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Caso Jueza Karen

Atala
“El uso del poder y la violencia simbólica
en el Derecho”

Nombres: Francia Gómez


Mª Fernanda Herrera
Profesor: Omar Aguilar
Curso: Seminario Bourdieu
Fecha: 14 de Julio del 2009
ÍNDICE

Introducción………………………………………..…………….2
Antecedentes del Caso…………………………………………...4
Objetivos…………………………………………………………5
Hipótesis……………………………………………………….....6
Marco Metodológico……………………………………………..7
Marco Teórico…………………………………………………....8
Análisis del Fallo…………………………………………………16
Análisis de los Medios de Comunicación………………………..28
Conclusiones……………………………………………………..31
Bibliografía……………………………………………………….33
INTRODUCCIÓN.

El concepto de familia a lo largo de la historia de Chile se ha ido modificando


constantemente, sufriendo continuas transformaciones debido al cambio de
significaciones que esta conlleva, demarcando las acciones, por dichas concepciones,
como también las “adecuadas” formas en que esta debe desarrollarse.
Pero las nombradas transformaciones provienen de un arduo proceso, ya que son
restringidas, manejadas y a la vez permitidas por múltiples instancias de la vida social.
En estos cambios es que se ha querido basar el proyecto de investigación, centrándose
en el caso de la jueza Karen Atala, al ser un caso polémico en tanto debate social y
legislativo, con respecto a la implantación del concepto de familia, por medio del
concepto o la visión de un ideal que se sostenga en ella.
La investigación se basa en la teoría social de P. Bourdieu, al esclarecer el como
opera el Derecho en nuestro país sobre el concepto de familia, de este modo: Se
propone el análisis de la violencia simbólica en la aplicación del poder dentro del
derecho, en relación a la conformación de familia homoparental.
Se plantea desde este punto, pues se quiere comprender como lo simbólico va
conformando un ideal de familia, al ser adquiridas por los sujetos como propias las
interpretaciones y valoraciones que se le entregan a la familia. Desde donde provienen
determinados formas de comportamiento, ya que sus ideales o formas de concebir la
realidad se encuentran determinadas por estas valoraciones, lo que enmarca el cómo se
vislumbra el actuar, tanto en el plano privado como público.
Y es en este determinismo de lo simbólico que se masifican formas de conducta,
lo que lleva a la conformación de normas que rigen la vida de los sujetos, pero que a la
vez son conformadas por los simbolismos que desarrollan los mismos individuos; ya
que estas pautas de accionar se ciñen a los diferentes comportamientos e intereses que
los sujetos van generando como actores sociales.
De este modo, se comprende que la estabilización o el periodo de conformación
que ha sufrido un determinado concepto de familia se debe al proceso social en el cual
se crea un simbolismo de dicha familia el cual conlleva el ideal de pareja heterosexual,
en donde el padre y la madre representan las bases de un tipo de sociedad, lo que llega
ha establecerse legislativamente al convertirse en una norma y a la vez una Ley
(contrato nupcial), lo que es supervisado y delimitado por el Derecho.
Es así que este proceso es interrumpido frente a la aparición de un tipo de
familia homoparental, la cual demuestra claramente este quiebre dentro de las normas
familiares; pues en sus inicios correspondía a un matrimonio común (en relación a que
es correspondiente con la normatividad sexual generalizada), el cual luego de sufrir la
separación de los cónyuges concuerda legalmente la tuición de las hijas, con preferencia
hacia la madre. Lo cual es concordante a la regla general, pero va contra esta al declarar
públicamente la madre su lesbianismo, rompiendo con toda moralidad e incluso
normativa
Frente a esto comienza todo un debate público sobre quién obtendrá y a la vez
quien debiese obtener la custodia de las niñas, donde finalmente la Corte Suprema dicta
a favor del padre a pesar de que frente a las pruebas psicológicas realizadas a la madre
no existía razón alguna que la imposibilitara a tener bajo su tutela a sus hijas.
Lo que denota como un cierto tipo de habitus, al ser inculcado en las
apreciaciones y tendencias de acción guía hacia una familia heterosexual, lo que genera
un determinado tipo de inclinación hacia una concepción de la realidad (al predominar
en la educación de la descendencia el vincularse amorosamente con su sexo contrario, y
en base a ello formar una familia), así al ser rota esta línea de comportamientos es que
se busca llevar a sus miembros a reintegrar la normatividad preponderante. Esto en el
caso estudiado se realizaría en base a las niñas, pues la madre es restringida al
representar el “peligro” de poder entablar en sus hijas nuevos tipo de valoraciones y
practicas (habitus) debido a su inclinaciones sexuales, por lo que es alejada de sus hijas
y a la vez es delimitado su actuar social, pues no le es permitido cumplir con el rol
común de madre, lo que al unísono marca un tipo de cambio en dicha concepción, ya
que en este caso deja de ser la madre la más capacitada en el cuidado de las hijas, y pasa
a ser el padre el responsable; lo que ocurre por una incapacidad normativa por parte de
la madre (mirado desde el simbolismo social) para cumplir el rol determinado
históricamente como procreadora, ya que no reproduciría los simbolismos y por ende
las normatividades sociales necesarias en sus hijas para poder desarrollarse
óptimamente en la vida social.
De este modo mientras correspondía la familia a un determinado simbolismo era
aceptada dentro de la sociedad, pero al momento de desvincularse con un tipo de
habitus y por ende romper ciertas normas es restringida, y delimitada por medio del
poder judicial que ejerce el Derecho, destacando con este hecho la existencia de
violencia simbólica pues la implicada rompe con los tipo de comportamiento y
valoración que se imponen en la Sociedad por parte de la clase dominante, de este modo
acepta el poder que se ejerce sobre los limites familiares que posee, es decir, pospone
sus propias valoraciones al ir contra las generales, al sufrir el rechazo social por la
desnaturalización que hace de las practicas o habitus preponderantes que han
implantado los dominantes.

ANTECEDENTES DEL CASO

El proceso jurídico ha trabajar corresponde, al Caso de la Jueza Karen Atala. Se


ha elegido, para poder analizar como opera el Derecho, debido a que es un caso
polémico que comenzó el 2003 cuando una Jueza y abogada chilena es demandada por
su ex esposo debido a que esta luego de obtener la tuición de sus hijas por mutuo
acuerdo, después de la separación, decide afrontar su lesbianismo. Desatando una lucha
entre los progenitores de las niñas, ya que al obtener la Jueza Atala la tuición, después
de un tiempo decide su pareja lesbiana mudarse a vivir con ella y sus hijas. Por lo cuál
el esposo al enterarse, interpuso una demanda de tuición acusando el descuido y
desamparo de la madre ante la opción sexual que esta mantenía, generando un hogar no
apto para el desarrollo de las niñas, manifestando por estas razones el padre su deseo de
que volviesen a su cuidado.
Frente a esto, comienza todo un debate público sobre quién debería quedarse con
la custodia de las niñas, una vez que el caso sale a la luz pública. Finalmente la Corte
Suprema dicta a favor del padre concediéndole la custodia a pesar de que frente a las
pruebas psicológicas realizadas a la madre no existía ningún registro que la dejara
imposibilitada de ejercer su rol de materno.
De esta forma es como la madre, Karen Atala, intenta pedir ayuda a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el año 2005, basándose en “la
responsabilidad internacional del Estado chileno por violaciones cometidas mediante
una sentencia de la Corte Suprema de Justicia que le revoca a la Sra. Karen Atala la
tuición de sus tres hijas (5, 6 y 10 años de edad) fundándose exclusivamente en
prejuicios discriminatorios basados en su orientación sexual”1. Alternativa que la hace
desistir, debido al tiempo que demora toda esta instancia legal (ya en el 2008 aun se

1
Fuente: http://www.cidh.org/annualrep/2008sp/Chile12502.sp.htm. (visitado el 13 de julio, 2009)
estaban presentando pruebas y el Estado chileno había respaldado la decisión tomada
por la Corte Suprema no reconociendo el acto discriminatorio, despojándose de
responsabilidad frente a las resoluciones de este organismo), lo que finalmente
considera provoca un perjuicio las niñas, por el tiempo de convivencia que ya han
sostenido con el padre, por lo que el continuar hubiese considerado un daño más a las
niñas que ya se habían adaptado a vivir con el padre.
En resumen, la afectada agota todos los recursos judiciales que puedan revocar
la decisión de separar a las niñas de su lado. Pero debido a consecuencias de duración
del proceso, esta abandona esa posibilidad condicionándose sólo a aceptar el régimen de
visitas impuesto ya al final del juicio que fue llevado en Chile.

