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CAPÍTULO 2

LÓGICAS EPISTÉMICAS EN EL CONOCIMIENTO


DE LO SOCIAL Y LO COMUNICACIONAL

Con lo esbozado en el capítulo anterior quedó asentado que el análisis de las teorías de la
comunicación social requiere tomar en cuenta diversas dimensiones, debido a que en la
evolución histórica de su estudio se presentan distintas disciplinas sociales e incluso
algunas ciencias naturales.

Los medios de comunicación requieren ser analizados por sus características ontológicas,
deontológicas y por su acción en el seno de la sociedad en general, por el derecho, la
sociología la ciencia política, la psicología, las relaciones internacionales, la economía, la
pedagogía, la semiología, entre otras, así como también en sus dimensiones técnicas.

Ya advertimos que el análisis de lo que se ha generado en el estudio de la comunicación en


general y los medios de comunicación en lo particular requiere forzosamente identificar la
forma y el modo en que se organiza el conocimiento, diferenciar las lógicas sobre las cuales
se genera el saber y entender la pluralidad y diversidad de tendencias teóricas existentes
alrededor de los medios.

Para ello partimos de la filosofía y la epistemología como materias que nos permitirán
identificar las categorías lo más amplias posibles para poder llevar a cabo una taxonomía de
las teorías de la comunicación y sus nexos tanto con las disciplinas como con las vertientes

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paradigmáticas. Así se explicarán en un primer momento las lógicas epistémicas que nos
remitirán a los tipos de ciencia o modos de organización del conocimiento según sus
perspectivas teórico-metodológicas, las disciplinas y finalmente las teorías.

El propósito es poder presentar con la mayor neutralidad valorativa las diferentes


tendencias y modos de estudiar a la comunicación y los medios y por eso el conocimiento
de la lógica interna de las perspectivas teórico-metodológicas y las disciplinas que
subyacen en las teorías es una base fundamental.

De tal modo que se expondrán los elementos suficientes para analizar las distintas y en
ocasiones encontradas escuelas de pensamiento que se han dirigido a la investigación sobre
la comunicación y los medios.

2.1 Filosofía y epistemología. Materias esenciales para el análisis de la


comunicación

2.1.1 El ámbito de la filosofía

Si bien el propósito es conocer el modo de organización del conocimiento que en el campo


de la comunicación en general y de los medios en particular se ha desarrollado, entonces la
filosofía es la materia que sirve de fuente para conocer e identificar las distintas corrientes
de pensamiento que han dado lugar al análisis de lo comunicacional, pues las teorías hacen
referencia y se fundamentan en principios postulados por alguna corriente filosófica. Por lo
tanto se hace necesario entender algunas de las aportaciones, que como área de estudio de
la filosofía, hace la epistemología.

Como se vio en el capítulo anterior el conocimiento teórico requiere analizar su origen, es


decir su génesis, las fuentes que le dan su fundamento inicial. Esto es el estudio del orden
lógico de una construcción teórica es posible si se tienen las herramientas epistemológicas
para llevar a cabo dicho análisis. De no ser así, el estudio solamente se dirigirá a la
memorización, a los esquemas y por último a la incomprensión.

Cabe aclarar que iniciamos con el esbozo de la filosofía porque el manejo de algunas
nociones aportadas por ésta son importantes en el esclarecimiento de nuestro objeto de
estudio (teorías de la comunicación), pero como no es el objeto del presente trabajo no debe
esperarse una visión extensa y profunda sobre la disciplina filosófica, tan sólo serán
algunos presupuestos mínimos para que se continúen posteriormente, en una tarea de
estudio permanente sobre el análisis general de la disciplina filosófica.

La razón de abordar a la filosofía y la epistemología está en que se ha considerado la


propuesta epistemológica de análisis la cual considera la existencia de lógicas epistémicas
que son la matriz de grandes posturas o modos de organización del conocimiento, estas
posturas o también llamadas ciencias (por su manera de generar el conocimiento) son:
empírico analíticas, lingüístico hermenéuticas y fenomenológicas (interpretativas) y
sistemáticas de la acción. Dentro de las cuales se conocen perspectivas teórico
metodológicas que a su vez son la base de diferentes disciplinas de investigación dentro del

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ámbito de lo social y por ende de la comunicación. Enfatizando que no existen formas
puras, por el contrario hay una constante yuxtaposición y un manejo heterodoxo de teorías,
disciplinas y perspectivas teórico metodológicas.

Expuesto lo anterior iniciemos el repaso sobre la filosofía, qué es y cuál es su objeto de


estudio y su relación con él análisis de la comunicación. Filosofía significa
etimológicamente amor a la sabiduría. Con esto se da a entender que el hombre nunca
posee de manera perfecta la comprensión definitiva de todo, que eso es la sabiduría sino
que lucha siempre anhelante por ella. Según su definición más formal, filosofía es aquel
saber de la razón humana, que penetrado hasta las últimas razones, investiga la realidad
total, especialmente el ser y el deber ser propios del hombre.

Una cierta inteligencia de sí mismo y del universo anima de continuo la acción del hombre
adulto. Esta espontánea orientación de la existencia constituye su filosofía precientífica.
Tiene un cuño instintivo y sentimental, pero no por eso deja de ser un conocimiento
resultado de un pensamiento inscrito en la conexión de la vida, no está aislado ni formulado
desligado de la experiencia sensible. Más allá de ese conocimiento, el sujeto se siente
impulsado hacia un saber seguro, sistemático, detallado y dotado de claridad lógica, acerca
de lo real, precisamente hacia la filosofía científica. (cfr. Brugger S.I, Walter: 1972).

Su objeto puede perfilarse con mayor nitidez contraponiéndolo a las demás ciencias. Al
igual que éstas, la filosofía es también un saber por las causas, pero de índole enteramente
peculiar.

Todas las otras ciencias son ciencias particulares, porque se limitan a un sector
de la realidad e investigan únicamente las razones últimas dentro de este círculo
(relativas, por lo tanto) La filosofía, en cambio, es una ciencia universal, porque
abarca la totalidad de lo real, y penetra hasta sus razones absolutamente últimas.
(Brugger S.I, Walter: 1972: 233).

El punto de partida más íntimo de la filosofía lo constituye el ser humano, única causa
inmediatamente dada al sujeto, en la que se revela su yo y todo lo demás. Considerada
desde este ángulo, la filosofía entera se presenta como una interpretación de aquel
hacer humano llevada hasta sus más profundas raíces. En sentido amplio, es punto de
partida filosofar cualquier saber acerca de lo real que preceda a la filosofía, no sólo el
implicado en la vida cotidiana y en la la creación cultural, sino también el
proporcionado por las restantes ciencias. Si éstas sirven a la filosofía, también ella les
presta servicio, aclarando y asegurando sus bases últimas.

Sobre el origen de la filosofía, éste se ubica en la Grecia clásica con los presocráticos,
se transformó en tiempos de los sofistas y alcanzó sus versiones más elaboradas en el
pensamiento de Sócrates, Platón y Aristóteles. (cfr. Escotado, Antonio: s/f).

Por lo general la filosofía se basa en la reflexión interior y en el análisis de los


fenómenos observados. Se dice que ser filósofo consiste en no dar nada por sentado,
todas las aseveraciones hay que cuestionarlas. Sobre esta forma de explicar el mundo y
la vida surgió el pensamiento occidental. Es en Grecia donde se generan la mayor parte

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de los conceptos, que en mayor o menor medida han establecido la directriz del
pensamiento filosófico en el transcurso del tiempo en el mundo occidental. Es en la
Grecia clásica donde se logró fundar un tipo de pensamiento que cultivo el tratamiento
de la razón para buscar la explicación del mundo y el universo.

En gran parte esto fue posible por las características estructurales de su lengua. Toda
vez que fue en Grecia en donde se utilizaba el verbo ser; el idioma griego realizaba la
conjugación intransitiva, permitiendo hacer la pregunta que propició el desarrollo del
pensamiento filosófico: ¿qué es el ser?

La intransitividad del verbo ser es importante pues da la opción de hablar en dos


sentidos, uno consiste en poder decir algo de una cosa y el segundo establecer la
confirmación de la existencia de algo. Por ejemplo: se puede decir que el caballo es
blanco, aquí se predica algo del caballo, se refiere al primer sentido aquí expuesto, en
tanto si se dice el caballo es, en este enunciado ya no es necesario algo para darle
significado, este es el sentido de existencialidad, por lo tanto se puede formular la
pregunta ¿qué es el ser?

En la filosofía griega clásica (a partir del siglo VI a.C.) se pueden ubicar tres etapas: a)
en el pensamiento presocrático, que busca la naturaleza (Phycis) el fundamento último
del conocimiento y el elemento que mueve al mundo y el universo, por ello puede
decirse que es un pensamiento que en primera instancia busca la trascendencia; b)
posteriormente aparecen los sofistas que hacen referencia a lo inmanente al aquí y al
ahora, promueven el diálogo y la opinión (la doxa). Su característica es que no buscan
la verdad sino el convencimiento y la argumentación como elemento fundamental de la
polis (ciudad estado) y de las relaciones humanas. Cabe comentar que los sofistas le
otorgaban una gran importancia al azar, a lo que escapa a la voluntad de los sujetos,
como algo fortuito y, c) la tercera etapa se da con Platón y Aristóteles, dándose un
regreso al pensamiento trascendente; no obstante esta vuelta está regida por el hacer en
el mundo del sujeto , es decir, los actos y el hacer del ser humano no dependen de una
fuerza fuera del sujeto, de su voluntad, sino de sus acciones y decisiones, aunque
tienen planteamientos de la naturaleza como motor del mundo.

