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en la investigación científica
Omar Vicencio
Método: “Modo ordenado de proceder o hacer una cosa. Procedimiento que se sigue en
las ciencias para averiguar la verdad y enseñarla; es de dos maneras: analítico y
sintético.”1
1. El hombre piensa.
2. Raúl es hombre.
3. Raúl piensa.
Los empiristas, pues, plantearon los comienzos del método científico (observación)
aplicado al conocimiento; desarrollaron el método hipotético (lógico) deductivo, que va
de lo general a lo particular mediante hipótesis lógicas y, por lo tanto, es analítico, y
plantearon mediante lo anterior una división de las ciencias en: filosofía, ética, política,
etcétera.
Hasta este momento hemos visto cómo las formas de abstracción y apreciación de la
realidad van evolucionando para constituirse en sistemas rigurosos gracias a los cuales
se puede hacer ciencia y generar conocimientos. El método científico tiene sus inicios
con los empiristas, con la observación y la implementación de más técnicas que lo
fundamentan. Su carácter riguroso, objetividad y sistematización se van desarrollando a
la par de la generación de conocimientos: tanto los métodos como los conocimientos
generados van evolucionando a medida que uno u otro avanza.
Cabe mencionar que la ciencia, al igual que el método, no busca establecer verdades
eternas, como de cierta forma se maneja en la lógica aristotélica o el positivismo, sino
más bien se preocupa por producir conocimientos científicamente válidos. Recordemos
que un conocimiento o concepción es una verdad histórica, aceptada desde el punto de
vista económico y social y, como fundamenta la dialéctica (ley del cambio), todo se
encuentra en evolución y movimiento. Tal es el caso de las antiguas concepciones del
universo y la Tierra cuando ésta se creía el centro del universo, verdad que perduró
mucho tiempo, hasta que Nicolás Copérnico demostró lo contrario.
A esta escena de evolución del método llegan los idealistas, entre los que destacan
Immanuel Kant (1724-1804) con su método a priori (apriorismo), que estudia la
estructura de la razón en su facultad de conocer antes de la experiencia. Su
conocimiento a priori se denomina trascendental porque no se ocupa de los objetos en
sí mismos, sino de la manera en que los conocemos. En este caso, lo importante es la
forma de apreciación de la realidad; no los objetos que apreciamos, sino las formas en
que los apreciamos. Kant considera la realidad un caos en el que nuestro entendimiento
pone orden al explicarla mediante categorías de la razón. Por ello, en el conocimiento
participa tanto la razón como la experiencia: la causa del conocimiento está en la razón
y el origen del conocimiento está en la experiencia. Logra de esta forma una
conciliación entre empiristas y racionalistas.
Otras grandes aportaciones de los idealistas fueron las de Juan Jacobo Rousseau (1712-
1778) y Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831). Para este último, la realidad es el
desarrollo de la idea, fundamentada en tres momentos: exposición (tesis), oposición
(antítesis) y conciliación (síntesis).
Con sus obras, Hegel, Rousseau y sobre todo Kant se convierten en una especie de guía
filosófica de los siglos XIX y XX, ya que sus teorías del conocimiento van acorde con
el progreso de las ciencias de la naturaleza (experimentales) y dirigirán el camino de las
ciencias sociales. Aunque estas últimas desarrollan sus propios métodos y técnicas
inductivas, se apoyan también en metodologías cuantitativas –como los métodos
estadísticos– para dar objetividad a sus investigaciones; pero hay algunas diferencias
entre ellas: las cuantitativas se establecen con base en una relación causa-efecto (por el
hecho de investigar fenómenos que se pueden medir y regular) y las cualitativas son
causa-hecho o descripción (que permite la comprensión de los fenómenos sociales y el
tratamiento de la subjetividad en los mismos). Otra diferencia es que las investigaciones
cualitativas se basan en descripciones o cualidades de la realidad, mientras que las
cuantitativas se encargan de medir (matematizar) esta realidad. En este sentido, las
primeras investigaciones hechas de la realidad tenían un carácter cualitativo, pues aún
no existían metodologías rigurosas y objetivas para abordarla, más bien se hacían
descripciones; pero con la evolución del método se vuelven cada vez más cuantitativas
porque se elaboraron procedimientos más exactos y objetivos para poder medir dicha
realidad. Más adelante abordaremos con profundidad esta cuestión.
Todo esto fundamenta al positivismo (siglo XIX), que considera que el único método
válido para explicar la realidad es el adoptado por las ciencias de la naturaleza, es decir,
el método científico (observación, experimentación, comprobación, verificación, etc.).
El término positivismo fue empleado por primera vez por Augusto Comte (1789-1857),
quien hizo una clasificación de las ciencias en auténticas e inauténticas. Las primeras
presentan leyes; las segundas, hechos individuales, por lo que son esencialmente
descriptivas. Esta corriente surge en Europa con las ideas enciclopedistas de Denis
Diderot, Jean Le Ronde, D’Alembert y otros. El positivismo combatió muchas ilusiones
teológicas y metafísicas, y benefició el avance del pensamiento libre, fundamentalmente
en las ciencias naturales; concilió los conceptos de orden y progreso en la Ilustración,
después de la Revolución Francesa (1789), y abordó los problemas sociales desde el
enfoque de las ciencias naturales.
