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homosexual”.
El amor les ganó
Judy Hamilton tiene un recuerdo vivido del día, hace 16 anos, cuando se enteró de
que su hijo mayor tenía relaciones homosexuales.
Cuando Darryl alcanzó la mayoría de edad se mudó de su casa materna, que estaba
Texas, para California. “Darryl y yo nos teníamos mucha confianza”, recuerda Judy,
“por lo tanto, fue muy difícil aceptar su ida de la casa, pero yo sabía que el tenia
que vivir su propia vida”. Unos meses más tarde, Judy recibió una larga carta de él.
Sin embargo, a medida que Judy leía la carta, el estomago se le revolvía y casi no
podía ni pasar saliva. Darryl le confesó que aquella relación romántica involucraba a
otro hombre. “He tenido estos sentimientos de atracción fuertes hacia otros
hombre, desde que tengo uso de razón”, le escribió, “y siempre he tratado de
ocultarlo”. Pero ahora, estaba “saliendo de su escondite” y viviendo con él creía que
era el propósito de Dios.
Ya sea que la confesión provenga de un hijo o una hija, del cónyuge o de un amigo
de confianza, una admisión de la homosexualidad cae como una bomba,
especialmente en los hogares cristianos. El dolor, a menudo agobiante y
paralizante, es la reacción emocional más común. De pronto, la vida parece estar
totalmente fuera de control. Los acontecimientos parecen lanzarlo a uno por
caminos que nunca se imaginó.
“Si mi esposo estuviera viéndose con otra mujer, yo podía luchar”, dijo una esposa
desolada, cuyo esposo había caído en la homosexualidad. “Pero con esta situación,
me sentí impotente, totalmente perdida”. Mientras más íntimo es el nexo entre
usted y la otra persona, más profundo es el dolor cuando se descubre la
homosexualidad. Usted sabe que la relación con esa persona cambia para siempre.
Recuerda que Dios creó Adán y a Eva en un ambiente perfecto, y a pesar de todo,
ellos prefirieron rebelarse. “La mala conducta de nuestros hijos no necesariamente
indica que somos un fracaso como padres. Nuestro valor como padres no depende
de la clase de vida que nuestros hijos escojan”.
Anita Worthen, coautora del libro Someone I love is Gay, fue una madre soltera
desde los 20 años de edad hasta antes de cumplir los 40 anos. Ella se dio cuenta de
que los pecados de su adolescencia, generaron una situación que no fue la más
ideal para educar a su hijo. Al comprender esto, decidió pedirle perdón a su hijo, e
hizo lo que pudo para rectificar la situación. Cuando veía a su hijo en la búsqueda
de hombres 20 anos mayores que él, Anita sabia que él estaba buscando el amor de
un padre. Aunque se sintió muy mal, ya no podría cambiar el pasado; más bien tuvo
que renunciar a toda condenación y aceptar el perdón de Dios por lo que había sido
su propio pasado.
Hay varios asuntos claves que los padres tienen que afrontar, antes de pasar
victoriosamente “más allá” del estado paralizante del dolor de tener un hijo
homosexual.
Sin embrago, tres anos después del accidente, Sittser escribió estas profundas
palabras: “La recuperación es una expectativa falsa y vana. Nos recuperamos de
extremidades rotas, no de las amputaciones. Las perdidas catastróficas, por
definición, excluyen la recuperación. Nos pueden transformar o nos pueden
destruir, pero nunca nos dejan igual. No hay vuelta atrás, el pasado se ha ido para
siempre, solo queda seguir hacia el futuro, el cual está todavía por descubrir.
Cualquiera que sea ese futuro, tendrá y deberá incluir el dolor del pasado. El pesar
nunca abandona totalmente el alma de aquellos que han sufrido una perdida
severa.”
Así que, hágale frente al dolor, viva la experiencia de una manera total, no trate de
escaparse de él. No lo trate de evitar. No se sienta culpable. No cite versículos de la
Biblia para desterrarlo ante de tiempo.
