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HACIA UN SISTEMA DE INTELIGENCIA CIENTÍFICO-TECNOLÓGICO

REFLEXIONES DESDE LA FILOSOFÍA POLÍTICA

Diego Cerda Seguel.


Diciembre 2002.
Revisión de forma: diciembre de 2009.

Hemos visto que el conocimiento se ha convertido por sí mismo en un objeto


estratégico en el juego de los diversos intereses liberados por la globalización.
Y hemos visto que ese valor estratégico se encuentra en cada una de las
esferas de poder en nuestra sociedad: lo económico, lo político, lo militar y lo
informacional.

La ciencia y la tecnología surgen como elementos que han venido para


quedarse -nada nuevo-, pero que articulan nuevas definiciones del poder y sus
herramientas. Así hemos visto a la noopolítica, a la netwar y al swarming como
consecuencias del avance del conocimiento centrado en la sociedad red.

Pero suponer que la Internet y en general la estructura de red sea todo el futuro
sería parcializar el escenario de conflicto, como hemos visto nuestros autores
se cuidan de señalar que se trata de una revolución extensiva a distintos
niveles de lo social. Es el conocimiento en general la presea dorada de las
competencias por el poder, pero específicamente podemos y queremos resaltar
la dimensión de la distribución de ese conocimiento, la brecha tecnológica es la
que en última instancia nos señala quienes somos, y quien es quien en el
concierto mundial, es decir: a partir de la pregunta por la asimetría de la
distribución de la tecnología podemos identificar el contexto de dominio global
(1). Esto en especial por la intimidad que existe entre esa brecha tecnológica y
la otra brecha económica, resumidas en la ya vieja teoría de la dependencia;
aquí subyace la consideración del monopolio, no solo del poder, más bien a su
estructura como la describió Weber a comienzos del siglo XX. Veamos esa
definición para llegar de vuelta a lo actual del concepto de monopolio y de su
opuesto de exclusión:

"Una... condicionalidad económica... es creada por la competencia por


las probabilidades económicas. El número creciente de los que compiten
en comparación con las posibilidades adquisitivas acrecienta el interés
de los participes en limitar su número de algún modo. La forma como
esto suele ocurrir es que se tome algún carácter exteriormente
comprobable de los competidores (reales o potenciales)... por ejemplo
raza, idioma... , domicilio, etc. para basar sobre él la exclusión ...
.. . La totalidad de los que concurren en común se convierte en una
'comunidad de interesados', sin perjuicio de la competencia entre sí;
crece la tendencia a se origine algún tipo de sociedad...

... Este proceso de 'cierre' de una comunidad, como lo llamaremos, es


un proceso que se repite típicamente y constituye la raíz de la
'propiedad' territorial así como de todos los gremios y demás grupos
monopolistas” (2).

El grupo que fija las normas de la exclusión constituye un monopolio en torno a


esas 'probabilidades económicas'. El criterio de exclusión basado en un
carácter externo genera también una comunidad de código, una comunidad
jurídicamente estructurada. La comunidad jurídica de las normas puede ser
identificada claramente con la regulación internacional de las patentes de
invención que protege un monopolio de conocimiento y establece los límites de
acceso a esa comunidad, es decir determina así la exclusión del conocimiento:
la tendencia al monopolio de determinadas probabilidades es "regla general de
carácter económico". Pero, si bien la brecha tecnológica tiene su correlato en la
brecha económica, la brecha tecnológica resulta ser aún más activa que la
brecha económica, el poseer altos laboratorios significa también tener las llaves
de la innovación presente y futura, es decir, de las ventajas de la competitividad
económica mundial. Ergo, el ámbito tecnológico ilustra de mejor manera las
diferencias de riquezas entre naciones y grupos, puesto que también es un
indicador tendencial.

Por otro lado la comunidad de código que faculta a los incluidos respecto de los
accesos de esas 'probabilidades', también faculta la creación de otros códigos,
no ya de carácter jurídico sino cultural. Las culturas corporativas son un
ejemplo, de hecho Castells y Hall describen, a través de los estudios
disponibles sobre el fenómeno industrial y tecnológico de Sillicon Valley, cómo
esas comunidades han generado una cultura propia definida por el papel
central del trabajo y de la competencia a veces brutal dentro de las empresas y
entre las empresas, revelando la oportunidad de innovación que esta situación
anima, tanto para el individuo como para la empresa. El individualismo
extremo, la opulencia de la zona (vinculada a un 'consumo compensatorio'), el
tecnoestrés, las subculturas empresariales, son las características que amplían
las posibilidades tecnológicas de las empresas; el aislamiento físico y social
resulta positivo en términos de sinergia productiva. Esta situación mantiene el
acceso a esas probabilidades económicas para los detentadores de la
tecnología.

Economía y tecnología van de la mano, lo que no es nuevo. El gran cambio


viene dado por la aceleración de lo cambios, por la velocidad con que una
innovación responde y quiebra a otra. En un mundo de tiempo real, la velocidad
es más que central. Paul Virilio desarrolla desde una perspectiva pesimista esta
situación. El tiempo real no puede ser una buena noticia, puesto que late en
nuestra civilización la constante amenaza del llamado 'accidente general', que
hoy podemos identificar con la caída de las Torres Gemelas, un accidente para
todos transmitido en tiempo real.

Ahora bien, como se ha visto no es solo en las tecnologías de red donde


podemos ver y cuantificar esas asimetrías de poder y las amenazas
subyacentes y actuales, también esto se da en tecnologías incipientes o por
aparecer. Ese es el caso de la nanotecnología, cuyo carácter casi inimaginable,
y casi desconocido por la sociedad no se condice con el tamaño de la
revolución que podría implicar su despliegue, más impactante que la propia
Internet, que además podría llevar la idea de red a nuevos límites difíciles de
concebir.

Razonablemente se podría pensar que si bien todos estos avances


tecnológicos y teoréticos son materia de preocupación sólo para los grandes y
poderosos capaces de idear y crear estos desarrollos; desde Chile, a pesar de
la distancia, postulamos que tenemos algo que decir en la definición del futuro,
pues al menos de este somos co-responsables.

Si bien nuestros exiguos presupuestos de investigación nos alejan cada vez


más de ciertas vanguardias tecnológico-políticas (3) hay otras que si son
accesibles de investigar y lograr avances, como en especial el caso de Chile
con la biotecnología. Pero quizás, si nos fijamos en los montos necesarios para
investigar, posiblemente el desarrollo más barato en términos del conocimiento
científico sea más bien el área de la teorización y sus correlatos de prospectiva
tecnológica y de definiciones epistemológicas en torno de lo social, lo político,
lo económico, lo informacional. El desarrollo teorético nos permite generar
escenarios validos y confiables, creíbles y fidedignos no solo respecto de los
limites, los accesos, las ventajas y las asimetrías del conocimiento, también de
una perspectiva filosófica práctica y filosófico política de qué ciudadanía
construir dado este cambio epocal hacia la sociedad de la información y el
conocimiento.

