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CONSERVACION Y USO SOSTENIBLE DE LA BIODIVERSIDAD

SOL INDIRA NARANJO QUINTANA

LEONEL H. RODRIGUEZ

FUNDACION UNIVERSITARIA DE SAN GIL “UNISANGIL”


FACULTAD DE INGENIERIA
INGENIERIA AMBIENTAL
YOPAL
2009
INTRODUCCION

Uno los temas de mayor discusión en nuestro país y tema de actualidad


es la preservación, protección y conservación de los recursos naturales y
la biodiversidad, que se encuentra en un alto grado de deterioro si no es
que se encuentra en vía de extinción.
Este sector ambiental se ha visto afectado por las mismas normas que ha
implantado el gobierno en su nombramiento de las diferentes entidades a
cargo de este amplio sector, pero a pesar de esto aún se encuentra
desprotegida porque no hay una excelente comunicación, el Estado ha
definido una organización de la gestión ambiental a través del SINA,
existen otras de tipo gubernamentales y territoriales encargados de
coordinar los destinos en cuanto al tema, pero a través de todos estos
entes se evidencia la falta de cooperación e integración entre los
diferentes sectores.
Con la implementación de el plan de ordenamiento territorial ha mitigado
en algo el impacto que se venia generando en nuestros recursos
naturales y la explotación indiscriminada de los mismo, hoy en día vemos
la gran necesidad e importancia de protegerlos y por esto se ha creado
los Parques Nacionales Naturales que se encuentran protegiéndolos en
algunos sectores los grupos indígenas y grupos de personas de raza
negra.
Si bien países como Colombia han avanzado considerablemente en la
formulación de políticas de conservación, protección y manejo de
recursos naturales, el nivel de ejecución y efectividad de esas políticas ha
sido pobre.
PROTECCIÓN, CONSERVACIÓN Y PRESERVACIÓN DE NUESTROS
RECURSOS NATURALES Y LA BIODIVERSIDAD

Plantear la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica como


una alternativa viable dentro de los procesos de desarrollo local/regional
significa poder valorar los beneficios de la conservación e identificar los
conflictos sociales locales/regionales derivados de las formas de
aprovechamiento de los elementos de la diversidad biológica.

Existen algunos elementos que han sido identificados y que explicarían


las deficiencias en la efectividad de los instrumentos de política. Estos
elementos de tipo estructural, parecen ser requisitos fundamentales para
llevar a cabo todo programa, proyecto y políticas en materia de
conservación y uso sostenible de la biodiversidad. Tales elementos, es
generar unos planes de ordenamiento territorial que considera la
biodiversidad como eje integrador de las políticas ambientales que se
puedan dar a nivel local/regional, ante la dificultad de generar estos
planes no ha permitido realizar los instrumentos de política dirigidos a la
conservación de la biodiversidad como prioridades de uso dentro del
territorio teniendo en cuenta el contexto socioeconómico y los beneficios
que representa los recursos naturales y la biodiversidad.

La falta de buenos a cuerdos y coordinación entre los entes han sido poco
y nada beneficioso para poder abarcar la problemática ambiental dentro
de una política de desarrollo del país. El Estado ha definido una
organización de la gestión ambiental a través del SINA, hay entidades
gubernamentales y territoriales encargados de coordinar los destinos en
cuanto al tema, pero a través de todos estos entes se evidencia la falta de
cooperación e integración intersectorial.

Para lograr una política de conservación y uso sostenible de la


biodiversidad, se destacan elementos necesarios de corrección para
mitigar o eliminar las externalidades negativas generadas por las
actividades productivas y extractivas.

1. Identificar dentro de los sistemas de producción las áreas que


deben ser objeto de atención para la aplicación de incentivos
económicos e institucionales.
2. Tiene que ver con los sistemas de extracción de recursos
hidrobiológicos y de fauna.

Existe una preocupante situación que es la de saber que en la mayoría de


nuestras regiones del país no se encuentran fragmentos totalmente
naturales, lo que hace suponer que las especies han desaparecido o que
se encuentran en grave peligro de desaparición, los bosques andinos y
subandinos y sabanas caribeñas cuya diversidad se encuentra altamente
amenazada.

