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pueden, por medio de penas espirituales u otras En contra de esto está que este poder es so-
a propósito, apartarlos de los pecados en orden brenatural, según hemos demostrado, y, en con-
a la salvación eterna, la cual impide los pecados. secuencia, el tenerlo depende de la revelación
Y por más que la coacción humana no puede sobrenatural y el ejercitarlo de un peculiar in-
de suyo cambiar la voluntad interna, en la cual flujo del Espíritu Santo. Esto es lo que dieron
está propiamente el pecado, sin embargo esta a entender los apóstoles cuando dijeron: Ha
coacción es necesaria: lo primero, porque el cas- parecido al Espíritu Santo y a nosotros. Ahora
tigo suele dar entendimiento; lo segundo, por- bien, antes de la Ley de Gracia no consta de tal
que, quitada la ocasión o facilidad de practicar revelación y asistencia.
el acto externo, a la voluntad le es mucho más A esto se añade que este poder pertenece a
fácil desistir del afecto interno; finalmente, por- las llaves; ahora bien, las llaves del reino de los
que la misma observancia externa es necesaria cielos son propias de la Ley de Gracia.
para el bien general de la Iglesia y para evitar
los escándalos, las disensiones y cosas semejan- 2. SOLUCIÓN DEL AUTOR.—Respondo que
tes. Por eso los pastores de la Iglesia hacen antes de la Ley de Gracia y siempre hubo en la
uso de ambos poderes, del directivo y del coac- Iglesia alguna huella o alguna participación de
tivo, y procuran con sus leyes no sólo la justicia este poder, pero que el poder perfecto, tal como
interna sino también la honestidad, convenien- existe ahora en la Iglesia, es propio de la Ley
cia y ornato externo. de Gracia y fue dado por Cristo N. Señor.
Esto da la clave para interpretar algunas fra- Esta tesis la tomo del común sentir de los
ses de los Padres que suelen objetarse en este teólogos en el tratado de las Llaves. Quien la
punto y que ahora omito porque no tienen di- trató con más detalle y abundancia fue VITORIA.
ficultad: no niegan el poder de los pastores de Pero para probar cada una de sus partes, es
la Iglesia para mandar y castigar sino que acon- preciso hacer un recorrido por todos los esta-
sejan suavidad y prudencia en su ejercicio, de dos del género humano, sobre todo por los de
forma que el principal cuidado se dirija a la co- la ley natural, escrita y de gracia.
rrección interior, por más que la exterior no de-
ba descuidarse. Así fácilmente se comprenderá 3. DOBLE ASPECTO DE LA LEY NATURAL.—
a SAN CRISÓSTOMO y otros textos que discute Acerca de la ley natural hay que recordar lo que
TORQUEMADA. muchas veces he dicho, que puede considerarse
en relación con la naturaleza pura, o sea, con la
razón natural sin más, y en cuanto iluminada
CAPITULO II por la luz de la fe.
De la primera manera, en el género humano
ESTE PODER ¿ES PROPIO DE LA LEY DE GRACIA, puede concebirse una huella de este poder; no
O ES DE LEY NATURAL Y ES INHERENTE A LA de un poder sobrenatural, como es evidente,
NATURALEZA? pues la naturaleza de suyo nada tiene sobrena-
tural, sino de un poder natural con cierta pro-
1. RAZÓN DEL PROBLEMA.—La razón del porción a este poder espiritual.
problema es que la Iglesia es anterior a la Ley Voy a explicarlo: La naturaleza del hombre
de Gracia, pues comenzó con Abel y duró per- por sí misma reclama un conocimiento verda-
petuamente; luego siempre necesitó de este dero de Dios dentro del orden natural a fin de
poder. que en ese mismo orden pueda conseguir su
Prueba de la consecuencia: La Iglesia es y perfección y felicidad natural, y a ese conoci-
siempre fue un cuerpo místico, formalmente dis- miento debe seguir el culto debido a Dios para
tinto —digámoslo así— del cuerpo político, es no incurrir en la reprensión de San Pablo: Los
decir, ordenado a un fin diverso, a saber, a la cuales, habiendo conocido a Dios, no le glorifi-
felicidad sobrenatural, y unido con un vínculo caron como a Dios. Luego una república huma-
diverso, a saber, con la unidad de fe, y que ejer- na, aun considerada en el estado de pura natu-
cita acciones diversas, a saber, las que se refie- raleza, necesitaría de unión y conformidad en
ren al culto de Dios y a la santificación del al- tal conocimiento y culto del verdadero Dios; lue-
ma; luego siempre necesitó de un poder propio go necesitaría también de un poder que la go-
para regirse de una manera a propósito en todas bernase en orden a este fin y que prescribiese
estas cosas; de no ser así, no estaría bien funda- los sacrificios, las ceremonias y las otras circuns-
da sino que sería un cuerpo truncado y confuso. tancias necesarias para el verdadero culto de
Cap. II. Este poder ¿es propio de la ley de gracia? 367
Dios; luego este poder, por la misma razón na- que adoraban falsos dioses, los cuales no es ex-
tural, les está bien a los hombres no menos que traño que el culto de Dios lo ordenasen al prove-
el poder político. cho humano, sino también en los que adoraban al
Confirmación: En todo pueblo, aun en los verdadero Dios por sola la luz natural, porque
que adoran falsos dioses, siempre hubo un po- eso, dice, no es intrínsecamente malo, ya que
der sacerdotal o pontificio distinto del real, al no es Dios mismo sino su culto lo que se ordena
menos en su concepto formal de poder moral, a la paz y unión de los hombres entre sí, lo cual
aunque no siempre esos dos poderes estuviesen no es malo aunque no sea perfecto.
en distintas personas. Acerca de esta práctica Por tanto, como el hombre, en el estado de
pueden verse muchos datos en ALEJANDRO DE naturaleza pura, o no puede en absoluto o sólo
ALEJANDRO y TIRAQUEAU. Esta costumbre ge- con dificultad puede amar y rendir culto a Dios
neral es una manifestación del instinto natural; perfectamente por El mismo, este poder, consi-
luego este instinto mucho más se da acerca del derado en el estado de naturaleza pura, siempre
culto y conocimiento del verdadero Dios, al cual tendría aneja esa imperfección: por eso, hablan-
la naturaleza se ordena intrínsecamente y de do moralmente o por lo regular, en el supremo
suyo. magistrado no estaría separado del poder civil.
bres; luego viene a reducirse a lo mismo y no indulgencias es un acto el más espiritual de en-
hay razón para llamar al primero poder de ju- tre todos los de jurisdicción.
risdicción ni siquiera en hábito, porque es un Por el contrario, un obispo consagrado, aun-
poder sin subditos, cosa contraria a la jurisdic- que no tenga subditos, puede realizar válidamen-
ción. te todos los actos propios del orden episcopal,
Dirán tal vez que es un poder con relación a pues, por más que se necesite licencia del supe-
aquellos a quienes se puede hacer subditos. Pero rior para hacerlos lícitamente, sin embargo, aun-
de esa manera todo hombre tendrá jurisdicción que confirme u ordene sin tal licencia, la orde-
activa de rey, porque tiene razón y voluntad, nación y la confirmación es válida, como admi-
la cual tiene poder para mandar a aquellos a ten todos.
quienes se puede hacer subditos suyos; esto es Luego el carácter o consagración episcopal no
ridículo, porque si eso es así, en un simple es principio sustancial de ningún acto de jurisdic-
sacerdote, en virtud de la ordenación, su supe- ción; luego de ninguna manera puede decirse
rioridad o jurisdicción se reduce a una como ca- que sea una jurisdicción activa, ni en acto ni en
pacidad próxima para ejercitar la superioridad y hábito, ya que, aun sin ese principio, se realizan
la jurisdicción en el fuero de la conciencia en todos los actos de la jurisdicción episcopal, y
el caso de que se le dé; ahora bien, en ese caso, cuando se da al mismo tiempo que la jurisdic-
de la misma manera que no es superior, tampo- ción, sólo actúa concomitantemente con relación
co se puede decir que tenga jurisdicción. a las acciones de sola jurisdicción o como una
cualidad que dignifica a la persona y que la hace
9. U N O QUE H A Y A SIDO ELEGIDO Y CON- hábil para otras acciones más sagradas.
FIRMADO PARA OBISPO PERO QUE TODAVÍA NO
HAYA SIDO CONSAGRADO, PUEDE REALIZAR AC- 10. TODA LA JURISDICCIÓN EPISCOPAL SE LE
TOS DE JURISDICCIÓN, INCLUSO CONCEDER INDUL- PUEDE CONFERIR A UNO QUE NO SEA OBISPO PA-
GENCIAS.—Con todo, aunque esa manera de ex- RA QUE PUEDA HACER uso DE ELLA.—Primera
presarse podría en aquella materia tener alguna confirmación: Por esta razón a uno que no
verisimilitud, en la presente no puede tenerla: sea obispo se le puede conferir toda la jurisdic-
precisamente he repetido y explicado aquí aque- ción episcopal, y no sólo en cuanto al poder
lla parte para que por la comparación aparezca sino también para que pueda usar de ella por
más clara la falsedad de aquella opinión. Probe- sí mismo; y esa jurisdicción no sólo puede de-
mos, pues, esa afirmación. legarse sino también darse como ordinaria, como
El acto propio de la jurisdicción en el fuero es cosa cierta tratándose de muchos abades y su-
de la penitencia depende esencialmente del po- periores religiosos, de los cuales hablaremos un
der de orden, es decir, la absolución de los peca- poco después; luego es señal de que la consagra-
dos y consiguientemente todo acto de atar y ción del obispo de ninguna manera da poder de
desatar en ese fuero, tinen esa dependencia que jurisdicción, porque por una parte puede existir
digo. En efecto, aun en el caso posible de que sin ninguna jurisdicción, es decir, sin obispado,
uno tenga jurisdicción por un beneficio parro- como se dice en las DECRETALES, y por otra la
quial, si no es sacerdote, no puede de suyo ab- jurisdicción episcopal puede existir y ejercitarse
solver; de donde se sigue que ese acto es a la sin la consagración.
vez esencialmente de consagración —digámoslo De ahí se deduce también que esta jurisdic-
así— y de orden; por eso el poder del orden ción no consiste en una aplicación de la materia
sacerdotal es un poder de suyo necesario para que sea distinta del poder verdadero y moral
absolver y el principio sustancial de la abso- que se le da al obispo por medio de una conce-
lución. Por consiguiente, como la absolución es sión completamente distinta de la consagración,
un acto de administrar justicia, de alguna mane- porque por este poder a él se le hace superior y
ra —por así decirlo— a ese poder se le puede a los otros se les hace subditos, y en eso no pue-
llamar jurisdictivo. de concebirse ni echarse de menos otra materia.
En cambio en el obispo no se da ningún acto
de jurisdicción que dependa de suyo de la con- 11. E L PODER ESPIRITUAL DE JURISDICCIÓN
sagración: por eso un obispo elegido y con- SE LE CONFIERE AL PAPA POR MEDIO DE LA
firmado puede realizar actos de jurisdicción, con- ELECCIÓN Y DE UNA PURA CONCESIÓN DE DLOS
forme a las DECRETALES, en las que la GLOSA SIN CONSAGRACIÓN.—Una última confirmación y
última, que todos admiten, hace notar esto. explicación se halla en el poder pontificio, que
Por tanto, aun antes de ser consagrado puede es como^el primer modelo de todo poder espi-
incluso conceder indulgencias; más aún, puede ritual de jurisdicción.
hacerlo aun sin estar ordenado sacerdote, según Nadie negará que ese es un verdadero po-
lo enseñaron SANTO TOMÁS y NICOLÁS DE TU- der espiritual de jurisdicción activa, más aún,
DESCHIS con otros, y eso que la concesión de el supremo poder en esa línea que puede darse
Lib. IV. La ley positiva canónica 380
entre puros hombres; pues bien, ese poder no costumbre de que los obispos, incluso en los
se le da al Pontífice por medio de ninguna con- actos de su jurisdicción ordinaria, dijesen: Con
sagración sino por medio de la elección y de una la autoridad que me ha concedido el vicario de
nueva concesión de Dios. Cuando Cristo dijo a Cristo o algo semejante de la misma manera que
Pedro Apacienta mis ovejas, no le imprimió nin- los jueces ordinarios y los gobernadores de los
guna nueva consagración o carácter sino única- reyes suelen decir: Manda la Majestad Real o
mente le dio el poder de jurisdicción. Pues así algo equivalente. Es Santo Tomás quien equipa-
también el Papa, cuando es elegido legítima- ra los obispos a esos jueces.
mente, sin más es verdadero Papa en cuanto a El que no se practique esto no es porque no
tal poder y con ello no recibe consagración algu- pueda practicarse ni porque la jurisdicción de
na; más aún, si no es obispo o sacerdote, des- los obispos la dé Dios inmediatamente o por la
pués debe ser consagrado o también ordenado, consagración; esto es claro, porque de los prela-
y sin embargo entretanto puede ejercitar todos dos inferiores que tienen jurisdicción episcopal
los actos de sola jurisdicción externa. sin consagración, nadie duda que la tienen por
Luego, de la misma manera, a los otros obis- derecho humano y recibida del Papa, y sin em-
pos se les concede verdadero poder de jurisdic- bargo tampoco ellos hacen uso de esas expre-
ción por vía de elección o de pura concesión, no siones; luego no es porque no puedan ni porque
de consagración, pues la razón es la misma: lo hayan recibido la jurisdicción inmediatamente de
primero, porque el poder episcopal no es más Dios.
que una participación del poder papal; la segun- Ambos lo hacen así o por la modestia y
do, porque, de la misma manera que en la crea- moderación de los Pontífices, los cuales, aunque
ción del Papa el aplicarle la materia no es otra den el poder, entienden que ese poder proviene
cosa que el someterle toda la Iglesia, y el some- principalmente de Cristo y que a El se deben
terle la Iglesia no es otra cosa que darle un ver- atribuir todas las cosas porque El es el principal
dadero y nuevo poder sobre ella, así cuando a un operante y ellos no son más que sus vicarios.
obispo que únicamente está consagrado se le da
el obispado, la única manera como se le aplica la O también se hace eso para distinguir el po-
materia es dándole algunos nuevos subditos, y der delegado y el ordinario y así evitar confu-
subditos se le dan únicamente dándole un nuevo siones y ambigüedades, o al menos porque el
poder de superior completamente distinto del poder ordinario se da de forma que después el
poder de orden o consagración; y lo tercero y superior use de su derecho a manera de causa
último, porque así como los actos de jurisdicción primera precipiente, y por tanto no es necesario
pontificia como tales no son actos de orden o que al mandar exprese que tiene poder para
consagración ni proceden de ésta, tampoco los mandar, pues esto consta por el derecho mis-
actos de la jurisdicción episcopal. Un argumento mo, y, en consecuencia, tampoco es preciso ex-
igual puede tomarse de la jurisdicción de los presar de quién ha recibido el poder, pues eso
apóstoles, como es fácil verlo. no viene a qué para el efecto; en cambio el po-
der delegado siempre es a manera de una cosa
de hecho, y quien usa de él actúa a manera de
12. RESPUESTA A LOS ARGUMENTOS DE LA
un instrumento que al obrar es movido por la
OPINIÓN CONTRARIA.—Por esto, la manera de
causa principal y depende de su influjo, y por
explicar y defender aquella opinión no es veri-
tanto, para que conste de su jurisdicción, con-
símil. Ni hay derecho para aducir en su favor
la promesa de Cristo Cuanto atareis, etc., pues viene que el que obra exprese que la tiene y
en fuerza de las palabras en ella no se prometió consiguientemente de quién la ha recibido.
