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EL CRISTIANISMO QUE PABLO

PREDICO

Este tema salió a luz, a raíz de una reflexión que se fundamenta


en una crítica popular.

Cuantas veces hemos escuchado a personas proferir esta frase


en sentido irónico, tono despectivo o quizá hasta con burla, “¡y eso
que es hermano!”. En clara alusión a los cristianos cuando cometen
alguna torpeza por descuido, falta de conocimiento o ignorancia.

Hay que considerar esta critica en serio, normal, pero con


sentido de superación; porque te da un margen para plantear lo mal
planteado, arreglar lo desalineado o buscar salir del bache, pedir
ayuda. Ya que no basta con el solo hecho de bautizarnos, sino,
comenzar a caminar, dejar la vida pasada.

Por medio de este problema, conoceremos el cristianismo que


Pablo predico, que es nuestro tema central.

De entrada este tipo de problema es añejo. En la Escritura


encontramos un sinnúmero de ejemplos y consejos que pudiéramos
tomar. Únicamente haremos referencia a la manera de cómo el
apóstol afrontaba esta clase de problemas y los consejos que el daba
y así darnos cuenta del cristianismo que practico, predico el apóstol
Pablo.

EL PROBLEMA EN LA IGLESIA DE CORINTO

En la Iglesia de Corinto, se estaba presentando un problema


mayúsculo entre los hermanos de esa congregación. Pablo en su
primera epístola, (1 Cor. 5:1) les escribe: “se oye que hay entre
vosotros fornicación, cual ni aun se nombra entre los gentiles; tener
la mujer de su padre”. Estos hermanos habitaban una ciudad rica y
lujuriosa, entregada a la sensualidad. En Corinto se desplegaba el
vicio sin vergüenza.

El provenir de una ciudad así, habiéndose arrastrado entre el


lodo del pecado; quizá fueron las causas que permearon entre la
congregación de Corinto, produciendo las faltas a las que Pablo hace
mención.

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Era una congregación multicultural donde judíos y gentiles
habían conocido los primeros rayos de luz del evangelio, la ignorancia
y la práctica de la vieja vida quizá también contribuyeron.

El apóstol les dedica un capitulo completo para que la


congregación entienda la gravedad de la falta.

Incluso llega a decirles: “no os envolváis con los fornicarios”. No


absolutamente con los fornicarios de este mundo, avaros, ladrones o
idolatras; pues en tal caso os seria menester salir del mundo (1 Cor.
5:10).

Mas ahora os he escrito, que no os envolváis, es a saber; que si


alguno llamándose hermano fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o
maldiciente, o borracho, o ladrón, con el tal ni aun comáis (1 Cor.
5:11).

Si bien es cierto, que el consejo del apóstol era no envolverse


con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los
ladrones, o con los idólatras. No solamente era apartarlos de las
contaminaciones del mundo con respecto a que se notara quizá un
cambio del círculo de amigos, de los lugares que se frecuentara o
círculos sociales, sino también; se notara ese cambio de vida en el
interior.

En su Segunda carta a los Corintios 7:13, Pablo, expresa el gozo


de ver los frutos de la primera carta. “Tomamos consolación de
vuestra consolación: empero mucho mas nos gozamos por el gozo de
Tito, que haya sido recreado su espíritu de vosotros”. La iglesia
entendió el mensaje de Pablo, con temor y temblor, aun Tito daba
buen testimonio de ello. El apóstol al finalizar el capitulo expresa su
confianza.

LA ESENCIA DEL MENSAJE DE PABLO

En su carta a los Colosenses 3:7-10, Pablo dice: en las cuales


vosotros también anduvisteis en otro tiempo viviendo en ellas. “Mas
ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia,
maledicencia, torpes palabras de nuestra boca. No mintáis los unos a
los otros, habiéndonos despojado del viejo hombre con sus hechos, y
revestíos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado
conforme a la imagen del que lo crio”.