Solo hasta en la ley 2 de 1959 se da inicio a un sistema nacional de áreas


como tal donde se crean principios básicos para crear parques nacionales
con el único objeto de conservar la flora y fauna de nuestro país, para la
realización de este tipo de reservas se fijó la prohibición de venta de
tierras, adjudicación de baldíos, la caza, la pesca y toda actividad
industrial, ganadera o agrícola distinta a la del turismo o a la que el
gobierno nacional considerase conveniente para conservación o
embellecimiento de la zona, siendo una norma que no se ha cumplido,
quedando sólo el 20 % del área reservada inicialmente.

Para las áreas del sistema de parques nacionales como una figura
importante para la protección de la biodiversidad, no debemos olvidar
como dentro de una estrategia de ordenamiento territorial, éstas pueden
considerarse como parte del núcleo de varias regiones las cuales
establecen una relación de dependencia de algunos bienes y servicios
ambientales. De esta forma dentro del ordenamiento ambiental del
territorio" debemos buscar la forma de proteger muchas otras zonas que
por no estar cobijadas por ninguna figura de protección, son bastante
susceptibles a la intervención normal de los procesos sociales de
expansión de la frontera agrícola o de fenómenos extractivos como la
explotación de madera, la tala de los bosques para cultivos ilícitos y
muchos otros usos con fines poco beneficiosos a la zona. En esta
perspectiva los municipios deben pensar en su territorio estableciendo las
limitaciones de sus relaciones de dependencia con su medio natural más
cercano, para tomar las medidas que permitan en el largo plazo garantizar
la sostenibilidad de su crecimiento y así evitar la sobreexplotación y el
agotamiento total de los recursos.

Aunque existen algunos trabajos empíricos dentro del género del


ordenamiento ambiental, es solo hasta la sanción de la Ley 152 del Plan
Nacional de Desarrollo en 1994 y a la aparición de la Ley 388/97 de
Ordenamiento Territorial que toma vigencia el concepto de ordenamiento
como herramienta para encausar el destino de la tierra.

Debido a que no había una buena comunicación entre los entes que
tenían el manejo y control de la normatividad del manejo de lo que
implicaba el plan de ordenamiento territorial y la zonificación de los
Parques Nacionales Naturales, todo funcionaba de una manera contraria
y no apuntaban al mismo fin que era el de conservar, preservar y proteger
los recursos naturales y la biodiversidad existente en las diferentes zonas
de nuestro país. Debido a esto era normal que sobre estas necesidades
se elaboraran estatutos de zonificación y/o de usos del suelo, como
conjunto de normas que prohibían o habilitaban formas de asentamiento o
urbanismo, acordes con el interés común. En este caso el desacuerdo
entre quienes resolvían los reglamentos urbanísticos en las zonas rurales
y los agentes que intervenían los arreglos de la producción agropecuaria
era total. Aunque unos y otros actuaban sobre el uso del suelo, carecían
de comunicación entre sí. Otro ejemplo puede citarse en relación con la
independencia jurisdiccional entre las corporaciones que aprobaban las
categorías de uso de las tierras según requerimientos a un nivel local y la
administración del sistema de áreas protegidas.
En las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales son una figura
de ordenamiento territorial, a las cuales la ley les asignó un uso:
Conservación, preservación y protección. Los municipios deben acatar
esta destinación y plasmarla en sus respectivos planes de ordenamiento
territorial". Aunque no ha sido expedido el decreto que reglamenta la
figura de zonas amortiguadoras del sistema de parques nacionales
naturales, ésta se constituiría en una figura importante para el
ordenamiento territorial, que posibilita conciliar el interés nacional de
conservación del patrimonio natural y los servicios ambientales, con los
requerimientos y las necesidades de las poblaciones que las habitan.