Algunos de los padres más cabales son los que han sentido más profundamente el
dolor de la tragedia de tener un hijo o una hija homosexual. Algunos se han visto
incapacitados por meses, después de haberse enterado de la situación. Nos
preocupan más aquellos que “regresan a la normalidad” después de tres semanas,
porque de hecho, ellos no han aceptado todavía la realidad de esta situación.
Una de las preguntas más importantes que se hacen los padres y los cónyuges de
los homosexuales es: “¿Es culpa mía?”. Esto tiene implicaciones profundas, porque
en el fondo se preguntan quién es el responsable de la batalla, que ese ser querido
homosexual, está librando con su sexualidad. Existen tres posibles respuestas:
Respuesta #1: Dios es responsable. Esta condición es genética, por lo tanto, Dios la
causó, o por lo menos, permitió que ocurriera. ¡Que solución tan maravillosa! ¡Culpe
a Dios! El tiene la culpa. (Yo salgo absuelto.) Algunos padres que son cristianos
evangélicos, de hecho, han abandonado la convicción bíblica de que la
homosexualidad es un pecado. Dicen que es genérica, por lo tanto el hijo no tenía
otra opción. “Me imagino que la Biblia en realidad no dice lo que yo pensaba que
quería decir sobre este asunto”. Esta es una solución falsa.
Para encontrar respuestas, uno debe tener el deseo de buscar la verdad, sin
importar hacia donde nos va a llevar esa búsqueda. ¿Esta usted dispuesto a
“caminar en la verdad”, sin importar las respuestas que usted encuentre? ¿Esta
usted verdaderamente decidido a conocer la verdad? ¿O, está contento con
soluciones falsas, porque son más fáciles? Al menos le quitan la culpabilidad (¿o
no?). Por lo menos, le “arreglan” el problema, por el momento.
Anita Worthen se dio cuenta de que había cometido una gran falta contra su hijo al
hacerse madre soltera. En consecuencia, Tony creció sin padre. Con el tiempo, el
comenzó a sentirse atraído sexualmente por hombres de la edad de su padre y
Anita pudo darse cuenta de la dinámica subyacente (lo que en realidad ocurría en la
conducta de su hijo): El estaba buscando el amor de un hombre mayor, el amor que
nunca recibió del padre biológico, ausente. Anita tuvo que ir a pedirle perdón a su
hijo, y hablar de la realidad de la situación, en vez de encubrirla con excusas, o
negarla o silenciarla.
Hay varios pasos que usted puede dar para progresar en su relación con
su hijo homosexual:
A cada papá quiero decirle que algunos hijos pueden recordar incidentes
específicos de rechazo o que fueron percibidos como rechazo y que, incluso
hoy en día, les causan dolor. Esto les da a ellos la oportunidad de sacar a la
luz ese dolor, de manera que ya no esté escondido.
Hoy en día, se estima que uno de cada cuatro hogares ha sido tocado, de alguna
manera, por la homosexualidad. La mayoría de los cristianos quieren ser una
influencia redentora, pero muchos se preguntan como demostrar el amor de Cristo
sin parecer que están aprobando la conducta.
“¿Qué harías si fuera tu hijo y la novia que vive con él?”, le preguntó otra mamá.
Janice pensó por un momento. “Yo les daría la bienvenida a ambos, pero no les
permitiría compartir el mismo cuarto”, contestó al fin, después se sonrió, cuando se
dio cuenta se dio cuenta de su dilema. No hay necesidad de tratar a la persona que
está involucrada en la homosexualidad, de una manera diferente, en comparación
con otros miembros de la familia, que también están atrapados en conductas
inmorales.
Sea la persona que trae las buenas noticias, no llegue solamente anunciando que
ciertos estilos de vida son pecados. Aunque la Biblia claramente dice que la práctica
de la homosexualidad va en contra del modelo que Dios tiene para la humanidad,
en 1 Corintios 6:11 hay clara evidencia de que los homosexuales pueden cambiar.
Habla otros signos de un problema más profundo: las veces en que se volvía a
poner el anillo en el dedo, después de regresar de una noche especialmente larga
en la ciudad… la forma en que se miraba con hombres que eran extraños… la
preocupación que tenia por su apariencia personal, que no tenía nada que ver con
complacer a su esposa.
