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Séptima edición del Impreso PolítiK, donde la Comunicación es Poder,
Puedes encontrarlo y suscribirte a través de las Comunas, actividades revolucionarias, y organizaciones del Poder Popular en Carabobo, Aragua, Guárico, Falcón, Zulia y Caracas.
En esta Edición: Reportaje especial: Peligro de Comer en el Capitalismo. Consejos Presidenciales: destrucción del Estado?, Sacudón y las criticas a decisiones económicas, Opinión: Venezuela Importadora de Petróleo? , Reporte de Comunas. Todo sobre el Sistema de abastecimiento comunal (SACO). Cultura: Polémicas entre películas sobre Bolívar.
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Prensa, publicidad y distribución: semanariopolitik@gmail.com
Originaltitel
Políti-K 7º Edición Pág 15 Especial Para qué sirve el Capital?
Séptima edición del Impreso PolítiK, donde la Comunicación es Poder,
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En esta Edición: Reportaje especial: Peligro de Comer en el Capitalismo. Consejos Presidenciales: destrucción del Estado?, Sacudón y las criticas a decisiones económicas, Opinión: Venezuela Importadora de Petróleo? , Reporte de Comunas. Todo sobre el Sistema de abastecimiento comunal (SACO). Cultura: Polémicas entre películas sobre Bolívar.
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En esta Edición: Reportaje especial: Peligro de Comer en el Capitalismo. Consejos Presidenciales: destrucción del Estado?, Sacudón y las criticas a decisiones económicas, Opinión: Venezuela Importadora de Petróleo? , Reporte de Comunas. Todo sobre el Sistema de abastecimiento comunal (SACO). Cultura: Polémicas entre películas sobre Bolívar.
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Un balance contemporneo de la obra principal de Karl Marx
Para qu Sirve El Capital?
Cira Pasqual y Chris Gilbert
l jaggernat del snscrito jagannatha, seor del
mundo es una enorme carroza consagrada a Krishna, avatar del dios hind Vishnu, que se arrastra por las calles durante el festival anual de Ratha Yatra. En la Inglaterra del siglo XIX se crey erradamente que, a forma de sacrificio, los hombres hindes se lanzaban o empujaban a sus hijos y esposas ante las ruedas de las carrozas. Si en su trabajo periodstico sobre la India Karl Marx se top con el trmino jaggernat y lo emple con la carga propia de su tiempo es decir, con el horror y el desprecio caractersticos en la Europa civilizada hacia los usos y costumbres de los pueblos inferiores, ms tarde utilizara la imagen en El Capital con un sentido completamente diferente. As el jaggernat, que en su artculo sobre la Revuelta de los Cipayos de 1857 Marx haba asociado con ritos sangrientos, se convirti en El Capital, una dcada ms tarde, en smbolo de la crueldad capitalista. El capitalismo se present entonces como el ms mezquino y odioso de los despotismos, cuyas ruedas trituran la vida del obrero[1]. Lo importante es que, a pesar de su desacierto al interpretar el rito hind y de su contribucin a la reproduccin del exotismo orientalista, Marx revirti su error en El Capital, llevando su proyeccin a donde deba estar: a la Europa industrializada. Para el Marx de El Capital, el jaggernat representa al propio capital: el fetiche ante el cual nuestra sociedad sacrifica la vida, el bienestar, los principios, e incluso, en nuestro siglo, el propio planeta. El rasgo principal del jaggernat es su carcter inexorable. En la actualidad, la voracidad imparable del capital se expresa de mltiples formas. Una lista corta y aleatoria incluira el desprecio por los acuerdos encaminados a frenar el calentamiento global (Kyoto y Copenhague); la negativa a eliminar armas qumicas y nucleares (cuyos principales dueos son los pases imperialistas y sus aliados); y la persistencia de la tortura (los EE.UU. se niegan a que sus soldados sean sometidos a los acuerdos internacionales y mantienen black sites para la tortura, mientras Hollywood entrega Oscars a pelculas que
justifican la interrogacin reforzada). La carroza capitalista
sigue su curso contra viento y marea, y sus ruedas no slo se ensangrientan con familias asesinadas en ataques quirrgicos realizados por drones sino que tambin son salpicadas con la sangre de los once millones de nios que anualmente mueren por desnutricin. Quizs Margaret Thatcher haya sido quien mejor entendi la naturaleza inexorable de este monstruo moderno al declarar de forma tajante y cnica: There is no alternative. Es en El Capital: crtica de la economa poltica donde Marx se propone exponer la lgica del capital y determinar con precisin qu tipo de inexorabilidad encierra. Su objetivo declarado es presentar la ley econmica que rige el movimiento de la sociedad moderna[2], es decir, precisar en qu medida y a travs de qu mecanismos de causalidad estructural o histrica se determina la actividad humana en una sociedad en la que domina el modo de produccin capitalista. Efectivamente, la nuestra es una sociedad que asigna roles econmicos a los individuos (cosificacin que per-
mite tanto a Marx como a Balzac
retratar a las personas en la medida que son la personificacin de categoras econmicas...) y que coloca a las mayoras sobre un lecho de Procusto por el rigor con que elimina lo que no engrana con la lgica capitalista. De hecho, esta situacin no es muy diferente a la de una posesin demonaca nuestra sociedad est poseda por el capital, y en ltima instancia la obra de Marx propone la liberacin: la emancipacin de la camisa de fuerzacapitalista que, ms que controlar la locura, la impone.
