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DEFINICION
Para sobrevivir, las células necesitan obtener energía. En general, hay dos
formas de generarla (ambas basadas en procesos químicos) que aprovechan la energía
almacenada en uno o más enlaces: por la vía de la fermentación o bien a partir de
oxígeno. Si la isquemia es muy severa puede llegar a la anoxia lo que implica que los
tejidos de esa región no podrán contar con la energía necesaria para sobrevivir. De esta
forma, el tejido muere. Cada tejido tiene un nivel diferente de tolerancia a la falta de
oxígeno.
Puede variar desde una isquemia reversible, con sintomatología muy variable,
incluso la falta de síntomas reconocibles por el paciente, pasando por la angina de
pecho, donde la falta de alimento del corazón es parcial, y no se produce necrosis
(muerte) de las células que componen la pared del corazón (los miocitos cardiacos)
hasta un infarto de miocardio, caracterizado por necrosis del tejido del miocardio,
provocado por que la falta de alimento es completa y prolongada.
La causa es generalmente, una obstrucción arterial coronaria, de localización o
intensidad suficiente para provocarla. Su origen es la aterosclerosis, por sí misma o por
desprendimiento de un ateroma que se impacta distalmente cuando el calibre arterial es
inferior. Otras causas pueden ser embolia coronaria, espasmo coronario (tabaco,
cocaína), estenosis por calcificación de las arterias coronarias, regurgitación aórtica,
estenosis subaórtica hipertrófica.
FISIOPATOLOGIA
El corazón constituye 0.7 % del peso corporal en el ser humano, pero requiere
7.0 % del consumo basal de oxígeno del cuerpo. La isquemia del miocardio se debe al
desequilibrio entre el aporte y la demanda de oxígeno del músculo cardiaco. Pueden
presentarse anormalidades de uno o ambos factores en un solo paciente:
Hipertrofia miocárdica
Taquicardia
Factores metabólicos
Hay tres principales determinantes del aporte de oxígeno al miocardio, y tres de la
demanda de oxígeno en ese mismo músculo.
Aporte:
Presión diastólica de la aorta
Resistencia vascular coronaria
Duración de la diástole
Necesidades:
Frecuencia cardiaca
Tensión mural:
Precarga: presión diastólica terminal del
ventrículo izquierdo
Poscarga: presión aórtica media
Contractilidad
TRATAMIENTO
La primera acción debe estar encaminada a revertir las causas iniciales que
produjeron el episodio isquémico, seguido de las intervenciones que podrían reducir la
isquémia o el infarto.
FACTORES DE RIESGO
4. Aumento de las cifras de colesterol total (sobre todo de colesterol LDL, “colesterol
malo”).
6. Tabaquismo.
7. Hipertensión arterial.
8. Diabetes mellitus.
9. Obesidad.
10. Sedentarismo.
EPIDEMIOLOGÍA
En las dos últimas décadas se ha acumulado una importante cantidad de
información sobre la frecuencia de la cardiopatía isquémica en España, que se resume
en este trabajo junto a una estimación del número absoluto de casos que habrán
aparecido en el año 2002 y a la tendencia en el período 1997-2005.
En el año 2002 se habrán producido unos 68.500 IAM, de los cuales 40.989
habrán sido hospitalizados. El resto habrá fallecido fuera de los hospitales. Además, el
24,9% de los ingresados tampoco habrá sobrevivido 28 días. Apenas la mitad de los
pacientes tendrá menos de 75 años, edad con mejor pronóstico (letalidad a los 28 días
del 38,8%). Se habrán producido unos 33.500 ingresos por angina inestable, de los
cuales el 4,5% habrá fallecido a los 3 meses del ingreso. De mantenerse la incidencia
estable, se ha estimado que el número absoluto de casos de IAM aumentará un 2,28%
anual en la población (9.847 casos en total) y las hospitalizaciones por síndrome
coronario agudo un 1,41% (8.817 casos en total) entre 1997 y 2005.
Fig. 1. Evolución de los ingresos por cardiopatía isquémica (CI) entre 1977 y 1993 en
España según la encuesta nacional de morbilidad hospitalaria (Instituto Nacional de
Estadística, 1999).
Fig. 2. Estimación del número total de pacientes con infarto agudo de miocardio (IAM)
en la población española, y del número de pacientes con esta patología y con síndromes
coronarios agudos (infarto de miocardio + angina inestable) hospitalizados entre 1997 y
2005.
PREVENCION
La Prevención Cardiovascular consiste en eliminar o reducir el impacto que producen
los distintos factores de riesgo que acabamos de ver sobre nuestro organismo.
Todas las guías internacionales de tratamiento de factores de riesgo CV coinciden en la
importancia de la prevención para evitar complicaciones cardiovasculares, y en los
cambios del estilo de vida (Tratamiento Higiénico Dietético) como un primer paso
indispensable en el tratamiento de pacientes que ya presentan factores de riesgo.