el poder de orden episcopal sino el poder judi- Esta diferencia en el proceder es solamente
cial y de jurisdicción coactiva espiritual, el- cual una congruencia moral, y por tanto no es nece-
de suyo podría darse y a veces se da sin consa- sario observarla siempre: quien usa de un poder
gración de la persona, aunque por otro lado delegado no siempre lo expresa, y el superior
Cristo quiso que primaria y principalmente re- ordinario, si quiere, puede hacerlo, y a veces
sidiese en los obispos. tal vez podrá ser conveniente que lo haga por
La razón de aquella opinión carece de fuerza, la ignorancia de los otros.
porque únicamente se apoya en una determina-
da expresión, y arbitrariamente y sin pruebas 13. UNA SEGUNDA EXPLICACIÓN DE ESA OPI-
supone que la práctica no podía introducir la NIÓN.—Una segunda manera de explicar y de-
Cap. IV. ¿Pueden los obispos dar leyes en sus diócesis? 381
fender la primera opinión es que Cristo N. Se- rios y príncipes bajo Pedro, y que sin embargo
ñor quiso que en la Iglesia hubiese obispados confiase a Pedro tanto la institución del cargo
bajo el Pontífice, porque toda la Iglesia no po- con tal jurisdicción como su entrega no sólo de-
día ser gobernada inmediatamente por un solo signando la persona sino también concediendo
obispo universal, cual es el Sumo Pontífice, y el el poder mismo, ya que el mandar que una cosa
mismo Cristo N. Señor quiso que esos goberna- se haga y el hacerla son dos cosas muy distintas
dores intermedios fuesen no sólo delegados y y separables. Como pudo también suceder que
como vicarios del Papa sino verdaderos pastores Cristo mandase a los apóstoles que organizasen
ordinarios y príncipes espirituales debajo del la manera y el rito de la celebración del sacrifi-
Sumo Pontífice. Esto demuestra la tradición cio de la Misa en cuanto a las ceremonias acci-
eclesiástica y se encuentra en las citadas pala- dentales, y que sin embargo dejase en sus ma-
bras de SAN PABLO: El Espíritu Sarrio os puso nos el organizarías e instituirlas. Lo mismo po-
como obispos para regir la Iglesia de Dios. dría decirse de la oración pública de la Iglesia
De aquí se sigue además que el episcopado y de cosas semejantes. Así también pudo Cristo
mismo, en virtud de la institución de Cristo, mandar que existiese en la Iglesia el cargo pas-
lleva consigo jurisdicción ordinaria y principal, toral^ de los obispos y sin embargo su institución
más aún, que toda esa dignidad, como distinta dejarla en manos de Pedro.
de la consagración, consiste en el poder de juris- Esto supuesto —en ello no puede demostrar-
dicción; en efecto, es esa una dignidad de su- se ninguna imposibilidad ni inconveniencia mo-
perioridad y gobierno, el cual es inconcebible ral— claramente se sigue que la jurisdicción de
sin jurisdicción y consiguientemente sin el po- los obispos es de derecho humano y que quie-
der de mandar, pues éste —como decía antes— nes la dan son los hombres, porque una cosa
es tan intrínseco al superior que es imposible es lo que es, por su institución inmediata y no
que uno sea hecho superior o prelado y no re- por el precepto que impulsa hacia ella, ya que
ciba el poder de mandar. el precepto actúa remotamente y es general ni
De esto deducen los dichos autores que este determina las circunstancias particulares de la
poder es dado inmediatamente por Cristo y en cosa sin las cuales la cosa misma no llega a ser,
virtud del derecho divino, porque es dado en en cambio la institución actúa a las inmediatas
virtud de un cargo instituido por Cristo; y aun- y establece la cosa en particular con sus deter-
que el Pontífice aplique por sí mismo tal cargo minadas circunstancias.
a esta o a aquella persona, sin embargo a tal De la misma manera en los ejemplos aduci-
cargo, en virtud del derecho divino, le es inhe- dos, las ceremonias de la Misa son de derecho
rente tal jurisdicción, y el cargo mismo se da humano, por más que el precepto general de
en virtud de una institución divina, y consiguien- organizarías hubiera sido divino como en reali-
temente el Pontífice solamente actúa como quien dad lo fue, natural o positivo; y lo mismo en
designa la persona, en cambio Dios es quien por otros casos.
sí mismo e inmediatamente da el oficio y con- Pues lo mismo sucederá en el caso presente
siguientemente el poder. según la dicha hipótesis de que los episcopados
inferiores a la dignidad pontificia no tienen por
derecho divino más que el precepto general de
14. REFUTACIÓN DE ESA EXPLICACIÓN.—Sin instituir y conferir tal dignidad, de la misma
embargo, en contra de esta explicación de ese manera que si el rey, al enviar un virrey a la
poder, fácilmente puede demostrarse la verdad India, le manda colocar en las provincias go-
tradicional. bernadores ordinarios y al mismo tiempo deja
En primer lugar, aunque concedamos que el en sus manos la clase de poder que se les ha
episcopado es de derecho divino no sólo en de dar y el reparto de los cargos, después no se
cuanto a la dignidad de orden sino también en dirá que esos gobernadores han recibido el car-
cuanto al oficio pastoral, de ahí no se sigue que go del rey inmediatamente sino del virrey aun-
la institución o entrega de tal cargo o jurisdic- que por orden del rey, porque la medida próxi-
ción proceda inmediatamente de Cristo, pues ma del poder es la voluntad y el juicio del vi-
pudo muy bien suceder que Cristo enseñase y rrey, y él es también la causa próxima que con
mandase a los apóstoles y sobre todo a Pedro su poder provee los otros cargos. Luego lo mis-
la manera de gobernar la monarquía eclesiásti- mo sucederá en el caso presente, supuesta la di-
ca mediante los obispos como pastoíes ordina- cha institución.
Lib. IV. La ley positiva canónica 382
15. Que tal fue la institución de los episco- y pastor ordinario que había de tener sucesión,
pados se prueba primeramente^ por las expresio- y en los otros como en embajadores vitalicios;
nes de los cánones. SAN GREGORIO dice en el y añade la razón: para difundir sus dones a par-
Decreto: La Iglesia Romana concedió sus pode- tir de él no a los apóstoles sino a todo el cuerpo,
res a otras iglesias llamándolas a una participa- no en un tiempo sino perpetuamente: si quiso
ción de su cuidado, no a la plenitud de su po- que la dignidad de Pedro fuese perpetua fue
der. Quiero subrayar las palabras concedió sus precisamente para que por medio de Pedro y de
poderes: claramente dan a entender que los pas- sus sucesores todo otro poder se trasmitiese a
tores de las otras iglesias reciben su poder del otros.
de Roma, y que por tanto a su manera hacen
sus veces, como antiguamente los pretores ha- 16. ESA CLASE DE INSTITUCIÓN ESTÁ MÁS EN
cían las veces del emperador, pero con esto San CONFORMIDAD CON UNA MONARQUÍA PERFECTA
Gregorio no pretende enseñar que los obispos Y ES MÁS CONVENIENTE PARA LA MAYOR UNIÓN
sean sólo vicarios del Papa y no verdaderos DE LOS MIEMBROS CON SU CABEZA. En Segun-
pastores y príncipes: lo único que quiso fue ex- do lugar, puede añadirse una razón y una con-
plicar que este principado procede del otro, el gruencia: que esta clase de institución está más
cual les crea obispos como colaboradores suyos. en conformidad con una monarquía perfecta,
El Papa SAN LEÓN en el Decreto, hablando cual los católicos entienden que es la Iglesia de
del poder de Pedro, dice que en él lo colocó Cristo, y que es más conveniente para la mayor
Cristo de una manera principal como para di- unión de todos los miembros —aun de los prin-
fundir sus bienes a partir de él, como de cabeza, cipales— con su cabeza, y para la más perfecta
a todo el cuerpo. CASTRO trata de eludir la fuer- subordinación, y consiguientemente para la ma-
za de este texto interpretando las palabras a par- yor paz de la Iglesia; luego hay razón para creer
tir de él en un sentido de orden temporal, no que Cristo instituyó la Iglesia de esta manera.
de causalidad. Cristo, dice, es quien inmediata- Sobre todo, que de la institución de una ca-
mente dio el poder a los apóstoles, pero primero beza soberana con plenitud de poder y con un
a Pedro, según SAN MATEO, y después a los cuidado pastoral absoluto sin limitación alguna,
demás apóstoles. consta expresamente por el Evangelio; en cam-
Pero —en primer lugar— en todo eso supone bio de un poder dado inmediatamente a otros
una cosa falsa, a saber, que Cristo, en esos pa- superiores con intención de que, en virtud de
sajes de San Mateo, dio el poder a Pedro o a esa donación, tuviesen una sucesión perpetua, no
los Apóstoles, siendo así que entonces no se lo consta por el Evangelio ni se halla indicio algu-
dio sino que se lo prometió, como consta por no de ello.
las palabras mismas y por la interpretación ge-
Por otra parte, de la práctica puede deducirse
neral. Por consiguiente también es falso que
que los cambios y erecciones de los obispados
Cristo diese el apostolado o el poder a Pedro
siempre fueron incumbencia del Pontífice Roma-
antes que a los demás apóstoles: a todos a la
no, como aparece en varios capítulos del D E -
vez les dijo: Como me envió a mí mi Padre que
CRETO y en otros más que cita VARGAS.
vive, así también Yo os envío a vosotros, según
SAN JUAN, y en el capítulo siguiente dijo a Pe-
dro: Apacienta mis ovejas como prerrogativa de 17. LA DIGNIDAD PAPAL, EN VIRTUD DE SU
su dignidad; y después de nuevo, refiriéndose al INSTITUCIÓN, TIENE EN SUS CONSTITUTIVOS SUS-
cargo apostólico, dijo a todos: Id por todo el TANCIALES UNA MODALIDAD DETERMINADA E IN-
mundo y predicad el evangelio, etc., según SAN MUTABLE.—En tercer lugar, vamos a explicar
MATEO. esta verdad por la diferencia que existe entre la
Así que el poder de los apóstoles en cuanto dignidad pontificia y el cargo del obispo.
tales y su jurisdicción no comenzó a existir a La dignidad pontificia, en virtud de su insti-
partir de Pedro ni siquiera cronológicamente: tución, tiene en sus constitutivos sustanciales
luego no fue este el sentido en que habló SAN una modalidad determinada e inmutable, por lo
LEÓN. Además las palabras a partir de él no se que se comprende muy bien que podía y debía
refieren sólo a la persona de Pedro sino también ser de institución divina.
en su tanto a sus sucesores, como es claro por Por parte de los subditos y del territorio, está
el contexto. Porque primero dijo que Cristo hecha para ser universal, es decir, para alcan-
N. Señor ordenó el cargo de los apóstoles colo- zar a todo el mundo y a todos los cristianos bau-
cándolo de una manera principal en San Pedro, tizados y de alguna manera a todos los hombres
el mayor de todos los apóstoles: no dijo primero eri aquello que es necesario para la propagación
cronológicamente sino de una manera principal, de la fe y para la justa protección de la religión
es decir, colocó ese oficio en él como en cabeza cristiana.
Cap. IV. ¿Pueden los obispos dar leyes en sus diócesis? 383
Asimismo por parte de las acciones de soltar mente mandado a su vicario y dejado en sus
y atar en todas las formas y en todas las mate- manos.
rias sobre que esas acciones pueden versar, está
hecha también para ser universal; y en todo ello 19. UNA EVASIVA Y SU REFUTACIÓN.—Se di-
es inmutable, ya que los hombres no pueden rá que, en virtud del derecho divino, el obispo
ampliarla ni reducirla. tiene pleno poder de jurisdicción espiritual a no
Por eso el origen de ese poder tiene que estar ser que el Papa lo limite en algunas cosas; que
inmediatamente en Dios, dado que en los hom- únicamente en esta dependencia el poder del
bres no existe un poder, ni innato ni recibido obispo es inferior al del Papa; y que de esta ma-
de fuera, que haya podido ser la fuente de un nera, en virtud del derecho divino, posee una
poder tan excelso. determinada modalidad y una obligada manera
de ser aunque variable por el derecho humano.
18. Por el contrario, el cargo episcopal, en A eso respondo —en primer lugar— que
virtud del derecho divino no tiene una modali- esa clase de institución no suele ser la divina,
dad fija y determinada: ni en el territorio, ni en que las cosas que manda Dios inmediatamente
las personas que se han de someter a este o al piden una mayor inmutabilidad, como lo ve-
otro obispo, ni en los actos de gobierno, ni en mos en la institución del sacrificio y de los
la materia de ellos. sacramentos.
