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El sistema nervioso, junto con el sistema endocrino, integra y controla las numerosas
funciones que capacitan a un animal para regular su ambiente interno y reaccionar y
enfrentar al ambiente externo.
El sistema nervioso central consta del cerebro y la médula espinal, que en los
vertebrados, están contenidos en el cráneo y la columna vertebral. La porción del
sistema nervioso que se encuentra fuera del sistema nervioso central constituye el
llamado sistema nervioso periférico.
En el hombre, las neuronas de salida del sistema nervioso periférico están organizadas
en dos divisiones principales: el sistema nervioso somático y el sistema nervioso
autónomo. El sistema autónomo tiene a su vez dos ramas- el sistema simpático y el
parasimpático- que son anatómica, fisiológica y funcionalmente distintas.
La unidad funcional del sistema nervioso es la neurona o célula nerviosa. Una neurona
está formada por dendritas que reciben estímulos; un cuerpo celular que contiene el
núcleo y la maquinaria metabólica que también recibe estímulos y un axón o fibra
nerviosa, que envía estímulos a otras células.
El tejido nervioso está constituido por células nerviosas o neuronas que están
especializadas en la recepción, procesamiento y transmisión de la información.
El impulso nervioso
El potencial de acción depende del potencial eléctrico neuronal, que, a su vez, es posible
por las diferencias en la concentración iónica a cada lado de la membrana. En los
axones, las diferencias críticas de concentración involucran iones potasio (K+) e iones
sodio (Na+).
Axón en estado de reposo.
La Sinapsis
Las señales viajan de una neurona a otra a lo largo de la unión especializada -la sinapsis
- que puede ser de naturaleza química o eléctrica.
Casi todas las drogas que actúan en el cerebro alterando el humor o el comportamiento,
lo hacen intensificando o inhibiendo la actividad de los sistemas neurotransmisores. La
cafeína, la nicotina y las anfetaminas, estimulan la actividad cerebral en forma análoga a
los neurotransmisores excitatorios en las sinapsis. La cloropromazina y los
tranquilizantes relacionados bloquean los receptores de dopamina en muchos sitios,
mientras que el ácido lisérgico -LSD- (un alucinógeno) inhibe la acción de la serotonina
cerebral.
El sistema nervioso de los vertebrados tiene subdivisiones que pueden ser distinguidas
por criterios anatómicos, fisiológicos y funcionales. La principal es la subdivisión en
sistema nervioso central -el cerebro y la médula espinal - y sistema nervioso periférico
-las vías sensoriales y motoras que llevan información hacia y desde el sistema nervioso
central-.
Las vías motoras se dividen a su vez en el sistema nervioso somático, con control
voluntario sobre el músculo esquelético y en el sistema nervioso autónomo, que
controla en forma inconsciente al músculo liso, al cardíaco y a las glándulas. El sistema
autónomo, a su vez, se subdivide en sistema simpático y sistema parasimpático.
La unidad funcional del sistema nervioso es la neurona, que tiene un cuerpo celular, un
axón y frecuentemente muchas dendritas. Hay cuatro clases de neuronas: neuronas
sensoriales; interneuronas; neuronas de proyección y neuronas motoras . Muchas están
rodeadas y aisladas por células de la glia, llamadas neuroglia en el sistema nervioso
central y células de Schwann en el sistema nervioso periférico.
Las células de la glia, si bien no participan directamente en la producción del impulso
nervioso, proveen la vaina de mielina que acelera la transmisión de las señales a través
de las neuronas, actúan como tejido de sostén, facilitan la nutrición de las neuronas y la
remoción de sus desechos metabólicos y sirven como guías para el desarrollo neuronal.
• El cerebro.
• La médula espinal.
LA MÉDULA ESPINAL.
Está protegida y rodeada por las vértebras y posee dos funciones principales: transmitir
impulsos desde y hacia el cerebro, y de actuar como centro reflejo.