Estos hábitos de vida saludables pasan por una correcta alimentación (es más correcto
hablar de una buena alimentación que hablar de dieta), practicar habitualmente ejercicio
moderado, y dejar de fumar.
Los efectos producidos por el entrenamiento físico guardan relación con el tipo de
trabajo muscular, intensidad de las sesiones, tiempo invertido en cada una de ellas y
duración del programa.
Para valorar objetivamente el nivel de actividad física y comprobar sus efectos a
medio y largo plazo se re comienda cuantificar en gasto energético las actividades
laborales y recreativas a realizar a lo largo del día. El nivel de actividad física es la suma
del tiempo invertido en el entrenamiento, el de tiempo de ocio (si exige requerimientos
energéticos) y la actividad laboral. El índice de actividad metabólica (IAM) o gasto
energético de un trabajo o actividad física se determina de forma bastante aproximada
por el producto de la intensidad (1) y duración del ejercicio en minutos (D): IAM = 1 x
D. Si el índice en situación basal es de 60 kcal/h, la unidad corresponde a 1 kcal/min =l
MET= 3,5 ce de 02/kg.min. La relación I unidad= kcal/min no es del todo exacta, pues
el metabolismo basal oscila entre 50 y 80 kcal/h. En la tabla I, se muestra una relación
de las actividades más frecuentes. La intensidad es la relación entre el gasto energético
basal y el que se requiere para cada una de ellas, que se ha calculado con determinación
del V02 max. por método directo.
Hacer ejercicio en
Paseo de excursión 6 6
gimnasio
Bicicleta: paseo 4
esfuerzo moderado 8 Golf 5
montaña 8,5
Basquet 8
Esquí alpino
7
(descenso)
Esquí de fondo 10
* Fase III: Los efectos del ejercicio no son permanentes. Por este motivo hay que influir
en los pacientes a continuar los programas de ejercicio indefinidamente. Periódicamente
se establecerán las modificaciones oportunas en volumen, intensidad y características en
función de las adaptaciones y motivación de los propios pacientes.
Para evitar el abandono del programa se ha de recomendar la participación del paciente
en centros deportivos y clubs o centros de salud.
Es aconsejable que el paciente anote en un diario si se ha realizado actividad física o no,
duración de la sesión, tipo de actividad y sensaciones experimentadas. Esto permite
cuantificar las kilocalorías semanales consumidas. En algunos casos la frecuencia
cardíaca puede ser de utilidad si existen garantías de que se ha medido correctamente.
TABLA II
ACTIVIDAD FISICA Y FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULAR
AUMENTA DISMINUYE DISMINUYE
ESTUDIOS
Hemos encontrado algunos estudios relacionados directamente con este
problema, como pueden ser:
Comparaciones de chóferes de colectivos de Londres vs. conductores, carteros
vs. empleados de correos, trabajadores de campo de Kibbutz (Israel) vs. oficinistas,
trabajadores viales vs. oficinistas empleados, y varias categorías de estibadores
(Shephard, 1981; Paffenbarger, 1990).
En la mayoría de estos estudios, el "status" socio económico, la dieta y las
condiciones generales del empleo fueron, razonablemente, comparadas entre aquellos
con altos y bajos niveles de actividad ocupacional.
Los trabajadores pueden cambiar de un trabajo físicamente demandante a un
empleo sedentario a causa de tempranas manifestaciones de enfermedad cardiaca; de
todos modos esta complicación ha sido invalidada en estudios prospectivos, donde las
ocupaciones de los individuos fueron clasificadas al comenzar el estudio. Hay también
una selección personal del trabajo sedentario por aquellos individuos que tienen otros
factores de riesgo cardíaco. Por ejemplo, Morris et al. ( 1956), encontró que los
individuos obesos con un alto colesterol sérico optaron por ser chóferes, en vez de
conductores de ómnibus del transporte de Londres. Algunas veces, también ha habido
diferencias en el consumo de cigarrillos en trabajadores activos e inactivos.
De todos modos, análisis multivariados sugieren que el riesgo cardiovascular de
una ocupación sedentaria persiste luego del control de las variables: "fumar", obesidad y
la presión sanguínea elevada (Paffenbarger et al., 1977). El gasto de energía
ocupacional asociado con una prognosis cardiovascular mejorada ha sido estimado que
varia entre 1.7 y 3.8 Mega Joules/semana (Fox & Haskel, 1968).
MATERIAL Y METODOS
Se utilizaron conejos hembras New Zealand. Bajo anestesia general se realizó
una toracotomía lateral izquierda. Tras efectuar una pericardiectomía se procedió a
pasar un hilo de seda 6-0 por debajo de una rama prominente de la arteria coronaria
izquierda (equivalente a la descendente anterior en el ser humano).
Para inducir IM se efectuó la ligadura de esta arteria. Durante todo el período de
observación los animales se mantuvieron en un ambiente calmo y climatizado y con
alimento balanceado y agua ad libitum.