OBJETIVOS

El objetivo general de este proyecto de investigación es conocer como el


Derecho opera sobre la tuición de los hijos o hijas en familias de padres o madres
homosexuales. Se expone de esta manera pues es básicamente la moralidad de esta
acción la que es contraria a las normas sociales, pues la sexualidad del padre o madre no
es criticada en cuanto a su aceptación social, pero es reprimida en el hecho de que se
deben restringir comportamientos sociales que se le puedan enseñar al niño por medio
del actuar de dichos progenitores, pues la conducta de familia que se tiene en este caso
es contraproducente para los niños al estar moralizados por este tipo de padres que van
contra el condicionamiento, lo que llevaría a la ruptura con el poder dominante. De este
modo como los padres (específicamente la madre) no se ciñen a las normas establecidas,
es que ellas son impuestas a través del poder, manejando los simbolismos y habitus que
los hijos puedan adquirir en su “educación” familiar.
Como objetivos específicos se posee el buscar la especificación del rol que
cumple el juez y el Estado frente a casos de lucha simbólica dentro del sistema jurídico.
Pues estos agentes aplican el poder, al ejercer las normas y manejar el libremente el
poder simbólico de manera publica y concientemente, en otros términos adquieren un
rol controlador, al poseer libremente el poder, sin ser cuestionado esto por los
dominados, pues como se especificó anteriormente lo ven como natural.
Como segundo objetivo específico es que se espera comprender cómo se llega a
la normalización que se hace de familia a raíz de su significación y valoración social. Es
decir, cómo llega un ideal de familia a establecerse, pues en este caso es posible ver la
lucha indirecta que intenta modificar los preceptos y concepciones que se tiene de un
“deber ser familiar”, pues al abrir públicamente esta dicotomía (custodia de padres
homosexuales) es que se abre la posibilidad de renovar simbolismos y con ello normas,
como también está la posibilidad de ejercer el poder al limitar estas luchas simbólicas,
manteniendo estable el tipo de orden.

HIPÓTESIS

Se presupone una acción de la clase dominante en el caso, al expresar el Juez su


poder por medio de una violencia simbólica en la afectada que es la Jueza Karen Atala,
y que se situaría en el rol de dominada, que intenta salir de la norma al introducir una
acepción acerca de un nuevo concepto de familia, que implica la conformación de
familias homosexuales. Algo que se aleja de la concepción utilizada al momento de
dirimir en el caso, utilizando la normalización del concepto de familia, concibiendo
como algo natural y por ende normal el desarrollo de familias hetrosexuales.
También se pretende ver el manejo o uso del poder simbólico en el Derecho,
teniendo en cuenta que la ley se puede moldear o acomodar dependiendo del punto de
vista en que este se le mire. Y en este caso el Juez puede basarse en estas valoraciones
que nada tenían que ver con los aspectos formales que determinaban las pruebas
necesarias para que la Jueza Karen Atala pudiera demostrar que estaba apta para asumir
su rol de madre, sin intermediar o a pesar de su condición lésbica. Atendiendo el juez a
otros aspectos que según su visión, y que es la que se presupone en esta Investigación,
es la normalización del concepto de familia, entendiéndolo como la conformación de
familia dentro de un plano heterosexual. En donde frente a disposiciones sociales
predeterminadas e inherentes a la Sociedad se reproducen en ella sin ver la realidad
múltiple y actual por la que pasa la Sociedad chilena, normalizando el concepto como
algo natural constituyéndolo como una norma. Siendo esto lo más importante, el
legitimar lo “normal” y desestimar lo que queda fuera de esta, punto decisivo a la hora
de dictaminar, por lo que finalmente terminan quitando la tuición a la madre.
Así también, la violencia simbólica se ve reflejada en las consecuencias finales
del caso, en donde lamentablemente la Jueza Atala decide desistir y abandonar el juicio
ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en pos del bienestar de sus hijas y
no provocar otro quiebre en el proceso de adaptación de las niñas después de haber
vivido con el padre durante 4 años mientras se tramitaba este proceso de revocación de
la sentencia. Con esto se puede ver que la violencia simbólica se ejerce de manera
efectiva como consecuencia teniendo que condicionarse sólo a régimen de visitas,
aceptando la Jueza su condición de dominada ante las circunstancias

MARCO METODOLÓGICO

Para este proyecto de investigación el universo a trabajar se limita a un juicio


específico (descrito anteriormente), pues se considera una clara ejemplificación de los
puntos de la teoría bourdiana presentados. Se analizará entonces a través del fallo de la
Cuarta Sala de la Corte Suprema de Chile, en donde el padre presenta el primer
Recurso de Queja para recuperar la tuición de sus hijas. Asimismo se analizarán los
datos archivados en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (INFORME Nº
42/08 ADMISIBILIDAD PETICIÒN 1271-04 KAREN ATALA E HIJAS), respecto de
la demanda establecida hacia el Estado chileno por causales de discriminación y no
respeto de los Derechos del Niño hacia este caso. Por medio de esta recopilación de
ambos materiales, podremos analizar el cómo opera el Derecho en el presente caso.
Por otra parte, analizaremos noticias, y con ello las visiones que nacen del caso,
a través de los medios de comunicación, particularmente medios escritos y virtuales.
Que podrán considerar el proceso reflexivo y polémico por el cuál se enfrentó la
Sociedad chilena al momento de emerger esta noticia en los medios, como una forma de
poner en el tapete temas contingentes. Logrando una mejor comprensión del fenómeno
a través de los medios de comunicación o discursivos.
Perteneciendo a una investigación de tipo comprensiva, pues se busca entender
el desarrollo de un fenómeno, la razón de este, por esto es que se lleva a la teoría de
Bourdieu, para encontrar allí las explicaciones y fundamentos de su realización, como
también se busca encontrar los tipos de valoraciones y con esto construcciones sociales
que nacen por medio de este caso judicial. Se aclara que se basa en una investigación
comprensiva pues se espera entender el fenómeno, y no explicar sus causalidades, por el
contrario darles sentido. Sin la pretensión alguna de formular algún modo de resolución
frente a los hechos aquí desarrollados.
MARCO TEÓRICO

El marco teórico que se empleará para esta investigación será por medio de los
textos de Pierre Bourdieu en relación al tema propuesto para la investigación. Estos
serán: La tierra y las estrategias matrimoniales, Los usos sociales del parentesco, en el
sentido práctico. El espíritu de familia, ¿Es posible un acto desinteresado? Ambos en
Razones prácticas y Sobre el poder simbólico, en Poder, derecho y clases sociales.
Asimismo se analizarán partes del código civil y de la Constitución Chilena, entre otros
medios de análisis.
Si se analiza a la familia se puede apreciar que esta se conforma a través de la
dualidad entre lo público y lo privado, pues adquiere simbolismos que parten desde un
orden social, lo cual la determina internamente, pues sus miembros adquieren
comportamientos y valoraciones de lo social por medio de la internalización y
naturalización de ellos, lo que lleva a sentirlos propios por parte de los agentes, así no
notan que estos les están siendo impuestos, por lo que no llegan a contradecirlos. De
este modo lo público hace referencia al determinismo social que nace desde los
dominantes hacia los miembros de la familia, a tal punto que determinan su
conformación interna, privada.
Es así como se llega a la concepción de un habitus, al estructurar el tipo de
familia y por ende de individuos que se encuentran en la Sociedad, esto hace referencia
a que ellos adquieren un tipo de simbolismo en la percepción que tienen de lo real,
desde el cual actúan y generan sus lazos sociales. Pero esta adquisición no supone una
pasividad completa de los individuos, pues ellos a través de estas mismas prácticas
adquiridas buscan sus propios intereses, claramente mediados por las estructuras que en
ellos operan.
“(…) Las categorías sociales matrimoniales no tienen como principio ni la
razón calculadora ni las denominaciones mecánicas de la necesidad económica, sino
las disposiciones inculcadas por las condiciones de existencia, suerte de instinto
socialmente construido que lleva a vivir como necesidad ineluctable del deber o como
llamado irresistible del sentimiento las exigencias objetivamente calculables de una
forma particular de economía”2.

2
P Bourdieu: La tierra y las estrategias matrimoniales, en El sentido práctico, Madrid, Taurus, 1991, pág.
255.
Esto quiere decir que las familias se desarrollan en la Sociedad por medio de
intereses, los cuales están determinados por los mecanismos de posicionamiento
mercantil del campo social, es decir, lo económico no es lo que prima en las familias
pero si la base práctica de estas, ya que las acciones que llevan a cabo son dirigidas
hacia la búsqueda y maximización de sus intereses, lo cual posiciona a la familia
socialmente y determina el como esta se conformará internamente.
Lo cual demuestra que su ordenamiento y definición básicamente se encuentra
en el dualismo publico/privado, ya que estructuras sociales la condicionan, al adquirirlas
como propias, pero a la vez dichas condiciones sociales son formadas en base a la
composición que posee internamente la propia familia.
“Si es verdad que el matrimonio representa unas de las ocasiones principales
para conservar, aumentar o disminuir el capital de autoridad que una fuente de
integración confiere y el capital de prestigio ligado a una extensa red de aliados, no
deja de ser cierto que todos los miembros de la unidad doméstica que interviene en la
concentración del matrimonio no reconocen en la misma medida sus interese
particulares en el interés colectivo del linaje”3
Es así como en el campo de lo social la familia busca un capital simbólico que la
sitúe y le de prestigio, por lo cual adquiere prácticas distintivas, que se encuentran
moralizadas por la Sociedad. Es así como florece la homogeneidad, ya que al buscar
destacarse por sus propios intereses el grupo familia se ciñe a normas generales, que les
permiten ser parte de la Sociedad y desde allí ir en busca de sus interese prácticos, a los
cuales llegan por medio de acciones ya internalizadas en ellos, el habitus.
Es así como la familia homoparental construida por la jueza Karen Atala rompe
con esta homogeneidad, ya que a pesar de estar separada de su marido estos llegan a un
acuerdo normativizado por el Derecho chileno, pero al momento de construir un nuevo
hogar junto con su actual pareja es que van contra las normativas y simbolismos
sociales que se tiene de familia, por un parte debido a que una familia homosexual no se
encuentra dentro de las normas sociales y rompe con la moral predominante, es decir, va
contra el simbolismo existente de familia.
Con esto se puede apreciar una clara libertad de elección por parte de los sujetos,
pues a pesar de estar determinada su elección por estructuras que delimitan su actuar y
preferencias (las que son vistas como universales), se puede ver un subjetivismo por

