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CORROSIÓN.

-
SISTEMAS DE PROTECCIÓN DE
LOS METALES.

M. Carmen Soriano Lagos


2º Automoción.
El fenómeno de la corrosión.-
La causa de la oxidación se encuentra en la búsqueda natural del
equilibrio energético, por lo que el acero trata de volver a su estado estable:
óxido de hierro (compuesto de hierro y oxígeno).

La oxidación por acción directa no se desarrolla fácilmente sin la ayuda de


un agente externo, generalmente el calor (oxidación), el agua (corrosión
electroquímica) o ácidos y
álcalis (corrosión química).

La corrosión es un fenómeno
electroquímico complejo. Sobre
la superficie del acero existe la
presencia constante de
diferencias de potencial (áreas
anódicas y áreas catódicas).
Esto da lugar a la creación de
pequeñas pilas en las que, al
quedar el circuito cerrado por la
presencia de un electrólito
(agua), se establece una
corriente eléctrica que provoca
la corrosión del polo positivo
(ánodo), al ir perdiendo progresivamente sus electrones.

Este fenómeno se manifiesta con mayor intensidad si están en contacto


metales de distinta naturaleza, y, por lo tanto, de distinto potencial de la
serie galvánica (corrosión galvánica).

SERIE GALVÁNICA:

Extremo anódico (activo) Magnesio


Zinc
Aluminio, Cadmio
Plomo
Estaño
Níquel (estado activo)
Latones
Cobre
Bronces
Monel
Níquel (estado pasivo)
Titanio
Acero inoxidable
Plata
Grafito
Oro
Extremo catódico (noble) Platino
Formas de corrosión en el automóvil.-
La corrosión en el automóvil puede presentarse bajo dos formas:
generalizada, cuando afecta a toda la superficie expuesta a la corrosión, y
que puede causar un adelgazamiento general del metal; o localizada, en
resquicios, ataque bajo residuos, etc.

El primer caso suele actuar en zonas visibles, donde


la pintura ha resultado dañada por proyección de
piedras y arenas. Ocurre normalmente en la parte
frontal e inferior del vehículo.
En el segundo caso, comienza por la parte interna de
cuerpos huecos con drenaje deficiente y termina con
la perforación del elemento. Tiene lugar
generalmente en puertas, partes inferiores de la
carrocería y miembros estructurales.
Todo ello, unido a las peculiaridades constructivas de
las carrocerías, contribuye a que existan una serie de
zonas expuestas de un modo especial a la corrosión.

Es preciso tener en cuenta que el fenómeno de la corrosión no es igual de


activo en todos los lugares y que existen zonas más críticas donde el
proceso se ve acentuado por una serie de circunstancias.
- Zonas geográficas muy frías por la presencia de sal para la
eliminación del hielo y la nieve de las carreteras.
- Atmósferas calientes y húmedas como los climas
tropicales.
- Zonas costeras por la presencia de un ambiente salino.
- Zonas industriales, donde la contaminación motiva la
presencia de una serie de compuestos de azufre, nitrógeno
y c loro, que, combinados con el agua de la lluvia, forman
ácidos altamente corrosivos.

Procedimientos empleados contra la corrosión en el


automóvil.-
La protección anticorrosiva parte de una idea global presente en los
primeros pasos de la concepción del vehículo, con una marcada influencia
sobre dos aspectos fundamentales: el propio diseño del vehículo y la
aplicación de revestimientos protectores adecuados.

En la medida en que el diseño del vehículo contribuye a evitar puntos


propensos a un ataque corrosivo deben impedirse procesos de protección
complicados. Por esta razón, en el diseño de bordes y juntas se deberán
evitar esquinas muy agudas y zonas inaccesibles. Asimismo, debido a la
gran cantidad de secciones huecas que presenta una carrocería
autoportante, se les debe dotar de orificios que faciliten la salida de aire y el
drenaje del exceso de líquido en los procesos de recubrimiento por
inmersión, así como orificios taponables que permita un sellado posterior a
fondo y la inyección de materiales de prevención.