El siglo XIX se caracterizó por el avance industrial,
la modernidad, la innovación científica, tanto que se
pensó que se podía dominar el mundo tanto natural
como social a partir del uso de la ciencia, la
educación, la industria y el libre mercado. La nueva
corriente económica era el capitalismo, que
consideraba las anteriores expectativas, todo podía
ser modificado para el bienestar del ser humano: las
cosechas, el cuerpo humano, las organizaciones e
instituciones sociales, los centros de poder, la
mente... eran susceptibles de ser científicamente
investigados y cambiados para lograr el progreso de
la humanidad.
Esta proposición del positivismo de utilizar el método científico para el estudio de las
ciencias sociales fue apoyada por el sociólogo Emilio Durkheim –quien consideraba los
hechos sociales como cosas, del mismo modo que lo hace el científico de la naturaleza–,
así como por John Stuart Mill (1806-1873), economista que al estudiar la vida
económica la consideró una gran maquinaria donde hay relaciones de causa-efecto.
De esta forma, podemos ver que el método científico, que ya había evolucionado como
un método totalmente constituido, sirve para plantear una nueva forma de hacer ciencia,
y, según los positivistas, esta forma debe aplicarse a todas las ciencias y los
conocimientos en su apreciación y abstracción de la realidad para que sean válidos.
Esto nos lleva a dos cuestionamientos: a) Esta postura positivista que utiliza de parapeto
el método científico para luchar por la libertad en la creación del conocimiento y por
librase de las influencias que lo determinaban (Iglesia), ¿no se convierte a sí misma en
una condición dogmática por no admitir otras formas de apreciación de la realidad para
generar conocimientos? Y b) Esta manera de plantear el método científico como la
máxima autoridad en la generación de conocimiento, porque es el proceso más riguroso,
sistemático y objetivo, ¿no muestra a la vez una visión limitada de apreciar la realidad y
determinarla como algo acabado y estático? Sería necesario entonces que aparecieran
nuevas opciones en la generación de los conocimientos y en el modo de hacer ciencia.
Hay que mencionar que dichos cuestionamientos están dirigidos a la postura del
positivismo y no al método científico, pues éste ha encaminado la construcción del
conocimiento, la forma de hacer ciencia, desde mucho tiempo hasta la actualidad, y lo
utilizan tanto las ciencias naturales como las sociales. El positivismo cumplió con las
expectativas necesarias de su tiempo y sociedad, pero fue sometido a varias críticas,
como la de la Escuela de Frankfurt o la del Círculo de Viena, en el que destaca el
filósofo Karl Popper, quien propone una manera más reflexiva y crítica de hacer
ciencia, fundamentando así la nueva corriente del racionalismo existencial.
Otro de los grandes investigadores de la ciencia, sobre todo la social, fue Carlos Marx,
para quien los avances del capitalismo, sus expectativas y las cuestiones planteadas, al
igual que las del positivismo, eran del todo idealistas, pues sólo beneficiaban a una
minoría de la población. Marx distinguía que el deseo de cambiar la sociedad capitalista
parte de demostrar, primero, que existen las condiciones materiales para hacer un
cambio y, segundo, que debemos tener muy claro cuáles son las leyes sociales que
precisamente se requieren cambiar, y ambas condiciones exigen una perspectiva
científica de la sociedad. Para Marx, la ciencia no era sólo un medio para conocer los
secretos del mundo social, sino que los conocía para contribuir al cambio social. El
conocimiento científico era incluso la base de la acción del cambio, por lo que no se
debía tener una actitud de simple contemplación o neutralidad ante lo que se conoce.
Marx consideraba que tanto las concepciones históricas como los conocimientos
estaban limitados por los trasfondos imperantes de sus épocas y por ello no se podía
hacer generalizaciones.
Marx planteaba que la forma de tratar los problemas económicos y sociales, y los
métodos utilizados por algunos autores (Adam Smith, David Ricardo, etc.) no llevaban
a nada, pues estaban limitados y determinados. De esta forma, Carlos Marx elaboró un
nuevo método de investigación de los fenómenos sociales, conocido como materialismo
histórico. Este nuevo método no sólo se separó del científico, sino que resultó en una
nueva forma de hacer ciencia, sobre todo social. El materialismo histórico supone las
relaciones materiales, donde se encuentra la clave de las leyes de la organización y la
convivencia social, del mejor modo en que los hombres deben organizarse para producir
la riqueza social, distribuirla y consumirla en beneficio de su forma de vida.
Además, existen otras clasificaciones, por ejemplo, la propuesta por Guillermo Wundt
(1832-1920), que es muy similar a la anterior. Wundt clasificó las ciencias de acuerdo
con el objeto de estudio que traten (ver Tabla 3).
Como vimos, existen muchas clasificaciones de los métodos dependiendo del autor, por
lo cual abordaremos los métodos de acuerdo con su función.
De acuerdo con la investigación:
►Método lógico
►Método psicológico
Respecto a la enseñanza:
►Verbalístico
►Intuitivo
►Rígido
►Semirrígido
►Activo
►Pasivo
►Dogmático
►Heurístico
Relativos a la estructuración o tratamiento de los contenidos:
►Métodos globalizados
►Métodos no globalizados
►Métodos especializados
►Colectivo
►Mixto
►Individual
►Analítico
►Sintético
Conclusión
1 Gran diccionario enciclopédico ilustrado, Selecciones del Reader’s Digest (XII tomos),
tomo VIII, México, 1979.
2 Existen muchas definiciones de método, pero lo que aquí nos interesa tratar es su
relación con el modo de hacer ciencia.
5 Héctor Amezcua, Introducción a las Ciencias Sociales, 10a. reimp., Nueva Imagen, Col.
Ciencia Educativa, México, 2003.