3
P. Bourdieu: Los usos sociales del parentesco, en El sentido práctico, Madrid, Taurus, 1991, pág. 307
parte de ellos, que se encuentra tan presente como la lógica y el calculo racional,
diferenciándose en que estas últimas afloran explícitamente y el subjetivismo
implícitamente. Lo que demuestra que a pesar de estar determinados los sujetos por un
habitus y formas normativas de dominación estos no pierden su subjetivismo e
individualidad, por lo cual se comprenden los cambios sociales, y con ellos las
excepciones que existen en torno a la homogeneidad social.
De este modo es que las prácticas de los sujetos no se encuentran impuestas a la
fuerza, pues son interiorizados los simbolismos y habitus por lo cual son parte de su
comprensión y valoración social, pero dentro de esto se puede ver una individualidad de
los sujetos en los usos e inclinaciones que ejerzan de estos.
Y es dentro de este punto que se puede comprender a Karen Atala, pues ella
situaba a sus prácticas dentro de los intereses universales, pero dentro de estos separó
sus inclinaciones, demostrando que a pesar de mantener o desarrollar prácticas
normativas sociales y por ende universales (pues requiere seguir cumpliendo su rol de
madre) selecciona sus propios intereses, inclinándose hacia la homosexualidad. Lo que
quiebra su estructura familiar, ya que distancia radicalmente sus inclinaciones o más
bien intereses de los de su ex marido, lo que gatilla la disputa familiar, al buscar
mantener la preponderancia de la inclinación del marido, como de la homogénea o
políticamente correcta en la Sociedad.
Asimismo, otro enfoque de familia que puede ser utilizado, es aquel que provee
Bourdieu en “El espiritu de familia”, se refiere a dos presupuestos comunes acerca del
concepto de familia. El primero refiere, a la familia como un personaje o agente que se
encuentra dotado de vida y que es trascendente a sus miembros, en donde propiedades
y valores y visiones particulares de mundo son traspasadas a sus integrantes. Y el
segundo presupuesto se refiere a la familia como un “universo social separado,
comprometido con una labor de perpetuación de las fronteras y orientado hacia la
idealización de lo interior como sagrado.”4 .Estas definiciones dejan ver, la valoración
que existe al concepto de familia y cómo esta constituye un papel fundamental para la
Sociedad, dotándola de valores, demarcando lo interior, o sea lo privado como sagrado.
Así, el concepto de familia deja ver una construcción de la realidad colectiva en
donde los valores predominantes son los de la clase dominante y esta realidad de la

4
P. Bourdieu: El espíritu de familia, en Razones prácticas, Sobre la teoría de la acción. Barcelona,
Anagrama, 2007. pág. 127
existencia de la familia se constituye como estructura mental en los individuos,
constitutivo de nuestro habitus, gracias a la socialización establecida entre los mismos.
Construyéndose en torno a la familia representaciones y acciones que refuerzan
el concepto de esta misma, ligando ritos y actos de reafirmación que conducen a la
creación de afectos obligados entre los individuos que componen el núcleo familiar para
lograr la cohesión al interior del grupo, naturalizando la categoría social de familia.
De esta forma, la importancia que se le atribuye a esta conceptualización
empapada en la realidad, puede ser utilizada como herramienta de dominación, siendo el
pilar fundamental de la Sociedad, núcleo necesario que reduce complejidad y permite
acceder al Estado, al manejo de sus ciudadanos a través de ciertas regulaciones que se
establecen dentro de la familia como idealizaciones internas de valores que son sagrados
para el núcleo familiar, por ejemplo. Al saberse a la familia como un instrumento de
dominación que depende mucho de las concepciones valóricas que se requieran afirmar
dentro de la Sociedad es como, el Estado y la Sociedad en sí perpetúa y privilegia
determinados tipos de familia. En esta investigación las familias homosexuales
constituyen una realidad un tanto oculta para nuestra Sociedad, ya que no son el modelo
dominante, ni tampoco el aceptado socialmente.
Los valores de la Sociedad chilena aún conciben el concepto de familia anclado
en la unión de un hombre y una mujer con el objetivo de la procreación, en donde
familias de pareja del mismo sexo no tienen cabida bajo la legislación ni bajo la
Sociedad en sí.
Se puede observar como la Constitución Política del Estado (que el 11 de
septiembre de 1980 fue aprobada en plebiscito, entrando en vigencia 11 de marzo de
1981 y completamente 11 de marzo de 1990) dice que:
Art. 1 de la Constitución Política del Estado
“la familia es el núcleo fundamental de la sociedad”
Ahora bien, si nos vamos a la interpretación de este artículo, la definición que se
tiene de familia es:
“Conjunto de personas (descendientes, ascendientes, colaterales y afines), unidos por
el vinculo de matrimonio, parentesco y adopción”
Sólo se concibe entonces el ser familia si es que existe un matrimonio de por
medio, siendo reconocido bajo el Código civil como:
Art. 102 del código civil (1. de enero de 1857)
“Es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e
indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear, y de
auxiliarse mutuamente”.
Bajo esta lectura de artículos y códigos de la Constitución y el Código civil,
podemos ver como se anclan concepciones de un modelo ideal de familia en donde la
heterosexualidad y el matrimonio son los requisitos por así decirlo, de poder establecer
esta familia legítimamente reconocida por la Sociedad. De esta forma, es como el Estado
alejado de la legislación no ha promovido un cambio en esta Constitución, ampliando la
diversidad social.
Con respecto al papel del Estado, este está encargado, bajo la visión de
Bourdieu, de instituir a sus miembros de valoraciones que aseguren la integración de
estos en la Sociedad. Por tanto, la familia es una institución al servicio del Estado,
cumpliendo la función de proteger a sus individuos, permitir la integración para así
lograr el efectivo cumplimiento de las instituciones y sus roles al interior de la
Sociedad, manteniendo con ello el orden social.
Bourdieu da cuenta del Estado como aquel que posee el poder necesario para
cambiar las visiones de esa construcción de realidad en torno a lo que se concibe como
familia. Y que este decide que actos o acciones refuerzan, que valores demarca y cuáles
quita, ejerciendo en este núcleo el poder para mantener el orden social, dependiendo de
sus propios intereses. El autor describe, “(…) el responsable principal de la
construcción de las categorías oficiales según las cuáles se estructuran las poblaciones
así como las mentalidades es el Estado que, mediante toda una labor de codificación
provista de efectos económicos y sociales absolutamente reales (como las subvenciones
a la familia), tiende a favorecer una forma determinada de organización familiar, a
reforzar a aquellos que están en condiciones de conformarse a esta forma de
organización, y de estimular por todos los medios materiales y simbólicos, el
“conformismo lógico” y el “conformismo moral”, como acuerdo sobre un sistema de
formas de aprehensión y de construcción del mundo, cuya piedra angular es sin duda
esta forma de organización (…)”5.
Pues bien, a raíz de estas consideraciones que Bourdieu concibe como
importantes, se puede apreciar como distintos factores tanto económicos como políticos

