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Esta pregunta, que se había planteado en mayo de este año con la salida de Javier
Darío Restrepo, maestro en ética periodística y columnista por 17 años del diario
antioqueño El Colombiano, reapareció con la reciente expulsión del diario nacional
El Tiempo de la analista política Claudia López, quien había trabajado para sus
páginas editoriales por tres años y ocho meses.
Octubre de 2009
• ¿Cómo se maneja la información cuando hay intereses políticos y
económicos?
• ¿De qué manera los periodistas y los columnistas, en cumplimiento de su
función de informar y poner en conocimiento público las posiciones
encontradas, pueden tocar esos temas de forma independiente?
• ¿Están primando los intereses económicos y políticos sobre el derecho a la
información, yendo de paso en contra de los mecanismos establecidos en
una democracia y en un estado de derecho?
Principales reflexiones
Durante tres horas y con un público de 120 personas, los invitados de la mesa
central dialogaron sobre este tema que, como lo dijo Claudia López en su
introducción, es crucial para el periodismo y la democracia colombiana.
Javier Darío Restrepo resaltó que la reunión debía verse, en principio, como un
homenaje a Claudia López de parte de los lectores: “Ella recibirá como un
homenaje que nosotros hagamos el esfuerzo por entender esto que sucede en
Colombia respecto a la opinión y a los columnistas de opinión”, dijo.
1. Los dueños de los periódicos tienen derecho a decir quién escribe y quién
no, pero esto no es absoluto.
Esta decisión está restringida por el derecho que tienen los lectores a
encontrar una información de calidad. Cuando hay un columnista de calidad
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es un deber del periódico con los lectores ofrecer los textos de ese
columnista. El derecho de los dueños de los periódicos no es absoluto, como
podría ser el derecho del dueño de un inquilinato a arrendar sus
habitaciones y decidir quién vive allí o no. Los periódicos no son empresas
privadas de modo absoluto, son de la comunidad porque viven de contar sus
historias, la historia común es la materia prima y eso genera deberes, entre
ellos el de seleccionar el personal, no tanto por afectos o afinidades, sino
porque será una persona que presta un servicio al lector.
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Los columnistas no están al servicio ni de su ego ni del periódico y se les
debe respetar su autonomía. El periódico es un instrumento que se vale de
todos sus colaboradores para cumplir una función particular.
Sobre el caso específico de la salida de Claudia López, Restrepo opinó que el diario
habría obrado mejor si no la hubiera despedido de la manera que lo hizo, sino que
la hubiera llamado a la discusión. “Lo que sucedió privó a los lectores de ese debate
y ese conocimiento. Hay que someter a discusión lo que dice que no se debe
criticar a los periódicos. Al hacerlo, somos cómplices de actividades que
avergüenzan a los periodistas y le restan dignidad al periodismo profesional”.
Las tres ideas planteadas por Restrepo conducen a que hay una crisis de discusión
en el país, no hay opinión. “Es difícil encontrar discusiones en las que desde puntos
de vista totalmente opuestos se elabore serena y profundamente un pensamiento.
Cuando se entabla una discusión política, esta naufraga con un adjetivo y se
paraliza el pensamiento. Esta es una oportunidad para discutir, sin adjetivos, para
elaborar un pensamiento. No puede haber democracia sin elaboración colectiva del
pensamiento”, insistió.
Relató que primero tuvo una salida del diario por un conflicto que el tildó de moral
por unas afirmaciones que hizo sobre la cantante Madonna. Luego, regresó y
después de un tiempo, debido a unas columnas que escribió contra un candidato a
la Alcaldía de Medellín fue expulsado de nuevo, además de denunciado
penalmente por el aludido, por infamia y calumnia. Si bien Gaviria ganó la
demanda, salió del periódico porque, como dice, “escribir mordiéndose la lengua
era muy difícil”.
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Este recorrido, que le ha significado reincidir en dos ocasiones, le ha mostrado que
los diarios se cuidan de no ofender a los poderes políticos y que no aceptan de
buena manera ser evaluados en público.
Antes de analizar lo ocurrido con El Tiempo, López habló sobre su caso con El
Colombiano, que si bien es menos conocido, suscita la misma discusión. López, una
de las investigadoras principales sobre la parapolítica en el país, quiso compartir los
resultados de la investigación hecha por la Corporación Nuevo Arco Iris y aunque
inicialmente el editor del diario antioqueño se mostró interesado en la
investigación y consideró que el artículo enviado por López era “excelente”, este
nunca fue publicado y por el contrario el periódico publicó un editorial contra la
investigación y la investigadora. Aunque López llamó decenas de veces a la
directora, esta nunca respondió. Envió una carta de aclaración y tampoco la
publicaron. “No hay ninguna otra investigación de parapolítica sobre Antioquia,
esta puede no ser excepcionalmente buena, pero era un elemento de información
muy importante para los antioqueños. Aquí la discusión no son los derechos de los
periodistas y los periódicos, sino de los lectores. ¿Por qué los periódicos censuran
información para los ciudadanos?”, cuestionó López.