Por eso vemos que los territorios de los obis- En segundo lugar, como ese cargo había de
pados son desiguales, que un mismo territorio ser tan mudable y variable y no había de te-
unas veces se hace mayor y otras menor, que ner la universalidad del papado, y por otra
uno se divide en dos o al revés de dos se hace parte ya la Iglesia había recibido en Pedro el
uno. poder suficiente para organizado, convino que
En cuanto a las personas de la misma diócesis, Dios lo instituyese de la forma que decimos,
algunas quedan exentas de sujeción al obispo y porque Dios todo lo arregla con suavidad,
sometidas inmediatamente al Papa o a otro se- obrando —cuando puede fácilmente— por me-
gún la voluntad del Papa, y con frecuencia su- dio de las causas segundas.
cede que el obispo de una diócesis tiene a su Por último, de la clase de institución que se
obediencia iglesias en la diócesis de otro y exen- pretende parece que se seguirían algunos ab-
ta alguna en su propio territorio. surdos. Uno, que la jurisdicción ^episcopal, de
Entre los mismos obispados hay jerarquía de suyo y en virtud del derecho divino, alcanzaría
obispos, arzobispos y patriarcas o primados, je- a todo el mundo y a todos los hombres si el
rarquía que, como es evidente, no puede atri- Pontífice no la limitaba como podía limitar la
buirse a derecho divino. jurisdicción de los apóstoles: esto es increíble
De los actos de jurisdicción espiritual hay al- por sí mismo. Otro, que los obispos, en virtud
gunos a los que no alcanzan los obispos en vir- del derecho divino y si el Papa no se lo reser-
tud de su cargo, como establecer irregularidades vaba, podrían dispensar del matrimonio rato,
—esto ya lo dije en el tratado correspondien- cosa también increíble. El tercero, que, si no
te—, o prescribir impedimentos invalidantes del fuera porque está prohibido por el derecho hu-
matrimonio —esto lo doy por supuesto por su mano, los obispos podrían pot su propia auto-
propio tratado—, o dejar su obispado o pasar a ridad dejar su obispado, lo cual es contrario a
otro —conforme a las Decretales—, y en gene- lo que INOCENCIO III dice en el Decreto. Otros
ral el pronunciarse en las causas de mayor impor- muchos absurdos pueden deducirse.
tancia, conforme a las mismas Decretales. Luego no fue esa la institución sino única-
En otros actos de jurisdicción que el poder mente que se hiciesen obispos los cuales fuesen
episcopal puede ejercitar, muchas veces sufre pastores principales y ordinarios de las almasj
limitaciones y reservas o determinadas medidas: luego ninguna otra cosa instituyó inmediata-
así en las absoluciones, dispensas, indulgencias mente el derecho divino positivo.
y otros actos semejantes; luego no era conve- De esa disposición general se sigue inmedia-
niente que tal cargo fuera de institución divina tamente que en la creación de ese cargo ante
inmediata, la cual debe ser fija y determinada. todo se ha de observar lo que pide el derecho
Por el derecho divino no puede señalarse la divino natural partiendo de la base de que tal
calidad y grado del poder de jurisdicción de los cargo se ha de crear con todos los elementos
obispos; luego tampoco el cargo mismo que con- necesarios para su conveniente ejercicio, y que,
siste en ese poder de jurisdicción fue instituido en lo que queda a la prudencia o a la libre vo-
y dado inmediatamente por Cristo, sino única- luntad humana, todo el asunto quedó en manos
Lib. IV. La ley positiva canónica 384
de Pedro; luego de él y por medio de él re- poral solamente pueden dar leyes civiles cuando
ciben inmediatamente los obispos todo su poder. se les ha concedido ese poder, y no en otros
casos. Que este poder les ha sido concedido a
20. De ahí se sigue —por último— que los obispos consta por la práctica y por los tex-
mucho más se debe decir eso del poder de dar tos jurídicos citados.
leyes: el Pontífice no sólo puede limitarlo o
ampliarlo, como lo hace continuamente, sino 21. RESPUESTA A LOS ARGUMENTOS DE LOS
que podría instituir obispados particulares sin ADVERSARIOS. LOS OBISPOS SON SUCESORES DE
dar a los obispos el poder legislativo, ya que LOS APÓSTOLES EN EL EPISCOPADO, NO EN EL
este poder no es de suyo necesario en todo go- APOSTOLADO.—Así pues, al primero y principal
bernante ni en todo príncipe, como aparece en argumento de Castro, que los obispos son suce-
los príncipes temporales que tienen superior en sores de los apóstoles, se responde —con una
esa esfera. sola palabra— que son sus sucesores en el epis-
La razón es que para tal gobierno, aun para copado, no en el apostolado, que son dignida-
el ordinario, lo que más principalmente basta des distintas: San Pablo fue apóstol y no sabe-
es el poder de mandar para el tiempo que ha mos que fuese obispo de alguna determinada
de durar el gobierno, y el poder de obligar, de diócesis ni que tuviese alguna iglesia propia
castigar y de juzgar, poderes todos ellos que como pastor ordinario y próximo de ella, por
pueden poseerse sin el poder de dar leyes, o más que tuvo la solicitud de todas las iglesias
sea, preceptos perpetuos y durables aun des- y en muchas de ellas creó obispos, como a Tito
pués de la muerte de quien los da. O por lo en Creta, a Timoteo en Efeso, a Dionisio en
menos podría el Pontífice ordenar que los es- Atenas. De San Juan Evangelista se lee tam-
tatutos de los obispos no fuesen estables y dura- bién que gobernó todas las iglesias de Oriente y
bles si él no los confirmaba o si no los apro- que puso obispos en ellas, pero no que ocupase
baba un concilio provincial o el metropolitano la sede propia de alguna de ellas como obispo
o el patriarca como a él le pareciera conveniente particular.
según la diversidad y distancias de las regiones. Así que a todos los apóstoles Cristo inmedia-
¿Por qué no ha de poder esto el Pontífice? o tamente les hizo obispos en cuanto a la consa-
¿qué dificultad hay en todo esto? gración: en ésta todos los obispos son sucesores
Más aún, la práctica misma demuestra que de ellos. Los apóstoles fueron asimismo como
ese poder muchas veces se les concede con al- obispos universales de toda la Iglesia por con-
guna limitación, como aparece por el cap. últ. cesión inmediata de Cristo: en este aspecto no
de Fer. en el que se dice con el clero y con el tuvieron sucesores, a excepción de Pedro, que
pueblo, y por el cap. Novit con casi todo el tuvo el pontificado de una manera más alta.
Título.
Luego por el derecho divino natural nada se 22. Además, algunos apóstoles, aunque no
opone a que el gobierno episcopal se instituya todos, tuvieron determinadas sedes episcopales:
con esta limitación, ya que los obispos en su en cuanto a esto, el obispado no lo recibieron
esfera no son soberanos sino que tienen su- inmediatamente de Cristo sino por determina-
perior. ción humana. Así San Pedro hizo a Santiago de
Tampoco hay dificultad por parte del dere- Alfeo primer obispo de Jerusalén, como atesti-
cho divino positivo, como con más razón consta guan el CRISÓSTOMO y EUSEBIO. San Pedro mis-
por lo dicho, ya que ninguna palabra hay en la mo fue primer obispo de Antioquía, sede que
Sagrada Escritura ni ninguna huella en la tra- no recibió inmediatamente de Cristo sino que
dición por la que pueda deducirse la existencia tomó por su propia autoridad y por la misma
de tal derecho positivo una vez que por la na- después dejó. En cuanto a estos obispados, los
turaleza de la cosa ese poder no va necesaria- obispos son sucesores de los apóstoles: con pro-
mente unido al cargo episcopal. piedad y rigor únicamente en aquellas iglesias
Luego los.obispos tienen este poder porque que tuvieron a alguno de los apóstoles como
el supremo legislador humano de la Iglesia, que primer obispo; en los demás sólo por cierta
es el Pontífice, expresa o tácitamente se lo con- imitación o participación que han recibido in-
cedió o lo adjudicó a su cargo. De una manera mediatamente de Pedro, no de Cristo.
igual decíamos antes que los príncipes sujetos Sobre las palabras de Cristo en SAN MATEO,
al emperador o a otro rey soberano en lo tem- ya se ha dicho que solamente fueron de prome-
Cap. IV. ¿Pueden los obispos dar leyes en sus diócesis? 385
sa y sin explicar en ellas la manera como ese no inmediatamente por Cristo, y que, aunque
poder se les había de dar a los pastores de no se observaba siempre la misma forma, de
la Iglesia. Por consiguiente, aunque los obispos alguna manera recibían el poder por medio del
reciben el poder por medio de Pedro, con toda Sumo Pontífice.
verdad les cuadra lo de A cuantos ligareis, etc., Al principio, recién nacida la Iglesia, aunque
por participación y en su tanto. Pedro por propia autoridad erigió muchísimos
Los otros textos no hay razón para aducirlos, obispados, como largamente refiere BARONIO,
porque son verdad no sólo de los obispos sino sin embargo también los otros apóstoles, con el
también de todos los superiores y prelados in- poder que les había concedido Cristo, fundaban
feriores; y a su manera también lo son de los iglesias y ponían obispos en ellas, según dijimos
magistrados y príncipes seculares, por más que de San Pablo y él mismo lo atestigua.
es cierto que tienen su poder no recibiéndolo De San Juan Evangelista dice SAN JERÓNIMO:
inmediatamente de Dios sino por concesión de Fundó y gobernó todas las iglesias de Asia, y
los hombres, ya que solamente después que lo TERTULIANO: Tenemos, dice, las iglesias cria-
tienen comienzan a ser ministros de Dios y das por Juan, pues aunque Marción rechaza
por eso se les debe obediencia. su Apocalipsis, con todo la lista de los obispos,
si subimos hasta los orígenes, no parará hasta el
23. E L APOSTOLADO FUE UNA DIGNIDAD DE primero de todos, Juan.
JURISDICCIÓN UNIVERSAL SOBRE TODA LA IGLE- De los otros sabemos lo mismo; y es preciso
SIA, Y POR TANTO LE COMPETÍA EL DAR LEYES; que así sea.
NO SUCEDE LO MISMO CON EL EPISCOPADO.
La respuesta al segundo argumento es obvia por 25. TODO EL ORDEN JERÁRQUICO DEPENDE
lo dicho: Concedemos la mayor en buen sentido, DE PEDRO.—Sin embargo, hay que creer que to-
y negamos la menor, porque el poder legisla: dos los obispos creados por los apóstoles tuvie-
tivo no es esencial al cargo episcopal en su con- ron sucesores mediante la autoridad de Pedro
cepto general, en el cual tiene algún origen de mediata o inmediatamente. Porque el orden je-
derecho divino. Por tanto no es 'oportuna la rárquico de los obispos, arzobispos y patriarcas
comparación que se hace de él con la dignidad comenzó desde el principio de la Iglesia, y co-
del apostolado: aquella fue una dignidad de ju- mo había de perdurar en la Iglesia perpetua-
risdicción universal con relación a toda la Igle- mente, no dejó de intervenir en su institución
sia, y el mismo derecho divino la señaló para ese la autoridad de Pedro. De esto hablaremos más
grado de perfección; en cambio la dignidad epis- largamente, Dios mediante, en otro lugar.
copal, por lo que se refiere a la jurisdicción, En Asia y en otras regiones más apartadas,
no es de derecho divino de esa manera ni ha a los obispos y a los principales superiores se
recibido de él una determinada forma de po- les hacía —conforme a la práctica y con con-
der sino sólo el precepto general de establecerlo sentimiento del Pontífice Romano— por elec-
y entregarlo. ción; y tal vez en Oriente y en regiones apar-
De esta manera quedan suficientemente expli- tadas, los arzobispos confirmaban a los obispos
cadas las palabras de San Pablo: El Espíritu y los patriarcas a los arzobispos; y los patriar-
Santo os puso como obispos para gobernar la cas mismos desde el principio fueron creados
Iglesia de Dios; cuánto más que también de los por San Pedro, y después eran puestos por la
reyes se dice que Dios es el que les hace reinar autoridad de la Iglesia Romana o de alguna
y que de Dios reciben el poder, aunque sean los forma prescrita por ella; de esta manera los •
hombres quienes a las inmediatas les entregan obispos siempre pudieron ser creados mediata
el reino. Pues de la misma manera, aunque sea o inmediatamente por el Pontífice Romano. Y
Pedro quien nombra a los obispos, con toda por más que se les nombrara por elección o a
verdad se dice que el Espíritu Santo los puso petición del clero o del pueblo, el poder mismo
para gobernar la Iglesia, porque esta es la vo- siempre se lo daba la autoridad de la cabeza por
luntad del Espíritu Santo y se cumple por ins- sí misma o por medio de otros, cosa que hasta
hoy se observa en la Iglesia Católica y que se
piración y con cooperación suya.
debe creer se observó siempre. Pues, como dice
Los otros reparos que allí se añaden ya están
SAN IRENEO, A la Iglesia Romana, por su ma-
solucionados.
yor autoridad, es preciso que acudan todas las
24. A lo tercero se responde —conforme a iglesias, es decir, los fieles de todas partes.
la práctica— que, después de los apóstoles, los Y aunque esto sea verdad ante todo cuando
obispos siempre eran hechos por los hombres y se trata de la doctrina de la fe, también tiene
Lib. IV. La ley positiva canónica 386
lugar en todo lo que pertenece al gobierno imperativo de subordinación y es doctrina del
universal y a sus actos más importantes, entre DECRETO.
los cuales cuenta la creación de obispos, según Por eso también es cierto —en segundo lu-
enseña SAN GREGORIO en el Decreto y en el gar— que no pueden establecer nada contrario
comentario a él la GLOSA y otros; y lo mismo se al derecho común, porque eso sería oponerse a
halla en el cap. Antiquis del mismo DECRETO, la voluntad del superior, como se dice en el D E -
que está tomado de una carta de San Atanasio CRETO.
al Papa Félix. Por eso la GLOSA hace observar En tercer lugar, hay que añadir que nada
en las DECRETALES que, según el derecho anti- pueden establecer en asuntos de gran importan-
guo y lo ordenado por la Iglesia, el poder de cia, ya que éstos, según la norma general, están
dar el episcopado pertenece al Papa, y lo mismo reservados a la Sede Apostólica, como observan
hace notar NICOLÁS DE TUDESCHIS en su co- la GLOSA en las DECRETALES y en el DECRETO,
mentario al cap. Verum. y NICOLÁS DE TUDESCHIS, y según se dice en
las DECRETALES.
26. Con esto queda explicada y confirma- Otra prueba de esto mismo es el principio
da la última parte de la tesis, en la que decía- general de que en una concesión general no
mos que el poder de los obispos tiene su origen entra aquello que no es verisímil que se conce-
en el derecho divino y en el precepto de Cristo diera en particular, como se dice en el Libro 6.°
de que la Iglesia sea gobernada por obispos y de las DECRETALES y muy oportunamente para
de que el Papa los llame a tomar parte en su el caso presente en el DECRETO con las obser-
cuidado, por más que la modalidad, la desig- vaciones de NICOLÁS DE TUDESCHIS y otros;
nación y la entrega de ese poder la hayan deter- también lo dice BARTOLO sobre el Digesto.
minado los Pontífices con su libre voluntad y Asuntos de gran importancia se llama a los
prudente juicio y ellos puedan ensancharlo o que se refieren a alguna nueva declaración o
limitarlo. promulgación en materia de fe, o los que con-
Mas para que todo esto quede todavía más ciernen a instituciones de la Iglesia universal,
claro, y para aplicarlo mejor a cada una de las como es, por ejemplo, la continencia de los sa-
clases de personas que pueden dar leyes ecle- cerdotes, o los que son contrarios a privilegios
siásticas, en el capítulo siguiente vamos a expo- o costumbres universales, conforme a las D E -
ner y explicar algunos problemas especiales. CRETALES y su GLOSA; asimismo el someter una
iglesia a otra, el unir dos obispados en uno o
dividir uno en dos, según se dice en el DECRE-
CAPITULO V TO; y lo mismo sería el reformar el ayuno cua-
resmal y cosas semejantes.
SOLUCIÓN DE ALGUNOS PROBLEMAS EN ORDEN A Fuera de estos casos, hay que tener por nor-
UNA MÁS CLARA EXPLICACIÓN DE LA DOCTRINA ma general que el obispo no necesita de una
DEL CAPÍTULO ANTERIOR aprobación, confirmación o concesión positiva
del Papa para poder dar estatutos de suyo esta-
bles y perpetuos, pues esto le compete a él por
1. PRIMER PROBLEMA.—Los OBISPOS NO el derecho ordinario, como se dice en el 1. 6.° de
PUEDEN ESTABLECER NADA QUE SEA CONTRARIO las DECRETALES, y por la costumbre y tradición
AL DEREC H O COMÚN NI TAMPOCO EN MATERIAS perpetua de la Iglesia, y no hay razón alguna
QUE EL PAPA SE HAYA RESERVADO PARA SÍ EN para limitar ese poder del obispo.