5
P. Bourdieu: El espíritu de familia, en Razones prácticas, Sobre la teoría de la acción. Barcelona,
Anagrama, 2007, pág. 136
afectan el posible cambio que podría existir en la configuración de nuevos conceptos de
familia, que sean igualmente legítimos que el existente. Bourdieu deja la
responsabilidad de la significación de familia al Estado, pero este rota problemáticas
que en la Sociedad no hacen eco y por tanto las desestima, no considerándolas en algo
que podríamos llamar dentro de las políticas públicas la agenda sistémica, donde debe
un grupo de presión dominante con influencia presentar sus problemáticas y que estás
sean escuchadas incluyéndolas en la agenda política.
Así también podemos ver como el rol de madre de la Jueza Karen Atala, se
instaura como dentro de un juego social, en donde estos roles establecidos dentro del
concepto de familia y las valoraciones sociales y simbólicas que son traspasadas a las
mujeres que procrean, permiten situar la acción de la Jueza Atala dentro de este juego
que tiene como fin último recuperar la tuición de sus hijas, adoptando su rol de madre
que es promovido por la Sociedad. Así también el padre ante los valores instituidos
moralmente en nuestro contexto sociocultural, y el grado de moralidad presente en
nuestras costumbres, adopta su rol con firmeza, formando parte de este juego social que
se da en la presente familia. Pudiendo interpretar las acciones de ambos padres como
interesadas en un fin específico, que es tener la tuición de sus hijas.
Así el rol que cumplen estos dentro del juego, sobre todo la mujer y su rol de
madre, que ha sido reforzado socialmente por los valores de bondad, protección, etc.
Son los que afloran dentro del juego social para luchar por sus hijas. Pudiendo tener lo
que Bourdieu llamaría actos desinteresados, interpretándose en el disponer la custodia
de las niñas en pos de un bien para ellas, dejando todo en manos de los tribunales.
Aunque detrás de esto se deja entrever que este desinterés, en donde sólo importa el
bien a las niñas visto como un acto desinteresado y generoso, propio de sus roles
dotados de sentido en la Sociedad, no es tan así, cuando existen problemas entre la
madre y el padre, pudiendo interpretarse como se decía anteriormente a la lucha de estos
por sus hijas, sin importar lo que piensan las niñas, en cuanto a con quién ellos prefieren
estar. Aun así estas disyuntivas siempre han ocurrido al momento en que un matrimonio
se separa, independiente del caso a analizar en particular. Pero que también puede servir
como una arista más de este tipo de casos en donde los intereses personales de las partes
en divorcio, someten a los hijos indirectamente a pasar por este proceso.
Por otro lado, el Juez, es quien se encuentra dotado de simbolismos, ya que es él
quién detenta el poder de tomar la decisión e imponer la justicia, como alguien
imparcial. Así es como plantea Bourdieu, con respecto al interés general que predomina
en ciertos campos, “(…) uno de esos universos que, con el derecho, se impone como ley
la sumisión a lo universal, al interés general, al servicio público y que se reconoce en
la filosofía de la burocracia como clase universal, neutra, por encima de los conflictos,
al servicio del interés público, de la racionalidad (o de la racionalización).”6 Con esto
se reconoce el Derecho como uno de los campos, que registra al interés universal,
general. Así pues, el Juez se ve en cierta medida en la dualidad entre sus concepciones
valóricas y las de la Sociedad, aunque debe remitirse conforme a la Ley, observar el
caso y en virtud de los antecedentes, en tanto la madre convive con su pareja
homosexual y que las niñas son menores de edad, determinar que es lo mejor para las
menores. En efecto, la ley puede ser moldeable de acuerdo a como el Juez la interprete,
y las interpretaciones varían mucho de las valoraciones morales que pueda tener el Juez
y si estas están, conforme a la visión generalizada de la moralidad en Chile.
Bourdieu comenta esta relación del Juez con respecto a estos valores
universalizados y acota que según, “La crítica de la sospecha recuerda que todos los
valores universales son de hecho valores particulares universalizados, por lo tanto
sujetos a sospecha (la cultura universal es la cultura de los dominantes, etc.)”7 Con
esto, denota Bourdieu que dichos valores generalizados y universales que pretenden ser
funcionalmente iguales y también justos para todos los individuos que componen una
Sociedad, son en verdad, establecidos por culturas dominantes que aprueban estos
valores como los correctos. Siendo de esta forma, una visión bastante dictatorial de los
valores predominantes en una Sociedad. De este modo, el Juez debe tener presente
también el desarrollo valórico social que presenta la Sociedad chilena, acorde
unísonamente a lo que dice la Ley, para determinar que decisión tomar.
Aparte de la variable que habíamos considerado anteriormente, que es si el Juez
esta conforme con estas valoraciones que presenta la sociedad con el tema. Si es así, y
estas valoraciones son negativas como es el caso, el Juez puede sufrir sesgos al
momento de tomar la decisión, no considerando particularidades y predominando sólo
su interés y visión acerca de las cosas, legitimándose en la postura de la Sociedad
respecto al tema.
Esta postura es, que las familias homosexuales en Chile aún permanecen bajo
una capa invisible ante la Sociedad, visibilizando a través de este caso por ejemplo, por

6
P. Bourdieu: ¿Es posible un acto desinteresado?, en Razones prácticas, Sobre la teoría de la acción.
Barcelona, Anagrama, 2007.pág. 157.
7
P. Bourdieu: ¿Es posible un acto desinteresado?, en Razones prácticas, Sobre la teoría de la acción.
Barcelona, Anagrama, 2007.pág. 157.
medio de los medios de comunicación que han permitido que este tipo de noticias
queden en la retina de la Sociedad, para instaurarse como un tema de debate y reflexión.
Aun así, la Sociedad chilena se encuentra en debate y en deuda con respecto a estos
temas, ya que las opiniones no son generalizadas, por una etapa de reflexión y cambio
acerca de las valoraciones morales que han existido durante tanto tiempo en Chile, a
raíz de la cosmovisión histórica y social que ha vivido la Sociedad chilena.
Se incluye además a los sistemas simbólicos expresados Bourdieu, a la religión
como una de las aristas que influye dentro de nuestro historia social, bajo las formas de
conquista que tuvieron los españoles y esta valorización moral en las raíces y
costumbres que impusieron en los territorios conquistados, teniendo nuestra base, como
sistema adquirido a la religión. En tanto, Bourdieu nos explica acerca de estos sistemas
simbólicos, que son “(…) instrumentos de conocimiento y comunicación, sólo pueden
ejercer un poder estructurador en tanto que son estructurados”8.
Considerando entonces que sólo estos sistemas simbólicos ejercen un poder
estructurador en tanto que son estructurados, es necesario determinar quiénes son los
que lo estructuran y que se utilizan como dominación. Más que nada la utilización de
estos sistemas simbólicos como instrumentos de imposición, es determinado por las
clases dominantes que ejercen esta violencia simbólica en contra de grupos minoritarios.
Y que fue lo ocurrido con el caso de Karen Atala, debiendo asumir que la Religión
como las “buenas costumbres”, incurren en prácticas de visibilización de la
homosexualidad como algo malo, o más bien de la norma social. Y por tanto, al Juez
debe tomar la determinación de no darle la tuición de las niñas, por lo que se vio
envuelto en esta generalización valórica de no aceptar estas prácticas “anormales” para
la Sociedad. Teniendo la Jueza Atala que aceptar la violencia simbólica provocada por
la Sociedad hacia ella, como un ejemplo de prácticas no legitimadas por las clases
dominantes, en donde a pesar de estar ella capacitada para llevar a cabo el cuidado de
sus hijas, tuvo que asumir el peso de no estar conforme a las prácticas instituidas como
lo normal.
A pesar de que el Caso de la Jueza Karen Atala fuese seguido muy de cerca por
todos los medios de comunicación, instauro un punto de discusión respecto de si los
padres homosexuales están capacitados para criar a sus hijos en condiciones “normales”
como lo ejercen los padres heterosexuales. Pues bien, esto podría generar un avance al

8
P. Bourdieu: Sobre el poder simbólico, en Poder, derecho y clases sociales, Bilbao, Desclée de Brower,
2000, pág. 91.
instaurarse como debate en la opinión pública, pues ejerce una movilidad social
estableciendo las posibles bases de un nuevo cambio generacional en la visión de un
nuevo concepto de familia.

ANÁLISIS DEL FALLO

Los antecedentes que serán presentados a continuación, constituyen el


fundamento presentado por el padre para justificar que sea devuelta la tuición de las
niñas a su favor.
Se presenta este recurso el 31 de Mayo del 2004, anteponiendo lo siguiente:
SEGUNDO.- Que en el escrito respectivo se imputan a los magistrados
recurridos las siguientes faltas o abusos graves, que fundamentan el recurso:
a) Haber privilegiado los derechos de la madre sobre los de las niñas;
b) Haber faltado a su deber legal de proteger la vulnerabilidad de las menores,
contrariando lo ordenado en normas constitucionales y legales relativas a la materia;
c) Haber transgredido los principios que regulan la apreciación de la prueba en
conciencia en los juicios sobre asuntos de familia;
TERCERO.- Que la resolución objetada por el recurso se dictó en los autos
sobre tuición definitiva de las menores antes individualizadas, hijas matrimoniales del
demandante don Jaime López Allende y de la demandada doña Jacqueline Karen Atala
Riffo;
CUARTO.- Que del examen de los antecedentes reunidos en dichos autos, que
se tuvieron a la vista, es posible tener por acreditados los hechos que se reseñan a
continuación:
1° Que el demandante y la demandada contrajeron matrimonio el día 29 de
marzo de 1993 y sus hijas nacieron en agosto de 1994, enero de 1998 y diciembre de
1999, de modo que en la actualidad cuentan con diez, seis y cuatro años,
respectivamente;
2° Que la vida conyugal y familiar de matrimonio se alteró por problemas de
convivencia que condujeron a la separación de hecho de los cónyuges en Febrero del
año 2002, quedando de común acuerdo a cargo de la madre la tuición y cuidado
personal de las menores;
3° Que, con posterioridad, doña Jacqueline Karen Atala Riffo, asumiendo
explícitamente su condición homosexual, llevó a vivir con sus hijas a una pareja de sexo
femenino;
QUINTO.- Que, en las circunstancias descritas, el padre de las menores dedujo
su demanda dirigida a obtener la tuición de sus hijas, sobre la base de argumentar que la
decisión adoptada por la madre siguiendo su tendencia homosexual, provoca daños en el
desarrollo integral psíquico y en el ambiente social de las tres menores; que el interés de
sus hijas hace necesario precaver las consecuencias perniciosas que les provocará
criarse bajo el cuidado de una pareja homosexual y que, en cambio, la vida junto al
actor, les brindará un ambiente en el que psicológica y emocionalmente tendrán
mayores seguridades en su desarrollo personal;9
Aquí podemos ver cómo uno de los argumentos y el principal, fue la toma de
decisión de la jueza Karen Atala, por seguir su tendencia homosexual. Lo que devendría
en la provocación de daños a las menores por cuánto es necesario adelantarse a que no
ocurran las consecuencias de un mal cuidado, sin tener las precauciones con respecto a
las hijas de otorgar un mal ejemplo. Este argumento recalca primeramente de que la
homosexualidad es una condición que debe cuidarse, estableciendo juicios de valor. Lo
segundo, es que se debe adelantar a tomar las precauciones entendiéndose como una
ventaja para el padre, el privar y menospreciar la autoridad y responsabilidad con que la
madre trataría el tema de su homosexualidad frente a las niñas. Dejando entrever que no
es posible otorgarle esa responsabilidad a la madre, dándole una connotación quizás de
irresponsabilidad a esta, por cuánto es necesario que se le devuelva la tuición de las
hijas al padre. Tercero, nadie asegura que la condición sexual de la Jueza no interferirá
(independiente de que sea de manera negativa o positiva) a las hijas, por cuánto una vez
explicitada su condición sexual, sin tapujos. El hecho de vivir con el padre no les
otorgará un cuidado mayor ni menor, sobretodo si es el padre es quien no acepta la
condición homosexual de su ex pareja, pudiendo ser de igual manera poco apto para el
cuidado y bienestar de las niñas. Lo que sólo demarca lo ya descrito, es decir, la
necesidad de proteger ante todo la buena “adecuación” o incorporación que las menores
obtengan en la Sociedad, lo que corre peligro con la madre, pues estas podrían ser
rechazadas e incluso reproducir las prácticas contradictorias que realiza su progenitora,
así lo que deber ser determinado es la familia, pues desde allí nacen una de las vías por

