LA AGENDA LEGISLATIVA DE LAS TRANSNACIONALES NO

BENEFICIA AL PUEBLO GUATEMALTECO

Posición del Movimiento Nueva República y

del Diputado Aníbal García Contra la Aprobación de la
Ley de Alianzas Público-Privadas.

El Movimiento Nueva República –MNR- en defensa de los intereses de la mayoría

de la población guatemalteca, manifiesta su oposición a la iniciativa de ley que
pretende aprobar la Ley de Alianzas Público Privadas.

Debido a la evidente corrupción y debilidad del actual gobierno para establecer

controles efectivos de los que pudieran ser beneficiados con la contratación de
este modelo, la aprobación de la Ley de Alianzas Público Privadas es simplemente
una formalidad legal para iniciar la tercera, definitiva y última fase de venta y
privatización del Estado guatemalteco.

En lo que va de este período del gobierno han sido cuatro mil setecientos millones
de quetzales los que han sido otorgados a organizaciones no gubernamentales y
asociaciones no lucrativas, para ser ejecutados, sin que estas se sometan al
control de la ley de contrataciones del Estado y a los controles de la Contraloría
General de Cuentas –CGC-. Lo anterior es simplemente una evidencia que la
transparencia y la lucha contra la corrupción no son una prioridad para esta
administración, por el contrario los bloques legislativos representados en el pleno
no han querido aprobar los delitos para el combate de la corrupción como
enriquecimiento ilícito y cobro de comisiones ilegales.

Esto es importante en el sentido que los países en donde se ha implementado el

modelo de alianzas publico-privadas de forma exitosa es porque mantienen
estrictos controles sobre los beneficiarios de este modelo y son ejemplos de
transparencia y lucha contra la corrupción en América Latina, mientras los
guatemaltecos ni siquiera podemos saber el destino de los fondos públicos que
son otorgados a estas figuras “no lucrativas”.

No es casualidad que esta iniciativa de ley, aunque con algunas diferencias, tenga
el apoyo de la mayoría de Partido Políticos representados en el Pleno del
Congreso de la República, debido a que los eternos financistas de la clase política
tradicional (oligarquía y poderes paralelos) están apostando a la desfragmentación
del Estado guatemalteco, a manera de que sea el capital transnacional, elitista y
corrupto, el que obtenga los mayores privilegios de este modelo de desarrollo que
solo beneficia a unos pocos.

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El diputado Aníbal García se ha convertido en el único legislador que ha votado en
contra de la Ley de Alianzas Público-Privadas, haciendo una lucha solidaria y
digna en defensa de los intereses de la población guatemalteca, sin dejar la menor
duda de la transparencia, claridad y compromiso que el Movimiento Nueva
República –MNR- tiene con las causas populares y el interés del país.

El Diputado Aníbal García planteó en el Pleno del Congreso de la República en el

marco de la discusión de la Ley de Alianzas Publicas-Privadas lo siguiente:

“Aprobar la presente ley no es cualquier cosa. Con la aprobación de la presente

ley se discute ni más ni menos que el modelo de desarrollo económico de la
Nación. Desde mi perspectiva existen 3 modelos dominantes en el mundo actual:
el primero de ellos es fiel al neoliberalismo, y aunque este modelo se encuentra
desfasado y pierde fuerza en todos lados, ante su ceguera por tratar de imponer el
absolutismo del mercado, en nuestro país aun existen individuos ciegos ante la
realidad que no quieren reconocer que el neoliberalismo ha generado niveles
relativos de crecimiento económico, pero no desarrollo económico, por lo que sus
efectos son mayor pobreza y pobreza extrema. Las perversiones del
neoliberalismo que identifiqué desde mi tesis de grado como abogado y notario
lamentablemente han sido confirmadas…. Un segundo modelo que se mantiene
fiel a los postulados del Neoliberalismo, que no enfrenta los problemas
estructurales de los países, mantiene una política económica fiel a los intereses
de los grupos tradicionales y emergentes, y que convierte a la política social en
mero asistencialismo y clientelismo como medio para contener las demandas
populares y el descontento social, es el modelo neoliberal-asistencialista, el cual
incluso fomenta y consolida la corrupción pública y privada de la mano de los
políticos tradicionales del país… Y un tercer modelo alternativo es aquel que
enfrenta los problemas estructurales de los países corrigiendo los problemas
históricos, reorientando en forma seria la política económica en función del interés
de las mayorías y de la nación, utilizando la política social como un instrumento de
concientización y lucha frente a los poderes hegemónicos y contra de la
corrupción pública y privada”

Sobre la base de ese planteamiento, en su alocución en el pleno del Congreso de

la República el diputado García identificó al gobierno de la UNE y el presidente
Colom como parte del segundo modelo, pues salta a la vista que este gobierno se
mantiene fiel a los postulados del neoliberalismo, no enfrentará los problemas
estructurales del país, mantendrá intactas las políticas económicas afines a los
intereses de los grupos tradicionales y emergentes, ha convertido la política social
en mero asistencialismo y clientelismo como medio para contener las demandas
populares y el descontento social, e incluso fomenta y consolida la corrupción
pública y privada de la mano de los políticos tradicionales y de los negociantes del
Estado que toda la vida se han enriquecido desmesuradamente a la sombra del
poder condenando a la mayoría de la población a la pobreza y pobreza extrema.

