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Exp. No.

Sumilla: DEMANDA DE
CUMPLIMIENTO

DARÍO CLODOALDO CHIRINOS, identificado con DNI No. y con No. , señalando
domicilio real en, y domicilio procesal en, interpongo DEMANDA DE
CUMPLIMIENTO, contra, ante usted, respetuosamente, me dirijo y digo:

Que, en aplicación del artículo 200, inciso 6, de la Constitución 1 y los artículos


50 y ss. del Código Procesal Constitucional, interpongo DEMANDA DE
CUMPLIMIENTO, en contra del Ejército de Perú, solicitando se cumpla con lo
dispuesto en el artículo 4, inciso , del Decreto Supremo No. 213-90-EF, de fecha
19 de julio de 1990.

PETITORIO:

Pretensión Principal

Decreto Supremo No. 213-90-EF, de fecha 19 de julio de 1990, que establece el


régimen remunerativo de los miembros de las fuerzas armadas. Este Decreto,
en su artículo 4, inciso c, dispone el pago por concepto de Bonificación Especial
por Calificación y/o Servicio, según el anexo “A” del mencionado Decreto, en
donde se señala que el pago por tal Bonificación, según mi categoría,
correspondía al monto de UN (1) INGRESO MÍNIMA LEGAL, convertido durante
el momento en que debía percibirlo y hasta la actualidad en UNA
REMUNERACIÓN MÍNIMA VITAL.

Consecuentemente, se ordene el cumplimiento de los siguientes actos


administrativos que reconocen la obligación de cumplimiento, sin embargo, no
han cumplido a la fecha:

Oficio No.

Primera Pretensión Accesoria:

Se ordene al demandado el pago de los intereses legales que correspondan por


el incumplimiento de la norma y actos demandados, desde el momento en que
se incumplió con el pago respectivo hasta el momento en que se haga efectiva
dicha obligación.

Segunda Pretensión Accesoria:


1
Artículo 200.- Acciones de Garantía Constitucional
Son garantías constitucionales:
(…)
6. La Acción de Cumplimiento, que procede contra cualquier autoridad o
funcionario renuente a acatar una norma legal o un acto administrativo, sin
perjuicio de las responsabilidades de ley.
Se ordene al demandado que cumpla el acto omitido en un plazo máximo de
10 días, luego de que la presente demanda sea declarada fundada, tal como lo
señala el artículo del CPCo.

Competencia

De acuerdo a lo que dispone el art. 51 del CPCo., “Es competente para


conocer del proceso de amparo, del proceso de hábeas data y del proceso de
cumplimiento el Juez civil o mixto del lugar donde se afectó el derecho, o
donde tiene su domicilio principal el afectado, a elección del demandante.”. Por
ello, en el presente proceso, resulta competente, el Juez Civil del Distrito
Judicial de Lima.

Artículo 67.‐ Legitimación y representación


Cualquier persona podrá iniciar el proceso de cumplimiento frente a normas
con rango de ley y reglamentos. Si el proceso tiene por objeto hacer efectivo el
cumplimiento de un acto administrativo, sólo podrá ser interpuesto por la
persona a cuyo favor se expidió el acto o quien invoque interés para el
cumplimiento del deber omitido.
Tratándose de la defensa de derechos con intereses difusos o colectivos, la
legitimación corresponderá a cualquier persona. Asimismo, la Defensoría del
Pueblo puede iniciar procesos de cumplimiento.

Artículo 68.‐ Legitimación pasiva


La demanda de cumplimiento se dirigirá contra la autoridad o funcionario
renuente de la administración pública al que corresponda el cumplimiento de
una norma legal o la ejecución de un acto administrativo.

Si el demandado no es la autoridad obligada, aquél deberá informarlo al juez


indicando la autoridad a quien corresponde su cumplimiento. En caso de duda,
el proceso continuará con las autoridades respecto de las cuales se interpuso
la demanda. En todo caso, el juez deberá emplazar a la autoridad que
conforme al ordenamiento jurídico, tenga competencia para cumplir con el
deber omitido.

Artículo 69.‐ Requisito especial de la demanda


Para la procedencia del proceso de cumplimiento se requerirá que el
demandante previamente haya reclamado, por documento de fecha cierta, el
cumplimiento del deber legal o administrativo, y que la autoridad se haya
ratificado en su incumplimiento o no haya contestado dentro de los diez días
útiles siguientes a la presentación de la solicitud. Aparte de dicho requisito, no
será necesario agotar la vía administrativa que pudiera existir.

