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Régulo Agusti C1
1 Médico Cardiólogo. Profesor Emérito, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Ex Presidente de la Sociedad Peruana de Cardiología
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
El Perú es un país geográficamente accidentado, con sus tres regiones costa, sierra
y selva. En la sierra, las ciudades están situadas a diferentes alturas sobre el nivel
del mar. En cada región, las costumbres de trabajo, alimentación, educación y
cultura son diferentes, lo que influye en los factores de riesgo cardiovascular y
probablemente en el desarrollo de la aterosclerosis.
MATERIALES Y MÉTODOS
Analizando los resultados del VII Report, que define presión normal o ideal,
prehipertensión, hipertensión estadio I y estadio II. En toda la población, la
hipertensión arterial estadio I (17,9%) fue de mayor prevalencia que el estadio II
(5,8%), que es de mayor severidad y con predominio del sexo masculino en ambos
estadios. La presión arterial normal y la prehipertensión (considerados normales)
fueron siempre de mayor prevalencia en las mujeres y hombres respectivamente
(Tabla 3).
Con relación a la altura sobre el nivel del mar, la presión arterial normal (ideal) fue
siempre de mayor presentación en la sierra ‘media’ (49,7%) y ‘alta’ (45,3%) y en
la selva (44,4%), en comparación a los resultados de la costa (37,1%). Mientras
que, el estadio prehipertensión fue de presentación similar en las cuatro regiones
del país.
De los que conocían que eran hipertensos, 72,7% recibía diferente tratamiento,
18,9% farmacológico, 4,6% dietético, 9,2% tratamiento farmacológico y dietético y
12,2% ningún tratamiento. Lo más saltante de quienes recibían tratamiento, solo
45,1% estaban compensados y la mayoría, 54,9%, era hipertenso no compensado.
Esto demuestra la ineficacia del tratamiento que se presenta en ambos sexos y en
las tres regiones del país en donde el 64,6% de los hombres y 42,6% de las
mujeres ignoraban su condición de hipertensos. En el análisis de las tres regiones,
el mayor desconocimiento fue en la sierra (59,9%), luego en la selva (57%) y en la
Costa (51%). El desconocimiento de su hipertensión arterial fue siempre mayor en
los hombres en la sierra y selva, mientras que en la costa el desconocimiento fue
similar tanto en hombres como en mujeres (Figura 7).
Los resultados del tratamiento farmacológico que recibían los hipertensos muestran
que la gran mayoría (82,2%) recibía inhibidores de la enzima convertidora,
seguidos por los calcioantagonistas dihidropiridínicos (12%) y luego otros
hipotensores. (Tabla 4).
DISCUSIÓN
Los datos obtenidos de este estudio deben ser tomados en forma relativa, al
comararlos con estudios epidemiológicos nacionales e internacionales previos; los
que fueron realizados utilizando diferentes variables y el empleo de diferentes
definiciones de hipertensión arterial3-35.
En el presente estudio, se utilizó los criterios del VII Comité Nacional Conjunto del
20042.
De acuerdo a los resultados, 23,7% de la población mayor de 18 años en el Perú,
tiene hipertensión arterial, que representa alrededor de 3 650 000 habitantes,
población basada en el último censo de 2004. En las tres regiones del país, se
encontró una mayor prevalencia de hipertensos en el sexo masculino (13,4%)
sobre el sexo femenino (10,3%), lo que está de acuerdo con estudios nacionales
previos.
Hay que señalar que estos estudios epidemiológicos fueron realizados en pequeñas
poblaciones, algunos en asientos mineros, y con diferentes definiciones del HTA. En
la actualidad, hay una serie de factores importantes en el aspecto socioeconómico,
demográfico y epidemiológico en las tres regiones del país, que contribuyen a
explicar estos cambios, tales como el incremento de la población en las ciudades
por la migración del campo a la ciudad, lo que trae la urbanización, con cambios en
el estilo de vida, como la alimentación, el sedentarismo y la industrialización, que
conlleva el incremento del estrés. Se argumentó la posibilidad de la influencia racial
para explicar esta menor prevalencia, ya que la población en las grandes alturas
tiene un predominio de raza mestiza, con una minoría blanca y negra y de escasa
raza amarilla.
AGRADECIMIENTOS
Los datos epidemiológicos son obtenidos del Estudio sobre factores de riesgo
cardiovascular por los doctores Luis Segura y Régulo Agusti, y en colaboración con
múltiples investigadores nacionales y auspiciado por la Sociedad Peruana de
Cardiología.