Astas
ventrales
Las "alas" de la sustancia gris se encuentran divididas en dos astas dorsales y dos
ventrales. Las ventrales contienen los cuerpos celulares de las neuronas motoras que
dirigen los nervios espinales hacia los músculos.
En el centro de la masa de materia gris existe un pequeño canal que recorre toda la
longitud de la médula, llena de líquido cefalorraquídeo, similar al plasma.
EL ENCÉFALO.
Representa la extremidad medular anterior agrandada. En los hombres es tan grande que
las similitudes con la médula no son tan evidentes. Para una cuestión analítica se separa
el encéfalo en las siguientes zonas:
• Bulbo.
• Protuberancia.
• Cerebelo.
• Mesencéfalo.
• Tálamo.
• Cerebro.
BULBO RAQUÍDEO:
CEREBELO:
Se encuentra por encima del bulbo, formado por una parte central y dos hemisferios
extendidos. Su superficie gris está formada por cuerpos de células nerviosas, debajo de
las cuales se extiende una masa de sustancia blanca, compuestas por haces de fibras que
lo relacionan con el bulbo y con regiones superiores del encéfalo. Su tamaño está en
relación con el grado de la actividad muscular de cada especie. Si se produce un daño a
este nivel, los movimientos musculares son incordinados y resulta imposible realizar
cualquier actividad.
PROTUBERANCIA:
Ubicada por debajo del cerebelo y se compone de un grueso haz de fibras nerviosas que
corren en forma transversal. Transmiten los impulsos de un hemisferio cerebeloso a
otro, coordinando los movimientos musculares de ambos lados del cuerpo.
CEREBRO.
El cerebro se compone de sustancia gris y blanca, esta última formada por haces de
fibras nerviosas y se encuentra en la parte más interna del cerebro. La gris en cambio se
halla en la superficie. En la profundidad de los hemisferios existen no obstante
conglomerados de sustancia gris que son centros nerviosos que funcionan como
estaciones de relevo en las vías que provienen de la corteza y van hacia ella. En los
vertebrados inferiores presentan una superficie cerebral lisa, pero en el hombre hay
numerosas circunvoluciones que aumentan el espacio disponible para la sustancia
cortical.
Los nervios craneales y espinales emergen del cerebro y de la médula espinal, y los
conectan con los receptores y efectores del cuerpo constituyendo el sistema nervioso
periférico. Los nervios craneales y espinales están formados por haces de fibras
nerviosas y los centros celulares únicos son los sensoriales y se agrupan formando
ganglios, ubicados cerca del cerebro o la médula.
NERVIOS CRANEANOS.
Son doce pares que se originan en el cerebro e inervan los órganos de los sentidos, los
músculos y las glándulas de la cabeza. Sus neuronas pueden ser sensitivas como en los
nervios I, II y VIII o motoras como en los III, IV, V. XI y XII y los restantes son
mixtos. Uno de los más importantes es el vago que forma parte del sistema autónomo e
inerva los órganos internos del tórax y del abdomen superior.
NERVIOS ESPINALES.
Es un sistema nervioso especial que inerva el corazón, los pulmones y otros órganos
internos. Este sistema se compone de dos partes: los nervios simpáticos y los
parasimpáticos.
Contiene nervios motores y sensitivos pero se distinguen de los otros en las siguientes
características:
• Sus nervios no están sujetos al control voluntario del cerebro. Por ejemplo no se
puede acelerar el latido del corazón.
• Hay una conexión menos directa entre las fibras sensitivas y el cerebro, de
manera que la estimulación normal de estas fibras no produce sensaciones.
• Cada órgano interno recibe una inervación doble, ya que llegan fibras de los
nervios simpáticos y parasimpáticos, cuyos impulsos tienen efectos antagónicos.
• Los impulsos motores llegan al órgano efector desde el cerebro o la médula
espinal no por medio de una sola neurona sino por medio de dos o más
neuronas. El cuerpo de la primera neurona de la cadena se ubica en el cerebro o
en la médula espinal, el de la segunda en un ganglio ubicado fuera del sistema
nervioso central. Los ganglios de los nervios simpáticos están cerca de la médula
y los de los nervios parasimpáticos cerca de los órganos que inervan o dentro de
sus paredes.
