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EL MANÁ

M TIPO
O DE CRIST
TO
ÉXODO 16
1

Jeremíass 15:16 Fuueron halladdas tus palaabras, y yo las comí; y tu palabrra me


fue por gozo
g y por alegría
a m corazón; porque tu nombre se iinvocó sobrre mí,
de mi
oh Jehovvá Dios de los
l ejércitoss.

Este cappítulo deberíía leerse en conexión con


c Juan 6, porque el m maná del cieelo es
un tipo de
d Jesucristto, el pan dee vida. Tam
mbién ilustra la Palabraa escrita de Dios
en la cuaal el pueblo peregrino de
d Dios se alimenta
a díaa tras días (M
Mt 4.4).

I. El maná
m expllica quién es Jesús

La palabbra hebrea maná signnifica « ¿qu ué es esto?» (v. 15), la preguntaa que
hicieron los judíos al no poderr explicar este
e nuevo alimento
a quue Dios les había
enviado..
Considerremos cómoo el maná es un cuadro o de Jesucrissto:

A. SU HUMILDAD
H .
Era pequueño (v. 144), lo cual habla
h de su
u humildad;; porque see hizo un bebé e
incluso un
u siervo.

B. SU NAATURALEZA A ETERNA.
Era redoondo (v. 14)), lo cual nos
n recuerdaa del círculo, símbolo de su etern
nidad;
porque Jesucristo
J ess el Dios eteerno (Jn 8.5
53–59).

C. SU SAANTIDAD.
Era blannco (v. 31), recordatorioo de su purreza y condiición sin peecado; sed santos
s
porque yo
y soy santoo.

D. SU DUULZURA.
Era dulcce (v. 31). «Gustad,
« y ved que ess bueno Jehhová» (Sal 334.8). Nóteese en
Númeross 11.4–8 quue la «gentee extranjeraa» que iba con
c los judíoos no aprecciaron
el saborr del maná y pidieronn las «cebo ollas, puerrros y ajos»» de Egipto o. No
quedaronn satisfechoos con el sim
mple maná. Lo «molierron, batieroon, y horneaaron»,
pero entoonces tenía sabor a «acceite» y no a miel. Hayy una leccióón espirituall aquí
para nosotros; no poodemos mejjorar la senccilla Palabraa de Dios (SSal 119.103
3).

E. ÉL NO OS ALIMEN NTA.
Era satissfactorio y fortalecedoor, porque la
l nación vivió
v casi ccuarenta añoos de
maná. Todo
T lo que necesitamoos para la nutrición
n esspiritual es ha Jesucrissto, el
Pan vivoo que descenndió del cieelo.

II. El maná ilustrra cómo vin


no Jesús

A. VINO O.
O DEL CIELO

1
No fue importado de Egipto, ni fabricad do en el deesierto; fue dado del cielo,
como doon de la graccia de Dios.. Jesucristo vino del cieelo (Jn 6.333).

B. VINO DE NOCHE.
El puebllo lo recogíía tempranoo cada mañaana, porquee el maná caaía por la noche.
n
Esto suggiere la oscuuridad del pecado
p en este
e mundo cuando Jessús vino. Fu ue de
noche cuuando Jesúss nació, porqque vino paara ser la Luuz del munddo (Jn 8.12).. Y es
aún de noche
n en loss corazones de todos los que le hann rechazadoo (2 Co 4.1–
–4).

C. VINOO CON EL RO OCÍO (VV. 13 3–14)


El rocío preservabaa al maná paara que no se s contaminnara con la ttierra (véase Nm
11.9). Essto es un tippo del Espírritu Santo porque cuanddo Jesús vinno a la tierra, fue
mediantee el ministeerio milagrooso del Espííritu (Lc 1.334–35). Si JJesús no hu ubiera
nacido de
d una virgeen, nunca see le hubiera podido llammar «el Santto».

D. CAYÓ Ó EN EL DESSIERTO.
El munddo no es un paraíso.
p Parra el inconv
verso es un lugar
l maravvilloso, peroo para
el cristiaano en su peregrinaje
p a la gloria el mundo no es sino un desierto o. Sin
embargoo, Cristo vinno a este muundo en amo or para darle vida a loss hombres.

E. VINO A UN PUEBL LO REBELD DE (VV. 1–3)).


¡Qué meemoria tan mala teníaa Israel! Haacía apenas seis semannas que no o eran
esclavoss de Egipto y ya se haabían olvidaado las mucchas misericordias de Dios.
Murmuraron contraa Moisés y contra
c Dioss (véase 15.22–27), y aañoraban la dieta
carnal dee la vida vieja; sin embbargo, Dioss en su graccia y miseriicordia les suplió
s
de pan. El
E versículoo 4 podría haber
h dicho: «¡Haré llovver fuego y azufre sobre los
pecadorees ingratos!» Pero no; Dios demo ostró su amoor al hacer llover pan sobre
ellos. Vééase Romannos 5.6–8. Alguien haa calculado que la proovisión de cuatro c
litros (unn gomer) de
d maná parra cada perrsona de loss dos millones, diariam mente
hubiera necesitado
n cuatro trenees de cargaa cada uno con
c sesentaa vagones. ¡Cuán
generosoo es Dios coon nosotros!!

F. CAYÓ Ó JUSTO EN DONDE


D TABAN.
EST
¡Cuán fáácilmente accesible
a fuee el maná para
p los juddíos! No tennían que su
ubir a
alguna montaña
m ni cruzar algúún río proffundo; el maná
m venía a donde esstaban
(véase Ro
R 10.6–8). Jesucristo no está lejo os de los peecadores. Puueden venirr a Él
en cualqquier tiempoo.

