Sie sind auf Seite 1von 14
INDICE NOTADELPRESIDENTE EVENTOS PUBLICACIONES RESENABIBLIOGRAFICA NOTAS Y COMENTARIOS Ceremonllan del Perodo Fore lau None Grande Carolina Agiiero, Maunisio sibs, Pati Aja bara Cases y Cah Carraseo. we “4 Obsidiana negra en contextos arqqudldaees ‘elo vailes ie anivos de Petagonia Cosel Chile, Cot Mgnden 8 vevas maniesaciones de perolifes an preorder del Choa: motivo slanfiado, Dov Jacks Digga Ay ony Gloria Cabal sector La Obra, Coronel. Daniel Quiror, ce fons Mason Sinchen = Arqueobotdaice del sto Inteniedio Tato Pat Sei El Ingento bl (Viti Fredpuriz, V Regidn): desafia metodolégiéo'en un sitio arado. Luciana Quiroz 37 Estudio arquitecténico de las chullpas de adobe de Isluga } (Legion), Perodo inermedio Tadio, Pate Ayala 6 - | TRIBUNA . Ser o sr paleotuio?, Conientaro a Gaeta yLabarea Luis Cornejo y Miguel Saavedra 7 Un breve comentario « Garcia y Labarca. Lautare Nuiiez a {te tenemos debate compateros!. Comentario taréplica e Cornejo y Saavedra, Chistian Gareiny Rafat Labarea 2 INSTRUCCIONES ALOS AUTORES # 9 SOCIEDAD CEILENA DE | ARQUEOLOGIA SOCIEDAD CHILENA DE ARQUEOLOGIA (Period 2001-2008), Presidente: Donsld Jackson 8, Sectetaio: ‘Mauticio Uribe R., Tesocero: Cristian Becker A, Directores: Francisco Mena Ly Daniel Quitvz L- re id Cu a yeas eene enna eae ean piney dee CUM eer tt CEU onto eens erate Hip. Ona neem Meret em HAAR ai eee note urCNT aa ene ls en este Bol aa peemramerytrs enters Boletin Ge ta Sociedad Chilena de Arqueclogia, Nomero 32, septiembre de 2001 CEREMONIALISMO DELPER{ODO FORMATIVO, EN QUILLAGUA, NORTE GRANDE DE CHILE? Carolina Agilero, Mauricio Uribe, Patricia Ayala, Barbara Cases y Carlos Carrasco Para los momentos correspondicntes al Perfodo Formativo, el valle de Quillagua se presentaba como un territorioen el que pparecfan haber coexistido varias tradicio- nes culturales, visi6n que hasta el momen- to se ha visto confirmada de neuerdo aun ‘comportamiento como espacio de fronte- a einteraccién cultural entre las Subéreas Valles Occidentales, Cireumpunetia y Al- tiplano Meridional, No obstante, se ha de- bido reevaloar una de nuesteas ideas ini ciales, In cual planteaba la existencia de fuertes vinculos entre las ocupaciones Formativas quillagtinas y el oasis de Atacama, ¢ inelaso, que las relacfones centre las diferentes tradiciones culturales en Quillagua, habian podido ser contrala- das por poblaciones del territorio com- prondido entce el Loa y San Pedro, En cam: bio, luego de que varios sitios de le loca- lidad fueron sometidos a estudios de su- perficie, se pudo reconocer a través de la | Figura 1. Ubicacign de los sitios Qui-84 y Qui-69 en Ia Lea cerdmicn, textiles, patrones fumerarios y | dad de Quillagea formaciones twmulares, mayores nexos con Tarapacd y Ia cuenca del Loa, siendo menos evidenies aquetlos con los Valles Oceidentales y San Pedro de Atacama, aunque no por esto menos inmportantes (AGUERO y CASES 2001, en prensa; AYALA y URIBE 2001, en prensa; AYALA 2000 Ms).? De. este modo, auestra propuesta original acerca de la presencia de tres tradiciones culturales en Quillagua, (Arica, Tarapacd y San Pedro), se vio modificada, En esta direccidn, se excavaron los sitios Qui-84 y Qui-89, considerando que ambos exhibfan més clara- ‘mente los nexos con los territorios mencionedos y que cada uno de ellos podrfa corresponder a expresio- nes mortuorias de diferentes grupas baranos asentados en el valle durante el Perfodo Formative (Figura 1), Bsto debido a que ambos sitios mostraben evidencias de patrones funerarios distintos, haeiéndose en cl primero de ellos los entierros en fosas subterrfneas, a diferencia del segundo, donde e ritual mortuorio parecfa asociado a formaciones tumulares similares 2 las descritas para el valle de Azapa y para la costa entre Camarones y Tocopilla. En consecuencia, el propésito de la excavacién fue conficmar los parentescos mencionados y de esa manera ampliar desde Quillagua el conacimiento sistemético sobre el Perfodo Formativo a partir del trabajo en sitios ceremoniales, Esto, porque en base a ellos, se han elaborado diversas interpretaciones del p do en cuestidn (MUNOZ 1980, RIVERA 1976 entre otros) que es ngcesario someter a evalvacién a pani del estudio de casos coneretos, Boletta de te Sociedad Chilens de Arqueotogra, Némere 32, septiembre de 2001 as 2] sitio 02-Qui-89: Los Taimulos Bl sitio Qui-89 fue denominado “Los Timulos” de acuerdo a las formaciones monticulares que cortespon- den a suaves levantemientos del terreno, idénticos a aguellos de Jos desarrollos formativos del valle de Azapa, asignados a la fase Alto Ramafrez (500 AC-500 DC), pero también idontificados en distintos puntos de In costa comprendida entre la quebrada de Camaronss y el rf0 Loa, AA igusl que en Tos casos referidos, se observ que los tdmmulos de Quillagua tenfan un oxigen anicépico producto de la acumulacién intencfonal, a modo de capas superpuestas de restos vegeiales, ticrra y cultura material entre la que se distinguiéItcos (mmicrodesechos,lascas, micleos,preformas de perforadores ¥ perforadores),placas de mica con orificios traspasados por hilados, fragmentos de malaquita y cuentas de turquesa, trozos de madera, fragmentos de cesterfa, textiles (hilados, miniaturas), cerémica,léminas y cuentas tubulares de