Las transformaciones que nos han afectado desde fines del siglo XX han
provocado en cada uno de nosotros y en nuestras sociedades, cambios de
percepción, de conciencia, de creencias, necesidades y normas, cambios en
nuestras estructuras públicas, en el mercado y la tecnología por supuesto. Este
cambio no ha sido recibido de igual manera por todos. Cada estrato social ha
sido impactado de manera distinta. Algunos se han visto perjudicados, otros
han desaparecido y otros han conseguido crecer. Así también los sectores de
la sociedad; las instituciones, públicas y privadas, los distintos estamentos, las
asociaciones y las elites, han derivado, adaptándose más o menos a las
exigencias de la globalización y la tecnología.
Hoy constatamos ese cambio epocal: podemos ver y medir sus consecuencias
y comparar con la situación de hace una o dos décadas atrás. Señales de este
cambio son la centralidad de Internet, las culturas corporativas, la flexibilidad en
el trabajo, etc. Pero lo que también se hace evidente es que el cambio
continúa, los cambios tecnológicos radicales que hemos conocido siguen
produciéndose, las transformaciones siguen su marcha y van marcando en la
sociedad y los individuos un sentido de continuidad que hace que el cambio se
naturalice, se haga cotidiano, y por tanto que las estructuras mentales
constantemente se adapten a una situación de valores, creencias y normas
fluctuantes, escurridizas, someras, desechables (4).

En base a esta fluctuación naturalizada en los patrones de la cultura actual


podemos hablar de paradigmas en mutación constante. Cuando hablamos de
desentrañar los distintos paradigmas sectoriales pensamos que estamos
concurriendo a desentrañar la propia estructura del cambio tecnológico al nivel
de lo cotidiano e inmediato, es decir en la sociedad. La sociología funcionalista
de Talcott Parsons centraba su atención en el sistema social y en las
estructuras del cambio, un cambio susceptible de controlar mediante una
pluralidad de dispositivos de control. Pero esta vez, cuando nos remitimos a
describir cómo afecta y cómo se reacciona al cambio sustentado en la
tecnología y la globalización, estamos confrontados a un problema no referido
solamente a las estructuras del sistema social, sino mas bien a la disposición
anímica y de la versatilidad de los sujetos para aceptar nuevos paradigmas sin
entrar en una crisis de identidad. Un cambio sin perder la identidad, ese es el
centro de la preocupación actual de sociólogos como Alain Touraine, Nestor
Garcia Canclini, o Manuel Castells. La globalidad de los cambios versus una
identidad que permanece y da sustento y coherencia a un Estado nación, ese
es el equilibrio justo que impedirá, e impide, su disolución.

La lógica de un estudio centrado en los paradigmas de cambio tecnológico


-como uno de los pilares de la construcción de la Filosofía Política-, se guía por
la máxima de que: Es en la estructura mental y en la cultura donde se aloja la
capacidad de maximizar las ventajas de los nuevos elementos que impone el
orden mundial y el avance del conocimiento. El poder del conocimiento no es
solo el contar con aparatos nuevos fascinantes y revolucionarios, o aceptar una
nueva norma leonina desde la OMC, sino también en saber qué aparato, qué
ventaja, qué tendencia los enmarca, y qué grupo está mejor o peor capacitado
para soportarlo. Queremos resaltar la importancia de una epistemología
comunitaria, la comprensión de las estructuras mentales y culturales de
conocer y hacer. En la dimensión de la estructura mental comunitaria o social
es donde subyacen los dispositivos que hacen que una nueva tecnología tenga
o no éxito. Y este éxito o fracaso es independiente del esfuerzo científico y
tecnológico por inventar, producir y vender ese objeto. El conocimiento de la
estrategia publicitaria correcta del producto depende del conocimiento de las
necesidades actuales y potenciales del eventual consumidor o usuario. Pero la
ventaja del usuario es la de potenciarse al máximo con cada nuevo dispositivo
tecnológico.

El Estado debe crear, respaldar y perfilar esta producción teorética orientada a


construir escenarios del futuro de la sociedad de la información y el
conocimiento a partir de lo que somos ahora.

Un esfuerzo filosófico práctico centrado en las estructuras del conocimiento y


las prácticas de la sociedad tanto local como global, nos lleva a una futurología
de lo inmediato, dado que el futuro es hoy (5).

Las factorías tecnológicas guardan en sus estantes muchos aparatos


tecnológicos aun desconocidos, que no se liberan al mercado evidentemente
por la inexistencia de una demanda adecuada. Vemos que la revolución
tecnológica no significa necesariamente ni libertad tecnológica (patentes) (6), ni
revolución cognitiva, y que la carrera por la tecnología es también una carrera
estratégica que incumbe no solo a las corporaciones tecnológicas sino también
a los estados y a las sociedades. El desarrollo tecnológico es cuestión de
voluntad y responsabilidad.

Hemos postulado basándonos en los antecedentes presentados, que la


información y el conocimiento se han convertido en sectores estratégicos, no
solo del desarrollo económico, sino de un desarrollo que abarca las distintas
esferas de la sociedad. Pero hemos también establecido que, desde que se
trata de la amplitud de la sociedad, que interesa a toda la sociedad chilena, las
características de la red y los otros imperativos y dispositivos tecnológico
políticos nos ponen en una encrucijada de carácter, ya no solo político, sino
específicamente político estratégico, es decir, tiene que ver con los actores
estratégicos globales de ese poder traducido en tecnología y conocimiento. La
información y el conocimiento circulan por la globalidad interconectada de
Internet, y ha implicado una nueva definición de una sociedad global, que
ciertamente tiende a presionar la misma existencia de los nichos territoriales
que llamamos estados nación (7).

Si aceptamos la dimensión político estratégica de la problemática del


conocimiento, aceptamos también que debemos considerarla tanto un tema de
Cancillería como de Seguridad y Defensa así como de planificación del
desarrollo social. El cuestionamiento de la soberanía nacional ejemplificado
globalmente por el arresto de A. Pinochet en Londres, es también
consecuencia del comportamiento del capital financiero global, y del
surgimiento de una cultura global arraigada en los mass media, y será
entonces aún mayor el riesgo futuro de esa soberanía con las primeras
operaciones de la noopolítica (o el nombre que termine primando para referirse
a lo expuesto). La centralidad del conocimiento es un espacio que el campo
político estratégico debe hacer suyo. Pero ¿cómo? Tomando en cuenta la
rigidez de los aparatos públicos para mutar, la estreches de miras de un campo
político egoísta y agenciado, tomando en cuenta lo vital que es este campo:
sugerimos utilizar la filosofía de la ciencia como matriz práctica dónde
comenzar a trabajar.

Filosofía de la ciencia ¿qué es eso?, ciertamente hay un diferencial de


enfoques para definirla, pero aquí soslayaremos a voluntad algunas versiones
que consideramos arcaicas e inútiles. Como las centradas en la objetividad de
la ciencia y de la separación estricta entre ciencia y tecnología (8). Por el
contrario, siguiendo la escuela de Thomas Kuhn (9), no en su extensa
producción teórica, nos centraremos en el análisis de los paradigmas, pero no
nos limitaremos a paradigmas de ciencia pura, para explicar los cambios en las
grandes teorías. Hablaremos de paradigmas en un sentido extenso, tal como
hoy se lo usa coloquialmente para referirse a cualquier estructura mental,
organizacional o cultural (con normas, creencias, valores, técnicas, etc.) y su
cambio. Una filosofía de la ciencia que más puede parecer una antropología o
sociología del conocimiento y la práctica. De todas maneras, desde que nos
referimos a estructuras mentales estamos hablando de la filosofía práctica de
los sujetos de la era del conocimiento. La capacidad de producir una
descripción y análisis relativamente completo de los grupos y estratos desde
sus paradigmas de cambio, y desde su relación global-local, orientándose por
los imperativos de la sociedad de la información y el conocimiento, nos llevará
a generar un escenario confiable para juzgar la revolución tecnológica actual y
futura, y los potenciales y restricciones político estratégicos del país de acuerdo
a la estructura paradigmática del cambio científico tecnológico local.
Contemplando también un estudio similar pero sobre los grupos y estratos
internacionales que deciden y pesan en el diseño global.

