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Disposición para la bendición (Primera parte)

La Biblia dice que Dios pone tanto “el querer como el hacer en nosotros para cumplir su buena
voluntad”. (Fil. 2:13) A veces llegan impulsos, como que viene una impuesta necesidad para hacer
determinada cosa. (1 Cor. 9.16) Muchas veces decimos, ¿será esto de Dios? ¿Esto que hoy siento,
no será que es de mi mente, de mi carne? Probablemente sea un impulso de Dios, un querer de Dios.
Dios para cumplir su voluntad, para cumplir un plan, un propósito pone en usted un querer y un hacer,
y aquí está la importancia de estar dispuestos y sensibles a la dirección del Espíritu.

Cuando venga a buscar al Señor venga expectante y no solamente a ser espectador. Es decir
debemos venir con la curiosidad, el interés, la atención de que Cristo va a hacer algo, porque donde
Cristo pasa, algo pasa. ¿Cómo nos congregamos?, ¿lo hacemos como cuerpo, como iglesia, como
un solo hombre? Porque el Señor quiere que lo hagamos en armonía, por eso la Palabra enfatiza,
“Cuan hermoso es habitar los hermanos juntos en armonía,…porque ahí envía Jehová bendición”
(Sal. 133:1-3). No digo que no la derrame en su vida particular, cuando no está en la congregación,
pero la Biblia nos enseña no sólo a congregarnos sino a que lo hagamos dispuestos a buscar la
armonía, es decir a venir con un corazón dispuesto para recibir la bendición que Dios envía.

Anécdota: Llegó un hombre inconverso a una iglesia y había una alabanza hermosa, y el mensaje
estuvo precioso ese día. Cuando terminó el servicio, el hombre no había dejado de llorar, en la
alabanza, en la predicación, pasó al frente, se fueron las personas. Ya muy tarde el pastor que se
había quedado con algunos líderes, preocupado por aquel hombre que seguía llorando; impactado
llega y le interroga (dese cuenta lo que Dios usa cuando hay disposición). El pastor le pregunta a ese
hombre, si le había impactado la alabanza, el mensaje o si alguien había orado por él y este hombre
le contesta que lo que le había impactado fue un rótulo que se había quedado en la congregación la
semana anterior, el cual decía “Dios es Amor”. Y eso fue lo que enterneció al hombre desde que
entró. El llegó necesitado de amor, se le hizo rhema. (vida)Y ese hombre se entregó a Jesús ese día.

Cuando no hay disposición, aunque escuchemos el mejor mensaje, aunque la alabanza sea exquisita
si no venimos dispuestos, no va a haber bendición, porque Dios ve nuestra disposición. Si queremos
bendición, necesitamos disponernos. Cuando hay disposición en su vida, usted es candidato para
que venga la bendición. Recuerde que Jesús dijo, “El que a mí viene, no le echo fuera”. (Jn. 6:37)
Quién no necesita descanso espiritual, reposo, refrigerio, en el vaivén de la vida, tantas
circunstancias que nos cargan, nos desaniman. ¿Pero sabe qué quiere el Señor? Disposición.
Entonces nos dice, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.
(Mt. 11:28) El llegar a El, es ya disponerse para recibir la bendición. Si estamos en el tiempo de la
alabanza, alábele con júbilo, si es en la adoración hágalo con todo su corazón, si es el momento de la
ministración pasemos al frente, si estamos en la palabra no deje caer a tierra ninguna de sus palabras
(1 Sam. 3:19)

Ahora que el Señor me permitió hacer el viaje a Italia, estuve en una localidad de aproximadamente
150,000 habitantes. En la iglesia donde me invitaron pregunté cuántas congregaciones habían en ese
lugar, se vieron los rostros extrañados y dijeron que la única congregación era esa. Pregunté por la
iglesia más cercana, y me indicaron que estaba a dos horas y media. Es impactante. Pero note que
son países desarrollados, tienen de todo. En cambio aquí hay crisis, falta de todo, pero que ocurre,
“donde abunda el pecado sobreabunda la gracia de Dios. (Rom. 5:20) ¿Qué pasa en Guatemala?,
Hay sectores donde cada cien metros hay una congregación. A nosotros no nos impacta porque lo
vemos continuamente. Usted va al lugar más recóndito de la república y aunque sea en un ranchito
están glorificando al Señor. Qué bendición, qué privilegio.

Aproveche lo que tiene. Valórelo. Disponga su corazón a ser bendecido. El pródigo fue más feliz en la
casa cuando retornó arrepentido e hicieron fiesta por él, que el hijo que siempre se mantuvo en la
casa. No esperemos a que nos suceda eso. Seamos sensibles, esforcémonos en no salir iguales.