PARTICULAR. ¿ Q U E MATERIAS QUEDAN ABIER-
TAS PARA LOS OBISPOS Y CUÁLES NO?—El pri- 2. El segundo problema es si el obispo pue-
mer problema es si el obispo puede dar leyes de hacer estatutos sin el consejo o consentimien-
sin contar con la voluntad del Papa y qué norma to del cabildo o del clero.
se ha de seguir en este punto, es decir, si el Algunos lo afirman siguiendo a la GLOSA en
obispo puede cuanto no se le prohibe o sólo lo las DECRETALES, pero la Glosa no dice eso sino
que se le concede. únicamente que los obispos pueden hacer cons-
Sobre esto hay que decir —en primer lu- tituciones. Por eso NICOLÁS DE TUDESCHIS lo
gar— que los obispos no pueden legislar en niega en absoluto y cita a JUAN DE ANDRÉS, y
materias que el Papa se ha reservado para sí en lo deduce de varios textos de las DECRETALES.
particular, es decir, dar leyes de alguna mane- Estos textos jurídicos no se refieren a estatutos
ra contrarias a ellas. Esto es ciertísimo por un sino a enajenaciones de bienes de la Iglesia y a
Cap. V. Algunos problemas sobre la doctrina anterior 38?
otros negocios parecidos que el obispo no debe sobrepasan a los obispos, son totalmente de
realizar sin contar con el cabildo. derecho humano eclesiástico y por tanto por
Por eso pienso se debe decir que en esto se razón de ellas nada se puede hacer más que lo
debe observar la misma norma que se ha puesto que especialmente se les haya concedido, cuánto
en el punto anterior: El obispo, al legislar, ñor más declarándolo así los dichos textos jurídicos.
malmente no depende del cabildo, ya que el po- Por consiguiente, lo que dice la GLOSA sobre
der no lo ha recibido de él sino del Papa, que el DECRETO, que el obispo puede dar leyes epis-
es el que dentro de su grado le ha hecho su- copales y el arzobispo leyes provinciales, se ha
perior a todos con régimen monárquico, que de entender del arzobispo a una con el concilio
era un régimen más ajustado al derecho divino; provincial; otra cosa sería contraria al derecho,
además, como ningún derecho impone esa limi- como consta por los textos citados, sobre todo
tación al poder episcopal y tal dependencia de por el cap. Nullus Primas. Por tanto el paran-
parte del superior con relación a sus subditos gón del arzobispo con el obispo tampoco en
al legislar no es una consecuencia de principios esto es completo: el obispo puede él solo hacer
naturales, no hay por qué establecerla como cánones episcopales, pero el arzobispo no puede
norma general; luego lo único que se debe ad- hacerlos provinciales.
mitir es que el concilio o el consentimiento del
clero o también del pueblo es necesario en los 4 . LOS CARDENALES ÚNICAMENTE PUEDEN
casos señalados expresamente por el derecho o DAR LEYES EN LAS IGLESIAS DE SUS TÍTULOS.
en las cosas que presentan una razón o una ne- LOS LEGADOS DEL SUMO PONTÍFICE TIENEN
cesidad especial. PODER PARA DAR LEYES EN SU PROVINCIA.—
Un ejemplo de lo primero lo hay en el cap. Con lo dicho fácilmente puede entenderse o
últ. de Feriis en las DECRETALES; de él hablé resolverse el cuarto problema, a saber, qué po-
largamente en el tratado de la Religión. Ejem- der legislativo tienen los cardenales, los abades
plos de lo segundo son lo que sucede cuando las exentos con jurisdicción episcopal y otros supe-
leyes del obispo ordenan algo en cosas que pue- riores semejantes, y también los legados pon-
den ceder en perjuicio del cabildo o también del tificios.
clero, v. g. si son contrarias a un privilegio que De los cardenales debemos decir que, de suyo
les haya concedido un superior o a una costum- y por razón de su dignidad, únicamente pueden
bre que haya prescrito. dar leyes en la,s iglesias de sus títulos. Prueba:
Esto es lo más que puede deducirse, argu- Solamente en ellas tienen jurisdicción episcopal,
mentando por comparación, del DECRETO y de como se dice abiertamente en las DECRETALES,
las DECRETALES; y esta es la opinión general. en cuyo comentario lo hace notar NICOLÁS DE
Véanse FELINO en su comentario a las Decre- TUDESCHIS, que cita a JUAN DE ANDRÉS y a
tales y GUIDO DE BAYSIO sobre el Decreto. otros, y lo mismo JERÓNIMO MANFREDO.
Los superiores de menor categoría, aunque no
3 . LOS ARZOBISPOS EN SUS DIÓCESIS PAR- sean cardenales pero con jurisdicción episcopal,
TICULARES PUEDEN LO MISMO QUE LOS OBISPOS por el derecho común pueden dar leyes en sus
EN LAS SUYAS.—El tercer problema es qué se cuasidiócesis, a no ser que se les haya prohibido
debe decir acerca de los prelados superiores, eso a ellos en particular, o a no ser que por
como son los arzobispos y los primados o pa- costumbre o por alguna disposición especial ne-
triarcas. cesiten el consentimiento de la comunidad o del
En primer lugar, es cosa cierta que, por el capítulo; esto se ha de entender tanto de los
derecho común, en sus diócesis particulares pue- regulares como de los seculares. La razón es
den lo mismo que el obispo en la suya, puesto que su poder es de jurisdicción episcopal.
que son obispos de ellas. Lo mismo se debe decir del legado del Sumo
En segundo lugar, debemos decir que eso y Pontífice: tiene en su territorio poder para
no más es lo que pueden tanto dentro como dar leyes que perduren, aun después de cesar
fuera de ellas, a no ser que por derecho especial él en el cargo, mientras no las revoque el Papa
o por costumbre que haya prescrito o por pri- u otro que tenga un poder igual al del legado.
vilegio se les haya concedido otra cosa. Así se Así se declara en las DECRETALES, y lo dicen en
dice en el DECRETO y en las DECRETALES. sus comentarios NICOLÁS DE TUDESCHIS y
La razón es que esas dignidades, en lo que otros, y también SILVESTRE PRIERIAS. La razón
Lib. IV. La ley positiva canónica 388
es que así han creado este cargo los Sumos Pon- DESCHIS, DECIO y FELINO en su comentario al
tífices, y que dichos legados tienen una jurisdic- cap. Ne innitaris de las Decretales.
ción más que episcopal y ordinaria, como se ve He dicho de suyo y en cuanto que se apoyan
por las DECRETALES. en la autoridad de ellos porque a veces ellos dan
fe de un precepto dado por Cristo o los após-
5. NADIE FUERA DE LOS D I C H O S TIENE PO- toles o introducido por la tradición de la Igle-
DER PARA DAR LEYES CANÓNICAS. Por Último sia, y entonces ellos nos dan a conocer el pre-
debemos decir que ninguna otra persona en cepto como testigos, no como autores de él.
particular, fuera de las enumeradas, tiene en Por tanto, según sea la manera como dan fe
la Iglesia poder para dar leyes canónicas, ya que de alguna cosa u obligación, y según sea mayor
en ningún texto se lee que se le haya concedido o menor la coincidencia de los Santos entre sí,
ese poder ni va él unido a ningún otro cargo. tanto es mayor o menor la credibilidad de su
Puede darse como razón —según dije an- testimonio. Sobre esto véase a AGUSTÍN DE AN-
tes— que el poder legislativo en toda comuni- CONA y a CANO.
dad es de suyo un poder soberano y los infe-
riores sólo pueden poseerlo en tanto en cuanto 7. LOS D I C H O S DE LOS PADRES NO RECI-
el soberano se lo concede; ahora bien, única- BEN FUERZA DE LEY POR EL H E C H O DE QUE
mente suele concederse a los más principales y GRACIANO LOS H AYA INSERTADO EN SU DECRE-
a quienes tienen un gobierno muy superior; por TO SI NO HAN SIDO CANONIZADOS POR ALGÚN
eso en la Iglesia, por el derecho ordinario, este PAPA.—Debo añadir que los textos de los San-
poder no va unido más que a la jurisdicción tos Padres no tienen fuerza de ley por el hecho
principal, cual es en la Iglesia la episcopal y no de que Graciano los insertara en el Decreto, a
otra inferior. no ser que algún Papa algunos de esos textos
los haya convertido en cánones, como sucede
6. Suele en este punto plantearse el proble- con algunos que se encuentran en las Decre-
ma de si los textos de los Santos Padres, sobre tales.
todo los contenidos en el DECRETO, tienen fuer- La razón es que ni Graciano tenía autoridad
za de ley. La razón del problema es que en el para darles fuerza de ley ni Pontífice alguno
DECRETO DE GRACIANO se insertan como tales, aprobó como ley todo le que se contiene en
y así se les suele citar como cánones. La GLOSA el Decreto. Algunos canonistas piensan lo con-
DEL DECRETO llegó a decir en general que los trario, a los cuales cita y parece seguir FELINO;
textos de los Santos Padres aprobados por pero en realidad no tienen base segura, pues la
Gelasio en el Decreto son canónicos hasta en costumbre —que es el argumento que adu-
sus más mínimos detalles. cen—, según el sentir general de los sabios no
Pero esto no tiene base, porque ni la Iglesia se introdujo con ese sentido. Esto piensan otros
piensa así, dado que los Santos Padres no fue- muchos canonistas que citan el mismo FELINO
ron escritores canónicos, ni tuvieron la asisten- y DECIO.
cia infalible del Espíritu Santo. Tampoco es eso Lo mismo se debe decir de algunas leyes ci-
lo que se dice en aquel texto, a no ser en par- viles que Graciano puso en su Decreto, pues
ticular de cierta carta del Papa SAN LEÓN en la sólo por eso no tienen fuerza de ley canónica si
que éste habló como Papa. El hecho mismo de algún Pontífice no las convirtió en cánones, y
esta excepción da bien a entender que la apro- eso por la misma razón, según piensa la GLOSA
bación de las otras obras no se hÍ2o en el mismo en el 1. 6.° de las DECRETALES y según parece
sentido sino únicamente para que constase de suponer AZPILCUETA.
la grandísima autoridad humana de aquellos Pa-
dres. 8. Por último, añadamos de paso que GRA-
Así que, por lo que hace a la materia que CIANO cita algunas frases que no se hallan en
tratamos, debemos decir que los textos o dichos los Concilios o Santos Padres a quienes él las
de los Santos, de suyo y en cuanto que se apo- atribuye: con razón puede dudarse que tengan
yan en la autoridad de ellos, no tienen fuerza fuerza de ley.
de ley, como observa la GLOSA sobre el DECRE- Algunos creen que hay que dar plena fe a
TO y como se dice en el mismo DECRETO. La GRACIANO porque los textos jurídicos —según
razón es que la ley no es un acto únicamente DECIO, FELINO y NICOLÁS DE T U D E S C H I S —
de doctrina sino de poder, y los Santos no te- parecen reconocerle autoridad.
nían este poder ni era esta tampoco su inten- Con todo, aunque haya alguna presunción a
ción en tales escritos. Léase a NICOLÁS DE TU- su favor, pero no suficiente para que a tales
Cap. Vi. Comunidades que pueden dar leyes eclesiásticas 389
frases haya que reconocerles la autoridad y la bién poder soberano. Además, de no ser así,
promulgación necesarias para una ley: verisímil- estaría de más convocar concilio para dar leyes,
mente GRACIANO no todo lo tomó de los verda- porque al fin y al cabo el que las daría sería úni-
deros originales sino que muchos elementos los camente el Papa.
tomó de decretos o compiladores un poco anti- Sin embargo, es más verdadera la opinión de
guos, con lo que fácilmente pudieron introducir- que esas leyes no obligan sin la confirmación del
se errores y cambios, sobre todo en los nombres. Papa. Es la opinión de TOMÁS DE V I O , TOR-
Además en el Decreto Gregoriano se hicieron QUEMADA y AZPILCUETA.
muchas correcciones. La prueba suficientemente una tradición cons-
Por eso es preciso consultar siempre los origi- tante y la práctica de los concilios generales:
nales, y cuando no se encuentran en ellos esas siempre pidieron al Papa que los aprobara, y
frases, hay que ver si tales decretos fueron antes de obtener la aprobación, no se creía que
admitidos al menos por la práctica y la costum- pudieran obligar con sus leyes, ni en general
bre, o si se hallan confirmados en otros decretos esas leyes eran aceptadas en la Iglesia. Y si al-
más seguros: de no ser así, no bastarán para guna vez alguna región o iglesia particular ad-
hacer ley. mite esa ley antes de su confirmación, lo hace
por propio impulso o por precepto particular
de sus prelados, como observa AZPICUETA en
CAPITULO VI particular sobre los decretos del Concilio Tri-
dentino, los cuales comenzaron a observarse en
¿QUÉ COMUNIDADES O AGRUPACIONES ECLESIÁS- España ya antes de su confirmación.
TICAS TIENEN PODER PARA DAR LEYES? La razón es que el concilio reunido bajo la
obediencia del Pontífice no tiene inmediata-
1. TRES MODALIDADES DE CONCILIO.—El mente por derecho divino jurisdicción sobre
primer lugar entre estas comunidades o agrupa- toda la Iglesia, pues en ningún texto se lee que
ciones lo ocupa el concilio general, el cual puede esa jurisdicción le fuera concedida a él sino a
revestir tres modalidades: la primera, que ten- Pedro; luego tiene el grado de jurisdicción que
ga presente personalmente al Sumo Pontífice y le concede el Papa; ahora bien, el Papa no da
que se haya reunido y se desarrolle bajo su auto- al concilio autoridad para dar leyes que obli-
ridad; la segunda, que cuente con la autoridad guen antes de que él las confirme, como consta
del Papa, pero sin hallarse éste presente perso- por la práctica.
nalmente sino representado por legados; la ter- Se dirá que puede darla y enviar legados con
cera, que no cuente en absoluto con el Pontí- poderes para hacer que las leyes del concilio
fice. puedan ser promulgadas y obligar enseguida sin
Acerca de la primera, la solución es bien sen- necesidad de ninguna confirmación.
cilla, porque si el Papa, solo él puede dar leyes Respondo —en primer lugar— que si el Papa
para toda la Iglesia, con más razón las podrá hace eso, confirma aquellas leyes —digámoslo
dar a una con el concilio general. Un ejemplo de así— de antemano; ahora bien, cuando decimos •
esto lo tenemos en los H E C H O S , como se ha que se necesita confirmación, hay que entender-
observado antes. lo de una confirmación posterior o anterior;
Acerca de la segunda clase de concilio, si el pero añado que eso no se hace más que cuando
Papa después lo confirma, es también evidente el Papa en la misma instrucción del concilio de-
que tiene el mismo poder por la misma razón. clara en particular lo que se debe mandar: una
Ejemplo de ello tenemos en todos los concilios confirmación en un sentido general e indiferente
generales celebrados fuera de Roma, y sobre no es tan conveniente, pues para que la confir-
todo en el Tridentino. mación del Papa tenga la asistencia segura e in-
2. LA TRADICIÓN PATENTIZA QUE LAS LEYES
falible del Espíritu Santo, es preciso que se re-
DE LOS CONCILIOS NO OBLIGAN SI NO LAS CON-
fiera a una cosa bien fija y determinada. Que
FIRMA EL PAPA.—UN CONCILIO REUNIDO BAJO el concilio de que tratamos cuente con esa asis-
tencia antes de la confirmación, es una cosa
LA OBEDIENCIA DEL PAPA, POR EL DERECHO
bastante dudosa ni es este el lugar de diluci-
DIVINO NO TIENE JURISDICCIÓN INMEDIATA SO-
darla.
