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El Tribunal Constitucional anuló la condena contra la ex congresista Elsa Canchaya por colocar a su empleada doméstica como asesora fantasma. El TC falló que el habeas corpus procedía a pesar de no afectar la libertad de Canchaya y que la condena prescribió, aunque la Corte Suprema explicó correctamente por qué no. El fallo del TC contradice la doctrina constitucional y busca beneficiar a la corrupta ex congresista.
El Tribunal Constitucional anuló la condena contra la ex congresista Elsa Canchaya por colocar a su empleada doméstica como asesora fantasma. El TC falló que el habeas corpus procedía a pesar de no afectar la libertad de Canchaya y que la condena prescribió, aunque la Corte Suprema explicó correctamente por qué no. El fallo del TC contradice la doctrina constitucional y busca beneficiar a la corrupta ex congresista.
El Tribunal Constitucional anuló la condena contra la ex congresista Elsa Canchaya por colocar a su empleada doméstica como asesora fantasma. El TC falló que el habeas corpus procedía a pesar de no afectar la libertad de Canchaya y que la condena prescribió, aunque la Corte Suprema explicó correctamente por qué no. El fallo del TC contradice la doctrina constitucional y busca beneficiar a la corrupta ex congresista.
Si bien ahora pareciramos estar acostumbrados a descubrir congresistas con empleados fantasmas, o empleados cuyos sueldos son recortados en provecho del elegido, debemos recordar que en abril de 2007 fue el caso de la congresista Elsa Canchaya Snchez (PPC) el que inaugur esta delictiva prctica y con ello abon de manera muy significativa al creciente desprestigio de ese poder del Estado. La singular congresista haba colocado entre los asesores de su despacho a una persona que cumpla labores de empleada del hogar en su propio domicilio. En aquellos das el caso fue un verdadero escndalo poltico que termin con el desafuero de la congresista y el inicio del proceso penal en el que deba rendir cuentas ante la justicia.
La condena de Canchaya Ciertamente la justicia actu de manera oportuna y ante la evidencia el 7 de octubre de 2009 el Vocal Instructor -Scrates Zevallos- de la Corte Suprema de J usticia dict sentencia condenando a Elsa Canchaya Snchez como autora del delito contra la administracin pblica -en la figura de nombramiento ilegal para ejercer cargo pblico en agravio del Estado-, por lo cual le impuso la pena de multa de 120 das multa y pena de inhabilitacin por el perodo de tres aos, ms 30 mil soles de reparacin civil. Si bien Canchaya apel la condena el 4 de mayo de 2010 la Sala Penal Especial de la misma Suprema integrada por Prado Saldarriaga, Prncipe Trujillo y Santa Mara Morillo- confirm esta sentencia en todos sus extremos.
Hasta aqu pareciera que esta historia termin como corresponde, es decir, con el corrupto condenado y fuera de la administracin pblica. Pero el hecho es que en una reciente sentencia el Tribunal Constitucional -con una arbitrariedad que solo llama a la sospecha- ha decidido anular la condena impuesta a Canchaya Snchez y ordenar un nuevo pronunciamiento del Poder J udicial.
Cmo lo hizo?
Casi dos aos despus de haber sido condenada por el Poder J udicial el 14 de marzo de 2012- la ex congresista interpuso una demanda de Habeas Corpus contra los magistrados que le impusieron la condena, con el objeto de que se declare la nulidad de la resoluciones judiciales del 7 de octubre de 2009 y del 4 de mayo de 2010. Cules son los argumentos de la demanda? Son bsicamente dos: a) cuestiona que el proceso judicial porque supuestamente el hecho por el que fue juzgado no est comprendido en el tipo penal (dice que ella no contrat a nadie), y b) afirma que la resolucin del 4 de mayo de 2010 se emiti cuando el caso ya haba prescrito.
Los argumentos no eran nuevos. En realidad fueron los principales argumentos de la defensa de Canchaya Snchez durante el proceso penal y ambos fueron desestimados.
El 15 de marzo de 2012 el 34 J uzgado Penal de Lima rechaz liminarmente la demanda y el 9 de mayo de ese ao la Sala Penal de Lima confirm tal decisin. El fundamento para el rechazo liminar fue que en la demanda no estaba acreditado la conexidad del asunto de la demanda con la libertad personal de Elsa Canchaya.
A pesar de ello la ex congresista en junio del ao pasado decidi presentar un Recurso de Agravio Constitucional y as tuvo la posibilidad de llegar ante el Tribunal Constitucional y all la suerte le volvi a sonrer. Y vaya de qu manera
El pasado martes se hizo pblica la sentencia del Tribunal Constitucional de fecha 4 de setiembre de 2013- en la cual ha dispuesto la anulacin de la sentencia condenatoria impuesta por el Poder J udicial. Para llegar a semejante conclusin los magistrados del TC asumen una interpretacin no solo arbitraria, sino antojadiza y abiertamente ilegal sobre dos aspectos centrales del caso planteado en la demanda de habeas corpus: la procedencia del habeas corpus sobre asuntos que no afectan la libertad individual y la prescripcin de los delitos cometidos congresistas de la repblica en el ejercicio de sus funciones.