Nosotros aquí tenemos la libertad de glorificar, de danzar, de aplaudir, de gozarnos. Y esta libertad
tenemos que valorarla, apreciarla. Aproveche lo que tiene, porque aunque haya libertad muchos no
se disponen. El pródigo fue más feliz en la casa cuando retornó arrepentido e hicieron fiesta por él,
que el hijo que siempre se mantuvo libre en la casa. Hay algunos que Dios los está trayendo a su
iglesia con lazos de amor, de misericordia. Hay algunos hermanos que están recién llegando a los
pies de Cristo y a la congregación, que están recibiendo mucha bendición. Somos un pueblo dichoso.
Cuando digo pueblo, me refiero a Guatemala. Tenemos la bendición de contar con tantas
congregaciones, ministros, libertad de reunirnos para glorificar su nombre. En otros países (en
Europa por ejemplo) no se puede hacer una campaña evangelística, la televisión cristiana se mira
solo por cable. Aquí tenemos como 10 emisoras de radio cristianas durante 24 horas. Dios ha
derramado su Gracia en nuestro país, lo importante es nuestra disposición para alcanzar la bendición.

Un factor importante para ser bendecidos, es reconocer la necesidad de Dios. ¿Quién tiene
necesidad de Dios? Todos. Pero unos reconocen su necesidad y otros la ignoran o no la quieren ver.
Dichoso el pueblo que viene en esa disposición. Sé de personas que hacen tremendos esfuerzos
para venir a la congregación con sus hijos. Cuando hay disposición, a los primeros que Dios bendice
es a los que vinieron dispuestos a recibir. En el Nuevo Testamento encontramos hombres y mujeres
que recibieron un milagro, un toque, que recibieron la vista, que se levantaron de su lecho de
enfermos, que fueron sanos, que fueron salvos: la clave, el factor común era que tienen necesidad. El
día en que usted sienta que ya no tiene necesidad, preocúpese. Porque ese día se olvida de su
origen, de donde lo tomó Dios, deja de ser dependiente de Dios y quizá pasa a depender de las
cosas terrenas, de los contactos. La necesidad fue lo que llevó a hombres y mujeres a alcanzar el
favor de parte de Dios. Esa necesidad es disposición. Ya le dije que no hay peor cosa que estar en
medio de un lago de agua dulce, muriéndose de sed. A veces, para reconocer nuestra necesidad
tenemos que despojarnos de orgullo, qué van a decir si me postro enfrente, van a pensar que estoy
en pecado, ¿y qué? Somos necesitados de Dios. El pastor, quienes te ministran se sienten más
bendecidos cuando usted es bendecido, porque para recibir esa bendición tuvo disposición para
recibirla. Usted se comió la Palabra, no se quedó dormido, no dejó solo al Director de alabanza,
estuvo alabando y adorando también.

Una hermana en Italia me dijo llorando, Pastor 6 años he esperado para que viniera este momento.
Esa mujer oraba, lloraba, clamaba, estaba buscando y Dios la escuchó. Recuerde que con o sin
nosotros, la obra de Dios se cumple, es un privilegio que Dios nos da en su misericordia. Los
hermanos de Bolognia, aunque hay una congregación cristiana, escucharon también de nuestra visita
y viajaron dos horas y media para estar en esa reunión, Dios los bendijo porque miró su disposición.
¿Sabe cómo es eso? Como aquel niño sencillo, ingenuo, dependiente, todo lo que hace su padre
para él es impactante, lo admira, una frase que dice su padre se le graba, luego la repite
inconscientemente tal vez, porque fue influenciado, porque recibió, está atento. Como aquellos
pichones esperando el gusano, ni saben si son venenosos. Tengamos cuidado porque hay personas
que por la necesidad que tienen, se van a meter a lugares equivocados a buscar de Dios. También
hay que tener cuidado de buscar la sana doctrina, el orden, la cobertura. Pida consejo, guianza.

Dios no te va a bendecir, si no sientes la necesidad, si no vienes dispuesto a recibir. Las bendiciones


espirituales son las que trascienden y dejan huella en nuestra vida. Posiblemente alguien dice:
Lléname del Espíritu Santo, Señor, quiero ser un adorador, pero cuando es el momento de la
alabanza no alaba, cuando es el momento de la adoración no adora, le pide al Señor que lo use y
cuando hay necesidades no se encuentra. Entonces si pedimos bendición, necesitamos disposición.
Esta buscaré. Entonces hay que buscar, eso nos habla que hay que arriesgar, hay que disponerse,
hay que dejar el acomodamiento y hay que lanzarse por la bendición.

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