Más adelante, desde el medievo y hasta la llegada del Renacimiento, el pensamiento


filosófico estuvo regido por una orientación teológica. El desarrollo de la filosofía se
dio principalmente al interior de la iglesia católica formando al sacerdocio. Algunos de
los más representativos de esa época retomaron a Platón (San Agustín) y a Aristóteles
(Santo Tomás de Aquino), quienes se ocuparon en demostrar racionalmente, y no sólo
en la fe, la existencia de Dios.

Las líneas de pensamiento únicamente mencionadas aquí son importantes porque


representan las corrientes de pensamiento que gravitan en la filosofía y la génesis del
saber en occidente desde el siglo XV (Renacimiento o Humanismo), abriendo el
presente, su presencia se puede notar inclusive en las perspectivas teórico-
metodológicas, disciplinas y teorías de lo social y por ende de la comunicación en
general y los medios de comunicación en lo particular.

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El siglo XV marca un cambio importante en el pensamiento filosófico se rompe con el
modo repensar del medievo, el cual ponderaba, desde la razón, elaborar una
argumentación contundente de la idea teológica. Esta ruptura se manifiesta en lo que se
conoce como el Renacimiento. “Entendemos por Renacimiento o Humanismo el
acontecimiento en el cual el cambio introducido por las nuevas circunstancias
industriales, sociales y políticas, así como el desmoronamiento del sistema teológico
medieval, hizo posible la comprensión de la antigüedad y la cultura de los pueblos
modernos, recibió de ella el impulso más potente”. (Dilthey, Wilhem: 1975: 132)

De acuerdo con el recorrido histórico del pensamiento filosófico, desde Galileo se


gestó una corriente que buscó el saber empírico y causal sobre la metafísica y la
religión, lo cual produjo una manera distinta de mirar al sujeto y su relación con el
entorno, conformando una tendencia “objetivizante”.

Este interés pragmático, mecánico-causalista, que no va ya a preguntar el “por


qué” y “para qué últimos sino el “cómo” más inmediato y práctico de los
fenómenos y sus consecuencias, emerge con fuerza de la centuria que va desde
1543, año de la aparición de la obra de Copérnico, De revolutionibus orbium
celestium, hasta 1638, fecha en la que ven la luz los Discorsis de Galileo… No
habrá que buscar tanto la sustancia subyacente a los fenómenos cuanto las leyes
matemáticas que nos desvelen la estructura real del mundo físico. Galileo será un
típico representante de la nueva mentalidad que cambia las explicaciones físicas
cualitativas de Aristóteles por las formulaciones matemáticas de Arquímedes.
(Mardones y Ursúa: 1983: 18-19)

Como podemos advertir, la necesidad de hacer una revisión del saber filosófico es una
condición vital para poder construir un marco de referencia de lo qué es, se tiene que hallar
su génesis en las obras y en los hechos históricos, en tanto que lo sucedido en el pasado
influye en los criterios y percepciones para analizar el presente y señala la forma en que ha
de comprenderse y explicarse el pasado. (cfr. Gadamer, Hans-Georg: 1991)

Es a partir del siglo XV que pueden ser identificados, en el marco de la modernidad


occidental, tres lógicas epistémicas bien definidas en las que se puede organizar el
conocimiento generado a través de la historia, que tal y como mencionamos en párrafos
anteriores son: las ciencias empírico-analíticas, las interpretativas y las sistemáticas de la
acción.

2.1.2 El ámbito de la epistemología

Cuando se decide conocer las teorías acerca de lo social en general y de la comunicación en


particular, se tiene que valer de la epistemología, pues aporta elementos facilitadores para
la interpretación y el análisis del sentido y significado que plantean las teorías.

Como en el capítulo anterior se expusieron los conceptos de funcionalismo, estructuralismo


y materialismo histórico, cabría la pregunta ¿cómo y en qué se distingue un funcionalista de
un estructuralista? o ¿en qué radica ser un materialista? Y también cuestionar si representan
las únicas maneras de conocer los procesos comunicacionales.

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Al respecto podemos decir que la epistemología ofrece la posibilidad de diferenciar los
grandes modos de conocer desarrollados a través de la historia, principalmente por su
análisis hecho a las lógicas epistémicas, las cuales fundamentan las orientaciones o
perspectivas teórico-metodológicas que se han constituido en las fuentes de la investigación
social y humanística dentro de la que se inscribe el estudio de la comunicación y los
medios. Esto puede ser representado de la siguiente forma:

Filosofía  epistemología  lógicas epistémicas  tipos o posturas de ciencias


 perspectivas teórico-metodológicas  disciplinas  teorías.

De este modo, la epistemología nos da herramientas para conocer cómo se genera el


conocimiento, esto permite sistematizar los conceptos y categorías que fundamentan la
estructura interna de las teorías que explican la realidad. Especialmente ayuda a
comprender no únicamente que hay distintas maneras de conocer, sino inclusive los
diferentes tipos de conocimiento.

Ya comentamos y definimos algunos rasgos de la epistemología, pero conviene dedicarle


nuevamente un espacio para precisar aún más algunas nociones clave para detallar más
adelante lo que son las lógicas epistémicas que son elementos importantes en la estructura
de las lógicas de organización del conocimiento, tanto en lo social como en lo
comunicacional. Pues bien la palabra epistemología tiene dos significados diferentes. El
primero muy utilizado por los autores anglosajones y que entre los filósofos llaman teoría
del conocimiento. Su objeto es el fundamentar todas las formas del conocimiento humano,
considerando a éste como el resultado de la experiencia, la percepción y los procesos
cognitivos. Se trata de una disciplina perteneciente al campo de la filosofía, no obstante
estar relacionada con estudios efectuados en psicología, sociología, análisis del discurso,
del lenguaje y otros temas. La segunda acepción se refiere exclusivamente al conocimiento
científico, a su producción, estructura y validación. Esta definición deja ver que la
epistemología (también llamada gneosología) se dedica a estudiar el conocimiento en tanto
evidencia y posibilidad. Investiga lo que los sujetos conocen, los procesos a través de los
cuales generan dicho conocimiento y la coherencia lógica entre las herramientas, las
técnicas y los métodos empleados para construir un objeto de estudio, las conclusiones y las
afirmaciones o juicios obtenidos. (cfr. Ditella, Torcuato S.: 2001)

Tenemos pues que la epistemología examina el conocimiento científico y especialmente


una de sus manifestaciones más importantes y refinadas, las llamadas teorías científicas.
Intenta analizar el proceso de construcción cognoscitiva, como también las investigaciones
críticas acerca de su validez, por lo que equivale a crítica del conocimiento. En otras
palabras, es la ciencia filosófica que investiga el valor, las fuentes y el criterio del
conocimiento humano, también se le llama noética, pues trata de la actividad mental en
cuanto conocedora de las cosas. (cfr. Bruggers S.I, Walter: 1972)

Tampoco hay que confundirla con la metodología de la investigación. La epistemología


pone en tela de juicio todo el conocimiento científico, pretendiendo justificar tanto las
teorías ya aceptadas como las recién propuestas. El metodólogo se propone otra cosa: la
obtención de nuevo conocimiento. El da por establecidas las teorías existentes en

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determinado momento, para utilizarlas con el fin de producir nuevo conocimiento. También
conviene diferenciarla de la lógica, pues a diferencia de ésta no considera únicamente las
condiciones de validez fundadas en las relaciones de los contenidos de pensamiento entre
sí, sino que plantea la última y decisiva cuestión acerca de la validez objetiva de dichos
contenidos, es decir, analiza cómo se llegó a dichos contenidos, de su validez respecto al
objeto, trata del problema de la posibilidad del conocimiento en general. Así la
epistemología será la investigación filosófica de la aptitud de nuestra razón para la verdad y
a la vez de los límites del conocimiento.

No obstante, la epistemología no debe ser entendida como un sistema apriorístico o


dogmático que determine el contenido del conocimiento científico. Al contrario, la
pretensión es analizar la generación del conocimiento científico bajo todas las
circunstancias que la hacen posible, ya sean aspectos lingüísticos, históricos, ideológicos,
etc. (cfr. Van Steenberghen, Fernand: 1960).

Por lo explicado hasta aquí se puede decir que la epistemología analiza a la explicación
científica, por lo tanto, surge la necesidad de cuestionar los usos latentes o manifiestos de
las nociones de ley, teoría, observación, experimentación y verificación.

Para referirse a un saber particular entre los saberes, Luis Martín Santos utiliza el concepto
de epistémico y se distingue por ser “…ocasional, eliminativo, momentáneo, que brota
frente a la praxis del saber. Es efímero, válido y o formalizable. No es transitivo sino una
tarea. No es empírica, sino racional”. (Martín Santos, Luís: 1991: 11)
Respecto a ésta definición de epistémico, cabe hacer hincapié en que su acción está
centrada en el ámbito de la razón, en otras palabras no le compete el contenido de las
investigaciones que sobre un objeto de estudio se realizan, lo que es de su interés es
analizar el proceso (saber) de cómo se conoce.

Por consiguiente, la epistemología tiene como propósito la búsqueda de la respuesta a la


pregunta: “saber si el espíritu humano es capaz de alcanzar la verdad o lo que es lo mismo,
si tiene certezas legítimas. Si se desespera de alcanzar la verdad en algún dominio, se es
escéptico… la posición contraria es el dogmatismo: consiste en sostener que podemos
conocer la verdad y que lo conseguimos en algunos casos”. (Verneaux, Roger: 1985: 29)

Debido a que la epistemología ha encontrado dentro de las disciplinas y las teorías que son
resultado de perspectivas teórico metodológicas distintas, diferencias en las categorías y
conceptos utilizados en sus propuestas teóricas, se afirma que su interés está en conocer
cómo se construyen y organizan esas formas particulares de conocimiento. Por ello también
se dice que la epistemología se concentra en develar la genética (Piaget) de los conceptos,
mismos que son las unidades fundamentales de la teoría.

