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ENFERMEDADES VENÉREAS

También llamadas venéreas, son aquellas que se adquieren a través de las prácticas
sexuales con personas infectadas. Tienen amplia incidencia y difusión y son de
constante incremento a nivel mundial pues están relacionas a patrones de
comportamiento promiscuo (relaciones sexuales inseguras, sin uso de protección:
preservativos), con parejas múltiples, sin cuidado de hábitos de higiene personal. El
problema que genera en el ámbito de la salud pública, radica que algunas de éstas
enfermedades pueden encontrarse en estadio de cronicidad asintomática,
desconocidas o ignoradas por el mismo paciente, que ante parejas sexuales ocasionales
no prevenidas, facilita su contagio, haciendo prácticamente imposible la erradicación.

“Son las únicas enfermedades que se adquieren con placer, sin tomar en cuenta el
posterior displacer y a veces graves consecuencias que acarrean a la salud”.
La nucleación de las enfermedades venéreas comprende por lo general, la sífilis, la
blenorragia o gonococcia, el chancro blando, el linfogranuloma venéreo, el
condiloma acuminado (o papiloma venéreo), y algunas ectoparasitosis como la
pediculosis púbica (ladilla). Existen otras infecciones transmitidas por contacto sexual,
que sin ser catalogadas de venéreas, ocasionan molestos y recurrentes problemas a las
parejas. Tal el caso de la tricomoniasis y la candidiasis, que suelen ser repetidos
huéspedes del flujo vaginal. Otras enfermedades que debemos incorporar al grupo de las
E.T.S., son: la Hepatitis B y el sindrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)
producida por el HIV.

El recrudecimiento de la morbilidad venérea obedece a una multicausalidad, con un


común denominador que es la disminución del nivel de vida de la población. Entre las
causales de importancia merecen mencionarse a:

1. precariedad social, que es sinónimo de precariedad sanitaria e incremento de la


promiscuidad, destacándose mayor incidencia del comercio sexual en capas sociales
bajas, donde existe desinformación y abunda la falta de higiene.

2. La libertad sexual que caracteriza a la nueva generación de adolescentes, con


escasas ataduras a valores convencionales, con multiplicidad de contactos
ocasionales, con prácticas sexuales donde suele ser habitual el cambio de parejas, en
una etapa de la vida donde se relega la higiene y el autocuidado a segundos planos,
manifestaciones todas ellas que culminan en sexo no seguro, promiscuo, y
vulnerable a cualquier tipo de enfermedad venérea.
3. El mecanismo polimorfo habitual de contagio, con lo complejo que resulta
identificar a los contactos, y con el agravante en la infección gonocóccica y
sifilítica, de casos asintomáticos principalmente en las mujeres, que actúan de
portadoras desconocidas (aún por ellas mismas), propagando la enfermedad en
proyección geométrica.

La sífilis y la blenorragia han penetrado en todos los grupos de edad, raza y sexo, y en
casi todas las regiones geográficas del mundo, tanto urbanas como rurales.
El control de las enfermedades venéreas depende deprincipios que no son secretos de
ningún país y que, en realidad, están claramente expuestos en algunas de las más
antiguas obras de medicina.

Por sus implicancias y características epidemiológicas son de notificación obligatoria.


El grupo de mayor afección se ubica entre los 15 y 30 años de edad, de prevalencia en
varones, aunque en el sexo femenino como ya dijimos, existe un importante porcentaje
de portadoras asintomáticas o con diagnósticos erróneos.

PREVENCIÓN EN ENFERMEDADES VENEREAS:

PREVENCIÓN PRIMARIA: Educación Sexual, práctica de sexo seguro, en lo posible


relaciones sexuales con pareja estable libre de infección, vigilancia de la higiene
personal, consulta periódica al médico especialista para exámenes genitourinarios de
control (especialmente en personas trabajadoras sexuales), conocimiento y práctica de
las medidas de bioseguridad.

PREVENCIÓN SECUNDARIA: Detección precoz de la afección y tratamiento


inmediato del enfermo y sus contactos sexuales cercanos, seguido de la notificación y
búsqueda de los demás contactos sexuales que constituyen el racimo de ese paciente
considerado como índice.

QUE SE DEBE HACER EN EL CASO DE LAS ENFERMEDADES VENEREAS

Se deben conocer los aspectos que atañen a la prevención y a la detección precoz:

➢ a) Evitar las relaciones sexuales con quienes tienen parejas sexuales múltiples,

➢ b) Mantener la higiene de los órganos sexuales, usando abundante jabón y agua,


especialmente después de mantener relaciones,

➢ c) Informar a las parejas de personas infectadas, que deben también recibir


tratamiento,
➢ d) Dentro de la Educación de la Salud, se deben incorporar el conocimiento
necesario para entender cómo se contraen y cómo se controlan las
Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) más frecuentes,

➢ e) La importancia del uso de preservativos, como forma de prevención.

Se deben identificar a los grupos de riesgo de contraer ETS, que adoptan conductas
irresponsables tales como: efectuar relaciones sexuales sin protección y no observar
hábitos de higiene sexual.

Una vez que se tenga la información la persona informada debe colaborar con el
profesional de la salud en el diagnóstico precoz de las ETS, por medio de la
interpretación de síntomas y signos precoces que sean referidos por algún miembro de
la familia o la comunidad (eliminación de secreciones por los conductos urogenitales,
percepción de ardor o dolor en dicha región, aparición de ganglios inguinales, etc.), ya
que de esa manera, se puede llegar a resolver dos problemas: la curación del enfermo
con un tratamiento oportuno y evitar la propagación de la enfermedad.

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