Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
En los últimos domingos he venido enseñando acerca del uso del cuerpo,
su relación con la unción del Espíritu Santo y la bendición de Dios. He dicho
que Jesús sacrificó su cuerpo en la cruz del Calvario, que somos salvos por
la ofrenda del cuerpo de Cristo, y que el Señor vive no en nuestra mente
sino en nuestro cuerpo, porque nuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo.
En Filipenses 3:12-14 dice: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea
perfecto, sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui
también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo
ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda
atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta, al
premio supremo llamamiento de Dios en Cristo, Jesús”.
No hay nada que Dios nos prohíba comer, excepto sangre. Después de
eso, todas las comidas no son prohibidas, por lo tanto, tú eliges qué
comer. No quiere decir que ya no hay alimentos malos. Por ejemplo, Dios
me ha dado apetito y estómago para digerir los alimentos, pero esto no
quiere decir que debo de comer más de lo necesario. El cuerpo es para el
señor Jesús y el señor Jesús para el cuerpo.
No está de más decirte que como uno trata a su mujer, así también trata su
cuerpo, porque son una sola carne. Lo que le haga a mi mujer me lo hago a mí.
Cada vez que tratas mal a tu esposa algo malo te ha de pasar a ti, porque lo que a
ella le hacemos nos lo hacemos a nosotros.
En I Corintios 6:15 dice: “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros
de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de
una ramera? De ningún modo”.
Yo ministro por todas partes y se ven unas cosas, que me pregunto: ¿Cómo
puede ser posible? Entonces, encuentro el por qué Pablo escribió eso. Si mi
cuerpo es templo de Dios y si mi cuerpo es miembro de Cristo, debo de
respetarlo más. Eso no es religiosidad. Por otro lado, la Biblia es clara que
tu cuerpo es miembro de Cristo, y que estamos unidos a Él por el espíritu,
pero no puedes estar unido al Señor como un espíritu si no entiendes o
practicas que tu cuerpo es de Él.