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El turista como consumidor en el derecho comparado y en Argentina

I.- INTRODUCCIÓN:

En el presente análisis, trataremos uno de los temas como es el turista como consumidor en el
derecho comparado europeo y en Argentina con la regulación en la Ley 18829 y la Ley 24240
de defensa del consumidor, haciendo expresa mención de la jurisprudencia en la materia,
llegando a nuestras consideraciones finales.

II.- LA PROTECCIÓN DEL TURISTA EN EL DERECHO DE LA UNIÓN EUROPEA:

Según TORRES LANA manifiesta que “la enorme importancia económica y social que el
turismo hoy día, es un hecho que no puede desconocerse” . Es decir, que aquí se
plantea al turismo como un nuevo fenómeno dentro del consumismo internacional,
comenzándose a considerar al turista como consumidor.

El derecho comunitario europeo ha introducido al turista como consumidor; la protección al


turista debe estar dentro del marco más general de la protección al consumidor y al usuario.

Se ha contemplado que el turista es un consumidor y un usuario tomado desde la óptica de la


demanda de servicios específicos denominados como “turísticos”.

Dentro del derecho de la Unión Europea, existen directivas del Consejo en el cual se trata de
proteger a los turistas como consumidores directos de productos, el cual detallamos en el
siguiente cuadro:

DIRECTIVAS DEL DERECHO DE LA UNIÓN EUROPEA EN LA


PROTECCIÓN DEL TURISTA COMO CONSUMIDOR

NÚMERO DE DIRECTIVA CONTENIDO DE LA DIRECTIVA.


Directiva 84/450/ CE Hace referencia a la aproximación de
(10/09/84) las disposiciones legales,
reglamentarias y administrativas de
los Estados Miembros en materia de
publicidad engañosa.
Directiva 85/374/ CE Hace referencia a la aproximación de
(23/07/85) las disposiciones legales,
reglamentarias y administrativas de
los Estados Miembros en materia de
responsabilidad por los daños
causados por los daños causados por
productos defectuosos.
Directiva 92/59/ CE (29/06/92) Hace alusión a la seguridad general
de los productos.
Directiva 93/13/ CE (5/04/93) Hace referencia a las cláusulas
abusivas en los contratos celebrados
con consumidores.
Directiva 93/43/ CE (14/06/93) Hace referencia a la higiene de los
productos alimenticios.
Directiva 90/314/ CE Hace referencia a los viajes
(13/06/90) combinados, las vacaciones
combinadas y los circuitos
combinados para el turista.
Directiva 94/47/ CE (4/02/91) Hace referencia a la adquisición de
inmuebles en régimen de tiempo
compartido para el turista.
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La Ley de Consumidor Española (LCU) configura la noción de consumidor albergando al turista


en dicha definición. Es así como en su artículo 1 en su segundo párrafo de dicha normativa
establece que “a los efectos de esta ley, son consumidores o usuarios las personas
físicas o jurídicas que adquieren, utilizan o disfrutan como destinatarios finales
bienes o inmuebles que adquieren, utilizan o disfrutan como destinatarios finales,
cualquiera sea la naturaleza pública o privada, individual o colectiva de quienes lo
producen, facilitan, suministran o expiden...”.

Aquí la normativa descripta revela que el turista puede ser destinatario final de determinados
bienes y servicios que normalmente no incorpore estos mismos bienes y servicios a un proceso
productivo de transformación o de comercialización.

Por lo general, el turista resulta ser un consumidor débil y desprotegido debido a dos notas
que lo caracterizan:

1- El turista es desplazado y esta por lo tanto fuera del entorno que conoce y domina
cotidianamente.

2- El turista incluye un elemento de extranjería y aún de exotismo que lo añade a trabas


nuevas a las inherentes a la condición de desplazado del turista: documentación especial,
barreras idiomáticas, mayor riesgo de enfermar, etc.
Como consecuencia de las características mencionadas, no debemos considerar al turista como
un “sub-consumidor”, pero debido a las mismas, tienen una connotación especial en la
reclamación que pueda efectuar el turista como consecuencia de una prestación defectuosa.

La ley española en materia de consumidor establece en su artículo 7 de la LCU que la


protección de los intereses de los consumidores y usuarios se lleva a cabo, según los términos
de la LCU, aplicándose lo previsto en las normas civiles y mercantiles y en las que regulan el
comercio exterior e interior y el régimen de autorización de cada producto o servicio.

III.- CONTRATO DE TURISMO – LA IMPORTANCIA DE LA LEY 18829 Y LA LEY 24.240


DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR:

El turismo ha adquirido importancia a través de los tiempos lo cual hizo necesaria la existencia
de un marco legal que regulara dicha actividad. Es así como Argentina cuenta desde 1970 con
una legislación específica , la Ley 18829 que hace específicamente referencia al turismo y
viajes dejando a la Ley 24240 de Defensa del Consumidor su protección específica.

