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Participación Ciudadana
Relación Escuela – Comunidad.
La comunidad como ámbito de participación.
Participación, proyectos y servicio comunitario.
Tomar a lo local como ámbito de intervención es una novedad y en cierta medida un desafío y una
ruptura en la lógica tradicional de los sistemas educativos (SE).
La nueva realidad social demanda una escuela abierta a su entorno, abierta a las comunidades,
para poder constituirse en un centro de formación que no se reduce a la formación intelectual, sino
que toma en cuenta a la familia y la comunidad donde se inserta el niño, adolescente y joven, para
educar integralmente. De esta forma la escuela se convierte más multifuncional que nunca... Hoy
la escuela alimenta, contiene, asiste, cura.... sin renunciar a seguir enseñando y desarrollando el
aprendizaje.
Es desde esta realidad donde la escuela debe constituirse como una comunidad cohesionada,
siendo la comunidad educativa la instancia que permite la integración de la escuela con su entorno
social. Mercado (1994)1 plantea que las comunidades educativas deben manejar estrategias
específicas para la integración escuela- comunidad basadas en los principios siguientes:
1
Martínez, M. 1994. La Investigación Cualitativa Etnográfica en Educación Manuel Teórico- Práctico. Editorial
Trillas, México.
o El docente debe ser un promotor social para estimular la participación y líder para
convertir la escuela en el centro de la comunidad.
Según Gagné y Briggs (2002)3 los resultados de un programa educativo dependen de una serie de
variables como son las de aptitud, procedimiento, enseñanza y apoyo. El hogar y la familia, la
escuela y la comunidad comparten las denominadas variables de apoyo, que son complementarias
al primer grupo en relación a la consecución del proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo
estas variables de apoyo configuran una triangulación para el afianzamiento de aprendizajes
significativos que redundan en una sociedad educada. Pereira de Goméz (2001)4 afirma que la
educación no se limita al ambiente escolar y que la familia es la primera escuela; así la educación
requiere de un ambiente y unas capacidades. La presencia de la familia en la educación, como
comunidad, no desaparece con la adultez, sino que ésta se convierte en el medio educativo más
importante para el desarrollo de las relaciones sociales.
Desde las nuevas orientaciones del sistema educativo, en el que la escuela se inserta en una
realidad concreta, y se vincula en una comunidad particular, para el Ministerio de Educacion y
Deportes en el Proyecto Educativo Integral Comunitario (1998) la Nueva Escuela se caracteriza
por ser:
Espacio para la paz: orienta el desarrollo de los valores de paz, tolerancia, diálogo,
convivencia y solidaridad en los espacios escolares y su entorno. Los graves problemas de
inseguridad y violencia engendrados por la injusticia social se agravan, producto de
desórdenes públicos propiciados por políticos y campañas mediáticas de información. Se
articulan acciones, preventivas y de seguridad con organismos e instituciones
gubernamentales.
2
Garza, J. y Patiño, S. 2004. Educación en Valores. Editorial Trillas, México.
3
Gagné, R. y Briggs, L. 2002. La Planificación de la Enseñanza. Editorial Trillas, México.
4
Pereira de Goméz, M. 2002. Educación en Valores. Editorial Trillas, México.
el uso de la tecnología son componentes que la integran. La investigación, la elaboración y
ejecución de proyectos la hacen productora de conocimientos para la transformación.
Espacio de innovación tecnológica: crea las condiciones para que estudiantes, docentes y
comunidad desarrollen la capacidad propia de innovar tecnología con base a las cualidades
específicas de lugar, tiempo, necesidad, y aporte a la solución de los problemas en los
aspectos del ser, saber, hacer y convivir humano para su propio desarrollo haciendo de la
escuela el espacio de su práctica constante.
La Nueva Escuela, tiene como particularidad, estar definida en el Proyecto Educativo Nacional y
de acuerdo a la Constitución como centro del quehacer comunitario y eje de desarrollo local; por
tanto, la articulación de las políticas nacionales del Ministerio de Educación y Deportes, con el
entorno, el barrio, la calle, donde se hace deporte, se crea cultura, se trabaja, se vive; son los
lugares concretos de acción.