9
Fallo de la Cuarta Sala de la Corte Suprema de Chile. Recurso de Queja
las cuales las menores adquieren e internalizan el habitus estructurante para sus
“posibilidades” en la vida social.
Ante las razones que ha presentado el padre en esta ocasión, se puede denotar lo
explicitado en el desarrollo del marco teórico, en donde los roles tomados al interior de
la familia deben seguirse casi como un habitus incorporado, dando vida a este rol
determinadas características, dentro de las cuáles no es posible asimilar el rol de una
madre lesbiana, por cuánto está fuera de la norma y podría ser un peligro ante el
cuidado de las hijas al momento de asumir su lesbianismo como tal, conviviendo con
una pareja de su mismo sexo. Asimismo estas representaciones sociales de los roles se
encuentran enmarcados en la conceptualización social del tipo de familia hegemónico
en nuestra Sociedad. La familia está asociada a toda una trama de valores y roles, los
cuáles son circundantes dentro de la relación entre cultura y religión que establecen y
categorizan que es lo ideal al interior de la familia. Esto proviene de las costumbres y
tradiciones que penetran en la fibra social a lo largo de la historia y que se van
perpetuando y confirmando por medio de la identidad social, en forma de habitus
incorporados.
Bourdieu define a: “(…) la familia como categoría social objetiva (estructura
estructurante) es el fundamento de la familia como categoría social subjetiva
(estructura estructurada), categoría mental que constituye el principio de miles de
representaciones y de acciones (matrimonios por ejemplo) que contribuyen a
reproducir la categoría social objetiva. Este círculo es el de la reproducción del orden
social. (…) Y nada parece más natural que la familia: esta construcción social
arbitraria parece situarse del lado de lo natural y de lo universal”10. Ante lo último
citado podemos ver como la familia se enmarca también dentro de una construcción
social para establecer el orden, entonces los fundamentos enmarcados en la defensa de
la ex pareja de la Jueza, remiten a la conformación de un núcleo estable dentro de la
perpetuidad del concepto de familia en la Sociedad chilena. Este núcleo estable
comprende valores, habitus, roles de lo que se espera del ser y hacer de un grupo
familiar, que terminan limitando y restringiendo la emergencia de nuevos tipos de
familias. Por consecuencia de la cultura dominante que “contribuye a la integración
real de la clase dominante (asegurando una comunicación inmediata entre todos sus

10
P. Bourdieu: El espíritu de familia, en Anexo, Razones prácticas. Sobre la teoría de la
acción, Barcelona, Anagrama, 2007, pág.130.
miembros distinguiéndolos de las otras clases); a la integración ficticia de la sociedad
en su conjunto, y por tanto, a la desmovilización (falsa conciencia) de las clases
dominadas; a la legitimación del orden establecido mediante el establecimiento de
distinciones (jerarquías) y la legitimaciones de estas distinciones.”11. Refiriéndonos
con esto que, a que la cultura dominante permite a las clases dominantes promover las
distinciones que estos consideran como legitimas, distinguiéndolos de otras clases,
reproduciendo sus distinciones en la Sociedad.
En donde la Sociedad solamente recibe a través de estructuras que perpetúan
determinadas prácticas, creencias, valoraciones culturales como algo natural ya que no
se concibe el comienzo de estas por ende, se naturalizan. Creando realidades
homogéneas y ficticias por cuanto no dan cuenta de las diferentes percepciones y
valoraciones personales de los individuos que conforman sociedad. Aquí entra la
importancia de las estructuras y la conciencia de estas en nuestros tiempos. En donde
pueden emerger nuevas configuraciones de lo social, que piden legitimación a través de
las propias experiencias en procesos de globalización en donde la comunicación y el
compartir experiencias permiten establecer nuevas realidades. Y es en este contexto
donde pueden emerger y hacer tanto sentido debates acerca de este fallo.
De igual forma, es necesario rescatar la interpretación que se hace respecto de
precaver la discriminación por las cuáles serán objeto las niñas si es que estas quedan
bajo el cuidado de la madre. En donde podemos observar la violencia simbólica que se
establece en tanto estructuras estructurantes, que permiten que se perpetúe esta idea sin
posibilidad de que el dominado pueda salir de esta opresión a la que se enfrenta, y en
caso de poder salir de esta opresión, podría provocar como resultado la supuesta sanción
social a la que serían expuestas estas niñas, reproduciendo condiciones sociales
dominantes, sin permitir el cambio y el rompimiento de ciertos paradigmas.
Continuando con el desarrollo de los antecedentes explicitados en este recurso
de queja analizado, podemos esbozar ciertas razones por las cuáles al otorgar la tuición
a la madre no fueron tomadas en cuenta y que son:
NOVENO.- Que el ejercicio de las potestades y la ejecución de los deberes que
comprende la tuición debe llevarse a cabo en el marco del principio básico que orienta
en la materia el ordenamiento jurídico nacional y que recoge, entre otros preceptos, el
inciso segundo del artículo 222 del mismo Código Civil al declarar que “la

11
P. Bourdieu: Sobre el poder simbólico, en Poder, derecho y clases sociales, Bilbao, Desclée de Brower,
2000, pág.93
preocupación fundamental de los padres es el interés superior del hijo…” y al que
responden igualmente las disposiciones de los párrafos primeros de los artículos 3° y 9°
de la Convención Internacional sobre Derechos del Niño” ratificada por Chile, según las
cuales en todas las medidas que le conciernan, es primordial atender al interés superior
del niño sobre otras consideraciones y derechos relativos a sus progenitores y que
puedan hacer necesario separarlo de los padres;
DECIMO.- Que los tribunales están obligados a considerar ese principio esencial
al resolver los asuntos relacionados con derechos y obligaciones de padres e hijos, tanto
porque esa noción representa el espíritu general de la legislación en la materia, cuanto
porque así lo manda el legislador al establecer, en el inciso segundo del artículo 242 del
Código citado, que “en todo caso, para adoptar sus resoluciones, el juez, atenderá
como consideración primordial, el interés superior del hijo…”12
Pues bien, bajo estas consideraciones podemos denotar la obligación y el peso
que se les da a los niños ante el problema creado por el padre. Ya que deja ver que las
decisiones son únicamente determinadas bajo el interés superior del niño. Pero este
interés mayor de los niños, está dentro de un supuesto de posibles interpretaciones, en
donde la predicción respecto de lo que podría suceder, puede estar sujeta también a
equivocaciones. Se cree que este argumento solamente es utilizado para poder otorgar
una buena imagen del rol que debería idealmente todo padre sostener, y que es el bien
superior de los hijos. De esta forma, el padre argumenta idoneidad ante la
responsabilidad de tener a cargo sus hijas. También se puede reflejar el supuesto acto
desinteresado, disposiciones desinteresadas o generosas por parte del padre que hace
notar su rol como tal, en tanto adquirido socialmente. Cabe preguntarse si es que este
interés en el bienestar de los hijos será debido a estas causas y no otras, como el dolor al
enterarse de la condición sexual de su ex esposa, por ejemplo.
Asimismo se suman los últimos argumentos del padre en donde establece que:
DECIMO QUINTO.- Que en el juicio de tuición de las menores López Atala, se
hizo valer la opinión de diferentes psicólogos y asistentes sociales acerca de que la
condición de homosexual de la madre no vulneraría los derechos de sus hijas, ni la
privaría de ejercer sus derechos de madre, pues se trata de una personal normal desde el
punto de vista psicológico y psiquiátrico. En cambio, se ha prescindido de la prueba
testimonial, producida tanto en el expediente de tuición definitiva como del cuaderno de