VASALLO considera que “el turismo comprende la actividad de viajar dentro y fuera
del país por motivos de ocio, negocios, razones deportivas, científicas o de cualquier
otro tipo y abarca el conjunto de actividades que los turistas realizan durante sus
viajes y permanencia en los sitios elegidos que generan requerimientos de servicios
de diversos tipos”.

La legislación peruana ofrece un panorama distintivo frente al nuestro, ya que la misma


incorpora una legislación protectora de los consumidores y usuarios para el caso de
incumplimiento siendo el INDECOP el encargado de la aplicación de este contrato de viaje y / o
turismo.

El contrato de turismo es considerado como un contrato innominado; recordemos que el


artículo 1143 del Código Civil nos dice que “los contratos son nominados o innominados
según que la ley los designa o no, bajo una denominación especial”.

Según CANTEROS “las empresas de turismo en la prosecución de sus fines utilizan


todos los medios jurídicos que tienen a su disposición. Estos medios muchas veces
traducen un estado de indefensión para el turismo (consumidor o usuario), con falta
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de información, incumplimiento contractual, servicios no prestados, etc. Dicha
situación se da en todos los países”.

El organismo aplicable según la Ley 18829 es la Dirección Nacional de Turismo, dicho


organismo es representante del Estado, el cual hace posible la tutela de éste sobre los
servicios públicos especiales.

El decreto 2182/72 define a las agencias de turismo como “aquellas que pueden realizar
todas las actividades que determina el artículo 1 de la Ley 18829 exclusivamente
para sus clientes, incluyendo el turismo respectivo”. Dichos agentes pueden ser de dos
clases: físicas o jurídicas que desarrollen en el territorio nacional con o sin fines de lucro, en
forma permanente o accidental algunas de las siguientes actividades:

1- Tareas de intermediación en las reservas o cualquier locación de servicios de medios de


transporte o contratación con servicios hoteleros en el país o el extranjero.

2- Organizar viajes, excursiones individuales o colectivas con o sin inclusión de todos los
servicios en el país o en el extranjero.

3- La recepción o asistencia de turistas en los viajes y en su permanencia en el país.

4- Prestar servicios de guías y despacho de equipajes.


Observamos que la Ley 18.829 contiene la reglamentación en el ejercicio profesional de las
agencias de viajes dando escasa referencia a la protección del consumidor o usuario; tampoco
la Ley 24240 de Defensa del Consumidor prescribe en materia de prestación del servicio de
turismo o contrato de turismo, aunque no puede dudarse sobre la aplicación general de la
materia, en especial, cuando uno de los sujetos de la relación jurídica es el consumidor.

Algunas de las normas previstas en la Ley 24.240 son aplicables a los contratos de turismo
cuando ocurren incumplimientos de la oferta (Arts. 4, 7, 8 y 10 bis), en cuyos casos, el
consumidor puede tener la facultad de rescindir el contrato con la restitución de lo abonado, en
los casos de no conformidad del producto.

IV.- LA CONVENCIÓN DE BRUSELAS DE 1970 – SU IMPORTANCIA EN MATERIA DE


CONTRATOS DE VIAJES. DAÑOS Y PERJUICIOS DEL VIAJERO:

La Convención Internacional de Contratos de Viajes fue suscripta en el año 1970 en Bruselas.


Al respecto, KEMELMAJER de CARLUCCI haciendo referencia sobre dicho instrumento
manifestando que “la convención pretendió asegurar un mínimo de tutela al viajero del
país suscriptor del tratado, dejando a salvo la legislación interna con tratamiento
más favorable para aquel”.

Dicho instrumento jurídico define al turismo como “el conjunto de relaciones y fenómenos que
derivan del viaje y estancia de los no residentes, en tanto ésta estancia no se prolongue hasta
dotarla de entidad o se inserte en una estructura lucrativa”. Aquí distinguimos tres elementos
que integran la definición de turismo:

1- Conjunto de relaciones y fenómenos que derivan del viaje.

2- La figura de los “no residentes”.

3- La estancia de los “no residentes”.

Los sujetos del contrato de turismo son:

1- El viajero quien abona un precio por los servicios que serán prestados.

2- El organizador o intermediario.
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El artículo 7 inciso 7 del citado instrumento define al viajero como “toda persona que se
beneficie del contrato de organización o de intermediación de o viajes”.

Aquí es preciso destacar que, viajero, será toda persona física que obtiene beneficios del
contrato que celebre con la empresa u organización o bien con el intermediario también
denominado como tercero, lo cual ello nos conduce a interpretar que estamos frente a un tipo
de contrato plurilateral ya que serían tres las partes que intervienen en el contrato.

El contrato de viaje es considerado como cualquier contrato de organización de viaje o de


intermediario de viaje; el documento de viaje es el instrumento que emite el organizador o el
intermediario según los casos y que debe contener una serie de datos que la misma
convención establece.

