando o não
exercício de direito fundamental esbarrava em norma não regulamentada. O
Supremo Tribunal Federal atualmente está recuperando tal instrumento que a
própria Corte promoveu o desuso.
123
talvez venha a legitimar a Organização das Cooperativas do Brasil
como único órgão de representação geral das Cooperativas 3.
Para refletir a partir dos argumentos escolhidos, sob os
quais nos conduzirá a reflexão teórica, necessária se faz a
recuperação da categoria trabalho, na medida em que a mesma já
nasce enquanto um problema para Modernidade, já que essa nova
configuração de mundo das relações, do pensamento, da política,
da economia e da regulação social configura-se finalmente
enquanto modelo individualista, formalista, civilizado e excludente
daquilo que foge ao seu universo de alcance.
Nossa proposta passa pelo resgate do Direito Sindical
enquanto uma opção para construção da autonomia coletiva, de
forma que suas noções e categorias para criação coletiva de
direitos possam servir para as novas organizações de trabalho, em
especial a organização em Cooperativas e os contratos delas
decorrentes.
Por fim, pretende-se chegar a conclusões capazes de
apontar pistas ao desenvolvimento do Cooperativismo,
especialmente o popular, no que tange a sua organização e
manutenção no que se pode denominar sustentabilidade local,
dentro do que se considera um dos princípios do Cooperativismo
pela Aliança Cooperativista Internacional, que é o interesse pela
comunidade, aliado a intercooperação, a partir da autonomia
coletiva, caracterizada pelo princípio da autonomia e
independência.
3
O projeto de Lei que discute uma readequação do Cooperativismo Brasileiro
tem sido bastante modificado no sentido de consolidar o denominado
cooperativismo empresarial, capitaneado pelo agronegócio, cooperativas ligadas
a OCB e OCEPAR, Unimed e outras empresas que não compõem o
cooperativismo em análise já que procuramos tratar do cooperativismo popular
e não do cooperativismo tradicional, de cunho empresarial.
124
1 Categoria Trabalho: um problema para Modernidade
4
SOUZA FILHO, Carlos Frederico Marés de.
5
Idem 5.
125
projetam um modelo de Direito, fundador de um complexo
legislativo que assentará, ao longo do séc. XIX, o marco
legislativo e contratual da sociedade oitocentista.
Segundo Luiz Edson Fachin, o Direito Privado e,
consequentemente o Direito Civil, possui três pilares
fundamentais, três categorias capazes de sintetizar o projeto
moderno de Direito, assinalados como o contrato, o projeto
parental e as titularidades, frutos da necessidade burguesa de
afirmação de um Estado e Direito que atendesse suas necessidades
de classe 6.
Entretanto, o advento do séc. XX – toda conjuntura das
duas grandes guerras, as revoluções operárias, os efeitos do crack
da Bolsa de New York, além das mutações econômicas estruturais 7
– criam as condições objetivas materiais para a alvorada de um
Direito, denominado Contemporâneo, fundado na Dignidade da
Pessoa Humana, capaz de resgatar certo Humanismo, perdido nas
Luzes, rica em anseio de Liberdade, mas de eficiente vocação
abortiva no que tange a emancipação do Homem. Esse Direito
ganha o nome de Direito Social.
Atualmente o Direito, em sua complexidade, reflete
preocupações do Jurista do séc. XXI, pensador que se habilita na
compreensão dos denominados direitos humanos, na incidência do
que se denomina sentimento constitucional 8 e no resgate da
6
FACHIN, Luiz Edson. Teoria Crítica do Direito Civil. Rio de Janeiro: Renovar,
2003, p. 6.
7
Sobre o tema HOBSMAWM, Eric. Era dos extremos: o breve século XX
1914-1991. 2ª edição. São Paulo: Cia das Letras, 2005.
8
A expressão nasce das reflexões de Karl Loewenstein e Pablo Lucas Verdú
citados pelo professor Raul Machado Horta referindo-se ao sentimento
manifestado pelo vínculo moral entre as instituições e os homens, sem o qual
nada é sólido nem regular, de acatamento á Constituição, para assegurar sua
permanência, que não se resolve exclusivamente no mundo das normas
jurídicas, decorrente, além da imperatividade jurídica, da adesão á
Constituição se espraiando na alma coletiva da Nação gerando formas difusas
de obediência constitucional.. FACHIN, Zulmar. Curso de Direito
Constitucional. 3ª edição. São Paulo: Método, 2008.
126
autonomia coletiva9, expressões anteriormente independentes das
faces do Direito Internacional, Direito Público e Direito Privado,
que já não se podem ser demarcadas com precisão já que o que se
denominou ramos do Direito, aproxima-se muito mais de uma
separação didática para compreensão do fenômeno jurídico do que
sua factibilidade na práxis jurídica.
Mas no limiar da Modernidade o Direito representou o que
seus teóricos denominaram a morte do sagrado, dando origem ao
que se pode entender por reificação ou sacralização do econômico.
O ponto de partida dessa afirmação é a Renascença e as
reflexões dos denominados autores da transição, que por dentro
dos átrios da Igreja Católica, preparam a alvorada da Modernidade.
Embora a filosofia moderna tenha avançado através dos
pensadores racionalistas, o humanismo de contestação
(representado por teóricos, dentre outros, Willian de Ockham,
Erasmo de Roterdã, Picco Della Mirandola e John Duns Scot) é o
verdadeiro prolegômeno do moderno campo jurídico.
Pode-se buscar no Mercador de Veneza a constatação da
influência de Modernidade sobre a nova disposição do corpo, ou
simplesmente denominar-se a nova configuração do Direito a
partir do Monismo Jurídico 10, que será pormenorizadamente
explicado por Max Weber.
Os questionamentos da Renascença, em relação ao conceito
de Direito Justo de São Tomás de Aquino, enquanto Direito
9
DEL CLARO, Maria Ângela Marques. A emergência da autonomia privada
coletiva no Brasil. Ação sindical nos anos 80 do século XX, Constituição
Federal de 1988 e surgimento das Centrais Sindicais. In Sindicalismo desafiado:
reinvenção do ator social referencial na representação da subjetividade do
trabalhador na obra de RAMOS FILHO, Wilson. Direito Coletivo do Trabalho
depois da EC 45/2004. Curitiba: Gênesis, 2005.
10
No mercador de Veneza encontra-se o julgamento de um judeu de nome
Shilock, que pretende o pagamento de dívida através de libras de carne humana,
mas é surpreendido pela Direito Estatal que o deixa na miséria, devendo para
coroa italiana bem como ao nobre que lhe afrotava diariamente com cuspes na
face. Shakespeare demonstra, incidentalmente, como o Estado se apodera do
monopólio do discurso jurídico.
127
Natural é a vontade divina racionalizada pelo Soberano 11
recuperam textos clássicos como a Antígona de Sófocles,
subtraindo o direito que já existia antes da vontade do soberano,
uma espécie de direito dos deuses.
Esse choque de interesses coloca em disputa a
racionalização do Justo, inaugurando o denominado
convencionalismo.
Pode-se afirmar que as teorizações desses pensadores pré-
modernos serviram de base para o pensamento moderno acerca da
Filosofia e abriram as portas para o novo paradigma: o indivíduo.
A partir do conceito de indivíduo – o mínimo existencial
indivisível capaz de relacionar-se socialmente – toda teoria acerca
do sujeito de direito será estabelecida ao longo dos séculos de
consolidação da Modernidade, somando-se a construção do
Estado, o denominado processo civilizatório, o advento da Razão e
o surgimento do Capitalismo.
O pensamento de Thomas Hobbes é fundamental para
estabelecer a possibilidade de um pacto, entre os cidadãos –
indivíduos – de submissão ao Soberano, resguardados os direitos
relativos à reprodução da vida, ou seja, a sua segurança
(preservação da vida).
No Estado imaginado pelo pensador inglês a força de
reproduzir e proteger a vida humana se dava na qualidade do
Homem Artificial 12.
Para a compreensão do individualismo ocidental no
Direito, entretanto, as reflexões mais relevantes, são as de John
Locke, no que tange ao limite do Soberano na atuação estatal, dado
pelo conjunto de indivíduos que compunham o povo 13,
11
GOYARD-FABRE, Simone. Filosofia crítica e razão jurídica. Tradução de
Maria Ermantina de Almeida Prado Galvão. São Paulo, Martins Fontes, 2006.
12
HOBBES, Thomas. Leviatã. Tradução de João Paulo Monteiro. Coimbra:
Fundação Caloustre Colbenkian, 2001.
13
Problematização de John Locke em seu clássico Dois Tratados sobre Governo
quando discute a questão da propriedade como direito natural já que o homem,
pela modificação da terra, deixa um pouco de si mesmo, de sua vida nela, o que
128
especialmente no limite dado à invencibilidade do direito de
propriedade, tão fundamental quanto o direito a vida, já que a
propriedade se conquistava com o trabalho na terra, onde parte da
vida se debilitava através do esforço e a recompensa se dava na
modificação da propriedade, agora em simbiose ao próprio
indivíduo, passava a ser parte de sua individualidade – leia-se seu
direito fundamental.
Convém lembrar também, no mesmo período, a própria
idéia de ação egoísta de Adam Smith, princípio do individualismo
utilitarista, onde caberia a cada unidade individual a realização de
suas tarefas baseadas no seu interesse particular, restando a mão
invisível o controle do que restava, neste caso o mercado 14.
Dentre os pensadores contemporâneos, que refletem acerca
do Direito e do Estado Moderno, em especial Max Weber, apontam
o séc. XVIII como determinante para construção do momento em
que, através de uma burocracia estatal composta por um grupo de
indivíduos qualificados para exercer o serviço público, um aparato
militar público e uma estrutura organizacional (assenhoreada do
uso exclusivo da força) com a finalidade de cobrança de tributos,
como um marco fundamental para fundação do Estado Moderno e,
por conseguinte, Direito Moderno.
Por caminhos teóricos que não serão objeto de nossa
análise, o Estado se impõe através do modelo de Estado de Direito,
em conjuntura combinada entre a necessidade de organização do
Poder Político na tentativa de fuga do estado de natureza e a
limitação desse poder político através da titularidade do povo no
exercício de sua vontade popular (marcada pela soberania popular
assinalada por John Locke, conforme afirmação anterior) onde o
povo representava o conjunto de proprietários, ou seja, os
possuídos da terra onde se deixou um pedaço da vida e, portanto,
129
tornou-se seu direito natural15.
Na crítica de Karl Marx, esse Estado de Direito será a
clivagem, o substrato de formação do Direito Moderno, enquanto
Estado que gerencia interesses da burguesia, garantindo a
reprodução das suas condições de produção, no mundo
capitalista 16.
Nesse sentido, portanto, o coroamento de projeto da
Modernidade se dará no Direito, enquanto reprodutor e garantidor
da harmonia (paz social), ou ainda, espaço de contingenciamento
das demandas sociais (segundo o modelo hegeliano), agindo na
consolidação dos três pilares fundamentais anteriormente
considerados: a família – ou o denominado projeto parental - o
contrato e a propriedade – ou ainda, na expressão de Luiz Edson
Fachin – as titularidades.
O projeto parental, espaço de proteção do patrimônio,
reprodutor da possibilidade de manutenção do poder econômico
burguês através de sua sucessão hereditária, permite a manutenção
da fixação do poder político na classe a que desde o início pertence
a burguesia.
Importante salientar que em países como o Brasil a
regulação da família passa pela realidade sócio-política nacional,
advinda de uma economia agrícola, influenciada pela elite
latifundiária que, embora tenha dado acesso aos seus filhos à
formação jurídica européia – á época embebida pelos auspícios
liberais – não aplicaram as mesmas categorias em nosso direito,
deixando as conquistas dos códigos oitocentistas somente com o
advento do Código de 1916.
Nosso Direito Civil começa com certo atraso no que tange
a proposta liberal do séc. XIX, e dispõe de um Direito de Família
15
Importantes as reflexões de RUZIK, Carlos Pianovski em texto denominado
Locke e a formação da racionalidade do Estado Moderno: o individualismo
proprietário entre o público e o privado in FONSECA, Ricardo Marcelo (org.)
Repensando a Teoria do Estado. Belo Horizonte: Fórum, 2004.
16
MARX, Karl. 18º Brumário de Luis Bonaparte. Tradução de Paul Singer.
Coleção Os pensadores. Rio de Janeiro: Editora Abril, 1976.
130
bastante conservador.
Afirma Orlando Gomes
17
GOMES, Orlando. Raízes históricas e sociológicas do código civil brasileiro.
In Direito Privado (novos aspectos). Rio de Janeiro: Freitas Bastos, 1961, p. 87.
18
Idem 10.
131
propriedades, desde que realizadas na intermediação do mercado,
ou ainda, segundo Carlos Eduardo Pianovski Ruzik instrumento de
trânsito jurídico de bens e interesses formado pelos princípios
resgatados do Direito Romano adaptados à realidade comercial
moderna.
O que significa afirmar que o Liberalismo Econômico não
caminha no compasso do Liberalismo Social, muito menos no
Liberalismo Político.
As teorizações modernas acerca dos contratos parte da
denominada autonomia da vontade, ou espaço de liberdade no qual
o Estado nada dispõem, espaço de total garantia da liberdade
cumprindo ainda, seu papel, quando da manutenção da referida
garantia.
Segundo Francisco Quintanilha Veras Neto a autonomia foi
constituída inicialmente enquanto postulado de ordem liberal,
através do conceito de autonomia da vontade utilizada enquanto
19
VERAS NETO, Francisco Quintanilha. Autonomia Coletiva na Economia
Solidária in Revista do Departamento de Ciências Jurídicas da Universidade
Federal de Rio Grande – FURG, Vol. 11, Ano 2005. Rio Grande: FURG, 2005,
p.289.