Cada ciudadano los conoce, sabe de sus secretos, comparte sus problemas; es el poder del lugar
para actuar;, por tanto, hacer uso de los lugares para las acciones en defensa de la seguridad de la
Nación y de la refundación de la República, pasa a ser tarea fundamental; pues allí todos se
conocen y están alimentados por esa fuerza del componente humano, que le permite al ser
humano hacer vida, vincularse y practicar su extensión hacia la naturaleza: la topofilia, es de
decir, “el amor al lugar, factor esencial en el desarrollo de las raíces del pueblo”.
La visión antropológica - sociológica del nuevo sistema educativo ha permitido conocer que en
las relaciones del momento Territorio- Sociedad-Educación, el lugar es la condicionante histórica,
por tanto, imposible de eludir. Y centrar las acciones en los vínculos escuela-comunidad-
desarrollo endógeno. Las posibilidades de integración, inter e intrainstitucional se hacen viables a
escala local, regional y nacional, con la vinculación real de la familia, la sociedad y el Estado;
para avanzar respuestas que dejen saldos organizativos.
b.- Una escuela participativa, y democrática. Todos los miembros de la comunidad participan
en la toma de decisiones, en la ejecución y en la evaluación de las actividades escolares. En ella,
se desarrolla un clima de relaciones horizontales donde toda opinión se valoriza, donde se forma
para la autonomía, la participación y la democracia.
Una escuela cuya gestión sea cada vez más, producto de la participación protagónica, soberana,
respetando las especificidades locales, regionales y nacionales.
c.- Una escuela de la comunidad. Es una escuela en, con y para la comunidad. Es la cima y
fuente de la participación comunitaria, se entrega con ella y posibilita su desarrollo. Esto significa
que la comunidad está presente en la actividad educativa, hace uso racional de la escuela y su
entorno. En consecuencia, la comunicación entre la comunidad y su escuela tiene que ser cada vez
más fluida y significativa. Debido a esto, la escuela es útil a la comunidad y le sirve para
fortalecer su capacidad de organización, de reflexión, de expresión y de acción. Al mismo tiempo,
permite su interacción con otros modos de ser, de hacer y pensar.
Para que la comunidad sea un verdadero espacio de participación; ésta debe estar orientada a la
realización de acciones y procesos que busquen la solución a los problemas propios del entorno.
Pero para que esto se desarrolle de manera efectiva es necesario que se den unas series de
condiciones que permitan que la comunidad se fortalezca como un verdadero ámbito de
participación.
Hay que tener presente que para ser una comunidad no basta que existan un conjunto de
viviendas, calles, servicios y vecinos. Para que exista realmente una comunidad debe desarrollarse
un “sentido de comunidad”, lo que significa que para que se pueda hablar de comunidad, sus
miembros deben sentir parte de ella, deben sentir que pertenecen a ese mundo de vida que es su
comunidad y debe sentir también que de una u otro forma ésta también le pertenece.
Entre los factores que permiten la consolidación del sentido de comunidad podemos
destacar:
o Inversión personal
Ésta se refiere al hecho que cuando las personas más invierte en su comunidad, mayor será el
sentido de comunidad y su arraigo en ella. Con respecto a inversión no nos referimos solamente a
la inversión material, sino también a otro tipo de inversión menos tangible, como la participación,
el ingenio, el conocimiento y hasta la solidaridad y cooperación.
o Conexión emocional compartida
Los miembros de una comunidad comparten entre sí situaciones y circunstancia con un alto
sentido emocional. El hecho de experimental emociones en forma conjunta, hace que se eleve el
sentido de cohesión y unión entre los miembros de la comunidad.
