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Entre charlatanes y autoritarios

Por Freddy Quezada

Alan Sokal, un físico teórico norteamericano que, por cierto impartió clases en la UNAN de
Managua de 1986 a 1988, procedió a juntar un collage de citas de los más caracterizados
autores postmodernos de EEUU, le puso su nombre al artículo de marras, y lo envió a una
revista especializada (Social Text) en 1996 para darle a entender que un científico cuántico
ya estaba convencido de la pertinencia del postmodernismo. Resulta que, después el propio
Sokal, desde otra revista (Lingua Franca), se denunció a sí mismo y confesó que la sarta de
tonterías que había enviado no tenía pies ni cabeza. Sus amigos le animaron para que
escribiera la crítica a través de un libro que, en efecto, hizo junto a un colega belga, Jean
Bricmont, y que titularon "Imposturas Intelectuales", pero esta vez dirigido a toda la más
selecta intelectualidad postmoderna francesa desde Lyotard y Derrida hasta Kristeva y
Virilio. La denuncia principal con la argumentación correspondiente consistía en demostrar
la incapacidad y profunda ignorancia de todos estos autores en el manejo de conceptos
científicos. Virilio, por ejemplo, "no sabe distinguir entre cinética y cinemática", Kristeva e
Irigaray "no saben nada en absoluto de mecánica de fluidos", Lacan es "incapaz de
diferenciar entre números imaginarios y números irracionales", Baudrillard no sabe nada de
las teorías del caos, Deleuze sólo escribe disparates, Lyotard tiene un conocimiento débil
sobre la teoría matemática del derrumbe. Latour, está convencido que la teoría de la
relatividad de Einstein es la base del relativismo cultural, etc.

El escándalo no se hizo esperar. Dos ediciones de su libro en francés agotadas, una portada
de Sokal en el New York Times y un revuelo de primer orden en todas las universidades
occidentales y del mundo. La reacción en contra, hasta ahora, de este "Fukuyama" de
nuestros tiempos ha sido más bien de baja calidad. Kristeva lo acusó junto a su marido de
tener inclinaciones sexuales sospechosas, la mayoría de los autores aludidos lo han acusado
de ser "francófobo, marxista conservador, reaccionario y hasta agente de la CIA." ¿Qué tal?.

En lo personal la charada de Sokal me recuerda una mejor de Paul Feyerabend, por cierto
uno de los blancos del joven físico norteamericano. Y es aquella célebre defensa de tesis
que hizo ante Bertrand Russell, el insigne lógico analítico, que por cierto nunca le perdonó,
sobre una teoría física totalmente "inventada y actuada" (Feyerabend era un actor
aficionado) que ante un auditorio de estudiantes todavía aguantó la risa al ser aprobado con
honores. El episodio lo contaba Feyerabend, para demostrar lo contrario de Sokal con el
suyo: cómo los científicos "duros" podían aprobar cualquier cosa con la condición que quién
les hablara fuera otro colega con una reputación tan buena o mejor que la propia. Es
Feyerabend quien empieza a denunciar a los científicos como una "banda de vividores del
presupuesto del Estado" y que la democracia de la ciencia consistía no en votar si la
ecuación de Einstein era corecta o no, sino en ejercer el derecho de los contribuyentes a
determinar el destino y la utilidad de las investigaciones. Estas cosas son las que tomarán
después los postmodernos para también hacer de las suyas, pero el exceso no eliminará los
cargos contra los científicos en general y las ciencias duras en particular. Robert
Oppenheimer, el paradigma de científico desgarrado por la bomba atómica, desilusionado y
traicionado, pagará con su vida estas miserias.

Mi primera reacción ante este debate fue la de reconocer la actitud valiente de Sokal y
Bricmont al enfrentarse al peso de la autoridad de los vencedores postmodernos que han
hecho nido en las universidades europeas y norteamericanas. Y, en verdad, los argumentos
en contra del abuso de los autores desenmascarados son irrebatibles.