cobre, vegetales como mazoreas de maz, vainas de algarrobo, brea y eafa de 110, ¥ restos de pescados. Puesto que algunos de estos mateciales —en especial Iiioos y cerémica— no s6lo formaban parte de tales rasgos, sino que también ae registraban alrededor de ellos, se confirmé que aqut «xisti6 una importente actividad humana ligada a varios otros sitios de Ie lealidad ya que compartfan, al ‘menos, una misma clase de cerémica correspondiente a los tipos Loa Café Alisado (LCA) y Quillagua- Terapacé Café Amarillento (QTC) (AYALA y URIBE 2001, en prensa). Este sitio ya habfa sido reconneida por Gallarda y colkborndores (1991) quiones 1o denominaron Qui-65. Posteriormente fue publicado por nosotros (AGUERO et al 1995) como Qui-89, y corresponde a un conjun. ‘ode 3 ismulos de camadas vegetales alargados: Tiimelo Sur, Tiimulo Norte y Témulo Oeste. Se emplaza aproximadamente & 1.6 km al SE de la Estaei6n de Quillagua, entre Ia segunda y tercera terraza del fo Loa, De los tres tsmuulos mencionados para este sitio, s¢ excav6 cl mayor de ellos (T\imulo Sur) cayas dimensio- ‘es aproximadas son 11 m en sentido N-S, 13 men sentido E-O y 1.30 m de alto. La formacién fue cuadrict- Jnda quedando sv sector ins bajo estd en el vértice SO de la unidad 2D/SE, en tanto el punto més alto se ubica en el vértice SO de la unided SP/SE (Figura 2). 31 proceso de excavacién permiiis definir una serie de formaciones estratigraficas, pudigndose distinguir con claridad los momentos inicisles y termins den const-uccin del timulo, pues existe una marcada diferen- sia en planta como on perfil de ls base sobre Ix cual se asiena; de Los bordes y el espacio que lo rodea, ast como de los eventos fundacionales que realizaron gus construciores, todo ello en tin mismo moment. En este sentido, el wimulo se lev: int6 en un lugar sin omupaciones previas, quizis especialmente seleccio- nado para su construccién, Bsto contempis un evento fundacional donde se colocé wna primera camada le vegetales, muy acotada y limpia, que fue rodeada por un piso de argamasa gris-rosado que sirvié de ‘base y limité toda la estructura, sobre el cual se depositaron algunas ofrendas como un conjunto de piezas le turquesa. Entre esia primera camada vegetal s6lo s2 mezclaron piedras, maderas (algunas trabajadas), jerandes espinas de pescado ¢ hilados, tos que probablemente formaban las uniones de alguna clase de cesteras, Aunque ¢s(o eventualmente también podria corresponder a un basural, 1a ausencia de carbén 0 cenizas asf como de restos animales quemudos, poro sobre todo las definidos limites de la camada, su forma elfptica y su acoteda posicién en el timulo, apoyan Ia idea de cierta clase de ceremonialismo fundacional, asociado a las acumulaciones atificiales, Posteriormente, se hebria dispucsto una capa de tiera con baja densidad de materiales culturales, sobre sta varias otras de vegctales y restos antedpicos, pero mas desordenadas y mezcladas con concreciones Ge argamasa, generando un patcén que se repite en forma més 0 menos homogénea en las siguientes caps. Lit actividad ltion que produce material de desecho y formatizado (perforadores) se concentra en la (Capa3 dela unidad 4D/SE, por lo parece probable que alls se haya realizado una actividad int cespecializado (CARRASCO 2001), Nolecia de 1s Saciedad Chilens de Arqueologta, Numero 32, septiembre de 2001 , SEE Figura 2, Sitio Qui-69 “Los - eee | La construccin del tmulo debe haber tomado algtin tiempo, meses o quizés aflos, ya que por lo menos @ partir de la Capa 4 se observaron algunas intervenciones que alteraron la superposicién de las camadas, ‘No obstante, los escasos fragmentos de cerdmica recuperados a lo largo de la excavacién corresponden al mismo tipo LCA. Asimismo, el resto de Ia depositacién material no muestra variaciones estraligrficas significativas, las que s6lo son de ausencia/presencin o densidad de npateriles culturales y no eultuates. Efectivamente, parece haber habido una intencionalidad en la seleecién de ambos tipos de materiales elegidos para set depositados en el uimulo, 1o que les otorgarfa el earfeter de “oftendas” al mismo, Entre Gs1as, es notable In cantidad de perforadores Iticos quebrados, preformas de perforadores, de mineral de cobre y de limines y cuentas tubulares de cobre puro, las quc no presentan variaciones esteatigréficas respecto a su composicién (TELLEZ 2001 Ms); ademés de la presencia de maderas trabajadas como fag rmentos de cucharas y espinas de algerrobo, las agujas do espinas de cactus, incluso enhebrades, las semillas de poroto pallar y otras usedas como cuentas (Mucura elliptica), maf, algarrobo, calabaza, ‘chafat, peseados, conchas, lana, tefidos anillados y anudados y algunas pequefias prendas textiles, entre ‘otros. Aungue la construccién del tiimalo podsfa haber tomado algunos meses, 0 incluso afios, la ausencia de variabilidad observada en los materiales naturales y culturales depositados en las capas que lo confor- ran, sugerirfan que por lo menos habrfa una continuidad respecto al grupo humano y/o cultural que lo construy6. Cabe destacar ademiis, que sin duda, toda esta exgologta es précticamente la misma que ha sido mencionada en los esiudios de los idinulos y, en general, en la caracterizacién material del Periodo Forma- tivo del Norte Grade de Chile (MUNOZ 1989) Posteriormente, concluida la coustruccién del témulo, se habrfan enterrado objetos a modo de ofrendas a su alrededor como lo sugiere In aparicién de una vasija completa boca’abajo del subtipo Quillagua Café Amarillento (QCA) (AYALA y URIBE 2001, en prensa), y maderes y ofrendas de mafz dentro de un pozo en Poleifa de 1a Sociedad Cuitens de Arqueolog(a Némero 32, septiembre de 2001 2” {Ranidad 2B, Todos estos clementos,—vasia,palos,‘ogén y mafz dentro de un pozo— parecen ser parte Ge tm contexto de ofrendas al Témlo Sar, ye que se encuentran a los pies del mismo, confinmante el cardoter czremoniut de la formacién, Riss Bexcavecion, os necesario hacer un comentario respecto dela hipétsis iniial de trabajo en la cual Se broponia que este sitio eorresponderia aun comenterioformativo, El principal problema fue detenmicce ates y age Xearaci6n Ia funcionslidad del timo, tanto por la eteatigrafva como pore tipo de Ureteteles¥ Fas005hallados en ella, Frente a la auseneia de contextos funeratios era plausible pense que Eicinttba de un lugar cesemonial, un basural o una vivienda con la estructura de techumbre demrombste fois atm idea fue desechda ya que si as fuera nose oxplica la existoncia de evidencine de newt Utes entre las camadas (CARRASCO 2001) nila ausencin de estos de catbény eenizas en el pc Por ne Date a idea de un basural fue descartada por a auseaca de evidencias de actividades doméstcas sons Fetes de catbn, cenizas y huesos, y a estandarizaciGn y selecciGn del material depositado, ag onc, ts continuidad del ptrén de deposiiacion de ins camacas con materiales culturales inorealade son capas, ndurecidas y estériles. Bs decir, se observ6 una cuidadosa aetitud en Ia depositacién de Ine, ceapas orgé- ae Femagtaseas del tEmulo que la que podste espzrarse de un basural, habiendo ms blew ora cece imeneionatidad de ditribucién y ubieacisn de los materiales como se aprecia en la disposieion yconfor- Racién de las cumadas vryetiles y los raogce con depositavidn de dlversos materiales como coon y Sous de turquesa y malaguita,plaeas de mica anudaca,placas y eventas de cabre,hilados,y slineraco, conto mafz y vainas de algarrobo, entre otros. Con esta, es claro que el orden de In depositacion y el cardeter de los materiales es del todo ‘ceremonial, 1o uel quedi bastante claro por la ofrenda cerémica que epareci6 alo pies del timulo, correspondiente a un vos oemaraanieacaye tipo derivaefa dela misma industria de aquellos que aparecen los comtexton heen Calta ag ds Terapeed (Tr-40) yen al menos uno del valla de Azapa (Az-118), asf comeen eres Caleta Huelén, en Ja desermbocadura de fo .oa (AYALA y URIBE 2001, en prensa), Elsitio 02-Qui-84: La Hondonada de la Momia Este sitio fue identificado durants 1995 (AGUERO et al 1995), del rio Loa, a corta distancia do Qui-89. Se ubica en uns hond: rents estivel desde! fondo hasta ls bords superiores Figura 3), la que contivo vito inhumaciones Jamnentablemente visibles gracies a los saqueos efectindos. Por esto, se obeervey cu superficie restos csaveletarios despedazados y erosionados, fregmenteta cerdmica de los tipos LA y QTC, Gesterfa, asf como gran cantidad de placas de mica perforadas y unidas por hiladoe ial orga coma rames, semillas y fragmentos de madera ¥ se omplaza sobre la segunda terraza al este lonada subcircular de 40 m de digmetro, con Del mismo modo q) (Quir$9, Is exeavaciGn permiti estblecer algunas regularidades en el comporta- Fal ca Srifice de ceuerdo a la divisiGn en cuatro euadcantes con que se ttabajé el sig be capa Aileen cassie en arena de arasireeSlico, en verios sectores se ve intemumpita por8 a 12cm de dos de insectos, 1o que Ia vuelve notoriamente mAs compacia y de un eolor cate rojizo y con un fuerte olor a descomposiciéa orginica Bajo los nidos de insectos, se presenta un ocasionalmente cruzada por lentes blancos di ofrendadas o que seftalizaa las tumbas. Const piso se sitda una costra de arena compaciada que es la que se habia, entierro. El cuadrante NO tiene wn comportamiento ligeramente diatives original corresponce a material ealedveo, Bsta diferen ue este cuadrante pres capa de arena més compacta, con aumento de gravilla, y © afloraciones de sales, y en ella se sitian placas de mica Boletin de 1a Sociedad Chitons de Argue josia, Némero 32 septiembre de 2001 realizacién de tuinbas ni oftendas, No obstante, en algunas unidades, hay oftendas de placas de mica — especialmente hacia el cuadrante NE— algunas de ellas quebradas y con las perforaciones sin concur, constituyendo una posible zona de taller (CARRASCO 2001). Es justamente en los cuadrantes restantes (SE y $0) donde las unidades arrojan mayor cantidad de material ¢ informacién. Estas se disiribuyen preferentemente en el sector central de la hondonada y en sectores de la pendiente Este, De hecho, es el sector Este el que presenta una mayor densidad relativa de entierros y de oftendas, y por lo mismo, es donde se encuentra In mayor disturbacién del sitio. asf que en le unidad NE-7L registramos basiantes restos de placas formando concentraciones junto & sus hilados de amarre, feagmentos de manta e hiladot. Bn la unidad SE-4B, a su ver, se rogisiraron fragientos de una siniea con la parte inferior eda ex fax de rama —tipo conocido como “Alto Ramitez” (MUIICA 