Según Mardones y Ursúa (1983), la epistemología tiene las siguientes características:

1) Analiza las ciencias en cuanto al alcance y legalidad del conocimiento que éstas
aportan, sea en, a) su organización y orden conceptual interno, b) en la forma en que
son considerados -en las distintas corrientes- los datos de la realidad, c) en el

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examen de los resultados -proposiciones de validez- que pretendieran establecerse
con el manejo de determinadas informaciones.
2) Analiza los fundamentos del conocimiento científico, es decir, la probabilidad de
generar conocimiento y la validez de los saberes obtenidos.

3) Establece críticas a las maneras de concebir la realidad que soslayen la razón y las
proposiciones de validez; asimismo, esta crítica se extiende a los sistemas de
pensamiento cerrados sobre sí mismos, que no admiten el cambio ni la refutación de
sus principios ante los nuevos descubrimientos aportados por las ciencias.

4) Es una disciplina filosófica y con un status marginal en relación con otras ramas de
la filosofía como la metafísica o la ética. Igual que la historia de la ciencia es
marginal en relación con la gran historia. (cfr. Mardones y Ursúa: 1983).

En resumen, la epistemología investiga en torno a la organización interna y de la validez


lógica del conocimiento. Es pertinente señalar que escudriña la relación entre lo observable
y la teoría, esto es que en el ámbito de la observación científica se presentan problemas
epistemológicos sobre la naturaleza de la percepción y de la observación, así como en el
impacto que tiene el origen, desarrollo y justificación del conocimiento científico.

Es así que para comprender la estructura interna del conocimiento y su proceso de


construcción, la epistemología resulta indispensable. Ya explicamos someramente en el
capítulo anterior la necesidad de utilizar un método para la realización de toda
investigación, y es aquí cuando se elige uno u otro método que empiezan las diferencias.

Como sabemos a pesar de que existe consenso en cuanto a la necesidad de utilizar un


método para generar conocimiento, no lo hay para establecer qué es “científico”, de lo que
no lo es. El hecho de que existan diversas posturas y corrientes de pensamiento es una clara
muestra de que no existe lo “científico” en un sentido absoluto (esto no quiere decir que
cualquier conocimiento enunciado sea “válido”. No obstante la “cientificidad” se encuentra
en cada uno de los métodos considerados verosímiles para generar conocimiento y
aproximarse a la verdad como descubrimiento.

Por ende y como lo hemos explicado, lo científico dependerá de la estructura interna y la


perspectiva científica que posee cada modo de conocer. Expusimos que para un positivista
lo científico es el estudio de la realidad medible, observable y cuantificable; en cambio un
hermeneuta recurrirá para su interpretación de la realidad social de lo comprensible y la
historia, como fundamentales para una explicación científica.

Ante dicha diversidad epistemológica y metodológica que se encuentra en el estudio de lo


social y por ende de lo comunicacional y que ha dado paso a distinguir corrientes de
pensamiento o modos de organización del conocimiento, son dos elementos los que se
encuentran invariablemente en las diferentes interpretaciones de lo social.

Estos elementos son los conceptos y las teorías. De ahí que la epistemología coadyuve para
conocer la validez, la lógica y la congruencia de las construcciones teóricas. Toda vez que

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las teorías se constituyen con conceptos, los que conforman nexos entre el pensamiento y la
realidad estudiada.

Recordemos que el establecimiento del conocimiento científico se da a partir de


construcciones mentales que describen las características esenciales del objeto a denominar,
significar, representar o interpretar.

Los conceptos se pueden definir como las nociones o ideas que sobre un objeto se
construyen y forman las unidades con las que estructuran las proposiciones, en tanto que
las teorías se conforman por un conjunto de proposiciones vinculadas lógicamente entre sí
y tienen los mismos referentes. Por ello las teorías son modos particulares de comprender y
explicar la realidad. Aquí las entendemos como aproximaciones comprensivas del mundo,
sólo de esa manera pues no son irrefutables ni infalibles.

Condensando lo hasta aquí expuesto tenemos que la filosofía es una fuente de información
imprescindible para el entendimiento de las corrientes del pensamiento contemporáneo. La
epistemología contribuye al análisis de los paradigmas o grandes modos de organización
del conocimiento, que aquí llamamos lógicas epistémicas que se han desarrollado a lo largo
de la historia. Estas lógicas se encuentran presentes en tres perspectivas o posturas de
ciencias, mismas que son el fundamento de distintas visiones teóricas metodológicas que a
su vez nutren a diversas disciplinas de estudios e investigación que generan un amplio
espectro de teorías sobre lo social en general y la comunicación en particular. Dichas
teorías se componen de constructos mentales denominados células o proposiciones
formuladas con conceptos y este proceso le da el status de científico al conocimiento
teórico así generado.

2.1.3 Una epistemología de la comunicación

En términos muy generales se ha expuesto el ámbito de estudio e investigación de la


epistemología y nos ha permitido establecer que la teoría, como forma de entendimiento y
explicación de la realidad, representa un modo de análisis y conforma una cosmovisión del
mundo y la vida social. En este tenor, la epistemología nos ayuda a estudiar las teorías de la
comunicación y su relación con los medios de diferentes maneras.

En principio se puede valer de la epistemología para conocer cómo están organizadas las
diferentes lógicas de pensamiento que han dado lugar al análisis y estudio de la
comunicación. A la vez que puede aportar elementos para fundamentar criterios válidos
para estimar si determinada teoría contribuye para la explicación de un fenómeno
comunicativo o si han generado nuevas explicaciones que permiten superar o dar visiones
diferentes al fenómeno en cuestión. Toda vez que el campo de estudio de la comunicación
está sujeto a cambios permanentes y repentinos provocados por los cambios políticos,
económicos y tecnológicos que suceden en la sociedad.

También puede aportar elementos para la construcción de una pedagogía de las teorías de la
comunicación, pues permite tener una visión amplia de todo el espectro de estudios e
investigaciones en relación a la comunicación en general y los medios en particular, con lo
cual se favorece la organización del conocimiento generado en la materia y se pueden

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establecer ciertos lineamientos para su exposición y explicación. Derivando en una
formación plural respecto a las diversas propuestas teóricas existentes.

Otro aporte importante es su contribución en la definición paulatina que sobre el objeto u


objetos de estudio ha ido desarrollándose dentro de las ciencias de la comunicación al dotar
de criterios básicos para la construcción de métodos de investigación sobre la realidad de la
comunicación social y los medios.

Se ha comentado la problemática que encierra la falta de un campo teórico bien construido


que le de el status de disciplina a la teoría de la comunicación o comunicología, en mucho
debido a las múltiples observaciones empíricas, así como también las diversas e
innumerables prácticas profesionales y la generalidad de los procesos comunicativos que
traen como efecto la ambigüedad señalada a este campo de trabajo. Y puede ser la
epistemología la que contribuya a responder a las interrogantes que en múltiples momentos
los investigadores han intentado precisar para definir los dominios de este quehacer
científico: ¿Cuál es el campo o campos de estudio de la comunicología? ¿Qué hay que
entender por ciencias de la comunicación? ¿Existe una teoría de la comunicación o son
teorías sobre lo comunicacional? ¿Qué grado de desarrollo tiene la ciencia de la
comunicación o seguirá siendo ciencias de la comunicación?

El hecho de que se busque un reconocimiento y el status de ciencia al trabajo desarrollado


por muchos investigadores alrededor del mundo que dedican su trabajo al estudio de la
comunicación y los medios no debe entenderse como una pretensión patrimonialista sobre
el análisis de la comunicación humana. Hay que reconocer que hubo un momento en el
desarrollo de las humanidades que la fragmentación o segmentación de los procesos
sociales para su estudio permitió que cada parcela de conocimiento tuviera el status de
ciencia. En la actualidad la ciencia se reconfigura y por necesidades metodológicas para
generar visones más integrales y completas de los hechos de la realidad los campos de
conocimiento requieren tratamientos inter, trans y multidisciplinares dando como resultado
las interciencias y multidisciplinas: Esto pone a las ciencias de la comunicación a trabajar
en dos vertientes: primero en definir sus campos de estudio y las líneas de investigación, y
segundo establecer los nexos de estudio con las disciplinas del área social como la
sociología, psicología, semiología, economía, informática, derecho, antropología, entre
otras.

En términos generales las teorías que se han generado para explicar los procesos de la
comunicación social en lo general y los medios de comunicación en lo particular establecen
que la comunicación es posible -en la forma en que hoy se da- por construcciones sociales,
tecnológicas e individuales que provocan una práctica de interacción, convivencia,
conflicto y conocimiento entre dos o más personas. A su vez las formas de difusión y
amplificación que permiten el registro y flujo de información de uno o más puntos
geográficos transformando la noción de tiempo y espacio es lo que identifican como
medios de comunicación que poniéndolo en términos socio-antropológicos son los signos
de identidad, los imaginarios colectivos, los valores, normas y pautas de conducta
institucionalizados, así como los símbolos, el lenguaje y la informática en general lo que se
constituye en medios y modos de comunicación.