Creo que los excesos postmodernos se derivan del principio nietzscheano "No hay hechos,
sólo interpretaciones". La desaparición del texto, del objeto, de la ciencia, deja libre a los
sujetos a sus voluntades mediadas por "efectos de verdad" (discursos) como poder entre
unos y otros, como dirá más tarde Michel Foucault. Sin embargo, tal principio tiene sus
servidumbres y tentaciones. Ha terminado por trivializar la narración científica, que a mi
juicio sigue siendo un relato entre otros, lo que no quiere decir que se ignoren sus reglas y
especificidades. Esta superficialidad, frivolidad y ligereza es la que molesta a Sokal y
Bricmont, y con razón. Es a esto lo que llamo humillación de las ciencias "duras" al verse
rebajadas a rango de relato vulgar, por toda una fanfarria postmoderna que construye
arbitrariedades y sandeces sobre la ignorancia de varias áreas del conocimiento. Pero,
también, se olvida con demasiada frecuencia que las ciencias sociales fueron las primeras
en establecer con éxito la comprensión (Weber) de sistemas complejos (hoy llamados no
lineales) que repiten las ciencias naturales sin reconocerle la deuda a unas ciencias sociales
que todavía lo ignoran, acomplejadas por el viejo positivismo que les brindó su entrada al
salón de los "científicos". De Laplace (Mecánica Celeste), en efecto, se pasó a Quetelet
(Mecánica Social), pero este fue el que impactó a Boltzman (Mecánica Estadística) y,
después, a Maxwell (Mecánica de Probabilidades), padres de las leyes entrópicas y
precursores de las teorías del caos. ¿Quién le debe a quién?

¿Pero, no estaremos asistiendo con los excesos de estos discursos de un lado y otro a un
cansancio y una desorientación tan general cuya única salida es cada vez más y más,
quedarse callado?
Al destaparse la olla, detrás de los héroes ya están llegando los oportunistas que estaban
repitiendo como loros los discursos postmodernos y que empiezan a figurar en las revistas
científicas presentando a otros autores adelantados a Sokal y Bricmont; los bribones que,
basados en el realismo simple e ingenuo de separar al objeto del sujeto, del que el propio
Sokal 1 no se libra, ahora reclaman su lugar en el podio de los ganadores del momento; las
sabandijas que están saliendo debajo de las piedras a exigir las vidas de los bárbaros que se
atrevieron a ensuciar el castillo. Ese castillo inmaculado, como el de Barba Azul, del que
logramos descubrir los aposentos llenos de cadáveres que los científicos nos tenían
prohibido abrir. Son como los nobles arruinados que regresan en el período de la
Restauración y maldicen la ocupación de los plebeyos en palacio. Todas estas metáforas
revolucionarias deben entenderlas un marxista como Sokal y un hombre que vivió la última
revolución del siglo XX, la sandinista, como yo.