1985, MUROZ 1989), sobre la cual se dispuso una ed anudada en fibra vegetal, ademés de srandes frapmentos de ots tinicns y mantas, En la unidad SE-9H se identified une tuba disturbada cuya fosa ovalada tenia 110 em de digmetro y una profundidad de 50.em. Al detimitarla en su iniefo se enconte6fkagmentos de cerdimica de los tipos LCA y QTC, Ge cestos planos, placas de mica perforadas en sus extremos y en algunos casos amarradas con hilados, restos etzjidos, vegetales, y madera de Prasopis. Una ver despejada la fosa, s6lo las improntas de una bolsa anillada de fibra vegetal y de un mants enel piso, sefalaron Ia antigua presencia de un fardo funerasio, Bxisten también, fagmentos de una uinica con su parte inferior tefidaen faz de tama. Al parecer, no se depositaron oftendas en 1 piso de le fess, ya que sus medidas restringidas eran s6lo suficientes para contencr al individuo enfardado. De ests modo, los materiales de los niveles superiores parecen haber sido colocados sobre el cuerpo en Los bordes de! pozo de manera similar « como se hizo con las placas de mica, Estas se ubicaron conformando tres conjuntos con forma de "caja asociadas a restos de malaquitay vezetales (somills, chalas y tallos de choclos), yy oltas que formaban una especie de semi-eiroulo que bordesia parte del entierro, Algo parecido ocurrié en la unidad SE-17D, donde se despej6 lo que inicialmente se pens6, serfa un contexto intacto seilalizado por placas de melaquita atadas entre sf y sujetas a un palo. ‘al suposicisn result6 errénea ya que no se recuperaron in situ ni el individuo ni las ofrendas. La forma de la tumba resuli6 ser circular con un peldafo, y la cerdémica encontrada en los niveles superiores corresponde a una vasija del tipo LCA y un fragmento QTC. Asimismo, el entierro habria estado seftalizado, o a su alrededor 4e 61 se habrian dispuesto, placas de mica unidas por hilados, Porsu parte, 1a midnd $W-51 y sus ampliaciones arrojé un entierro intacto compuesto por wna inhumacién central de un neonato en posicién decdbito dorsal envuelto en una manta, y por dos pozos de offends, Sobre la fosa mortworia donde se deposité e} fardo funerario, se encontraron palos que indicaban sus limites, junto a varios fragmentos de una vasija LCA quebrada intencionalimente que proventa de uno de 05 108 pozos de ofrendas, el que ademas contenfa dos cestos enteros, uno boca arriba y con forma de escudilla y otro dado vuclts en forma de plato, ambos sin decoracién y construidos con téenica de espiral, B1 otro pozo, en tanto, contenia gran cantidad de ramas, una coronta de choclo, semillas y hojas. Por la asocincién espacial de ios pozos con ofrendas penstmos que éstas formaron parte del ritual mortuorio unque bien podrfan haber sido depositadas con posterioridad al entierro, En la unidad 17H y sus ampligeiones se identficé otro entero sin alteraren el cual el fardo funerario de un aculto en posicin dectito lateral derecho, fectado y amarrado por una red anudada que cubre una manta, sedeposit6 en un pozo excavaco en la capa caleéea,cuyo tamaio apenas supera al del innumado. Alrededor do la fosa, sobre la costa calcétea, se éepositaron cinco concentraciones de places anudadas, y en st interioe se registraron placas perforadasformando una “caja y otras pastante grandes, restos de scmillas de algarrobo y fragments de una vasije del tipo QTC que fue ofrendada en Ios bordes de la fosa. Bajo el fatda funeratio, se depositaron piedras de ealeedonia dispuesas como para que éste pudiera estar bien asentado Deletth de ta Sosiedad Chitens de Argueclogte, Nimero 32, septiembre de 2001 29 En sintesis, se reeuperaron dos contextos mortuarios intactos (NE-17H y SW-SI) insertos en fosas de tamato s6lo un poco ‘mayoral del fardo funerario que conticnen exclusivamente a un individuo, Las ofrendas (esu- miendo obedecen al mismo evento de entierro), se encuen- tran enterradas en pozos alre- Gedor de Is fosa funeraria en el caso del nifo y en el del adul- to, dispuestas sobre el piso ealegreo, teniendo aqut las pla- cas de mica un rol protagénico, Ademés, se recuperd otro en: tierro durante un rescate hace algunos atlos (AGOERO er al 1995), que junto a aquel disturbado deserito pera la uni dad SE-9H tienen una fosa fu- neraria ovalads que contenta un Gnico individuo, Por su par- te, las mayores dimensiones (2 3 1G) delaffose redondenda | Figura 3 Sitio Qui84 Mttondonada dela Mor de SE-17D, al pareesr se dcben & que contuye dos cuerpos, uno de un adulto y otro de un infante, prendas textiles. Al margen de la esntidad de individuos, placas de mica perforadas y unida el tipo de ofrenda es clara: gran cantidad de § Dor ios como formando grandes collate, y en ott casos, “cajas™ (CARRASCO 2001). Précticaments todos los contexos {intactos y suqueados) prescntan oftendas de care re, Sendo posible incluso, verlas en superficie per fa actividad del saquen, Respecto a esto tltimo, Fingytidad SE-200 se encontraron dos “cajs” de plans quc no estabanrelacions tne g ningsin contexto {inchre inmediato, toque augiere que adcms de las actividades propias ds on centierro, agut se efectuaron tras relacionadas Gnicamente con la depositaciGn de oftendas Respecto a Ia alfarerfa, ciertamente su presencia no estan si 4s cuadrfeulas excavudas (40 m) se obtavo wn total d Cuatro vasijas, tes del tipo LCA (SW-SI, SE-17D, NE-1 Camente la mitad de la Fragmenterfa cerdmica sin restaurae. As vez, lee Porcentajes alcanzados por estos Ubos shel skio corresponden aun 72.39 % parael prime:oy un 26.99 Ye paral segundo, acompafiados de a ade cerémics con engobe rojo Sin duda, a diferencia de comenterios welgne dela localidad, ‘aqui Ia alfatesfa no cwvo ua papel significative en les oftendas.