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2.1.4 Las lógicas epistémicas

Continuando con la línea de investigación que se ha presentado, la filosofía aporta


elementos importantes para conocer la historia del pensamiento y entender cómo se han
gestado las cosmovisiones del mundo y el universo. La epistemología como una rama de la
filosofía arroja tesis para saber sobre la estructura interna y la lógica sobre la que se
construyen distintos tipos o modos de pensamiento que explican la realidad social y por
ende lo comunicacional, así como sus nexos con el proceso de las teorías de la
comunicación.

Para ir completando la plataforma que nos permitirá llegar a las lógicas de organización del
conocimiento en lo social y lo comunicacional, es necesario definir qué entenderemos por
lógica epistémica. En primer lugar diremos que una lógica epistémica por ser una
derivación de la epistemología tiene como propósito central el análisis del conocimiento
generado, ya sea por medios objetivos o subjetivos. Existen diferentes lógicas epistémicas,
cada una representa un complejo nudo que vincula modos de pensamientos afines entre sí,
coherentes en sus procesos de investigación, sistemáticos en sus argumentos y
fundamentos.

Por tanto, las lógicas epistémicas se constituyen como la lógica que alberga los grandes
modos de organización del conocimiento, ya que al conformarse como un universo de
pensamiento (forma de razonar el mundo), en su interior se estructuran sus elementos
conforme a una determinada lógica que les da orden y cohesión.

Recapitulando, el conocimiento está organizado del mismo modo que las ciencias se
fundamentan de acuerdo con las perspectivas teórico metodológicas de las cuales se derivan
disciplinas que se centran en determinados objetos de estudio y generan las teorías que son
articuladas conforme a la organización que se estableció para comprender y analizar al
mundo.

De lo que se desprende que el conocimiento es generado por una determinada lógica, es


decir hay varios modos de conocer, lo que los distingue es la manera en que están
estructurados internamente. Cada modo de conocer al tener orientaciones y principios
conceptuales diferentes percibe y representa al mundo en forma diferente.

Por ello, los diferentes modos de conocer dependen de una organización lógica y dinámica
interna determinada y las lógicas epistémicas son las encargadas de identificar esos modos
de conocer, lo que las convierte en el fundamento de las diversas ciencias generadas en la
historia.

Para aclarar un poco más podemos esquematizar y hacer una analogía entre una lógica
epistémica y el lenguaje humano.

 Una lógica epistémica es un conjunto universal como el lenguaje humano.

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 Las lógicas epistémicas son particulares y diferenciadas como las familias
lingüísticas: indoeuropeas, germánicas, latinas, etc.

 Las posturas o ciencias son las aplicaciones generadas de una determinada lógica
epistémica, como es un idioma en particular: español, inglés, francés.

 Las perspectivas teórico metodológicas establecidas en las posturas o ciencias son la


lengua que establece las normas y reglas de uso del lenguaje: gramática, sintaxis,
prosodia.

 Las disciplinas son un saber formal en determinada área o temática, como un


metalenguaje: el lenguaje matemático, musical, médico.

 Finalmente las teorías son un saber especializado, descriptivo y analítico de la


realidad, resultado de la aplicación de los principios y reglas metodológicas, como
el habla que es el uso individual que de la lengua se hace.

2.2 Posturas o ciencias en el estudio social

A partir de una propuesta epistemológica derivada de la filosofía corresponde explicar


cómo se organizan los diferentes modos de conocer o las lógicas epistémicas que los
sustentan, en lo que denominamos una postura (teórica) o un tipo de ciencia según el
proceso metodológico que sigue al analizar la realidad social.

Es preciso señalar que la propuesta taxonómica que se expone surge de la clasificación que
propone Mardones y que éste retomó a su vez de Habermas. Según la cual desde el trabajo
científico y los descubrimientos de Galileo a la fecha se han gestado tres grandes posturas o
ciencias. A saber son la postura o ciencias empíricas analíticas; postura o ciencia
fenomenológica-hermenéutica y lingüística (aquí las denominaremos interpretativas,
siguiendo el criterio de Miguel Rodrigo Alsina) y la postura o ciencias sistemáticas de la
acción. (cfr. Mardones y Ursúa: 1983; Habermas, Jürgen: 1982, Rodrigo Alsina, Miguel:
2001).

2.2.1 Las ciencias empírico analíticas

Bajo esta denominación encontramos a las posturas que desarrollan un pensamiento


instrumental y que persiguen un conocimiento útil y su respectiva aplicación. Su dinámica
se basa en generar un conocimiento que tenga una utilidad por su aplicación a procesos
sociales y la pretensión de comprobar sus hipótesis de trabajo. Sus principios se vinculan
con el desarrollo del método científico aplicado a las ciencias naturales, que como ya se
mencionó inicia con las postulaciones de Galileo.

Otra característica básica de esta postura es que el conocimiento generado debe sustentarse
en lo observable, medible y cuantificable de los procesos o fenómenos estudiados, para
lograr construir leyes que describan y expliquen el movimiento universal y buscar predecir
la evolución y el producto de una acción o evento determinado.

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Es la linealidad del tiempo y la historia, así como la noción del desarrollo y el progreso, los
principales supuestos de estas ciencias. Locke, Turgot, Condorcet y Spencer son los
investigadores identificados como los primeros en postular que en la ciencia social se
podrían encontrar las respuestas a los grandes problemas de la humanidad, que conocer
científicamente a la sociedad posibilitaría dirigirla con orden hacia el progreso y la
evolución social, a través de su perfeccionamiento constante.

De estos preceptos se generaron corrientes de pensamiento como: el empirismo,


sensualismo, organicismo, evolucionismo y el positivismo. Lo que tienen en común estas
posturas son los siguientes preceptos: 1) el conocimiento de lo social debe fundarse en la
aplicación del método científico; 2) la ciencia permitirá el avance constante de la
humanidad; 3) el conocimiento está al servicio del progreso; y 4) la evolución de las
sociedades, históricamente se dirigen hacia la libertad, la igualdad y la justicia. A esta
postura la influyó significativamente el pensamiento positivista desarrollado por Augusto
Comte, puesto que fue el pionero en establecer la idea de que la ciencia es el principio y el
fin de la solución de los problemas de la humanidad. Creó una filosofía acorde con una
civilización que para su existencia requiere la utilización del conocimiento. Su esfuerzo se
concentró en el estudio de la sociedad y el desarrollo del principio de lo positivo.

Para Comte lo positivo es lo real, en contraposición de lo imaginario, a su vez se refiere a lo


útil en oposición a lo inútil, por ello en su filosofía pondera que el avance y el
perfeccionamiento de la sociedad debe ser constante. Para él, el conocimiento debe buscar
tener una utilidad y no generar conocimiento que sólo satisfaga la curiosidad vana. (cfr.
Mardones y Ursúa: 1983).

En este esquema de oposiciones entre el concepto de lo positivo y sus contrarios, está el de


certeza e indecisión con lo que orienta a la filosofía a construir naturalmente la armonía
lógica en el individuo y la comunión espiritual de la humanidad. Otras contraposiciones son
las que establece entre lo preciso y lo vago y cuando opone lo positivo con lo negativo. La
interpretación que se puede hacer de este juego de oposiciones es que la filosofía está
obligada a organizar a la sociedad.

Otro representante de esta postura es el sociólogo Emilio Durkheim, quien de acuerdo a


Mardones:

Llevó a cabo lo que en A. Comte es sólo una proclama y un deseo: aplicar el


positivismo al análisis de los hechos sociales(…) Continúa a A. Comte y J. Stuart
Mill (…) Su concepción del “hecho social” y el tratamiento explicativo causal,
como cosas, propuesto, sin salirse del ámbito propio de los objetoso sociales, y
con una actitud de sospecha frente a cualquier pre-noción que favorezca la
sociología espontánea, constituye en algunas sugerencias claves que traducen el
afán de Durkheim por dotar a las ciencias sociales del rigor y objetividad de las
ciencias naturales. (Mardones y Ursúa: 1983: 79)

Los preceptos recurrentes en estos investigadores son las nociones de que la sociedad está
conformada por diversas estructuras, las que tienen una función específica que cumplir para

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el buen funcionamiento de la sociedad. Si por alguna razón no funcionan cabalmente,
entonces se da una disfunción y el sistema social entra en un desorden y la evolución de la
colectividad se frena. Por ende, la perspectiva teórico metodológica denominada como
funcionalismo forma parte de estas ciencias empírico analíticas y desde esta postura se
analizan y estudian objetos y procesos propios de la comunicación política, mercadotecnia,
publicidad y comunicación organizacional, entre otras.

2.2.2 Las ciencias interpretativas

Este segundo grupo o postura está conformada por ciencias del tipo de la fenomenología,
lingüística y hermenéutica. Sus antecedentes más remotos los podemos encontrar en la
filosofía de los griegos clásicos. Los precursores de esta cosmovisión retoman principios de
la filosofía de Platón y en mayor medida de Aristóteles en especial sus estudios sobre
lógica, estética y retórica. Hay que recordar que en la Edad Media al retomarse a
Aristóteles y la tradición educativa griega, en las escuelas y monasterios las ciencias
instituidas fueron: las matemáticas, la retórica, la gramática y la lógica.

Lo que caracterizó a esta época es el intento por explicar los fenómenos de manera integral,
es decir abarcando los diferentes ámbitos de la vida social y espiritual tomando en cuenta
inclusive el análisis del lenguaje y los signos. La postura asumida intentó interpretar su
presente con base en el pasado histórico. Un ejemplo de un pensador que desarrolló un
conocimiento sobre los signos y los conceptos del mundo occidental fue Santo Tomás.

Más adelante cuando inicia la etapa denominada el Renacimiento se da un regreso al


Humanismo y con ello a las ciencias del espíritu. Esto trae consigo el cultivo de disciplinas
como la filología, la exégesis (que provenía del nacimiento del viejo testamento) y
nuevamente la retórica y la lógica.

