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De la historia el autor extrae el testimonio de famosos científicos que compatibilizaron muy bien su fe
con su ciencia. De los científicos modernos nos comparte el testimonio de reconocidos investigadores
en diferentes ramas de la ciencia que, clara y directamente, se identifican como cristianos.
Este artículo es una lectura fácil y amena que le ayudará a conocer la verdad sobre una conexión que
nunca se ha perdido.
Estaba desesperado. Había un gran silencio entre aquellos 680 estudiantes. Habían
llegado con toda clase de ideas sobre lo que era la clase de química de primer año,
pero entre esas ideas no figuraban cuentos sobre la iglesia.
Mi clase disfrutaba mucho, y todavía no había llegado a la parte graciosa del chiste.
Se rieron a carcajadas. Sólo la idea de un profesor de química muerto y en medio
de la calle les resultó graciosísima. Estoy seguro de que algunos empezaban a
pensar: “Si este individuo muere justo antes del examen final, probablemente no
tendríamos que tomarlo. Todos aprobaríamos, y sería maravilloso”.
Les conté que mi maestro nos había dicho que la diferencia entre el perro muerto
en medio de la calle, y el profe de química muerto en medio de la calle es que
delante del perro hay marcas del frenazo.
Por ejemplo, el texto literario de Susan Gallagher y Roger Lundeen que salió hace
poco dice:
Esto no ha sido agradable para todos. Por ejemplo, a John Keats, el gran poeta
romántico, no le gustaba la postura de Isaac Newton respecto a la realidad. Decía
que amenazaba con destruir todo lo bello del universo. Temía que un mundo en
donde los mitos y las visiones poéticas habían desaparecido, sería un lugar estéril y
poco atractivo. En su poema Lamia, habla de este poder destructivo. En este
poema, Keats utiliza la palabra filosofía en vez de ciencia, así que intentaré sustituir
la palabra “filosofía” con la palabra “ciencia”, porque eso es lo que quiere decir.
Lo que quiero decir es que ha habido conflictos entre la ciencia y virtualmente todas
las demás disciplinas intelectuales. Así que no es de sorprender si existe algo de
conflicto entre la ciencia y el cristianismo.
Lo que dice Lewis, es que alguien le había explicado que la ciencia había
desacreditado a Dios, y él se lo creyó, aunque no sabía nada de la ciencia.
La gente sí que cuenta buenas historias. Los científicos a menudo cuentan historias
interesantes sobre la religión. La historia que cito a continuación viene de
Chemistry (Química) de gran Bretaña, una revista importante en el mundo de la
química. Al hablar sobre la publicación de un nuevo libro, exploran una idea
interesante:
Lev Landau
Quiero poner a dos ateos como ejemplo. El primero es Lev Landau, el físico
soviético más brillante de este siglo. Fue autor de muchos libros famosos,
colaborando en ellos su colega, Lifchets. De hecho, yo utilizaba algunos de sus
libros cuando era estudiante en M.I.T. (Instituto de Tecnología de Massachusetts)
Este relato viene de su biografía, escrita por su buen amigo, Kolotnikov. Fue
publicada en Physics Today (Física Hoy). Cuenta algo que ocurrió al final de su vida.
Dice Kolotnikov:
La última vez que vi a Landau fue en 1.968, después de una operación que tuvo.
Su salud se había deteriorado apreciablemente. Nos llamaron a mí y a Lifchets al
hospital. Allí nos informaron de que no había prácticamente ninguna posibilidad de
salvarle. Cuando entré en su habitación, Landau se encontraba acostado, mirando
hacía la pared. Oyó mis pasos, giró la cabeza, y dijo, “Kollat, sálvame, por favor”.
Fueron las últimas palabras que me pronunció. Aquella noche murió.
Subrahmanyan Chandrasekhar
Chandrasekhar fue un astrofísico famoso. Recibió el Premio Nóbel de física en 1983.
Fue miembro del profesorado de la Universidad de Chicago durante muchos años.
Al final de su biografía, aparece una entrevista. Chandrasekhar dice,
El biógrafo intenta hacer que la conversación sea un poco más liviana, diciendo que
todo el mundo se siente así. Pero Chandrasekhar no le deja, diciendo:
Bien puede ser, pero el hecho de que uno mismo yo lo está experimentando. No se
me hace menos personal por eso.