III. Ell maná mueestra lo quee debemos hacer


h con Jesucristo
J

A. DEBE EMOS SENTIR LA NECE ESIDAD .


Hay unaa hambre espiritual intterna que sólo
s Jesucriisto puede saciar (Jn 6.35).
6
Fue cuanndo el hijo pródigo dijo: «Perezcoo de hambree», que d eccid ió regressa r a
su padree y buscar peerdón (Lc 15.17–18).
1 Mucha
M de laa intranquiliidad y pecado en
el mundoo de hoy ess el resultaddo de hambrre espirituall insatisfechha. La gentee vive
con las algarrobas
a q el munndo ofrece y rechaza ell alimento qque Dios prrovee
que
con liberralidad (Is 55.1–3).
5

2
B. DEBE EMOS AGAC CHARNOS.
El maná no cayó enn las mesas ni en los árrboles, sino en el suelo, y la gente tenía
que agaccharse paraa recogerlo. Muchos pecadores
p n quieren humillarse. ¡No
no
quieren agacharse!
a ¡No se arreppienten ni se vuelven al
a Salvador!
C. CADA A UNO DEBE E RECOGER R.
Los judííos no se llenaban sóllo con ver el maná, ni n admirarloo ni ver a otros
comerlo;; tenían elllos mismos que recog gerlo y com
merlo. Cristo debe recibirse
internam
mente por fee si el pecaador ha de ser salvo. Esto
E es lo qque Cristo quiso
expresarr en Juan 6.551–58 al deecir «comer su carne y beber su saangre». Juan n 6.63
aclara quue Cristo noo hablaba dee su carne ni
n de sangree literal y Juuan 6.68 noss dice
que se refería
r a suu Palabra. Cuando
C reciibimos en nuestro
n ser su Palabraa, nos
alimentaamos de Cristo, la Palabbra viva.

D. DEBE EMOS HACE ERLO TEMP PRANO (V. 21).


2
«Buscadd a Jehová mientras
m puuede ser halllado» es laa advertenciia de Isaías 55.6.
El manáá desaparecíía cuando ell sol calentaaba y esto sugiere
s que el día del juicio
j
llegará cuando
c seráá demasiadoo tarde para volverse a Cristo (M Mal 4). Tam mbién
sugiere que,
q como creyentes, debemos
d co
onseguir nuuestro alimeento espiritu ual de
la Palabrra tempranoo en el día al
a meditar en n ella y orarr.

E. DEBE EMOS CONT TINUAR ALIIMENTÁNDO ONOS EN ÉL.


Una vezz que recibim mos a Cristto como Saalvador, som mos salvos ppara siemprre (Jn
10.27–299). Es importante, sinn embargo, que nos alimentemos
a s de Cristo para
tener fuerza en nuuestro pereggrinaje, así como los judíos se alimentaron n del
cordero pascual (Éxx 12.11ss). ¿Cómo se alimentan los l creyentees de Cristoo? Al
leer, estuudiar y medditar en su Palabra.
P Dios nos invita a cada unno a levanttarnos
tempranoo en el día y recoger ded la Palabraa el preciosso maná parra nutrir nueestras
almas. NoN podemoos acumularr la verdad d de Dios parap otro ddía (vv. 166–21);
debemoss recoger aliimento fresco para cad da nuevo díaa.

Nótese que
q el manáá espiritual (Cristo)
( log
gra más que el maná físsico que Dio os les
envío a los
l judíos. ElE maná dell AT susten ntaba la vidaa física, perro Cristo daa vida
espirituaal a todo el que le recibbe. El manáá del AT erra sólo paraa los judíos,, pero
Cristo see ofrece a síí mismo a toodo el munddo (Jn 6.51)). No le costtó nada a Moisés
M
conseguiir el maná para Israell, pero paraa ponerse a la disposiición del mundo m
Cristo tuuvo que moorir en la cruz.
c Qué triste que lal mayoría de la gentte del
mundo pisotea
p a Cristo
C comoo si fuera maná dejaado en el ssuelo, antess que
agacharsse a recibirlee para podeer vivir.

La recoggida diaria del


d maná fuue la pruebaa de Dios en cuanto a la obedienccia de
Israel (vv. 4), y todaavía es la prrueba de Dios
D para suu pueblo. Loos cristianos que
empiezann su día con la Biblia,, recogiendo o alimento espiritual, sson los que Dios
puede usar
u y en los
l cuales confiar. Ess triste, ¡peero muchoss cristianoss aún
suspiran por la dietaa carnal dell mundo! (v v. 3) Y mucchos esperann que el passtor o
el maesttro de la Escuela
E Doominical recoja el maaná para elllos y lueg go les
«alimentte con cuchhara». La prrueba de nu uestro andarr espiritual es esta: ¿P
Pienso
en Cristoo y en su Palabra
P lo suficiente
s como
c para empezar
e mii día recogiendo
maná?.

3
Josué 5.10–12 nos dice que el maná cesó ó cuando loss judíos enttraron en Caanaán
por Gilggal y comieeron «del fruto
f de la tierra». El maná desccendía del cielo,
hablandoo de Cristo en su encarrnación y crrucifixión. ElE fruto de lla tierra creccía en
un lugar de sepulturra y muerte, y habla dee Cristo en su s resurreccción y ministerio
celestial. Entrar en Canaán
C signnifica entrarr en nuestraa herencia ceelestial en Cristo
C
(Ef 1.3)

Pastor José A
Antonio Vallverde

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