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La discriminación requiere del otro, del discriminado que diferenciamos fácilmente asignando algún estigma. Pero es sólo el enmascaramiento de una lucha por el poder, por el poder apropiarse de algo que se percibe como escaso y que no se puede compartir, derechos, agua, alimento, espacio, etc.
La discriminación requiere del otro, del discriminado que diferenciamos fácilmente asignando algún estigma. Pero es sólo el enmascaramiento de una lucha por el poder, por el poder apropiarse de algo que se percibe como escaso y que no se puede compartir, derechos, agua, alimento, espacio, etc.
La discriminación requiere del otro, del discriminado que diferenciamos fácilmente asignando algún estigma. Pero es sólo el enmascaramiento de una lucha por el poder, por el poder apropiarse de algo que se percibe como escaso y que no se puede compartir, derechos, agua, alimento, espacio, etc.
Dice el abuelo, / ellos no saben de estrellas, / no importa que te digan india, / qu podr ensear quien no conozca las cosas bellas, / y no querrn verte digna, / solo por vestir tu raz, / tu divina esencia. Fragmento del poema Si te dicen india de Erick de Jess Ocelotl. A muchos molesta e indigna que se hable de discriminacin, se escudan en que ese tipo de comportamiento es natural y que atentar contra sus opiniones, creencias y prejuicios es una falta a su libertad de expresin. Cada que algn grupo social sale a las calles y pide se le respete se exacerban y presumiendo su ignorancia se dicen agredidos. Agredidos porque la comunidad lsbico-gay hace una marcha por las calles de esta conservadora ciudad queretana. Agredidos porque un grupo de nias indgenas denuncia que se prefiera ensearles ingls y se ignore su idioma originario. Agredidos porque personas del mismo sexo manifiesten su afecto en las calles. Agredidos porque nuestros indgenas salen a vender sus artesanas en la va pblica y no pagan lo mismo que los comerciantes establecidos, porque afean la ciudad, porque dan mala imagen a los turistas, porque hablan un idioma que los dems no entendemos. Agredidos porque no podemos invadir los lugares apartados para los discapacitados. Agredidos porque los viejos no manejan a la misma velocidad que nosotros. Agredidos porque alguien porta un tatuaje, un piercing, o se viste de forma diferente. Pero la discriminacin no es algo tan fcil de definir.
Veamos lo que dice el Reporte sobre la discriminacin en Mxico editado en el 2012 y que se puede consultar completo en http://ricardoraphael.com/libros/reporte-sobre- la-discriminacion/. No es tarea sencilla descifrar la naturaleza de la discriminacin. Se trata de una prctica humana que proviene tanto del origen animal de la especie como de la capacidad intelectual que, al mismo tiempo, es caracterstica del ser humano. Se construye a partir de la habilidad para distinguir lo que cada cual tiene de comn o de distinto; luego, esta carga valorativa es vitalizada por la voluntad que lleva a actuar, positiva o negativamente, hacia aquellas personas asumidas como diferentes. Abundan los argumentos que intentan explicar el acto discriminatorio y, a pesar de su diversidad, prcticamente todos coinciden con que ste tiene como una de sus causas ms evidentes a la voluntad de dominacin de un grupo humano sobre otro.
Vale la pena detenerse en esas ltimas nueve palabras: voluntad de dominacin de un grupo humano sobre otro. Y ese grupo puede tener un carcter excluyente econmico, religioso o de cualquier otro tipo, el mismo reporte lo pone en claro En palabras del economista mexicano Gonzalo Hernndez Licona (2010), la exclusin, el marcar el territorio, el no permitir que otros entren a nuestro espacio, o intentar invadir el espacio del otro, es un fenmeno natural, ancestral, provocado por la escasez. No importa que se trate de alimentos, tierra, agua, puestos de trabajo, oportunidades educativas, capital, informacin o libertad para expresarse [] todos aquellos bienes que se asuman en la sociedad como insuficientes, despertarn pulsiones inclinadas hacia el acaparamiento, la proteccin de los intereses propios y la excepcin de aquellos que se consideren como extraos, ajenos o extranjeros. Invertidos en tal dinmica, los grupos humanos tienden a crecer y coordinar una red cohesionada y dispuesta para controlar el uso de tales recursos.
Algunos discursos econmicos, sociales y religiosos necesitan excluir para justificarse; los ricos, los que creen en una falsa pureza racial, los seguidores de cierto tipo de creencias que se presumen infalibles y paradjicamente universales, requieren de los otros para ensaarse e imponerse. El mismo documento recupera conceptos tericos que ayudan a explicar el comportamiento discriminatorio, por ejemplo el de cierre social que se refiere a la accin conjunta de los poderosos para marginar a las personas menos aventajadas de aquellos beneficios obtenidos por la obra o la tarea celebrada de manera conjunta. Por eso vemos con extraeza, sorpresa y hasta repugnancia los movimientos indgenas o comunitarios que resisten a la depredacin de los territorios que los identifican y les dan razn de ser; nos ganan los pretextos neoliberales que justifican destruir lo que sea con tal de conseguir alguna ganancia monetaria, y a travs de ella el poder.
Pero para hacerlo hay que crear un discurso o aferrarnos a alguna caracterstica fcil de identificar para discriminar, y lo creamos El estigma se presenta como piedra de toque para el discurso de la exclusin promovido por el cierre social. Es una seal o marca colocada sobre quien se pretende marginar que, por lo general, se nutre de caractersticas ostensibles, como pueden ser el sexo, el color de la piel, la edad, la discapacidad, la estatura, la complexin o la apariencia fsica. Los estigmas pueden establecerse tambin a partir de datos menos visibles o explcitos de las personas, tales como la religin, la orientacin o preferencia sexual, la lengua o las convicciones que, entre muchos otros elementos, constituyen la identidad subjetiva. As, la diferencia racial, la pertenencia a una minora religiosa o el hecho de ser mujer, entre tantos otros pretextos, son elementos que terminan siendo utilizados como marcadores de un discurso cuyo objeto es definir quin ser incluido o quin excluida a la hora de asignar bienes que se asumen de difcil obtencin. El sexo, el fenotipo, la apariencia fsica, la religin o la lengua, entre otras categoras, no requieren de un entendimiento sofisticado a la hora de hacerles distinguibles; permiten fcilmente crear la ficcin de la primera persona del plural (nosotros) y luego identificar a la tercera del plural (ellos).
No conviene abusar del espacio, ojal las reflexiones presentadas en este texto sirvan para picar la curiosidad de los lectores, que pensemos, todos, que la discriminacin no es fcil de entender y menos de evitar, que reconozcamos que todos discriminamos y con ello justificamos a quienes nos discriminan. El tema no es menor, una de las conclusiones del reporte citado lo deja en claro Es difcil imaginar que un ser humano pueda conducir la existencia conforme a sus convicciones y creencias, si reiteradamente padece una extorsin social que le exige renunciar a quien es, a su sexualidad, a su origen, a su identidad