SISTEMA SIMPÁTICO.
Está constituido por fibras nerviosas cuyos cuerpos celulares se encuentran en las partes
laterales de la sustancia gris de la médula. Sus axones emergen por las raíces ventrales
de los nervios espinales, en compañía de las neuronas motoras que van a los músculos
esqueléticos, de las que luego se separan para formar las ramas autónomas de los
nervios espinales que se dirigen a los ganglios simpáticos que están ubicados a pares a
cada lado de la médula. Son 18 pares que se extienden desde el cuello hasta la médula.
El axón de la primera neurona hace sinapsis con la dendrita de la segunda neurona sita
en el ganglio y su axón se dirige hacia el órgano que inerva. Los axones de algunos de
las segundas neuronas vuelven al nervio espinal para inervar las glándulas sudoríparas,
los músculos erectores de los pelos y los músculos de las paredes de los vasos
sanguíneos.
SISTEMA PARASIMPÁTICO.
Está constituido por fibras que se originan en el encéfalo y emergen por vía de los
nervios III, VII, IX y especialmente el X o vago y por otras fibras que se originan en la
región pelviana de la médula y emergen con los nervios espinales de la región. El nervio
vago emerge del bulbo y desciende por el cuello, el tórax y el abdomen, inervando el
corazón, el sistema respiratorio y el aparato digestivo hacia el intestino delgado. El
intestino grueso y los sistemas urinarios y reproductores son inervados por nervios
provenientes de los nervios espinales pelvianos.
Como los ganglios están cerca del órgano que la inervan el axón de las segundas
neuronas es corto.
Arco Reflejo:
Un arco reflejo
El sistema nervioso puede ser estudiado como una caja negra con "entradas" y "salidas".
En este caso, la capacidad de un animal para actuar sobre la base de la información que
le provee su equipo sensorial depende de las "salidas" provistas por sus músculos
esqueléticos, por el sistema nervioso autónomo y por las respuestas endocrinas.
Receptores sensoriales
Los receptores sensoriales son muchos y diversos. La mayoría de los animales, incluido
el ser humano, tiene mecanorreceptores (que responden al tacto, posición del cuerpo y
audición), quimiorreceptores (que responden al sabor y al olor), fotorreceptores (que
responden a la luz), receptores de temperatura y receptores de la sensación reconocida
como dolor. Algunos animales, aunque aparentemente no Homo sapiens, tienen también
electrorreceptores y magnetorreceptores.
Receptores en la piel
Entre los quimiorreceptores, las células gustativas están localizadas dentro de la boca.
Los receptores gustativos y las células de soporte que los rodean constituyen las papilas
gustativas que permiten distinguir cuatro sabores primarios: dulce, ácido, salado y
amargo, el olor puede ser definido como la quimiorrecepción de sustancias
transportadas por el aire. Sin embargo, para ser detectadas, estas sustancias deben
primero estar disueltas en una capa acuosa de moco que recubre a un tejido
especializado, el epitelio olfativo. En los seres humanos, este tejido está localizado en el
fondo de las fosas nasales.
El epitelio olfativo.
Los seres humanos somos capaces de discriminar aproximadamente diez mil olores
diferentes. Las neuronas sensoriales olfativas llevan información a través de una vía
multisináptica a zonas específicas de la corteza cerebral. A partir de las señales
recibidas de los varios tipos celulares diferentes, el cerebro construye un "cuadro" de
un olor.
La luz pasa a través del globo ocular a la retina, que contiene células fotorreceptoras
densamente compactadas: los bastones y los conos. Los bastones, que son más sensibles
a la luz que los conos, son responsables de la visión nocturna; los conos proveen mayor
resolución que los bastones y son responsables de la visión en color.
El ojo humano