La suma de conocimiento derivado de un programa de investigación semejante


podría llevarnos a conclusiones y recomendaciones que llegaran a definir el
país deseado en base a posibilidades reales. Pero esa definición puede dar
más frutos si consideramos a esta epistemología como parte de un cuerpo de
Filosofía Política desde donde comprender las necesidades y potenciales
integrales de nuestro 'capital humano' chileno. Una Filosofía Política chilena
acorde a los tiempos de la red, la información y el conocimiento. Pero en la
Filosofía Política nos encontramos con la definición de poder, de los actores, de
los fines trascendentales, la identidad y los flujos de diferencia de la
globalización.

Proponemos a partir de estos postulados una Filosofía Política que potencia la


singularidad y expresa en los sujetos el diferencial de fuerza y cualidades.
Como se señaló, una de las características de la nueva sociedad global es la
aparición de nuevos actores con poder global, estos son actores que pueden
ser un solo individuo u organizaciones, conglomerados de capital, empresas
trasnacionales (10). Concentrémonos entonces en una diferencia importante, la
oposición individuo/organización. Resaltamos aquí, con Castells, que el
individuo puede ser y es un actor estratégico más en el concierto mundial, es
decir: un individuo puede negociar con un Estado nación -y su representante-
de igual a igual (11). Esto es crucial para iluminar la Filosofía Política que se
está exigiendo. Definiremos al actor estratégico, no por el tipo de asociación u
organización que la compone, sino por su calidad de agente de poder, por su
capacidad de corporeizar los flujos de poder (agenciamiento) (12) en base a su
presencia, real o virtual. El agente representa y distribuye, pero también niega y
obstruye los accesos a acuerdos viables, a veces vitales para naciones
enteras. La calidad de agente es una cualidad diferencial radicada en el cuerpo
humano, independiente de si representa o es su propio representante, y esta
diferencia es también su lugar en la jerarquía y su ámbito especifico de poder.

Detengámonos, empero, en el surgimiento del agente individual, puesto que en


su seno se encuentra también una revolución económica, en la cual lo
económico se establece como el poder central de la sociedad global,
desplazando a lo político, pero también en convivencia. Lo económico es
básicamente el ámbito de la empresa en general, de lo privado y del capital que
juegan a nivel global y local. El interés de la empresa se corporiza en sus
ejecutivos, que son representantes del capital, propio o delegado. Frente a los
intereses por realizar buenos negocios la esfera política solo puede
acomodarse a los términos del cálculo racional, la mayor tecnificación del
Estado y su administración crea una burbuja autónoma entre una tecnocracia
pendiente de indicadores y procedimientos y la transversalidad de los flujos de
capital -agenciamiento- que alteran el funcionamiento racional del sistema,
penetrando los limites éticos y generando lo que se denomina corrupción, que
no es sino el hecho de que el poder, a partir de la nueva definición económica y
técnica del mundo, es transversalizado por agenciamientos mas fuertes que las
propias reglas de probidad administrativa, puesto que en ellas no intervienen
reglamentos, sino cuerpos y voluntades. El miedo, el honor y el lucro
individuales implican una singularidad de respuestas y actos. El interés
personal responde infinitamente diferente a las tentaciones de agentes
corporativos. Esta es la nueva lógica del poder, puesto que los flujos de
agenciamientos se han multiplicado de manera impensable, mediante el tiempo
real, el off shore, las transacciones en línea, y los más antiguos compadrazgos
y familiaridades. EL político finalmente responde al empresario, sin él se
transforma en un Allende, bloqueado y domeñado, y de pasada, por si fuera
poco, arruinan al país.

Pero tampoco es dudable que agentes y grupos basados en intereses


ciudadanos logren imponerse (con o sin razón), a los intereses del capital y
también al Estado que actúa para proteger esos intereses. Identificaremos, con
fines heurísticos y comprensivos, dos formas del agente (ver ESQUEMA N°1):

l) El agente de capital, financiero y corporativo, que es todo actor facultado por


el poder económico para negociar sus intereses a nivel planetario. La elevación
de las corporaciones a la altura de actores estratégicos ocurrió dos veces.
Primero, de la mano de los imperialismos de fines del siglo XIX y comienzos del
XX y, segundo de la mano de la reconstrucción norteamericana de Occidente
tras la Segunda Guerra Mundial. La centralidad de los actores económicos vivió
un momento de esplendor a fines del siglo diecinueve, esto puede verse no
solo haciendo un repaso de la historia de aquellos tiempos. Basta ver los
análisis de Marx, o de Bakunin, o sin ir más lejos basta con observar el lugar en
que Weber coloca a las corporaciones de capital en sus distintas instancias de
trust, cartel, oligopolio, monopolio, etc., para definir su Economía y Sociedad'.
En términos estratégicos podemos ver en la matanza de la Escuela Santa
María de Iquique en 1907 el paradigma de esa época, ahí se plasma de
manera sanguinaria la jerarquía estricta entre la empresa salitrera y su
capacidad de ordenar acciones al conductor del Estado para anular toda
oposición a sus dictados, mediante sus dispositivos de fuerza, el Ejército en
este caso. En esa ocasión queda signada la relación de camaradería entre el
poder económico y el poder político, independiente de la propia ciudadanía.
Esta centralidad de las corporaciones (13) vio su colapso en la crisis de 1929,
hundida y desprestigiada la clase capitalista debió aceptar un receso, marcado
por la solución keynesiana y el bienestar social. Desde 1929 hasta los noventa
hay sesenta años en los que, en especial los países de la periferia llegaron a
naturalizar la centralidad de los Estados nación en el orden internacional. Esta
percepción pasaba por alto algunos datos básicos (que en aquellos tiempos
eran materia de crítica política, social e ideológica): que la política de la
empresa norteamericana es la política norteamericana no ha sido nada nuevo
desde 1946, de tal manera que lo que podría ser una falta de probidad
administrativa desde el fiscalizador punto de vista de la clase política de un
país subdesarrollado, era y es la política oficial de la primera potencia mundial.
El que aun nos sorprenda esta definición prima facie de la política exterior
norteamericana nos indica la efectividad de una dominación cultural que ha
naturalizado la ignorancia y la inocencia, traducida en incapacidad de crítica y
en silencio.

La planificación tras la Segunda Guerra Mundial es una planificación de


rollback en términos del análisis de Noam Chomsky, un rollback o vuelta atrás,
para restablecer la situación que tenían las corporaciones de capital antes de
1929. Toda la guerra fría es parte del plan de rollback. Cómo olvidar que la
United Fruit Company declaró la guerra a la Guatemala de Jacobo Arbenz,
logrando, con el apoyo de la CIA y el gobierno norteamericano su
derrocamiento. Cómo olvidar otras tantas guerras, invasiones y matanzas
realizadas en protección de los intereses de otras tantas corporaciones de
capital. La dominación cultural nos ha mantenido sin recordarlo en su justa
dimensión. No es extraño que se ignore el Plan de 18 puntos de la ITT para
derrocar a Salvador Allende. Obsérvese que "La noticia del triunfo de Allende el
4 de septiembre irritó a tal punto a Nixon que, "fuera de sí", culpó de ello al
Departamento de Estado y al Embajador Edward Korry. Nixon se angustiaba
por fallarle a los intereses de sus corporativos benefactores (14) -Jay Parkinson
(15), Harold Geneen y Donald Kendall-, haciendo recaer el peso de esta
angustia en Kissinger (16). En la referencia de S. Hersh, Nixon aparece como
la marioneta de los intereses superiores de sus amigotes corporativos, que
fueron quienes finalmente incidieron en la propia renuncia de Nixon, al perder
su confianza. Así tampoco podemos soslayar otras clásicas barbaridades de
corporaciones como Anaconda y la United Fruit en los llamados países
bananeros.