132
conceito de liberdade tornando-o indissociável do de fraternidade,
numa perspectiva social e não meramente individualista. Isto é, o
Estado aparece como agente direto do interesse coletivo com a
obrigação de fornecer diretamente aos cidadãos meios de
satisfação de necessidades e como orientador das atuações
privadas no sentido da solidariedade, da fraternidade e da
salvaguardas de direitos fundamentais.
Estava assim esboçado o primeiro núcleo daquilo que são
atualmente os direitos sociais. A história da sua elaboração
doutrinária coincide, em grande parte, com a história dos dois
últimos séculos da luta dos homens pela sua emancipação e pela
garantia de seus direitos.
Nesse momento, segundo os estudos de Ana Prata, o
Direito Administrativo aparece enquanto primeiro locus para que a
regulação das relações capital trabalho encontrasse guarida dentro
do ordenamento jurídico, ou ainda, para que o Estado depositasse a
demanda decorrente das relações do trabalho, sustentado por
autores como Leon Deguit 20.
A legislação tão somente englobaria as sociedades
comerciais, para além do individuo e do Estado. O Direito Francês
da segunda metade do séc. XIX colocaria o Estado como agente
do interesse coletivo.
Segundo a mencionada autora caberia ao Estado, em
primeiro lugar, a incumbência de promover as condições materiais
de acesso dos pobres, tarefa que esse, e tão somente esse, deve se
desincumbir.
20
PRATA, Ana. Constituição e Autonomia Privada.
133
em que a autonomia da vontade cede lugar à denominada
autonomia privada, ou seja, a intervenção da Lei sob os contratos
no sentido de garantir a igualdade de condições ou de contratar,
conforme realidades que surge ao longo da prática contratual –
leia-se comercial – no capitalismo.
Nesse momento, surge à necessidade de adaptação do
Direito Administrativo como uma espécie de deslocamento para o
Direito denominado Operário, que ganha autonomia tornando-se
Direito do Trabalho, ligado ao Estado (no Brasil inclusive porque o
Tribunal do Trabalho surge de uma atividade estatal exercida
eminentemente pelo Ministério do Trabalho), mas que aos poucos,
em toda a América Latina, ganha caráter especial, inclusive com
uma Justiça Especializada, a denominada Justiça do Trabalho.
Nos estudos de Ana Prata, recuperando a proposta de
Direito Público de Leon Deguit, o Direito Social deveria estar
contido nas competências das políticas públicas de Estado, ou seja,
o Direito do Trabalho era um problema de Estado, regulado pelo
mesmo e não um problema de Direito Subjetivo, ou ainda, uma
questão de Direito Privado.
Tal herança genética (qual seja a origem da seara para
resolução de demandas laborais junto ao Estado) foi menos
discutida em nossa teoria acerca da formação do Direito do
Trabalho uma vez que no Brasil, a maior parte dos autores, sempre
sustentou sua gênese nas políticas populistas interventoras da
década de 40 e não nos problemas que começam no lugar do
Direito em que os conflitos entre capital e trabalho se resolvem.
Entretanto, convém salientar que no primeiro manual de
Direito do Trabalho, ainda denominado Direito Operário, datado
de 1905, da lavra do Prof. Evaristo de Morais, o lugar do Direito
Operário seria dentro do próprio Código Civil.
Mas tal empreendimento foi rechaçado pelos civilistas da
época e não se manteve no Código de lavra do então autor, o
jurista Clóvis Beviláqüa em 1916, sobrando o Direito do Trabalho
para regulação do Estado.
A Consolidação das Leis do Trabalho de 1943 regulou tão
134
somente uma única espécie de trabalho, a condição de emprego ou
a expressão econômica do assalariamento, deixando de lado as
demais relações de trabalho que encontravam lugar, quando
consideradas autônomas, aí sim no Código Civil tais como a
empreitada ou a prestação de serviços.
Assim, os problemas posteriores do mundo do trabalho,
especialmente nos tempos que se seguiram aos anos dourados e
primeiras crises do capital, fundaram relações de subemprego,
trabalho precário, informalidade, associativismo, cooperação,
dentre outros, fazendo com que diversos empreendimentos na
tentativa de formalização de todas as expressões de trabalho não
possibilitasse sua organização aliada à proteção social.
Nesse sentido a Constituição Federal de 1988 acabou por
regular o Direito do Trabalho na intenção de observar o direito ao
trabalho, mas curvou-se aos limites do modelo retrógrado e
corporativista das legislações da década de 40 e 50.
Todavia, o modelo de Direito Sindical estabelecido
concentrou determinada possibilidade no que tange a denominada
autonomia coletiva, oportunizando a organização coletiva, ainda
que nos limites de dois instrumentos normativos próprios, quais
sejam os já denominados instrumentos normativos Acordo
Coletivo de Trabalho e Convenção Coletiva de Trabalho, vez que o
denominado Contrato Coletivo não vingou no ordenamento
brasileiro.
135
Para Canotilho, em análise que faz no seu Direito
Constitucional e Teoria da Constituição, os princípios, a partir de
Ronald Dworkin são standards de exigência da Justiça ou,
segundo Karl Larenz, standards de proximidade da idéia de
direito. Aponta ainda, a demoninação de Robert Alexy enquanto
mandatos de otimização baseados nas exigências da Justiça 21.
Celso Antonio Bandeira de Mello dispõe princípios
enquanto mandamento nuclear de um sistema, verdadeiro alicerce
dele, disposição fundamental que irradia sobre diferentes normas
compondo-lhes o espírito e servindo de critério para sua exata
compreensão e inteligência, exatamente por definir a lógica e a
racionalidade do sistema normativo, no que lhe confere a tônica e
lhe dá sentido humano.
Segundo a análise de Tarso Fernando Genro, a partir da
obra de Américo Plá Rodrigues, esse novo ramo do Direito se
constitui a partir de uma série de princípios, que representam a
necessidade de novas realidades que envolveriam a tarefa indigesta
ao capital, de regular as relações que nascem da tensão – imanente
tensão – oriunda acima de tudo de relações de proprietários e
despossuídos, indivíduos proprietários de capital e indivíduos
proprietários de mão-de-obra.
Além disso, cria-se uma política pública, que ainda
configura-se aquela desenvolvida no modelo fascista do governo
Mussolini, que dispunha de um enquadramento sindical, no qual,
as atividades da Indústria e Comércio, estavam pré-definidas
dentro de um quadro limitado onde a organização dos
trabalhadores só é possível nas categorias que a própria
Consolidação das Leis do Trabalho permitia.
O eminente autor uruguaio dispõe que princípios que se
consolidam no Direito do Trabalho emergem do denominado
princípio protetivo, desdobrado em 3 sub-princípios: in dubio pro
operario, norma mais favorável e condição mais benéfica e mais
21
CANOTILHO, Joaquim José Gomes. Direito Constitucional e Teoria da
Constituição.
136
cinco outros importantes pilares do juslaboralismo:
irrenunciabilidade de direitos, continuidade da relação de emprego,
primazia da realidade, razoabilidade e boa-fé 22.
Sergio Pinto Martins também classifica os princípios a
partir dos estudos do autor uruguaio, porém destaca que os
princípios da razoabilidade e boa-fé não são exclusivos do Direito
do Trabalho, mas da Teoria do Direito como um todo, encontrados
em qualquer ramo autônomo 23. Tal afirmação sofre a correção
oportuna de José Afonso Dallegrave Neto destacando que na
classificação de Américo Plá Rodrigues a existência do princípio
da boa-fé tem sentido diverso dos demais ramos do Direito uma
vez que as relações entre capital e trabalho tendem a ser tensas,
qualquer ato de má-fé afetaria a negociação coletiva e perderia o
sentido o máximo esforço para que as relações oriundas da
negociação salarial fossem ao menos harmônicas.
O princípio protetor ou protetivo traduz a própria essência
tutelar do Direito do Trabalho buscando a mínima nivelação, no
plano jurídico, que é concretamente negada pela realidade social,
pela predominância de uma situação histórica que é
fundamentalmente adversa do trabalhador. Suas regras são in
dubio pro operario, norma mais favorável e condição mais
benéfica.
A regra do in dubio pro operario ou pro misero cacarteriza-
se pela aplicação em questões que se tem dúvida, do melhor direito
em benefício do trabalhador, o que faz com que o empregador não
possa nunca deixar dúvidas em relação às condições de trabalho
que divergem daquela que apresentada pelo denominado
hipossuficiente, sendo daquele a prova da certeza.
A regra da norma mais favorável acaba por inverter a
hierarquia tradicional das fontes formais. Quando uma norma é
22
GENRO, Tarso Fernando. Direito Individual do Trabalho. São Paulo: LTr,
1985, p. 17.
23
MARTINS, Sergio Pinto. Curso de Direito do Trabalho. São Paulo: Atlas,
2005, p. 96.
137
mais favorável ao trabalhador do que outra, em suas condições
materiais, aplica-se a mais favorável. Quando a Lei ou Convenção
Coletiva de Trabalho prevê vantagem ao trabalhador em relação à
Lei, ou mesmo ao mínimo previsto na Constituição Federal, vale a
condição mais favorável.
A regra da condição mais benéfica destaca que as
condições mais benéficas ao trabalhador adquiridas ao longo do
contrato de trabalho, se aderem ao mesmo, de forma que devem
sempre permanecer em vigor. O trabalhador, por exemplo, não
pode ter redução salarial.
O princípio da irrenunciabilidade adverte que os direitos
alcançados pelos trabalhadores, nas melhorias das condições de
trabalho, não podem ser renunciados nem mesmo por eles. Esta
prerrogativa entende que a vontade do trabalhador está sujeita ao
vício de consentimento devido a situação inferior em relação ao
empregador. Portanto, ocorre a presunção de vício. Sendo assim, o
direito obtido é irrenunciável.
O princípio da continuidade caracteriza que, por ser o
contrato de trabalho de interesse público, já que o próprio emprego
é de interesse público no país, este princípio visa à manutenção do
contrato de trabalho em vigência. Por isso, a norma prevê o
pagamento de multa quando da quebra do mesmo, por parte do
empregador.
O princípio do Contrato Realidade e princípio da verdade
real traduzem que, no Direito do Trabalho, são válidas as relações
que se travam entre as partes e não as formalidades documentais.
Tarso Genro prevê ainda, enquanto relevante ponto de
reflexão do presente trabalho, o princípio da autodeterminação
coletiva, que extingue a autonomia individual oriunda do Direito
Civil, caracterizada na primeira parte da presente reflexão, e faz
nascer uma autonomia do individuo trabalhador dentro de sua
classe, envolvido no conflito de sua associação sindical-
profissional.
Nesse sentido, do processo do Trabalho dois princípios
merecem resgate no esteio de nossa argumentação: o princípio da
138
sentença normativa decorrente do poder normativo da Justiça do
Trabalho e o princípio da coletivização das ações individuais.
O princípio da Sentença Normativa se dá na possibilidade
do Juiz criar direitos, agir, segundo Carnelutti, no instrumento
normativo com corpo de sentença e alma de lei.
Já no princípio da coletivização das ações individuais o
objetivo é eliminar a ocorrência de inúmeras ações individuais
idênticas. Assim sendo, no processo do trabalho o legislador
permite que o sindicato postule em juízo em nome da categoria
que representa.
Esse conjunto de princípios revela a face do Direito do
Trabalho, um problema para lógica individualista moderna já que,
para apaziguar o conflito decorrente da demanda dos trabalhadores
uma série de pressupostos que confrontam com a lógica formal-
individual, mas que são condenados a conviver, no Estado Social e
Democrático Brasileiro, mas que, diversamente do que alguns
autores podem afirmar, não de forma pacífica, mas em inúmeras
vezes, conflituosa e violenta já que durante todo o tempo o direito
individual, se impõe a realidade social coletiva.
Poderia se denominar, a lógica formal-individual do Direito
Moderno de fetiche da coletividade, ou a adequação do coletivo a
lógica individual, ainda que coletiva por detrás do uno.
139
envolvidas ou para interpretar determinada norma jurídica.
No dissídio coletivo são criadas novas condições de
trabalho para categoria, entretanto, ainda na lógica do direito
individual como veremos no final da exposição.
Nos dissídios individuais, o objeto é a aplicação dos
direitos individuais do trabalhador. Os sujeitos nos dissídios
coletivos são indeterminados, pois na maioria das vezes alcançam
a categoria. Nos dissídios individuais, há empregado, de um lado,
e empregador de outro, diferente dos dissídios coletivos onde o
que está em jogo é o interesse da categoria como um todo.
Os dissídios coletivos podem ser divididos em econômicos
e jurídicos. Nos dissídios econômicos ou de interesse os
trabalhadores reivindicam novas e melhores condições de trabalho.
Objetiva-se a criação, modificação ou extinção de determinadas
condições de trabalho.
Nos dissídios jurídicos, ou de direito, o litígio ocorre na
aplicação ou interpretação de determinada norma jurídica a cuja
finalidade é apenas declarar o sentido da norma jurídica já
existente ou interpretá-la, como no caso da declaração de
abusividade de greve.
A sentença, no dissídio coletivo de natureza econômica,
tem natureza constitutiva ao criar as novas regras para categoria
enquanto que no dissídio coletivo de direito, sua natureza jurídica
será meramente declaratória.
O dissídio coletivo é uma ação de competência originária
dos Tribunais Regionais do Trabalho. Os Tribunais Regionais do
Trabalho serão competentes para conciliação e julgamento dos
dissídios coletivos instaurados na região de sua jurisdição.