Sheila tenía la sensación de que la distancia entre ellos estaba aumentando; por
último, un día lo enfrentó. Al principio, Bill no dijo nada; solo se quedó con la mirada
fija en la distancia, sin expresión. Por fin confesó la verdad: “Hay algo que no te he
dicho. Estoy librando esta terrible batalla dentro de mí, todo el tiempo. No es contra
ti. Es solo que yo, bueno, que yo prefiero estar con hombres”. “¿Quieres decir
íntimamente, sexualmente?” Sheila sintió que el corazón se le desplomaba dentro
de sí.
“Sí”, Bill bajó la mirada hacia el piso. “Pero, hasta hace poco, han sido solo los
pensamientos”. Súbitamente lagrimas de enojo corrieron por el rostro de Sheila,
cuando ella comprendió que su esposo era culpable de adulterio con otros hombres.
Con el tiempo, y después de que Bill rechazó ayuda profesional, la pareja se separó
y más tarde se divorció.
Estos hombres y mujeres de edad madura tienen problemas muy profundos, sin
resolver del pasado, tales como el abuso sexual, que nunca enfrentaron. Los
problemas ocultos, con el tiempo salen a la superficie, y entonces se manifiestan
como deseos inapropiados por el mismo sexo. Sin embargo, la persona no tiene la
menor idea de donde salen estos sentimientos, hoy en nuestra cultura “pro
homosexual”, erróneamente se cree que la solución es salir y tener relaciones
sexuales con personas de su propio sexo.
Después de varias experiencias, estas personas se engañan creyendo que por fin
encontraron la solución a sus luchas internas; también concluyen que ellas han sido
homosexuales toda su vida, pero no se habían dado cuenta. De manera que dan
una solución falsa a un problema genuino. Es un engaño total y en el proceso
pierden el matrimonio.
Jane Boyer estuvo casada por diez anos, antes que ella “descubriera” que era
lesbiana. Jane había sido abusada sexualmente cuando era niña, y creció con un
profundo sentimiento de amargura hacia los hombres. A pesar del odio que sentía,
de alguna manera se las arregló para funcionar en su matrimonio, hasta que cayó
en una relación lesbiana. Entonces se vio forzada a tomar una decisión terrible:
continuar viviendo como una lesbiana, en una relación que la hacia sentirse segura
y maravillara, o dejarla y volver a su matrimonio, donde se sentía emocionalmente
estéril y solitaria.
Con una terapia competente y apoyo, Jane pudo darse cuentea de que estar casada
con un hombre podía ser una experiencia enriquecedora, pero ella tenía muchas
“cargas” emocionales, con las que tenía que batallar primero. Su motivación recibió
gran impulso cuando su esposo le dio un ultimátum: “Yo voy a dejar el matrimonio,
si tu no dejas tus amistades lesbianas”.
Jane se dio cuenta de que podría perder las cosas más importantes de su vida: su
espeso y sus hijos, si persistía en las intimidades sexuales con otras mujeres. De allí
que ella se alejó de esas amigas y se entregó nuevamente a Cristo.
Hoy, después de casi más de una década, Jane ha encontrado una vida plena y
maravillosa en su matrimonio, y ha dado testimonio en numerosas conferencias de
“Love won out”, sobre la poderosa restauración que Dios hizo en su vida.
Los padres, incluso aquellos que saben comunicarse bien sobre los detalles de la
reproducción humana con sus hijos pequeños, pueden encontrar dificultades
cuando tratan de hablar sobre el tema de la homosexualidad. Los niños necesitan
que se les contesten sus preguntas; en el mundo de hoy, ellos están escuchando
sobre este asunto desde los primeros años de la escuela primaria.
Ore pidiendo sabiduría. Un padre cristiano oraba por el momento más oportuno,
de acuerdo con la voluntad de Dios, para poder decirles a sus hijos que su primo
favorito se había involucrado en la homosexualidad. Después que el tío lo reveló,
sus muchachos continuaron queriendo a su primo e incluso cambiaron su actitud.