La centralidad del agente corporativo se hace hoy aun más poderosa, aunque
sus métodos siguen siendo los mismos en principio: el fin justifica los medios.
La centralidad de los agentes de capital puede ilustrarse hoy también a partir
de los escándalos corporativos (Enron, etc.). Donde un George W. Bush o W.
Clinton aparecen tapando o amnistiando los errores a sus amigos (amigotes en
verdad). Por ejemplo, Kenneth Lay, presidente de Enron, es excelente amigo
de Bush, para quien es ‘Kenny Boy’. Y se puede llegar aún más lejos...

2) El agente de representación, estos son actores políticos basados en el voto


ciudadano o la delegación de poder dentro del Estado, pero también y en
eventual oposición a estos últimos, los agentes de poder cuya representación
se basa en la ciudadanía, nacional y mundial delegados en torno a intereses
específicos (ecológicos, económicos, de derechos humanos, de los niños, etc.).
El potenciamiento que entrega Internet y su lógica de red implica que hay
también una tendencia hacia la horizontalidad de la organización, diluyéndose
el liderazgo y actuando de manera masiva, sin representación sobre sus
objetivos (como en el swarming). En este caso se trata más de un poder
ciudadano, por lo demás bastante diferencial, más que de una representación
encarnada en un agente, aunque las inquietudes de estos ciudadanos pueden
ser representados también por líderes de opinión (Carter, Mandela).

Si bien esta diferencia es útil, también se puede decir que ambos tipos de
agentes tienen un carácter de políticos, ¿cómo es esto? El agente despliega un
mando, toma decisiones y se confronta con los otros a la manera de un
ACTOR ESTRATEGICO, en el mundo. Recordemos que "En la década de los
90, los Estados-nación han sido transformados de sujetos soberanos en
actores estratégicos... en un sistema global de interacción". Los actores
singulares, los agentes alrededor del mundo también comparten con estos
Estados la capacidad de ejercer soberanía en una especie de “... soberanía
compartida... ", que está incluso dejando obsoleto otro de los análisis clásicos
de Weber: el Estado monopoliza la violencia, ejerce la violencia legítima de
acuerdo a su propia razón. Al parecer ya no. Veamos cómo es esto.

Todo agente es político puesto que despliega un mando, decisiones y asume la


confrontación de manera única (ver ESQUEMA N°2). Pero, como actor político
se confronta también, de alguna manera, con aquellos agentes que si
provienen del ámbito especifico de la representación en la cosa pública.
Decíamos con Weber que el estado se caracteriza por el monopolio de la
violencia legítima. Bien, pues esta capacidad de ejercer la violencia otorga
también consecuentemente una especie de ‘aura de vida y muerte’ sobre el
sujeto de esa representación, Ie otorga el ejercicio de la fuerza física y del dolor
como facultad monopolizada, es decir el miedo, que lo recordamos como
núcleo del orden en la Filosofía Política de Hobbes, el miedo levanta el
Leviatán en la forma de la sujeción al Estado. La representación implica la
investidura de un poder derivado de la soberanía de un territorio y una
población. Esa investidura tiene entonces el aura vida/muerte que otorga la
alusión al monstruo Leviatán. Genera así una mística superhumana que es
capaz de acciones estratégicas en el mundo. Es una mística razonable pues
está vinculada a ese monopolio de la violencia física.

En medio de la disolución de las soberanías, la elevación de los sujetos de


poder hacia actores estratégicos, y por tanto a agentes dispuestos en un
campo abierto de intereses en despliegue, ha diluido el monopolio del aura de
vida y muerte. El poder basado en la representación no llega a estar a la altura
de lo que cualquier agente puede o podrá.

La tecnología y el conocimiento han hecho de ese poder un bien -y también un


mal- público, disponible, abierto en la Internet, y en la libertad de movimiento.
Como bien público global es también una idea general disponible en un tablero
mundial horizontal de humanos, de cuerpos, agentes de un poder múltiple,
singular, diferencial, inmediato y (tele) presencial como tal 'actor estratégico
global'. Quita entonces el monopolio de la investidura estatal, y deja a los
líderes sin su aura sagrada vida/muerte, desplegada también en la retórica y la
planificación que emprende un líder político.

La globalización libera al sujeto diferencial, desplegando este sus opciones


transversales sobre cuerpos, territorios y soberanías según sus probabilidades.
Libera en verdad tan solo la conocida ‘voluntad de poder’ de Nietzsche, en
circunstancias que se ha deslimitado incluso lo que debemos entender por
‘poder’: lo que se puede. Este sujeto mantiene una opción, que es su interés, la
manera del despliegue de ese interés indica las cualidades del agente y su
lugar en el Reticulado Genealógico Global de Agentes. Como vemos la
estatura estratégica puede ser un ranking general.
La ampliación del rasgo del aura vida/muerte sobre los agentes es también
evidente por la ampliación privada del monopolio de la fuerza, al nivel, por
ejemplo, corporativo. Grandes corporaciones tienen sus propios equipos de
inteligencia, sus propios equipos de guardaespaldas, incluso esos testa ferros
circulan con libertad por el mundo. Tomemos por ejemplo la solución al dilema
del guerrero en la definición del Plan Colombia señalada por Janes.com en
febrero de 2001: con el temor de otro Vietnam, el Congreso estadounidense
limitó a 500 soldados el contingente total de tropas que Estados Unidos podía
desplegar en territorio colombiano, sin perjuicio de su movilidad y reemplazo.
Pero dejaron libre el acceso de corporaciones de seguridad estadounidense
para participar en los contratos derivados del dinero del presupuesto total de
dicho Plan. Es decir, sí es posible disponer de tropas y comando
norteamericano pero, eso sí, de carácter privado. Ciertamente esto ameniza el
retiro de los generales y jerarquías del Pentágono que han creado las
corporaciones de servicios especiales de seguridad, con la mayor tecnología
disponible en el mundo, desde luego son corporaciones competitivas en este
mercado global de mercenariado. Salta a la vista cómo estas corporaciones
generalizan el aura vida/muerte, en el marco de procedimientos contractuales
'legítimos'.

Esta es tan solo una de las dimensiones en que son permeados los estados-
nación, incluso a partir de contratos desesperados con mercenarios 'benignos'.
El agente de capital tiene herramientas de manipulación vida/muerte, que
pueden ser más catastróficas que una invasión de mercenarios. Es la fuerza de
trabajo la que es absolutamente consciente de lo que el patrón puede. El
empleo es una necesidad vital que está en manos muchas veces de esos
agentes corporativos. Cuántos países no se arrodillan hoy por un préstamo
-leonino además-, a manos de un negociador que a veces con su sola
presencia no hace sino acalorar los ánimos, y aumentar la vergüenza de la
imposición y humillación a esos corazones políticos investidos de la soberanía
del pueblo, etc... Genuflexiones de suma cero (17).