LA PROPUESTA DEL ENCUENTRO
Escuela de Cuadros, concebida en
lo fundamental como un programa de televisin, organiza seminarios sobre temas y textos que requieren un estudio circunstanciado. Este es el caso de una obra tan ambiciosa y transcendental (y, por qu no, tan difcil) como El Capital, que sin duda ocupa un lugar cimero en la historia del pensamiento revolucionario y, como tal, merece un tratamiento especial. Por eso nos planteamos un seminario con invitados na-
cionales e internacionales para
abordar los tres tomos de la obra. Emprender la lectura de un libro clsico constituye siempre una empresa dual: la de empezar de nuevo y retomar lo anterior; la de ver con los ojos de otros y abrir los propios desde el lugar y el momento en que uno se encuentra. Al plantearnos la lectura de El Capital, partimos de algunas nociones bsicas sobre la historia de la obra y su interpretacin. Si bien es cierto que El Capital se ha ledo de forma integral y sistemtica, no cabe duda de que han sido escasas las lecturas de este tipo. La muy citada afirmacin de Lenin de 1914 referida a que es imposible entender El Capital sin estudiar toda la Ciencia de la Lgica de Hegel es seguida por una conclusin sorprendente: ninguna generacin anterior, del siglo pasado hasta el presente, haba entendido a Marx![3] Ms adelante, en el siglo XX, ni el marxismo occidental ni el marxismo sovitico hegemnico se detuvieron mucho en la lectura de El Capital. ste ltimo, por lo general, se mantuvo en el terreno del marxismo vulgar de la Segunda Internacional el marxismo
que plante ser una cosmovisin
de la clase obrera[4] y cuya crtica de la economa poltica se diferenciaba poco de la economa clsica burguesa, mientras que en gran medida el marxismo occidental se preocup por los temas filosficos y culturales ms que por la crtica de la economa poltica[5]. Por lo tanto, a principios del siglo XXI, leer El Capital es todava un viaje de descubrimiento, aunque por supuesto se encontrarn algunos faros en la ruta, faros que sirven tanto para orientar como para indicar lneas de fuga. Uno de ellos, posiblemente el esfuerzo ms sistemtico por leer El Capital en las ltimas dcadas, es el seminario que coordinaron Louis Althusser, tienne Balibar, Jacques Rancire y otros que culmina en Para leer El Capital (1965). Con todas sus limitaciones, que son tremendas (nos referimos, por ejemplo, al extrao pacto entre el determinismo y la libertad, condensado en los conceptos de sobredeterminacin y determinacin en ltima instancia, y a la divisin demasiado pragmtica entre ciencia y lucha ideolgica), la obra constituye un hito que no ha sido superado en trminos de difusin y reconocimiento. As lo consignamos en la convocatoria y en el plan de trabajo del encuentro. Con espritu provocador, llamamos al encuentro Para qu sirve El Capital? Habamos observado un inters renovado en el marxismo y en El Capital, que alcanz incluso a la derecha mundial (hasta a Nicolas Sarkozy!). Por ello escribimos una convocatoria al encuentro en la cual se planteaba la importancia del modo de empleo revolucionario del libro. Transcurrido un ao, podemos constatar con satisfaccin la amplia variedad de respuestas plasmadas en gran medida en este libro, incluyendo una que implcitamente rechaz la premisa del propio encuentro: el carcter instrumental de una obra cientfica como El Capital. El libro de Marx, segn los ponentes Carlos Fernndez Liria y Luis Alegre Zahonero, no sirve para nada sino que comparte con la ciencia normal un compromiso desinteresado con la verdad, aunque la obra no deje por ello de tener consecuencias revolucionarias.