Para el siglo XVIII comienza a darse una reacción en contra de que en el ámbito de lo
social se aplique el mismo método de estudio que en las ciencias naturales, esto es el
conocido “método científico”, pues deja de lado la parte espiritual de los sujetos y produce
un pensamiento objetivizante (cosificador). El movimiento que intenta generar una forma
alternativa de la visión positivista sobre los procesos sociales se gesta principalmente en
Alemania con disciplinas como la lingüística, historiografía y la filosofía.

Es Hegel (siglo XIX) quien de manera abierta y frontal se contrapone al pensamiento


positivista mediante su propuesta de su sistema en el cual expone la existencia de un
espíritu trascendente, invocando al idealismo, de tal modo Platón y San Agustín recobraron
una presencia importante, especialmente en el terreno de la realización de la idea como una
manera de organización política. Esta contraposición se da porque en el mismo tiempo que
Hegel desarrolla su sistema se encuentran seguidores del pensamiento positivista de Comte.
De este debate entre los reivindicadotes del positivismo y los que lo cuestionaban y
proponían la explicación de lo social no únicamente a través de un método cerrado a los
aspectos metafísicos de los sujetos, sino aludiendo a la comprensión en su sentido más
amplio.

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Dentro de esta corriente y por sus aportaciones a la Antropología Social destaca Claude
Levi Strauss, quien junto con otros estudiosos intentan explicar el proceso de la
comunicación humana dentro de su contexto cultural, como un universo simbólico. Otro eje
central en la construcción de estas ciencias es la lingüística estructural de Ferdinand de
Saussure, poniendo al lenguaje en el núcleo del pensamiento de los sujetos.

Con el trabajo desarrollado por Dilthey, Rickert, Windelband, Gadamer, Schütz, entre
otros, se determina que los procesos sociales no deben ser analizados con un método que se
fundó para el estudio de lo natural y otorgan a las denominadas ciencias del espíritu de un
status científico distinto y nuevo que establece una perspectiva ampliada de la realidad.
Como lo explica Dilthey al referir que el objeto de estudio de las ciencias sociales n el
mundo del hombre, es decir, un producto del espíritu humano y en consecuencia algo
producido históricamente. “Desde este punto nuclear se derivan consecuencias
metodológicas inevitables: la comprensión (Verstehen) es el método adecuado para captar
un mundo significativo, intencional”. (Mardones y Ursúa: 1983: 149)

Toda esta corriente de pensamiento se concreta hasta el siglo XX con el método propuesto
no se orienta únicamente a describir los hechos, sino que intenta analizar el sentido de la
acción de los individuos y las instituciones sociales, esto es, desarrollar una visión integral
que involucre el ámbito de la vida social de los sujetos, por ende se tiene que estudiar la
religión, el lenguaje, la historia, inclusive la economía y la política. Esta propuesta recibió
el nombre de sociología comprensiva.

El método propuesto por Weber consiste básicamente en la construcción de modelos


ideales que intenten comprender cómo deben ser las situaciones de hecho presentes en el
proceso social a estudiar, pero temiendo siempre la pretensión de encontrar el sentido de la
acción que provoca los hechos, acción que puede ser racional o irracional. El principio que
subyace en este método es comprender cómo se hubiera comportado el fenómeno si se
conocieran, tanto las circunstancias como las intenciones de los protagonistas de las
acciones y considerando como si los medios elegidos para llevar a cabo las acciones se
hubiera hecho racionalmente para conseguir determinados fines.

Parafraseando a Mardones diremos que la comprensión es lo mismo que la captación


interpretativa del sentido implícito en la acción específica a analizar, esto es interpretarla en
su consideración histórica. Asimismo encontrar el sentido promedio y de manera
aproximativa a la generalidad de los sujetos, es decir en la consideración sociológica de la
masa y construirlo científicamente a través del método tipológico para establecer el tipo
ideal de un fenómeno recurrente.

Otro autor que prosigue esta tradición metodológica es Alfred Schütz, para él el verstehen
se puede entender como el método de las ciencias sociales, puesto que a través de éste es
posible generar conceptos objetivos sobre la subjetividad de las acciones sociales.

Una rama de esta lógica epistémica que le da un sesgo hacia el lenguaje como elemento
fundamental para conseguir la comprensión de la acción social es la experiencia
hermenéutica desarrollada profusamente por Gadamer sobre la base de las propuestas de
Dilthey y Heidegger. Gadamer postula que la comprensión no consiste en ponerse en la

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posición del otro, sino en acordar con el otro sobre el objeto analizado y explica que ese
proceso de comprensión en última instancia es un proceso lingüístico.

Comprender lo que alguien dice es, como ya hemos visto, ponerse de acuerdo en
la cosa, no ponerse en el lugar del otro y reproducir sus vivencias. Ya hemos
destacado también cómo la experiencia de sentido que tiene lugar en la
comprensión encierra siempre un momento de aplicación. Ahora consideraremos
que todo este proceso es lingüístico. No en vano la verdadera problemática de la
comprensión y el intento de dominarla por arte -el tema de la hermenéutica-
pertenece tradicionalmente al ámbito de la gramática y de la retórica. El
lenguaje es el medio en el que se realiza el acuerdo de los interlocutores y el
consenso sobre la cosa. (Mardones y Ursúa: 1983: 181)

Con lo expuesto podemos hacer las siguientes observaciones a manera de aseveraciones


para entender lo qué es la comprensión y su proceso de construcción:

a) Comprender es ponerse de acuerdo con alguien sobre algo.

b) Es el lenguaje el medio universal para construir el acuerdo (consenso) y la


comprensión.

c) La comprensión se consigue a través del diálogo.

d) La comprensión viene a ser una interpretación.

e) La comprensión conseguida siempre por el diálogo, a través del lenguaje, se


encuadra en la dialéctica de la pregunta y la respuesta.

f) La dimensión lingüística de la comprensión, indica que la comprensión es la


concreción de la conciencia de la historia efectual.

g) La tradición consiste en reconstruir por medio del lenguaje al pasado, al actualizarse


se reconoce su sentido en el presente y frecuentemente con elementos nuevos.

Queda claro que existen diferencias muy marcadas entre las ciencias empírico-analíticas y
las interpretativas (fenomenológicas, hermenéuticas y lingüísticas). En concreto estamos
ante dos concepciones diferentes del mundo, en otras palabras son dos lógicas epistémicas
distintas. Para las ciencias interpretativas no es posible analizar y estudiar al mundo de la
vida social a través del mismo método con el que se conoce la vida natural. Debido a que el
mundo social, cultural no puede ser evaluado con los mismos instrumentos y
procedimientos, ni con la misma concepción que el del natural.

La fundamentación estriba en la diferencia básica entre la naturaleza como un mundo dado


que existe independientemente del hombre, y el mundo cultural, construido por el hombre
sobre esa naturaleza. De tal modo que la existencia de la altura deja al descubierto que se
trata de un mundo espiritual. Un ámbito donde se ha gastado la filosofía, la historia, las
artes, las tradiciones y costumbres, entre otras construcciones sociales.

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Así para comprender al hombre social deben surgir ciencias sociales que investiguen sobre
la memoria histórica de los hombres en la evolución de sus formas de pensamiento y de
organización social, política y económica, en su producción artística, comprender el
presente como condensación del pasado y predicción del futuro. Esto implica centrar la
atención en el conocimiento del significado y el sentido de las formas de pensamiento y los
procesos producidos por la cultura. Si el hombre es social, su estudio supone ciencias
sociales, y éstas deben comprender las múltiples relaciones entre el pensamiento y la
cultura en diferentes estadios de la historia.

La humanidad es lo que ha sido y lo que puede llegar a ser, esto quiere decir
fundamentalmente el drama de lo humano, el cómo y el porqué se piensa lo que se piensa, y
cómo ha ido cambiando ese pensar en el transcurso del tiempo.

En este sentido el estudio de la historia es un elemento fundamental para conocer la


experiencia de la conciencia humana que ha estado constituida por modos de pensar que se
remontan a hace más de 3 mil años y de los cuales se han producido unas condiciones de
vida y una determinada forma de cultura.

2.2.3 Las ciencias sistemáticas de la acción

Esta postura se distingue básicamente de las anteriores en el hecho de que su propósito


principal es desarrollar un conocimiento que permita la transformación de la sociedad
dirigiendo dicha transformación hacia la emancipación del hombre. Sus bases
epistemológicas se encuentran en algunos filósofos griegos clásicos, en particular en
Heráclito y Platón.

En el pensamiento de Heráclito destaca el mito del destino con su idea del devenir (la
realidad entendida como proceso o cambio) Y en Platón el mito del origen (por lo que
postula la noción de la decadencia y la necesidad de establecer la república perfecta).

Hacia la Edad Media es San Agustín quien retomando algunas ideas del pensamiento de
Platón pondera la noción de que el ser humano y su capacidad de raciocinio pueden
transformar al mundo. El hecho de poder pensar un mundo posible, establece las
condiciones para poder instaurarlo pues si tiene la capacidad de proponer una vida mejor,
esa idea muestra de manera fehaciente la presencia de Dios en el mundo.

Ya instalado el siglo XIX, Karl Marx a través de Hegel recupera la noción del devenir y del
cambio y apoyándose en el mito del destino, lleva a cabo el establecimiento de una
corriente de pensamiento que se distingue por su crítica a la modernidad y un análisis
profuso del sistema capitalista de producción.