* ignificativa en términos de eantidad, ya que de 3 fragmentos, con los cuales se reconstruyeron 7) y una del tipo QTC (SE-9H), quedando practi. Coy Oks bart, la costeria también intogra el ofertorio identifiedndose en lamitad de Ins unidades excavadas (2604) de las cuales solamente Ia SW-SI present eestos enteros, uno en torn de plato y otro de Sscudilla, cmbos sin decoraci6n, Se encontré ademés, un importante nimern ae restos orgénicos como rradece 5 Ge malt, eames, semillas de algarrobo, coprolites de eamélidos, restore plumas y trozos de Rayos Ave sugieren un acotado ajuar fanecario, Finalmente, la posicién sentae de los cucrpos en ‘oes Tas eategorias earns fue fuertementeflecada producto del enfardamionns 30 Holetts de 1a Sociedad Chitens de Arqueotogia, Némere 32, septiembre de 2001 La similitud de tos materiates de cerdmica LCA y QTC, entre otros) sitios como Caleta Huelén 10 y 20. *ositados en este sitio con aquellos de Qui-89 (p.c. placas de mica, ‘si como Ia identificacion del mismo tipo de enterramiento y textiles en '¥ A2-70, nos permite asignar a Qui-8¢ al Perfodo Formativo, Comparaeién con otros sities del Norte Grande De acuerdo 2 sus formaciones monticulares const $2, Qui-89 se ssimila a otto sitios formatives del valle de Azape, En Az70 y Az-122 (MUNOZ 19 turas en timulos, tru(das con eapas de camadas vegetales, arena y argama- Norte Grande emplazados en zonas ten distantes como el '80) como en Tiimulo Parcela Paredes se registraron sepul: Inientras en Az-71 y Az-14 habfan monticulos pequefios sobre el entierro (SANTORO sl. estos sitios se emplazan en terrazas del valle oen sectores ms planos como la misma 1980). Por lo genera Yaen teritorios mas cercanos, en Indesembocadura del rfo Loa también hay registro de sepulturas tumulares bastante bien representadas at enconirarse en todos los cementeros formativos de Caleta Huelén 7, 10, 20» #BINOREZ 1971) a diferencia de aquells en pozos excavadosen laarena que slocstin pocorn ca Gace, {clés 1020 Gonde se combinan con eepultures en tims. De manera smile ds al sur evel eomemenns 10 se dentifican timlos moruotios asosiade asepalturas en poza (MORAGAS 1980) que también al ipo de materiales depositados en superficie, con arificios, tos desechos Iiticos de ealeedonia y, obstante, esta cerimica también se distribuye en ol exhiben tiniulos (AGUERO 2000 Ms), bntre los que se cuentan las placas de mica ‘por supuesto, la cerémica de los tipos QTC y LCA. No ros 47 sitios del perfodo en Ia localidad, Jos cuales no Por oire parte, ea base a los contexte: afirmar que las ofcendas depositadas cuales son comunes a otros sitios 3s ecuperada de Qui-37, Qui-84 yQu-89 (AGUERO etal 1995) es posible se restingen aun mimero linitado de objtos y products, muchos te los formativos del Norte Grande. Come ejemplo ex Oui-89 tenemos tides soared mbes casos se cuenta con expresiones mis locales, sobresaliend el echo de que en Quillagua no Se offendavon miniasras como en Tarapacé (AYALA y URIBE 2001, en prensa). En cuanto ls fibra vegetal, en Qui-89 registramos manojos resos sin formatizar, los cuales son frecuen- dae Je os oMe*os aunque también hay en algunos eementeros ineriores del vale de Azapay quebra Gus de Tarapecd. La eordeleria de fibsa vegetal se describe para el valle de Azapa, Calote Hicloy yen Quillagua en Qui-84 y Qui-89, siendo elocuente su presencia en este dime. Un tipo je olrendasxchanee Hrnajecesitads en contextos mortuorios quillagtiinos son la placas de mica perforadas y anudsdas oon fe abs festa en la mitad de los cementerios formativos de este oasis (Qui-84, Qui-86, Qul-87, Oot BS, Qué £9, Qui-90 y Qui-91), En Qui-89, se identifcaron ls insrumentos con los que se perforsrov ens lseas las que l igual gue ls eerémica, se hicieron de manera expeditiva (CARRASCO 2001), Por su parte, Qui84 en relacién a otros eementerios Forinativos de Quillagua, compart ciestascaractets- Cag On Qui-85 (Hondonada), Qui-86 (Hondonada Chica), Qui-87 (Hondonada Larga) y Qui-S8 (La Ceuz) al watarse de sepulturas subterrdneas que también presenta ofendas de placas de mea aiferria BAY Q7C- Con otros sitios ceremoniales de a localidad como Qui-89, Qui-00 La Bajada) y Gui (Le Bajada Bajz), comparte el hecho de que en éstos también risinos tipos eerdinicos antes mencionados. ‘¢ identifican algunas places de miea y los Boteitn de 18 Sociedad Chilens de Arqucologta, Wémera 32, septiembre de 2001 3 Es Qui-89 ol registro litico evidencia un taller expecializado en la confecciGn de perforadores, los que parecioran estar siendo utilizados parh pesforar las plasas ofrendadas en Qui-B4, donde se identified tna Posible zona de tallr para fabricarlas (CARRASCO 2001), Darante el Formativo los cementerios de Quillegua comparten junto a otros del Norte Grande, las tumbas ‘28 poz0s hechos en el piso, siendo el tipo mis generalizado de sepulturas a diferencia de sus variedades Som