BRE TODA LA I G L E S I A . — L a dificultad está en
saber si este concilio tiene poder para obligar 3. E L CONCILIO SIN EL PAPA NI SUS LEGA-
con sus leyes antes de que lo confirme el Papa. DOS.—Resta hablar del concilio cuando el Papa
Algunos autores lo afirman; lo insinúan V I - no asiste a él ni personalmente ni representado
TORIA y SOTO. Puede aducirse como prueba que por legados.,
el concilio tiene autoridad infalible: luego tam- Si hay en la Iglesia un Pontífice cierto e
Lib. IV. La ley positiva canónica 390
indiscutido, tal asamblea no sería verdadero con- 5. E L COLEGIO CARDENALICIO, CUANDO NO
cilio, porque reunida sin la autoridad del Roma- HAY PAPA, NO PUEDE DAR NINGUNA LEY QUE
no Pontífice esa reunión no sería legítima. En OBLIGUE A TODA LA IGLESIA.—Con esto se en-
efecto, parecen cosas incompatibles que se reúna tiende —dicho sea de paso— lo que se debe
con su autoridad, que falten en él sus legados o decir del Colegio Cardenalicio cuando no hay
alguien que presida en su nombre, y que sea Papa: no puede dar ninguna ley que obligue a
concilio general. Por consiguiente, si nos figu- jtoda la Iglesia.
ramos un concilio así, no podrá llamarse gene- La razón es que en ningún texto se le concede
ral faltando en él la cabeza de la Iglesia a pesar a ese Colegio tal jurisdicción.
de que entonces —por hipótesis— en la Iglesia Este argumento vale —en primer lugar—
no falta cabeza. para el derecho divino, pues en ningún texto
Por tanto, aun admitiendo ese caso imagi- consta tal derecho; ni el colegio mismo o digni-
nario, consta que los decretos y leyes de tal dad cardenalicia pasa por ser de derecho divino,
concilio no pueden obligar a toda la Iglesia an- según la opinión más común que ahora no nos
tes de la confirmación del Papa, porque no es detenemos a especificar.
concilio general y porque a él es aplicable —con Y en cuanto al derecho eclesiástico, de las
más razón todavía— lo dicho en el punto an- CLEMENTINAS más bien se deduce una prohibi-
terior. ción: Declaramos nulos y vanos los actos de
autoridad o jurisdicción que, perteneciendo al
4. E L CONCILIO EN TIEMPO DE CISMA.—El Romano Pontífice mientras vive, el colegio mis-
problema, pues, solamente subsiste en el caso mo ejercitare.
de que tal concilio se reúna cuando no hay Solamente se exceptúan en ese texto los ac-
Papa por haber surgido un cisma; es lo que tos que se conceden a los cardenales en el 1. 6.°
sucedió en tiempo del concilio de Constanza. de las DECRETALES; ahora bien, lo único que se
En ese caso pienso se debe decir que tal con- les concede allí es lo que toca a la elección del
cilio únicamente tiene el poder que es necesario Pontífice, a la defensa de la Iglesia y al ata-
—digámoslo así— para la defensa de la Iglesia jo de peligros inminentes. De lo demás más
y para pacificarla eligiendo un Sumo Pontífice bien se dice que de ninguna manera se entro-
cierto, y que por tanto sólo puede mandar y metan en otros asuntos. Y se añade: Con todo
ordenar las cosas que son necesarias para este el esfuerzo y diligencia posible, lo único que han
fin, pero no dar leyes perpetuas para toda la de procurar es que por su ministerio se acelere
Iglesia. el cumplimiento de la útil y necesarísima pro-
Eso lo prueba —en primer lugar— la prác- mesa de todo el mundo.
tica. En segundo lugar, la razón, porque tal Esta opinión se encuentra también en la G L O -
concilio no ha recibido esta jurisdicción inme- SA A LAS CLEMENTINAS. Más expresamente to-
diatamente de algún derecho divino positivo, davía lo dicen NICOLÁS DE TUDESCHIS, FELI-
pues tal derecho ni está escrito ni consta por NO, ANTONIO DE BUTRIO e IMOLA en sus co-
la tradición; ni la ha recido tampoco del Sumo mentarios a las Decretales.
Pontífice, pues —por hipótesis— no hay Papa,
y los Papas anteriores no la dejaron, puesto que 6. Lo contrario sostuvo GUIDO DE BAYSIO
no poseemos decreto alguno acerca de esto; lue- con LORENZO, y les siguen DOMINGO GIACO-
go únicamente tiene la autoridad que por de- BAZIO, ALBANO y MANFREDO.
recho divino natural se da en todo cuerpo mís- Se apoyan en que el senado podía dar leyes,
tico para poder gobernarse y defenderse por y el colegio de los cardenales tiene la misma
medio de superiores particulares, unidos en un autoridad que el senado.
cuerpo cuando falta una cabeza soberana. Ahora Una confirmación: El colegio cardenalicio tie-
bien, este poder por su naturaleza sólo se da ne poder para crear legislador: ¿qué extraño
para el dicho fin y con la dicha limitación. que pueda dar leyes? De la misma manera de-
Por tanto, si tal concilio diera algunas leyes, dujo HUGÓN que ese colegio puede crear carde-
a lo sumo podrían obligar en virtud de la acep- nales, puesto que puede elegir Papa.
tación de la Iglesia, o en cuanto que cada uno Segunda confirmación: Ese colegio representa
de los obispos podría promulgarlas en su obis- a toda la Iglesia, ya que en su nombre puede
pado, o hasta la elección del Papa. elegir Papa.
Cap. VI. Comunidades que pueden dar leyes eclesiásticas 391
Pero esta opinión no tiene base firme ni veo perfecta sino falta de cabeza, y en orden única-
cómo pueda entenderse ni defenderse. Porque mente a crear esa cabeza y a quitar los estorbos
trata del colegio cardenalicio o en vida del Papa o inconvenientes que entretanto suelen presen-
o en sede vacante; ahora bien, en ninguno de los társele a la Iglesia.
dos casos puede ser verdadera.
La menor en su primera parte es clara, por- 8. Los CONCILIOS MENORES.—Debemos ha-
que en vida del Papa ese colegio, como colegio, blar —en segundo lugar— de los concilios me-
no tiene jurisdicción alguna ordinaria; ni tam- nores. La norma para ellos es que pueden dar
poco la tienen sus personas fuera de sus propios leyes que estén en conformidad y a la medida
títulos, según se dijo antes. Por eso en vida del de su jurisdicción tanto por lo que se refiere
Papa no pueden reunirse en forma de tal cole- al territorio como a la materia de las leyes. Es-
gio si no es por voluntad y con la autoridad del ta norma la tomo de la doctrina común entre
mismo Papa, sobre todo para tomar disposicio- los canonistas en sus comentarios al Decreto, de
nes tocantes al gobierno de la Iglesia, y mucho ENRIQUE DE SEGUSIO, de DECIO y otros, y de
menos podrán entonces dar leyes sin contar con INOCENCIO sobre las Decretales. Voy a expli-
el Papa. carla y probarla brevemente.
La segunda parte se demuestra con evidencia Estos concilios son de tres grados: Unos se
por los textos jurídicos aducidos y por el racio- llaman nacionales, como fueron en España casi
cinio que se ha hecho. todos los de Toledo, y en general son aquellos
en los que se reúnen no sólo los obispos sino
7. Según esto, el parangón con el senado también los arzobispos de una nación bajo un
carece de sentido, porque no se encuentra en primado o patriarca. Otros son provinciales de
aquellos decretos, y aunque allí se hiciera, ha- una metrópoli: en ellos se reúnen los obispos
bría que entenderlo de los títulos de honor y sufragáneos con su arzobispado. Otros, final-
dignidad, no de la jurisdicción espiritual, pues mente, son sinodales, y ordinariamente no se
ésta Constantino no pudo darla, ni la posee llaman concilios sino sínodos: en ellos se reúnen
comunidad alguna eclesiástica si no la ha reci- los abades y los párrocos con sus obispos.
bido del Papa. Ninguno de estos, dada su naturaleza, puede
Acerca de la primera confirmación, niego la dar leyes que obliguen a toda la Iglesia a no
consecuencia, porque a los cardenales únicamen- ser que el Papa las haga suyas, porque carecen
te se les ha dado el poder para el acto de la de jurisdicción universal.
elección, no para otros actos aunque sean menos Por la misma razón no pueden dar leyes en
nobles. Según esto, el parangón que establece materias de mucha importancia reservadas al
Hugón deduce una cosa falsa, porque el co- Pontífice, según la norma que se puso antes.
legio cardenalicio en realidad no puede crear Pero tratándose de materias a su alcance, todos
cardenales, puesto que en ningún texto se le ellos pueden dar leyes en su territorio.
da este poder, y un poder dado en particular
para un acto más noble no puede ampliarse a 9. Esta norma, entendida en esa forma, se
otro de distinta naturaleza aunque menos no- encuentra en el DECRETO. Y la razón de esa
ble, como ya lo hicieron notar la GLOSA DE L-AS jurisdicción puede estar —en primer lugar— en
CLEMENTINAS y TORQUEMADA. la naturaleza de la cosa sobre la base de la ju-
Sobre la segunda confirmación, en rigor lo risdicción ordinaria de los obispos y de los otros
que se afirma es falso, pues el poder para elegir superiores de mayor categoría, los cuales en la
Pontífice, ese colegio lo ha recibido no de la esfera de la jerarquía eclesiástica son de alguna
Iglesia sino de Cristo por medio de los ante- manera superiores a ellos. De ahí se deduce sin
riores Pontífices. más que en cuanto varios obispos son puestos
Además, aunque ese colegio representara a la bajo un arzobispo o patriarca, pueden también
Iglesia, la representaría no en general sino úni- reunirse y formar un legítimo cuerpo místico
camente para dar su voto en la elección, lo mis- que por su naturaleza y por el solo hecho de que
mo que un procurador a quien se ha comisio- el superior no lo prohiba tiene poder legisla-
nado para un solo acto. Así también el concilio tivo. La misma razón vale para el clero que
acéfalo en sede vacante, se dice que representa está bajo un obispo, etc.
a toda la Iglesia, pero no a una Iglesia del todo También puede estar la razón de esta juris-
Lib. IV. La ley positiva canónica 392
dicción en una institución humana, en la volun- 11. LAS COMUNIDADES MENORES.—ALGU-
tad de los Sumos Pontífices de que, para mayor NOS PUNTOS DE MENOR IMPORTANCIA QUE SE RE-
unión y uniformidad de distintas naciones, pro- FIEREN SOLAMENTE AL BUEN ORDEN Y GOBIER-
vincias u obispados, y para lograr un gobierno NO DEL CABILDO, PUEDE ÉSTE DETERMINARLOS
más suave, pudiesen dar leyes no sólo los obis- SIN NECESIDAD DE QUE LOS CONFIRME EL OBIS-
pos o primados por su cuenta sino también los PO.—Vamos a hablar — e n tercer lugar— d e
legítimos concilios y sínodos. Esta institución las comunidades menores, y ante todo del ca-
consta por una tradición antiquísima y se halla bildo de la iglesia catedral. A éste se le puede
insinuada en los citados decretos, y reciente- considerar en dos situaciones: en vida del obis-
mente en el CONCILIO TRIDENTINO cuando man- po, o en sede vacante. Puede también hablarse
da que con frecuencia se celebren concilios si- de los estatutos que obligan sólo al cabildo
nodales y provinciales. mismo y a sus miembros, o de los que se refie-
ren a todo el obispado o al clero.
10. De lo dicho resulta que para que las
Lo primero, es cosa cierta que el cabildo, en
leyes dadas por estos concilios obliguen, no se
vida del obispo, nada puede establecer sobre
necesita la confirmación del Papa, porque estos
cosas que tocan a los otros, pues carece de toda
concilios dentro de sí tienen o deben tener una
jurisdicción.
cabeza correspondiente a su grado, a saber, un
patriarca, un primado, un arzobispo u obispo, y Lo segundo, todos están de acuerdo en que
por tanto se bastan para dar y confirmar sus puede dar algunos estatutos relativos a sí mismo
leyes particulares. o a sus capitulares. Dudan los doctores si pue-
Añádase que estas leyes por sí mismas care- de darlos por sí mismo sin el consentimiento
cen de la autoridad infalible que tienen las de del obispo o si es necesario éste, pues, siendo
los concilios generales, porque no se dan para el obispo la cabeza, no parece que el cuerpo
toda la Iglesia: con esto ya se ve la limitación pueda hacer nada sin él, según las DECRETALES.
de que hablábamos, dado que estas leyes no Por otra parte parece que el cabildo es un cuer-
proceden de una jurisdicción soberana y por po Bien discriminado, con su cabeza próxima,
tanto tampoco pueden ser universales ni tener el decano, y que como taljpuede hacer sus esta-
como objeto los asuntos más graves que o tutos. En este sentido en el derecho a veces
tocan a toda la Iglesia o están reservados al se distingue entre el cabildo y el obispo, dando
Sumo Pontífice. a entender que el obispo no forma parte del
Pero esto se ha de entender si atendemos so- cabildo, aunque por lo demás sea su superior.
lamente a la autoridad de tales concilios en sí Sobre esto puede verse una muy buena GLOSA
mismos; porque si en alguno de ellos se halla a las CLEMENTINAS, y otra a las DECRETALES
presente el Sumo Pontífice o después se añade en la que claramente se hace esa distinción, y
su confirmación, tales leyes pueden recibir to- también el lib. 6.°
dos los grados de fuerza y autoridad a voluntad Sin embargo, la solución comúnmente admi-
del Pontífice. A estos concilios, según he dicho tida es que algunos puntos de menor impor-
antes, no les fiálta poder, pero para adquirir tancia que se refieren solamente al buen orden
una mayor autoridad e inmutabilidad, suelen y gobierno del cabildo, puede éste determinarlos
pedir al Pontífice la confirmación de sus leyes. sin necesidad de que los confirme el obispo,
Eso sí, esta confirmación no basta para que según las DECRETALES, pero que para los asun-
tales leyes tengan vigor fuera de su territorio, tos de mayor importancia relativos a intereses
a no ser que el Pontífice las confirme con esa de su iglesia y al cumplimiento de las antiguas
intención o que por tradición o de otra ma- costumbres, se necesita el consentimiento del
nera amplíen su radio. Así, muchos decretos de obispo, según las mismas DECRETALES. En és-
concilios provinciales han tenido aceptación ge- tas, tratándose de cosa grave, se necesita la
neral y se han convertido en cánones. Mas para confirmación del Papa.
esto no basta que se encuentren en el Decreto Las razones que se aducen a favor de las dos
de Graciano, según he indicado antes, sino opiniones prueban también estas dos partes. Así
que en cada caso particular hay que aplicar otra lo enseñaron la GLOSA A LAS DECRETALES, SIL-
norma: la práctica, la tradición o los decretos VESTRE PRIERIAS, NICOLÁS DE TUDESCHIS, y
de los Papas. más largamente FELINO, que cita a otros.