¿Qué corona tienen esta banda de forajidos para exigir claridad, lógica, sencillez y aptitudes
cuando ni ellos mismos la poseen ¿No es Popper el que inicia todo el desenmascaramiento y
derrumbe de estos príncipes cuando definió a la ciencia como "un conjunto de alternativas
rivales" y le siguieron en contra de él mismo y de manera más radical aún Kuhn,
Feyerabend, Lakatos, Piaget y Koyré quienes introdujeron el tiempo (la historia), la cultura
(los valores) y los intereses de la investigación (el poder) en la lógica (el método) para
relativizarla? Las ciencias naturales reclaman sus viejos privilegios y el lugar sagrado que
siempre han ocupado desde que fueron denunciadas por sus más brillantes impulsores
(Heisenberg, Bateson, Chew, Feyerabend, Prigogyne, Kapra, Bohm, etc) verdaderos
científicos que ayudaron a desacralizarla y devaluarla. Restos medio digeridos que terminó
por absorber toda la maquinaria postmoderna basados en Focault y su denuncia de la
psiquiatría, de la estadística y del discurso científico como mecanismos de represión y
control. Sin duda, proliferaron los excesos de los que con justicia se quejan Batman Sokal y
Robin Bricmont, el dúo justiciero y vengador de los científicos, pero disparan al vecino
(ciencias sociales) mal (a los refriteros de los propios científicos críticos de "su" ciencia
normal) y tarde (a una escuela que ya está pasando de moda), porque los verdaderos
responsables y con quienes tienen que arreglar cuentas y pedir explicaciones en sus oscuros
e indescifrables idiomas lógicos/formales y matemáticos es a sus propios maestros y
fundadores de la crítica a la ciencia newtoniana (Heisenberg, Bhor, Born, Chew, Bateson,
Bhom, Kapra, Prigogyne, Pribram).
Hay que recordarle a Sokal, ese enmascarado vengador, que me recuerda un poco al pato
Daffy imitando a Errol Flynn, que las ciencias sociales también sufrieron en su momento la
bota de los modelos de las ciencias duras con el positivismo que aún deslumbra a algunos
cientistas sociales, en particular a los economistas. Las servidumbres de estas gentes fueron
denunciadas por los antipositivistas de la época, Weber (verstehen), Grasmci (voluntad),
Tönnies (Gemeinschaft), etc. Es la vieja batalla entre las ciencias sociales y las ciencias
naturales. Y el viejo tour de force entre ellas. La pelota, otra vez, ahora la tienen ellos.

Pero bien, la polémica está servida. No hay aún juicios concluyentes. Y lo que se puede
hacer es tratar de hacer enfoques no sobre los discursos (el qué, viejo vicio intelectual) sino
sobre quién lo dice y, hasta donde sabemos, Sokal es un marxista norteamericano
(simpatizante del Chile de Allende, donde aprendió su buen castellano e internacionalista en
la Nicaragua sandinista) noble y valiente, sin duda, pero ingenuo y creyente, como toda la
clase media gringa, buscando cómo refundamentar sus paradigmas de redención derrotados
y perdidos. Quizás ha creído que rescatando la pureza de unas ciencias humilladas le
devuelva a la gente humilde la fe en el progreso y la voluntad de lucha extraviada que él
mismo no sabe encontrar. Ignora que los riesgos son también desencadenar la venganza
del "Círculo de Viena" y esclavizar de nuevo a las sociedades en las tiranías y despotismos
de unas ciencias sin control y sin medida. Si esto sucede será muy difícil atacar otra vez la
soberbia y endiosamiento de las ciencias naturales. Einstein, para terminar usando un
paradigma venerable para ambos bandos, decía que era más fácil destruir un átomo que un
prejuicio.

1 Al separar al objeto del sujeto, como lo aconsejan los manuales más primitivos del
positivismo, uno se pregunta si Sokal aprendió esto de sus maestros como Spencer - Brown
que desbarató el binomio ("el mundo es indudablemente sí mismo (esto es indistinto de sí
mismo) pero en cualquier momento de verse a sí mismo como objeto, debe igual de
indudablemente actuar de modo que se haga a sí mismo distinto de, y por lo tanto falso a,
sí mismo") o del Lenin de Materialismo y Empiriocriticismo combatiendo a Ernest Mach y
Ricardo Avenarius, colegas científicos de Sokal, con sus simplezas materialistas. ¿Qué Sokal
habla a través de estos anacronismos? ¿El científico o el político?

Escribe Alan Sokal:

Estimado Freddy,

Logré imprimir el artículo y lo leí rápidamente. Tengo algunos comentarios/ preguntas:

1) Los "autoritarios" del título somos yo y Bricmont? Rechazo el epíteto. Como verá cuando
lea nuestro libro (sobre todo el intermezzo filosófico y el epílogo), nuestro punto de vista es
bastante moderado y no es para nada "autoritario".