Literalmente los agentes de poder global que anidan en la red y fluyen a través
de las soberanías nacionales, tienen la facultad de realizar la conexión o
desconexión de territorios completos a esa red de valor global, a partir de
decisiones discretas y racionales -racionales de acuerdo a la lógica de los
agentes, al menos. Factores como este, extendidos de manera general
provocan una nueva conciencia pública clara respecto de lo que la corporación
puede, y lo que el líder nacional puede. Esta arremetida de los agentes, si bien
siempre es política, se comprende mejor si vemos a lo político como la esfera
que se ha acomodado a esta nueva definición impuesta por la globalización; lo
político ha aceptado la centralidad del capital y de sus agentes, para acomodar
sus propios sueños y posibilidades operativas, no ya como representantes de
corazón hinchado del orgullo nacional, sino como agentes retóricos de circuitos
de intereses. De otra manera, el circuito agencial del capital ejerce de
inmediato sus imperativos privados sobre cualquier decisión adversa generada
en el llamado populismo, condenado antes de la culpa. Allí el agenciamiento
genera la culpa.

La calidad agencial del poder internacional radica en el cuerpo, puesto que es


este el soporte último de la dominación humana. Esto es especialmente
importante de recordar puesto que el cuerpo no es solo un motor emocional, y
físicamente diferencial, sino dado que es propio a él, y no a las instituciones en
abstracto, la búsqueda del honor, el lucro y la seguridad (el control del miedo)
(18). Por cierto que estas definiciones surgen aquí y ahora puesto que esta
arquitectura conceptual solo es posible tras reconocer el triunfo parcial del
neoliberalismo, que ha sido, a fin de cuentas, el que ha liberado las energías
del egoísmo, la soberbia y el ansia de poder, que han permitido al sujeto
elevarse a la categoría de semidiós del dinero, pero también del conocimiento.
Por eso somos conscientes de que abrir esta dimensión de la comprensión
filosófica política implica abrir la Caja de Pandora de las vanidades irrelevantes
(19). Pero no es el centro de nuestra preocupación esa vanidad, sino lo que
puede, lo que sucede con esa liberación (20) del individuo convertido en
agente. Para aumentar las pistas que nos conducen a la Filosofía Política
planteamos una genealogía de los flujos del poder al nivel del cuerpo, al nivel
de la inmediatez presencial (21). Buscamos el árbol genealógico de los agentes
y agenciamientos que definen no solo la política exterior, sino también las
ciencias, la tecnología, la economía, la educación, la guerra, la distribución de
la tierra, la producción de cultura, etc.

La propuesta que presentamos se opone a una serie de hechos que pasan por
naturales gracias a la información manipulada y a una malla persuasiva
desplegada por el poder sutil; como recordaremos Castells definía el lugar del
poder en la mente humana, ahí es donde se hace efectiva la dominación, pero
además se hace extensiva y se multiplica en un cuerpo cultural ad hoc. Tony
Negri y Michael Hardt nos pueden aportar .otras luces en su estudio de
Filosofía Política Imperio (22). Ellos Identifican esta capacidad de reproducción
subjetiva del poder como la producción biopolítica, la que viene a definir un
nuevo tipo de poder que, a diferencia de un poder crudo, jerárquico, con
carácter impuesto, es más bien un poder casi espontáneo, donde la obediencia
resulta casi natural. Esto se debería a que existen dispositivos de dominio que
operan internamente en el sujeto, centrados en la socialización del infante a la
creación de cada adulto en su individualidad. Por esto, dicen, el poder opera no
solo externamente, en la visualización diaria del poderoso y de sus
mecanismos de coerción, el poder opera en la subjetividad particular de cada
sujeto.

Estas observaciones derivan por cierto de los estudio del poder sutil de M.
Foucault y en su concepto de micropoder, localizados en las estructuras
micropolíticas de la cotidianeidad. Esta estructura contaría con una red de
dispositivos de micropoder regulando costumbres, hábitos y prácticas
productivas de los ciudadanos, la condición de la actualidad hace cada vez
más democráticos estos dispositivos, puesto que lo que internaliza el sujeto es
la propia probabilidad de estar incluido o excluido de la sociedad, en base a
esa posibilidad el sujeto internaliza estos parámetros de micropoder de
ordenamiento y disciplina.

Esta estructura reticular de micropoder es considerada la red viva del poder: el


biopoder, y esto es así en tanto es capaz de adherirse a la vida y ser parte
plena del cuerpo humano, regular sus flujos internos, sus ritmos, su
gestualidad, como dice Foucault, "la vida se ha vuelto ahora ... un objeto de
poder" (23). El imperio que describen es por tanto un imperio basado en el
biopoder, que debe ser entendido, también, en tanto reticulado global, como un
poder vivo distribuido en red sobre los cuerpos humanos de su dominación. En
este complejo de redes planetarias de poder es difícil identificar centros de
comando integral, el gobierno de los Estados Unidos puede ser considerado tal
desde cierto punto de vista administrativo, pero el campo de legitimidad de sus
decisiones y acciones se encuentra extendido en cada subjetividad capaz de
opinar al respecto. Por esto no puede haber culpables de la situación actual del
poder, ya que todos somos participes de la construcción de este reticulado
planetario. Lo que hay es un campo decisional múltiple donde existen intereses
contrapuestos que generan conflictos.

En esta situación la soberanía pertenece al reticulado y no al Estado-nación.


Las propias actividades de intervención, resultan ser de derecho, puesto que
no hay un externo que limite esa intervención, ya que estas se dan sobre una
superficie abierta y definida internacionalmente, que atraviesan desde ángulos
múltiples las dimensiones de las soberanías, conjugando un proceso global
autopoiético, auto generativo, capaz de absorber las diferencias que crea.

En este contexto el agente de poder se enfrenta al mundo como unidad, y


dentro de él elige sus objetivos y despliega sus estrategias. El poder global
descansa sobre la base de esta actividad agencial, desplegada de manera
planificada en torno a fines concretos, pero en tanto despliegue lo que se
instala es el poder del agenciamiento, es decir, del flujo de poder a través de
agentes vehiculizadores.

El concepto heurístico de lo agencial no se centra sólo en la procedencia de


esa globalización, no solo para entender la brutalidad y la descoordinación del
poder para llevar a cabo los requerimientos de control. La teoría del agente
refleja el proceder ejecutivo como nodo vital de la red global, y su interferencia
y el despliegue de sus intereses como la ampliación de ese biopoder en las
direcciones impredecibles de esos intereses, con toda suerte de consecuencias
sociales, culturales, psicológicas, económicas, etc.
El agenciamiento implica un lineamiento metodológico para conformar la
descripción y análisis de los flujos de poder (micropoder, biopoder, poder sutil o
como sea) en el nivel de la cotidianeidad e inmediatez del cuerpo humano.
Puesto que supone las preguntas sobre los vínculos que enlazan a los actores
diferenciales del mundo. Pero se abre también la mirada probabilística sobre la
política de lo invisible (24). La descripción de una estructura política parte
tradicionalmente de establecer jerarquías, intereses, reglas de juego, actores,
en este sentido no se espera nada nuevo al sugerir la óptica agencial, el poder
fluye regularmente igual que antes de la globalización electrónica. Este flujo
articula y retícula el cuadro jerárquico mundial, pero a este nivel lo que
sistemática mente sobra es el secreto, y esto a pesar de que muchas de sus
definiciones y acciones más categóricas y de más relevancia ocurren en la
invisibilidad del ágape puertas adentro. Esta ley del secreto, la sordina y la
confusión informativa estimula la candidez intelectual o directamente la
hipocresía.