Cap. VI. Comunidades que pueden dar leyes eclesiásticas 393
12. Pero objeta FELINO en el mismo pasaje universidad, eso se ha de entender del estatuto
que el cabildo no tiene ninguna jurisdicción, ni de fidelidad, según he dicho. Hay un texto muy
grande ni pequeña; luego no puede dar abso- bueno sobre ello en las DECRETALES: Aunque,
lutamente ninguna ley, porque la ley es esencial- después de dar vuestra palabra, determinareis:
mente un acto de jurisdicción, según dije antes toda la fuerza de esa constitución se pone en el
con BARTOLOMÉ DE BRESCIA y con otros. juramento o pacto, y por eso se mantiene y se
Responde el mismo FELINO que determinar explica en el sentido de que no pueden faltar
algo decidiendo causas y en materias relativas a al juramento.
la jurisdicción, es un acto de jurisdicción, pero Y si hay alguna universidad que no tetiga
que simplemente el determinar algo no es un jurisdicción para hacer estatutos ni tampoco
acto de jurisdicción: también las universidades pacto ni compromiso o juramento de sus miem-
pueden dar estatutos relativos a ellas, y eso a bros de cumplir lo que se determinare con
pesar de que no tienen jurisdicción. consentimiento general de todos o de la mayo-
Pero ya en el cap. II del libro anterior dije ría, esa universidad no podrá dar estatutos de
que sin jurisdicción no puede haber verdadera ninguna de las dos formas, como sucede con
ley, aunque sí puede haber una norma práctica esta nuestra universidad de Coimbra, y lo mis-
por convenio de las partes con alguna fuerza mo poco más o menos pienso que sucede con
obligatoria en virtud de una promesa o de un otras muchas.
pacto pero no de una ley.
Por consiguiente, en el caso presente se debe 14. OPINIÓN GENERAL DE QUE EL CABILDO
decir, o que el cabildo tiene jurisdicción para PUEDE DAR LEYES EPISCOPALES QUE OBLIGUEN
dar estatutos a la medida de tal comunidad y EN TANTO QUE EL NUEVO OBISPO NO LAS RE-
de tal materia, o que esos estatutos no son ver- VOQUE.—Resta hablar del cabildo en sede va-
daderas leyes sino unas ordenaciones con cierta cante: ¿puede dar leyes para toda la diócesis
fuerza obligatoria de fidelidad. no como cabildo sino como administrador ac-
Si se prefiere lo primero, en consecuencia hay cidental de la jurisdicción episcopal, en confor-
que afirmar que esa jurisdicción procede del midad con el lib. 6.° y con el TRIDENTINO?
Papa mediante la costumbre, a favor del dere- Dos opiniones encuentro sobre este punto.
cho común, y con el consentimiento fácito del La primera, muy general, es que el cabildo pue-
Pontífice. Esto no envuelve contradicción ni de dar leyes episcopales que obliguen siempre
inconveniente alguno, antes es muy probable, en tanto que el nuevo obispo no las revoque.
porque un cabildo de clérigos es capaz de ju- Esta fue la opinión de FEDERICO DE SENA, la
risdicción espiritual, y en sí mismo y en todas cual siguieron PEDRO DE ANC H ARAÑO, IMOLA y
sus partes es comunidad suficiente para que pue- SAN ANTONINO, a los cuales cita y sigue también
da darse una ley para él; el Papa se la ha dado FELINO. La sigue también NICOLÁS DE TUDES-
a los obipsos; luego también pudo dársela al C H I S , SILVESTRE y JUAN FRANCISCO PAVINI,
cuerpo místico del cabildo para aquello que se que cita a otros varios y añade que él no ha en-
refiere a él solo. contrado doctor famoso que diga lo contrario.
Pero si se opta por lo segundo, que es tam- Argumentan principalmente diciendo que el
bién bastante probable, en consecuencia hay que cabildo sucede al obispo en su jurisdicción en
decir que tales estatutos obligan únicamente en toda la administración espiritual y temporal, se-
virtud del juramento que suele prestarse y en gún dicen los textos jurídicos aducidos; luego
virtud del pacto y promesa que también suele puede todo lo que puede el obispo y que no le
hacerse. esté prohibido a él en particular; ahora bien,
el dar leyes entra en el poder del obispo y no
13. LAS UNIVERSIDADES.—En este sentido le está prohibido al cabildo; luego no hay por
se debe entender también ordinariamente lo qué negárselo.
que FELINO dice acerca de las universidades, a Confirmación: Puede presentarse la necesi-
saber, que pueden hacer estatutos. Lo mismo dad de corregir algunas malas costumbres; lue-
afirma SILVESTRE PRIERIAS de las universida- go el cabildo puede proveer a esa necesidad con
des de maestros o academias y de los estudios estatutos penales; luego de suyo esos estatutos
generales. serán perpetuos, ya que esto es esencial al es-
La razón es que no teniendo jurisdicción la tatuto y nada prejuzga en contra del futuro obis-
Lib. IV. La ley positiva canónica 394
po, el cual, si le parece conveniente, podrá re- paso de todas las necesidades que ocurran, bas-
vocarlos. Lógicamente PAVINI, FELINO y otros ta un precepto temporal que dure hasta la crea-
añaden que el cabildo puede, si conviene, revo- ción del nuevo obispo; y lo segundo, porque
car los estatutos del obispo anterior y dar otros siempre quedará alguna duda moral sobre el va-
contrarios a aquéllos, ya que es igual a él en lor de tal ley, puesto que nunca puede constar
jurisdicción una vez que él la ha perdido ya. que la necesidad de dar una ley perpetua sea tan
Y si se objeta que ni el colegio cardenalicio apremiante que no pueda esperarse al nuevo
ni el concilio de todos los obispos de la Iglesia obispo.
puede, estando vacante la sede apostólica, revo-
car las leyes de los Pontífices ni dar otras nue- 16. La razón de principio a favor de esta
vas universales para toda la Iglesia, según se parte tiene que ser que aunque el cabildo sea
ha dicho antes, y que por consiguiente lo mismo sucesor del obispo en la jurisdicción episcopal,
en su tanto sucederá con el cabildo, se responde pero no lo es de una manera absoluta sino en
negando la consecuencia: la jurisdicción del Pon- conformidad con lo prescrito en el derecho;
tífice, al morir éste no vuelve a la Iglesia o al ahora bien, esto no está prescrito en el derecho.
concilio o al colegio cardenalicio, porque esa La mayor la indica la GLOSA cuando acerca
jurisdicción se da como lo mandó Dios al insti- de un problema semejante, el de si la visita en
tuirla, y Dios no mandó eso; en cambio la ju- sede vacante es incumbencia del cabildo, argu-
risdicción episcopal la dan los hombres, y por menta de esta manera: Esto no lo dice expresa-
derecho humano está determinado que vuelva mente el derecho; luego no se le debe conce-
al cabildo: por eso éste puede con ella dar der; y esta manera de argumentar se basa en
leyes. el DECRETO: En ningún texto del derecho ha-
llamos mandado que el cabildo en sede vacante
15. SEGUNDA OPINIÓN.—La segunda opinión sustituya al obispo en la concesión de pre-
niega que el cabildo pueda dar verdaderos es- bendas.
tatutos, es decir, estatutos durables, y eso ni Explicación: El cabildo es sucesor del obispo
aun después que el cabildo mismo se ha hecho únicamente en la administración espiritual y
cargo de la jurisdicción. temporal; ahora bien, el dar leyes no parece
En favor de esta opinión puede aducirse la pertenecer a esa administración sino ser función
GLOSA DEL DECRETO cuando dice que en sede de un poder más alto. Por consiguiente, aunque
vacante el cabildo no puede cambiar el estatuto en el derecho se hallara una concesión más am-
del obispo, pues la misma razón hay para la plia de la jurisdicción episcopal al cabildo en
creación de un nuevo estatuto que para el cam- sede vacante, no parece que debiera alcanzar a
bio de un estatuto preexistente. Lo mismo pa- este caso de la creación de nuevas leyes y mucho
rece pensar GUIDO DE JJAYSIO. Verdad es que menos al del cambio de las antiguas, porque es
la GLOSA no dice estatuios, que es la lectura que un caso muy especial, moralmente no necesario,
da Felino, sino estado; sin embargo, de lo uno y en el que puede amenazar un peligro, ya que
parece seguirse lo otro, según explicaremos los cambios de leyes suelen ser perjudiciales.
después. En conformidad con esto, puede servir de
Además FELINO pone tales limitaciones a la confirmación de lo dicho el principio del D E -
opinión anterior que parece acabar con ella. CRETO de que en sede vacante nada se debe in-
Dice que cuando no apremia la necesidad de novar; ahora bien, el dar nuevas leyes o cam-
dar estatutos, el cabildo en sede vacante no biar las dadas por los obispos sería una gran
puede darlos, porque no habiendo necesidad, el innovación; luego no parece que esto le esté
darlos es un acto de jurisdicción voluntaria, se- concedido al cabildo.
gún la GLOSA y LAPO DE CASTELLIONE. Ahora La mayor, además de estar en el derecho, es
bien, según la GLOSA, a la cual sigue DOMINGO muy conforme a la razón, porque no se le da
DE SAN GEMIANO, el cabildo no es sucesor del al cabildo la jurisdicción para que resida en él
obispo en la jurisdicción voluntaria, sobre todo como por propio derecho y —digámoslo así—
en, lo concerniente a toda la diócesis. de asiento, sino únicamente para que entretanto
Si esto es verdad, el cabildo nunca podrá dar el cabildo con ella gobierne a la Iglesia conser-
leyes en sede vacante: lo primero, porque nun- vando sus bienes, las buenas costumbres y la
ca será necesario darlas, ya que para salir al paz, no para que introduzca cambios notables.
Cap. VI. Comunidades que pueden dar leyes eclesiásticas 395
Ahora bien, parece evidente que la creación o Puede verse esto en los autores aducidos;
cambio de leyes sería esto. también en INOCENCIO IV, ENRIQUE DE SEGU-
Un argumento probable en favor de esa con- SIO, NICOLÁS DE TUDESCHIS y otros, FELINO,
jetura es que así como la ley de suyo es perpe- LA ROTA y ALBERICO.
tua, así la jurisdicción para crearla no se da ni Estos añaden que aunque el cabildo de la
debe darse sino a quien haya de tenerla de una iglesia catedral no puede dar estatutos sin el
manera estable y perpetua, pero no al cabildo, a consentimiento del obispo, las iglesias colegia-
quien se entrega como ocasionalmente para cier- tas inferiores lo podrían hacer sin el consenti-
to tiempo. miento del obispo, pero con el consentimiento
de su superior inmediato. Además distinguen
17. Por estas razones no parece que esta úl- entre estatutos meramente directivos y coacti-
tima opinión sea improbable. Sin embargo no vos, o sea, penales, y admiten que estas comu-
debemos apartarnos de la opinión común, ni nidades pueden dar los primeros pero no los
parece que —sin más base— se deba restringir segundos a no ser que tengan jurisdicción espe-
el sentido de los textos jurídicos que en sede cial para ello. Citan las Decretales y el Código,
vacante conceden al cabildo la jurisdicción y la que ciertamente prueban poco: toda esta solu-
administración episcopal tanto en lo espiritual ción resulta confusa y carece de base sólida.
como en lo temporal, pues para ambos fines los
estatutos pueden ser muy útiles y muchas ve-
ces necesarios. 19. ¿CUÁNDO LAS COMUNIDADES ECLESIÁS-
Tampoco puede haber en esto perjuicio algu- TICAS INFERIORES PUEDEN DAR LEYES Y CUÁNDO
no grave para la comunidad ni para el nuevo NO?—A mi juicio, es preciso establecer una dis-
obispo: Todos confiesan que el cabildo puede tinción —que ya insinuamos hace poco— entre
dar preceptos generales para toda la diócesis; la ley propiamente dicha, la cual procede del
luego poco importa que los dé en forma de poder legislativo, y el estatuto entendido en sen-
estatutos para el tiempo de la sede vacante: tido amplio como una norma de acción adopta-
cuando la iglesia tenga nuevo obispo, éste, si lo da a manera de pacto por convenio de los miem-
juzga conveniente, podrá revocarlos. bros de la comunidad. Pues bien, las comuni-
Por consiguiente no se le causa perjuicio a dades eclesiásticas inferiores no pueden ordinaria
él; ni tampoco a la iglesia, dado que si acaso el y normalmente dar leyes propiamente dichas
precepto le resulta perjudicial, de esta manera sino solamente cuando conste que tienen verda-
se arreglan bien las cosas. dera jurisdicción espiritual, y entonces conforme
Por otra parte puede ser muy conveniente al grado de jurisdicción que tengan y no más.
que el precepto no cese automáticamente hasta
La primera parte es clara, porque antes hemos
tanto que el nuevo obispo lo revise para, si
demostrado que las leyes propiamente dichas son
conviene, revocarlo o, si es útil, dejarlo. Luego
actos de jurisdicción y que no pueden darse si
en el uso de este poder no hay peligro alguno.
falta ésta; ahora bien, estas comunidades ordina-
Por eso juzgo que la primera opinión es sen-
riamente no tienen jurisdicción eclesiástica, por-
cillamente más probable y que en la práctica
que no la tienen por derecho divino, según se
se la debe seguir, a no ser que en alguna parte
ha dicho antes, ni tampoco el derecho común ca-
haya la costumbre contraria, pues ésta siempre
nónico se la concede; luego es preciso que la
se debe conservar, ya que es capaz de dar la
tengan por alguna concesión o privilegio espe-
jurisdicción y de quitarla, y ella es la mejor in-
cial, cosa rara a nuestro entender, y por eso es
térprete de las leyes.
preciso que conste de ella, sea por institución o
privilegio especial, sea por costumbre que haya
18. Resta hablar de las comunidades ecle-
prescrito: entonces es claro que pueden dar
siásticas inferiores. Sobre ellas los canonistas
estatutos en conformidad con la jurisdicción que
piensan proporcionalmente casi lo mismo, a sa-
tengan, ya que cada poder puede obrar según
ber, que acerca de los asuntos generales y de
el grado de su alcance y no más.
mayor importancia no pueden dar estatutos,
pero sí acerca de los asuntos menores que se Cuando estas comunidades no tienen jurisdic-
refieren únicamente a la administración de su ción, pueden sin embargo tomar determinacio-
comunidad. nes a manera de convenio y pacto o promesa,
Lib. IV. La ley positiva canónica 396
según se explicó ya. En ese caso no veo que bién jurisdicción eclesiástica que los Sumos Pon-
sea necesario establecer la distinción aquella en- tífices han concedido a cada una según los pri-
tre ley penal y no penal, pues si se tiene juris- vilegios propios de cada una de ellas.
dicción, pueden darse ambas, y si no se tiene, ¿En quién reside este poder? ¿En el superior
no puede darse ninguna de ellas como verdadera general? ¿En el capítulo general o provincial?
ley; sí pueden darse las dos en virtud de una ¿En ambos a la vez? No podemos establecer una
promesa, de la misma manera que a cada paso norma única para todas ellas sino que hay que
se hacen pactos penales o de la misma manera consultar la regla de cada una, pues el voto de
que por la obediencia puede uno someterse no obediencia se hace conforme a esa regla y la
sólo a los mandatos sino también a las correc- jurisdicción pontificia se da también a cada una
ciones de otro; sin embargo es verdad que esta para gobernar conforme a ella: por tanto, este
corrección no puede llegar a aplicar penas que poder lo habrá en cada comunidad en la forma
suponen jurisdicción, como son las censuras. establecida en la regla.