estructura de pied clzcularrestingidas a la quebmda de Camerones, Cobija y Quillagua, y aquellas on tapa de piedra idemtificadas en San Pedro de Atacama y el Loa Medio, Por otro lado, 1os timulos funererios se concentran en el valle de Azapa y alcanzan su mayor representatividad en la costa del Lon, Su Tarapac y Quillagua Je presencia de tdmulos es secundaria ya que sobresalen més las sepulturas on ov0s, en tanto gue los entierros con pequetios montfeulos se restringen a Azapa (AYALA 2000 Ms). En ate sentido, los hallazgos de Qui-84 nos permiten afimar que ls tumbas eubterréneas de la localidad son Gheulaces o subcirculares, destzesndose una configuracién local del contexto fanerario si bien se pueden ilistinguir ciertos elementos que plantean vineulos con otras regiones. Junto con esto, a diferencie de ‘eeapaed y Sen Pedro de Atacaina donde ln alfreria juega un rl protag6nieo como ofrenda, en Qui-B4 ésta e mis bien secundaria si se compara con las placas, Del mismo modo, a cesteria tampoeo tiene un higar Privileglado como el que soe da en la quebeada de Taragacé (Tr-40) y el Loa Medio (p.c. Topater), donde en ‘muchos eas0s los fardos funerarios, sean de adultos o infantes, se depositaron sobre o dentro de cestoe De toda to anteri pademos conciuic que en el vasis de Quillagua durante el Periodo Formativo, se distinguen contextos mortuorios y ceremoniales en Jos que ae deposil6 un nimero restringido de elemen, tos altuales entre los que se eventen principalmente pacas de mica, vaaijas cerimices,cestosy produc. 108 Resetales(eultivados y silvesizes) y marinos, pudiendo aparecer también plums y cordeleria vegetal, Jos que son compartidos con la mayorfa de los contextosformativos del valle de Azapay Terapact, al mismo tiempo muestran particuleridades locales, 1 que parece ser un atributo de este perfodo, Acerea dela temporalidad eee ik2 £8 obtuvieson tes echacios TL, de los cuales dos dataron fragmentos de alfarerfa dl tipo Lon Gale Aisado (LCA) provenienies, uno ds la Capa 5 de I unidad 6D/SE dando como resultado usa ena le GTOAC(UCTL 1379), y oiro de I Capa 2 de la misma unidad (sobre Capa 5), arrojando una fecha de 730 A. {RCT 1380), Una teers datacin coreespondié a un fragmento del tipo Quillagua-Turapacé Café Amer Hento (QTC) procedente de la Cay | dela Amptincién 23, el que acroj6 una fecha de 660 DC (UCTL 1378). Las dos primeras fechas corresponden, a nuestro parecer, lercera, al momento de la depositacién de las ofrendas, -a c ADISE, y Ampliaciones 2B y 1B indiea su situacién post depositaciones sabre los Tiinulos Sur y Norte. De aqui, Posiblemente emiparentada con el tipo San Miguel de los Valles Occidentale, ampliando la entensigs {Giuportly reafirrranclo los nexos ds al menos este margen del Loa con poblaciones del extrem norte de Gils los euses son evidentes a partir de los inicios de, Perfo Intermedio Tatdio, e incluso antes, ea el Comenterio Oriente y Oriente Alto de Quillagus (Qui-01y Quis02) (AGUERO et al 1997 y 1999). 4 In 6poca de construceién del tirmulo, y la oncentracién de alfareria QTC en las eapas de teclor a LCA, pues corresponden a las tltimas incluso se recupesé una miniatura fractarada in cuando parece excesivo el lapso de tiempo de alreded 4 Jas oltendas posteriores, as fectas son del todo corcordantes con aquellasobtenidas de los mlemee COC ages et Qui-84.En exe sitio, el tipo LCA eueriacon dos fechas: 530 AC (UCTL 1306) y 698 AC (UCTL. 1377), en tanto QTC tiene una de 665 DC (UCTL 1378), for de 1000 atios entre 1a construcei6n del timulo Es decir, el TYimulo Sur de Qui-89 se habria constru do alrededor del 700 AC en momentos formativos ‘empranos y las dhimas ofrendas se habrian deposit iad> cerea del 660 DC hacia los tiempos finales del 3 Botetin de 12 Sociedad Chitens de Arqueologia, Nomero 31, septiembre de 2001 Formativo Tardfo ex el Los, Por otra parte, sus cntierros ge habrian efectuado entre el habrfan efectuado por el 665 DC. Querer cerdmicos no pre ‘en Qui-84 probablemente haya sucedido lo mismo, vale deci, 695 y $30 AC y algunas ofrendas de cerdmica del tipo QTC se "mos seflalar que a pesar que en este iiltimo sitio ambos tipos ten diferencias contextuales debido al saqueo, abservandose que en todos los casos ds contextos saquesdos cl ipo QTC se encuentra en ls bordes de in fosa,o bien en las capas susetany Oe aauto Su Cepositacién en un momento posteriar al entierro del individuo, no obstante, mientras on Quis8d no obtenganos més fechados de ambos tipos de una misina capa, queda planteade ly intertogante sobre la existencia de un momento de contemporaneidad de ambos, Conelusiones ‘eu Primer lugar, nuestra impresign respecta a Qui-89 es que el reago o depcsitoexcavado corresponde a una {Gemacign tunuler artical como aquelis descrtas paracl valle de Azapa.en ls Valles Occidentalesde Avion (MUNOZ 1980, 1983, 1987, costs tarapaquedia (NIEMAVER y SCHIAPPACASSE 1963, NONEY 1971). desérice (MORAGAS 1982) por euanta se evidencia una superposicién a manera de domo, de camadea ‘"eertales,alleraadss con tierra y restos cultraes, entre los que destacan algunas ofvendas posteriores En consecuentcia, le asignecién cultural del contexto excavado es del todo formati ue aparecen en las zonas antes mencionadas, excepto por la ausencia hasta e euterrados, no obstante informacién