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Id Cendoj: 28079130022006100334
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Contencioso
Sede: Madrid
Sección: 2
Nº de Recurso: 48/2004
Nº de Resolución:
Procedimiento:
Ponente: EMILIO FRIAS PONCE
Tipo de Resolución: Sentencia
Voces:
• x TASA x
• x RESIDUOS URBANOS x
• x CASACIÓN EN INTERÉS DE LEY x
• x VALORACIÓN DE LA PRUEBA x
Resumen:
Recurso de Casación en Interés de Ley.Tasa por Recogida de Residuos Sólidos Urbanos,
correspondiente al año 2002,y Ordenanza respectiva del Ayuntamiento de Getafe.
SENTENCIA
Visto por la Sala Tercera del Tribunal Supremo, Sección Segunda, el recurso de casación en interés
de la ley núm. 48/2004, interpuesto por el Ayuntamiento de Getafe, representado por el Procurador D.
Argimiro Vázquez Guillén, con asistencia de Letrado, contra la sentencia dictada por la Sección Cuarta de la
Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, de 23 de Febrero de
2004, en el recurso de apelación núm. 165 de 2003 , deducido por el referido Ayuntamiento contra
sentencia estimatoria del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo núm. 25 de Madrid, de 2 de Octubre de
2003, que anuló las liquidaciones giradas por la tasa de Recogida de Residuos Sólidos Urbanos del año
2002, declarando la nulidad de los artículos 6 y 7 de la Ordenanza Fiscal Reguladora de la tasa, aprobada
por el Ayuntamiento de Getafe para el ejercicio 2002 , que establecen, respectivamente, las reglas de
determinación de la base imponible y de la cuota.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- La Asociación de Vecinos Vientos del Pueblo de Getafe y 68 vecinos del Municipio
interpusieron, el 28 de Marzo de 2003, recurso contencioso-administrativo, ante el Juzgado de lo
Contencioso-Administrativo de Madrid, contra las resoluciones presuntas por silencio administrativo dictadas
por el Ayuntamiento de Getafe, por la que se desestiman los recursos de reposición formulados contra las
liquidaciones giradas por la tasa por Recogida de Residuos Sólidos Urbanos, correspondiente al año 2002,
y contra la Ordenanza Reguladora de la citada Tasa, aprobada por el Ayuntamiento de Getafe en Pleno de
22 de Diciembre de 2000 y modificada en fecha 14 de Diciembre de 2001 .
Contra la referida sentencia, el Ayuntamiento de Getafe interpuso recurso de apelación, ante la Sala
de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, dictando la Sección Cuarta, el
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23 de Febrero de 2004, sentencia desestimatoria del mismo, con imposición de las costas de la segunda
instancia a la parte apelante.
3. "El artículo 24.2 de la LRHL no exige que, en el caso de servicios cuya prestación se encomienda a
entidades mercantiles, el coste real o previsible se desagregue considerando los distintos elementos en él
mencionados. Antes al contrario, en ese supuesto basta para satisfacer sus exigencias con que el informe
técnico-económico que se elabore determine el coste previsible del servicio a partir de los créditos
autorizados en los presupuestos municipales para atender al pago de los importes facturados por la entidad
mercantil que tenga encomendada la prestación del servicio".
TERCERO.- El Abogado del Estado, por medio de escrito presentado el 17 de Mayo de 2005,
consideró "que la nulidad se ha realizado en base a una serie de circunstancias fácticas vinculadas al caso
concreto y que no son susceptibles de ser revisadas en casación. Dicho de otro modo, en la sentencia
recurrida no se fija ninguna interpretación de una norma estatal que deba ser corregida a través de un
recurso de casación en interés de la ley."
QUINTO.- Conclusas las actuaciones, para votación y fallo se señaló la audiencia del día 4 de Abril
de 2006, en cuya fecha tuvo lugar dicho acto.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- El presente recurso de casación en interés de ley, promovido al amparo del art. 100 de la
Ley de esta Jurisdicción , se funda en los siguientes motivos:
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financiera elaborada, sin tomar en cuenta que la Ordenanza de establecimiento de la tasa había sido
aprobada el año anterior y que, con motivo de su tramitación, se elaboró el preceptivo informe
económico-financiero, que contenía toda la información detallada sobre costes del servicio e ingresos
previstos por el establecimiento y aplicación de la tasa, no siendo objeto de impugnación.