Se o dissídio coletivo for de âmbito nacional ou envolver
um território de mais de um Tribunal, será competente o TST. A
competência para julgamento dos dissídios coletivos é da Seção de
Dissídios Coletivos conforme o art. 2º da Lei 7.701/88.
Os limites do poder normativo estão na Constituição e na
Lei estabelecendo o § 2º do inc. IV do art. 114 da Constituição,
que a Justiça do Trabalho, ao estabelecer normas e condições de
140
trabalho, deve respeitar as disposições convencionais e legais
mínimas de proteção ao trabalho. Esta, quando julga o dissídio
coletivo, emite uma norma chamada de sentença normativa.
Segundo Carnelutti, conforme já mencionado, a sentença
normativa tem alma de lei em corpo de sentença, sendo sua
natureza jurídica de ato jurisdicional, pois depende de provocação
do Poder Judiciário, não se tratando de ato legislativo, pois não é
emitida pelo Poder Legislativo.
Uma das conseqüências funestas para autonomia coletiva, a
partir da Ementa Constitucional 45/2004 foi à inclusão, nos
dispositivos constitucionais da condição, para que a parte ajuíze o
dissídio coletivo, além da tentativa de negociação coletiva ou a
arbitragem, que já existiam anteriormente, da necessidade de
assinatura de termo de comum acordo (§ 2º, inc. IV do art. 114 da
CF/88) tratando-se, portanto, de condição da ação do dissídio
coletivo. Além disso, dispõe o art. 859 da CLT que a representação
dos sindicatos para instauração da instância fica subordinada à
aprovação de assembléia da qual participem os associados
interessados na solução do dissídio coletivo, em primeira
convocação, por maioria de 2/3 dos membros, ou, em segunda
convocação, por 2/3 dos presentes. O TST entende que o art. 859
da CLT está em vigor conforme sua Súmula 177.
Existindo convenção, acordo ou sentença normativa em
vigor, o dissídio coletivo deverá ser instaurado dentro de 60 dias
anteriores ao respectivo termo final, para que o novo pacto
coletivo tenha vigência no dia imediato a este termo (§ 3º do art.
616 da CLT).
Aquele que ingressa com o dissídio coletivo é chamado
suscitante. Suscitado é aquele contra o qual foi ajuizado o dissídio
coletivo. Tendo o dissídio sido instaurado pelo Ministério Público
do Trabalho (suscitante) as demais partes serão suscitadas.
O dissídio coletivo terá de ser instaurado mediante petição
escrita, dirigida ao Presidente do Tribunal (art. 856 da CLT). A
petição inicial terá tantas vias quanto forem os suscitados (art. 858
da CLT), mais uma.
141
Na petição inicial, serão designados e qualificados os
suscitantes e os suscitados e a natureza do estabelecimento ou
serviço (art. 858, alínea “a” da CLT).
Devem-se informar, também, os motivos do dissídio e as
bases para conciliação (art. 858, alínea “b” da CLT).
As partes deverão apresentar, fundamentalmente, suas
propostas finais, que serão objeto de conciliação ou deliberação do
Tribunal.
O sindicato deverá comprovar que está autorizado a
instaurar o dissídio coletivo pela assembléia geral, bem como que
foram frustradas as tentativas de conciliação e arbitragem e juntada
de termo de comum acordo. Devem-se, também, apresentar a
convenção, ou o acordo, ou a sentença normativa que estava em
vigor, ou, ainda, o laudo arbitral, acaso existente.
Quando o dissídio for instaurado em razão de greve, a
petição inicial deverá ser instruída com a comprovação dos
requisitos legais para o exercício desse direito (Lei 7.783/89),
principalmente se foi atendido o aviso prévio de greve,
requerendo-se a declaração de abusividade do movimento
paredista, se for o caso.
As cláusulas constantes do dissídio coletivo poderão ser:
(a) econômicas, que são as que dizem respeito a reajuste de
salários, aumentos reais, de produtividade, piso salarial; (b)
sociais, atinentes a garantia de emprego, condições de trabalho
menos gravosas à saúde, sendo, portanto, vantagens indiretas; (c)
sindicais, que tratam de relação entre as empresas e o sindicato,
como as cláusulas que instituem representantes sindicais na
empresa, as que prevêem descontos assistenciais, etc.
A alínea c do inciso II do art. 2º da Lei 7.701/88 permitiu
ao TST expedir precedentes normativos, a respeito dos precedentes
jurisprudenciais em dissídio coletivo, que acabam sendo cláusulas
mais comuns no processo coletivo, devendo as cláusulas
estabelecidas pelas partes adaptar-se a tais regras.
No dissídio coletivo, é vedada a estipulação ou fixação de
cláusula de reajuste ou correção salarial automática vinculada a
142
índice de preços. Nas revisões salariais na data-base anual, serão
deduzidas as antecipações concedidas no período anterior a
revisão. Qualquer concessão de aumento salarial a título de
produtividade deverá estar amparada em indicadores objetivos.
A Justiça do Trabalho não tem competência para julgar
dissídios coletivos de funcionários públicos e quando o Estado
quando vai conceder reajustes salariais a seus servidores deve
primeiro ater-se ao princípio da estrita legalidade, que norteia a
Administração Pública.
Os militares se mantém sem o direito de ajuizamento de
dissídio coletivo, pois estão excluídos da sindicalização e da greve
(art. 142, § 3º, IV, da Constituição Federal).
Os empregados de empresa pública, sociedades de
economia mista ou outras entidades públicas que explorem
atividade econômica poderão ajuizar dissídio coletivo na Justiça
do Trabalho, como ocorre com o Banco do Brasil, Petrobrás, pois
estão sujeitos ao regime celetista, sendo titulares dos direitos
sociais regulados pela Constituição Federal.
O cumprimento do dissídio coletivo será feito por
intermédio de ação de cumprimento, perante a Vara do Trabalho,
pois a sentença normativa não é suscetível de execução, mas de
cumprimento; a referida ação deverá ser instruída com a certidão
da decisão coletiva.
Apesar de no Parágrafo único do art. 872 da CLT estar
escrita a palavra salário, deve-se entender que a ação de
cumprimento estende-se a quaisquer outras condições de trabalho,
que forem previstas na sentença normativa e não cumpridas
espontaneamente pelo empregador. Não é necessário o trânsito em
julgado da decisão normativa para ajuizar-se a ação de
cumprimento (enunciado 246 do TST).
A ação de cumprimento tanto poderá ser proposta pelo
empregado como pelo sindicato. Este pode ajuizar a ação
independentemente da outorga de poderes dos substituídos.
A legitimidade do sindicato para propor ação de
cumprimento estende-se também à observância de acordo ou de
143
convenção coletiva de trabalho (Em. 286 do TST). Nas ações de
cumprimento, os empregados poderão fazer-se representar pelo
sindicato da sua categoria (art. 843 da CLT).
Na defesa, é vedado discutir matéria de fato e de direito já
apreciada na sentença normativa (Parágrafo único do art. 872 da
CLT) e se houver necessidade, será feita instrução processual,
sendo ouvidas as partes, testemunhas e até determinada perícia
para apurar as diferenças cabíveis.
Assim, ainda se estabelece, ante ao direito positivo o
procedimento de dissídio coletivo no Brasil.
144
doutoramento datada de 2004, o trabalho portuário no Brasil
contribuiu para as conquistas do direito constitucional do trabalho,
ao mesmo tempo em que limitou o seu potencial emancipatório na
medida em que
24
COSTA, Eder Dion de Paula. O trabalho portuário avulso na modernização
dos portos. Tese para obtenção do título de doutor em Direito pelo Programa de
Pós-Graduação da Universidade Federal do Paraná. Curitiba: UFPR, 2004.
145
Constituição de 1988 já tinha igualado o direitos dos trabalhadores
portuários aos demais direitos protegidos pelo seu art. 7°, e ainda,
a nova Lei, manteve a lista dos filiados na entidade sindical, únicos
alocáveis para prestação de serviços.
Somente com a proposta de constitucionalizar o direito ao
trabalho, corroborando com a proposta da Organização
Internacional do Trabalho, quando tal direito passou ao status de
direito fundamental, no sentido de positivação de direito humano –
conforme proposta de Robert Alexy 25 – acontece à recepção
constitucional da regulação do direito ao trabalho e tal preservação
serve ao Direito Cooperativo na medida em que o trabalho em
Cooperativas pode também vir a ser organização a partir de um
Direito Coletivo, direcionado para os organismos cooperativos de
forma e configuração jurídicas ainda em aberto (já que atualmente
não existem associações de cooperativas).
O Cooperativismo se funda na propagação de sete
princípios fundamentais, quais sejam a gestão democrática, adesão
livre e voluntária, independência econômica, autonomia financeira,
educação para o cooperativismo, o interesse pela comunidade e
intercooperação.
Percebe-se que no Cooperativismo Popular (conjunto de
Cooperativas formadas essencialmente por trabalhadores, oriundas
do Movimento Social de trabalhadores) os empreendimentos
organizam-se em Redes, devido à fluidez do mecanismo de
organização social, que possibilita a capilaridade e mobilidade
necessária para a organização, já que as firmas, na atual fase de
organização do capital, utilizam o sistema de redes para se
organizar, desagrupar e reagrupar com maior rapidez.
Para a presente reflexão, mais do que os demais princípios
acima elencados interessa-nos especial atenção ao interesse pela
comunidade e a intercooperação, para afirmação das realidades
25
Na obra, traduzida pelo Prof. Luis Afonso Heck direito fundamental é o
direito denominado humano positivado pela Constituição Federal de um Estado
Nacional.
146
locais, desenvolvimentos das comunidades em que vivem os
trabalhadores cooperados e formação de uma rede de
comercialização de produtos oriundos de uma nova ética do
trabalho, que garanta a democratização dos resultados do trabalho.
O interesse pela comunidade deve estar aliado à autonomia
coletiva, pois ninguém é livre ou autônomo quando não percebe o
verdadeiro significado das palavras aqui construídas, eivadas do
conteúdo e significação de seu verdadeiro sentido.
Autonomia Coletiva é interessar-se pelo desenvolvimento
de sua comunidade, pois significa a garantia de aprimorar o
trabalho em prol do desenvolvimento social dos próprios
trabalhadores fazendo com que, inclusive no que tange a nova
condição do trabalhador e da forma como se reconhece no mundo,
ele possa melhor servir-se da vida.
A educação para o cooperativismo garante ao trabalhador a
educação para melhor inserção no trabalho, na ação, na conquista
de sua dignidade, no reconhecimento enquanto cidadão, qual seja,
componente de uma comunidade em que todos têm acesso ao
respeito.
Os trabalhadores que se educam, no melhor sentido do
termo, não somente com o conhecimento tradicional, mas o
popular (reconhecimento enquanto detentor de conhecimento no
sentido acadêmico do termo), participam do espaço de civilidade,
fazendo parte da formação da esfera pública porque se sentem
dentro dela, ou seja, se sentem inseridos.
Conclusões
147
Fernanda de Oliveira Santos e Eloíza Mara da Silva 26
escrevem a respeito das inovações da Economia Popular Solidária,
dos empreendimentos populares que, embora se reconheça o seu
espaço de organização incipiente em relação ao espaço de
organicidade e socialização do capital, mas são lacunas do modelo
atual. Concordamos com a afirmação das autoras por acreditar que
nas lacunas encontramos os sinais dos tempos futuros.
Uma das inovações organizacionais das últimas décadas do
séc. XX e primeiras no séc. XXI é a organização em Rede,
decorrente de uma nova divisão do trabalho.
Segundo Abili Lazaro Castro de Lima, a globalização
econômica produz uma nova divisão do trabalho, a denominada
divisão internacional, que gera uma exclusão estrutural, para além
dos limites dos direitos garantidos pelas estruturas estatais.
Vejamos
148
sentido François Dosse traz a idéia de rede para o campo das
ciências sociais
149
novos direitos na exploração do potencial emancipatório da
Constituição Federal de 1988 – de outro não tira a capacidade
criadora do Direito Coletivo, seja na esfera da negociação seja na
criatividade do Poder Judiciário.
Uma nova realidade: no meio do processo de organização
capitalista, que salvaguarda nossa reflexão aparece a
contemporânea crise do modelo do sistema financeiro. Nos últimos
quatro meses não ouvimos as análises dos intelectuais
neoclássicos, neoliberais ou neomarginais (uma denominação mais
apropriada aos economistas que criticam as políticas de bem estar
a partir de Bretton Woods, que se aproximam muito mais do
marginalismo do que do liberalismo clássico).
Os intelectuais da economia estão retomando Keynes e
nunca na história da Alemanha o capital de Marx teve suas edições
tão esgotadas (motivo que representa deleite para nossa satisfação
teórica e política – um sentimento de alívio de quem não estava o
tempo todo enganado!).
Ainda, na construção da Economia Popular Solidária, o
processo de organização dos empreendimentos populares carrega a
esperança de construção da intervenção social, que acaba por
construir a consciência do trabalhador: a certeza que na
solidariedade se afirma a vida se afasta o egoísmo, se ajusta a
igualdade.
A felicidade está muito mais próxima do coletivo do que do
individual porque uma casa, um barco, um frigorífico, uma sala de
aula, construída pelas mãos dos trabalhadores, para ser a casa em
eles vão morar, o barco em que eles vão pescar, o frigorífico em
que serão beneficiados os peixes que eles próprios vão
comercializar e mesmo a escola em que seus filhos vão estudar
garantem a liberdade para sua comunidade.
O interesse pela comunidade é a garantia da autonomia e da
liberdade, a efetivação da sua identidade.
É o que ocorre de mais importante na constituição dos
sujeitos coletivos.