Uno de sus principales postulados, apoyado en las leyes de cambio histórico y el que la
historia resultara una constante lucha de clases, refirió que las contradicciones propias del
sistema capitalista derivarían en una toma de conciencia del proletariado de su condición de
explotación y alienación y se instalaría la sociedad sin clases.

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Una influencia importante en el pensamiento marxista fue la obra de Feuerbach, quien
desarrolló una crítica a la filosofía de Hegel por su idealismo radical y en contrapartida
expresó que la realidad se compone de materia. Idea retomada por Marx. Su método se
semeja a la orientación dialéctico-hermenéutico, debido a que se acentúa el carácter
intencional, teleológico e interpretado. “Sus explicaciones científicas exigen la captación de
las conexiones intrínsecas de los fenómenos y sobretodo el desvelamiento de su finalidad”.
(Mardones y Ursúa: 1983: 196)

Representantes de esta lógica epistémica son Engels y Lenin, otros autores que
desarrollaron dicha postura teórica fueron: Trotsky, Heller y Luckas, entre otros.

Cabe señalar que el materialismo dialéctico se distingue por su orientación hacia el análisis
de la situación económica básicamente, hasta la segunda década del siglo pasado, no
obstante hubo autores que abordan diferentes problemas desde la perspectiva del
materialismo histórico. Un ejemplo es Györgi Luckas, quien llevó a cabo una serie de
estudios sobre la historia y la estética. Este autor influyó en el denominado círculo
intelectual de la Universidad de Budapest, del cual destacan autores como Karl Kosik y
Agnes Heller.

Dentro de la cosmovisión de las ciencias sistemáticas de la acción surgen diversos autores


que se avocaron a estudiar problemas propios de la comunicación de masas, entre ellos
identificamos a: Ariel Dorfman, Máximo Simpson, Antonio Pascuali, Armand Mattelart,
Gregorio Seltzer, Ludovico Silva, Hans Magnus Henzesberger, entre otros. Estos autores
establecen una doble relación en referencia a los medios de comunicación: a) los medios de
comunicación son denominados de manipulación y su función dentro del sistema capitalista
es, mediante la publicidad, acortar los tiempos del ciclo productivo, en otras palabras, la
producción, la circulación y consumo de mercancías y servicios son acelerados, resultando
de ello una mayor acumulación de capital, lo que permite un crecimiento y expansión de las
empresas y, b) que los medios de comunicación contribuyen a mantener la dominación
ideológica de la clase trabajadora.

Dentro de esta perspectiva crítica encontramos también a la denominada Escuela de


Frankfurt representada por un grupo de filósofos vinculados a las actividades y proyectos
de trabajo del Instituto de Investigación Social de Frankfurt, asociado a la universidad
alemana de esa localidad, estos son: Max Horkheimer, Theodor W. Adorno, Walter
Benjamín, Herbert Marcase y Jürgen Habermas.

Más allá de la diversidad de esquemas interpretativos movilizados por estos pensadores, la


unidad de inspiración marxista que los caracterizaba admitía asimismo recursos de otra
procedencia. De hecho es esta integración flexible de componentes la que, inicialmente
ligada a las aperturas del marxismo occidental terminó por fijar un perfil sincrético a las
elaboraciones del instituto.

Un panorama representativo de las realizaciones de este centro de estudios -y, por tanto de
la índole de preocupaciones de la escuela- debe tener en cuenta los diversos focos
temáticos de su amplia producción y la variedad de disciplinas involucradas, desde la

70
literatura y la música hasta la política y la economía, pasando por la historia, la psicología,
la sociología y la comunicación de masas.

Otra tradición que se vincula con la lógica epistémica de las ciencias sistemáticas de la
acción es la llamada “estudios culturales”, que representa a una de las líneas de
investigación emergentes. La aparición de una jerarquización de las formas culturales había
preocupado desde largo tiempo atrás a intelectuales británicos. La división tripartita de la
cultura en refinada, mediocre y brutal se debe al inglés Mathew Arnold en su trabajo
Culrure and Anarchy (publicado en 1869 y reeditado por la Universidad de Cambridge en
1935).

La corriente que va a desplegarse en los años 60 y 70 bajo el nombre de Cultural Studies,


cuya base se encuentra en la Universidad de Birmingham en el Centre of Contemporany
Cultural Studies (CCCS), tiene su fuente más lejana en los estudios de crítica literaria de
Frank Raymond Leváis (1895-1978), publicado en los años 30: Mass Civilization and
Minority Culture. Los trabajos pretenden ser un alegato a favor de la protección de los
alumnos contra la cultura comercial.

La idea de Leváis consiste en que el desarrollo del capitalismo industrial y sus


expresiones culturales (en esa época se trata sobretodo del cine) tienen un efecto
pernicioso en las distintas formas de la cultura tradicional, tanto la del pueblo
como la de la élite… Leváis pretende utilizar la escuela para propagar el
conocimiento de los valores literarios. Incluso siente nostalgia de la alta cultura
y de la gran tradición literaria que supuestamente encierra los valores
“superiores de la era preindustrial”. (Mattelart, Armand: 1997: 70)

Buscando un marxismo heterodoxo retoman el pensamiento de autores como el filósofo


húngaro Georg Lukacs, el teórico de la literatura rusa Mikhail Bakhtin, Walter Benjamín,
Lucien Goldman, entre otros. Comparten las cuestiones vinculadas a la ideología con Louis
Althusser y con Roland Barthes. Se interesan por lo cultural.

Finalmente diremos que este grupo de perspectivas teórico metodológicas reunidas en las
ciencias sistemáticas de la acción centran su búsqueda en la red de intereses económicos
que determinan el funcionamiento de los medios de comunicación, pero también se
plantean cómo construyen una ideología a partir de sus discursos y cómo esto incide en la
sociedad.

2.3 Las perspectivas teórico-metodológicas y las disciplinas según las


posturas o tipos de ciencias

Las ciencias desarrolladas para el estudio y análisis de lo social y cultural son el


fundamento de diversas perspectivas teórico metodológicas que se vinculan a las lógicas
epistémicas.

De tal modo, de cada tipo de ciencias o lógicas epistémicas surgen las perspectivas teórico-
metodológicas, las cuales se constituyen por: a) una serie de conceptos y categorías de

71
análisis organizados coherentemente dando forma a un cuerpo teórico y proponiendo una
forma de pensamiento que se vuelve una cosmovisión del mundo; y crea una metodología
de trabajo e investigación estructurada por los instrumentos, las técnicas de procedimiento
y el método del que el investigador se vale para conocer e interpretar el objeto de estudio.

Si el objeto de estudio es abordado de diferente manera según el tipo de ciencia o postura,


lo mismo ocurre con sus correspondientes perspectivas teórico-metodológicas, puesto que
las diferentes perspectivas se fundamentan en un determinado modo de conocer, modo que
constituye una forma de pensar y explicar la realidad. Si lo que media entre el pensamiento
y la realidad son los conceptos, depende de estos la forma específica de descifrar la
sociedad.

En otras palabras, la forma de estudiar al objeto de estudio es distinta y por lo tanto la


manera de comprenderlo también. Por lo cual, existen diversos procedimientos para
describir y analizar la experiencia y las acciones sociales, ordenar los datos que aporta,
darles un tratamiento y finalmente darles un sentido y significado e interpretarlos.

Por tanto, si un investigador se ubica en la sociología funcionalista, estudiará fenómenos


sincrónicos, utilizará herramientas y técnicas estadísticas, describirá para posteriormente
analizar al fenómeno; en cambio un investigador ubicado en la sociología comprensiva
tomará en cuenta la evidencia empírica sólo como una parte del proceso, evidencia que será
confrontada con alguna construcción teórica ideal del proceso social a estudiar, para dar
cuenta de la regularidad del fenómeno, por lo que requiere una comprensión integral de la
sociedad y trabajar los conceptos de dominación, poder, burocracia y su papel dentro de los
tipos de acción social a analizar.

A las perspectivas teórico-metodológicas que se fundamentan en las posturas o tipos de


ciencias hay que añadir las diferentes disciplinas de trabajo e investigación que dentro del
ámbito de lo social se afilian en las perspectivas.

La disciplina está conformada por los estudios e investigaciones sobre un objeto de


conocimiento definido y sistematizado.

Las disciplinas son campos de conocimiento específicos cuyo objeto de estudio, si bien
forma parte de otras teorías, disciplinas y perspectivas teórico-metodológicas, ha sido
ubicado en el tiempo y el espacio. En el tiempo porque supone un trabajo con regularidad
sobre uno o varios objetos de estudio, de ahí que surjan expertos especialistas de alguna
parcela de la realidad.

La importancia de las disciplinas radica en que son espacios en los cuales se desarrolla la
producción intelectual y empírica para la comprensión y predicción de los procesos sociales
y culturales. Las disciplinas se nutren de las perspectivas y su organización y lógica interna
se debe al tipo de ciencia de la cual forman parte.

72
2.3.1 Las perspectivas teórico-metodológicas y las disciplinas en las ciencias
empírico-analíticas

A partir de Galileo se genera una lógica epistémica cuya visión del mundo da forma y
consistencia a las ciencias empírico analíticas. Las cuales estudian e investigan lo social
con base en el método científico, confían en el poder de la ciencia para el desarrollo
humano y tienen esperanza en la contribución de la ciencia para alcanzar ideales como: la
igualdad, educación, libertad y justicia. Pensadores como Spencer, Condorcet, Turgot y
Comte comparten en líneas generales una idea, según la cual el hombre con el
advenimiento de las ciencias y sus aportaciones, por fin está en el camino de un continuo y
ascendente progreso.