La óptica agencial está al servicio de la duda intelectual, descriptiva analítica,


sobre la base de la disposición a la crítica. Lo que descubre no son cuentos de
hadas mediáticos sino verdaderos enredos de intereses identificados con
individuos y que implican al planeta, en una especie de juego de amigotes
desplegando una muy nietzscheana voluntad de poder, disposición y control.
No podemos, en ese sentido restringirnos a los actores de la política real (la
política enmarcada en la Constitución del Estado), sino que debemos
concentrarnos en el poder por si mismo y sus portadores, buscando las masas
de poder y su distribución, los actores políticos que no figuran necesariamente
como tales, pero que lo son en razón del poder humano que despliegan sus
decisiones.

Por eso se parte de la constatación de la primacía de lo económico por sobre lo


político. Si en la teoría política clásica hemos llegado a establecer los
mecanismos decisionales del campo político para establecer y dilucidar una
situación política dentro del espacio reglamentado de esa política real,
constitucionalmente definida; ahora dichas claridades y certezas se presentan
poco heurísticas, puesto que no es posible aplicar ese modelo a una
democracia como la chilena (en este caso deberíamos decir transición), sin
caer en la cuenta de que los criterios democráticos cuentan menos que los
intereses económicos, o que, en todo caso, siempre se llega razonablemente a
un acuerdo favorable a los buenos negocios. Los actores de representación de
la cosa pública existen en su competencia que es política pero están
transversalizados por la sociedad que es donde ocurre la sujeción económica,
prioritaria para la vida social.

La intensa interdependencia global obliga a este análisis, las economías


nacionales existen -y dependen de manera vital - como receptáculos del poder
financiero global; afuera esta la desconexión del mundo. Los estados de hecho
han acomodado constantemente sus regulaciones para permitir esos flujos de
capital, la medida en que la regulación permite estos flujos, es la medida en
que se es competitivo como país en la competencia por atraer esos capitales.
No se requiere ser muy competitivos en la intensidad o grado de democracia,
de hecho el grado de democracia puede disminuirse en función de mejorar las
condiciones de competitividad.

La teoría política no puede aplicar sus modelos sistémicos o estructurales a un


orden que se realiza constantemente en una dimensión aparte de la de los
equilibrios y prioridades políticas de una nación o grupo político sin contemplar
la fuerza de los actores agenciales, suponiendo solo una caja negra de lo
político. Ese desfase de intereses y de definición del campo político explica
porque la política pierde contenido y legitimidad al tiempo que gana el sentido
del marketing y el show político, distanciándose de las finalidades humanas y
colectivas originarias al menos en la retórica democrática.

Por estos y aun por otros motivos ni la jerarquía ni el liderazgo político de los
estamentos tradicionales tienen interés para determinar la situación política;
básicamente porque el propio liderazgo, es decir la cabeza de la jerarquía, no
pasa de ser un agente de sus propios intereses y de su red social global,
interés que no depende en primera instancia de una representación colectiva
que lo apoye sino del criterio de ganancia, prestigio y seguridad políticas del
agente. El campo agencial es a lo que podría llamarse dictadura de las
corporaciones. Corporaciones que ciertamente no son ni maquinas ni seres
divinos, sino cuerpos humanos asociados.

Las redes de poder político real (constitucional) se subordinan a estos


maestros de ceremonia, teatralizando los elementos clásicos de la democracia,
teatralizando la participación, los logros de la administración, la fiscalización,
etc. En el simulacro democrático, que es el campo de la política real, solo
encontramos al colchón en el que descansa la otra jerarquía, la jerarquía de los
agentes.

Esto no quita la existencia real de la vocación del servicio público, pero la


disposición de información privilegiada y el acceso a grupos de agentes
globales, hará que ese político finalmente por faz o por nefas acumule una
fortuna. Después de su funcionariado será un agente propio, libre de ataduras y
de responsabilidades públicas, pero con muchos más contactos relevantes que
Ie permitirán lograr la influencia que eventualmente nunca perdió. La vocación
de servicio resulta singular al agente. Una vocación ética, de responsabilidad,
central en la definición weberiana de política, también implica la capacidad, que
pasa por única de aplicar la razón de estado y la violencia física legitima.
Contra esta definición Raúl Sohr propone la Seguridad Humana, como centro
de la acción no solo de los Estados sino también de agentes transnacionales,
en especial las ONGs.
Una nueva responsabilidad orientada hacia la seguridad humana, significará
una alteración de la razón de estado, de la doctrina de fuerza y de la acción de
los políticos.

CARACTERISTICAS DEL ANALISIS AGENCIAL:

1. Desmitifica la investidura política;


2. Se basa en la definición de actores estratégicos globales;
3. Desarrolla la opción transversal y transoberana: el agente atraviesa las fronteras para
ejercer sus intereses respecto de otros en una situación de "soberanías compartidas".
4. Se identifica a alguien, un cuerpo singular –una psicología si se quiere –, detentando
el poder en un sistema internacional de actores estratégicos. Por eso;
5. El Agenciamiento pertenece al orden de las incidencias, de las ejecuciones
desplegadas por el mando. Identificando acciones tanto abiertas como encubiertas, fuera de la
mistificación retórica de los agentes de representación.
6. Agente se identifica con la centralidad del líder en las culturas corporativas, tanto en su
doctrina jerárquica, como en la doctrina de la horizontalidad y el dialogo abierto. De ello deriva
que:
7. Es posible dotar o investir teoréticamente al agente del llamado Carisma, como
facultad extraordinaria, y también, heurísticamente, como Mágica, tal como en la definición
weberiana.
8. Se establece una genealogía que grafica un esquema de poder agencial mundial, para
ello el análisis agencial recurre al hecho o acción de los agentes en un tramo de tiempo
determinado, indicando su primacía en la confrontación. Creando mallas de poder diferenciado
según tipo de poder y ventajas respecto de los otros. Se crea así una red global que permite
identificar opciones futuras y actuales, que denominamos Reticulado Genealógico Global de
Poder Agencial.
9. Un mismo agente puede poseer distintas investiduras que Ie otorgan otras tantas
singularidades en el Reticulado Genealógico Global de Poder.
10. Otorga una definición práctica para la Filosofía Política, ya que los agentes, siendo
agentes de sus intereses, también lo son de la Filosofía Política que promueven con sus
agenciamientos, en la medida que son capaces de definir un mundo por construir y de hecho
conseguirlo en un juego de probabilidades, dentro de perspectivas deslimitadas de lo posible.
11. Amplía el margen del Sistema Internacional, y por tanto de los estudios y
especialidades derivadas, el agente y el agenciamiento se enmarcan en una simplificación del
Sistema Internacional colocando al sujeto como eje de toda lucha por el poder.
12. Amplia los horizontes de la planificación y las decisiones, amplia la perspectiva de la
Seguridad y Defensa e integra el ámbito del conocimiento, la información, la comunicación, la
ciencia y la tecnología.
13. El análisis agencial se acopla a los esfuerzos, métodos y objetivos de la Inteligencia,
sea esta nacional o privada.
14. A partir de los datos del Reticulado agencial se pueden crear modelos de juego, que
permitan mejorar los análisis y reducir la incertidumbre. Así también:
15. Puede desarrollarse bajo el soporte de un software de trabajo.
16. Una desventaja del análisis agencial es que se Ie escapa la tendencia a la
horizontalidad de los modelos de red, en especial cuando ello conduce a la desaparición del
mando y por tanto del agente. Ello es compensado, no obstante, con la incorporación de la
idea de carisma como virtud de poder.
CONOCIMIENTO E INTELIGENCIA (25)

El paradigma de la información, amplio en exigencias de velocidad y acceso,


requiere también de un aparato de inteligencia a cargo de la información y el
conocimiento, que respalden la política estratégica correcta. Básicamente es la
inteligencia tras las decisiones del Estado o del Gobierno las que otorgan la
eficiencia, no solo ante agresiones, necesidades defensivas u ofensivas,
también, y hoy de manera principal, como herramienta de decisiones
concernientes al desarrollo económico y social, a la proyección del comercio y
la ampliación de las capacidades científico tecnológicas.