C. P. Snow
Voy a empezar desde terreno neutral al citar a dos personas que no tienen ninguna
posición teísta. El primero es C. P. Snow. C. P. Snow tiene la fama de haber escrito
un libro que se titula The Two Cultures (Las dos culturas). Fue físico-químico en la
Universidad de Oxford. A la mitad de su carrera profesional, descubrió que era un
buen escritor, y empezó a escribir novelas. El tema principal de sus novelas, es la
vida universitaria en Inglaterra. Una se llama Masters (Profesores), y yo la
recomiendo. Snow se hizo bastante rico ejerciendo este don, y así pudo ocupar una
posición entre el mundo de las ciencias y el mundo de la literatura.
Escribió este libro, que en su época gozó de bastante fama, sobre las dos culturas:
las ciencias y las humanidades. Dijo que según las estadísticas, la cantidad de
científicos incrédulos es un poco más alta que la cantidad de incrédulos del resto
del mundo intelectual, aunque hay muchos científicos que son religiosos, sobre todo
entre científicos jóvenes, segmento en crecimiento. Así que, ¿es posible ser
científico y cristiano? C. P. Snow, que definitivamente no era cristiano, dijo que sí.
Richard Feynman
Richard Feynman, ganador del Premio Nóbel de física en 1965, fue una persona
muy singular. Unos 9 años antes de recibir el premio Nóbel, dijo: “muchos
científicos creen en la ciencia al igual que creen en el Dios del Apocalipsis, y de una
forma perfectamente consistente”. Así que, ¿es posible ser científico y cristiano?
Según Richard Feynman, sí.
Un buen resumen respecto a esto lo escribió Alan Lightman, autor de un libro bien
recibido que se llama Origins (Orígenes). Lightman es catedrático de M.I.T, y
publicó este libro con la editorial Harvard University Press. Él dice,
Michael Polanyi
Vamos a profundizar un poco más al considerar una afirmación de Michael Polanyi,
catedrático de química y posteriormente de filosofía en la Universidad de
Manchester. Su hijo, John Polanyi, ganó el premio Nóbel en 1986. Yo creo que
cuando se haya olvidado por completo la obra científica de John Polanyi, aunque ha
sido magnífica, la obra de su padre seguirá siendo importante.
Si usted lee el resto del libro, llegará a la misma conclusión que yo. Me parece que
la hipótesis de Polanyi es que el observador siempre está allí en el laboratorio.
Siempre llega a conclusiones. Nunca es neutral. Cada científico trae suposiciones a
su trabajo. Un científico, por ejemplo, nunca cuestiona la solidez del método
científico. Históricamente, esta fe fue surgió de la creencia cristiana que Dios Padre
creó un universo perfectamente ordenado.
Yo habría preferido que Clark dijera “desarrollo científico sostenido”. Creo que se ha
pasado un poco de la línea aquí, pero nos da algo en que pensar.
Francis Bacon
Vamos a explorar la idea que forma la base de las declaraciones de Clark y de
Polanyi, o sea, que la ciencia creció en un ambiente cristiano. A mí me enseñaron
que Francis Bacon había descubierto el método científico. Los críticos ahora
mantienen que lo robó de otro, y que sólo lo hizo popular. Pero esa polémica la
dejamos a los historiadores de la ciencia.
Que nadie piense o sostenga que una persona pueda investigar demasiado o ser
demasiado erudito ni en el libro de la palabra de Dios, ni en el libro de las obras de
Dios.
Está hablando de la Biblia como el libro que contiene las palabras de Dios, y de la
naturaleza como el libro de las obras de Dios. Él está animando a aprender lo
máximo posible sobre los dos. De modo que justo en el comienzo del método
científico, nos encontramos con esta declaración.