É preciso afirmar que no processo de formação, de
150
construção do sujeito, de recuperação da auto-estima e valorização
pessoa humana é que ocorre a afirmação, e a partir dela a
construção da autonomia.
Pensar as conseqüências dos modelos sociais, o futuro do
capitalismo, a viabilidade dos empreendimentos solidários sem
esquecer dos processos de formação e enraizamento dos valores
humanos e acima de tudo do resgate da dignidade dos homens
(processos em que se valorizar a dignificação da vida comunitária,
tal e qual ela significa para cada um de seus membros ou sujeitos)
isso sim pode ser denominado horizonte socialista.
Porque o socialismo não é um futuro igualitário, um
destino emancipatório, uma cruzada pela utopia: o socialismo é a
plena felicidade na compreensão de limite de sua dimensão para
permitir a felicidade do outro. É ser feliz por permitir a felicidade
plena; ser feliz somente na felicidade de todos.
REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
151
UFPR, 2006.
OPUSZKA, Paulo Ricardo. Cooperativismo: uma leitura a partir das experiências
utópicas ao atual modelo empresarial in Revista Raízes Jurídicas do Curso de Direito e
da Pós-Graduação da Universidade Positivo. Vol. 3, N. 2, Julho-Dezembro de 2007.
OPUSZKA, Paulo Ricardo e CARBONERA, Silvana Maria (org.). Direito Moderno e
Contemporâneo: perspectivas críticas. Pelotas: Editora Delfos, 2008.
PRATA, Anna. A tutela constitucional da Autonomia Privada. Coimbra: Almedina, 1998.
RODRIGUEZ, Américo Plá. Los princípios Del Derecho Del Trabajo. Montevideo:
Biblioteca Jurídica, 1975.
SANTOS, Fernanda de Oliveira e SILVA, Eloíza Mara da. A legitimidade da economia
solidária: os eixos principiológicos dos grupos populares para legalidade do Estado
Democrático de Direito Brasileiro – princípios da economia solidária. Artigo publicado
na Revista “Estudos de Direito Cooperativo e Cidadania” do Programa de Pós-Graduação
da Universidade Federal do Paraná. Curitiba: UFPR, 2007.
SOUZA FILHO, Carlos Frederico Marés de. Multiculturalismo e direitos coletivos in
SANTOS, Boaventura de Souza. Reconhecer para libertar: os caminhos do
cosmopolitismo multicultural. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2005.
VERAS NETO, Francisco Quintanilha. Autonomia Coletiva na Economia Solidária in
Revista do Departamento de Ciências Jurídicas da Universidade Federal de Rio Grande –
FURG, Vol. 11, Ano 2005. Rio Grande: Universidade Federal de Rio Grande – FURG,
2005.
152
A (IN)SUSTENTABILIDADE LOCAL NO PROCESSO DE
GLOBALIZAÇÃO DA LAGUNA DOS PATOS: O CASO DA
PESCA ARTESANAL
Introdução
1
Mestrando do Programa de Pós-Graduação em Educação Ambiental/FURG –
maiconbravo@yahoo.com.br
153
explorado, é permanecer aparte de todo o processo promovido pela
“globalização”. O não explorado é o rejeitado, é o vagabundo, o
preso ao local ou o aprisionado, e em tempos contemporâneos
perder a mobilidade é estar atrelado aos rejeitos, pois os proveitos
já foram abduzidos.
Trazida com promessas de desenvolvimento, nada claras e
nem um pouco precisas, a globalização teve um incremento de sua
presença na Laguna dos Patos por volta da década de 1940, com as
firmas de salga e pescados, mas foi durante a década de 1970, que
alcançou seus ápices com as políticas públicas para
desenvolvimento da atividade pesqueira no país. O Decreto-Lei
221 de 28 de fevereiro de 1967 concedeu incentivos e isenções
fiscais à pesca, o que acabou superdimensionando a capacidade de
extração e ocasionou a sobrepesca, com impactos sentidos até
hoje, três décadas após o frenesi pesqueiro empresarial-capitalista.
As relações de exploração da natureza e dos seres humanos
dadas nesse contexto contrariaram as propostas de
desenvolvimento da pesca – ou não, caso se considere
desenvolvimento como des-envolvimento das populações dos seus
locais, o que então poderia ser considerado um sucesso
significativo 2 – e o surto industrial pesqueiro das décadas de 1970-
80 foi-se junto com os cardumes extintos pela inexistência de
limites à exploração da natureza. Em meio a isso, a globalização
mostra seu lado pouco louvável, seu desapego ao espaço e aos
valores a que presta reverência.
Na primeira etapa de desenvolvimento da reflexão, far-se-á
um esforço para compreender o termo globalização e suas
implicações socioambientais. Num segundo momento, pensar-se-á
o dito “des-envolvimento” da pesca e as políticas públicas que
favoreceram sua disposição. Por fim, tentando um cruzamento
2
Carlos Walter Porto-Gonçalves trata o termo “desenvolvimento” como “des-
envolvimento”, ou uma estratégia de “[...] subverter o modo como cada povo
mantém suas relações de homens (e mulheres) entre si e desses com a natureza”
(2006, p. 81).
154
entre o termo globalização e as práticas de industrialização da
pesca na Laguna dos Patos pensar-se-á a globalização do local,
suas consequências e vistas a uma sustentabilidade da atividade
pesqueira.
1 Do conceito de Globalização
[...] foi cunhada com a maré montante dos recursos das potências
modernas e das ambições intelectuais modernas. [...] Declarava a
intenção de tornar semelhantes as condições de vida de todos, em toda
parte, e, portanto, as oportunidades de vida para todo mundo; talvez
mesmo torná-las iguais” (1999, p. 67).
155
colonialista, imperialista ou fossilista fordista – embora partes do
mesmo processo, operar uma compressão do espaço-tempo
fantástica. As comunicações entre pontos geograficamente
distantes são instantâneas, ignorando completamente o percurso
físico que a mensagem deveria percorrer desde seu remetente até
seu destinatário. Isso, por um lado, oportuniza um amplo alcance
na capacidade de troca de experiências entre sujeitos em pontos
distantes no globo, tornando a comunicação quase instantânea. Por
outro lado, o acesso a locais distantes, a mobilidade que ignora
restrições físicas e a operação sob valores regidos pela acumulação
capitalista tornam a existência concreta nos locais que atraem a
atenção dos “investidores” bastante insuportável, pois que, sendo
global, o capital não mais se vê responsável pelos locais onde se
instala provisoriamente para explorar suas atividades produtivas.
156
(base da escravidão moderna) e, assim, essa tríade – modernidade-
colonialidade-racialidade – continua atravessando, até hoje, as
práticas sociais e de poder” (2006, p. 25).
A segunda fase, o Capitalismo Fossilista e o Imperialismo,
tem início no século XVIII, estendendo-se ao início do século XX
e aos dias de hoje. É marcado pelo início da utilização do carvão
como fonte de energia, “armazenada numa pequena unidade de
matéria”. Assim, “[...] a indústria, com a máquina a vapor, não tem
mais que estar junto ao local onde é produzida a matéria- prima,
sobretudo quando a máquina a vapor é adaptada aos transportes
(ferrovias e navegação oceânica)” (PORTO-GONÇALVES, p. 28).
Sem as restrições relativas de espaço para a produção em massa de
mercadorias, sendo a própria energia transformada em mercadoria,
o capital começa a se desamarrar do local, começa a se tornar
ainda mais global em sua atividade produtiva.
[...] Tudo passa a ser removido e movido pelo mundo, submetido pela
lógica da produção de mercadorias sob o comando dos grandes
monopólios industriais financiados pelos grandes bancos, dividindo
territorialmente em áreas de influência entre os diversos imperialismos
nacionais (PORTO-GONÇALVES, 2006, p. 31).
157
originaram reciprocamente esta fase. A manutenção e o acesso a
territórios passou a representar uma larga zona de interesse para o
capital e para o seu desenvolvimento sustentável, explorando
racionalmente para explorar sempre. No entanto, não se considera
a tendência ao ilimitado que a acumulação de capital promove, e
sob sua égide nenhum desenvolvimento consegue ser sustentável.
Ao bradar desenvolvimento sustentável deixa-se de perguntar:
sustentar o quê? para quê? para quem? por quanto tempo?
Questões cruciais para preservar ou transformar a atual situação
limite a que chegamos (consultar PORTO-GONÇALVES, p. 40-2,
e o conceito de Pegada Ecológica).
A globalização, ou a globalização capitalista, tem suas
várias fases atualizadas na contemporaneidade, sendo que o
Colonialismo e o Imperialismo mostram-se como nunca atuantes
nos padrões dominados das relações de poder mundiais. Presos
numa localidade que lhes priva a saída, mas permite a entrada de
agentes a mando dos capitais extraterritoriais, os locais sofrem
uma globalização concreta e imaterial: despojados de seu acesso
aos locais públicos, de acesso à voz nas decisões diretamente
ligadas às suas vidas, eles também são despojados de seus saberes
e fazeres, de sua cultura, sendo globalizados, transportados para
um ambiente virtual produzido pelas elites globais onde se cultua
seus valores e relega ao status de cafonice tudo o que é local.
Despregando dessa forma os sujeitos, a globalização transforma a
todos em criaturas sem lenço nem documento, para além das
identidades fragmentadas da contemporaneidade.
Para justificar e legitimar seu discurso e seus valores, a
globalização faz uso do discurso científico e da técnica como
panaceia de todos os problemas humanos, inclusive os ecológicos.
Sempre haverá uma solução técnica capaz de minimizar, não
eliminar, os problemas. A discussão política, econômica e social
passa ao largo do epicentro do desafio ambiental contemporâneo, e
o capital justifica-se e à sua exploração por meio de um jeito,
senão certo, então melhor, de fazer as coisas – às custas dos locais
(naturezas e pessoas).
158
Como outra ferramenta para sua hegemonia, a globalização
utiliza a proposta do desenvolvimento e sua difusão como forma
de acessar todos os lugares. Transformado em desejo na sociedade
de consumo, o desenvolvimento segue seu caminho sem fim até
não poder mais ser suportado pelo local, pois quando não mais
puder explorar os locais e os do local, retira-se e parte para campos
mais verdes. Desenvolvimento, nesse sentido, soa como
dominação da natureza e os fins a que almeja esse termo nebuloso
são distorcidos e incertos, uma vez que a produção nada produz,
quando muito extrai, e a riqueza é promovida às custas da miséria
alheia. Proveitos e rejeitos são divididos desigualmente, sendo que
poucos ficam com os proveitos e muitos ficam com os rejeitos,
polarizados.
O ideal de globalização do progresso segue a agenda da
globalização capitalista e esse modelo é definitivamente
insustentável.
159
procurando outras paragens e maior flexibilidade.
160
inclusão dos diversos protagonistas no espaço de decisão de suas
próprias vidas, seus próprios destinos, democratizar a democracia.
Porém, seguindo o sentido inverso, a Laguna foi globalizada.
161
parelhas aguardavam a captura dos peixes enquanto saíam da
laguna após desovar, assegurando sua reprodução. Pontuando
Capivaras, Passinho, Praia do Norte, Cocuruto e Barra, as parelhas
dispunham-se nessa ordem, de norte a sul pelo interior da laguna
para capturar o peixe, sendo que, mesmo depois de sua saída pela
barra, o mesmo cardume ainda seria pescado no oceano pelo
arrasto de praia.
Um ritmo pautado pela temporalidade da natureza era
predominante, e mesmo se tendo oscilações na pesca, essas eram
sazonais e alheias, em grande parte, às atividades do ser humano.
Tal submissão aos ritmos da natureza, no entanto, foi interpretada
como “atraso”, como falta de desenvolvimento, e em finais da
década de 1960 gestaram-se políticas públicas para
162
de proprietários locais, trabalhavam com o pescado seco e salgado,
e empregavam 375 trabalhadores permanentes e temporários; as
outras duas, filiais de empresas com sede em São Paulo e Rio de
Janeiro, dispunham dos benefícios do Decreto-Lei 221/67,
produziam pescado congelado e filé de peixe, e empregavam 860
trabalhadores.
A produção de pescado no município de Rio Grande
alcançou seu ápice entre os anos de 1973-4, com 93.679 toneladas
de pescado (FINCO & ABDALLAH), e a partir desse ano entrou
num ritmo de oscilações decrescente. Muito embora a
Superintendência para o Desenvolvimento da Pesca (SUDEPE)3,
coordenadora das atividades pesqueiras no país, tenha surgido “[...]
num contexto de proteção dos recursos naturais renováveis e de
desenvolvimento das atividades voltadas à exploração dos recursos
naturais renováveis” (ABDALLAH, 1998, p. 44), sua função
fiscalizadora foi bastante limitada e pouco atuante. Devido
principalmente à falta de reflexões sobre os impactos que tal política
e tal ampliação da exploração teriam, deu-se início a um processo
que se tornaria a nêmese da pesca na laguna, a sobrepesca.
3
A SUDEPE fora extinta por meio da Lei nº 7.735, de 22 de fevereiro de 1989,
sendo substituída em suas atribuições e competências pelo Instituto Brasileiro
de Meio Ambiente e Recursos Renováveis (IBAMA).
163
foram em sua maioria privados do apoio do Decreto-Lei 221/67
(DIEGUES, 1983).
A pesca artesanal, para além do uso de técnicas
rudimentares ou avançadas em suas atividades, pode ser
rapidamente caracterizada por: a) utilização de mão de obra para
além da família; b) atividade pesqueira é principal fonte de renda e
os padrões de distribuição, em partes, são menos igualitários que
os da pesca de subsistência, diferenciando proprietários e
camaradas; c) exige conhecimentos específicos; d) a propriedade
dos meios e instrumentos de trabalho têm papel importante; e)
avanço tecnológico com a embarcação motorizada, redes de
náilon, novos processos de conservação e transporte; f) firmas
ganham terreno sobre o atravessador (DIEGUES, 1983).