Al margen de estas medidas, la corrosión sólo se puede eliminar aislando el


metal de la acción del agua y del oxígeno; para ello se emplean una serie de
recubrimientos que, en líneas generales, van desde la utilización de chapas
pre-revestidas hasta la aplicación final de la pintura de acabado, pasando
por una serie de procesos intermedios, como: fosfatado de la carrocería
completa, electroforesis catódica de carrocería, obturación de cordones de
soldaduras y bridas remachadas, aplicación de material de protección
contra-gravilla, aplicación de material protector de bajos, imprimación de
carrocería completa, inyección de cera de cavidades, recubrimiento de
bajos con ceras. Pero nos centraremos en la protección catódica y la
anódica, tratadas a continuación.
PROTECCIÓN CATÓDICA:

Protección catódica por corriente impresa

La protección catódica es un sistema de protección contra la


corrosión ampliamente difundido hoy día en la industria.
Este procedimiento tiene como fundamento la polarización, a potenciales
más negativos, de la superficie metálica hasta alcanzar un grado de
polarización, en el cual se acepta que dicha superficie metálica es inmune a
la corrosión.
A continuación se expone una representación, que de un modo sencillo,
trata de hacer comprensible los principios de la polarización y significado de
los potenciales, en los procesos de corrosión y de protección catódica.

Un sistema de protección catódica bien diseñado y bien mantenido y


controlado es una de las mejores garantías que hay en contra de la
corrosión. De hecho existen instalaciones marítimas, (el agua de mar es uno
de los medios naturales más corrosivos) como por ejemplo algunas
plataformas marítimas, que no tienen protección pasiva (se suele llamar así
a las pinturas y otros revestimientos) y sin embargo tienen un buen sistema
de protección catódica, y que se encuentra operando desde hace más de 20
años, sin problemas de corrosión en su parte sumergida o enterrada.
Hay que tener en cuenta que la protección catódica solo puede aplicarse a
las superficies metálicas sumergidas o enteradas, además del interior de
recipientes o tuberías con agua, y también a las estructuras de las
armaduras del hormigón aéreo, práctica dada día más en uso.

Ánodos galvánicos, ánodos de sacrificio

Se fundamenta en el mismo principio de la corrosión galvánica, en la


que un metal más activo es anódico con respecto a otro más noble,
corroyéndose el metal anódico.
En la protección catódica con ánodos galvánicos, se utilizan metales
fuertemente anódicos unidos, para proteger, dando origen al sacrificio de
dichos metales por corrosión, descargando suficiente corriente, para la
protección del metal.
PROTECCIÓN ANÓDICA:

La protección anódica consiste en la polarización de la pieza metálica hasta


un potencial fijo más positivo que el de equilibrio metal/disolución. En estas
condiciones, la velocidad de corrosión debería incrementarse notablemente
pero, en ciertos casos (es decir, para ciertos materiales), se observa que
esta velocidad es prácticamente cero.

La explicación se encuentra en el hecho de que al aumentar el potencial


aplicado a la pieza, se forma una capa superficial de óxidos metálicos que
“impermeabilizan” al metal masivo frente al medio agresivo en el que se
encuentra.

Evidentemente, esta capa de óxidos debe poseer ciertas características


físicas y químicas para proteger al metal de forma efectiva.

Existen metales como el Aluminio que


al contacto con el aire son capaces de
generar espontáneamente esta capa
de óxido y por lo tanto, se hacen
resistentes a la corrosión. Aún así, la
capa de óxido que recubre al metal no
puede ser cualquiera. Tiene que ser
adherente y muy firme, ya que de lo
contrario no serviría para nada.

Por ejemplo, el óxido de hierro no es


capaz de proteger al hierro, porque no
se adquiere a él en la forma requerida.

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