2) "Sistemas complejos ...": Como explicamos en el capítulo del libro dedicado a la teoría
del caos, "no lineal" no es un mero sinónimo de "complejo". No creo que la teoría
matemática de dinámica no lineal deba mucho a las ciencias sociales. (Lo digo no por
orgullo, sino simplemente porque creo que la historia del asunto es así. En otros casos estoy
feliz de reconocer la deuda: por ejemplo parece que las ideas de Darwin fueron estimuladas
en parte por sus reflexiones sobre Malthus.) De todas formas estos temas son complicados -
- tanto en su contenido como en su historia --y no creo que se puedan resumir en pocas
frases.

3) "realismo simple e ingenuo de separar al objeto del sujeto, del que el propio Sokal no se
libra": No sé exactamente lo que Ud. entiende por "separar al objeto del sujeto", pero le
puede asegurar que no sostengo un realismo simple e ingenuo. Ver por ejemplo mi replica a
Aronowitz:http://www.physics.nyu.edu/faculty/sokal/sokal_reply_to_aronowitz.html o en
mas detalle el capitulo del libro sobre el relativismo epistémico. (…)

4) En cuanto a Heisenberg, Bateson, Chew, ..., cada uno requiere un análisis separado -- no
pueden ser amalgamados (como hacen a menudo gente de ciencias sociales que conocen
las cuestiones científicas de segunda mano) y no toda su obra es de la misma calidad. (Por
ejemplo, hay que distinguir por lo menos TRES "Bohms": el tradicionalista de 1951, el
inventor de una reinterpretación radical de la mecánica cuántica en 1952, y el Bohm un
poco místico de sus últimos años. Los no físicos conocen generalmente solo el tercero, y los
físicos el primero; pero a mi parecer es el segundo que es de mayor interés! E
irónicamente, esta reinterpretación de la mecánica cuántica es mas "newtoniana"
filosóficamente que la interpretación tradicional "de Copenhague"! Pero son cuestiones muy
delicadas y bastante técnicas.) En todo caso, no calificaría a TODOS estos señores como
"los mas brillantes impulsores" de las ciencias. (…)

5) "hacer enfoques no sobre los discursos sino sobre quien los dice": Aquí estoy en profundo
desacuerdo!! Creo que es muy importante analizar la validez o invalidez de una proposición
sobre la base de los hechos y los razonamientos, sin dejarse influenciar por las cualidades
personales, el status social o la ideología de sus partidarios o detractores. Una idea valida
no pierde su validez simplemente porque un reaccionario lo evoque, y una idea incorrecta
no se convierte en valida simplemente porque una persona con buenas intenciones políticas
lo enuncie.

6) Como dije, no soy marxista, aunque si soy simpatizante del Chile de Allende (nunca
estuve en Chile pero aprendí el castellano inicialmente de amigos chilenos en Princeton
cuando era estudiante del doctorado) y de la Nicaragua sandinista. Pertenezco sin duda a la
"clase media gringa" (!) pero rechazo la califica de "ingenuo y creyente", y aun mas busco
"refundamentar paradigmas de redención derrotados y perdidos". Mis ideas políticas son
bastante matizadas y no pretendo tener soluciones para cuestiones importantísimas (por
ejemplo, que futuro tienen las masas pobres de Nicaragua en la actual economía mundial?
que políticas deben seguir los progresistas en Nicaragua y en los países ricos?).
Solo propongo un debate basado en un análisis sobrio de los hechos reales. (…)

Me interesarán sus reacciones a los artículos míos que acabo de señalar, y al libro cuando lo
haya leído.

Un saludo amistoso,

Alan

Responde Freddy Quezada

Amigo Alan, por fin, me llegaron los libros en inglés y español. Muchas Gracias. También
llegaron sus comentarios a mi artículo que rápidamente respondo.