El organizador de viaje es la empresa que se obliga en su propio nombre a la entrega de un


paquete turístico al viajero o a otras agencias razón por la cual, el viajero se despreocupa de
servicios hoteleros, transporte, etc.-

VAZQUEZ FERREIRA, considera que “el turista es un sub-consumidor, ya que se


encuentra en una situación de inferioridad por hallarse lejos de su domicilio”.El
destacado jurista deja en claro cual es la posición que ocupa el turista, sobre todo por hallarse
en una situación de desventaja frente al oferente del producto principalmente por situarse
lejos de su domicilio o residencia, llegando a la conclusión que él mismo esta en una situación
de desprotección.

En materia de daños y perjuicios relacionados con los contratos de viaje y/o turismo, el Código
Civil distingue en su aspecto contractual el cual hace referencia el artículo 520 ya que sólo
serán indemnizables las consecuencias inmediatas y necesarias de cumplimiento de la
obligación, en tanto este sea encuadrado en un incumplimiento contractual culposo.

Ello nos daría lugar a que existe en la actualidad de un alto porcentaje de contratos ligados con
el turismo cuando los mismos importan un incumplimiento contractual culposo cuya reparación
serán las consecuencias inmediatas y necesarias., siguiendo lo establecido en el Código Civil
Francés que “hayan sido previstos o podido preverse al hacerse el contrato”, y
limitando la reparación exclusivamente a los daños intrínsecos y que provengan en forma
directa del incumplimiento.

La jurisprudencia ha sido manifiesta en este sentido y ha pronunciado diversas resoluciones


dando lugar a los reclamos efectuados por consumidor o usuarios que celebran contratos de
viaje o turismo.

1- En el caso “Bosso, Claudia S. y otros c/ Viajes Ati SA” en donde se condena a la


empresa de viajes y turismo por el rubro daño moral, fundado en un incumplimiento
contractual culposo al informar a los actores que el contratado no se llevaría a cabo por
inexistencia de disponibilidad hotelera en la ciudad de destino, ello por haberse emitido
publicidad mediante la cual aseguraba el viaje fundándolo en que dicho incumplimiento alteró
sus estados de ánimo y los privó de goces y satisfacciones causándoles desánimo y
sinsabores”. (Cám. Nac. de Apelaciones en lo Comercial – Sala “B” – 30/06/03)

2- En los autos “Conforti , Carlos y otros c/ BGB Viajes y Turismo SA” , se declaró
procedente el reclamo por daño moral en virtud del incumplimiento de un contrato de servicio
turístico. (Cám. Nac. de Apelaciones en lo Comercial – Sala “A” – 20/12/00)

3- En el caso “Gutiérrez, Miguel c/ American Airlines” , se otorgó la indemnización por


daño moral provocada por la pérdida de su equipaje con motivo de un contrato de transporte
aéreo que contenía fotografías y videos de un viaje de recién casados y que habría provocado
el padecimiento espiritual del actor. (Cám. Civil y Com. – Sala II – 29/11/00).
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V.- CONSIDERACIONES FINALES:

De acuerdo a lo expuesto en el presente análisis, hemos llegado a nuestras consideraciones


finales, las cuales son:

1.- La importancia del turista como consumidor en el derecho europeo y en la legislación


española del consumidor.

2.- La importancia del contrato de turismo en la Ley 18829 y en la Ley 24240 de Defensa del
Consumidor.

3.- Las partes que intervienen en el contrato de turismo.

4- La Convención de Bruselas de 1970 en materia de contratos de viajes.

5.- El rol de la jurisprudencia en materia de daños y perjuicios que sufren habitualmente los
consumidores y usuarios en materia de contratos de viajes o de transporte aéreo.

6.- Por último, consideramos que el turista cuenta con una escasa protección de su tutela en
materia de derechos, el cual ocupa una posición inferior frente al oferente del producto, siendo
necesaria la formulación de políticas más protectoras hacia aquel.

VI.- Fuentes consultadas.

- Torres Lana, José Ángel: “La protección del turista como consumidor: (un ensayo de derecho
comparado español y brasileño)”. (http://www.ibcdtur.org.br).

- Vasallo, Carlos M.: “Daños por incumplimiento de servicio turístico”. Ponencia número 6 – VII
Congreso Internacional de derechos de daños – Buenos Aires 9 y 10 de junio de 2005. (http://
www.aaba.org.ar).

- Canteros, Mónica A: “Empresas de turismo y derechos del consumidor”.

- Kemelmajer de Carlucci, Aída: “Derecho de daños” – Rubinzal Culzoni.

- Vázquez Ferreira, Roberto A.: “Turismo y defensa del consumidor. En defensa del
consumidor”. Lorenzetti, Stiglitz. Editorial Abaco – Año 2004.

- CAUSA 76735/01 - "Bosso, Claudia Silvia y otro c/Viajes ATI SA Empresa de Viajes y Turismo
s/sumario" - CNCOM - SALA B - 30/06/2003 (elDial - AA1946).

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