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Estimados padres:

El valor que trabajaremos de aquí a las vacaciones de Navidad,


en la biblioteca escolar será:

La constancia
La aceleración de los cambios en todos los órdenes ha hecho
posible que las variaciones sociales, científicas, técnicas... durante
cinco años hayan sido más intensas que las que se dieron a lo largo de
cinco siglos. Estamos en la cultura del “usar y tirar”; La inmensa
mayoría de los objetos de uso cotidiano sólo se utilizan una vez. Por
suerte , la cultura del reciclaje les da una posterior utilidad,
aunque a veces en campos distintos a los del producto original.

Durante toda la historia de la humanidad, los hijos habían


aprendido de sus padres; en nuestros días aprendemos de los hijos,
sobre todo las últimas novedades en informática, música y
motocicletas.

A nuestros hijos les puede parecer que la constancia limita o


entorpece sus posibilidades, pero con nuestra conducta y nuestro
diálogo debemos mostrarle que es justamente lo contrario: la
constancia aumenta las posibilidades, la creatividad, los recurso, es
decir, abre el abanico en vez de cerrarlo.

Los ejemplos se multiplican y ellos mismos nos pueden ayudar a


encontrarlos:

 En el mundo del deporte. El atleta, el gimnasta, el nadador


o cualquier otro deportista tendrá la capacidad de superar los
récords establecidos, inventar nuevos estilos y llegar más lejos
después de años de entrenamiento perseverante.

 En el mundo del arte. El músico, el pintor, el bailarín...


con muchos años de oficio será capaz de crear y recrear una
infinidad de variaciones y nuevas ideas.

 En el mundo de los idiomas. Años de aprendizaje y práctica


hacen que una lengua extranjera llegue a parecer como propia, y
facilitan el aprendizaje de nuevos idiomas.
 En el mundo de la técnica. Quien sea ducho en algún oficio
(cocineros, encuadernadores, electricistas, herreros,
carpinteros...) sacará de su experiencia repetida y comprobada,
con éxitos y fracasos, infinidad de posibilidades creativas,
cambiantes y adaptadas a cada situación.

Pasamos a orientarles sobre cómo promover la virtud de la constancia


en casa.

 Tener metas claras de trabajo y superación para cada miembro de


la familia, de acuerdo con su edad y capacidad. Ayudar y
aconsejar con los trabajos y tareas pero hacer que sean los
hijos los que los hagan y no hacerlos por ellos porque están muy
difíciles.
 Crear con el testimonio un clima de trabajo y esfuerzo.
 Tener una actividad extra para cada miembro de la familia que
requiera constancia (deportes, arte, etcétera). Que sea del
interés del niño o adulto y lo motive a perseverar, y animarlo
cuando hay dificultades.
 Respetar los horarios de casa sin dejar las cosas para después.
Tener ciertas normas generales que ayuden: mantener orden en el
cuarto y la sala de juegos, horarios, modales en la mesa,
esperar turno de hablar, etc
 Ser exigentes en el cumplimiento de las obligaciones y
responsabilidades de cada miembro de la familia. No permitir
trabajos sin terminar o realizados con poco esfuerzo, aunque hay
que estar atentos a ver si las aspiraciones iniciales no superan
las capacidades del niño, entonces se puede pactar una tregua:
disminuir la dificultad o parar por un tiempo. Exigir el
cumplimiento de las responsabilidades adquiridas libremente, por
ejemplo dar de comer al cachorro que pidió le compraran.
 No dejar actividades o juegos sin concluir. Terminar siempre lo
que se comienza.
 Tener recompensas o motivaciones claras y atractivas para los
miembros de la familia.

“La perseverancia es la virtud por la cual todas las demás


virtudes dan fruto”.

(Arturo Graf, escritor italiano.)

El Equipo de Biblioteca

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