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCION
PREHIPERTENSIÓN
Existe evidencia reciente que, dejar de fumar, tener el peso adecuado, realizar
actividad física y disminuir la ingesta de alcohol, reduce las cifras de presión
arterial, disminuye el riesgo cardiovascular y puede asimismo reducir la dosis de la
medicación antihipertensiva. (7,8,9,10).
DASH son las siglas de Dietary Approaches to Stop Hypertension. Es una dieta rica
en frutas y vegetales y en productos de uso diario bajos en grasas y con un
reducido contenido de colesterol y grasas saturadas. Es rica en potasio y en calcio.
Seguir estrictamente esta dieta pude ser comparable a la administración de
monoterapia para la hipertensión. (11).
Los resultados del estudio ALLHAT(17) guiaron las recomendaciones del Joint
Nacional Comité-7 publicados en el año 2003. Se recomendó diuréticos tipo tiazidas
como primera elección para hipertensos no complicados, ya sea solos o en
combinación con beta bloqueadores, IECA’s, ARA II o bloqueadores de canales de
calcio. Sugirieron el uso de los otros agentes cuando los diuréticos estaban
contraindicados o cuando había condiciones específicas para el uso de estos
agentes Asimismo indicaron comenzar con dos drogas cuando la presión sistólica
estuviera encima de 20 mmHg o la presión diastólica encima de10 mmHg de la
meta.
Las guías europeas sugirieron la terapia inicial con cualquiera de los siguientes
grupos: diuréticos, beta-bloqueadores, IECAS, ARA II, bloqueadores de canales de
calcio. Resaltaron que el tratamiento está destinado a disminuir la morbilidad y
mortalidad cardiovascular y que la discusión de la selección de la monoterapia era
estéril ya que solo solucionaba el problema en una minoría de casos.
Esta decisión esta basada en la evidencia de que en varios ensayos los beta
bloqueadores fueron menos efectivos que una droga comparadora reduciendo los
eventos cardiovasculares mayores, como se observo en el estudio LIFE (20) en el que
el atenolol previno menos accidentes cerebro vasculares que losartan. Asimismo los
beta bloqueadores fueron menos efectivos que los IECAs o los calcio antagonistas
reduciendo el riesgo de diabetes, especialmente en los pacientes que tomaban un
beta bloqueador y una tiazida. Los estudios de meta análisis realizados de 12
ensayos randomizados, controlados, indican un 16% de mayor riesgo de ACV para
los beta bloqueadores relativo a los otros agentes antihipertensivos. El riesgo de
infarto de miocardio o mortalidad fue similar en todos los grupos antihipertensivos.
Lindhom y Messerli han concluido que los beta bloqueadores no deberían ser
usados como primera elección en hipertensión primaria o como un comparador
activo en ensayos controlados y randomizados de hipertensión. (21). (22).
En el estudio ALLHAT la incidencia de ACV fue mayor con IECAS que con diuréticos
o con calcio antagonistas, pero la disminución de la presión fue menor con lisinopril
que con el amlodipino o con clortalidona. Con respecto a la prevención del ACV el
estudio PROGRESS mostró que la adición de un diurético, indapamida, al IECA
perindopril, disminuyó la incidencia de ACV en 43%. El estudio ACCESS que evaluó
a candesartan en 342 supervivientes de accidente cerebro vascular tuvo que ser
suspendido por un imbalance en los puntos finales. Sin embargo la mortalidad
acumulativa a 12 meses y el número de eventos cardiovasculares difirieron
significativamente a favor de candesartan. (26). En pacientes con nefropatía
diabética el uso de irbesartan (IDNT) mostró una reducción de los accidentes
cerebro vascular.
Más del 80% de los pacientes hipertensos tienen comorbilidades adicionales y más
del 50% tienen más de 2 o más de las siguientes; obesidad, intolerancia a la
glucosa, hiperinsulinemia, HDL bajo, LDL alto, triglicéridos elevados o hipertrofia
ventricular izquierda. (28). Algunas investigaciones han mostrado que de todos los
hipertensos, 65% tiene dislipidemia, 16% tienen diabetes y 45% tienen
sobrepeso/obesidad. Si observamos la población diabética, 60% son hipertensos y
si consideramos a la población dislipidemica, 48 % son hipertensos.