Antes, quiero decirle que el artículo está basado en un "dossier" sobre usted y Bricmont que
bajé de la red (en español, portugués y algunos en francés) de más de 1,000 páginas!!!!
Hay de todo, a favor, en contra, sin posición, diferente, hay ensayos a favor y en contra de
buena calidad.
Incluso hay capítulos de su libro y el artículo que envió a Social Text. Por todo ello, decidí
hacer el artículo informativo pero me fue imposible no ser vencido por la tentación de
opinar.
1) Lo de "autoritarios" es más bien por los que vienen detrás de ustedes, (hay un chileno de
apellido Otero que me pareció vengativo y un viejo diosecillo del positivismo en el área
latinoamericana, Mario Bunge, que estaba rabioso de la alegría calumniando a las ciencias
sociales en general). Después de abrir las ventanas para ventilar el ambiente, mérito de
ustedes, vienen también los microbios. Sé que es un riesgo que debemos asumir todos. (…)

2) insisto en que es un realista simple. El ejemplo de los "pájaros y los ornitólogos", el de la


"tierra que se movía aún antes de Galileo", etc, me confirman la idea, no la refutan. (...)

3) Hay más diferencias entre historiadores, investigadores y plomeros de las que usted
cree. Mas que el "common sense" y el conocimiento científico (esta división es también
positivista). Tengo la impresión que usted para cualquier cosa usa dos trucos postmodernos
a) para todo está subdividiendo un concepto (hay cuatro tipos de ciencia, tres Bhoms,
varias definiciones de positivismo, etc) y no se puede discutir así. b) todo lo relativiza, es
decir, elige para atacar un concepto pero para defenderse otros, para criticar uno y para
explicarse otro, no entiendo, a veces, si polemizo con el Sokal del segundo Bhom (mientras
a mí me interesa lo que une los tres Bhom con Bateson, Chew, Kapra y otros) en contra de
la eternidad de las leyes científicas y de las certezas para siempre, o con el Sokal con el
complejo de Batman. Me parece que es de los que piensa que sólo estando en un
laboratorio se puede estar autorizado a hablar de ciencias naturales.
Cree que todos los "científicos" sociales sólo leemos ciencias naturales de segunda!!! Qué
arrogancia!!!! Le repito, en mi caso, fui estudiante de ingeniería (aprobé todas las
matemáticas y las dos ecuaciones diferenciales)así, pues, las matemáticas y ecuaciones ( si
a eso se refiere con "técnicas complicadas") no les temo y las comprendo muy bien. (…)

4) Nadie se puede poner de acuerdo exactamente sobre un concepto. Eso es un mito.


Positivismo será siempre para el cientista social, en su mayoría, un concepto peyorativo
porque lo sufrimos, para usted y los partidarios entre nosotros de ese concepto será otra
reacción la que tengan. Esto me recuerda lo que Edward Said ha dicho siempre de
Habermas, Chomsky y Rorty: estos tipos hablan de ponerse de acuerdo en conceptos o
acciones como si la gente de la calle fueran profesores universitarios que se sientan en un
sillón amablemente a discutir y a tomar café.

5) Cayó en la trampa que le tendí. Dijo lo que han dicho toda la vida los científicos y los
racionalistas en general. Mis argumentos, la idea, el Logos, la Razón, la ciencia, el discurso,
vale en sí mismo, sea quien sea quien lo diga. Vamos invente algo nuevo, usted puede. (…)

6) Otra vez la tipología para debilitar un concepto y manejarse en varios frentes. Así
empezó el relativismo (ahora pregúnteme cuál de los relativismos y cuál de los
postmodernismos y dentro de estos últimos, cuál en términos de fecha y cuál en términos
de disciplina, etc, etc,)del postmodernismo, mire a dónde nos ha llevado, a casi perder los
puntos claros de la polémica. A esta altura, no sé si es usted el que ya habla como sus
adversarios (usando sus propios métodos) o yo el que ya está hablando como usted,
exigiendo claridad y unidades conceptuales simples y cerradas. Cuando uno empieza a
subdividir cualquier cosa, empieza, creyendo encontrar algo, a perderla. Es el cartesianismo
analítico contra el holismo.

Bueno, amigo, ahora deme tiempo para leer con calma el libro y enviarle mis comentarios
con fuente de primera mano. Con admiración y respeto.

Freddy.

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