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las premisas discutibles constituyen uno de los componentes del acuerdo, y dentro de
significa que dependerá del auditorio (lector) el tipo de discurso (texto) que se plantee
cuento “Sensini”, de Roberto Bolaño (2002), ya que este concepto permite evaluar
las posibilidades mediante las cuales un texto (discurso) puede generar emociones.
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Uno de los constituyentes que propone Perelman en la generación de
evocación, reforzada por el uso del pretérito en función de la anécdota, “La forma
texto:
cuento:
Yo tenía veintitantos años y era más pobre que una rata. Vivía en las afueras de
Girona, en una casa en ruinas [...] Casi no tenía amigos y lo único que hacía era
escribir [...] Vivía con lo que había ahorrado durante el verano y aunque apenas
gastaba mis ahorros iban menguando. (Bolaño:13).
2La impresión de la realidad la crea el amontonamiento de todas las condiciones que preceden a un
acto o la indicación de todas sus consecuencias.
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Lo anterior incita al narrador a participar en un certamen literario, con el
mejor literatura en lengua española de mediados del siglo XIX y “que no era
Puig y Osvaldo Soriano, pero que ofrecía al lector textos compactos, inteligentes,
tres surge luego de revelar lo extraordinario que fue la relación amistosa con
postal del argentino, pues dicho escritor era su favorito “y el hecho de alguna
desarrolla en el cuento hasta sus más ínfimos detalles y tiende a mantener al lector
decir, deben estar justificadas en el mismo texto para que puedan producir una
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además no obtuviese el primer premio en el mismo; en segunda instancia, la utopía
misiva enviada por el novato; sin embargo, las proposiciones al estar bien
delimitadas por nombres y fechas, establecen situaciones al mismo tiempo que las
describen, así como la ubicación de los personajes dentro de éstas: hay una
emociones.
Con el tiempo fui sabiendo más cosas de él. Vivía en un piso de Madrid con su
mujer y su única hija, de diecisiete años, llamada Miranda. Otro hijo, de su primer
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matrimonio, andaba perdido por Latinoamérica o eso quería creer. Se llamaba
Gregorio, tenía treintaicinco años, era periodista (Bolaño:20).
relato: por un lado, el narrador comienza a sentir cierta afección imaginaria hacia
la figura de Miranda; por otro, la presencia de las dictaduras militares del cono sur
dato ofrecido hacia el inicio del cuento y al final sugiere la posibilidad del
antes de concluir el cuento, con la finalidad de que los cabos sueltos puedan
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conciliarse mediante la evocación de Miranda. Ya desde antes, el autor había
conjuntado a los hijos, mediante una utopía y una emoción inmediatas, presentando
una fotografía que Sensini adjuntó en una de las correspondencias que sostuvieron
durante casi un año, la cual mantuvo consigo durante un largo periodo, además de
acompañarle en los momentos que preceden al trabajo, así como los que anteceden
Recuerdo que escribí un poema muy largo, muy malo, lleno de voces y de rostros
que parecían distintos pero que sólo eran uno, el rostro de Miranda Sensini, y que
cuando yo por fin podía reconocerlo, nombrarlo, decirle Miranda, soy yo, el amigo
epistolar de tu padre, ella se daba media vuelta y echaba a correr en busca de su
hermano [...] en busca de los ojos de Gregorio Samsa que brillaban al fondo de un
corredor en tinieblas donde se movían imperceptiblemente los bultos oscuros del
terror latinoamericano. (Bolaño:22).
de su familia. Hasta que la propia Miranda es quien lo concilia con él, ya que lo
visita en su casa de Girona, junto con otra persona, pues se dirige con destino a
instancia, mientras que el narrador sí, situación por la cual le abre las puertas de su
hogar. Una vez que la chica responde las preguntas en torno a los últimos días de
se sonrió. Claro, tú eras el que participaba en los concursos con él [...] Noté que me
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miraba de otra manera” (Bolaño:28). En el hecho de que la mujer mire con otros
pues la hija relata que Cortázar y Borges ponderaron con buenos ojos los cuentos
de su padre: “Es que él era un escritor muy bueno, dije yo. Joder, dijo Miranda y se
levantó y salió al patio, como si yo hubiera dicho algo que la hubiera ofendido”
en silencio: “De pronto me di cuenta de que ya estábamos en paz, que por alguna
misteriosa razón habíamos llegado juntos a estar en paz y que de ahí en adelante
consiguiente, concreta las imágenes, para dejar abierta la emoción final: “Entonces
yo debo tener más de treinta, dije yo, y hasta mi voz sonó extraña” (Bolaño:29).
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BIBLIOGRAFÍA
[Compactos, 282].