Entre las perspectivas teórico metodológicas derivadas de este tipo de ciencias están: el
sensualismo (L. Da Vinci y D. Hume), organicismo (H. Spencer), empirismo (J. Locke),
evolucionismo (J. A. Condorcet), el positivismo (A. Comte) y el funcionalismo (E.
Durkheim). Cada una de estas perspectivas posee una estructura teórico conceptual, es decir
una visión del mundo y un método de trabajo para describir y analizar la evidencia
empírica. En estas perspectivas sólo lo observable, lo medible, cuantifcable y comprobable
puede ser objeto de estudio de la ciencia.

De ese modo, las perspectivas mencionadas en su época hicieron a un lado el conocimiento


de la metafísica, la estética, los mitos o bien el estudio de las esencias que están detrás de
los fenómenos humanos. Para estas perspectivas lo importante es el mundo de lo real, y de
hecho asumen que la metafísica y el conocimiento teológico, si bien han estado presentes
en la historia, no es científico.

Bajo este grupo de argumentos, entre las disciplinas sociales que surgen de las perspectivas
teórico-metodológicas que forman parte de las ciencias empírico-analíticas están: la
sociología empirista (Comte y Durkheim); el análisis de contenido (Berelson); la psicología
conductual (Skiner y Pavlov); el mass media comunication research (Lasswell, Katz, Mc
Luhan) y otras disciplinas recientes como psicología laboral; publicidad; mercadotecnia;
relaciones públicas, comunicación organizacional; comunicación política; diseño gráfico y
audiovisual y una serie de estudios cuyo instrumento central de análisis es la estadística
social.

2.3.2 Las perspectivas teórico-metodológicas y las disciplinas en las ciencias


interpretativas

En las ciencias interpretativas se han generado diferentes perspectivas teórico-


metodológicas, las cuales comparten un análisis comprensivo de las acciones humanas, la
idea del devenir y la exploración en los pasados vividos y pensados por los sujetos entre
otros temas.

La principal característica de esta lógica epistémica radica en que centran su interés en el


lenguaje, pues es el medio universal mediante el cual los sujetos interactúan, le otorgan
sentido a sus acciones y explican su hacer en el mundo. El lenguaje expresa los contenidos
de la memoria de un pueblo y manifiesta las preocupaciones de los grupos y colectividades

73
sociales, en suma condensa una cosmovisión del mundo. A través del lenguaje se pueden
conocer las creencias, los mitos, las ideas y posturas de una colectividad social.

Ahora bien las perspectivas teórico-metodológicas derivadas de las ciencias interpretativas


son: en sus antecedentes, la exégesis, filología, romanticismo, historicismo, idealismo y
filosofía del lenguaje. Ahora en una etapa más contemporánea
Está el estructuralismo (Claude Levi-Strauss, Ferdinand de Saussure); la fenomenología (E
Husserl, A. Schütz); el interaccionismo simbólico (G. H. Mead); el constructivismo
(Gregory Bateson, Paul Watzlawick); cognocitivismo (Humberto Maturana, Francisco J.
Varela) y la etnometodología (Georg Simmel, Harold Garfinkel).

Cada una de estas perspectivas es el núcleo de disciplinas de trabajo de investigación en


humanidades como: la lingüística (Chomsky y Jackobson); la semiótica (Locke, Pierce,
Morris y Humberto Eco); la semiología (Hjemslev, Roland Barthes y Greimas); la
semántica(Pierre Giraud); el análisis del discurso (Teun Van Dik); la sociología
comprensiva (Weber); la antropología (Clifford Geertz); la pragmatolingüística (John L.
Austin); la sociolingüística (Ludwing Wittgenstein); la hermenéutica (Gadamer) y la
psicología cognoscitivista (Evan Thompson y Eleanor Rosch).

Como puede apreciarse estas disciplinas y algunas interdisciplinas suponen un interés sobre
diferentes aspectos del lenguaje humano y en lo general de los sistemas de comunicación
que los sujetos emplean de manera cotidiana. Esto no significa que los autores de tales
disciplinas piensan lo mismo, sino que han articulado una manera de comprender las cosas
que supone una lógica epistémica en mayor o menor medida específica.

De ese modo los sistemas de significación y de codificación, el estudio de las relaciones


entre signo y sociedad, entre lenguaje y pensamiento, lenguaje y cultura, los trabajos sobre
rituales, mitos, tradiciones, valores, relatos de identidad son abordados desde una lógica
comprensiva. Al mismo tiempo los aspectos del poder, el dominio y la obediencia son
analizados como relatos que han logrado una presencia y una legitimidad efectiva en la vida
humana; en suma se trata de disciplinas rigurosas que van del planteamiento de modelos y
esquemas comunicacionales hasta grandes disertaciones sobre el poder del lenguaje, las
identidades, las información y el conocimiento en las sociedades contemporáneas.

2.3.3 Las perspectivas teórico-metodológicas y las disciplinas en las ciencias


sistemáticas de la acción

Las perspectivas teórico-metodológicas adscritas a la postura dialéctica (sistemáticas de la


acción) comparten varias tesis centrales. De hecho se trata de una posición crítica de la
sociedad capitalista contemporánea, tanto en su base económica o estructura (relaciones
sociales de producción, medios de producción y fuerzas productivas) como en su
superestructura (ideología, política y jurídica). Esta perspectiva que retoma la idea del
devenir, también hace suya la idea de la contradicción y explica que hasta ahora la historia
de la humanidad no ha sido otra cosa que la sustitución de una clase dominante por otra.

De ese modo la dialéctica significa, en esta postura cambio, oposición y contradicción, y


significa también vinculada al conocimiento de las leyes de la historia que en el futuro la

74
humanidad llegará a la sociedad sin clases. Bajo estos lineamientos, el interés del
conocimiento está dirigido hacia la emancipación humana, es decir minar la condición de
explotación económica y la alienación ideológica que impone un sistema basado en la
propiedad de los medios de producción.

Los investigadores que hacen suya esta perspectiva tiene la convicción de que estudiar lo
social desde una perspectiva crítica es para aportar elementos para cambiar el orden
existente a través de reformas al sistema social capitalista.

Las perspectivas teórico-metodológicas de esta postura son el materialismo dialéctico (Karl


Marx); el materialismo histórico (F. Engels); la teoría crítica (Max Horkheimer, Jürgen
Habermas) y los estudios culturales (Stuart Hall y R. Williams).

Las disciplinas que se encuentran inmersas en estas perspectivas son: la filosofía (Luckàs);
la historia (F. Engels); economía política (Paul Beran); sociología crítica (Mattelart,
Moragas) y el psicoan{alisis (Wilheim Reich).

Lo que tienen en común las disciplinas propias de la postura sistemática de la acción es la


crítica al modo de producción capitalista, la visión de la necesidad de una emancipación de
las clases subalternas, la transición a una sociedad igualitaria y el análisis de la
superestructura ideológica, política y jurídica.

Por ejemplo, el psicoanálisis establece correspondencias con el ámbito social y cultural al


sostener que las patologías neuróticas e histéricas de los sujetos tienen su origen en la
forma en que histórica, económica y culturalmente se ha organizado una sociedad. Es decir,
las limitaciones para realizar o satisfacer ciertos deseos se derivan de las estructuras de la
prohibición y del control social. La infelicidad, la prohibición del deseo, la angustia, el
dolor, la frustración y la insatisfacción tienen su explicación en buena medida en la
organización social.

Hay que señalar que desde estas perspectivas se han realizado diversos trabajos de
investigación sobre la comunicación mediática. Los medios se identifican con los grandes
capitales nacionales e internacionales, por lo que están al servicio de la ideología de la clase
dominante, acortan el ciclo económico a través de la publicidad y generan la sumisión de
los individuos al poder y la dominación, además de generar procesos de transculturización.

2.4 La teoría y las teorías en las ciencias o posturas

A manera de repaso condensaremos algunos aspectos sobre la teoría pues continuando con
la lógica de exposición planteada, corresponde analizar las teorías ubicándolas según sea la
perspectiva teórico-metodológica, disciplina o ciencia que la genere.

Teoría se usa las más de las veces en oposición a práctica, significando con esto al
conocimiento puro, que es mera consideración contemplativa, mientras que práctica denota
cualquier clase de actividad fuera del conocimiento mismo. Sin embargo, no hay práctica
alguna (ni en sentido ético ni técnico) sin teoría. Pues toda práctica está ligada a

75
condiciones previamente dadas e inserta en un orden dado de antemano que debe conocer y
tomar en cuenta si no se quiere fracasar.

Por lo tanto una teoría es un entramado comprensivo cuya lógica de articulación se expone
a través de construcciones conceptuales que idealmente deben corresponderse entre sí.Una
teoría puede definirse como un conjunto sistemático de proposiciones vinculadas con
coherencia, las cuales designan los nexos de causalidad entre dos o más eventos.

Hay que señalar que una teoría constituye un discurso formal que organiza la realidad y
representa la condensación de una serie de experiencias y eventos sistematizados de
diferentes maneras, ya sea por su regularidad, su frecuencia o bien por su carácter
permanente en lo social.

Ahora bien, un mismo fenómeno, proceso u objeto puede ser estudiado y analizado desde
diferentes perspectivas teórico-metodológicas y las respuestas o resultados variarán. Esto es
la causa de por qué existen tantas teorías y el que éstas no coincidan.

Estas aseveraciones generales nos apoyan para diferenciar a qué perspectiva teórico-
metodológica y a qué disciplina pertenece cada teoría y con ello tratar de comprender el
sentido y significado de cada una. El ubicar dentro de su perspectiva y disciplina cada
teoría, habla ya de que puede abordarse con mayor claridad e intuir cuáles son los
principios de los que parte el autor y comprender lo que quiere decir.