En el tratado del Estado Religioso diremos
20. ¿Pueden estas comunidades dar tales es- si es esencial a la vida religiosa tener jurisdicción
tatutos sin el consentimiento del obispo, o ne- eclesiástica propia, o si podría bastar el poder
cesitan ese consentimiento? que nace intrínsecamente del voto de obediencia.
Si se trata de verdaderas leyes, esto depende
del grado de jurisdicción que tengan. Normal- 22. D E DERECHO NO SE H A CONCEDIDO
mente no pueden si no es cuando el superior NINGUNA DELEGACIÓN DE ESTE PODER, POR MÁS
inmediato tiene por privilegio jurisdicción epis- QUE TAL DELEGACIÓN NO SEA IMPOSIBLE. OTRA
copal; en este caso su consentimiento bastará y COSA SUCEDE CON EL PODER DE DAR LEYES PARA
será necesario, porque en él principalmente sue- TODA LA IGLESIA SIN UNA APROBACIÓN ESPECIAL
le residir la jurisdicción. DEL PAPA, DE LA MISMA MANERA QUE TAMPOCO
En cuanto a los otros impropiamente dichos PUEDE DELEGARSE EL PODER DE DEFINIR. POR
estatutos, tal comunidad no podrá darlos sin su último puede aquí preguntarse a quiénes se de-
cabeza inmediata, pues sin ésta no puede reunir- lega este poder eclesiástico para dar leyes, y
se legítimamente ni formar un cuerpo perfecto; esta pregunta puede referirse a la posibilidad
sin embargo, la comunidad, reunida con su ca- o a la realidad.
beza, podrá dar estatutos sin el consentimiento Esto último no es objeto de la ciencia, porque
personal de su propio superior, pues la mayor no es cosa de derecho sino de hecho y depende
parte del cabildo podrá prevalecer contra el voto de la voluntad del delegante, que es incierta y
del superior, el cual entonces no obra indepen- variable.
dientemente y con su autoridad personal sino
como parte principal de la comunidad: ¡también Sobre el problema de derecho, este poder nun-
el cabildo de una iglesia catedral puede dar un ca se ha delegado: el poder de los legados pon-
estatuto en contra del voto personal del decano tificios no es delegado sino ordinario, y lo mis-
o presidente! mo sucede con el poder que hay en las comuni-
dades religiosas y en otros casos parecidos.
Sobre esos estatutos es verdad lo que decían
INOCENCIO y otros, que no se necesita el consen- Acerca de la posibilidad de la delegación, el
timiento del obispo; y lo mismo sucede también problema será si este poder es delegable, proble-
con el cabildo de una iglesia catedral, según diji- ma que resolvimos ya al fin del capítulo IV del
mos antes; sin embargo, siempre será necesario libro 3.° y cuya solución hay que aplicar aquí:
que el obispo no se oponga, pues en esto siem- este poder, por ser sobrenatural, nada tiene con-
pre tiene una jurisdicción superior. Finalmente, trario a la delegación, pues también la jurisdic-
en todo esto siempre puede tener mucha fuerza ción eclesiástica es delegable, y este poder es
la costumbre. una parte de esa jurisdicción.
Solamente hay que observar que esta delega-
21. LAS COMUNIDADES RELIGIOSAS.—Final- ción facimiente puede hacerse a alguna que otra
mente por lo dicho consta lo que se debe decir comunidad o provincia, porque de la misma ma-
de las comunidades religiosas: tienen poder pro- nera que el Pontífice da este poder a su legado
pio para dar verdaderos estatutos y leyes, como como poder ordinario, también puede delegarlo
puede verse en INOCENCIO IV. a su delegado, y lo mismo sucede con los supe-
Este poder puede entenderse en los dos sen- riores religiosos y con otros. Sin embargo, con
tidos de que hemos hablado, pues en las comu- relación a toda la Iglesia, parece que esto ha
nidades religiosas hay obligación en virtud de la de restringirse: si se trata de aconsejar y dar
promesa y del voto de obediencia, y hay tam- el juicio sobre la conveniencia de una ley y del
Cap. VII. El poder de legislar ¿depende de las costumbres o de la fe? 397
modo de darla, fácilmente podrá concederse en la fe y que depende de ella de tal manera que
también tal delegación, como es evidente; en si un prelado de la Iglesia —sea quien sea, aun
cambio, si se trata sencillamente de legislar de el Sumo Pontífice— cae en herejía, por ese mis-
forma que la ley sea obligatoria para toda la mo hecho pierde su poder y dignidad. Esta opi-
Iglesia sin especial aprobación del Pontífice, no nión la sostuvo TORQUEMADA y la defendió CAS-
parece que tal poder pueda delegarse ni siquie- TRÍO largamente.
ra confiarse a otro de manera alguna. Además de las razones aducidas, puede adu-
La razón es que las leyes canónicas obligato- cirse en confirmación suya que por derecho di-
rias para toda la Iglesia deben proceder de un vino estamos obligados a rehuir a los herejes
poder que no pueda errar en cosas tocantes a y a no tratar con ellos; luego también se nos
las costumbres; ahora bien, como este poder prohibe obedecerles; luego mucho más se les
depende de la especial dirección del Espíritu priva a ellos del poder para mandar: de no ser
Santo prometida al Pontífice, no es delegable, así, los subditos quedarían perplejos y por am-
de la misma manera que —como doy por su- bas partes surgiría una guerra justa.
puesto por su correspondiente tratado— tampo- Segunda confirmación: La fe es el cimiento de
co lo es el poder de definir; y por tanto tam- todo el edificio espiritual; luego también lo es
poco es delegable de esa manera el poder de de este poder, pues quien no tiene fe no es
legislar para toda la Iglesia, o al menos cierta- miembro de Cristo ni de la Iglesia, y por tanto
mente no se debe delegar de esa manera para no no puede ser cabeza ni pastor de la Iglesia, ni
exponer a toda la Iglesia al peligro de errar en Cristo influye por su medio; luego tampoco pue-
cosa tan grave. de tener poder espiritual.
Ultima confirmación: De no ser así, la Iglesia
no podría tener remedio alguno en contra de un
Sumo Pontífice hereje, porque éste, no obstante
CAPITULO VII la herejía, retendría la jurisdicción suprema; lue-
go nadie podría sancionarle y la Iglesia se vería
EL PODER DE DAR LEYES ECLESIÁSTICAS ¿DEPEN- obligada a tener siempre una cabeza así, lo cual
DE DE LAS COSTUMBRES O DE LA FE? sería un inconveniente muy grande.
sería mandar directamente un acto interno, lo del afecto interno o intención del que lo realiza,
cual se ha demostrado que es imposible. como sería v.g. castigar mediante una ley a
Eso mismo se explica —en segundo lugar— quien diese limosna por vanagloria —aunque
por lo contrario: Si uno, no obstante tal precep- ésta no se manifieste al exterior— o cosa seme-
to, realizara un acto externo, bien por parte del jante. Esta es la opinión de ALMAIN antes ci-
objeto intrínseco y de las circunstancias de suyo tado.
requeridas, pero omitiendo el otro acto interior, La tesis es clara por la anterior y por las
en ese caso únicamente pecaría por omitir el razones que se han aducido en ella: tal prohibi-
acto interno pero no por realizar el acto exter- ción recaería directamente sobre el acto interno,
no de esa manera; luego es señal de que esos porque el externo se prohibiría no por razón
son dos preceptos distintos y de que uno de de él mismo sino sólo por razón del interno, y
ellos versa directamente sólo sobre el acto inte- por consiguiente el único que en realidad se
rior y que él es el único que no se cumple por castigaría sería el interno.
la omisión interna; ahora bien, eso no es posi- Además, tal clase de prohibición o castigo no
ble según lo dicho. es necesario ni conveniente para el gobierno de
Lo mismo puede demostrarse —en tercer lu- la Iglesia visible, pues es ajeno a la condición
gar— por la práctica de la Iglesia y con el mis- humana, y así la Iglesia nunca acostumbra prac-
mo ejemplo de las indulgencias: la Iglesia no ticarla, como constará por lo que luego diremos.
acostumbra obligar a esa intención interna que
Finalmente esto mismo se prueba bien en las
no es necesaria para la sustancia de los actos
DECRETALES y en el DECRETO, según diré un
morales, sino que induce a ella ofreciendo ven-
poco más abajo.
tajas espirituales bajo esa condición y no de
otra manera, y este proceder siempre se ha te-
nido por suficiente para acudir a las necesidades 19. En conformidad con esto, deduzco y ad-
generales de la Iglesia; luego no es necesario vierto que le es más fácil a un superior eclesiás-
otro; tampoco es conveniente, porque se trata tico prohibir a uno la limosna de una manera
de una cosa ocultísima y expuesta a peligros, y absoluta y sencilla e imponerle una pena si la
por tanto es más verisímil que no es materia hace, que prohibir o castigar la limosna que se
a propósito para la ley humana. haga por vanagloria. Cuando se prohibe de una
manera absoluta, puede tener como base alguna
17. Esta última razón puede aplicarse a la razón relativa al gobierno y al fuero externo por
primera manera. Acerca de ésta la certeza es me- la cual el precepto resulte humano y justo, como
nor, porque aunque esa manera de obrar pueda ya observó la GLOSA antes citada. Ni es necesa-
ser más necesaria para las buenas costumbres de rio que el superior exprese en el precepto el
los fieles, sin embargo para el gobierno general motivo que le mueve a darlo, pues se presume
y conveniente de la Iglesia parece bastar que las que es justo mientras no conste otra cosa, y así
leyes manden actos externos de suyo buenos y de la trasgresión de tal precepto consta sufi-
religiosos con las condiciones necesarias para cientemente por sola la realización del acto ex-
que sean tales actos morales, pues con solo eso terno.
la razón natural o el derecho divino obliga a que En cambio, si se prohibe la limosna sólo por
se hagan bien o dignamente; luego no conve- la circunstancia de la mala intención que se ex-
nía multiplicar en esto los preceptos de la Igle- presa en la ley, sólo con eso se declara que la
sia, sobre todo cuando la rectitud depende de materia de la prohibición no es apta ni la razón
solo el acto o disposición interior, de la cual de la prohibición ajustada al poder humano, y
no le puede constar a la Iglesia. que de la trasgresión no puede constar por la
A esto se añade que tal circunstancia no en- acción externa, dado que, aunque se realice esta
tra de suyo en el precepto que manda tal acto acción, no es sin más contraria a tal precepto, ya
externo considerado sustancialmente no sólo en que de la intención no consta.
su ser material y físico sino también en su ser
moral de sacramento, contrato, oración, etc.; 20. CUARTA TESIS, ACERCA DEL ACTO EX-
luego para mandar tal rectitud, sería necesario TERNO QUE DEPENDE DEL INTERNO. Digo en
mandarla directamente y por razón de ella mis- cuarto lugar— que la Iglesia puede prohibir
ma, lo cual sería mandar directamente el acto un acto exterior con dependencia del afecto o
interior. intención accidental a tal acto, cuando el acto
por lo demás sería malo y digno de tal castigo
18. TERCERA TESIS.—Digo —en tercer lu- aun sin tal intención. Conforme a esta tesis in-
gar— que la Iglesia no puede prohibir ni cas- terpreto la opinión de TOMÁS DE V I O ; la enseña
tigar un acto externo que de suyo sea bueno abiertamente SILVESTRE PRIERIAS; y la cosa pa-
por parte de su objeto y circunstancias externas, rece bastante clara en sí misma y conforme a
por solo el detecto que pueda recibir por parte la práctica.
Lib. IV. La ley positiva canónica 426
La razón de principio es que la Iglesia puede tismo sacrilega y escandalosa hecha también sin
prohibir sin más tal acción y castigarla; luego intención; pero no quiso sino que moderó el ri-
puede también prohibirla y castigarla con esta gor; ello es señal de que la Iglesia puede dar
condición, a saber, si procede de tal intención leyes en esta forma acerca de los actos externos
de odio u otra semejante, y no en otro caso. cuando bajo algún aspecto moral relativo al
El antecedente es claro por la tesis misma, estado de la Iglesia dependen del acto interior,
pues ésta supone que esa acción es mala aun sin aunque no dependan en la acción material ex-
tal intención y que consiguientemente es digna terna ni de alguna señal sensible; luego por la
de pena y que pertenece a la materia eclesiástica misma razón podrá prohibir y castigar igual-
o canónica: siempre hablamos en esta hipótesis. mente otros delitos externos según juzgue con-
La conclusión es también clara, porque por veniente.
esa condición el poder no se amplía sino que
se restringe su ejercicio, dado que la prohibi- 22. EN EL CAPÍTULO De Simón, SE TRATA
ción y el castigo son más moderados y restrin- DEL ACTO EXTERNO EN QUE NO APARECE NINGU-
gidos con esa condición que sin ella, como es NA MALICIA.—Ni tiene fuerza alguna contra esta
evidente. tesis el capítulo último De Simón, citado por la
Voy a explicarlo con un ejemplo: La Iglesia segunda opinión, porque habla de cuando en
puede excomulgar a todo aquel que cometa un el acto externo no aparece ninguna malicia ni
sacrilegio grave; si, pues, sólo excomulga a aquel presunción de ella; y en el mismo sentido habla
que lo cometa a sabiendas, no aumenta sino que expresamente el capítulo Tua nos del mismo tí-
modera el rigor y el ejercicio de su poder, y tulo. Más aún, allí se trata de cuando el acto
eso que la palabra a sabiendas lleva consigo una exterior tiene apariencia de bueno, por ejem-
condición relativa al acto interior, a saber, si plo, un acto de limosna o de culto religioso,
hace esto directamente a sabiendas y volunta- pero la intención es simoníaca, y por tanto esos
riamente. Por eso también la Iglesia castiga con textos valen para la tercera tesis y la confirman,
una irregularidad —digámoslo así— más grave pero no se oponen a esta cuarta.
pero más restringida el homicidio voluntario En el capítulo Venerabilem, párrafo último,
que el casual, los cuales sin embargo muchas que aduce AZPILCUETA, nada encuentro que
veces no difieren más que en el conocimiento haga al caso. Y del párrafo último, que cité
y en la intención interna. En rigor la Iglesia po- antes, sólo es posible deducir que puede du-
dría sancionar ambos homicidios con una irre- darse de si es justo el precepto de un superior
guralidad igual, pero por benignidad quiso mo- que prohiba un acto de suyo bueno, ya que allí
derar el rigor cuando el homicidio no es bus- se permite que el trasgresor de tal precepto sea
cado por sí mismo o directamente voluntario. absuelto por si acaso; sin embargo, absoluta-
mente, más bien se supone que se presume que
21. Hay otro ejemplo excelente que confir- tal precepto es justo aunque la intención del que
ma toda la doctrina que hemos dado: Es cosa manda sea oculta. Los corolarios que allí se sa-
cierta que el hereje externo no incurre en ver can son falsos, según hemos dicho ya sobre los
dadera censura de herejía si no se manifiesta dos primeros y diremos enseguida sobre el
al exterior con intención herética, pues si úni- tercero.
