0 Bewertungen0% fanden dieses Dokument nützlich (0 Abstimmungen)
110 Ansichten4 Seiten
En 3 oraciones o menos:
María es llamada por Dios para ser la Madre de Jesús, el Hijo de Dios y Salvador de la humanidad. Ella acepta humildemente esta sublime vocación. En la cruz, Jesús la proclama como la Madre de la Iglesia, para que continúe protegiendo y auxiliando a los creyentes. De esta forma, María es la Madre de Jesús y también la Madre de todos los que forman parte de la Iglesia.
En 3 oraciones o menos:
María es llamada por Dios para ser la Madre de Jesús, el Hijo de Dios y Salvador de la humanidad. Ella acepta humildemente esta sublime vocación. En la cruz, Jesús la proclama como la Madre de la Iglesia, para que continúe protegiendo y auxiliando a los creyentes. De esta forma, María es la Madre de Jesús y también la Madre de todos los que forman parte de la Iglesia.
En 3 oraciones o menos:
María es llamada por Dios para ser la Madre de Jesús, el Hijo de Dios y Salvador de la humanidad. Ella acepta humildemente esta sublime vocación. En la cruz, Jesús la proclama como la Madre de la Iglesia, para que continúe protegiendo y auxiliando a los creyentes. De esta forma, María es la Madre de Jesús y también la Madre de todos los que forman parte de la Iglesia.
Mis queridos hermanos hemos llegado al ltimo da de la novena a Nuestra Madre del Perpetuo Socorro. Durante todo el novenario nos hemos dedicado a reflexionar sobre las diferentes vocaciones o llamadas de parte de Dios para salvarnos. Despus de la llamada a la existencia, hablamos de la principal vocacin para lograr el objetivo final que Dios quiere de nosotros, la salvacin, el cielo. La vocacin a la santidad. Hemos visto da a da que esta salvacin hay que lograrla cada uno siendo fiel a la vocacin que Dios quiere para l. Pero hermanos, estamos celebrando la novena a la Virgen del Perpetuo Socorro y no hemos hablado ningn da de la Virgen. Aquel nio al que su mam le enseaba la seal de la cruz: en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo, le dijo a su mam: - Mam, te has olvidado de la madre Hermanos, nosotros los misioneros Redentoristas no nos hemos olvidado de Nuestra Madre del cielo. San Alfonso nos dej dicho que el ltimo da de la misin, de la novena o de los retiros, siempre hay que hablar de la Virgen. Hoy vamos a admirar a Mara llamada por Dios a ser Madre de Jess y Madre de la Iglesia.
1) La Virgen llamada a ser Madre de Jess:
La Virgen Santsima es una criatura que sali como nosotros de las manos de Dios y tambin le asign una vocacin, pero a Ella la ha llamado a una misin sublime y universal, en el sentido que su vocacin repercute en bien de toda la humanidad. Es llamada a ser la Madre del mismsimo Hijo de Dios, el Redentor de la humanidad. La vocacin de la Virgen fue de esta manera: nos dice el evangelista San Lucas como hemos ledo en el evangelio que la jovencita Mara era amiga de Dios y se haba consagrado a l de una forma total. Pero un da Dios decidi salvar a la humanidad de su situacin de pecado y puso los ojos en Ella. Envi una embajada desde el cielo a la tierra para comenzar la Redencin. En el instante en que Dios quiere realizar la salvacin de los hombres, es cuando Mara es una pieza fundamental. Dice el autor de la carta a los Glatas: "ms al llegar la plenitud de los tiempos, envi Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para redimir, a los que estaban bajo la ley, para que recibisemos la adopcin" (Gl. 4, 4-5). (Lc. 1, 26-38) -. Nos dice el Evangelio de San Lucas que en este momento crucial de la historia, la plenitud de los tiempos, Dios mand un ngel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, para hablar con una virgen, que estaba desposada con un varn, que se llamaba Jos de la casa de David. Y el ngel presentndose delante de aquella jovencita le dijo: -. "Salve llena de gracia, el Seor es contigo". Y la joven se turb al or aquellas palabras tan bonitas y pensaba qu podra significar aquel saludo..... Y sigue el Evangelio diciendo que el enviado de Dios continu: -. "No temas, Mara, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirs en tu seno y dars a luz un hijo, a quien pondrs por nombre Jess". (Lc.1, 30-31). Hermanos, Dios, por medio del ngel, la est llamando para que sea su