reciente indicarfa que on el extremo norte los iimulos foneraros sOnstituyen un mfaimo poteentaje de este tipo de formaciones monticulares (SANTORO com, pers 2001) En este sentido, este tipo de construccién delata los nexos de Qui-89 con los desarvollos formativeg ‘rlavefios asf como con la costa tarapaquetiay desértice, los que se habrian producido muy temprane, {irededor del 700 AC, feria en que se habria construfdo el idm quillagtino, Cabe seal, que la fencion {uneraria no definirfa. estas formaciones pero sf tendefan una naturaleza eeremonial, asocisdaa la muerte Esto, porque al menos en Azapa, los timulos funeraris se encontranfanasociados a timulos sin entivros ¥ Porque en Quillagua —si bien aquella debe atin comprobarse a través dela excavacin de los Timulos Norte y Oeste de Qui-89— se hallan rodeadios de cementerios del perfodo en euestin, como (ui-B4. No bstante, podria también ser posible que ambos sitios formen parte de un mismo cecemonia. Beste punto abe destacar Ia relacién que existe entte ambos sitios con los respecivos énfasie de materiales que Presentan: por un Indo grin abundancia de placas perforadas en Qui-84,y por oto, un taller de perforadores en Qui-89, y asignarles una funcién ritual a cada uno (CARRASCO 2001), va y anélogo a aquellos | momento de cuerpos En relacién alo anterior, esulta evidente: pues ambos exhib radas y nid que existe un nexo cultural y eronal6gica entre Qui-89 y Qui-84, ¥en 198 mismos tipos cerimicos con las mismas fechas, las mismas placas de mica perfo. las por hilados, trozos de torquesa unidos con hiladas, y placas de cobre, entre otros. Cabo destacar que aguas abajo, en Caleta Huclén las tumbas eavedas en pozos (como Qui-84) aparcven asocia. das a témulos en un mismo cementerio (AYALA 2000 Ms). Pe weuerdo a ello, y segin los datos de que disponcmos, lo que difiere entre Qui-84 y Qui funcionalidad, por 10 cual es probable que lo esirictamente funetario sea resuclto por las poblaciones de Quillagua do una manera similar a como lo hacen las pobleciones de Tarapacé, es decir, usando la idea \wadicional de csmenterios « diferencia de Arica, donde el ceremonial mortorio y los entierros comperten wn ‘mismo sitfo, como es e] caso de la coexistencia de timulos funerarios y no funerarios en un mismo espacio. A partir de lo skimo, eoueluimos graces a estas excavaciones, le exstencia de un patrén ceremonial formativo tempranoaplicable a todo el tentoriocamprendid entre el valle de Azapa y, por lo menos, e {ats inferior elf Loa, en so, con seguridad, porlo menos durante 200 aes, ene e730 AC a 330 AC: sin embargo el mismo es manejado de manera particular por eada una elas pblacioneslocelen que cre aso de Quillagua, como tal vex en varias oes, impieg separa lo Tuneraro de este ceremonial En tern os més generales an esto signifiarta que existi6una gran interaccién cultural entre las poblaciones de Doletta de In Sociedad Chitens de Argueotogts, Mdmero 32, septiembre de 2001 33 Perfodo Formativo de este tervitorip, pero no necesariamente son asignables a una misma entidad cultural como ha sido sugerido por algunos colegas (RIVERA 1976 y siguientes). Agut proponemos que estos sitios dan cuenta de esa gran interaccién cultural entre las poblaciones formativas del Norte Grande de Chile, manifiestaen el Ambito ceremonial; pero en lo particular y conside- rando el resto de la informacién, a! vincalo mayor enel caso de Quillagua estarfa dado con lus poblaciones de Tarapacd y de la euenca del Loa, como ya lo anunciaba su industria alfarera (AYALA y URIBE 2001, en prensa), y tal como lo evidencian para un momento temprano del Formativo los resultados de las excavaciones (témlos ceremoniales, alfarerfa LCA), configurando una red de interaceién més acotada, Posteriormente, en un momento targfo del Perfodo hoeia el 600-700 DC, parece ser que aquella interaccisn se focaliza hacis el territorio tarapaqueto, al como s2 observa. través de la predominancia de la cerdimica QTC probablemente relacionada, por ahora, con los ditimos momentos de ocupacién de los cementerios y (Gmulos formativos de Quillagua, Con todo, en ei Loa Inferior se generaria uns identidad local espectfica que integrar‘a elementos propios (elfarerfa LCA), ¢ innovarfa en sus précticas cultorales como las ceremoniales y especfficamente funera- ial con Azapa y prineipalmente con Tarapaes, no seria total. En suma, tendrfamos una identidad formativa propia o lofna de esta parte del Norte Grande de Chile, que ost a, pero no ¢s del todo equivalente a las de Azapa y Tarapacé, como ya lo sugerfa el estudio de /AYAT.A y URTRE 2001, en prencn) Bn este escenario, Quillagua se constitvirfa en un importante punto articulador de relaciones entre la costa y las tierras altes de Atacama como lo sugicren las considerables cantidades de lana y pescado en estos ontextos, sustentado en una poblacién estable (;sedentarin?) que explota los recursos forestales (alga- robo y chafiat) y 1a agricultura (mate) de este rico oasis aunque todavfa, al parecer, dentro de un modo de vide bastente fundamentado en ln movilidad, recolecciéa yc! intercambio (entre otros, pescado y lana), es ddocir, un modo ce vida derivado del Perfodo Arcaico$ situacién al parecer, particular del Loa a diferencia de a complejidad que hacia el 600 DC ya