Los miembros de una comunidad estarán más dispuestos a tomar iniciativas y a participar en los
asuntos comunitarios, en la medida que tengan sentimientos positivos por su comunidad y que
tengan una consciencia crítica y clara acerca de su pertenencia en la comunidad. Por tanto, hacer
que la comunidad sea un espacio de participación eficaz y eficiente es promover, necesariamente
el sentido de comunidad.
Hoy en día, cuando los problemas de las comunidades se han complejizado y han aparecido
nuevas formas de abordaje de los problemas; se cree que los miembros de las comunidades deben
sustituir las formas de participación no planificada y espontánea por una participación
comunitaria consciente, como un elemento clave para que se dé la resolución de los problemas y
se generen procesos de transformación de la realidad, con manejo autogestionario y cogestionario.
Esta participación se concreta en las acciones que efectúan los actores comunitarios, por ejemplo:
diagnosticar y priorizar las necesidades de la comunidad, planificar y ejecutar los planes y
proyectos, evaluar resultados, negociar la obtención de los apoyos institucionales requeridos para
la superación de los problemas, etc.
La participación comunitaria es uno de los procesos que se ve más afectado por múltiples
elementos que lo hacen difícil de abordar. Sin embargo, podemos identificar un conjunto de
factores que de una u otra forma están relacionados con la participación y que resulta de utilidad
tomarlos en cuenta. A continuación se presentan los que se consideran más importantes, aún
cuando no se puede afirmar que sean los únicos, ya que cada comunidad tiene sus propias
características y la participación depende también de elementos circunstanciales imposibles de
considerar.
10
Giuliani. L – Ramírez. A. 2006. Colección Quehacer comunitario: Nº 1 El contexto comunitario. Fundación Centro
Gumilla. Bimedia 21, Venezuela.
1.- El conocimiento real que tengan los vecinos de los fines del grupo o la organización que
los convoca a participar. Sobre todas las cosas, la gente se siente atraída y responde a la con-
vocatoria de participación cuando le presentan fines que atiendan necesidades sentidas por la
comunidad y además puede confiar en la organización. Esto último tiene que ver, por lo general,
con el grado de confianza que tengan de los líderes así como por los logros alcanzados por la
organización.
E. Hernández11 (1996) diferencia e identifica tres niveles que ilustran de manera clara las formas
de participación:
Asistencial: Es la forma de participación más frecuente, mediante la cual los actores comunitarios
realizan acciones espontáneas, intermitentes, improvisadas y puntuales. En este nivel no se
encuentra, por lo general, un alto compromiso ni identificación con el proyecto ni con la
organización. En general, en este nivel, las personas responden a las convocatorias e invitaciones
que efectúan los líderes o representantes institucionales que conducen la propuesta o proyecto y,
en algunos casos, a partir de las relaciones socio-afectivas antes que a la identificación con el
proyecto.
11
Hernández, Eneiza. Participación, ámbito, retos y perspectivas. Ed. CESAP, Caracas 1996, pag.29.
Se incluyen aquí las acciones que efectúan los vecinos como respuesta a problemas puntuales o
frente a campañas emergentes que no requieren mayor compromiso para la actuación.
Sencillamente, hay participación mientras dure, por ejemplo, una campaña de vacunación, de
alfabetización, de limpieza de quebradas, etc. y la organización e ínteractuación se termina
cuando finaliza la actividad.
Orgánica: Este nivel de participación implica la actuación planificada que desarrollan algunos
miembros de la comunidad a partir de un proyecto específico, que responde a la necesidad sentida
y que persigue la transformación de algunos aspectos de la realidad.
Esta manera de participación implica que los miembros del grupo comunitario estén convencidos
de los objetivos del proyecto y en consecuencia actúan con un alto grado de compromiso, en las
distintas fases de planificación y ejecución, constituyéndose, casi siempre, en el grupo promotor
del proyecto en la comunidad.
