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CONCIENCIA, EGO Y PSIQUIS

JEAN MARC-MOUILLIE
Versión española: Prof. Mag. Marta Bayarres

Esta es la primera entrega de la serie de traducciones de la obra citada

Los interrogantes sobre el ser y los significados del sujeto, sobre la

pertinencia misma de la cuestión del sujeto, se encuentra en el corazón de
la reflexión contemporánea. Concebido como una introducción al
pensamiento sartreano, este pequeño libro querría mostrar porqué y cómo,
de manera fundacional e innovadora, Sartre critica la idea de un sujeto
sustancial en nombre de una “subjetividad sin sujeto” y, haciendo ésto,
hace la precisión a la vez< del sentido de nuestra vida psicológica y del de
una filosofía de la libertad.

Una filosofía de la conciencia no es necesariamente ni directamente

asimilable a una filosofía del sujeto. Sartre trata incluso de mostrar su
oposición rigurosa. Lo que él llama “conciencia”, en el sentido más estricto,
no sabría identificarse con el “moi”1, con el “ego” (ya sea que éste esté
constituido, ego mundano, o constituyendo, ego trascendental), con la vida
psicológica, ni ninguna otra forma de captación reflexiva de sí. Cada una de
estas figuras del sujeto traduce en efecto una manera de aproximarse al
modo de objetivación en tanto Sartre identifica la conciencia con la fuente
de la vida intencional, con la apertura al sentido, el cual precede todo acto
reflexivo. Ella no es por tanto tampoco un carácter de nuestra vida empírica
(estado del cuerpo, grado de percepción, atención, etc.). Irreductible a una
realidad física o psíquica, ella designa la estructura originariamente
constitutiva de aquello a lo cual nuestra vivencia se remite: objetos
percibidos, objetos ideales, imágenes, concepciones, sentimientos, afectos.

Sartre denomina “conciencia” aquello por cual alguna cosa nos es dada, la
trascendencia que se abre a las trascendencias: bajo su pluma, en efecto, le
término de “trascendencia” designa tanto (como en Husserl) el carácter de
darse de un objeto, tanto como la superación revelante hacia algo, propio
del existente (sentido tomado de Heidegger aún si la filiación permanece
laxa ya que éste no se refiere para nada al rol constituyente del Dasein en
una conciencia trascendental. Inmanencia trascendental (es decir fundando
las diferentes trascendencias que tienen valor para nosotros), la conciencia
es la dimensión subjetiva de la aparición de los fenómenos, no es un
fenómeno subjetivo apareciendo. El sujeto, fenómeno entre otros,
despojado de sus poderes, relevado de ese modo de la subjetividad,
estructura la fenomenalidad. Como contrapartida, una interpretación
subjetivista y psicologista de la inmanencia falsearía su sentido.

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Las negritas son mías
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