Además de los ya anteriormente mencionados es importante tener en


cuenta que existen algunos ecosistemas de importancia estratégica que el
municipio debe tener en cuenta en su plan de ordenamiento territorial
como son los manglares, estuarios, meandros, ciénagas u otros hábitat
similares de recursos hidrobiológicos, así como los cuerpos de agua y
zonas alrededor de estas en los cuales se adelantan programas de
acuicultura. En la ley 99 de 1993 también advierte que los páramos,
subpáramos, los nacimientos de agua y las zonas de recarga de acuíferos
serán objeto de protección especial. La importancia de estas zonas está
reconocida por la Política Nacional de Humedales.

De esta manera, la utilización de nuevas categorías de manejo deberá


ofrecer una mayor flexibilidad en las prácticas de gestión y permitir
incorporar a la protección de nuestro patrimonio natural superficies
adicionales de terreno, las cuales por su tamaño, condiciones de
intervención antrópica, o necesidades de utilización económica directa, no
es dable asignarlas a ninguna de las categorías existentes. Un aspecto
prioritario en este sentido, lo constituyen las áreas correspondientes a las
cuencas abastecedoras de los acueductos municipales y veredales
donde, generalmente, se adelantan actividades productivas no
controladas y en consecuencia han sido en alguna medida degradadas
por la ejecución de dichas actividades. Estas áreas requieren ser
protegidas y manejadas adecuadamente para garantizar la permanencia
de los recursos que aún subsisten, o para procurar su recuperación, al
mismo tiempo que puedan contribuir a la conservación de la
biodiversidad.

Hoy en día dentro del ordenamiento de nuestro territorio nacional


contamos con varias figuras de protección de áreas protegidas que han
otorgado su autonomía a las comunidades para el manejo y uso de su
territorio. Un ejemplo claro en el que se ve con los resguardos indígenas
y los territorios colectivos de comunidades negras.

A pesar de que muchas comunidades étnicas de nuestro territorio su


cultura hace parte de los sistemas productivos tradicionales y un gran
conocimiento de la biodiversidad que conforma su territorio, existen
muchas otras comunidades que a pesar de todo esto han sufrido
procesos de aculturación por las dinámicas sociales en las que se han
visto envueltas y han adoptado sistemas productivos más tecnificados
generando mayor impacto sobre el medio ambiente.
En esa medida encontramos que en varias regiones de nuestro territorio
existen traslapes en la zonificación de figuras de ordenamiento que tienen
objetivos distintos y que tienen cierta incidencia en materia de uso y
aprovechamiento de los elementos de la biodiversidad. Es el caso de
resguardos indígenas con parques nacionales, territorios colectivos de
comunidades negras con parques nacionales y en algunos casos los tres.

Esto sin tener en cuenta procesos de colonización que llegan a afectar de


manera considerable parques nacionales. La pregunta fundamental es
cómo este traslape de formas de zonificación del territorio y su manejo
posible y permitido incide sobre la conservación y aprovechamiento de la
biodiversidad.

En un mismo territorio es posible encontrar varias figuras de manejo


ambiental tales como:
• Planes de ordenamiento municipales.
• Planes de ordenamiento y manejo de cuencas por las autoridades
ambientales dentro de la jurisdicción de los entes territoriales.
• Planes de manejo y zonificación de áreas protegidas por la Unidad
Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales del
Ministerio del Medio Ambiente.
• Planes de manejo y ordenamiento forestal en áreas de reserva forestal
por la
unidad de bosques del Ministerio del Medio Ambiente, con un carácter
nacional
centralizado.
• Planes de territorios colectivos de los indígenas y comunidades negras
acorde
con la autodeterminación de los pueblos raizales que los habitan.

Se dice que los planes de ordenamiento territorial están subordinados y


se ubican cronológicamente después de la formulación de los planes de
desarrollo. Esta puede ser en algunos casos una dificultad de carácter
estructural, ya que seria más efectivo planear el desarrollo de los
asentamientos bajo las condiciones que impone antes un sistema de
planeación de la capacidad de las tierras y de la determinación de la
oferta potencial de servicios que los soportan, y no al contrario como
ocurre en la actualidad. Por otra parte, hay que analizar la integración e
integralidad de los planes de ordenamiento territorial a nivel regional y
nacional.

Seria mucho más objetivo y más real si fuera los planes de desarrollo los
que estuvieran subordinados a los planes de ordenamiento territorial, con
el fin de dar un seguimiento y control a las intenciones que se pretenden
desarrollar.