El habeas corpus en asuntos que no afectan la libertad individual La razn por la cual los jueces del Poder J udicial rechazaron liminarmente la demanda de habeas corpus es porque reconocieron que si bien la ex congresista alega una supuesta amenaza a la libertad individual, derecho protegido por el Habeas Corpus, lo cierto es que la condena impuesta contra ella no contempla la pena privativa de la libertad, ya que solamente se le impone una pena de 120 das multa y la pena de inhabilitacin, como corresponde frente a la comisin de un delito contra la administracin pblica. Entonces no existe una amenaza y menos un agravio a la libertad individual. Consecuentemente la razn de la demanda est fuera del marco de proteccin del habeas corpus.
Frente a ello el TC postula como argumento algo verdaderamente inconsistente. Dice la sentencia que si bien en el caso de autos a la recurrente no se le impuso una pena efectiva de restriccin de su libertad, fue condenada con pena de multa de ciento veinte das e inhabilitacin por tres aos y al pago de de treinta mil nuevos soles por concepto de reparacin civil; y si bien la condena limit derechos en menor grado, lo concreto es que existe una limitacin, razn por la cual sera ilegtimo expresar que como no est privada de su libertad la condena no la afecta.(Fundamento 4).
Con este semejante argumento, con por el cual se tira al tacho toda la doctrina y jurisprudencia constitucional relacionada al marco de proteccin del habeas corpus, el TC le abre la puerta de ingreso a una accin que jams debi llegar al Tribunal Constitucional. Entonces, a partir de ahora no importa la naturaleza de la afectacin para que proceda el habeas corpus. Ya no interesa que la ley exija que la afectacin deba ser a la libertad individual. Es suficiente que, a criterio del TC, exista una limitacin y punto.
El presidente del TC, el magistrado Urbiola Hani en su voto singular afirma de manera categrica que el asunto propuesto en la demanda no contiene ninguna afectacin a la libertad individual y por ello opina que la demanda debe ser declarada improcedente.
La prescripcin En este tema tambin los argumentos del TC son simplemente aberrantes e ilegales. La sentencia seala que siendo que el plazo de prescripcin del delito por el cual se le abri proceso penal a Canchaya Snchez era de 2 aos y aplicando el plazo extraordinario este sera de tres aos y considerando que el delito se consum el da 3 de enero de 2007, el TC dice que, dado que estamos ante un delito instantneo, por lo tanto, el 4 de mayo de 2010, fecha en la que se emiti la sentencia de la Sala Penal Especial, por la cual se confirm la condena impuesta, esta se habra emitido cuando el caso ya haba prescrito.
Para ello el TC dice que en la resolucin del 4 de mayo de 2010 se aprecia que la motivacin es insuficiente, puesto que no explica de manera clara y detallada cmo es que el plazo de prescripcin no ha vencido, teniendo en cuenta que el inicio del plazo de prescripcin en el caso materia de anlisis rige a partir del 3 de enero de 2007, teniendo en cuenta que el plazo de prescripcin se cuenta desde la fecha en que se consum el delito. (Fundamento 17).
El Tribunal Constitucional miente Tal como habamos afirmado este fue uno de los asuntos centrales de la defensa ante la Sala Penal Especial y por ello esta instancia judicial en la sentencia del 4 de mayo de 2010 no solo desarrolla in extenso, sino que argumenta de manera slida y muy concreta las razones por las cuales declara que el caso no est prescrito.
En el captulo IV de la referida sentencia analiza las razones de suspensin del plazo de prescripcin y afirma que la inmunidad parlamentaria y el antejuicio que se reconoce en la Constitucin a los congresistas configuran un claro supuesto de la suspensin de la prescripcin de eficacia absoluta y por imperio de la ley y por ello sostiene que los congresistas solo pueden ser sujetos de accin penal luego que lo autorice el Congreso previo procedimiento de antejuicio. Entonces, durante todo ese perodo que transcurra desde la comisin del delito hasta la decisin de ha lugar a causa los plazos de prescripcin de la accin penal no transcurren por estar suspendidos.
Sobre la base de esa afirmacin la Sala Penal Especial seala que el delito atribuido tuvo lugar entre el 7 de enero de 2007 (fecha en que la empleada es designada como asesora) y el 20 d abril de 2007 (fecha de renuncia de la empleada), pero la prescripcin solo comenzar a contabilizarse cuando la autorizacin del congreso de la Repblica habilite la promocin de la accin penal por la Fiscala de la Nacin ante las instancias correspondientes de la Corte Suprema de Justicia la misma que se expres en la Resolucin Legislativa N 004-2007-CR, publicada en El Peruano el 8 de junio de 2007 con la cual habilit a partir de esa fecha se habilit a incoar el proceso penal.
Consecuentemente en el presente caso el plazo de 3 aos de prescripcin recin se debe de computar a partir del 7 de J unio de 2007 y por ello la sentencia del 4 de mayo de 2010 fue dictada dentro del plazo legal de intervencin de la justicia.
A estas alturas ya no puede quedar duda alguna que el actual Tribunal Constitucional ha decidido cruzar la frontera constitucionalidad que la Carta Magna le encarga como misin fundamental de la democracia. Las recientes sentencias emitidas en el caso de la matanza de El Frontn, en la que usurpando funciones ordena al CNM designar fiscales supremos no elegidos y sta, rebasan largamente los argumentos jurdicos cuestionables y se encuentran en la pampa de la arbitrariedad, ilegalidad y la sospecha de las razones que han llevado a estos magistrados a escribir fallos tan aberrantes. As como van las cosas el Tribunal Constitucional no solo ayuda de manera desmedida a derrumbar lo poco que este pas ha hecho contra la corrupcin, sino tambin a destruir la democracia.