Por outro lado, a pesca empresarial-capitalista apresenta: a)
a propriedade dos instrumentos por uma empresa capitalista; b)
todas as funções são remuneradas em salário; c) o poder de decisão
sobre a pesca escapa às mãos do pescador; d) descaracterização do
saber fazer do mestre em detrimento de equipamentos técnicos; e)
escala da produção implementada por grandes barcos e ampla
infraestrutura de terra; f) a atividade é voltada à produção de
mercadoria.
A organização, as metas e o alcance do impacto do
pescador artesanal foram sobremaneira afetados pelo surgimento,
exploração/desgaste e evasão das indústrias pesqueiras. Se seus
saberes e fazeres garantiam-se reproduzidos com a hegemonia da
pesca artesanal e sua submissão aos ritmos produtivos naturais,
com a introdução de outros modos de produção e outros valores
estimulados e promovidos pelo estado e a imposição dos ritmos do
capital, o pescador artesanal começou a se ver privado de acesso
aos mercados consumidores. “[...] Os pescadores artesanais por
não possuírem tempo disponível para a venda do pescado e nem
meios de conservarem o produto para futura comercialização,
foram extremamente prejudicados” (FINCO & ABDALLAH, p.
183). Mesmo podendo vender sua produção às indústrias, as
pressões foram feitas em sentido de uma adaptação às novas
164
formas de organização da produção e a absorção de mão de obra,
basta destacar que para a maior produção de pescado do município
de Rio Grande entre os anos 1973-4, das 93.679 toneladas, 67.639
provieram da pesca industrial e apenas 26.040, 28% do total, da
pesca artesanal (FINCO & ABDALLAH). Estes números servem
para indicar, também, a capacidade de exploração a que a pesca
empresarial-capitalista pode submeter à natureza.
Diante de tamanha adversidade, a pesca artesanal acabou
sucumbindo às pressões exercidas pela pesca empresarial-
capitalista, e apesar de nenhuma das duas formas terem
desaparecido, nada lembra os Períodos de Organização Industrial,
ápice da pesca artesanal, e Consolidação e Auge, representativo da
pesca empresarial-capitalista 4.
4
Wyse (2000) categoriza três períodos da atividade industrial na cidade de São
José do Norte, sendo eles: a) Período de Organização Industrial, 1940-65; b)
Consolidação e Auge, 1965-85; c) Término das Atividades, 1985-95.
165
artesanal e das firmas comerciais, que beneficiavam e distribuíam
o produto pescado. Os destinos principais das mercadorias eram
Rio de Janeiro, São Paulo e a Região Nordeste do país. Pode-se
notar o desvínculo que há entre os produtores e os consumidores
do pescado, e diante da dita abundância, característica nos
noticiários locais da época, a produção de excedente deveria ser
fantástica, proporcionando uma acumulação significativa por parte
dos proprietários das firmas.
O que mais caracteriza o momento, no entanto, é sua
inserção na terceira fase da globalização, sugerida por Porto-
Gonçalves, ou o Capitalismo de Estado Fossilista Fordista. A não
percepção da existência de limites autoimpostos pela natureza à
sua exploração, nublada pela limitação das atividades extratoras,
seja pela técnica, seja pela organização social do trabalho, criou a
falsa realidade de infinitude da exploração da natureza. A
abundância alcançada dentro de um determinado contexto, muito
mais definido pelos ritmos da natureza do que pelo domínio dela
pelo homem, criou uma expectativa de eternidade daquela
situação. Entre 1932 e 1962
166
região, que acabou por inserir suas lógicas e organizações de
trabalho no local. Mais do que em qualquer outro momento, o
Período de Consolidação e Auge da atividade industrial em São José
do Norte representou o processo de globalização na laguna.
A ampliação da produção conseguida através de políticas
públicas federais “abriu” de modo significativo a laguna aos
interesses globais. Mais do que transportar os produtos para serem
consumidos em outros locais, desvinculados do local de produção,
agora os investidores também eram extraterritoriais, e o objetivo
último da produção, o lucro, também escoava do local para outros
pontos do país, no caso Rio de Janeiro e São Paulo. O aporte do
capital nas atividades locais, tido como desenvolvimento, sempre
procurando pela flexibilidade, foi muito bem-recebido, sustentado
com promessas de bem-aventurança e riqueza para a região. O que
não foi considerado pelos investidores globais e pelo estado,
contudo, foram os limites para o exercício das atividades extrativas
do pescado na laguna.
167
com preocupações ambientais e com a reprodução de seu sistema.
Medidas como “[...] limitar a pesca por ‘tempo’ determinado,
controlar as licenças de pesca, estabelecer taxas pelo produto
pescado, bem como determinar cotas de capturas como forma de
impor uma exploração racional do recurso pesqueiro” (FINCO &
ABDALLAH, p. 181), são tomadas a fim de gerenciar a
disponibilidade dos cardumes para a exploração. No entanto, o
conceito de sustentabilidade exige complementos.
Leila da Costa Ferreira define sustentabilidade como o ato
de
[...] sustentar algo, ao longo do tempo, [...] para que aquilo que se
sustenta tenha condições de permanecer perene, reconhecível e
cumprindo as mesmas funções indefinidamente, sem que produza
qualquer tipo de reação desconhecida, mantendo-se estável ao longo do
tempo (In FERRARO JÚNIOR, 2005, p. 315).
168
desconsideração da sustentabilidade do local e dos habitantes do
local como de responsabilidade do agente explorador. Polarizando
os proveitos de um lado e os rejeitos de outro, extraídos de sua
materialidade concreta, a globalização criou uma sociedade
calcada na desconexão, na displicência e no abuso, por regra
insustentável. As pessoas que consumiram os filés de peixe da
Laguna dos Patos nas regiões Sudeste e Nordeste não tinham como
imaginar que seu deleite custou a morte da Laguna.
Então sustentabilidade e capitalismo são, em todos os
sentidos, incompatíveis, pois seus valores de consumismo e
produção de riqueza abstrata escapam da materialidade limitada
que a sustentabilidade exige.
Considerações Finais
169
públicas de estado desenvolvimentista e fiscalização ineficiente,
limites nublados para a exploração da natureza, a globalização
triunfou sobre o local, transformando o mais rápido que podia
natureza em mercadoria, ignorando completamente o impacto de
suas atividades sobre a região. O resultado foi um esgotamento da
piscosidade da laguna e um processo de rejeição do local uma vez
que já “não fazia sentido economicamente” permanecer aqui.
Como bem coloca Jeremy Seabrook apud Zygmunt
Bauman, “a pobreza não pode ser ‘curada’, pois não é um sintoma
da doença do capitalismo. Bem ao contrário: é evidência de sua
saúde e robustez, do seu ímpeto para a acumulação e esforço
sempre maiores...” (1999, p. 87). A Laguna dos Patos representou
por determinado tempo o sucesso capitalista na região, a promessa
de boa vida e riqueza para os do local. No entanto, não passou de
uma vítima, uma hecatombe para o sustento do capital, que logo
em seguida se deslocou, voraz, para outras regiões.
Se ao vencedor cabem as batatas, aos perdedores resta
permanecer no local e tentar organizar o que restou, a despeito de
todo incontável dano sofrido, ambiental e humano.
A experiência vivida, no entanto, não pode ser espoliada, e
esse triste episódio deve servir como um alerta sobre a ausência de
travas ao capital, sobre a submissão do trabalho diante do capital e
sobre as dúbias propostas de uma aldeia global. Apenas através da
consciência cidadã, para além de uma cidadania composta de
direitos e deveres, que insira o protagonista no seu local como
responsável por sua manutenção, cidadania que se queira crítica,
transformadora e emancipatória, pode-se pensar em
sustentabilidade. Sujeitos que compreendam o real como não
definido nem definitivo, que tenham consciência de sua
maleabilidade e seus limites e que percebam a autonomia que
detêm, são sujeitos preparados para um enfrentamento digno do
desafio ambiental contemporâneo, e definitivamente um dos
caminhos para a formação desse sujeito, não o único, mas como
outros primordial, é a educação, que também se queira crítica,
transformadora e emancipatória.
170
REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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24, 1999.
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1999.
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DIEGUES, A.C.S. Pescadores, camponeses e trabalhadores do mar. São Paulo: Ática,
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sustentabilidade. In: FERRARO JÚNIOR, Luiz Antonio. Encontros e caminhos:
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WYSE, Rosângela de Fátima Coelho. A atividade industrial no município de São José do
Norte no período de 1940-1995. Rio Grande: FURG, 69p, 2000.
171
172
NATUREZA DA/NA CRISE DOS PARADIGMAS
NO SÉCULO XXI
Introdução
173
representar o período histórico do qual estaremos nos referindo,
nos debates paradigmáticos das partes seguintes com Boaventura
de Sousa Santos, Immanuel Wallerstein, Aníbal Quijano e outros.
174
fragmentada (por parte), lineares em sua sequência e subsumida à
visão hegemônica do segundo momento e das concepções a ele
subjacente sobre os demais. É preciso descolonizar o pensamento,
e neste pensarmo-nos como parte de um todo, e que, esta parte (a
América Latina), emergiu enquanto subalterna e explorada pelo
centro, a Europa e agora os EUA (DUSSEL, 1991). E que, este
centro produziu-se como sendo o todo, o universal, o destino que
deveríamos seguir enquanto nação, país ou povo em suas
concepções hegemônicas de pensar e de viver (WALLERSTEIN,
2006; WALTER-PORTO, 2006).
O segundo momento ou movimento será aquele a partir do
século XVIII, que diferente do anterior que era regido por Deus,
que era quem autorizava o que quer que seja; que desvendava
através das escrituras e de seus asseclas o conhecimento dos
mistérios da natureza e “catequizava os bárbaros” (diga-se domínio
e subjugação dos povos conquistados). Neste momento, será a
ciência (os saberes humanos) que ao justificar compreensão das
coisas e de seu funcionamento autorizaria a sua exploração e
usufruto a bel prazer (dominação). Eis a síntese do imaginário que
sai da segunda moderno-colonialidade: o homem está autorizado a
dominar a natureza, posto que conheça objetivamente os seus
mistérios por meio do método científico (WALTER-PORTO, 2006,
p 20).
Em decorrência dessa concepção, e da aceitação desses
fundamentos paradigmáticos que não se faz nos céus, mas bem
aqui na terra, cada vez mais as relações mundanas, cotidianas, são
mediadas por relações na qual a quantidade (o número, a exatidão,
a lei, o que pode ser provado, a razão, o cérebro) impõe-se sobre a
qualidade (a subjetividade, o acaso, a sensibilidade, o coração, a
vida). O lucro (dinheiro) mediará, enquanto representante supremo
desta concepção, as relações dos homens e mulheres entre si e com
a natureza (WALTER-PORTO, 2006 p. 21). Processo esse que se
ampliará a todos os espaços na medida em que o sistema
socioeconômico-político que o subjaz, o capitalismo, mundializa-
se e ocupa todos os espaços. Até mesmo o tempo é reduzido a
175
dinheiro e sua riqueza esvai-se, quando reduzido a uma abstração
matemática (HARVEY, 2001).
Por fim, o terceiro movimento da globalização, será aquele
no qual passamos a viver, nos últimos 30/40 anos, o aparente
paradoxo de ver o ambiente entrar definitivamente na agenda
política e nos meios de comunicação e, ao mesmo tempo,
assistimos a um processo de devastação jamais visto (PORTO,
2006, p. 26). De um lado, nunca se devastou tanto o planeta como
no período em que se falou em salvá-lo, reconhecido como auge, a
Rio-92 1.
No entanto, os encaminhamentos dados depois de então,
não avançaram muito na problematização dos fundamentos ou das
raízes da própria crise que é o próprio sistema capitalista em que
vivemos. E nesta de que os limites da relação da racionalidade
eurocêntrica e sua tecnociência, como parte das suas relações
sociais de poder, com a natureza e com outras matrizes de
racionalidade começam a ser atingidos como assinala o
aquecimento global, a gripe aviária, o mal da vaca louca, a AIDS,
entre outros (WALTER-PORTO, 2006, p. 26).
176
colonial, pós-tradicional, forjado pelos movimentos sociais com
diversos nomes (socioambientalismo, ecologismo dos pobres,
ecologismo de sobrevivência, ecologismo feminista, racismo
ambiental, justiça ambiental, racionalidade ambiental, PORTO,
2006, p. 26), que são pontos de partida de um paradigma
emergente.
Diferentemente de um ambientalismo de matriz
eurocêntrica que se desenvolveu com base no mito moderno da
natureza intocada, na feliz caracterização crítica de A. C. Diegues
(2004), há esse outro ambientalismo que emana do pensamento
subalterno e que parte da criatividade cultural e da produtividade
biológica primária em busca de uma racionalidade ambiental (Leff,
2006). São pensamentos e ações com, e não contra, a
natureza/meio ambiente, que retira sua força do conhecimento do
lugar (pensamento local), e de sua relação com o meio ambiente,
mas sem pretensão de universalização/generalização. Entretanto,
como tudo que é humano, é universalizável, esses podem perder
seu caráter alternativo se perderem seu vínculo com o “real” e
serem “canibalizados” pelos “poderes”, pelo sistema, pela ordem
e, assim, servirem para o domínio e a subserviência, e não
enquanto meio de mudança e transformação permanente. O
universal abstrato é a colonialidade do poder através de um saber
colonizador, que quer nos fazer crer que há um conhecimento
superior e, por isso, naturalmente, deve se impor sobre tudo e
todos.