Ya se ha dicho que una teoría no proporciona una explicación absoluta o final respecto a los
objetos de estudio que trata. A pesar de concentrar las redes de vinculación de los
elementos de causalidad entre dos o más eventos, la teoría adopta un carácter provisional.
Si se entiende a la teoría como una aproximación comprensiva de la realidad pueden
marcarse como sus principales características:

1) Sistematizar el conocimiento existente con base en una concepción de la realidad.

2) Proporcionar los elementos comprensivos necesarios para construir explicaciones de


los fenómenos observados y sus relaciones.

3) Aportar los elementos de análisis para diseñar prospectivas con base en la


sistematización de la información empírica disponible.

Como se ha visto, la teoría es un conjunto de conceptos y categorías generales sobre los


procesos y objetos de la realidad. Según Ernst Nagel las teorías cuentan con tres
componentes:
Un cálculo abstracto que es el esqueleto lógico del sistema explicativo y que
define implícitamente las nociones básicas del sistema; después un conjunto de
reglas que asigna un contenido empírico al cálculo abstracto, relacionándolo con
los materiales concretos de la observación y la experimentación y; tercero, una
interpretación o modelo de cálculo abstracto que suministra carne al esqueleto,
por decir así, en términos de materiales conceptuales o intuibles más o menos
familiares. Sin embargo, no debe suponerse que el orden de exposición aquí

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adoptado refleja el órden también en que surgen las teorías en las mentes de los
científicos individuales. (Nagel, Ernest: 1980: 94)

Las teorías pueden comprenderse de dos maneras: como elaboraciones que pueden
comprometerse con alguna finalidad ética o política y como sistemas de pensamiento, en
otras palabras, modos de comprender y analizar la experiencia presente en lo que se conoce
como realidad.

Por ello hay que recordar que la teoría crítica es entendida como el momento reflexivo de
una intervención práctica y es, por eso, promotora de una conciencia crítica respecto de las
condiciones de poder externas a los sujetos (condiciones heterónomas) en que se
desenvuelve la vida social. Esta visión está dirigida contra una concepción tradicional de
teoría que entiende a ésta como una acumulación sistemática de saber cuyo supuesto es la
autosuficiencia lógica del acto de conocimiento e ignora o considera irrelevante su
inherencia a procesos sociales y formas de vida históricas.

Al suscribir espontáneamente la escisión dualista entre pensar y ser, conocimiento y acción,


valor e investigación, el sujeto, se pretende que, se desdoble en el especialista que percibe
la realidad social de facto y el ciudadano que se interesa en ella -la realidad social- como
afiliado a un partido, un votante, etc.

El pensamiento crítico se opone a esa naturalización de las condiciones existentes, vistas


ahora como resultado de una praxis social inhumana e incorpora a la actividad intelectual
misma, a la elaboración teórica sectorial, una conciencia de fines y una racionalidad más
abarcativas y aptas para neutralizar en la esfera del conocimiento, los efectos
instrumentales de la división del trabajo capitalista.

Es así que de acuerdo al pluralismo teórico es imposible la existencia de observaciones


puras, independientes de las teorías, porque la función de las alternativas concretas o
teóricas radica en ofrecer medios para criticar la teoría aceptada de una forma que
trasciende la crítica hecha mediante la comprensión de la teoría con los hechos.

2.4.1 Las teorías en las ciencias empírico-analíticas

Las teorías comúnmente denominadas funcionalistas forman parte de las ciencias empírico-
analíticas, tienen como perspectiva teórica-metodológica al organicismo, el análisis de
contenido, de sistemas, el sensualismo, el evolucionismo, el positivismo y el empirismo y
surgen de disciplinas como: la sociología empirista o funcionalista, la mercadotecnia, la
publicidad, la psicología conductista, la cibernética e informática, el mass media
comunication research, entre otras.

En las teorías surgidas de estas perspectivas teórico-metodológicas los principios en común


que tienen consisten en representar al sistema social como un organismo cuyas estructuras
desarrollan funciones que permiten mantener un orden necesario. De tal modo que es
imprescindible la generación, transformación y regulación de las formas de organización y
coordinación entre las estructuras que sean funcionales al progreso, avance social y la
integración del sistema.

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Bajo estos supuestos los investigadores adscritos a la sociología empírica norteamericana y
la psicología conductista, entre otras disciplinas desarrollaron sus estudios. Autores como
Shannon, Katz, Berelson, Lasswell y Mc Luhan son algunos de los que se identifican o se
relacionan con el paradigma funcionalista, que como hemos visto no es una sola sino varias
perspectivas teórico-metodológicas que comparten una lógica de organización del
conocimiento propia de las ciencias empírico-analíticas.

Es así que las teorías pertenecientes a esta lógica epistémica tenga en forma implícita y
latente nociones propias del evolucionismo, organicismo, empirismo, positivismo e incluso
lógico-abstractos (Círculo de Viena) como las matemáticas y la cibernética. Intentando
describir la estructura del proceso de comunicación y sus medios. Otro aspecto importante
de señalar es que la constante en el desarrollo de dichas teorías es la aplicación de un
método racional y sistemático de observación y análisis de los hechos sociales. Es decir,
fundamentan sus investigaciones en el acucioso examen de la evidencia empírica y en
mayor parte aplican instrumentos o aparatos de investigación como la estadística social.

Algunas de estas teorías son: teoría de la sociedad de masas, la aguja hipodérmica o bala
mágica, cambio de actitudes, del flujo en dos etapas, teoría de la información, usos y
gratificaciones y la teoría de la agenda setting, entre otras. Únicamente mencionamos las
más representativas según la literatura sobre la temática.

2.4.2 Las teorías en las ciencias interpretativas

Las teorías que frecuentemente son llamadas estructuralistas se inscriben en la postura


interpretativa, tienen como perspectivas teórico-metodológicas a la lingüística,
hermenéutica, fenomenología, cuyos antecedentes y bases se encuentran en la exégesis, la
filosofía del lenguaje, el historicismo y el romanticismo, es decir las denominadas ciencias
del espíritu. Algunas de sus disciplinas son: la hermenéutica, la lingüística, semiótica,
análisis del discurso, pragmatolingüística y la antropología estructural, entre otras.

El conocido estructuralismo busca localizar núcleos duros comunes a toda sociedad en una
lógica transhistórica, de tal suerte que el lenguaje, en tanto sistema universal, formal,
convencional y lógico de signos y símbolos, es una de las fuentes para sus construcciones
comprensivas y modelos racionales sobre el mundo.

Se han desarrollado en cada una de las disciplinas de este modo de organización del
conocimiento múltiples teorías. Sobre el ámbito de la comunicación podemos identificar a
las teorías del lenguaje y su relación con el pensamiento, la teoría del interaccionismo
simbólico, la construcción social de la realidad, los aparatos ideológicos del Estado y
teorías sobre el poder y control social.

Estas ciencias interpretativas se desarrollan buscando una lógica epistémica diferente a las
ciencias naturales, su constante es analizar y comprender lo social con una metodología
eidética.

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2.4.3 Las teorías en las ciencias sistemáticas de la acción

En esta postura la teoría aparece sobre el plano de una interacción permanente con la
práctica. No generaliza sino que va más allá y pretende develar nuevas relaciones y
aspectos del objeto y con ello ayudar a la práctica. La teoría es empleada como un
conocimiento con forma definida resultado de la investigación científica y cuyo fin es la
transformación y el cambio social.

En el materialismo histórico se propone una relación dialéctica entre teoría y praxis del
conocimiento, de tal forma que la concepción revolucionaria, en tanto que descubierto las
leyes de la historia, debe pasar al plano de la práctica para probarse en ésta y enriquecerse.

Otro aspecto importante en esta lógica epistémica es la relación dialéctica que coincide con
la establecida entre sujeto y objeto de conocimiento. . La transformación sobre lo sensible
(lo concreto) repercute en los nexos del individuo con el mundo y el cambio en la
conciencia de los sujetos (lo abstracto) también puede desencadenar (como conciencia en sí
y para sí) la modificación de las condiciones existentes en la organización social.

De esta manera el materialismo dialéctico propone la construcción metodológica del


concreto-abstracto-concreto, según la cual la teoría surge en principio del conocimiento de
lo inmediato y lo sensible, que constituye el punto más concreto y menos abstracto del
conocimiento. Y será a través del examen del pensamiento, posible conocer el mundo de las
esencias que están tras toda manifestación fenoménica o aparencial. Estas esencias
constituyen la razón primera de los fenómenos en la historia y su examen permitirá
localizar las leyes que explican la lógica del desenvolvimiento humano en el devenir.

Este conjunto de postulados fueron la base para los teóricos de la información y la


comunicación que se constituyeron en críticos de la ideología y de los medios de
comunicación. Algunas de las teorías que forman parte de la postura sistemática de la
acción son la teoría crítica, de la acción comunicativa, de las industrias culturales, del
imperialismo cultural, de la dependencia cultural y del proceso de transculturalización,
entre otras.

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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Dilthey, Wilhem, /1975, Historia de la filosofía, México, Fondo de Cultura Económica.

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Biblioteca Hispánica de filosofía).

Verneaux, Roger, (1985), Epistemología general o crítica del conocimiento, Barcelona, Ed.
Herder.

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Capítulo 2. Lógicas epistemológicas en el conocimiento de lo
social y lo comunicacional. Del trabajo sobre Las Teorías de la
comunicación.

Que presenta: Rafael Ahumada Barajas


UNIVERSIDAD DE NAVARRA.
Enero de 2008.

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