Quiero decirles que:

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La ira y el enojo, son sentimientos que nacen en lo profundo del
corazón; que pueden convertirse en impulsos físicos provocando
heridas o llegándose a convertir en raíces de amargura. Se llena el
corazón de odio de rencor, por un enojo, por una ira. ¿Se sienten
identificados con esto?.

La malicia es la culpable de toda suerte de envidias y malos


pensamientos que brotan del corazón.

Las torpes palabras y mentiras, provienen de un corazón que no


conoce la sinceridad, la lealtad y el respeto.

Esto es muy cierto. Y no se vale escudarnos en la frase: “es


que a mi así me criaron”…

A los Romanos 6:6, les dice: “nuestro viejo hombre fue


crucificado juntamente con el, a fin de que no sirvamos mas al
pecado”.

Todo esto era una clara separación interior del pecado, el


apóstol no dudo en exponer todo su conocimiento del tema, para que
las iglesias cristianas se pusieran en camino a la ciudad celestial.

1 Corintios 6:11. Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, más


ya sois santificados, mas ya sois justificados en el nombre del Señor
Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

También nosotros venimos de diferentes formas de vivir.


Algunos éramos fornicarios, idolatras, adúlteros, afeminados,
ladrones, avaros, borrachos, maldicientes, robadores.

Pueden levantar su mano, si son tan amables, aquellos que eran


borrachos, los robadores,…

Porque también éramos nosotros necios en otro tiempo,


rebeldes, extraviados, sirviendo a concupiscencias y deleites
diversos, viviendo en malicia y en envidia, aborrecibles, aborreciendo
los unos a los otros (Tito 3:3).

LOS CONSEJOS DEL APOSTOL

Hay que recordar, que en los tiempos cuando Pablo predico, el grado
de atraso era mucho mayor.

Para empezar, la esclavitud que en aquellos tiempos se


practicaba, aun permitía toda clase de abusos de una u otra parte.

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“Todos los que están debajo del yugo de servidumbre, tengan a sus
señores por dignos de toda honra”; le escribía a Timoteo, “porque no
sea blasfemado el nombre del Señor y la doctrina”.

La mujer también era considerada como un simple objeto, sin


más valor que un esclavo. El desencanto y problemas de la sociedad
de ese tiempo; arrastraban toda clase de desgracias por guerras,
injusticias, venganzas, no menos que ahora.

Aun así ante este panorama tan desolador, el apóstol profería


en sus escritos y cartas, así como en sus discursos a manera de
marcando el camino, invitando a iniciar la carrera, queriendo
despertar alguna conciencia dormida, a una sociedad que venia de la
bajeza, pero que estaba destinada a triunfar sobre el pecado.

Colosenses 3:12-17. Vestíos pues, como escogidos de Dios,


santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de
humildad, de mansedumbre, de tolerancia; sufriéndoos los unos a los
otros, y perdonándoos los unos a los otros si alguno tuviere queja del
otro: de la manera que Cristo os perdono, así también hacedlo
vosotros.

Y sobre todas estas cosas vestíos de caridad, la cual es el


vínculo de la perfección. Y la paz de Dios gobierne en vuestros
corazones, a la cual asimismo sois llamados en un cuerpo; y sed
agradecidos.

La palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda


sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con
salmos e himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en
vuestros corazones al Señor. Y todo lo que hacéis, sea de palabra, o
de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias
a Dios Padre por el.

Hermanos…Sin Palabras…

Esto es el evangelio, la doctrina, la enseñanza de Pablo.

No hemos tocado profecías, muchos libros, sino mas bien


hemos hablado de cosas sencillas, del evangelio.

Por eso decía al principio de esta predicación que esta


coyuntura había que tomarla con un sentido de superación. Que nos
da un margen para reflexionar. Que los consejos del apóstol así como
su predicación, van en este sentido. Que pudiéramos ser consolados
unos y otros con los buenos comentarios de los cristianos, que en

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todo tiempo adornemos la buena doctrina, que guardemos el
mandamiento sin macula ni reprensión…

Amen.

Autor: Omar Olivas Zazueta

e-mail: omarolivas@hotmail.es

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