Hay algo bien importante y es el reconocer que la preservación,


generación y renovabilidad de los recursos naturales para mejorar las
condiciones de habitabilidad de los asentamientos y satisfacer las
necesidades humanas, dependen entre otras cosas de balancear factores
de insostenibilidad territoriales en el orden social, intercultural, tecnológico
y económico. Es decir que más allá de continuar mitigando daños para
aliviar indicadores de impacto, la política de desarrollo, no solo la de
conservación, debe acometer la solución de causas medulares que están
arraigadas y reflejadas en los factores sociales, económicos y culturales
del antagonismo de nuestra sociedad

Para nuestra sociedad la conservación de la biodiversidad se ha


planteado como un problema de política pública de interés nacional,
donde el nivel central del gobierno debe cumplir el papel primordial de
acción y en el que el nivel local autoridades y comunidades se ha visto
prácticamente exclusivo como agente de sobreexplotación de los recursos
naturales valiosos dadas las condiciones de pobreza, violencia,
corrupción e incapacidad institucional. Esto sucede en las zonas rurales
donde se encuentran los ecosistemas valiosos en biodiversidad.

En la mayoría de los casos, los gobiernos centrales en los países en vía


de desarrollo han sido los principales y casi siempre únicos responsables
de la conservación de áreas frágiles y valiosas en biodiversidad. La
experiencia sin embargo ha sido en general poco efectiva como lo reporta
un estudio del Banco Mundial y como lo pareciera reiterar el desalentador
consenso de la reciente Cumbre de la Tierra, ocho años después de la
Cumbre de Río (1992). Si bien países como Colombia han avanzado
considerablemente en la formulación de políticas de conservación,
protección y manejo de recursos naturales, el nivel de ejecución y
efectividad de esas políticas ha sido pobre. En la mayoría de estos países
la falta de personal y de recursos financieros y técnicos ha sido, entre
otros, un limitante para alcanzar el cumplimiento de las normas y
programas de conservación. Simultáneamente, presiones políticas y
sociales del nivel central o local impiden que los agentes
gubernamentales cumplan su labor de obligar el cumplimiento de las
normas.

No quiere decir esto que la principal o única causa de las tasas de pérdida
de biodiversidad sea el fracaso del modelo estatal de conservación.
Colombia tiene la posibilidad de aprovechar las condiciones ecológicas,
sociales y jurídicas actuales para desarrollar una estrategia ambiental
efectiva frente a la biodiversidad y así, además, asumir el reto y
compromiso mundial de conservar parte de los ecosistemas más valiosos
del planeta. Dicha estrategia estaría basada en un sistema
descentralizado y participativo de gestión a través del SINA (Sistema
Nacional Ambiental, Ley 99/93) en el cual la sociedad civil y los gobiernos
locales, regionales y nacional actúen de manera coordinada y
complementaria para la conservación y manejo de los ecosistemas ricos
en biodiversidad, y en la que el nivel local jugaría uno de los papeles más
importantes en la ejecución de la estrategia y con el apoyo técnico de los
niveles superiores.

CONCLUSIONES

En pro de la conservación de nuestros recursos naturales se hace


necesario la concientización de la preservación, generación y
renovabilidad de los recursos naturales para mejorar las condiciones de
habitabilidad de estos lugares y satisfacer las necesidades humanas,
también depende entre otras cosas de balancear factores de
insostenibilidad territoriales en el orden social, intercultural, tecnológico y
económico. Más allá de continuar mitigando daños para aliviar
indicadores de impacto, la política de desarrollo, no solo la de
conservación, debe atacar la solución de causas principales que están
radicadas y reflejadas en los factores sociales, económicos y culturales de
la contradicción de nuestra sociedad.

El plan de desarrollo debe estar enfocado en un beneficio de los propios


recursos naturales y la biodiversidad para eso sería fundamental de los
planes de ordenamiento territorial se elaborarán antes y no después con
el fin de hacer un seguimiento de control a los mismos. Además de una
muy buena coordinación entre los diferentes entes de control que se
encuentran a cargo de dicha área.

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