El Movimiento Nueva República –MNR- expresa su firme oposición a la

aprobación de la Ley de Participación Pública-Privada en Materia de
Infraestructura (Ley de Alianzas público-privadas) por lo siguiente:

a) Si bien es cierto la actividad rectora de este modelo le corresponde al Estado,

se termina favoreciendo a los intereses de los grandes empresarios nacionales e
internacionales consolidando estos y replicando las formulas que por siglos solo
han favorecido a los de siempre;

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b) Si el objetivo de la ley es aumentar la inversión, generar empleo y lograr la
infraestructura que el país necesita, no es este el mejor camino; anteriores
proyectos de ley de similar tendencia ideológica y con semejante discurso de
promesa de empleo se han aprobado y en la práctica han demostrado que al final,
los grandes ricos del país y el gobierno le mienten al pueblo con tal de consolidar
las connivencias legales que favorecen sus intereses;

c) Debe quedar claro que aumentar la inversión depende de otros factores, y que
solo quebrando el modelo económico nacional tradicional, favoreciendo a la
mediana y pequeña empresa, enfrentando los monopolios, fortaleciendo el
mercado interno, garantizando el crédito popular, eliminando la violencia
vergonzosa y la impunidad que nos aqueja, entre otros factores, puede generarse;

d) De igual forma, debe quedar claro que la inversión que se genere debe respetar
nuestros recursos naturales y las leyes ambientales, cumplir con sus obligaciones
tributarias, respetar las leyes en general, garantizar el desarrollo sustentable y los
derechos de los habitantes de nuestro país;

e) Si bien es cierto generar empleo es fundamental, no se trata de generar

empleos miserables para los millones de miserables de este país, sino de generar
empleo decente, en donde se respeten los derechos de los trabajadores, el
derecho de organización laboral, se otorguen salarios dignos, y en general
condiciones de trabajo dignas;

f) Es lamentable que el ámbito de aplicación de la presente ley sea tan amplio

que abarque desde carreteras, puertos, aeropuertos, sistemas de generación,
conducción y comercialización de energía eléctrica, sin tomar en cuenta que
algunos de estos sectores son estratégicos para el país y que debieran ser
patrimonio del Estado exclusivamente. Servicios que bien administrados y
gestionados desde el Estado pueden abastecer a este de recursos financieros
estratégicos que son tan necesarios en dado caso se prolongue la crisis financiera
que ha golpeado a los más pobres alrededor del mundo y en el país.

g) No es posible que cuando se trata de los intereses empresariales y de

consolidar los mismos TODOS LOS POLITICOS por igual de diferentes bancadas
y de diferentes partidos, iniciando por el partido de gobierno, los que presumen de
una lucha en contra de la corrupción, hasta los que integran la clase política
tradicional y los que abiertamente defienden los intereses empresariales,
obedientemente y sin ni siquiera argumentar a fondo se comporten como fieles
alfombras del sector privado, por miedo a perder el financiamiento electoral de las
campañas y de los partidos políticos y sus inaceptables privilegios.

Aprobar una ley de este tipo solo significa que a medida que se hacen esfuerzos
por cerrar la sangría de corrupción ante el uso de los recursos públicos por parte
de malas ONG´s y fideicomisos; se abre otra herida por donde se chuparan cual
vampiros los escasos recursos del Estado, esa clase “empresarial” parasitaria,
para la que el Estado solo existe en la medida que le otorga contratos, le transfiere
recursos y le apaña, cubre y justifica sus dudosos negocios. Con este tipo de
leyes además, los pobres fácticos solo le apuestan a consolidar la conflictividad en
diversas partes del país, en las que, debido regularmente al incumplimiento de sus
labores y de la calidad de sus trabajos, muchas personas y ong´s de testaferro,
están siendo cuestionadas y debido a ello se están distanciando y tensando sus
relaciones de trabajo con las comunidades en las que realizan los proyectos.

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Aprobar una ley de este tipo no es más que seguir con lo mismo. Otorgar recursos
y bienes del Estado para que empresas nacionales, transnacionales o aliadas
entre sí; esquilmen a este ya raquítico y hambriento pueblo de Guatemala; tal
como hoy lo hacen, sin ningún tipo de supervisión y control por parte del Estado.

Aprobar una ley de este tipo no es más que entregar por unos pocos centavos,
los recursos naturales de nuestra patria tal como sucede hoy con las empresas
mineras, que destruyen casas, contaminan el agua y el aire; en fin, que acaban
con la vida; y pisotean de paso, con la complicidad y colaboración de los malos
hijos de este país, los primeros dos artículos de nuestro texto constitucional.

En fin, esta ley de alianzas público-privadas solo puede considerarse un suculento

aperitivo que le receta el Presidente Colom y la clase política tradicional, al sector
económico nacional e internacional para seguir enriqueciéndose a costillas del
pueblo, con los recursos de los guatemaltecos, dándole la espalda a los intereses
de la mayoría de la población, lo cual demuestra que el presidente Colom y su
gobierno NO TIENEN NADA DE IZQUIERDA, que su gobierno es un proyecto
tradicional al servicio de los intereses de siempre, doblegado a la corrupción
pública y privada que se genera desde el Estado, y que debe ser desenmascarado
frente a los incautos del país, y especialmente frente a quienes en el exterior han
caído en la trampa de creer que este gobierno es progresista y se encuentra
dentro de la órbita de la corriente latinoamericana de izquierda.

El Diputado Aníbal García también expresó “Queda a la nueva izquierda y al

Movimiento Nueva república junto a los proyectos progresistas y populares luchar
y generar las condiciones políticas para hacer realidad un modelo alternativo para
Guatemala que se atreva a enfrentar nuestros problemas estructurales, corregir
los problemas históricos, cambiar estructuralmente la política económica, convertir
la política social en un instrumento de concientización y lucha frente a los poderes
hegemónicos, terminar con la clase política tradicional, enfrentar
contundentemente la corrupción pública y privada y terminar con el crimen, la
inseguridad y la impunidad”.

Guatemala 19 de noviembre de 2009.

SI NO HAY CAMINO…LO HEREMOS

Movimiento Nueva República

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