LA INTEGRACIÓN DE LAS TIC EN LA VIDA ESCOLAR: SITUACIÓN Y EXPECTATIVAS

Carles Sigalés
Universitat Oberta de Catalunya (UOC)

El uso de las TIC y especialmente de internet en las escuelas e institutos

españoles ha experimentado un relativo progreso en los últimos años. La
extensión y la frecuencia con la que hoy se utilizan estas tecnologías son, sin
duda, mayores que las que se podían observar en los primeros años de esta
década. Sin embargo, la incorporación de las TIC a las actividades educativas, y
especialmente su uso en las aulas no han avanzado al ritmo que las expectativas
y el crecimiento de las inversiones hacían prever.

Para el curso que ahora empieza, el Gobierno de España, en colaboración con las
Comunidades Autónomas ha puesto en marcha el programa Escuela 2.0. Este
programa prevé, según informa el propio Ministerio de Educación, que en los
próximos meses, 392.000 alumnos y 20.000 profesores, en más de 14.400 aulas
completamente digitalizadas de toda España, dispongan de un ordenador
personal ultraportátil que podrán utilizar para formarse mejor. El objetivo que se
persigue es la transformación, en los próximos cuatro años, de las clases
tradicionales de 5º y 6º de Primaria y 1º y 2º de Secundaria en aulas digitales
dotadas con pizarras digitales y conexión inalámbrica a Internet, en las que el
profesor dispondrá de un ordenador portátil y en las que cada alumno trabajará
con un ordenador personal ultraportátil.

La aplicación de éste y de otros planes similares transformará con toda seguridad

el panorama de nuestros centros educativos en cuanto a la accesibilidad y a la
disponibilidad de recursos TIC. En poco tiempo, si las previsiones se cumplen, el
uso de las TIC dejará de ser excepcional para pasar a ser habitual en una gran
parte de las aulas. Si hoy ya podemos hablar de un uso cotidiano de las TIC en la
resolución de tareas administrativas en los centros docentes, en la preparación de
las clases por parte del profesorado y en la realización de algunas tareas escolares
por parte de los alumnos, cuando están en sus hogares; en un futuro próximo
veremos crecer de una forma notable el uso de estas tecnologías en los procesos
de enseñanza y aprendizaje.

Una vez lleguemos a esta situación, suponiendo que los problemas derivados del
cambio de escala en la dotación de recursos no causen más problemas de los
esperables –es decir, siempre que se garantice un ancho de banda suficiente, un
buen mantenimiento de los ordenadores, la disponibilidad de materiales
didácticos digitalizados, unas competencias digitales adecuadas por parte de
todo el profesorado, etc.– estaremos en un momento clave del proceso de

1
transformación de la educación escolar para su adaptación a las necesidades del
siglo XXI.

A partir de los muchísimos datos que la investigación educativa1 ha aportado,

sobre las formas predominantes de uso de las TIC en las aulas, en situaciones con
distintos grados de disponibilidad de recursos; se puede empezar a prever qué
puede pasar en adelante en nuestros centros docentes, si no se toman medidas
oportunas de acompañamiento en los procesos de introducción masiva de las TIC
y no se crean verdaderos incentivos para la innovación educativa.

Por lo que hoy sabemos, las TIC se utilizan fundamentalmente en las aulas como
apoyo a la presentación de contenidos por parte del profesorado. La utilización de
las TIC como un potente conjunto de herramientas multimedia al servicio de la
innovación educativa, y de la mejora del aprendizaje de los alumnos, está todavía
muy lejos de ser una realidad. Internet se utiliza básicamente para la búsqueda
de información. La utilización de las TIC para la intercomunicación entre alumnos
y profesores, para la colaboración más allá de las aulas, para el trabajo en equipo
y para la creación y publicación de contenidos por parte de los alumnos es poco
frecuente en nuestras escuelas.

Además de continuar creciendo en las dotaciones de recursos e infraestructuras

TIC, y de situar estos recursos al alcance de los alumnos en sus lugares habituales
de trabajo y en sus hogares, hay otras necesidades que deberían cubrirse para
promover un avance significativo del uso de estas tecnologías con fines
educativos.

En primer lugar, los propios profesores, que cuentan con un dominio

instrumental de las TIC más que aceptable, reconocen algunas lagunas
importantes en sus competencias para utilizar estas tecnologías como
instrumentos didácticos y como herramientas al servicio del aprendizaje de sus
alumnos. Sólo uno de cada tres profesores, por ejemplo, se siente capacitado para
promover y supervisar grupos de trabajo a través de las TIC, o para crear recursos
en línea que puedan ser utilizados en sus asignaturas. Más de la mitad del
profesorado no se siente capaz de desarrollar proyectos multimedia con sus
alumnos, o de evaluar trabajos realizados mediante tecnologías digitales. Es
necesaria, pues, una mayor y mejor formación en estos aspectos.