Eis o desafio que se apresenta aos educadores e às nossas
sociedades, sobretudo para os setores subalternos. Assim como o
desenvolvimento expandiu-se em nome de superar o
subdesenvolvimento, vemos o mesmo no campo ambiental, onde o
des-envolvimento é recuperado enquanto ecodesenvolvimento ou
desenvolvimento sustentável, enfim, sempre alternativas de
desenvolvimento e não alternativas ao desenvolvimento. É de
outras racionalidades que carecemos, que Enrique Leff (2006)
vem, apropriadamente, chamando racionalidade ambiental, o que
requer uma ética da autoridade por meio de uma política da
177
diferença na igualdade e de uma política de igualdade na diferença
(WALTER-PORTO, 2006, p. 27).
Portanto, o modelo de desenvolvimento da sociedade
moderna, que tem sido claramente esgotado por ser insustentável
ambientalmente, tanto na sua dimensão biológica, como social e
justificado paradigmaticamente, ainda persiste enquanto
hegemônico nas perspectivas majoritárias. No entanto, subjaz e
articula-se a esta crise ambiental a própria crise de um modelo de
sociedade e de seus paradigmas, modelo que nos apresenta um
caminho único a seguir. Assim, estamos vivendo uma crise
civilizatória, na qual a compreensão e a ação prevalecem hoje em
muitas partes do mundo, e são intermediadas pelos paradigmas
construídos historicamente pela sociedade moderna e que
estabelecem essa relação de contradição/destruição entre os
indivíduos em sociedade e dessa com a natureza. Por essa relação
da vida moderna com o mundo, e que vem sendo crescentemente
intensificada ao longo dos últimos 500 anos, é que temos uma
crise ambiental que põe em risco a existência de todas as esferas de
vida como um todo. Nesse sentido, com Wallersntein (2001)
diríamos que é a própria crise do sistema-mundo constituído nesse
período, que se encontra agravando a crise. Vivemos numa
“bifurcação” na qual o que fizermos hoje poderá definir o nosso
futuro e o da humanidade. Conforme nos diz Pablo Gonzalez
Casanova (2006).
178
coletividade humana não são mais os fenômenos naturais, e sim os
riscos produzidos por essa própria sociedade. Segundo Guimarães
(2006), se essa crise ambiental é construção histórica, ela pode
também ser historicamente des-construída, bem como as relações
que a subjazem e das concepções que a explicam para nada mudar.
Na sequência, a partir do resgate do debate sobre a crise
sistêmica do capitalismo, da discussão dos paradigmas (no agir e
no pensar e do pensar e do agir) e da necessidade da produção de
um pensar e agir humano alternativo (SANTOS, 2006;
WALLERSTEIN, 2006), GULBENKIAN, 1996; QUIJANO, 2000;
CASANOVA, 2006) introduzimos o tema natureza: a natureza da
crise dos paradigmas e a natureza no debate da crise dos
paradigmas. Esses autores inserem o tema da Natureza como
fundamental ao pensar e à produção do "outro mundo possível"
dos Fóruns Sociais Mundiais. No entanto, mais do que inserir a
Natureza, ela deve ser incorporada como componente das relações
sociais, seja das classes e grupos sociais entre si, bem como, deste
como grupo ou indivíduos com a mesma, bem como o resultado
dessas relações (CASTRO HERRERA, 1994, O,CONNOR, 2007).
Isto porque, é pela transformação da natureza física pelas classes e
grupos sociais que se produzem as coisas, bens, cidades,
sociedades e o próprio conhecimento, portanto, uma natureza
produzida (MACHADO, et. Alli, 2008) enquanto totalidade aberta
e em permanente mudança e transformação.
179
Ponho em causa a teoria representacional da verdade e a primazia das
explicações causais e defendo que todo o conhecimento científico é
socialmente construído, que o seu rigor tem limites inultrapassáveis e
que a sua objetividade não implica a sua neutralidade. Descrevo a crise
do paradigma dominante e identifico os traços principais do que
designo como paradigma emergente, em que atribuo às ciências sociais
antipositivistas uma nova centralidade, e defendo que a ciência, em
geral, depois de ter rompido com o senso comum, deve transformar-se
num novo e mais esclarecido senso comum (SANTOS, 2006, p. 9).
180
meados do século XIX:
181
A relação dos humanos entre si e com a natureza, e,
portanto, no "espírito" da primeira tese de Santos, mas também nos
autores resenhados neste texto, é interessante e útil ao pensar
alternativo. E neste caso, em contraposição à ideia de sistema, de
estruturas, de um funcionamento de ordem e do mundo como
separado dos humanos e da natureza, e não tendo com eles relação
ou articulação como o positivismo e outras formas de pensar
hegemônicas devem ser problematizadas. No entanto, seria
necessário relevar a existência, enquanto construção histórica
(portanto, das sociedades) ao longo dos tempos e espaços
diferenciados, perspectivas diferentes sobre a natureza humana e a
Natureza exterior. Neste caso, carecemos de estudos e debates
mais aprofundados. 3 Adiante aprofundaremos o tema, e
apresentaremos algumas contribuições nesse aspecto.
A segunda tese de Santos diz que "Todo o conhecimento é
local e total", pois de um lado, é um "conhecimento sobre as
condições de possibilidades [...] da acção humana projectada no
mundo a partir de um espaço-tempo local; por outro, tem como
"horizonte a totalidade universal", a partir da reconstituição de
"projetos cognitivos locais, salientando-lhes a exemplaridade"
(SANTOS, 2006, p. 76-77).
A terceira tese diz que "todo o conhecimento é
autoconhecimento", ou seja:
3
Por exemplo, se no pensamento ocidental, a partir do paradigma tradicional
constitui-se a ideia de separação e de superioridade dos homens sobre a natureza
e demais seres vivos; no extremo oriente, a ideia de união e articulação dos
humanos com a natureza exterior (e também interior) faz parte das inúmeras
correntes filosóficas e de formas de pensar e viver.
182
Finalmente, a quarta tese é de que "todo o conhecimento
científico visa se constituir em senso comum", pois é desse último
que orientamos nossas ações e damos sentido à nossa vida
(SANTOS, 2006, p. 88). Mas, também que não devemos esquecer
que "o conhecimento do senso comum tende a ser um
conhecimento mistificado e mistificador [...] conservador", por
outro lado, tem uma "dimensão utópica e libertadora", ao fazer
"coincidir causa e intenção", de estar assentado na "ação e no
princípio da criatividade da responsabilidade individual”, dentre
outras (Ibidem, p. 89). Nesta tese, há outro aspecto a ser
problematizado. Henri Lefebvre (1973, 1991) já havia mostrado
que o sistema capitalista, a partir das informações que se
processaram a partir dos anos 50 do século passado, o mesmo
estava incidindo sobre o cotidiano, produzindo e re-produzindo
relações sociais no espaço a partir de sua lógica de funcionamento.
Por outro lado, veremos com Quijano (2000) e Casanova (2006)
adiante, que o sistema capitalista incide sobre todos os aspectos do
viver, sejam as relações diárias como as concepções e formas de
produzir e consumir.
Portanto, devemos avançar na problematização de como se
produz e re-produz no cotidiano (vivido e concebido) o sistema e
de como esse se articula enquanto formas de pensar e de agir. E,
assim, pensar e produzir pensares e agires alternativos em todos os
espaços (sociais, no pensamento/conhecimento e na relação desses
com a natureza física e os demais seres vivos).
4
Director do Centro Fernand Braudel.
183
internacional de estudiosos distintos - seis da área das ciências
sociais, dois das ciências da natureza e dois das humanas - com
vista a uma reflexão sobre o estado actual das ciências sociais e o
seu futuro". 5 O relatório foi dividido em três partes, sendo a
primeira uma re-construção histórica das ciências sociais, do
século XVIII até 1945, passando em revista "os grandes debates"
neste campo, e período, para finalmente, levantar a questão (e
responder): "Que tipo de ciências sociais cabe-nos, hoje,
construir?”
Na primeira parte do Relatório, destaca-se que a partir do
século XVIII, portanto com a constituição do sistema capitalista no
mundo, diríamos, "A ciência passaria a ser definida como a busca
de leis universais da natureza que se mantivessem verdadeiras para
lá das barreiras de espaço e tempo” (GULBENKIAN, 1996, p.17)
e para a qual, a ideia de "progresso passou a ser a palavra de ordem
- dotada agora deste recém-adquirido sentido de infinitude, e
reforçada pelas conquistas materiais de tecnologia" (idem, p.18).
No mesmo sentido, as ideias de leis, da quantificação, etc.
que ia se constituindo servia (melhor) casava-se com o Estado
capitalista emergente, já que este necessitava de "um
conhecimento mais exacto sobre o qual pudesse basear suas
decisões", fazendo com que surgissem "novas categorias de
conhecimento já no século XVIII" (p. 22). Mas também, do ponto
de vista político (do establiscment) "o conceito de leis
deterministas afigurava-se mais útil às tentativas de controle
tecnocrático dos movimentos [...] apostados na mudança" (Idem,
p. 27). As consequências foram que, "em toda a parte a ciência
(física) passa a ser colocada num pedestal e, em muitos países, a
5
Calestous Juma, secretário-geral da Convenção sobre a Biodiversidade da
ONU (Quênia); Dominique Lecourt (Filósofo, Universidade de Paris 7, França);
Evilyn Fox Keller (Física, EUA, MIT); Ilya Prigogine (química, Bélgica,
Prêmio Nobel de Química 1977); Jürgen Kocka (História, Universidade Livre
de Berlim, Alemanha); Kinhide Mushakoji (Ciências Políticas, Universidade de
Meiji Gakuin, Japão); Michel-Rolph Trouillot (Antropologia, Haiti,
Universidade Johns Hopkins, EUA); Peter Taylor (Geografia, Reino Unido).
184
filosofia ser relegada para um canto ainda mais escuro do sistema
universitário" (Ibidem, p. 27).
185
apelo vai em sentido contrário ao 'desencantamento do mundo',
proposto por Max Weber no início do século passado, visando um
"conhecimento objetivo, liberto de sabedorias ou ideologias
reveladas e/ou aceitas" (p. 107). Mas, não se pretende com isso
retroceder à situação de então, mas ir além. Isto porque, àquele, ao
tentar libertar o cientista desembocou numa postura de
neutralidade, influenciado pelos positivistas (Idem, p.108).
Um segundo aspecto
186
As ciências têm vindo a evoluir no sentido de um respeito cada vez maior
pela natureza. Ao mesmo tempo, as ciências naturais têm evoluído no
sentido de encarar o universo como algo de instável e imprevisível,
concebendo-o, assim, como uma realidade activa e não como um
automaton submetido ao domínio dos seres humanos que de alguma
forma se situam fora da natureza (GULBENKIAN, 1996, p. 111).
187
Desde el siglo XVII, en los principales centros hegemónicos de ese
patrón mundial del poder, en esa centuria no por acaso en Holanda
(Descartes, Spinoza) e Inglaterra (Locke, Newton), desde ese universo
intersubjetivo fue elaborado y formalizado un modo de producir
conocimiento que daba cuenta de las necesidades cognitivas del
capitalismo: la medición, la cuantificación, la externalización (u
objetivación) de lo cognoscible respecto del conocedor, para el control
de las relaciones de las gentes con la naturaleza y entre aquellas
respecto de ésta, en especial la propiedad de los recursos de
producción. Dentro de esa misma orientación fueran también, ya
formalmente, naturalizadas las experiencias, identidades y relaciones
históricas de la colonialidade y de la distribución geocultural del poder
capitalista mundial (QUIJANO, 2000, p. 343).
188
entre os componentes de uma estrutura societal são dadas, a-
históricas, ou seja, são produto da atuação de algum agente anterior
à história das relações entre as gentes" (ibidem, p. 346).
Por fim, e relacionando mais precisamente ao debate em
foco, diz Aníbal Quijano, que a ideia de classificação, bem como
de classe (depois social) foi “introduzida nos estudos sobre a”
"natureza" antes que sobre a "sociedade" (p. 364). Para o mesmo
autor, ainda, (p. 365) é óbvia a vinculação da ideia eurocêntrica
das classes sociais com a ideia de estrutura como uma ordem dada
na sociedade e de processo como algo que tem lugar numa
estrutura, ilumina com clareza a persistência nelas de todas as
marcas 'cognitivas' de sua origem naturalista e através delas, de
sua duradoura impressão sobre a perspectiva eurocêntrica no
conhecimento histórico-social.
Considerações finais
189
práticas a fim de reinventar novas formas de produzir e permitindo
novas relações com a natureza, que ultrapassem a relação de
domínio e exploração, mas que se desenvolvam relações de
cooperação e inter-relação, que se fundamente num paradigma
ecológico diverso do paradigma mecanicista.
O paradigma “ecológico” emerge, portanto, neste contexto
histórico em que se evidencia a insustentabilidade do nosso modo
de vida, contesta e questiona os paradigmas, os conhecimentos que
legitimaram o desenvolvimento social e econômico da sociedade
capitalista na qual tudo se torna mercadoria. Mas, também se
contrapõe aos princípios do racionalismo cartesiano, de
fragmentação, objetividade, linearidade e estabilidade; científico
ou positivo, o concreto que pode ser quantificado, analisado e
provado, entre outros.
A crise dos paradigmas é necessária para a evolução da
história, porém devemos atentar para que não se tornem
pragmáticos – verdades – que servem para a dominação e
exploração de uns humanos sobre outros e sobre a (s) natureza (s).