camente simula pero internamente no disiente
de la fe, no incurre automáticamente en cen- 23. Los argumentos de la primera opinión,
sura; luego tal censura se impuso por razón del unos confirman esta tesis, otros la primera, y
acto externo con dependencia de la intención nada más prueban. Acerca del capítulo Omnis
interna, y eso que el acto externo, por lo que utñus que y del capítulo Dolentes y de la Cla-
toca a la acción o sentido material, no depende mentina 1.a se ha dicho bastante en los corola-
de ella ni puede externamente distinguirse si rios de la primera tesis.
procede de intención herética simulada o ver- Sobre el tercer argumento, del capítulo Com-
dadera. missa, muchos entienden ese texto del que reci-
Igualmente hay impuesta una irregularidad a be un beneficio parroquial o curado sin la inten-
quien rebautice, y sin embargo no la contrae ción puramente interna de ordenarse dentro del
si rebautiza externamente simulando pero sin año, y dicen que esa falta de intención se cas-
intención, por más que a la Iglesia no pueda tiga con la privación de los frutos por su unión
constarle de tal ficción ni de la falta de inten- con la obra exterior aunque no se manifieste ex-
ción. Y la Iglesia hubiese podido imponer la ternamente. Más aún, añade SOTO que si uno al
irregularidad por la repetición externa del bau- principio no tuvo esa intención y pasados seis
Cap. XIII. Poder sobre los actos internos y externos 427
meses comenzó a tenerla, a pesar de ello queda mente los frutos del beneficio y por consiguiente
privado de los frutos de aquellos seis meses, y no los hace suyos. En ese caso no percibe los
al revés, si al principio recibió el beneficio de frutos por razón del cargo que ejerza, siendo
buena fe y pasados seis meses la cambia y deter- como es incapaz de él; luego a lo sumo podría
mina no ordenarse, desde entonces comienza- a percibirlos por la esperanza de obtener el cargo
no producir sus frutos; finalmente para cual- cuanto antes o dentro del tiempo señalado; aho-
quier tiempo del año para el cual aquél no tiene ra bien, esa esperanza la elimina la mala inten-
intención de ordenarse sacerdote —sea inten- ción; luego hace a tal persona incapaz de los
ción formal sea habitual dejada por aquella y no frutos, a no ser que cambie de intención y se
retractada—, establece la norma general de que ordene en el debido tiempo.
en ese tiempo queda privado de los frutos aun-
que por fin se ordene dentro del año. 26. Pero esta respuesta no tiene base sóli-
da, pues es indudable que si la ley del citado
24. Pero ciertamente ese texto no es tan capítulo Commissa no hubiese añadido esa pri-
riguroso, y, tratándose de una ley penal, no hay vación de los frutos, no podría decirse con su-
que aumentar el rigor. ficiente fundamento que quien recibe el bene-
En primer lugar, el sentido ese, aplicado a ficio sin tal intención no hace suyos los frutos,
la intención meramente interna, no parece te- sobre todo con relación a los frutos de todo el
ner lugar según nuestra cuarta tesis, porque el beneficio.
recibir un beneficio no es de suyo un acto Lo primero, porque el beneficio, aun el cu-
malo y digno de castigo. Por consiguiente, ese rado, no se da sólo por razón del cargo propio
texto en ese sentido, más bien parece valer en del sacerdote: se da también por el cargo de
contra de la tercera tesis, y por tanto alguno rezar las horas canónicas, y quien tuviera así el
podría decir que ese texto se debe entender de beneficio podría rezar las horas; se da también
una intención no meramente interna sino de por el servicio del coro y la administración de
tal manera manifestada o al menos insinuada la Iglesia, que pueden desempeñarse sin la or-
por alguna señal, que la Iglesia razonablemente denación sacerdotal.
pueda presumirla. Además, este beneficio no se da de tal forma
Pero este sentido no es admisible: lo prime- por el cargo de celebrar misa y de administrar
ro, porque es contrario a la interpretación gene- los sacramentos —para lo cual se requiere la
ral tanto de los juristas como de los teólogos con ordenación sacerdotal— que obligue sin remedio
la GLOSA de ese pasaje; lo segundo, porque es a ejercitar estos ministerios personalmente, pues
contrario al sentido propio de las palabras del pueden ejercitarse por medio de un tercero, so-
texto, el cual dice sencillamente: Si no teniendo bre todo temporalmente, y si se ejercitan así,
intención de ordenarse de sacerdote, etc.; lo eso bastará, al menos para que el beneficio haga
tercero, porque es contrario a la razón del texto: suyos los frutos sin obligación de restituir, so-
Habiéndolos recibido fraudulentamente, pues bre todo si reside y rige la iglesia personalmen-
esto se hace en virtud de la intención interior; te; si la ley humana no lo prohibiese, también
lo cuarto, porque el texto añade A no ser que un beneficiado no sacerdote y que tuviese inten-
cambiando de propósito: luego había hablado ción de no ordenarse podría cumplir con su
de la intención de la voluntad; finalmente, por- cargo durante un año de tal manera que hiciese
que expresa la privación automática de los fru- suyos los frutos.
tos: luego no trata de una presunción sino que
tiene por suficiente el que falte la intención in- 27. Confirmación y explicación: Si un sa-
terior. cerdote recibiese ese beneficio con intención de
no ejercitar los ministerios sacerdotales en él du-
25. Otros responden que esa no es una pena rante un año, no por eso dejaría de hacer suyos
impuesta por la ley humana sino la obligación los frutos con tal que por lo demás cumpliese
de restituir o la incapacidad de percibir frutos enteramente con su cargo, parte por sí mismo,
que se sigue naturalmente de tal intención y que parte por medio de otros.
esa ley declara. La cosa es clara, porque un be- Igualmente, quien recibiera el beneficio antes
neficio curado únicamente se da por razón del del sacerdocio con intención de ordenarse den-
cargo, el cual no puede ejercerse sin el sacerdo- tro del año pero de no ejercitar el ministerio en
cio, y por tanto uno que no sea sacerdote y él por sí mismo tan pronto ni hasta pasado algún
reciba el beneficio sin intención de ordenarse tiempo, no por eso estaría obligado a restituir
sacerdote, por ese mismo hecho recibe injusta- todos los frutos ni quizá una parte de ellos con
Lib. IV. La ley positiva canónica 428
tal que por lo demás supliera por medio de a los que los recibieran, y no podía haber nin-
otro lo que no hiciese por sí mismo y tuviese gún medio mejor para obligarles a tener esa
un cuidado suficiente de su iglesia; luego pres- intención.
cindiendo del derecho positivo, el caso sería el
mismo aunque uno recibiese el beneficio sin 29. Y si alguno objeta que esa ley también
intención de ordenarse dentro del año. era aplicable a aquellos que habían recibido
Prueba de esta última conclusión: No obstan- beneficios ya antes de aquel canon, respondo
te tal intención, podría cumplir con la obligación negándolo, porque la ley de suyo no tiene valor
del cargo por el que se le dan los réditos del retroactivo, y en ese caso no tiene por qué te-
beneficio para ese año. De esta forma, aten- nerlo y, tratándose de una ley penal, no se
diendo a sola la naturaleza de la cosa no falta- debe hacer esa ampliación sin causa suficiente.
ría título para recibir y conservar aquellos fru- O ciertamente, si esa disposición es aplica-
tos sin injusticia, a saber, el título del beneficio ble a los beneficios recibidos anteriormente, será
con rezo, administración y suficiente servicio en el sentido de que después que se dio aquella
del beneficio en todo ese tiempo de la manera ley, se comenzó a retenerlos de mala fe y se
que se ha explicado. perseveró en ésta durante el resto del año, se-
gún lo que se dirá en el punto siguiente.
28. Así pues, la verdadera respuesta a mí
De esta manera queda explicado ese canon, el
me parece ser que esa no es una verdadera pena
cual no tiene nada que ver con la tesis cuarta
impuesta por la culpa interior, aun en el caso
ni se opone a la tercera sino que contiene una
de que ésta se añada a un acto externo de suyo
limitación de otra clase, pues señala el modo y
no malo; que tampoco es una obligación de
la condición para dar tales beneficios a tales
restituir por falta en el oficio o en el servicio
personas.
del beneficio; sino una disposición prudente de
la Iglesia, la cual determinó que a uno que no
esté ordenado no se le dé un beneficio a no 30. Otra interpretación cabe en conformi-
ser con esa carga y condición. dad con la tercera tesis: que esa es una pena
Por consiguiente, desde que se estableció ese impuesta por la omisión externa de la orde-
canon, por el mismo hecho de que tal persona nación sacerdotal que quien recibe tal beneficio
acepte el beneficio lo acepta con esa carga, y tiene obligación de recibir en el término de un
por tanto, si no cumple la condición, no hace año, ya que tal omisión procedió de esa inten-
suyos los frutos porque la Iglesia no le ha dado ción fraudulenta.
derecho a ellos. Para explicar esto, quiero advertir acerca de
Ni hay inconveniente en que la Iglesia, aun- ese texto que en él no se pone la condición Si
que no juzgue de las cosas ocultas, dé el bene- recibe el beneficio sin intención de ordenarse
ficio bajo una condición oculta e interna: para sacerdote en el término de un año como suficien-
esto no es necesario que ella juzgue de la condi- te en absoluto para contraer la obligación de
ción, basta que juzgue —sin más juicio de la restituir, sino con la siguiente atenuante: A no
Iglesia— quien recibe el beneficio y que por ser que cambiando de propósito se ordene. De
el juicio de su conciencia se vea obligado a esto se sigue que aunque uno reciba el beneficio
restituir los frutos que no hizo suyos. sin esa intención y continúe así durante once
Muchas veces en una concesión externa va in- meses, si por fin cambia de intención y se orde-
na en el último mes, hará suyos los frutos o
cluida una condición interna por parte del que
—digámoslo así— confirmará la propiedad en
la recibe: así, cuando un obispo confiere las
su conservación, porque la Iglesia no quiso po-
órdenes a otro, va en ella incluida la condición
ner esa condición de otra manera, como consta
de que el otro tenga la intención de recibirla.
por el texto.
También yo puedo dar una limosna a un po-
bre poniéndole por condición que tenga inten- Hay una razón muy buena de ello, y es que
ción de orar por mí y que si no la tiene no que- de esta manera esa ley consigue mejor el efecto
de dueño de la limosna. ¿Qué impide que lo que pretende, el cual es que aquél, una vez que
haga así pudiendo yo disponer de lo mío a mi ha aceptado el beneficio, se ordene y cumpla con
gusto? Pues también la Iglesia pudo disponer él; en efecto, por la ordenación se cancela el
así las cosas al tratarse de la concesión de bene- primer defecto, porque se cumple la condición
ficios parroquiales, porque así convenía obligar exigida por la Iglesia, la cual en resumen es que
Cap. XÍV. Forma de las leyes canónicas 429
no se tenga esa mala intención desde el prin- ley humana como tal, y nada particular tene-
cipio o al menos no se continúe en ella sin mos que observar sobre la ley canónica.
ordenarse de hecho en todo el año. Más aún, lo que sobre la forma extrínseca
Por consiguiente, lo que SOTO dice sobre la dijimos al tratar de las leyes civiles, en gran
obligación de restituir valedera para cualquier parte es aplicable a las leyes canónicas, porque
tiempo del año para el cual no se tiene la de- les cuadra a ellas en cuanto que son humanas,
bida intención, no tiene lugar si por fin se cam- no en cuanto que son civiles o seculares. Por
bia de propósito y se recibe la ordenación dentro tanto, también las leyes canónicas consisten en
del año, porque entonces no hay que hacer nin- una señal sensible y requieren palabras que ex-
guna restitución, según he dicho y según consta pliquen suficientemente el precepto o voluntad
por el texto. que tiene el superior de obligar con las condi-
Eso es señal de que esa pena —si es pena— ciones que sean suficientes para una ley, por
no se impone por sola la intención interna ejemplo, que sean perpetuas, generales y otras
considerada en sí misma, sino en cuanto que semejantes, según se explicó allí; también expli-
se añade y se manifiesta en la omisión externa camos allí qué palabras son suficientes para ello.
de todo el año, omisión que es mala y que po-
dría ser castigada con esa pena aunque no se 2. N o ES ESENCIAL A LA LEY CANÓNICA EL
hubiese tenido esa intención desde el principio QUE SE ESCRIBA.—Fuera de eso, ni por el de-
sino que se la hubiese contraído dando largas recho divino ni por el eclesiástico existe una
por negligencia durante todo el año. De esta determinada forma verbal que se haya de obser-
manera ese texto confirma la tercera tesis y en var al dar las leyes canónicas, sobre todo con
nada se opone a la cuarta. relación a los cánones propiamente dichos, cuyo
Los otros puntos que toca SOTO, a saber, si autor es el Papa, el cual siempre es superior a
ese texto en lo que dice de la recepción del be- ellos y por tanto no está sujeto a una forma ver-
neficio alcanza también a su conservación, y si bal determinada.
en lo que dice de los beneficios parroquiales al- En cambio los obispos, superiores o cabildos
canza también al del episcopado y otros seme- inferiores al Papa pueden verse limitados y te-
jantes, no pertenecen a la materia que ahora ner que observar una forma verbal o solemni-
tratamos. dad determinada. Pero tampoco consta cuál
31. EXPLICACIÓN DE LA CLEMENTINA.— haya de ser ésta, al menos por el derecho co-
Acerca de lo cuarto —de la censura que en la mún, pues aunque, tratándose de ciertos estatu-
Clementina 1.a, párrafo Verum se impone a los tos, se requiere el consentimiento del cabildo
inquisidores que proceden injustamente por odio con relación al superior, o al revés el consenti-
o por sórdida intención— dicen algunos que se miento del superior con relación al cabildo o
trata de un odio manifestado por señales exter- algo semejante, eso más es una limitación del
nas; pero esta interpretación no tiene base en poder que una determinación de la forma que
el texto ni hay razón para darla, porque la ex- se ha de observar al dar la ley.
comunión se da no por otra señal del odio sino Además, tampoco es esencial a la ley canó-
únicamente por el efecto injusto que procede de nica el que se escriba: los argumentos que acerca
él. Y así, ese texto prueba la cuarta tesis, según de este punto adujimos para la ley civil, tienen
dije también en el tomo 5.°, en la citada disp. fuerza probativa sobre todo para la ley canónica
4.a, sect. 2. a y principalmente para la pontificia por la so-
Lo mismo se debe decir también sobre lo beranía de su poder, según he dicho.
quinto de la Clementina 5.a y sobre lo sexto del En cambio los estatutos de los inferiores al
citado capítulo Si quis: esas acciones que ahí se Papa, siempre se dan por escrito, y así se debe
condenan están prohibidas y son malas por otros hacer para evitar toda ambigüedad u obscuri-
conceptos, y normalmente manifiestan la mala dad. Por consiguiente, también es preciso que
intención de que proceden. por el tenor del texto mismo conste que pro-
Los restantes puntos de esa opinión tienen ceden del poder legislativo y que contienen un
valor en conformidad con la cuarta tesis. acto suyo; en otro caso no será una señal sufi-
ciente de la voluntad del superior de dar una
ley o de obligar a sus subditos con la obliga-
ción general y estable de una ley. Esto lo ex-
CAPITULO XIV plicaré en el punto siguiente.