colaboradora en la obra de la Redencin de la humanidad. Aquella jovencita tiene ms o menos quince aos. Es libre como todos nosotros. Pero tiene que responder a esa sublime vocacin. Todas las mujeres de aquellos das queran ser madres, para ver si tenan la dicha de ser madre del Mesas. De pronto, Mara es llamada por Dios para ese gran honor. Ella pensando en su interior lo que le haba prometido a Dios dijo: -. "Cmo podr ser esto, pues no conozco varn?" (Lc. 1, 34). Es decir, no tengo intencin de unirme con ningn hombre para tener un hijo. Dios lo sabe muy bien. El ngel le replic: -. "El Espritu Santo vendr sobre ti, y la virtud del Altsimo te cubrir con su sombra, y por esto el hijo engendrado ser santo, ser llamado Hijo de Dios" (Lc. 1, 35). Y Mara reflexion y, sin duda, sinti en su interior que era Dios quien la llamaba a ser la Madre del Redentor. Y dijo: -. "He aqu la esclava del Seor; hgase en m segn tu palabra" (Lc. 1, 38)... Y con estas solemnes palabras de Mara comenzaba una nueva era para la humanidad entera, la era de la Redencin. Con el consentimiento de la joven virgen el Hijo de Dios anid en sus entraas por la accin del Espritu Santo y se hizo hombre, asumiendo la naturaleza humana para comenzar la reconstruccin de la misma. Aqu hermanos, en las entraas de la Virgen Madre comienza la Salvacin. Esta es la gran vocacin de la Virgen, ser Madre de Jess, el Hijo de Dios y Salvador de la humanidad. 2) Mara llamada a ser Madre de la Iglesia. (Jn. 19, 25-27). 1) Es cierto que la Madre de Jess no aparece mucho en el Evangelio; pero no podemos ir recorriendo uno a uno todos los pasajes donde es llamada y se hace presente con prontitud y generosidad, porque seramos muy largos. Hagamos un parntesis y, por favor, trasladmonos al ltimo da de la vida de su Hijo aqu en la tierra... Subamos a lo alto del monte Calvario para ver una escena del drama ms grande de la historia de los hombres. En la cima de aquel monte est congregada una inmensa muchedumbre, y en medio de aquella muchedumbre hay tres crucificados; dos ladrones a los lados y en el centro est colgado de un madero Jess el Nazareno. Nos dice sobriamente el evangelista San Juan: "Estaban junto a la cruz de Jess su Madre y la hermana de su Madre, Mara la de Cleofs y Mara Magdalena" (Jn. 19, 25). 2) Este es el trance ms sublime en la vida de Jess, el de su entrega. Despus de su largo y doloroso camino de la Pasin ha llegado a lo alto del monte de la salvacin. Acaban de crucificarlo. Est destrozado; su rostro manchado de sudor y sangre, sus ojos rojos por la fiebre, su cabeza coronada de espinas, sus espaldas aradas por los latigazos. Colgado en un madero como los grandes malhechores, suspendido entre el cielo justiciero y la tierra deicida, implorando la misericordia del Padre para la humanidad. All, junto a la cruz, estaba su Madre. En el momento culminante del dolor Mara estaba junto a su Hijo. Est padeciendo con El, porque Mara est asociada a Jess en la obra de la Redencin; por eso el Concilio Vaticano II le da los ttulos de "Abogada, Auxiliadora, Socorro y Mediadora" (LG. 62, 1). 3) La Virgen es proclamada por Jess Madre de la Iglesia: Eran las tres de la tarde del da de viernes Santo, cuando Jess siente que sus fuerzas se terminan y que se va a morir. En ese trance supremo mira a Mara y le dice: -. "Mujer he ah a tu hijo". Luego dijo al discpulo: -. "He ah a tu Madre". Hermanos, en estos momentos Jess no dijo "Madre", dijo "mujer"; e. d. aludi al ser de la fecundidad. Aqu no se trata de su Madre, sino de la mujer, que es smbolo de la maternidad universal. La palabra de Jess tiene un sentido mesinico; la proclama Madre de todos los hombres; es decir, Madre de la Iglesia. Dentro de unos momentos veremos al centurin abrir con la lanza el costado de Jess partiendo su corazn y veremos salir sangre y agua en medio de un dolor inmenso de la Virgen Madre. En realidad, es, segn muchos escrituritas, el momento del nacimiento de la Iglesia. Ante el dolor de la Madre muere el Hijo y nace la Iglesia para continuar la obra de salvacin. Por eso, Jess dice: "Mujer, he ah a tu hijo". Se refiere a la Iglesia. Desde entonces la Virgen es Nuestra Madre, y nos sigue protegiendo; es nuestro socorro y nuestra abogada y por eso merece todo nuestro amor.