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Reflexiones sobre la comunicación de riesgo -

1 - Reflexiones sobra la comunicación de riesgo

Monografía creado por Luz María Nieto. Extraido de:


http://ambiental.uaslp.mx/docs

El riesgo es un fenómeno inescapable de cualquier actividad humana. Un


ejemplo son los medicamentos que utiliza, a veces hasta sin indicación
médica. Si a usted le dicen que algo tiene "cero" riesgos, le están mintiendo.
Siempre existe la posibilidad de resultar dañado o perjudicado, tanto por
causas naturales como por las generadas por el hombre. Durante mucho
tiempo los riesgos en salud fueron considerados sólo un problema sanitario,
hasta que, a mediados de esta década, comenzó a quedar en evidencia el
grave problema de salud en que nos está metiendo la contaminación. El agua,
el aire, el suelo y los alimentos son el vehículo por excelencia para las más de
70000 sustancias tóxicas artificiales que el hombre ha inventado en la última
mitad del siglo. Es así que se comienza a hablar de salud ambiental y de
evaluación de riesgo.

La evaluación de riesgo analiza información sobre las propiedades peligrosas


de una sustancia así como el grado de exposición de una comunidad en
particular, y caracteriza el grado en que esto puede perjudicar su salud,
muchas veces en términos de probabilidades (cuantitativas) o posibilidades
(cualitativas) de daño.

Pero "evaluación de riesgo" no es lo mismo que "percepción del riesgo".

Un ejemplo: Se sabe que poner cloro al agua puede incrementar los riesgos en
salud para quienes la ingieren. También se sabe que tomar agua contaminada
con cólera es muy perjudicial. ¿En dónde hay mayor riesgo? Se sabe que los
riesgos del primer caso son mucho menores que los del segundo, así que por
esa razón se le sigue poniendo cloro al agua en la Huasteca Potosina y en
otros lugares del Estado.

William Oleckno comenta un caso diferente en el Journal of Environmental


Health de julio de 1995. Hace varios años funcionarios de Perú detuvieron la
cloración de agua potable, altamente presionados por la percepción del riesgo
en la opinión pública, que había sido informada de riesgos de contraer cáncer
al ingerirla.

Recientemente se concluyó que cerca de 700,000 enfermos y arriba de 6,000


muertos de cólera fueron el resultado de esa decisión.

Ese es un caso de pésima comunicación de riesgo, pero podríamos seguir


dando muchos otros. El riesgo ambiental siempre implica un dilema: debemos
optar por mantener o iniciar una determinada actividad a pesar de los riesgos;
o bien debemos detenerla. Dado que la decisión depende de muchos factores
que van más allá de la sola información "objetiva" sobre la magnitud del
riesgo, la comunicación de riesgo es una modalidad de educación ambiental
imprescindible para tomar una decisión.

Oleckno nos presenta 8 lineamientos generales para mejorar el proceso de


comunicación de riesgo en salud ambiental, que son muy parecidos a las
recomendaciones del Departamento de Salud Pública de los Estados Unidos.
En resumen, recomienda lo siguiente:

1. Sea honesto. Diga la verdad, y cuide que los canales de comunicación y


quienes transmiten los mensajes gocen de credibilidad. Si dice la verdad, pero
sus mensajeros no tienen credibilidad, no servirá de nada.

2. Distinga entre hechos y opiniones. Los hechos representan lo que se sabe,


lo que no, y las incertidumbres que se tienen. Las opiniones son lo que la
gente (público, expertos, gobernantes) cree que puede suceder.

3. Reconozca los factores de perjuicio. Cuando la indignación y desconfianza


del público es alta, aunque el riesgo sea bajo, la postura defensiva será muy
grande. Considere lo que la gente siente y cree frente al riesgo, en función de
experiencias anteriores.

4. Explique cómo se maneja el riesgo. Ofrezca capacitación y alternativas


prácticas para enfrentarse al riesgo.

5. Sea cuidadoso al hacer comparaciones de riesgos. No minimize ni exagere


riesgos similares tratando de tranquilizar o movilizar a la gente
(respectivamente). Presente cuadros comparativos en donde los criterios de
medición queden muy claros. No compare riesgos naturales con los riesgos
artificiales. No compare riesgos de elección individual (fumar) con riesgos
colectivos (por ejemplo, explosión de una gasera).

6. Comparta la responsabilidad de tomar decisiones. Distribuya información


y mantenga un diálogo genuino con el gobierno y el público. La meta es llegar
a decisiones aceptables de manejo de riesgo. Los buenos comunicadores de
riesgo buscan involucrar a todas las partes interesadas sobre todo en casos
controversiales.