De esta forma, según el recurrente, la sentencia, de un lado, viene a extender la necesidad del
informe técnico financiero, en contra de lo que dispone el art. 25 de la Ley de Haciendas Locales , a los
supuestos de modificación no sustancial de la Ordenanza, como ocurre en el caso que nos ocupa, en donde
sólo se procede a una simple actualización de tarifas con el IPC de ese año y, por otro, viene a exigir que el
informe tenga el mismo contenido que cuando se elabora con motivo del acuerdo de establecimiento de las
tasas, no teniendo en cuenta que cuando se elabora con motivo de una modificación parcial de su
regulación su función es la de garantizar que las reformas introducidas no alteran la equivalencia existente
entre el importe estimado de la recaudación de las tasas y el coste previsible del servicio.
C) Es también errónea la sentencia porque la Sala juzgadora ignoró que cuando el servicio no se
presta de forma directa, sino que se gestiona por una entidad mercantil contratada por el Ayuntamiento la
determinación del coste del servicio en los informes técnico-económicos no tiene por qué producirse
mediante la mención de los diversos elementos a que alude el art. 24.2 de la Ley de Hacienda Local ,
siendo suficiente indicar el coste total que al Ayuntamiento le supone acudir a dicha formula de gestión, que
figurará en sus Presupuestos.
Tampoco puede esta Sala convertirse en una suerte de órgano consultor de los Ayuntamientos y
demás entidades legitimadas para interponer un recurso como el presente, dado que el Tribunal Supremo,
como se ha dicho antes, es, en tal extraordinaria vía jurisdiccional, el encargado de fijar y unificar los
criterios interpretativos y aplicativos del ordenamiento, como supremo intérprete que es de la legalidad
ordinaria ( ex artículos 123.1 de la Constitución y 1.6 del Código Civil ), y no el de señalar el alcance
hermenéutico y resolutorio de las normas que en cada caso resulten aplicables, por lo que el escrito de
interposición del recurso debe realizar una precisa, explícita y concreta fijación de la doctrina legal, en
interpretación de una norma emanada del Estado que haya sido determinante del fallo y que, para el
supuesto de estimación del recurso, sustituya, con proyección de futuro, a la errónea que se declare como
tal en la sentencia impugnada.
TERCERO.- Esto sentado, ante la oposición que formula tanto el Abogado del Estado como el
Ministerio Fiscal, que aluden, respectivamente, a que la nulidad de la Ordenanza se realizó en base a una
serie de circunstancias fácticas vinculadas al caso concreto, y a la falta de concurrencia del requisito relativo
a que la doctrina postulada lo sea en interpretación en una norma estatal que haya sido relevante del fallo,
resulta necesario determinar la cuestión que se debatió en la instancia y la respuesta dada por el Tribunal
Superior de Justicia de Madrid.
Pues bien, basta la lectura de la sentencia dictada en apelación para advertir que la Sala desestima el
recurso de apelación interpuesto contra la sentencia del Juzgado de lo Contencioso- Administrativo número
25 de Madrid que, aceptando la alegación de los demandantes de que el importe de la tasa en el año 2002
había sido aumentado por el Ayuntamiento de Getafe sin la suficiente justificación en el estudio
económico-financiero realizado para la modificación, había estimado el recurso por este motivo, por
considerar que ciertamente la Corporación demandada había incurrido en graves irregularidades en la
Memoria que impedían establecer que el importe de la tasa se hubiese fijado de conformidad con el coste
real, con la consiguiente infracción del art. 24.2 de la Ley de Haciendas Locales .
Frente a esta conclusión, tras la valoración de la prueba realizada por el órgano de primera instancia,
el Ayuntamiento, en el escrito de apelación, puso de manifiesto, en primer lugar, el error que incurrió aquél,
pues las diferencias existentes entre las cifras de previsión de costes y estimación de ingresos contenidos
en los estudios económicos-financieros de los ejercicios 2001 y 2002 eran perfectamente explicables,
negando que el importe total de la recaudación prevista de 2002 excediese del coste del servicio, no
obstante reconocer que en la elaboración de la Memoria de 2002 la experiencia del ejercicio anterior es lo
que había llevado a ajustar la previsión de costes y la estimación de ingresos.