Ya no pensaban simplemente que los homosexuales eran “un montón de
mujercitas”.
El tema puede tocar a alguien que ellos quieren. Comunique compasión por
aquellos que están atrapados en el pecado, incluso cuando desaprobamos su
comportamiento. Recuerde que su tono de voz y el lenguaje corporal hablan más
alto que las personas.
“Prevención de la homosexualidad”
Los padres cristianos pueden preocuparse excesivamente de la vulnerabilidad de
sus hijos a las influencias homosexuales. ¿Cómo pueden ellos reducir los riesgos de
dificultades en el futuro?
Promueva una atmosfera “apertura” en su casa. Los niños tienen que tener
un lugar a donde dirigirse con sus inevitables preguntas sobre la sexualidad.
Aquellos que se silencias constantemente pronto aprenden que el sexo es algo que
esta fuera de los límites de las conversaciones. Sin más tarde, ellos tienen dudas
sobre su identidad sexual, entonces evitarán hablar de sus temores.
Dé información exacta. Los nonos pueden estar confundidos sobre qué es y que
no es la homosexualidad. Si ellos les gustan sus amigos del mismo sexo, pueden
preguntarse si eso los convierte en “homosexuales”. Confírmeles que usted tiene
buenas amistades de ambos sexos; es normal tener amigos íntimos del mismo
sexo.
En el libro secular: The other side of the closet, el doctor Amity Buxton dice que
numerosos estudios revelan que alrededor de 20 por ciento de los hombres
homosexuales y hasta 35 por ciento de las lesbianas establecen matrimonios
heterosexuales.
Entre los cristianos existen más razones, incluyendo el deseo de complacer a Dios
(“Es Su voluntad”) y ser parte de la cultura de la iglesia, donde la soltería,
erróneamente, se mira con malos ojos, y no como una primera opción de vida.
Cualquiera que sea la razón, los problemas resultantes del matrimonio no son culpa
del cónyuge heterosexual. Por lo general, ella o el es un espectador inocente en una
tragedia en desarrollo.
“Los niños necesitan hablar con sus padres de la sexualidad, la conducta sexual y la
moralidad sexual”, dice Connie Marshner en su libro, Decent Exposure. “Muchos de
nosotros no tenemos buenos patrones de comunicación con nuestros hijos, y
muchos de nosotros nunca hemos tenido padrones de comunicación saludables con
los niños”. Ella aconseja a los padres que busquen ayuda profesional, si no saben
cómo promover una comunicación abierta con sus hijos pequeños.
“Mi hija necesita tener una vida normal con su padre, tanto como sea posible”, dijo
una madre, cuyo esposo la abandonó por otro hombre. “Yo sé que ella lo necesita a
el, y ellos merecen tener la mejor relación posible dentro de las circunstancias”.
Sin embargo, una influencia pervertida puede obstaculizar el desarrollo del niño. Y
algunos niños con padres homosexuales pueden experimentar periodos de duda
acerca de su propia identidad sexual. Estas dudas son reforzadas por las míticas
aseveraciones de los actuales medios de comunicación, de que la homosexualidad
es genética (y por lo tanto, algo que puede ser heredado de los padres).
A medida que los niños crecen enséneles sobre las realidades de la homosexualidad
y como esta se desarrolla realmente. (En el reverso de este folleto podrá encontrar
recursos de gran ayuda.)
Influir, no controlar
A medida que vamos experimentando toda la gama de respuestas emocionales
hacia ese ser querido homosexual, llegamos a un punto de saludable liberación,
cuando dejamos de sentir responsabilidad por la vida de la otra persona. Y
comenzamos a separar nuestra identidad y nuestros sentimientos de culpa de los
de ellos. Comenzamos a pensar menos en: “¿Cómo se reflejan en mi persona las
acciones de esta otra persona?” Comenzamos a separarnos de la persona en el
área de responsabilidad. Él o ella tiene que tomas sus propias decisiones y nosotros
podemos influir, pero no controlar.