Proyectos
A través de este proceso de problematización, los miembros comunitarios pueden lograr develar
los procesos de "habituación" y "naturalización", los cuales se producen cuando se prolonga
durante un tiempo muy largo la coexistencia con condiciones de vida que no se pueden modificar
y que aún cuando afecten negativamente al individuo, se termina por aceptar como parte "natural"
de la vida y del contexto en que se vive, todo lo cual hace que al final no se perciba como un
problema dicha situación. Profundizando y tomando conciencia de este proceso, la necesidad
puede restablecerse como una problemática a la que se puede enfrentar y solucionar a través de un
plan de acción o proyecto.
Los proyectos permiten la formación o generación de una estructura de relación entre los
miembros de la comunidad, identificados en torno a los objetivos y luego, alrededor de la
ejecución de las actividades, toma de decisiones y evaluación comprendida en el desarrollo o
ejecución del proyecto.
Una vez que los vecinos alcanzan el diseño de sus proyectos, conjuntamente con los técnicos, se
aseguran de desarrollar las soluciones estructuradas y propuestas para la resolución de los pro-
blemas, fortaleciendo su poder de incidencia en las decisiones de los organismos e instituciones
decisorios del poder local, regional y central.
Servicio Comunitario
Dentro de este marco de participación en donde se intenta la integración de todos los agentes que
conforman la sociedad, una instancia que permite una mayor participación y compromiso con el
entorno social es el servicio comunitario.
Muchas son las instituciones públicas y privadas que han buscado integrarse con el entorno social,
a través de proyectos que buscan solventar necesidades sentidas y reales de las diversas
comunidades en donde se proyectan.
El servicio comunitario es una contribución del sector universitario al “Capital Social del país”, es
decir, la suma de esfuerzos y voluntades para obtener mejores niveles de vida en la sociedad. En
sus prácticas, los estudiantes aplicarán los conocimientos científicos, técnicos, culturales,
deportivos y humanísticos adquiridos durante su formación académica.
La idea no es nueva. Desde hace muchos años, varias universidades "públicas y privadas" han
desarrollado proyectos comunitarios a través de modalidades, con estudiantes voluntarios y con el
establecimiento de materias obligatorias que exigen esta práctica.
El aprendizaje – servicio "es una forma de aprendizaje experiencial, una expresión de valores
-servicio a los demás- que determina el objetivo, la naturaleza y el proceso de un intercambio
social y educativo entre aprendices (estudiantes) y las personas a los que ellos sirven, y entre los
programas de educación experiencial y las organizaciones comunitarias con las que ellos trabajan"
Por ello resulta ser un método:
A) en el que los estudiantes aprenden y desarrollan su personalidad a través de una participación
activa en experiencias de servicios organizados que afrontan necesidades actuales de la
comunidad.
B) está integrado en el curriculum académico de los estudiantes o provee un tiempo estructurado
al alumno para pensar, hablar o escribir acerca de lo que él hace y observa durante la actividad de
servicio.
C) proporciona ocasiones a los estudiantes para aplicar en situaciones reales de la vida de sus
propias comunidades (barios, pueblos o ciudades) aquellos conocimientos y habilidades que han
aprendido recientemente en la escuela.
D) mejora lo que se enseña en la escuela extendiendo el aprendizaje del estudiante en la clase al
ámbito comunitario.
E) contribuye a desarrollar un sentido de cuidado y de ayuda para con los demás. (Alliance for
Service-Learning in Education Reform)
Por todo ello el Aprendizaje-Servicio resulta ser no sólo una tipología de programas sino una
verdadera filosofía de educación, incluyendo innumerables formas en que los estudiantes pueden
realizar servicios significativos a sus comunidades y a la sociedad mientras se implican
reflexionando o estudiando sobre lo que hacen.
El Aprendizaje - Servicio refleja la creencia de que la educación debe estar vinculada a una
responsabilidad social y que el aprendizaje más efectivo es el que está activamente conectado a la
experiencia y sobre todo cuando ésta participa de un significado de utilidad social. La vertiente de
servicio como voluntariedad y responsabilidad social es la que dota de significado humanístico a
esta experiencia.