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Además de lo anterior, el apelante expresó que la memoria económica financiera tiene gran
importancia en el primer ejercicio de establecimiento de tasas, y mucha menor importancia en los
siguientes, en los que ya no es necesario utilizar estimaciones de ingresos y gastos, y puede cuantificarse
con datos extraidos de la realidad el coste del servicio y la recaudación total derivada de la aplicación de la
tasa, resaltando que la sentencia prescindió de esta importante circunstancia.
Finalmente, argumentó que ni siquiera la sentencia llegó a afirmar que la recaudación prevista por la
tasa excedía del coste del servicio, por lo que, a su juicio, se estima la demanda sobre la base de un
precepto que no había sido infringido.
Por otra parte, no hay que olvidar que el propio Ayuntamiento ahora recurrente en el estudio realizado
para el año 2002 tampoco consideró que la modificación se reducía a una simple actualización con respecto
a la tasa fijada en el ejercicio anterior, reconociendo, por el contrario, que existían diferencias importantes
entre las cifras de previsión de costes y estimación de ingresos en los estudios de los ejercicios 2001 y
2002, que intentó aclarar luego en el proceso sin éxito.
En esta situación, y puesto que no se estaba ante una simple actualización de una Ordenanza, ni
ante pequeños cambios de regulación, hay que reconocer que la doctrina que sienta la sentencia, en cuanto
resuelve un caso concreto, a la vista de las circunstancias fácticas alegadas, no puede generar un daño
grave para el interés general, tal como viene siendo interpretado este requisito por la Jurisprudencia.
En todo caso, tampoco cabe olvidar que en un recurso de la naturaleza del presente debe partirse de
las cuestiones tratadas y resueltas por la sentencia impugnada, no de otras, porque es ésta una modalidad
casacional que no está establecida para abrir un nuevo exámen del asunto ni para eludir la imposibilidad de
acceso a la casación del problema debatido por medio de las otras dos modalidades de este recurso.
Se alega ahora con insistencia que la Ordenanza Fiscal cuyos preceptos son considerados nulos en
la sentencia impugnada reproducía íntegramente la aprobada para el año anterior, excepto en la regulación
de tarifas, en donde se advierte un incremento de las mismas con objeto de actualizarlas al IPC de ese año
y que, pese a ello, el Tribunal Superior de Justicia consideró que le era de aplicación el régimen legal
previsto para las Ordenanzas Fiscales de Establecimiento de Tributos.
Asimismo se alude también a que el Ayuntamiento de Getafe consignó como coste previsible el
importe presupuestado en el año 2001 para hacer frente a los pagos de la entidad mercantil que prestaba el
servicio de gestión de residuos, incrementándolo en el índice de precios al consumo previsto para el
ejercicio de que se trataba.
Sin embargo, aunque se partiese de todo lo anterior, lo cierto es que la sentencia impugnada no
consideró esta problemática, centrando la controversia en otros términos, lo que explica la falta de
referencia al art. 25 de la Ley de Haciendas Locales , sobre cuya interpretación, en relación con el 24.2, se
postula la doctrina legal pretendida.
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QUINTO.- Por lo expuesto, procede desestimar el recurso, sin que proceda efectuar imposición de
costas a la parte recurrente, al no haberse personado la parte recurrida.
FALLAMOS
Así por esta nuestra sentencia, definitivamente juzgando, , lo pronunciamos, mandamos y firmamos .
Rafael Fernández Montalvo Manuel Garzón Herrero Juan Gonzalo Martínez Micó Emilio Frías Ponce
Manuel Martín Timón Jaime Rouanet Moscardó PUBLICACION.- Leída y publicada ha sido la anterior
sentencia por el Excmo. Sr. Magistrado Ponente de la misma, D. EMILIO FRÍAS PONCE, hallándose
celebrando audiencia pública, ante mí, el Secretario. Certifico.