Objeto del proceso de cumplimiento: renuencia y responsabilidad por el


incumplimiento

1. 3. El artículo 200°, inciso 6), de la Constitución establece que la acción de


cumplimiento procede contra cualquier autoridad o funcionario renuente a acatar una
norma legal o un acto administrativo. Por su parte el artículo 66°, inciso 1), del Código
Procesal Constitucional establece que el proceso de cumplimiento tiene por objeto que
el funcionario o autoridad renuente dé cumplimiento a una norma legal o ejecute un
acto administrativo firme.

2. 4. En el presente caso, el funcionario directamente emplazado con la demanda alega


que no es renuente a acatar la Resolución referida puesto que, conforme puede
apreciarse en autos de fojas 15 a 20, ha procedido a su gestión ante la Gerencia
Regional de Planeamiento, Presupuesto y Acondicionamiento Territorial del Gobierno
Regional-Cajamarca, sin que hasta la fecha se haya atendido el requerimiento.

3. 5. El Tribunal considera sin embargo, que dicho argumento antes que eximir de
responsabilidad a las autoridades del sector, directa o indirectamente emplazadas con la
demanda, pone de manifiesto una actitud insensible y reiterada de parte de los
funcionarios del Gobierno Regional de Cajamarca respecto de los derechos de la
recurrente. Este Colegiado ha constatado, además, a partir de los múltiples y similares
procesos que llegan hasta esta instancia, que esta actitud de las autoridades y
funcionarios del Sector Educación y del Ministerio de Economía y Finanzas se ha
convertido en sistemática.

FUNDAMENTOS DE HECHO:

FUNDAMENTOS DE DERECHO

168-2005-AC

8. Por tanto, el control de la regularidad del sistema jurídico en su


integridad constituye un principio constitucional básico en nuestro
ordenamiento jurídico nacional que fundamenta la constitucionalidad de
los actos legislativos y de los actos administrativos (ambos en su
dimensión objetiva), procurándose que su vigencia sea conforme a dicho
principio. Sin embargo, no sólo basta que una norma de rango legal o un
acto administrativo sea aprobado cumpliendo los requisitos de forma y
fondo que le impone la Constitución, las normas del bloque de
constitucionalidad o la ley, según sea el caso, y que tengan vigencia; es
indispensable, también, que aquellas sean eficaces.

10. En efecto, el inciso 6.° del artículo 200.° de la Constitución establece


que el proceso de cumplimiento procede contra cualquier autoridad o
funcionario renuente a acatar una norma legal o un acto administrativo,
sin perjuicio de las responsabilidades de ley. Como hemos expuesto
precedentemente, el acatamiento de una norma legal o un acto
administrativo tiene su más importante manifestación en el nivel de su
eficacia. Por tanto, así como el proceso de hábeas data tiene por objeto
esencial la protección de los derechos a la intimidad, acceso a la
información pública y autodeterminación informativa, el proceso de
cumplimiento tiene como finalidad proteger el derecho constitucional de
defender la eficacia de las normas legales y actos administrativos.

1. . Para que el cumplimiento de la norma legal, la ejecución del acto administrativo y la


orden de emisión de una resolución sean exigibles a través del proceso de
cumplimiento, además de la renuencia del funcionario o autoridad pública, el mandato
contenido en aquellos deberá contar con los siguientes requisitos mínimos comunes:

a) a) Ser un mandato vigente.


b) b) Ser un mandato cierto y claro, es decir, debe inferirse indubitablemente de la
norma legal o del acto administrativo.
c) c) No estar sujeto a controversia compleja ni a interpretaciones dispares.
d) d) Ser de ineludible y obligatorio cumplimiento.
e) e) Ser incondicional.

Excepcionalmente, podrá tratarse de un mandato condicional, siempre y cuando su


satisfacción no sea compleja y no requiera de actuación probatoria.

Adicionalmente, para el caso del cumplimiento de los actos administrativos, además de


los requisitos mínimos comunes mencionados, en tales actos se deberá:

f) f) Reconocer un derecho incuestionable del reclamante.


g) g) Permitir individualizar al beneficiario.