7. Balancee la presentación de información técnica. No sea demasiado


sofisticado ni demasiado simplista. Tanto la jerga técnica y las ecuaciones o
gráfica complejas, como las presentaciones demasiado fáciles y las promesas
exageradas pueden despertar sospechas en el público. El balance requiere un
buen conocimiento de la comunidad y las diferentes audiencias, así como una
gran sensibilidad por parte del comunicador.

8. Implemente un programa de comunicación de riesgo que sea proactivo


(no reactivo), contínuo (no esporádico) y cooperativo (no autoritario). La
clave para ser proactivo es construir fuertes relaciones entre todas las partes
interesadas y potencialmente afectadas incluyendo aquellas que puedan
parecer hostiles. La continuidad es importante para no perder la atención del
público y su confianza. La vinculación es indispensable para mantener un
proceso en dos direcciones. La comunicación de riesgo nunca debe reducirse a
la defensa de los cuestionamientos, ni restringirse a los momentos de crisis, ni
dirigirse sólo a unos cuantos individuos o agencias (élites) que pueden ser
favorables al proyecto.

Es por todo esto que el Departamento de Salud Pública de los Estados Unidos
define la comunicación de riesgo como "un proceso complejo,
multidisciplinario, multidimensional y envolvente", que no se puede reducir a
campañas de información. De hecho, la comunicación de riesgo incluye el
manejo de los conflictos que siempre aparecen asociados a los riesgos, no su
minimización o evasión. No debe ser un proceso vertical, que emana de una
empresa o un gobierno hacia la comunidad, sino un proceso interactivo de
intercambio de información y opiniones entre individuos, grupos e
instituciones. Esto incluye la discusión sobre los tipos y niveles de riesgo, así
como sobre los métodos para manejarlos. La comunicación de riesgo debe ser
un diálogo sobre las decisiones de salud ambiental, es decir, de todas aquellas
decisiones que tienen que ver con la manera como nos afectan las sustancias
tóxicas presentes en el aire, agua, suelo y alimentos.

Las recompensas por un programa de comunicación de riesgo proactivo,


continuo y cooperativo, según Oleckno son mucho mayores que sus
desventajas:

? ciudadanos mejor informados,

? incremento en la confianza pública y

? creación de alianzas potenciales en la lucha para mejorar la salud


ambiental"
Monografía creado por Luz María Nieto. Extraido de:
http://ambiental.uaslp.mx/docs/LMNC-AP990225.pdf
30 de Noviembre de 1999
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¿Porqué prácticamente no conocemos en San Luis Potosí experiencias como las
que recomienda Oleckno? ¿O acaso usted conoce usted alguna? ¿Cuántos
casos polémicos recientes en San Luis puede usted recordar, en donde hubiera
querido tener mayor información y grado de involucramiento en decisiones
relacionadas con riesgos ambientales?

El gobierno podría pedir a las empresas no sólo la evaluación de riesgo, sino


un programa de comunicación como el descrito. Pero evidentemente esto
cuesta dinero. Requiere un equipo profesional a cargo, y no gente improvisada
que en el mejor de los casos sólo tiene buena voluntad, mucha ingenuidad y
demasiado puesta la camiseta de la compañía o del gobierno. Repito, en el
mejor de los casos.
Muchas empresas, grandes y pequeñas, nacionales y extranjeras, cometen el
error de no invertir en ese tipo de programa. Pero no tenerlo es un gran error.
Puede parecer un "ahorro" en el corto plazo, pero no lo es. Implementarlo
puede ayudar a resolver muchos problemas en el mediano plazo: conflictos
radicalizados, malos entendidos con la comunidad, escándalo en los medios
masivos, aparición de pseudolíderes, etc.

Pero no sólo las empresas se ganan la desconfianza de la comunidad, ni esto


sólo sucede en México. Suzanne Dandoy, una experta en el tema, hizo famosa
la siguiente pregunta: ¿Cuándo perdieron los americanos la confianza en
la habilidad de su gobierno para protegerlos? La solución al problema de
confianza - dijo ella- es mejorar la comunicación de riesgo, lo cual significa
escuchar, no tanto hablar.

Por eso pienso que la comunicación de riesgo es un riesgo que vale la pena
correr.

Visita nuestro sitio web: http://ambiental.uaslp.mx/

http://www.wikilearning.com/monografia/reflexiones_sobra_la_comunicacion_de_ries
go-reflexiones_sobra_la_comunicacion_de_riesgo/2135-1

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