Nuestras oraciones son la influencia más poderosa que tenemos. El espíritu de Dios
puede “luchar” con esa persona, ya sea que ella esté a nuestro lado o en el otro
extremo del mundo. Aquí les ofrecemos algunas formas específicas en las que
usted puede orar:
Ore porque cromo en el “Hound of Heaven” (El perseguir del Cielo), su ser querido
sienta el acoso persistente del Señor.
Ore porque su ser querido experimente las consecuencias del pecado. (La meta
suprema de Dios no es el castigo, sino el arrepentimiento.)
Ore porque su corazón permanezca abierto hacia su ser querido, de manera que
usted sea un canal abierto para la gracia de Dios.
Ore porque Dios trabaje en el corazón y la vida de usted, para que pueda estar la
más cerca posible de Dios, y así sus oraciones sean todavía más poderosas y
efectivas en la vida de su ser querido.
Tom Cole, ahora felizmente casado, y con cuatro hijos, recuerda como el testimonio
de una compañera de trabajo, cristiana, le cambió totalmente la dirección de su
vida. El tenía 26 anos en esa época, y había tenido muchas relaciones
homosexuales desde la edad de 19 anos. Se encontraba desesperado y solitario
cuando conoció a una muchacha llamada Rosie, una camarera del restaurante
donde Tom era cocinero. Tom se jactaba abiertamente de su homosexualidad, y
Rosie, igualmente de atrevida, no tenia restricciones para hablar de su fe cristiana.
Una noche cuando ya se iba del trabajo para la casa, Rosie le dijo a Tom, “Mi
esposo y yo estamos orando por ti”. Tom no pudo creerlo. “¿Ustedes oran por mi?
“Si”, dijo Rosie, “Oramos por ti todas las noches”. Cuando ya estaba en la puerta,
añadió: “Tom, yo te aprecio. Deseo que sepas que te quiero”.
Varias semanas más tarde, Tom fue a la iglesia con Rosie y su esposo, y aceptó a
Cristo. Ellos instruyeron a Tom como nuevo creyente. Sus primeros días como
cristiano, no fueron fáciles, Tom reconoce: “Ellos me vieron venir tomado o bajo el
efecto de las drogas a los estudios bíblicos y las reuniones de oración que ellos
tenias en su casa. Pero por encima de todo, ellos caminaron conmigo; oraron por
mí; me demostraron la verdad de Dios en las Escrituras. Hoy yo no estaría vivo, sino
fuera por el testimonio de esta hermosa mujer en Cristo”.
“Hay esperanza”
Comenzamos este folleto con la historia de Judy Hamilton, una madre cuyo hijo se
involucró en la homosexualidad. ¿Cómo se resolvió esta situación? Hoy el hijo de
Judy Hamilton ha dejado la homosexualidad en un proceso que comenzó en 1991.
Durante una visita a casa ese ano, Darryl le dijo a su madre que la plenitud y la
felicidad que había buscado en otros hombres, ya no estaban ahí, que ya no era lo
mismo. Judy se quedó perpleja, pero llena de gran alegría. Posteriormente, durante
una conferencia patrocinada por Exodus International, Darryl le entregó
nuevamente su visa a Cristo e hizo votos de castidad. Judy dio gracias a Dios por
tan dramática respuesta a sus muchas oraciones.
Sin embargo, un año más tarde surgió otra noticia desgarradora. Darryl confesó que
tenía el virus del VIH. Judy lloró sobre su hombro, sintiendo que su corazón se
“rompía en ciertos de pedazos”. Pero pronto comenzó a albergar sentimientos
callados de ira hacia su hijo. ¿Cómo pudiste hacer esto? ¡Tú sabias que existía la
posibilidad de contraer el SIDA!
Hoy, Judy todavía experimenta altibajos emocionales, mientras su hijo continúa con
el proceso de recuperación, pero ella encuentra consuelo en su fe cristiana. “Mi
gran alegría viene de saber que cuando ambos muramos, estaremos juntos por la
eternidad”.
“La homosexualidad no es una condición que no tiene esperanzas”, Judy añade con
convicción. “Hay restauración y perdón y curación a través de Jesucristo. Hoy,
Darryl tiene una sabiduría que va más allá de sus años. Me complace ver su
crecimiento y también su amor por Dios. Sobre todo, estoy muy agradecida a
nuestro amoroso Padre, porque El nos sacó, a ambos, de las profundidades de la
desesperación”.