Se, conforme Capra (1982), a própria essência da
consciência ecológica é a essência da sabedoria sistêmica, quanto
mais estudarmos os problemas atuais, mais perceberemos o quanto
a visão mecanicista está presente em nosso meio. Somos herdeiros
do cartesianismo, e isso tem gerado muitas necessidades supérfluas
e patológicas acerca do que é necessário para viver, criando estilos
de vida que não são compatíveis com a realidade vigente,
resultante de um processo histórico longo de construção dos atuais
paradigmas, como argumentamos. A consciência ecológica aponta
para a busca de um novo relacionamento com os ecossistemas
naturais a fim de que ultrapassemos a perspectiva individualista,
antropocêntrica e utilitária, a fim de propagar a necessidade de
pensar o meio ambiente como um meio viável de se viver, através
da construção de um novo paradigma – ecológico.
Finalmente, com este trabalho temos a pretensão de propor
um “debate” da necessidade de problematizar a própria natureza
dos paradigmas em sua relação com o sistema atual, e, portanto, da
190
relação desse com o ambiente/natureza de um lado, e de outro,
problematizar o lugar da natureza/meio ambiente na discussão dos
paradigmas. Evidenciamos ao longo do trabalho contribuições
positivas de diferentes autores de como devemos incorporar
criticamente tais aspectos no debate, e esperamos contribuir neste
campo e na construção/produção de alternativas de superação do
atual sistema (social e paradigmático) em que vivemos.
REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
O,CONNOR, James. ?História Ambiental: qué és? In: Revista Caminos. La Habana:
Revista Teológica, 2007.
191
Systemas Resaerch, VI, 2, Summer/Fall 2000, 342-386. (in: http://jwsr.ucr.edu, Acesso
janeiro de 2007).
SANTOS, Boaventura de Sousa. Um discurso sobre as ciências. 4a ed. São Paulo: Cortez
editora, 2006.
192
LO ESTÉTICO EN LA NATURALEZA HUMANA
193
de los seres humanos en todas las esferas de la vida social y personal
(en el trabajo, en las relaciones sociales, en la vida cotidiana, en la
cultura). La expresión más plena y generalizada de lo estético se da en
el arte... (1981, p. 156).
194
La formación del gusto estético en el individuo tiene que
ver, además, con la capacidad de apreciación del arte: el
denominado “gusto artístico”. En realidad, existe una interrelación
dialéctica entre lo artístico y lo estético: lo estético opera en toda
la realidad circundante y es, por su esencia, universal; mientras
que lo artístico es solo una parte de ese universo. Por esa razón, la
educación estética promueve la aprehensión y reproducción de los
valores estéticos en todas las actividades humanas, mientras que la
educación artística promueve la formación de necesidades e
intereses que compulsan al individuo al disfrute y creación,
específicamente, de los valores artísticos. Y en ese sentido, el
objeto de la educación estética es mucho más amplio que el objeto
de la educación artística y, por tanto, no deben confundirse como
ocurre con frecuencia en el trabajo docente-educativo en las
escuelas.
La educación artística opera, muchas veces, como un
procedimiento específico de la educación estética. Ello ocurre
siempre que el receptor de la obra de arte establece una relación de
simpatía con el portador de los valores artísticos o cuando, en
virtud de la maestría de la obra, se identifica plenamente con sus
personajes y comienza a modelar su comportamiento a partir de
los nuevos códigos (éticos y estéticos) incorporados. De esa forma,
se produce un “salto cualitativo” a nivel de la sensibilidad del
receptor: esto es, el cúmulo de emociones estéticas del evento
artístico-comunicacional se transforma en una acción
cualitativamente superior, que lo compulsa a una actividad
estéticamente significativa y que compromete, integralmente,
múltiples estructuras de su personalidad.
Lo artístico, en este sentido, opera como un catalizador de
lo estético. Aunque su dominio es más reducido, la naturaleza
estética del arte hace que se potencialice su poder educativo
integral sobre la personalidad, llegando a constituir así el medio
fundamental de la educación estética. Los valores artísticos, pues,
promueven en el individuo elevados sentimientos que condicionan
su actitud hacia el mundo natural y social, expresando la esencia
195
estética de su naturaleza y su singularidad como el fruto más
acabado del proceso de desarrollo natural y social en el planeta
Tierra.
Finalmente, el gusto artístico “condensa” el nivel de
sensibilidad alcanzado por el individuo en una infinita gama de
experiencias estéticas. De la riqueza de esas experiencias
dependerá, en gran medida, el desarrollo de su conciencia estética
y, por ende, la calidad de sus propios juicios estéticos: lo cual
permite aseverar que la educación artística debiera orientarse hacia
la formación estética del hombre y no solo hacia el desarrollo de la
capacidad de percepción y disfrute del arte; ya que sin eso no es
posible formar un gusto estético elevado ni, a la postre, el
desarrollo integral de la personalidad.
196
Fenómenos catalogados habitualmente como “feos” pueden
dar la medida de la diferencia entre lo bello y lo estético. Lo feo se
manifiesta como antípoda de lo bello; es, por su esencia, opuesto a
lo bello. Sin embargo, la apreciación de lo feo en un objeto o
fenómeno puede ser la base de un juicio estético. Lo bello es, por
tanto, solo una categoría (si bien importante) de la Estética. Pero
lo cómico, lo trágico, lo sublime, lo bajo y lo feo también lo son, y
participan, por ende, de la esencia de lo estético. En general, la
relación entre lo bello y lo estético puede establecerse de la
siguiente forma: todo fenómeno bello es, por su esencia, estético;
pero no todo fenómeno estético es, por su esencia, necesariamente
bello (Sánchez Vázquez, 1991).
Desentrañar la esencia de lo bello no es tarea fácil debido a
la pluralidad de sentidos que este asume en la historia del
pensamiento estético. Por otra parte, el carácter dinámico de la
vida social entraña el permanente “reajuste” de los valores y de los
conceptos que el hombre se hace de las cosas, de acuerdo con la
significación que éstas van alcanzando en el transcurso de su
aprehensión en las más diversas actividades de la sociedad
humana.
En la esfera de la aprehensión estética de la realidad, los
cambios son tan dinámicos y contradictorios que en otras esferas
de la vida social. De este modo, resulta comprensible que persistan
diferencias entre el criterio de lo bello de un materialista y el
criterio de un idealista, así como debe existir entre un esquimal y
un maorí. Incluso, se presentan diferencias en la intelección de lo
bello dentro de las propias concepciones materialistas e idealistas
del mundo, como han de haberlas entre los propios esquimales y
maoríes: reflejándose aquí el desarrollo (contradictorio) del
pensamiento estético-filosófico del hombre como un reflejo de su
actividad práctico-transformadora sobre la naturaleza y su propia
constitución como un sujeto activo.
En general, cuando hablamos de la belleza de un objeto o
de un fenómeno, nos referimos a la aprehensión de cualidades que
valoramos, primordialmente, de acuerdo con sus rasgos exteriores
197
(sin profundizar en su esencia). Se trata, básicamente, de la belleza
que encontramos en el color de una tela, en unos ojos y en los
pétalos de una flor. Sin embargo, cuando nos referimos a lo bello
lo hacemos a partir de una relación esencial entre los elementos de
su estructura interna y externa (forma interna y forma externa); de
sus propiedades, etcétera. Y en este nivel, pueden ser relevantes
(volviendo al ejemplo de marras) la textura de la tela; la belleza
“interior” de una muchacha y el perfume de la flor. Si la belleza es,
esencialmente, un producto del contacto directo con el objeto, lo
bello, por el contrario, es el producto de una reflexión acerca de su
belleza. Es decir, una abstracción, un constructo.
De esa manera, resulta arriesgado ofrecer una respuesta
absoluta a la pregunta: “¿qué es lo bello en la vida?”; pues los
objetos y fenómenos no son estáticos, sino que cambian con las
condiciones naturales y sociales donde están insertados, y de la
misma forma que cambian los sujetos de la valoración estética (los
hombres) y el propio concepto de lo bello.
Por tanto, la intelección de lo bello depende de la época;
de la organización política reinante; de la condición social del
sujeto, y del desarrollo cultural y estético alcanzado por la
sociedad en su conjunto. Muchos adornos de uso entre tribus del
ecuador africano o de la región amazónica (como incisiones en la
piel, anillas de metal, embadurnamientos y otros), según revela
Jorge Plejánov, son repudiados o, por lo menos, vistos como cosa
de “salvajes” por miembros de la sociedad “civilizada”, a pesar de
la similitud de algunos de los procedimientos utilizados por el
denominado body art y de la amplia gama de accesorios y
mutilaciones del cuerpo que, en calidad de “adornos”, proliferan
en la sociedad moderna: evidenciando, ante todo, el carácter
histórico-concreto e ideológico de los conceptos estéticos.
En la medida en que se desarrolla la sociedad, se enriquece
su reflejo espiritual; se hace más complejo su sistema de valores y,
como consecuencia, cambia el gusto (estético) de los individuos y
su concepto de lo bello. Sin embargo, el cambio en la aprehensión
de lo estético entraña (por su fundamento dialéctico) la
198
permanencia de cierto substrato que explica, por ejemplo, la
vigencia de los valores estéticos de los monumentos de la
Antigüedad y la aceptación universal de cánones de belleza a
veces disímiles entre sí: el hecho de que asimilemos el arte greco-
latino, el románico, el neoclásico, el romántico y el realista; o que
aceptemos que un vietnamita aprecie más la belleza de los
pómulos salientes y los ojos sesgados que un brasileño o que un
africano aprecie más la belleza de los labios gruesos y el pelo
ensortijado, digamos, que un blanco europeo; lo cual podríamos
hacer extensivo a los adornos y a la moda. Por lo general, esto es
así, y demuestra que el concepto de lo bello está mediado por
factores geográficos, etnográficos, históricos y sociales.
Lo que suele ser bello para un individuo o una determinada
colectividad, pues, no necesariamente tiene que serlo para otro
individuo o colectividad. Aquí influyen el ambiente natural; las
condiciones socio-económicas y culturales; las tradiciones y hasta
los factores puramente coyunturales: como la propaganda, con una
gran influencia, por ejemplo, en la sucesión de las modas. No
obstante, siempre existirá cierto consenso en cuanto a lo que es
bonito o feo, y esto dependerá, en gran medida, de la capacidad de
apreciación estética alcanzada por los miembros de la sociedad en
cuestión: esto es, del nivel de desarrollo de su conciencia estética;
ya que un ojo no entrenado no podrá encontrar belleza en una
pintura o en un paisaje, de la misma manera que un oído no
entrenado no la encontrará en una sinfonía o en el arrullo de las
pencas de una palma real. Y en ello estriba, precisamente, la
importancia de la educación estética; que debe ayudar al hombre a
hacerse bello a sí mismo y hacer bello a todo lo que lo rodea: en lo
que veía Anatoli Lunacharski, el gran esteta de la Revolución de
Octubre, su tarea principal.
199
escuela en la región de Kirovogrado, recorrer con sus alumnos las
estepas y detenerse a observar un pájaro, una especie rara de planta
o los pétalos de una flor. Amante de la naturaleza y de la belleza de
sus formas sencillas, no veía mejor modo de educar a los niños,
que estimulándoles el desarrollo de la capacidad de apreciación
estética en relación con los objetos naturales. Pues, según su
criterio:
200
un profundo amor y respeto por la naturaleza.
La vida, como es conocido, es mucho más rica y
multifacética que la teoría que la refleja. Y por eso la metodología
de educar para la vida a través de lo bello debe partir de la propia
vida, y no de la teoría pura. Sin embargo, no podemos olvidar que
la capacidad de percepción estética del hombre no se desarrolla
espontáneamente con el simple acto de vivir. Ella debe ser
estimulada y, en un sentido estricto, educada. De ahí, el
insustituible papel de la educación estética para la formación de
una conciencia estética elevada en todos los miembros de la
sociedad: un reto solo al alcance de pocos proyectos socio-
políticos en el mundo neoliberal actual, donde la educación
estética no constituye una prioridad del mercado.
1
Los etólogos han llegado a reconocer solo determinados niveles de
preconciencia en algunos primates y otros animales de las especies más
avanzadas biológicamente.
201
instintivo y primitivo, seguramente, por no haber sido educado
para ello.
Vivir de acuerdo con las leyes de la belleza entraña vivir en
armonía con el otro (o la otra) y con las normas de la sociedad a la
que se pertenece (claro, siempre que no contradigan su naturaleza
humana, como acontece en la sociedad capitalista contemporánea,
al convertir al hombre en lobo de su semejante). Es decir, se trata
de alcanzar un estilo de vida culto en el seno familiar y en la
comunidad; de correlacionar la palabra con la acción individual o
social. Para lo cual, la sociedad requiere desarrollar un modelo
educativo con una orientación integral, que capacite al individuo
para valorar y comprender, en toda su complejidad y extensión, el
medio natural y social que lo rodea: para “leer el mundo”, como
quería Paulo Freire, o para “orientarse en el mundo de los valores”,
como pedía Antonio Gramsci. En fin, cultivar la sensibilidad para
que el hombre sea capaz de percibir la variada belleza de los
objetos y fenómenos y pueda establecer una comunicación con
ellos a través del sutilísimo tamiz de los sentimientos, y,
finalmente, intervenir con eficacia en el proceso de modelación de
la sociedad y contribuir a su perfeccionamiento estético.
No resulta ocioso insistir aquí en que no todas las
condiciones sociales posibilitan el desarrollo armonioso de la
personalidad. Y así lo constató Marx, cuando escribió:
202
Ante esto, cabe preguntar: ¿será posible la “objetivación”
de la esencia humana para decenas de millones de personas, que
viven por debajo del umbral de la pobreza en decenas de países
eufemísticamente denominados “en vías de desarrollo”, y aún en
muchos de los países “desarrollados”? ¿Podrán cultivar el sentido
de la belleza, los niños desamparados que deambulan por las
grandes urbes de América Latina?