La necesidad del análisis de inteligencia en el campo científico y tecnológico


aunque sin desarrollar mayormente es señalada en G. Holzmann (26). Algo
siempre considerado, pero escasamente propuesto de manera sistemática,
como campo autónomo y como parte de la orgánica de un Sistema de
Inteligencia Nacional. En esta dimensión la inteligencia se hace cada vez más
imprescindible, toda vez que está directamente relacionado con la
administración y adquisición de información.

Tal como entendemos la inteligencia en su dimensión de C+T, este se enmarca


dentro de los requerimientos de conocimiento sistemático, accesible y utilizable
para formular estrategias optimas de desarrollo. En este sentido, nuestro
interés se alinea a las formas y objetivos del trabajo de inteligencia, puesto que
pretende entregar un conocimiento orientado a influir y reforzar la toma de
decisiones sobre el futuro de la sociedad chilena, en el ámbito político
estratégico.

Entenderemos por Inteligencia Científica y Tecnológica (IC+T), toda inteligencia


orientada a resguardar el conocimiento producido en el territorio nacional,
producido en torno al capital nacional y de los intereses asociados a ese
conocimiento, así como generar planteamientos de desarrollo de este
conocimiento en concordancia con los lineamientos político estratégicos
establecidos por el conductor del Estado.

La competitividad mundial es el eje de la economía global (27), y la


competitividad depende básicamente de la innovación, que a su vez procede
de la aplicación de conocimientos de manera creativa a los productos. La
competencia mundial de los mercados tiene su correlato obvio en el nivel de
ciencia y tecnología, existiendo por tanto la doble asimetría económica y C+T,
que aumenta aun más la distancia entre los países no desarrollados y el Primer
Mundo. EL contar con un alto nivel de C+T significa poder generar crecimientos
geométricos en la economía, acumulando al mismo ritmo ventajas de mercado,
derivadas de una capacidad avanzada de innovación. Esta asimetría esta
reforzada en su forma jurídica en los derechos de propiedad intelectual
(derecho mundial de patentes) enmarcados en la Organización Mundial de
Comercio. EL resguardo del invento nacional es el principal objetivo de una
IC+T.

Los inventos de mayor importancia no creados dentro del país deberán ser
obtenidos mediante ingeniería inversa cuando los intereses estratégicos lo
requieran, y allí es central Ia acción de esta rama de la Inteligencia.

En otra problemática, la informática, hay también un importante caudal de


información producida en y para el país, esa información debe ser resguardad
de agentes externos: los sistemas de información cívica, las diversas redes
interinstitucionales públicas y privadas, son en muchos casos sistemas vitales
para el funcionamiento del país. La protección de la información en los
ambientes de Internet es labor de criptólogos, matemáticos, lingüistas y
programadores. Con las herramientas adecuadas es posible asegurar el
funcionamiento continuo de esas redes. Así como mantener infranqueables los
sistemas más vitales de emergencias, defensa y comunicaciones estratégicas.
La investigación criptológica en seguridad de redes produce códigos que
aseguran niveles de transito y bloqueo de la información de manera local en
una red global.

La tecnología de redes ya disponible, permite no solo el bloqueo por códigos a


accesos claves para la seguridad nacional, sino también el monitoreo del
campo noopolítico, en busca de elementos y mensajes contrarios a nuestros
intereses, incluso eventuales campañas contra nuestro país, orientándose por
medio de propaganda estratégica, no solo y necesariamente de Estados
adversarios, sino de cualquier agente que cuente con la tecnología y la idea
necesarias. Esto significa también que no se trata solo de un problema de
códigos (números, claves, bytes), sino también de un problema de contenido;
es decir, en el nivel del discurso y su análisis.

Finalmente la IC+T deberá asesorar y ayudar es los planes de Investigación y


desarrollo vinculados a la Defensa Nacional, buscando mejorar la producción
tecnológica por la vía de evitar dobles esfuerzos, coordinar y compartimentar
adecuadamente la información producida en las distintas ramas de la Defensa.
Además de asesorar en temas de adquisiciones.

En torno a estas necesidades debe crearse un sistema de inteligencia científico


y tecnológico para funcionar al alero de la Comisión Nacional de Investigación
en Ciencia y Tecnología, CONICYT, como subagencia científico tecnológica
con funciones político estratégicas, orientado a la seguridad y la defensa. De la
misma manera que lo ha hecho CONICYT, la agencia se relacionaría con las
universidades y centros de investigación, estableciendo concursos y
subvenciones a investigaciones de inteligencia científico tecnológica. Esto
ayudara a fortalecer la integración entre los actores de la investigación y
desarrollo de Chile con sus objetivos político estratégicos nacionales.
El grueso del trabajo de esta agencia deberá ser realizado por las
universidades y centros de investigación subvencionados, de esta manera la
agencia no deberá contar con demasiado personal de planta. Este personal
deberá encargarse de evaluar los temas a investigar, los resultados de las
investigaciones encargadas, sistematizar los resultados en orden a convertirlos
en insumos para la conducción del Estado. Esta planta de funcionarios deberá
contar con profesionales de alta calificación, conocedores de la inteligencia
político estratégica a la vez de poseer habilidades especiales avanzadas, y
constantemente actualizadas en temas de criptología, derecho internacional de
patentes, política C+T, economía, informática y comunicación. Deberán ser
capaces de diseñar y evaluar programas de investigación, implementar redes
confiables y seguras, probar la confiabilidad de los sistemas de encriptación y
bloqueo. Deberán ser capaces de determinar el potencial de mercado de
nuevas tecnologías, existentes o en desarrollo. Bloquear los esfuerzos por
penetrar sistemas seguros e incluso de realizar ofensivas contra agresores del
ciberespacio, desbloqueando sus sistemas seguros; e integrar todas estas
habilidades en el contexto de las apreciaciones político estratégicas efectivas y
válidas.

En este sentido este sistema de IC+T deberá funcionar en contacto continuo


con las dependencias y sub-agencias de la Agencia Nacional de Inteligencia,
especialmente asesorando el esfuerzo de desarrollo de nuestras industrias
duales, distribuyendo nuevos sistemas de seguridad informática y de redes.
Llevando también un trabajo conjunto con la Agencia de Inteligencia
Financiera, ayudando a rastrear movimientos de valores dudosos en la Internet.

En nuestro esfuerzo por conseguir tecnología espacial el sistema deberá


asesorar a los actores nacionales involucrados en la coordinación del esfuerzo
de investigación de Universidades y Centros de investigación (28)

En fin, la necesidad de un Sistema de Inteligencia para la Ciencia y la


Tecnología es un imperativo que viene cantado con las definiciones
paradigmáticas de la sociedad actual, como sociedad de la información y el
conocimiento, como sociedad red, o como Era de la Información (29).

NOTAS:

(1) El análisis de la dominación parte de la definición de Weber: "Por dominación"


debe entenderse la probabilidad de encontrar obediencia a un mandato." Y se enlaza
a la definición weberiana del poder ya señalada. Ver: Economía y Sociedad, op. Cit. P.
43.

(2) Ibídem, II, §2. “Relaciones económicas abierta y cerradas”. (Destacado nuestro).
(3) Es decir, de la tecnología pero en su relación con la generación y distribución del
poder, que es también, en este caso, conocimiento.