A algunas personas que están luchando con la homosexualidad se les puede ocurrir
pensar si hay una forma de evadir los argumentos de las Escrituras que se oponen a
la homosexualidad. A lo mejor Dios no condena realmente esta práctica.
Quizás existe alguna forma en la que yo puedo combinar mis creencias
cristianas con mi identidad homosexual.
Joe era miembro del personal de una iglesia evangélica en el sur de California. El
tenía la costumbre de burlarse de la iglesia homosexual loca, cuando pasaba
manejando por ella, hasta que un día cayó preso de la homosexualidad y se
encontró visitando la congregación homosexual local, para ver que área lo que ellos
realmente creían. El estuvo atrapado en eta falsa teología por varios anos, y fue
adiestrado para hacerse Ministro de la “Metropolitan Community Church (MCC)”, la
cual es una denominación pro homosexual.
Pero a medida que Joe se involucró más y más en este movimiento, comenzó a ver
que había un vacio en su vida. No podía decir exactamente cuál era el problema,
pero sentía que no había armonía en su vida. Un día se encontró viendo un
programa cristiano de televisión, y escuchó un sermón acerca de la perspectiva
bíblica de la homosexualidad.
Joe comenzó a tener dudas sobre la dirección que había tomado su vida. “¿Qué tal
si estoy equivocado?”, se preguntaba. “¿Qué tal si la Biblia condena
realmente la homosexualidad?” Pronto estuvo de regreso compartiendo con los
amigos de su antigua iglesia, y Dios lo sacó de MCC. Joe abandonó las actividades
homosexuales, y con el tiempo se convirtió en el presidente de Exodus, una
organización cristiana para ex homosexuales. Hoy en día Joe da conferencias
alrededor del mundo sobre la teología falsa del movimiento pro homosexual y como
contrarrestar sus enseñanzas.
Hay un pasaje bíblico que quiero analizar en detalle, porque tuvo un impacto
poderoso en mi propia vida. Si usted le está dando consejos a alguien, y no está
seguro de que pasaje leer, yo le recomiendo que considere estos versículos de 1
Corintios:
“¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar!
Ni los fornicarios, ni los idolatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los
pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los
calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Y eso eran algunos de
ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados
en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.” (1 Corintios 6:
9-11)
Cuando leí este versículo, comencé a tener esperanza. Si Dios pudo cambiarlos a
ellos, quizá podría cambiarme a mí también.
“Habéis sido santificados”, separados. Usted no puede caminar cerca a Dios y estar
participando de actividades homosexuales. Es imposible. “Habéis sido justificados”,
declarados justos. Esto me demuestra que la homosexualidad no es una forma
correcta de vivir. “Y esto erais algunos”. Desde el primer siglo hasta ahora, las
personas han estado venciendo este pecado. Y es posible vencerlo a través del
poder de Jesucristo.
Cuando usted esté dándole consejos a alguien, acuérdese de simplemente ver más
allá de estos cinco pasajes que tratan de la homosexualidad. Necesitamos analizar
de una manera más general el plan que Dios tenia para los hombres y las mujeres,
desde el principio.
Padres y amigos de ex
La Asociación Nacional para la homosexuales
investigación y la terapia de la
homosexualidad (P-Fox)
818-789-44440 703-739-8220
www.narth.com www.p-fox.org
www.freetobeme.com
www.stonewallrevisited.com
Notas
3. Idis., p. 23
5. Sheila Jean Hood, Double life (Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers,
1996)
6. Bob Davies and Lela Gilbert, Portraits of freedom, 14 people who came out of
homosexuality (Downers Grove, IL: InterVarsity Press 2001), ch. 4
7. Amity Buxton, The other side of the closet (Hoboken, NJ: John Wiley & Sons,
1994)
10.Ibid.
ENFOQUE A LA FAMILIA
P. O. Box 35500
www.enfoquealafamilia.com