La vigencia del mandato

1. En lo que respecta a la configuración del primer requisito, resulta evidente que el


mandato contenido en la ley invocada no sólo no admite discusión alguna, sino que
incluso es abiertamente reconocido como tal por parte de la demandada. En efecto, la
Segunda Disposición Final de la Ley General de Educación no solo es una norma que
actualmente se encuentra vigente (sin que por otro lado haya sido objeto de
modificaciones o variaciones en su contenido) sino que incluso, en sus alcances, se
acepta como abiertamente incumplida por parte del Estado, tal como lo reconoce
expresamente la Procuraduría Pública a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de
Educación (Fundamento Tercero del escrito de contestación de la demanda).
La certeza y claridad del mandato

2. En lo que concierne al segundo requisito, no cabe duda alguna de que, por su contenido,
la norma invocada encierra un mandato que goza de las características de certeza y de
claridad. Si, de acuerdo con su propio tenor, “El Ministerio de Educación reglamentará
la presente ley en un plazo de ciento veinte días”, quiere ello decir que el mandato
exigido no solo existe como tal (i.e es real en los hechos y en derecho), sino que es
directo o evidente, no admitiendo otra interpretación que no sea la postulada desde su
propio contenido textual.

El carácter no controversial del mandato

3. En lo que atañe al tercer requisito y al hilo de la consideración precedente, no se trata de


un mandato que pueda encontrarse sujeto a controversias o a interpretaciones dispares.
La norma es indiscutible al establecer un plazo determinado (en este caso de 120 días)
para el cumplimiento de una obligación concreta (la emisión de un reglamento). En
todo caso y aun cuando pueda argumentarse que la Ley N.° 28044 habría sido
reglamentada a través de distintas disposiciones, como los Decretos Supremos N.ºs 013-
2004-ED –Reglamento de Educación Básica Regular–; 015-2004-ED –Reglamento de
Educación Básica Alternativa–; N.° 009-2005-ED–Reglamento de la Gestión del
Sistema Educativo–;N.° 013-2005-ED–Reglamento de Educación Comunitaria–, entre
otras, el sentido de la norma no apunta a la existencia de una reglamentación o
desarrollo parcial o paulatino, sino a la emisión de un reglamento integral, sujeto a un
calendario específico que, a su vez, no ha sido objeto de variación o modificación
alguna. En ese sentido, resulta válido considerar que, no obstante lo antes expuesto, la
omisión de reglamentar la Ley N.º 28044 in toto subsiste.

La obligatoriedad del mandato

4. En lo que se refiere al cuarto requisito, este Colegiado se encuentra persuadido de que


el mandato invocado resulta de ineludible y obligatorio cumplimiento, pues como ya se
ha precisado, la norma que lo reconoce no establece excepciones a su contenido o
alcances. Se trata en suma, y como ha sido señalado, de una obligación imperativa que
al Estado corresponde cumplir, sin otro referente que el de un plazo, que aunque
ciertamente podría haber sido objeto de modificaciones (si la autoridad competente lo
hubiese estimado conveniente), no lo ha sido en el presente caso, originando que la
única forma de darlo por cumplido sea en sus propios términos o conforme a sus
propios alcances.

La incondicionalidad del mandato

5. Finalmente y en concordancia con el requisito precedente, no existe en el contenido del


mandato exigido restricción o limitación alguna. Su efectivización, en otras palabras, no
se encuentra sujeta a la presencia de unas circunstancias determinadas o a la
observancia discrecional de quienes son sus destinatarios, sino que es plenamente
incondicional en su cumplimiento. Se efectiviza en sus propios términos los que, como
ya se ha mencionado, son directos y concretos.
La legitimidad de la pretensión demandada

6. De acuerdo con los fundamentos expuestos y tras merituarse los argumentos de las
partes así como las instrumentales obrantes en el expediente, considera este Colegiado
que la pretensión contenida en la demanda resulta plenamente legítima, no
encontrándose como contrapartida argumento alguno que justifique o atenúe la inercia u
omisión en la que, hasta la fecha, ha venido incurriendo el Estado.

7. Es pertinente señalar que si, a contrario sensu de lo señalado precedentemente,


existieran motivos o circunstancias que justificaran la demora en la que se ha incurrido,
bien pudo el Estado optar por modificar los plazos establecidos en la norma invocada o
sus propios alcances; sin embargo, nada de ello se observa en el presente caso, lo que
permite considerar que el ocio reglamentario carece de toda explicación razonable.

2695-2006-ac

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