12
Fallo de la Cuarta Sala de la Corte Suprema de Chile. Recurso de Queja
tuición provisoria, que se han tenido a la vista, respecto al deterioro experimentado por
el entorno social, familiar y educacional en que se desenvuelve la existencia de las
menores, desde que la madre comenzó a convivir en el hogar con su pareja homosexual
y a que las niñas podrían ser objeto de discriminación social derivada de este hecho,
pues las visitas de sus amigas al hogar común han disminuido y casi han cesado de un
año a otro. Por su parte, el testimonio de personas cercanas a las menores, como son las
empleadas de la casa, hacen referencia a juegos y actitudes de las niñas demostrativas
de confusión ante la sexualidad materna que no han podido menos que percibir en la
convivencia en el hogar con su nueva pareja;
DECIMO SEXTO.- Que, en el mismo orden de consideraciones, no es posible
desconocer que la madre de las menores de autos13, al tomar la decisión de explicitar su
condición homosexual, como puede hacerlo libremente toda persona en el ámbito de sus
derechos personales en el género sexual, sin merecer por ello reprobación o reproche
jurídico alguno, ha antepuesto sus propios intereses, postergando los de sus hijas,
especialmente al iniciar una convivencia con su pareja homosexual en el mismo hogar
en que lleva a efecto la crianza y cuidado de sus hijas separadamente del padre de éstas;
DECIMO SEPTIMO.- Que, aparte de los efectos que esa convivencia puede
causar en el bienestar y desarrollo psíquico y emocional de las hijas, atendida sus
edades, la eventual confusión de roles sexuales que puede producírseles por la carencia
en el hogar de un padre de sexo masculino y su reemplazo por otra persona del género
femenino, configura una situación de riesgo para el desarrollo integral de las menores
respecto de lo cual deben ser protegidas;
DECIMO OCTAVO.- Que, por otro lado, se refuerza el admitir que dicha
situación situará a las menores, López Atala, a un estado de vulnerabilidad en su medio
social, pues es evidente que su entorno familiar excepcional se diferencia
significativamente del que tienen sus compañeros de colegio y relaciones de la vecindad
en que habitan, exponiéndolas a ser objeto de aislamiento y discriminación que
igualmente afectará a su desarrollo personal;14
Dentro de todos estos argumentos expresados anteriormente, podemos ver la
dominación y perpetuación de las estructuras que promueven estos valores, habitus,
prácticas, donde a pesar de ser la familia y la creación de esta en sí, una ficción social
creada únicamente con el sentido de dar un orden social. Aún así se naturaliza,

13
“Conjunto de partes y materiales de un proceso judicial”.
14
Fallo de la Cuarta Sala de la Corte Suprema de Chile. Recurso de Queja
concibiendo otros tipos de familia como algo antinatural, y que puede provocar el
rechazo absoluto por parte de la Sociedad, ante algo que esta no es capaz de percibir.
En el primer punto, se señala que si bien la madre es considerada una persona
sicológica y psiquiátricamente normal, por cuánto no la imposibilitaría de ejercer su rol
de madre. Ante la impresión o bajo los hechos testimoniales se hace presente el
deterioro experimentado en el entorno social, familiar y psicológico y que perjudicaría a
las niñas por la posible discriminación que están experimentarían por vivir con la pareja
homosexual de su madre. Pero cabe la duda, de si este deterioro podría ser causado por
la misma ruptura familiar, más que por la convivencia de la madre con alguien de su
mismo sexo, ya que las pruebas demostrarían que la madre se encuentra apta para
otorgarle el bienestar y cuidado necesitado por estas niñas. También se señala
testimonialmente que los juegos y actitudes de las niñas expresan de cierta forma,
confusión ante la sexualidad materna, percibiéndolo por causa de la convivencia con la
pareja homosexual. Se atribuye una connotación negativa a que las niñas puedan
vivenciar procesos de construcción de su propia identidad en relación al, sexo y la
sexualidad. Estableciendo que existe un mal manejo de la privacidad e intimidad por
parte de la madre, así como también un dejo de pudor en la forma de enseñar y criar a
las niñas, lo que podría afectarles en su futuro.
Frente a este argumento en especial se puede comprender que existe un pleno
rechazo de visibilizar estas prácticas, ya que se consideran como algo anormal, y no
naturalizado como lo es la heterosexualidad. Otorgándole un carácter negativo
Pues bien, especialmente en el apartado Décimo sexto, se establece una
condenación social por cuánto al momento de optar por la visibilización de su condición
sexual, ha postergado los intereses de las niñas. Ya que establece una convivencia con
su pareja del mismo sexo en el mismo techo donde viven las hijas. A pesar de que toda
persona es totalmente libre de aceptar y vivir de acuerdo a su condición sexual, se
explicita que para este caso es debido callarlo priorizando el “interés superior del hijo”.
Así se hace hincapié en el rol que Bourdieu destacaba como importante dentro de la
familia, que es el rol de las mujeres como integradoras, por ende encargadas de
mantener las relaciones, estableciendo lo que llamaba Bourdieu el “espíritu de familia”
en donde la mujer permitía perpetua a través de prácticas y labores simbólicas mucho
más marcadas que las del hombre, este rol de integración dentro del espíritu de familia.
Por tanto, debe ceder ante sus intereses particulares en pos del bienestar de sus hijas. Lo
que confirmaría esta violencia simbólica hacia la mujer en tanto que es madre y debe ser
ejemplo a imitar.
Se consagra la idea de perturbación ante el manejo de los roles, percibiendo
como un peligro la confusión de los roles sexuales, en tanto que la ausencia del padre,
pueda ser reemplazada por los roles que socialmente se le atribuyen a un padre a una
mujer, en este caso pareja de la madre. Lo que se consideraría un argumento más por el
cuál hay que resguardar ante una “situación de riesgo” en el desarrollo integral de las
niñas. Situación de riesgo ante algo que no es natural y que no esta aceptado
socialmente, promoviendo valores que podrían ser peores que los que se aduce pueden
ser promulgados por la pareja homosexual a las hijas, legitimando la discriminación y la
naturalización de los heterosexual. Mostrando a través de este argumento y del apartado
en general, que existe un enfrentamiento dificultoso ante otras realidades, negándolas y
apartándolas, no logrando cumplir el proceso de adaptación y reflexión posible para que
pueda existir un cambio de perspectiva en relación al tema.
Se hace público además la situación como vulnerable y discriminatoria por
cuánto es diferente a otro generalizado que es la sociedad en general. Estableciendo
comparaciones frente a la diferencia de lo socialmente permitido en el ideal de familia.
DECIMO NOVENO.- Que las condiciones descritas constituyen ampliamente la
“causa calificada” que el legislador ha incluido entre las circunstancias que en
conformidad con el artículo 225 del Código Civil, autorizan al juez para entregar el
cuidado personal de los hijos al padre en lugar de la madre, pues ellas configuran un
cuadro que irroga el riesgo de daños, los que podrían tornarse irreversibles, para los
intereses de las menores, cuya protección debe preferir a toda otra consideración, en los
términos definidos imperativamente por la normativa que gobierna la materia;
VIGESIMO.- Que al no haberlo estimado así los jueces recurridos, por no haber
apreciado estrictamente en conciencia los antecedentes probatorios del proceso y haber
preterido el derecho preferente de las menores a vivir y desarrollarse en el seno de una
familia estructurada normalmente y apreciada en el medio social, según el modelo
tradicional que le es propio, han incurrido en falta o abuso grave, que debe ser corregido
por la vía de acoger el presente recurso de queja; y en conformidad, además, con lo
dispuesto en los artículos 545 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales, reacoge
el recurso de queja deducido a fojas 24 y, por ello, se invalidan, tanto la sentencia de
treinta de marzo de dos mil cuatro, escrita a fojas 768, como el fallo de primer grado de
fecha veintinueve de octubre de dos mil tres, que se lee a fojas 659 y SE DECLARA
que se concede a don Jaime López Allende la tuición de sus hijas menores Matilde,
Victoria y Regina López Atala, haciéndose lugar a la demanda de lo principal de fojas
18.15
Ante la legitimación por parte de la Corte Suprema, de todos estos supuestos y
riesgos presentados por el padre. Podemos observar él cómo se validan la promulgación
de valores que se consideran como discriminatorios, en tanto que juicios de valor en
torno a la condición sexual no pueden dar cabida ante el poder judicial, por ser un
sistema dispuesto para el bienestar y el orden. Así la relación entre Estado y familia esta
en conexión a lo que el poder judicial interpreta como perjuicio para las partes
afectadas, ya que el Estado logra configurar y lograr la aceptación social de los nuevos
tipos de familia, en este caso. No interviniendo en este poder el Estado, pero si la
tradición, costumbres y valores permiten que se naturalice a lo largo de la historia
ciertas prácticas que luego adquieren validez dentro de los fundamentos utilizados en
este caso. Previniendo como un perjuicio, daño, el que se asuma una condición sexual
que es diferente de la predominante lo cuál no significaría la anulación e invisibilización
de esta, sino una consideración objetiva de las condiciones que como madre esta puede
aportar para el buen desarrollo y crianza de estas hijas. Dejando en claro las posturas
tanto de los jueces en su mayoría, como de la Corte Suprema confirman el poder y
violencia simbólica ejercida a la madre, pasando a llevar también los intereses y
bienestar de las menores. El peso de las tradiciones, cultura, religión, etc. aniquilan
posibles interpretaciones que están fuera de la norma social, no innovando en el caso.
Asimismo la comunicación jurídica existente permite acomodar y respaldar en base a
configuraciones conservadoras existentes ya desde la base de las modificaciones
establecidas en la Constitución Política de Chile como también en el Código civil.
En tanto, el Estado se hace manifiesto en la demanda establecida hacia este por la Jueza
Atala y sus hijas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Estableciendo
como respuesta ante la demanda lo siguiente:
El Estado solicita que la denuncia sea declarada inadmisible debido a que los
hechos en ella descritos no caracterizan violaciones a los derechos protegidos por la
Convención y los peticionarios recurren al sistema interamericano como si fuera “una
suerte de cuarta instancia”, con competencia para revisar las sentencias dictadas por los
tribunales nacionales sin que éstos hayan actuado fuera de la esfera de su competencia y