se vive en otras lugares como San Pedro de Atacama y Arica, por los ‘cuales Tiwanaka ya habfa demostrado su interés. RECONOCIMIENTOS A nuestros compatieros Josefina Gonzilez, Indira Montt, América Valenzuela, Daniela Valenzuela, Omar Reyes, Andrea Ponce y Claudia Silva por su cooperacidn en terreno, ideas y comentarios, muchos de los cuales hemos incorporado en este arifealo, NOTAS ‘FONDECYT 1990168 “Tejidos, afacesfa y cementerios: Bl Perfodo Intermedio Temprano desde Quillagua, Loa Inferior.” * Los elementos propios de cada una de las regiones culturales meneionadas fueron definidos a partir del estudio de colecciones de referencia, principalmente textiles y alfareras, asf como en base a un andlisis Ge los patrones mortuorios de los diferentes sitios del perfado de los Valles Oceidentales, Tarapacé, cuenca del rfo Loa y oasis de Sen Pedro de Atacama, Bn este sitio se registraron 87 1 placas enteres y fiagmentadas de acuerdo a Carrasco (2001), “Cabe mencionar que de las 19 unidades excavadss, s6lo 13 presentaron fragmentos cerémicos (URIBE y AYALA 2001 Ms). * Compérese con estudios de materiat Iitico derivado de este proyecto (CARRASCO 2001). Fy Bolesin ds 1s Secteded Chilena de Arqueoiogsa, Némere 32, septiombre de 2001 REFERENCIAS AQUERO, C,, 2000 Ms, Sitios formativos de Quillagua, Informe de Avance I* Ao Proyecto FONDECY'T 1990168 (Anexo 1), AGUERO, C. y B. CASES, 2001. Quillagua y los textiles formativos del Norte Grande de Chile, Actas del XV_ Congreso Nacional de Arqueotogta Chilena, Arica (en prensa). AGUERO, C,,M. URIBE y O, REYES, 1995, Nuevos sitios para la oeupacién formativadel valle de Quiltegua. Boletin de la Sociedad Chilena de Arqueologia 21: 24-21, Santiago, ‘AGUERO,C, M. URIBE,?. AYALA y B. CASES, 1997. Vaile text enel valle de Quillagua duane el Perfodo Intermedio"Tafo: Una sproximacign ala enicidad. Evudios Atacamefis 14: 263-290, an Pedro de Ateoamna, 1999. Une sproximacion arqucolégica a In etnicidad y el rol de los textiles en la construccién de Ia identidad cultural ex tos eeienterios de Quillagua. Gacera Arqueolégica Andina 25, Lima, AYALA, F., 2000 Ms. Cementerios formatives del Norte Grande de Chile. Informe de Avance 1° Proyecto FONDECYT 1960168 (Anex0 3). AYALA, P.y M, URIBE, 2001. La alfarerfe de Quillagua en el contexto formativo del Norte Grande de Chile (2000 AC -500 DC) Actas det XV Congreso Nacional de Arqueologta Chilena, Atica (en prensa). CARRASCO, C,, 2001. Industria Iftea para sitios rituales en Quillagua, I Regisn. Boletia de la Sociedad Chilena de Argueologia 31 GALLARDO, F.ET AL, 1993. Una aproximecién ala cronalogia y el asentamiento enel oasis de Quillagua (cio Log, II Regién). Actas det X11 Congreso Nacional de Anqueologta Chilena, vol I, Temuco 1991 MORAGAS, C1982, Ténnuls funertis ela costa suede Tocopilla (Cobia) -ITRegiGn, Chungerd 9: 152-173, Arica MULICA, E, 1985.Altiplano-coasrelaonssis in te South-Central Andes: From indirect indirect complementarity. En Andean ecology and civilization. 8, Masuda etal (Bas) University of Tokio Press, Tokyo MUNOZ, L, 1980. Tiimulos famerarios: Evidencias del proceso de agriculturacién en las valles bajos de Arica-Chite, Memoria paca optat al ‘Titwlo de Arquedlogo. Depto, de Arqucologia, Universidad del Norte, Antofagasta —1980e. Investigaciones srqueotsgicas en os tmmulos funcrtias del valle de Azapa (Aca). Chungard6:57-95. 1983. Le Fase Alto Raz del extremo norte de Chil (valle-costa). in Asentamientos aldeamosen los valles costeros de Arica, Documentos de Trabajo 3: 3-42, Universidad de Terapaci, Arica 1987, Enterramientos en timulos en el valle de Azapa: Nuevas evidencias para defini la Fase Alto Ramirez ene! extremo norte de Chile. Chungard 19: 93-121, Atien, 1989. El Periodo Formativo en el Norte Grande (1000 AC 500 DC), en Culturas de Chile. Prehistoria, Editorial Andsés Bello, Santiago. NIEMAYER,H.y V.SCHIAPPACASSE, 1963, Investigaciones arquoldgicas en as terazas de Cnanoxa, valle de Camaroues Revista Univessteria ao 48, Anales dela Academia Chilena de Ciencias Naturales 26, Santiago, NOREZ, L., 1970. Algunos problemas dl estudio del complejo arqueolégico Feldas del Morro, nore de Chile. Abband. Berich, Des Staa, Mus. Volker. Dresden Bond 31 79-109, Berlin, D.D.R. 1971, Secuencia y cambio en los asentamiontos humanos de la desembocaduca del rfo Loa, en el norte de Chile, Boletin de la Universidad de Chile 112, Antofagasta, 1981, Emergencia de sedentarizacin en el desierto chileno: Subsistencia agraria y cambio socio- cultural. Revista Creces Il, vol. 2: 33-39. ——1982, Terprana emergenia de sedentarismo en el desierto chileno. Proyecto Caserones. Chungard 9, Arica RIVERA, M., 1976, Nuevos aportes sobre el desarrollo cultural altipldnieo en los valles bajos del extrem norte de Chile Gurance el Perfodo lntermedio Temprano. Homenaje al K.P. Gustavo Le Paige, Univers. dad del Nowe SANTORO, C,, 1980, Bsiraigcafa y seouencia cultaral foneraria: Fase Azapa, Alto Ramitery Tiwanake, Chungand 6, Atiei UR Afio M. y P. AYALA, 2001 Ms. Cerdiica de los sitios 02-Qui-84 y 02-Qui-89: Informe sobre el material de waciones (Quillagua). Informe 2° Afio Proyecto FONDECYT 1990168, TELLEZ, F, 2001, Ms. Andlisis de ruestras de metales del sitio Qhi-89, Informe Proyecto FONDECY'T 1990168

Das könnte Ihnen auch gefallen