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El portal de Internet de El Tiempo llegó a recibir 1.761 opiniones de lectores sobre la salida de
Claudia López.
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Ahora, en lo relacionado con El Tiempo y su salida debido a la columna “Reflexiones
sobre un escándalo”,2 López dijo que a lo ocurrido sobre su salida como tal “no le
pondría mayor misterio”. Nadie discute que el periódico es libre de escoger sus
colaboradores. Para la analista, los medios de comunicación no tienden a
autoevaluarse con regularidad y mucho menos entre ellos. “A un medio no le gusta
hablar del otro por razones de colegaje, cortesía, no se sienten cómodos. Entonces,
dónde se puede dar ese debate sobre el manejo de la información, y en dónde se
da en público. Este es un tema que merece un debate público”.
“El Tiempo tiene una excepcional trayectoria, he insistido en ese argumento todos
estos días. Estoy convencida de que las acciones del periódico, las ganancias, el
patrimonio económico puede que le pertenezca solo a sus dueños, pero el
patrimonio periodístico del periódico nos pertenece a todos los colombianos”,
explicó López. Por esta razón, insistió, en lo que respecta a la manera en que
manejan sus intereses políticos y económicos, se debe insistir en que los medios de
comunicación se autorregulen. Esa, dijo, es la única solución.
“Hace un año estuve en una reunión con los directores de los medios de
comunicación y les dije que teníamos que tomarnos en serio el tema de los
conflictos de intereses. Casi todos los directores de los medios dijeron en ese
momento que hablar de conflictos de intereses sería decir que no se hace el
trabajo con autoridad ética. El conflicto de intereses no es un delito, ni un
cuestionamiento ético, es un hecho derivado de circunstancias en el que uno tiene
intereses legítimos pero contrapuestos. Hay una enorme resistencia de los medios
a reconocer eso y a determinar un manejo adecuado; allí hay un desafío”, dijo
López.
“Mi principal mensaje es que no creo que el periódico esté tomando en serio el
desafío que significa ese conflicto de intereses, creo que lo está subestimando, que
no lo reconoce, que tiene una actitud defensiva y que todos hasta en las
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Disponible en: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/claudialpez/reflexiones-sobre-un-
escandalo_6334551-1
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circunstancias personales sabemos que con no reconocer los problemas, estos no
se solucionan, se agravan. No es un delito pero es un desafío y el periódico debe
tomar medidas serias al respecto”, explicó.
“Un columnista debe tener condiciones mínimas para escribir en el diario y saber
que su permanencia no es vitalicia, el espacio que se les da es prestado y el envase
que se da, hay que devolverlo”. Además, dijo, está el compromiso de todo
columnista de considerar honorable el medio para el que escribe.
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Disponible en: http://www.eltiempo.com/opinion/forolectores/ARTICULO-WEB-
PLANTILLA_NOTA_INTERIOR-6342887.html
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Específicamente la columna de López hablaba de “fabricación inducida para apoyar
su interpretación deseada de los efectos políticos del escándalo”. Este análisis,
explicó Ávila, “se inventa un hecho para reforzar su argumento e insiste en que la
calidad periodística de El Tiempo está cada vez más comprometida. Ante la
gravedad de tales acusaciones la respuesta de la dirección fue la que apareció al
final de la columna”. En el diario no se fabrican ni inducen noticias, dijo Ávila. No se
le puede acusar de censura porque el texto se publicó íntegramente y tampoco de
que los columnistas respondan a una sola línea editorial, porque las páginas
presentan voces variadas.
Pregunta a Ricardo Ávila: Se dice que López salió del diario debido a la manera
como cuestionó a los periodistas y las personas que allí trabajan, pero en una
columna José Obdulio Gaviria criticó en general a los medios de comunicación
(incluso mencionó a la revista Cambio, de la casa editorial), y dijo que se estaba
fabricando información. ¿Ahí no hubo una crítica que merecería una reacción
similar a la de la columna de López?
Respuesta: Los columnistas tienen derecho a criticar el contenido del periódico, lo
que no pueden cuestionar es la integridad de los periodistas que lo hacen. José
Obdulio ha criticado pero una cosa es el tema de la crítica y otra la de las
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En este apartado de la Relatoría se mantienen, sin editar, las preguntas del público y las
respuestas de los invitados.
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acusaciones, como cuando se dijo que se fabricaba la información. La sensibilidad
que tenemos frente a este tipo de informaciones puede no ser entendida por las
personas que no trabajan en este oficio pero para nosotros es una sindicación muy
grave. Existe la percepción de un aparente divorcio que hay entre los índices de
popularidad del gobierno y lo que muestran los medios de comunicación, pero la
presencia de voces cercanas al gobierno tiene que ver con el tema del pluralismo y
de reconocer que buena parte del país tiene buena opinión de él.