Está claro ahora que el paciente debe ser tratado integralmente, controlando todos
sus factores de riesgo y las repercusiones que la hipertensión tiene en órganos o
sistemas.
Es importante medir los cambios en los órganos blanco que se producen con el
tratamiento porque se puede predecir mejores resultados en morbilidad o
mortalidad, como por ejemplo se observó en el estudio LIFE, que mostró reducción
en la hipertrofia ventricular izquierda y en la micro albuminuria con el tratamiento
antihipertensivo con losartan que se asoció con una menor morbilidad y mortalidad
cardiovascular. También se encontró en este estudio una disminución de la
fibrilación auricular. Con respecto a esta condición un meta análisis mostró que los
IECA y los ARA II son efectivos en prevenir la fibrilación auricular pero este
beneficio parece estar limitado a pacientes con disfunción sistólica del ventrículo
izquierdo o con hipertrofia ventricular izquierda. (28)
Hasta el momento actual la meta para estos pacientes es la misma que para la
población general, es decir <140/90 mmHg. Sin embargo existe evidencia que
muestra que la meta debería ser menor. El estudio CAMELOT, un estudio
randomizado de 24 meses en pacientes coronarios, sin insuficiencia cardíaca, que
comparó el volumen de la placa aterosclerótica con ecografía endovascular y
eventos cardiovasculares en pacientes que recibieron amlodipino, enalapril o
placebo, sugiere que la presión sistólica debería ser menor que 140 mmHg, quizás
en el rango de 120 mmHg, y que la progresión aterosclerótica era menor con la
reducción de la presión sistólica mayor de 10 mmHg. (30)
Asimismo el análisis retrospectivo del estudio IDNT ha revelado que la incidencia de
insuficiencia cardiaca en pacientes de alto riesgo fue mínimo cuando los pacientes
disminuían su presión a <130/90 mmHg. (31).
Se han presentado dos meta análisis que analizaron estos hechos con la presunción
de que las estatinas tienen efecto benéfico sobre la función endotelial, sobre el
sistema renina angiotensina y sobre la compliance de las grandes arterias. Uno de
estos estudios ha encontrado que las estatinas tienen un efecto discreto pero
estadísticamente significativo sobre la presión arterial y el otro estudio ha
reportado que las estatinas son igualmente efectivas en reducir la morbi-
mortalidad cardiovascular en pacientes normo e hipertensos. (32) (33). El tratamiento
combinado de los factores de riesgo disminuye la posibilidad de eventos (ASCOT) y
aumenta el número de células endoteliales progenitoras circulantes.
HIPERTENSIÓN Y LA DIABETES
Varios ensayos clínicos también han confirmado que los ARA II pueden bajar la
presión y proteger a los riñones en pacientes diabéticos. El estudio IDNT
(Irbesartan Diabetic Nephropathy Trial) reportó que irbesartan era efectivo en
reducir la progresión de la nefropatía secundaria a diabetes. Estos hallazgos fueron
reforzados por el estudio IRMA-2 que mostró una reducción de la nefropatia
diabética con 300 mg de irbesartan, efectos que estuvieron relacionados a la
disminución de la presión. (38) El estudio RENAAL también había reportado que
losartan confería beneficios renales significativos, en pacientes con diabetes 2,
comparado con placebo, y con buena tolerancia. (39)
SÍNDROME METABÓLICO
RESUMEN
ABSTRACT
Key words: Arterial hypertension, prevalence, adult population, public health, life
styles, antihypertensive therapy.
INTRODUCCIÓN
A cualquier edad, los valores más altos de presión arterial se correlacionan bien con
mayor riesgo cardiovascular, e incluso leves aumentos de la presión arterial pueden
ocasionar daño al sistema vascular. De igual forma, pequeñas reducciones en la
presión arterial de la población en su conjunto, particularmente en el grupo
considerado ‘nivel alto normal’, es de esperar produzca significativos beneficios.
Cambios en los estilos de vida, tales como reducción del peso, aumento de la
actividad física y modificaciones de la dieta, que incluya disminución de la sal e
incremento en alimentos con alto contenido de potasio, granos, frutas, vegetales y
productos no grasos, pueden ser de valor, sin necesidad de recurrir a la
drogoterapia. La obesidad no solo es la causa ambiental más común de
hipertensión, sino que favorece de manera importante la aparición de dislipidemia y
diabetes. Desafortunadamente, el sobrepeso, particularmente abdominal, se halla
en aumento.