Razones aducidas por los profesores que no utilizan nunca las TIC en las aulas2

1
Ver las principales referencias en:
- Mominó, J.M., Sigalés, C. y Meneses, J (2008) La Escuela en la Sociedad Red. Internet en la educación
Primaria y Secundaria. Barcelona. Ariel – Editorial UOC
- Sigalés, C., Mominó, J.M., Meneses, J. y Badia, A. (2009) La integración de internet en la educación
escolar española: situación actual y perspectivas de futuro. Madrid. Ariel – Fundación Telefónica
2
Los gráficos que aparecen en este resumen ofrecen datos sobre resultados de una investigación de
carácter empírico realizada en una muestra representativa de centros docentes de educación Primaria y
Secundaria Obligatoria de España

2
 50%
42,10%
38,50%
40%

30%
21,10%
20%
11,50%
10%

0%
No tener acceso No poseer las Percibir que no No ser una
a las tecnologías competencias es útil para su prioridad para su
necesarias TIC necesarias asigignatura centro educativo

En segundo lugar, la mayoría del profesorado que utiliza las TIC en sus clases
manifiesta que las ha adoptado, sobretodo, como apoyo a las actividades
docentes que ya venia realizando sin ellas. La adopción de las TIC como
instrumentos para la innovación en los centros y en las aulas es minoritaria. En
este caso, la cuestión no se sitúa propiamente en las TIC sino en las prácticas
docentes predominantes en nuestras escuelas e institutos. Las prácticas de
carácter tradicional, en las que el protagonismo principal recae en el profesor que
mediante largas exposiciones intenta transmitir conocimientos a sus alumnos,
encajan mal con el uso intensivo de las TIC por parte de los alumnos y con un
aprovechamiento de alto nivel de las tecnologías digitales.

Principal finalidad con la que el profesorado introduce las TIC en sus prácticas
docentes

80%
68,30%
70%
60%
50%
40%
30%
17,50% 14,20%
20%
10%
0%
Como herramienta Para cambiar la Para que los
de apoyo forma de impartir alumnos aprendan a
clase utilizarlas

Un mejor aprovechamiento de las posibilidades de las TIC se produce cuando las

prácticas docentes otorgan un papel mucho más activo a los propios aprendices.
Cuando los alumnos tienen la posibilidad de compartir y contrastar sus propios

3
conocimientos en grupos cooperativos, o extendiendo sus relaciones de
intercambio más allá de su clase o su escuela, trabajando en proyectos
interdisciplinarios de larga duración, cuando se promueve la adquisición de
habilidades de acceso, selección y manejo de la información teniendo en cuenta
el grado actual de digitalización del conocimiento disponible y de sus modos de
representación. Cuando se da, en definitiva, un mayor impulso a la creatividad y
al aprendizaje autónomo de los alumnos. La cuestión verdaderamente
importante está en la innovación de las prácticas educativas. Sin esta necesaria
innovación, el crecimiento y el uso razonable de las TIC quedan seriamente
limitados. Es necesario fomentar y divulgar con mayor energía aquellas
experiencias de innovación educativa mediante las TIC que pueden servir de
ejemplo para el conjunto del sistema.

Las expectativas que directores, profesores y alumnos depositan en el potencial

de las TIC para la mejora educativa son altas. Todos ellos coinciden en señalar que
estas tecnologías serán muy importantes para la educación del futuro, pero la
realidad es que no saben muy bien como encajarlas en sus actividades escolares
cotidianas. Llama poderosamente la atención la falta de relación que ven los
profesores (dos de cada tres) entre uso de las TIC y obtención de mejores
resultados escolares. Esta falta de relación pone de manifiesto que, hoy por hoy,
las TIC no parecen imprescindibles para la consecución de los objetivos de la
educación básica. Los currículos educativos, los métodos docentes y los sistemas
de evaluación que guían las actuaciones del profesorado no han evolucionado al
mismo ritmo que las nuevas formas de acceso a la información y al conocimiento.

% de profesorado que está de acuerdo con las siguientes afirmaciones:

70,00%

60,00% 57,30%

50,00%

40,00%
30,30%
30,00%

20,00%

10,00%

0,00%
Las TIC mejoran la calidad de los Los alumnos que utilizan las TIC
aprendizajes mejoran sus resultados escolares

Como para muchos otros ámbitos, para la educación las TIC abren las puertas a
una amplia gama de nuevas posibilidades, a nuevas formas de relación, de
aprendizaje y de creación de conocimiento. Unas posibilidades que podrán
materializarse en la medida en la que el conjunto del sistema se decida a superar
las estructuras que han guiado a la institución escolar a lo largo del siglo XX. Hoy
por hoy, la escuela no garantiza ni siquiera una alfabetización digital básica de
carácter universal (los alumnos aprenden mayoritariamente a utilizar las TIC por

4
su cuenta y en primaria uno de cada tres alumnos no lo puede hacer al margen
de la escuela por falta de medios). La tarea de modernización que debe
acompañar al proceso de progresiva incorporación de las TIC y de internet en los
procesos educativos no puede dejarse exclusivamente en manos del profesorado.
Las administraciones y las instituciones con vocación educativa deben liderar
también este proceso y deben apoyar al profesorado tomado las decisiones
oportunas. Todo un reto.