Opinión de asistente: Me parece una sorpresa lo que pasó con Claudia López, no se
ha debido despedir, se le ha debido invitar a que aclarara sus conceptos e hiciera un
diálogo. Me parece descortés la manera en que salió. No se conjuga este acto con
la filosofía del periódico. El Tiempo dejó de ser el representante de una opinión
política del país.
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El periódico ha insistido en que este es un debate no a la libertad de expresión, no
al periodismo sino a la honra. Este no es un debate a la honra, ni la moral, ni se
trata de abrazarse en el espíritu de la honra para enajenarse del debate público.
Este es un debate a la calidad del periodismo de El Tiempo y sus conflictos de
interés.
Si creyera que el periódico fabrica noticias no escribiría ahí, lo que sí dije y reitero,
es que usando noticias ciertas, en este caso el escándalo de Agro Ingreso Seguro,
las usa para fabricar titulares y análisis inducidos a favor de uno de sus socios.
Lamento mucho que ni en el editorial ni en la respuesta de Roberto Pombo ni en la
de Ricardo Ávila hoy el periódico ofrezca algún argumento concreto para
controvertir esta afirmación.
Reitero las mismas preguntas implícitas en la columna: el periódico dijo que Juan
Manuel Santos es el candidato presidencial del partido de la U, es falso, lo sabes
como lector, ciudadano y miembro del periódico. El Partido de la U no ha escogido
candidato presidencial. Esa es una aspiración de Juan Manuel que su periódico no
puede dar por cierta y difundir como tal. Hacen una afirmación sin fuente y, por lo
tanto, falsa, y la usan para apoyar una conclusión. En la nota sobre el análisis de los
efectos políticos de AIS se dice que Andrés Felipe Arias sale perjudicado con el
escándalo, por lo que Juan Manuel Santos gana ventaja. No tienen un mecanismo
de medición, una encuesta, que les haya permitido hacer esa afirmación. Si se
trataba de hacer la lista de los ganadores y perdedores del escándalo, lo cual es
perfectamente válido, había muchos más nombres en esa lista. Escoger sólo el
nombre de Juan Manuel, ponerlo en el titular y mostrarlo como el único ganador,
en mi opinión, es sesgado.
A esto, Ricardo Ávila respondió: Dije que sí había un conflicto de interés. Decimos
que sí hay un conflicto y que hay que manejarlo y hacer los reconocimientos del
caso y en ese sentido hay que trabajar. Las observaciones de Claudia las acepto de
buena gana con una sola observación, me parece válido y respetable de Claudia
decir que el que escribió el artículo “estaba en la luna”. Lo que discuto del tema es
que con ese titular y el análisis es que había la intención expresa de favorecer los
intereses electorales de Juan Manuel Santos y que eso influyó a que El Tiempo
quiere la licitación del tercer canal.
Pregunta a Pascual Gaviria: ¿Por qué vuelve dos veces a El Colombiano? ¿Qué
factores primaron para esa decisión? ¿Volvería?
Respuesta: Regresé por credulidad, porque todas las veces me dijeron que eso se
había acabado, que había libertad de dar opinión. El Colombiano tiene en Medellín
una posición casi monopólica, sus páginas también tienen un sesgo hacia su punto
de vista ideológico muy fuerte y era interesante que el diario tuviera una voz
disidente y por eso me le medí al asunto. La última razón por la que he regresado
es que mi trabajo es vender caracteres con espacios y era una opción para ganarme
la vida. He decidido, eso sí, que no volvería, así que me tocará venderlos en otra
parte. Lo de El Colombiano es parecido a lo que decía Ricardo Ávila, el diario está
todavía en la tónica de tener columnistas que responden a su línea editorial.
Disentir de la línea editorial del periódico es salir del periódico.
Conclusiones
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Después de las intervenciones del público y para terminar la tertulia, Javier Darío
Restrepo tuvo un espacio para realizar un análisis de lo ocurrido:
Nadie tiene que tocar a los directivos y a los periodistas de El Tiempo porque son
intocables. Eso me hace pensar en la frase de Eduardo Santos que los periodistas y
el periódico deben actuar siempre como en urna de cristal y esta actuación me da
la impresión de que a la urna le han puesto vidrios polarizados. No admitir ni
siquiera que se pregunte si son honestos o no, es un concepto del siglo XVIII. Quien
es honesto no se molesta por la pregunta porque sabe que su propia vida es la
respuesta. Los periodistas les pedimos a las instituciones que sean transparentes,
pero también los periódicos tienen que ser transparentes.
Para concluir, Wendy Arenas resaltó los siguientes puntos: queda en el aire por qué
José Obdulio ha descalificado a los medios de comunicación, e incluso a la revista
Cambio, pero eso no ha ameritado su salida como columnista del periódico.
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