(4) No olvidemos a Marcel Proust, el tiempo que se nos escapa es mas y mayor en
cuantía que el tiempo que tenemos para recordarlo. Más recientemente Marshall
Berman escribió Todo lo Sólido se Desvanece en el Aire (Siglo XXI, Argentina, 1989),
postulando que la evasividad de lo sólido, de lo concreto, de lo confiable, se debía tan
solo a la lógica del progreso y la modernidad, el tiempo de la modernidad es el tiempo
de la disolución, resaltaron también W. Benjamin, M. Foucault. Para P. Virilio se trata
de la estética de la desaparición.

(5) Paul Virilio, Cibermundo: ¿Una Política Suicida?, Dolmen Ediciones, Chile, 1997.
Un presente de tiempo real es en realidad un futuro actualizado en la inmediatez.

(6) Luis Pimentel, Las Funciones del Derecho Mundial de Patentes, Universidad de
Asunción, Córdoba, Argentina, 2001.

(7) "En la década de los 90, los Estados-nación han sido transformados de sujetos
soberanos en actores estratégicos... en un sistema global de interacción", se
encuentran en una especie de "soberanía compartida... apenas tienen poder por
si mismos, aisladas de las macro fuerzas supranacionales y de los micro
procesos subnacionales." “... una crisis de legitimidad está vaciando de
significado y función a las instituciones de la era industrial." Castells, La Era... ,
op. Cit, Vol. II, p. 337. (Destacado nuestro).

(8) Mario Bunge, Sociología de la Ciencia, Editorial Sudamericana, Buenos Aires,


1998.

(9) T. Kuhn, Las Estructuras de las Revoluciones Científicas, Fondo de Cultura


Económica, México, 1996.

(10) Por ejemplo, en el análisis de Guillermo Figari (En: Francisco Le Dantec.


Presiones Externas que afectan la toma de Decisiones Gubernamentales de los
Estados Latinoamericanos, REVISTA POLÍTICA Y ESTRATEGIA, N°8S, septiembre-
diciembre, 2001, Stgo. de Chile. Pp.126-149.) vemos su clasificación de los nuevos
actores estratégicos: a) individuos, b) grupos internacionales, c) nación-estado, d)
grupos transnacionales y organizaciones no conformadas por estados; y, e)
grupos internacionales y organizaciones formadas por estados o sus
representantes.

(11) Pensemos por ejemplo en Bill Gates dueño de la Microsoft, que negocia acuerdos
con múltiples países, Y cuyo solo presupuesto de caridad es mucho mayor al PIB de
varios de ellos.

(12) Relacionemos el surgimiento del agente de poder y de su capacidad de


agenciamiento con la siguiente afirmación: “... el poder de los flujos tiene prioridad
sobre los flujos de poder." Podemos jugar con esta diferencia en torno a
agente/agenciamiento, finalmente veremos que el agenciamiento se impone en la
relación. En: M. Castells, La Era de.. , op. Cit. Vol. I, p. 403. Véase también: Sergio
Román y Diego Cerda, Intervención Norteamericana en Chile: Un Caso de Sociología
Política. Tesis en Sociología Política, Biblioteca Universidad ARCIS, Stgo. de Chile.
2000. Aquí se desarrolla de manera aun rudimentaria la idea del agente y del
agenciamiento.

(13) Pensemos por ejemplo en un J. P. Morgan, que financió el déficit norteamericano


durante una de sus crisis económicas.

(14) "There is compelling evidence that Nixon's tough stance against Allende in 1970
was principally shaped by his concern for the future of the American corporations
whose assets, he believed, would be seized by an Allende government. His intelligence
agencies, while quick to condemn the spread of Marxism in Latin America, reported
that Allende posed no threat to national security", en Seymour Hersh, Kissinger: the
Price of Power, Faber and Faber, London-Boston, 1983, pag. 270.

(15) Jay Parkinson era Presidente de Anaconda, transnacional norteamericana con


intereses en Chile. Harold Geneen era presidente de la ITT, otra transnacional
norteamericana con intereses en Chile y actor relevante en la guerra económica de
1971 en adelante. Donall Kendall era presidente de la Pepsi-Cola.

(16) S. Román y D. Cerda, Intervención... op. Cit. P. 70.

(17) Ver por ejemplo a Joseph Stiglitz, El Malestar en la Globalización, Buenos Aires,
2002. Análisis de las instituciones económicas de mayor peso global, y su singular
operatoria.

(18) Tucídides, Historia de la Guerra del Peloponeso, Akal, Madrid, 1989.

(19) Aunque solo sea una Caja de Pandora analítico-descriptiva.

(20) Recordemos por ejemplo la ronda de negociaciones de la Comunidad Europea


sobre el medioambiente, contra la posición ecologista de la canciller francesa, la
respuesta del vicecanciller ingles fue: mujer, quien te sacó de la cocina. Las
negociaciones no tienen marco mas allá del que permita el consenso entre
negociadores, es decir, entre los agentes.

(21) Esta genealogía es similar a la planteada por Nietzsche en su Genealogía de la


Moral (Alianza, España, 1994.), en este caso se trata de una instantánea genealógica
del poder.

(22) Harvard University Press, Cambridge, Massachussets, 2000. 57 Citado por Negri
y Hardt, op. cit. P. 24.

(23) Citado por Negri y Hardt, op. Cit. P. 24.

(24) Afirmamos con Michel Dobry; "que los complots, como modos y estilos de acción
particulares (y como modos de representación de la acción), existen y la sociología
política debería examinarlos desde cerca, especial mente porque este tipo de acción le
es familiar a toda una serie de grupos sociales -no necesariamente los mas
desprovistos de recursos políticos- y porque, en parte, las representaciones
correspondientes a ellos no carecen absolutamente de efecto sobre los juegos
políticos reales." En: Sociología de las Crisis Políticas, Siglo XXI Editores, España,
1986.
(25) REVISTA POLÍTICA Y ESTRATEGIA, N°87, mayo-agosto 2002. Con una serie de
artículos interesantes respecto de Inteligencia.

(26) A pesar de que la Inteligencia C+T no es su objetivo central, menciona que: "El
eje [de la Inteligencia] científico-tecnológico se orienta, básicamente, a la identificación
de oportunidades y riesgos. En efecto, se estima que una preocupación preferente
debiera orientarse hacia la búsqueda de oportunidades de transferencia tecnológica,
por una parte, y la identificación de nichos de desarrollo científico que puedan ser
impulsados desde el Estado en coherencia con los intereses del país." Guillermo
Holzmann; "Características de un Sistema de Inteligencia Nacional para Países
Emergentes. Un Análisis a partir del caso de Chile". En: REVISTA POLITICA Y
ESTRATEGIA N°87, 2002. Santiago de Chile.

(27) El hecho de la primacía de lo económico por sobre lo político y lo social es un


tema interesante que también debe ser desarrollado desde la perspectiva agencial.

(28) Gracias al análisis de fotografía satelital la inteligencia C+T podría también


realizar la vigilancia de los recursos naturales del país en orden al mejor manejo y
administración de estos.

(29) Hemos utilizado para orientarnos en este tema, además de los materiales ya
citados a: Eduardo Martínez (editor), y su excelente: Ciencia, Tecnología y Desarrollo:
interrelaciones teóricas y metodológicas, Editorial Nueva Sociedad, Chile, 1994. Paul
Feyerabend y su: Adiós a la Razón, Tecnos, España, 1984. J. J. Brunner, Chile.
Informe sobre Capacidad Tecnológica, PNUD y Universidad Adolfo Ibáñez, Instituto de
Economía Política, Chile, 2001.

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