15
Ibídem.
no hayan aplicado las debidas garantías judiciales. El Estado afirma que dado el carácter
subsidiario de los órganos del sistema interamericano, tanto la Corte como la Comisión,
han adoptado jurisprudencia en donde indican que dichos órganos sólo podrán entrar a
revisar las decisiones judiciales internas cuando la petición se fundamente en una
sentencia que haya sido dictada al margen del debido proceso o que viole aparentemente
cualquier otro derecho garantizado en la Convención, situación que no ha ocurrido en el
presente caso.
34. Según el Estado, la “carencia de asidero de las variadas denuncias
planteadas en el extenso libelo de la reclamante debería quedar de manifiesto con la sola
lectura de la sentencia en la que se habrían perpetrado los atropellos descritos”. Por lo
tanto, aduce el Estado, se puede entender que quien pierde un litigio no quede conforme
con el fallo que le es adverso, pero “es sorprendente que si [esta persona] posee la
calidad de Juez de la República, investida de potestad de conocer y juzgar conflictos
ajenos, descalifique en los términos consignados en la aludida denuncia, una sentencia
del más alto Tribunal de esa República y recurra a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos para impugnar dicha resolución”.
35. La sentencia de la Corte Suprema, según el Estado, no viola los derechos
de las niñas. Por el contrario, alega el Estado que el fallo se basó en “el imperativo de
proteger el interés superior de sus hijas, amagado, según los elementos de convicción
allegados al juicio, por el comportamiento de la madre que optó por iniciar una
convivencia con una pareja de su mismo sexo con quien pretendía criar a sus hijas, lo
que se estimó inconveniente para la formación y riesgoso para el desarrollo de las
menores en el actual contexto de la sociedad chilena”. Igualmente el Estado asevera
que en “materia de cuidado personal no es el derecho de los padres el que se ventila,
sino que el del niño o niños afectados.” Específicamente aduce que “en efecto, es así
como en este tipo de materias tiene preeminencia el interés superior del niño, siendo
este el principio guía del derecho nacional e internacional, aspecto que no considera la
denunciante en su petición y que determinó la radicación de la crianza y cuidado de las
tres niñas en su padre, y no en el simple hecho de su opción sexual, en la cual ella pone
el acento como marco de una supuesta discriminación y trato desigual”.
36. Sobre los derechos de la madre, el Estado expresa que no existió una
denegación de justicia para ella ya que “si bien aparentemente podría pensarse que la
decisión tomada afecta los derechos de la madre, ello no es real, ya que lo que existe es
la defensa de un bien o derecho superior en protección. En estos casos, el juez o jueza
debe optar por preferir un derecho en primacía del otro, resultando preeminente los
derechos de los niños por sobre el derecho de su madre” . El Estado aduce que la
decisión de la Corte Suprema se basó en una variedad de elementos incluyendo las
circunstancias de las niñas, el mérito de la prueba considerada en el proceso, el deterioro
social, familiar y educacional que experimentaron, y la discriminación que sufrieron por
parte de sus propias amistades.
37. El Estado asimismo aduce que no se configura la alegada violación del
derecho a vivir libre de injerencias arbitrarias y abusivas en la vida privada y familiar de
la denunciante. Según el Estado, el fallo alegadamente violatorio de los derechos
humanos tomó lugar en el contexto de un juicio de tuición iniciado por el ex cónyuge de
la Sra. Atala, y por tanto, los tribunales chilenos no podían “sino conocer y resolver, en
virtud del principio de inexcusabilidad que sancionan la Carta Política y el Código
Orgánico de los Tribunales”. Por tanto, cuando los tribunales de justicia deben
intervenir, a solicitud de parte legitimada, para resolver un conflicto familiar generado
por la incapacidad de los individuos de resolverlo por sí solos, no incurren en injerencia
indebida ni abuso alguno, sino, precisamente, ejecutan su función propia de solucionar
controversias en beneficio de la paz social, en el ejercicio de una potestad irrenunciable
del Estado.
38. Igualmente, el Estado desestima los alegatos sobre la falta de respeto a la
integridad psíquica y mental y a la honra y dignidad de la señora Sra. Atala al tener en
consideración en el fallo su condición de homosexual y su convivencia con una persona
del mismo sexo. Según el Estado, dichos factores fueron fundamentos tanto de la
demanda del ex cónyuge, como de las defensas de la Sra. Atala, y por tanto,
necesariamente debían ser analizados y ponderados al fallarse en el juicio.
39. El Estado también aduce que la entrega de la tuición de las niñas a su
padre no fue producto de una discriminación proscrita por la Convención Americana.
Según el Estado, el fallo no fue motivado por la homosexualidad de la Sra. Atala, sino
por los efectos que su convivencia con otra persona de su mismo sexo pudieran causar
en el bienestar y el desarrollo psíquico y emocional de sus hijas. Dichas consideraciones
fueron determinantes en el fallo cuestionado y no la decisión de la Sra. Atala de
explicitar su condición de homosexual “cuya legitimidad en el plano del ejercicio de sus
derechos personalísimos fue expresamente reconocida en la misma sentencia”. El
Estado por consiguiente aduce que fue la situación de las menores “que al menos, puede
considerarse peculiar en el ámbito de la sociedad chilena presente, la que estimó causa
calificada para la entrega de su tuición al padre, porque el interés superior de las
menores lo hacía indispensable”.
40. En audiencia ante la CIDH, el Estado asimismo destaca que: “la
sentencia de la Corte Suprema de Justicia se fija, al resolver, en el interés superior del
niño. En uno de sus argumentos, la Corte Suprema señala que el contexto cultural de
Chile es conservador. Por ejemplo, sólo hasta hace dos años se cuenta con la
posibilidad de divorcio. Si a ello se suma la ventilación pública de la opción sexual de
la madre, el Estado señala las dificultades que para las niñas generaba el caso”.16
A partir de esta argumentación y validación por parte del Estado hacia el poder
judicial (Corte Suprema), podemos denotar que solamente avala y no forma parte de una
autocrítica con respecto al manejo del caso y la argumentación establecida para retornar
las hijas hacia el padre. Considera el Estado, que no se han pasado a llevar derechos
humanos, en tanto que la decisión fue establecida en pos del bien superior de las niñas.
Este bien superior, no ha sido definido en tanto pruebas concretas de que este bien
superior no sea pasado a llevar. Las pruebas demuestran que la madre se encuentra en
perfectas condiciones psicológicas y psiquiatritas para poder ejercer su rol de madre.
Asimismo, las niñas a través de la evaluación sicológica manifestaron su deseo de vivir
con la madre. Los daños supuestamente provocados en base a una “sociedad
conservadora” y la posible discriminación de estas niñas, solamente se ha evaluado
como supuesto y no concretizan la demanda con argumentos claros. Perpetuando la
violencia simbólica, sin innovar. Asimismo dan cabida a una inexistencia de que el
poder judicial haya violado la vida privada de la madre, denostando su condición
homosexual siendo el núcleo central del caso. El estado declara que solamente se realizo
la investigación en cuánto la demanda confirmo esos antecedentes, los cuáles debían ser
analizados. Dando cabida a que existan juicios de valor implicados en una disputa legal
respecto de la tuición de las hijas, por condición sexual. Confirmando y avalando los
antecedentes como importantes para que estos fueran centrales en el bienestar de las
menores. También se observa cómo el Estado enrostra la labor de Jueza de la
demandante, considerándolo sorprendente que está reclame ante otras instancias por el
dictamen que se ha considerado injusto.

16
http://www.cidh.org/annualrep/2008sp/Chile12502.sp.htm (Visitada el 13 de julio 2009)
ANÁLISIS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Como otra área trascendente de ser analizada es la caracterización que denotan


los medios de comunicación en torno al caso analizado, pues estos no solo hacen masiva
la temática, y abren un debate público sobre la existencia de familias homoparaentales,
sino que comienzan ha formar o dar cuerpo a la concepción social sobre esto,
permitiendo el acceso a todo tipo de individuos sobre temáticas que ponen en juego la
moral o habitus preponderante en una sociedad. Así es tan controversial el caso, pues
estos hechos en un país como Chile no corresponden a situaciones o especificidades que
ocurren con facilidad, por lo tanto este caso en específico es severamente criticado por
importantes áreas sociales (por lo tanto también es regulado jurídicamente) y se
transforma en un caso controversial, por su singularidad con respecto al orden
“políticamente correcto”.
Podemos ver que en los medios de comunicación este hecho se hace noticia o lo
definen como tal, debido ha que abre temáticas que no se desarrollan o generan un
debate público, sino más bien con este caso se comenzó a poner en tela de juicio la
capacidad de personas con inclinaciones homosexuales para formar una familia, donde
el Derecho cumple un papel primordial, pues ha pesar de ser un tema muy mediático y
que afecta a todas las áreas sociales, la homosexualidad no presenta jurisprudencia, por
lo que el tema pone en evidencia prácticas presentes en la sociedad pero que por la
manera de desarrollarse en sociedad no requerían ser legisladas.
“El caso de la jueza Karen Atala ha abierto una discusión valórica en el país,
impensable hasta hace algunos años, en que el centro de la polémica no es sólo la
identidad sexual de una persona y su calificación para formar hogar con sus hijos y su
nueva pareja. El asunto va más allá, ya que la Justicia deberá resolver si es posible que
esos hijos se eduquen y crezcan en el marco de una familia diferente al modelo
tradicional "madre-padre-hijos", sin que esto implique secuelas emocionales y
valóricas a los menores”17.
Y es desde este punto donde las afectadas no solo responden como sujetos
individuales, sino que se conciben como agentes, que llevan a una acción específica en
la sociedad, pues con el debate iniciado estas recalcan un grupo social que se siente
identificado con el caso expuesto, y exige respuestas ante este vacío legal. Para lo cual