Claramente, no es posible. Únicamente la supresión de toda
forma de explotación, la redistribución de la riqueza y el imperio
de la justicia, crearán las condiciones sociales favorables para que
se manifieste lo estético en la condición humana y el hombre
pueda regir su vida por un patrón estético: un proceso
multifacético que compromete a toda la sociedad y que exige
instaurar un sistema de educación orientado a la formación integral
de la personalidad. La única vía para que el hombre pueda regir su
vida por las leyes de la belleza y pueda terminar el proyecto
(inconcluso) de su naturaleza humana.
BIBLIOGRAFÍA
203
204
AS TRÊS NATUREZAS E A NATUREZA DAS TRÊS
Carlos RS Machado *
Fabiana Dendena
Daiane Gautério
Introdução
*
Carlos R S Machado – karlmac@ig.com; Fabiana Dendena -
fabi.de@bol.com.br; Daiane Gautério- daianegauterio@gmail.com.
205
diferente da relação tradicional que se desenvolve nas sociedades
capitalistas, à qual sintetizamos acima, e que desenvolveremos
neste trabalho. Mas, não devemos ter a ideia de que Marx e Engels
disseram tudo sobre o tema no século XIX. Tal concepção seria
antidialética, pois pressuporia que a realidade, dos últimos 50
anos, nas quais as questões ambientais e ecológicas vieram à tona
enquanto tema candente, já teria sido “visionado” por estes dois
autores. Ou, em outras palavras, Marx e Engels já teriam escrito
tudo sobre tudo. A perspectiva dos autores deste trabalho é outra.
O capitalismo constituído depois de mais de 100 anos de Marx
transformou-se, e aprofundou-se em inúmeros aspectos e
tendências daquelas constatadas por Karl Marx. Mas, novas
questões surgiram e cabe a nós ao investigá-las, buscar referenciais
mais aprofundados (ou aprofundá-los) teoricamente, e contribuir
para que na prática possamos produzir a superação do atual
sistema, e das relações entre os humanos e com a natureza dele
decorrentes, e a produção do “outro mundo possível” também
nesses aspectos.
Neste trabalho, primeiro apresentamos evidências em obras
de Marx sobre tais questões, visando constituir as bases teóricas ao
debate da/na natureza. Depois, três pesquisas que utilizando desse
debate/referencial exemplificam a pertinência das reflexões, e
contribuições para nossas utopias. O tema é potencialmente
significativo como referencial teórico-crítico à educação para uma
cidade e sociedade sustentável ao “outro mundo possível”
propugnada pelos Fóruns Sociais Mundiais.
206
O trabalhador nada pode criar sem a natureza, sem o mundo exterior
sensível (sinnliche). Ela é a matéria na qual o seu trabalho se efetiva, na
qual [o trabalho] é ativo, [e] a partir da qual e por meio da qual [o
trabalho] produz. Mas como a natureza oferece o meio de vida, no
sentido de que o trabalho não pode viver sem objetos nos quais se
exerça, assim também oferece, por outro lado, o meio de vida no
sentido mais estrito, isto é, o meio de subsistência física do trabalhador
mesmo (MARX, 2004, p. 178)
207
se relaciona consigo mesmo como [com] um ser universal, [e] por isso
livre (MARX, 2004, p. 180).
208
assembleias e caracterizar-se-ia por algo de natureza diferente,
enquanto produção humana. Seria de outra natureza, uma segunda
natureza (diria Lefebvre, 1991, 1973), resultante do trabalho, da
produção e como obra humana produzida.
Mas, a sociedade e/ou a cidade para manter-se e
permanecer enquanto tal, ou seja, manter determinadas relações
sociais entres seus habitantes e desses com a natureza física e com
àquela produzida por eles através do trabalho e da produção em
sentido amplo, deve se reproduzir de forma permanente. Parece
óbvio que os poderes instituídos, no caso, o Estado e as
autoridades, as instituições e leis, articulam-se e visam a
manutenção e a reprodução das respectivas relações estabelecidas
em conformidade ao sistema vigente em cada local, momento
histórico e sistema social e político. Mas, as autoridades e as
classes através dessas ou do Estado têm que “convencer” as
maiorias (bem, como a cada indivíduo) de que “as relações
sociais” sejam “aceitas como dadas”, e, portanto, de serem
reproduzidas como tais.
209
A burguesia suprime cada vez mais a dispersão dos meios de produção,
da propriedade e da população. Aglomerou a população, centralizou os
meios de produção e concentrou a propriedade privada em poucas
mãos. A consequência necessária disto foi a centralização política.
Províncias independentes, quase somente aliadas, com interesses, leis,
governos e direitos alfandegários diversos, foram comprimidas numa
nação, num governo, numa lei, num interesse nacional de classe, numa
linha aduaneira (Idem, 1997, p. 41).
en primer lugar, [...] el obrero no es, desde que nace hasta que muere,
más que fuerza de trabajo; por tanto, todo su tiempo disponible es, por
obra de la naturaleza y por obra del derecho, tiempo de trabajo y
pertenece, como es lógico, al capital para su incrementación”
(MARX, 1986, p. 220-221).
210
A produção capitalista começa “alli donde un capital
individual emplea simultáneamente un número relativamente
grande de obreros es decir, allí donde el proceso de trabajo
presenta un radio extenso de acción, lanzando al mercado
productos en una escala cuantitativa relativamente grande”
(MARX, 1986, p. 278). No processo de constituição da manufatura
e do artesanato Marx diz que:
1
Engels adenda en la 3ª ed. “en un principio, no fue la família la que se
211
más tarde, al desarrollarse ésta, dentro de la tribu, surge una división
natural del trabajo, basada en las diferencias de edades y de sexo, es
decir, en causas puramente fisiológicas, que, al dilatarse la comunidad,
al crecer la población y, sobre todo, al surgir los conflictos entre
diversas tribus, con la sumisión de unas por otras, va extendiéndose su
radio de acción (Marx, 1986, p. 306-307).
desarrolló para formar la tribu, sino que, por el contrario, ésta constitye la forma
primitiva y natural de las asociaciones humanas basadas en los vínculos de
sangre, de la que luego, al disolverse, surgen las múltiples formas de família”
(MARX, 1986, p. 3006-307, nota 26).
212
Se por um lado tal sistema desenvolve todas as
potencialidades das forças sociais e humanas nunca imaginadas
criando novos bens e riquezas; de outro,
213
La gran industria y la gran agricultura explotada industrialmente actúan
de un modo conjunto y forman una unidad. Si bien en un principio se
separan por el hecho de que la primera devasta e arruina más bien la
fuerza de trabajo y, por tanto, la fuerza natural del hombre y la segunda
más directamente la fuerza natural de la tierra, más tarde tienden cada
vez más a darse la mano, pues el sistema industrial acaba robando
también las energías de los trabajadores del campo, a la par que la
industria y el comercio suministran a la agricultura los medios para el
agotamiento de la tierra (MARX, 1986, p. 820).
2
Diz o texto: “O trabalho é a fonte de toda riqueza e de toda a cultura e, como o
trabalho produtivo só é possível na sociedade e pela sociedade, o seu produto
pertence integralmente, por igual direito, a todos os membros da sociedade”.
214
O trabalho não é fonte de toda riqueza. A natureza é a fonte dos valores
de uso (os valores de uso são, de fato, a riqueza real!) tanto quanto o
trabalho, trabalho que é expressão de uma força natural, a força de
trabalho do homem. Esta frase repisada encontra-se em todos os
manuais e só é verdadeira se for subentendido que o trabalho é anterior,
e é executado com todos os instrumentos e procedimentos que o
acompanham. [...] Só enquanto o homem se coloca, desde o início,
como proprietário em relação à natureza, a fonte primeira de todos os
meios e objetos de trabalho, e a trata como se ela (a natureza) lhe
pertencesse, é que o seu trabalho se converte em fonte de valores de
uso e, portanto, em fonte de riqueza (MARX, 1975, p. 10).
3
A Pesquisa de Carlos RS Machado, de Fabiana Dendena e Daiane Gautério no
PPGEA/FURG.
215
2.1 A Educação e a Natureza na/da Cidade 4
4
Pesquisa em desenvolvimento por Carlos RS Machado com apoio financeiro
do CNPq (PIBIC/FURG (2007-2008).
216
avançamos nos seguintes aspectos: concluímos a pesquisa das/nas
obras de Lefebvre sobre a cidade, a natureza e a educação (Etapa
I), e avançamos para o estudo da cidade do Rio Grande, e das
relações de intercâmbio com cidades cubanas (Santa Clara e
Cienfuegos), das quais produzimos com a primeira uma proposta
de intercâmbio, e propostas de pesquisa, de aprofundamento do
estudo de caso (ETAPA III), da cidade do Rio Grande e de Santa
Clara, para os anos de 2009-2011. Neste contexto, a dissertação de
Daiane Gautério, é um exemplo. Outro é a monografia de Diego
Cipriano sobre a História Ambiental da Cidade do Rio Grande
(2009).
5
Projeto de pesquisa desenvolvido no Programa de Pós-Graduação em Educação
Ambiental da FURG.
217
ainda em produção, das Diretrizes Educacionais da Educação
Ambiental, dentre outras.
Seus questionamentos incidem sobre a naturalização e
normalização das injustiças às quais apontam para o conformismo
de que “nada mais há por fazer” e, portanto, de adaptação e
aceitação das relações sociais da sociedade capitalista. Sendo
assim, a pesquisadora ao problematizar a Educação Especial e a
Educação Ambiental numa perspectiva inclusiva, a partir da
evidência da natureza das mesmas no sistema vigente, busca uma
“nova” percepção social, em que igualdade e diferença não sejam
entendidas como homogeneização e desigualdade, seja entre os
humanos (natureza humana), bem como desses com a Natureza
(física, exterior) e, ainda mais, com a natureza criada. Nesse
aspecto, problematiza a própria natureza das normas e regras que
induzem para perspectivas homogeneizadoras e justificadoras das
desigualdades, bem como a não aceitabilidade das diferenças e
diversidades humanas.
Enfim, as reflexões e a pesquisa inserem-se no esforço de
produção, nesse campo e com essas relações, de aspectos ao “outro
mundo possível” com uma “democracia sem fim” (SANTOS
1998), na qual todos estejam incluídos, sejam as pessoas com
alguma “necessidade especial”, bem como a “natureza” na vida e
na sociedade humana, para além das perspectivas tradicionais que
subordinam ambos a uma pretensa normalidade enquanto padrão
enquadrador dos diferentes de forma pejorativa. Portanto, sonha e
pensa uma sociedade inclusiva, seja da natureza, bem como dos
indivíduos como horizonte de suas reflexões. A pesquisa e as
reflexões de Fabiana Dendena foram concluídas em 2008, e
defendidas em sua dissertação de mestrado na Universidade
Federal do Rio Grande, em seu programa de Pós-Graduação em
Educação Ambiental.
218
2.3 A educação e a natureza nas políticas da cidade
6
Dissertação O concebido e o vivido nas políticas de Educação Ambiental no município
de Rio Grande – PPGEA/FURG.
219
e ecológicos, aos quais estamos diretamente envolvidos. Em sua
utopia está a emancipação do sujeito, que se quer crítico e
comprometido com as questões sociais/ambientais nas quais está
imerso. Loureiro diz que “o projeto de emancipação humana
necessita estar associado ao projeto de defesa da natureza”, um não
existindo sem o outro. Tal dissociação ou fragmentação implica na
reprodução do modelo capitalista vigente.
Concretamente, seu projeto de pesquisa investiga as
concepções político-pedagógico-ambientais das secretarias (SEMA
e SMEC) e suas inter-relações em documentos fundamentais da
cidade do Rio Grande constituídos pelos gestores municipais das
duas últimas gestões à frente da cidade (2000-2004; 2005-2008).
Considerações Finais
220
partes anteriores, tal perspectiva é bastante sugestiva para
pesquisas sobre a temática da educação ambiental. Com a pesquisa
de Carlos RS Machado, por exemplo, evidenciamos a utilidade do
referencial no estudo da cidade capitalista, portanto, da natureza da
cidade, e nessa da educação enquanto processo político permeado
de contradições e pelos interesses das classes e grupos sociais em
conflito. Fabiana Dendena mostra-nos a nuance da articulação da
exclusão com a inclusão no capitalismo. Foca, no entanto, como as
políticas educacionais especiais e ambientais, como campos de
estudos tradicionalmente “excluídos” incorporam-se ao campo
educacional, portanto, são incluídas e nesse processo alteram-se
em seus pressupostos transformadores. Por fim, Daiane Gautério
utiliza o referencial para evidenciar a natureza da/nas políticas
públicas de uma gestão municipal que está à frente da cidade do
Rio Grande há 8 anos. Busca perceber, dessa forma, as
potencialidades e contradições dessas políticas.
REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
221
MARX, Karl. El Capital. La Habana (Cuba): Editorial de Ciências Sociales, 1986.
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MARX, Karl. Formações Econômicas Pré-Capitalistas. 6ª ed. São Paulo: Paz e Terra,
1991.
MARX, Karl e ENGELS, F. Manifesto do Partido Comunista. 3ª ed. Lisboa: Edições
Avante,1997.
MARX, Karl. Manuscritos econômico-filosóficos. In. ANTUNES, Ricardo (org.). A
Dialética do Trabalho – escritos de Marx e Engels. São Paulo: Expressão Popular, 2004.
SANTOS, Boaventura de Sousa. Reinventar a Democracia. Lisboa: Gadiva/Fundação
Mário Soares, 1998.
222