GRUPOS EXPERIMENTALES
DISCUSIÓN
Hasta hace aproximadamente tres décadas, el tratamiento precoz del IM incluía
un reposo muy prolongado: se indicaba a los pacientes una fuerte restricción en su
actividad física, con permanencia en reposo en cama durante, por lo menos, dos o tres
meses. Entre las bases racionales de esa conducta se encontraba el objetivo de mantener
un consumo miocárdico de oxígeno bajo. Actualmente, la actividad física suele iniciarse
en fases tempranas de la convalecencia y muchos pacientes son alentados a participar en
programas supervisados de ejercicio regular; en ciertos casos, se indica el entrenamiento
físico. Entre sus efectos beneficiosos se encuentran: aumento del tono vagal,
restauración de una mayor variabilidad en la frecuencia cardiaca, un efecto favorable
sobre la resistencia periférica, disminución de los fenómenos tromboembólicos y
sensación de bienestar. Sin embargo, existe la posibilidad de que haya subpoblaciones
específicas dentro de la población con IM reciente, en algunas de las cuales el
entrenamiento físico podría resultar perjudicial.
Es sumamente importante conocer, entonces, el impacto del ejercicio sobre el
remodelado ventricular pos-IM. No obstante, los datos disponibles son limitados y, a
menudo, contradictorios. Los estudios en pacientes presentan varias dificultades: difícil
control de ciertas variables, coexistencia del IM con otras patologías o con distintos
factores de riesgo, presencia de tratamientos concomitantes, abandono no programado,
necesidad de considerar un alto número de pacientes, etc. Muchos de estos
inconvenientes pueden evitarse mediante la utilización de modelos en animales. Los
modelos en animales de laboratorio (si bien es cierto que poseen la dificultad de
presentar diferencias con el corazón humano) permiten un control de variables mucho
más estricto y eficaz, lo cual abre nuevas posibilidades para el mejor conocimiento del
remodelado ventricular en el IM.
En los últimos años, el conejo se ha utilizado como un buen modelo
experimental para el estudio de la isquemia miocárdica y para estudios de la fisiología
del ejercicio. Se ha señalado que esta especie podría remedar la isquemia miocárdica
producida en un corazón humano sin episodios previos de angina y es un animal muy
conveniente para el estudio del IM “sin tiempo”, es decir, aquel IM que resulta de una
oclusión aguda en una arteria sin estenosis previa significativa y con miocardio viable.
En el estudio se recurre a un modelo experimental en conejos utilizando un
modelo de corazón aislado que, al normalizar las condiciones de carga del ventrículo
izquierdo, permite realizar un análisis detallado de la función ventricular bajo un control
estricto de ciertas variables. Utilizamos un protocolo de ejercicio moderado (evitando
generar hipertrofia fisiológica o “entrenamiento”), actividad física que se instauró en
estadios tempranos de la evolución histopatológica del infarto, cuando su cicatrización
aún no se encuentra consolidada.
Los cambios observados en el grupo IM sedentario son coincidentes con trabajos
previos: la instalación de un IM genera dilatación ventricular cuando el tamaño del área
infartada supera cierto límite. Esta dilatación puede evidenciarse mediante el
desplazamiento, hacia la derecha, del componente diastólico de las curvas de
presión-volumen. Los corazones del grupo IM sedentario muestran dilatación,
coincidente con comunicaciones previas. Es de interés señalar aquí que el grupo IM con
ejercicio moderado muestra tendencia a dilatarse más que el grupo IM sedentario. Dada
la tendencia a la mayor dilatación y, por lo tanto, mayor estrés parietal, estas
modificaciones en la geometría ventricular representan un efecto desfavorable con
implicaciones funcionales y pronósticas importantes. Así, el ejercicio en etapas
tempranas del IM podría presentar algunos aspectos desfavorables. Por un lado, el
ejercicio podría agravar la expansión del infarto. Por otra parte, la dilatación ventricular
puede evolucionar de forma lenta y progresiva durante meses y hasta años, provocando
deterioro hemodinámico y, además, se vincula a una disminución de la sobrevida,
ambos en proporción del tamaño del infarto. Además, el incremento periódico del
consumo de oxígeno sistémico puede elevar el trabajo cardíaco y favorecer la isquemia
en regiones con reserva coronaria disminuida y debido a ello desencadenar episodios
francos de insuficiencia cardiaca o arritmias graves.
CONCLUSION
Se estudio el grado de dilatación ventricular alcanzado como consecuencia de un
IM, en reposo y en presencia de ejercicio moderado en treadmill iniciado
tempranamente. Estos datos sugieren que en los grupos con IM se produjo dilatación
ventricular, observándose que el ejercicio moderado iniciado en estadios tempranos en
la evolución del IM tiene un efecto desfavorable sobre el remodelado ventricular al
provocar mayor dilatación.