17
http://www.ercilla.cl/nanterior/n3240/homosexual.html (visitada el 13 de Julio del 2009)
requiere pertenecer a un grupo considerable para ser incorporadas en los contructos
generales, por lo cual es comprensible la existencia de instituciones como “Vivo
Positivo”, que entran en juego dentro del acontecer noticiario.
Esta organización, entrega puntos de vistas anexos a los presentados
comúnmente, ya que representa a esta área minoritaria que se siente afecta por la
discriminación en base a su condición sexual frente áreas sociales que requieren de un
habitus común, por lo tanto, esta organización denota la existencia de acciones que a su
vez también responde a prácticas masivas (claro que de menor rango), por lo que es
posible ya que se rigen por un habitus común, pero que va contra el mayoritario, por lo
tanto, a pesar de responder a prácticas que los vinculan como grupos estos deben ser
regulados, para que no alteren la estructura social predominante.
Así estas agrupaciones se mantienen en juego, pues también responden a
prácticas presentes en sociedad, actuando desde su capital social primordialmente, de
allí que se posibilite el aparecer en debates públicos, y con ello logar el poder
desarrollar sus prácticas, pero a pesar de ello, estas son “controladas” ya que no
responden a los requerimientos solicitados.
Estos medios noticiarios no solo recalcan el rol de homosexuales de las
implicadas, sino que demarcan el “ser mujeres”, lo cual también conllevan un habitus
social, ya que como tales debiesen hacerse cargo de las menores, pero se encuentra
incapacitada la madre (en este caso) por su condición, por lo que se define es un caso
discriminatorio, donde la Ley cumple dicho rol, ya que no responde a las óptimas
condiciones que ella posee como madre, sino que priman condiciones moralistas, frente
a las cuales no existen normativas jurídicas o legales. Por lo cual los Jueces cumplen un
rol represivo, ya que por medio de las propias concepciones de estos es que se priva a
Karen Atala de ejercer el rol de “madre común” en Chile. Lo cual es concebido como
tal por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
“Resulta sorprendente en el "caso Atala", que la Dirección de derechos
humanos de la Cancillería que representa al Estado chileno ante la CIDH, haya
ratificado los argumentos del fallo de la Corte Suprema con las siguientes palabras:
“los elementos de convicción allegados al juicio, por el comportamiento de la madre
que optó por iniciar una convivencia con una pareja del mismo sexo con quien
pretendía criar a sus hijas, se estimó inconveniente para la formación y riesgoso para
el desarrollo de las menores en el actual contexto de la sociedad chilena (...) La Corte
Suprema señala que el contexto cultural de Chile es conservador".(…)
"En otras palabras, la defensa internacional de Chile que depende del gobierno
ha funcionado con criterios regresivos que exponen al Estado a una nueva condena por
violación de los derechos fundamentales, en vez de aprovechar desde ya la oportunidad
para modificar la legislación y llegar a una solución amistosa.”18
Lo que denota que ha pesar de existir órganos internacionales que conciben la
decisión del fallo realizado en torno al caso de Karen Atala como discriminatorio, este
no modifica su sentencia, pues responde a normativas morales que se encuentran a nivel
masivo de la sociedad, lo que no es modificable por órganos que no responden o se
encuentren insertos en ella. Es decir, ha pesar de reportar visiones contrarias que
conllevan gran fuerza social, estas aún no responden a categorías trascendentes en la
Sociedad chilena (en específico, pues esotros tipos de sociedades estas ya se encuentran
incorporadas), por lo que comienzan o se encuentran desarrolando la apertura de un
camino de debate y controversia, que enaltezca la discusión y el interés ciudadano por
temáticas homosexuales en la Sociedad, para con ello modificar los simbolismos y
construcciones sociales que se formen en torno a dichas concepciones, posibilitando la
creación de normas inclusivas para esta tendencia minoritaria.
Sin importar dentro de este contexto o debate la condición de jueza de la
imputada, ya que ha pesar de su cargo y conocimiento de la legislación, la no existencia
de jurisprudencia entorno a su caso no permite hacer uso de normatividades legales,
sino que se apela a una moralidad y habitus insertos en la sociedad implicada (chilena),
la cual es contraria a la practica que se lleva a cabo por parte de Karen Atala, y por lo
tanto debe ser restringido su rol de madre, en pro de frenar el que inculque en sus hijos
la homosexualidad.
Finalmente, ha pesar de denotar los medios de comunicación diversas visiones
del caso, y en muchas de ellas el demostrar que la sentencia corresponde a una represión
o discriminación de la paternidad o maternidad homosexual, priman las concepciones y
a través de ellas las prácticas universales, las cuales entran en conflicto con la forma de
vida por la jueza presentada. Demostrando que las visiones de los y las implicadas
corresponden a puntos anexos dentro de la sentencia, ya que a pesar, que como denota
la prensa, las menores implicadas se inclinaban por mantenerse con la madre, esto no es
permitido por el riesgo a que estas vivan e internalizen prácticas que no son
consideradas como óptimas en la sociedad por su contrariedad con la mayoría. Y esta

18
http://www.radiotierra.cl/?q=node/924 (visitada el 13 de Julio del 2009)
mayoría es promulgada reflejando fibras sociales homogeneizantes que son impuestas
se perpetúan y difunden a través de los sistemas simbólicos que aportan a esta violencia
simbólica como lo explica Bourdieu “Es en tanto que instrumentos estructurados y
estructurantes de comunicación y conocimiento, como los “sistemas simbólicos”
cumplen su función política de instrumentos de imposición o de legitimación de la
dominación, que contribuyen a asegurar la dominación de una clase sobre otra
(violencia simbólica)”19

CONCLUSIONES

A través de los análisis realizados de los fallos y de los medios de comunicación,


podemos comprender el papel que ha adoptado el Derecho en manejar temas
contingentes como estos. Se cree que existe una falta de jurisprudencia en el manejo del
tema, sintiéndose la presión social que implica tomar decisiones respecto de familias
homoparentales. Estas “estructuras estructurantes” de las que hablábamos, se siguen
perpetuando por la tradición y la homogeneidad de opiniones que se masifican en
relación a la homosexualidad. Por lo que se cree que existe un consenso en valoraciones
morales, lo cuál no es así. Frente al análisis de los medios, se puede llegar a una mejor
comprensión social en donde las causas y limitaciones frente al caso se muestran,
reflejando la necesidad de manejar de una mejor forma estos temas. Estableciendo
nuevos tópicos al debate público, lo que conllevaría a nuevas instancias de las cuales
puedan emerger distintas realidades que se encuentran ocultas, por el poder simbólico
que ejercen estas estructuras y clases dominantes. Las relaciones de poder se encuentran
no solamente arraigadas en las instituciones como un poder invisible, sino que también
se reproducen en todo el tejido social. Brindando más conciencia de esto a la Sociedad,
lo que conllevaría a futuros cambios sociales.
Se considera necesario que para que exista una mejor jurisprudencia, se puedan
establecer ciertas garantías a esta parte de la sociedad, que regulen malos manejos como
el que se ha dado en el presente caso, impidiendo futuras discriminaciones.

19
P. Bourdieu: Sobre el poder simbólico, en Poder, derecho y clases sociales, Bilbao, Desclée de Brower,
2000, pág.94.
Asimismo respecto del análisis en general de la visión obtenida por parte de los
jueces se logra observar que se concibe la homosexualidad como algo que no es dañino
en tanto no interactúe con otro. Según estos y el Estado la condición sexual no es la que
se destaca como factor principal en este caso, ya que todo ser humano tiene derecho a
vivir su sexualidad, pero esta sí es dañina en tanto que se relaciona con otros, en este
caso que la madre viva con su pareja homosexual y sus hijas. Interpretándose que la
madre homosexual debe estar sola y que no puede ejercer su condición de homosexual
para poder criar a sus hijas, llenando de sentido discriminatorio cada uno de los
argumentos utilizados para devolver la tuición al padre. En donde se muestra la
ambigüedad referida a las significaciones que le dan a la condición sexual de la madre
El Estado por su parte, solamente reproduce el tipo de familia que le ha sido
conveniente de acuerdo a sus intereses, avalando a la tradición y posturas
conservadoras, ya que el modelo heterosexual es aquel más globalizado, y por él
confluyen millones de objetivos que la familia como intermediaria con el Estado
maneja. El Estado procura asegurarse de que esté controlado el núcleo fundamental de
la Sociedad, ya que es el que le proporciona la seguridad para poder cimentar la
producción y reproducción de los demás sistemas. Sin tomar en cuenta como lo señala
Bourdieu que “la familia es en efecto una ficción, un artefacto social, una ilusión en el
sentido más corriente del término, pero una “ilusión bien fundada”, porque, al ser
producida y reproducida con la garantía del Estado, recibe en cada momento del
Estado los medios para existir y subsistir.” 20

20
P. Bourdieu: El espíritu de familia, en Anexo, Razones prácticas. Sobre la teoría de la
acción, Barcelona, Anagrama, 2007, Pág.138.
BIBLIOGRAFÍA

• http://es.thefreedictionary.com/auto (visitada el 12 de Julio del 2009)

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