Johannes Kepler
Johannes Kepler propuso la idea de las órbitas elípticas para los planetas. Á él se le
considera el descubridor de las leyes del movimiento planetario. Era cristiano
luterano devoto. Cuando le preguntaron, “¿por qué estudias la ciencia?”, respondió
que en sus investigaciones científicas, deseaba conseguir una prueba ejemplar del
deleite del Creador en su obra, y así participar en ese gozo. Esto se ha dicho desde
entonces de muchas maneras: para tener los mismos pensamientos que Dios
detrás de Él, para conocer la mente del hombre. Se podría considerar a Kepler
como deísta, sólo según la primera declaración. Pero más tarde dijo,
Blaise Pascal
Blaise Pascal fue un científico magnífico. Es el padre de la teoría matemática de la
probabilidad y del análisis de combinaciones. Proveyó el enlace esencial entre la
mecánica de los fluidos y la mecánica de los cuerpos rígidos. Es el único científico
físico que hizo contribuciones profundas al pensamiento cristiano. Muchos de estos
pensamientos se encuentran en el pequeño tomo titulado Pensées sur la religión
(1669), el cual yo tuve que leer en mi segundo año en M.I.T. (Estaban intentando
civilizar a los “geeks” de M.I.T., pero unos años más tarde se dieron cuenta de que
no funcionaba, y ya no teníamos que estudiar cursos de humanidades.)
Dios hace al hombre consciente de su vileza interior, la cual la Biblia llama “pecado”
y de Su misericordia infinita. Se une a lo más profundo del alma del hombre, y la
llena de humildad y de gozo, de confianza y de amor, haciéndole incapaz de
cualquier fin que no sea Él mismo. Jesucristo es el fin de todo y el centro hacia el
cual todo tiende.
En el centro de cada ser humano hay un vacío en forma de Dios, que sólo
Jesucristo puede llenar.
Robert Boyle
Robert Boyle fue quizás el primer químico. Desarrolló la idea de los átomos. Muchos
de mis estudiantes de química de primer año conocen la ley de Boyle. De vez en
cuando veo a uno de mis ex alumnos de química. Les pregunto si se acuerdan de
algo de la clase. A menudo dicen: pv = nrt. Entonces sé que he tenido éxito. Esta
fórmula es la ley ideal de gases, de la que la ley de Boyle forma una parte.
Boyle fue un hombre muy ocupado. Escribió muchos libros. Uno de ellos fue The
Wisdom of God Manifested in the Works of Creation (La sabiduría de Dios
manifestada en las obras de la creación). Proveyó personalmente un fondo para
conferencias dedicadas a la defensa del cristianismo en contra de la indiferencia y el
ateísmo. Fue buen amigo de Richard Baxter, uno de los grandes teólogos del
puritanismo. Fue gobernador de la Sociedad para la extensión del evangelio de
Jesucristo en Nueva Inglaterra.
Isaac Newton
Aunque no estoy de acuerdo con ella, una encuesta de hace poco, sobre quién es la
persona más importante de la historia, le dio ese honor a Sir Isaac Newton. Newton
fue matemático, físico, descubridor junto con Leibnitz del cálculo, y el fundador de
la física clásica. Fue el primero de los tres grandes físicos teoréticos. Pero también
escribió mucho sobre otras cosas. Intentó hacer química también, pero en su época
todavía no había llegado el momento. Escribió más sobre teología que sobre
ciencia. Escribió un libro sobre la segunda venida de Cristo que se titulaba
Observations on the prophecy of Daniel and the Revelation of Saint John
(Observaciones sobre las profecías de Daniel y del Apocalipsis de San Juan). Dijo:
Este sistema tan bello del sol, de los planetas y cometas sólo podría proceder del
consejo y del dominio de un Ser poderoso e inteligente.
Se podría inferir de esta declaración, que Newton fuera deísta (del deísmo, un
sistema de religión natural que afirma la existencia de Dios pero que niega la
relación del mismo). Sin embargo, la cita a continuación demuestra que no lo era:
Hay más marcas de autenticidad en la Biblia de las que hay en cualquier otro libro
de historia profano.
La conclusión es que Newton fue literalista bíblico. No fue suficiente para él deducir
un artículo de fe de las Escrituras. Dijo:
Tiene que ser expresado de la misma forma, con palabras firmes, como lo
expresaron los Apóstoles. Porque los hombres son dados a formar divisiones por
culpa de las deducciones. La fe verdadera se encontraba en los textos bíblicos.
Michael Faraday
Mi favorito – y seguramente el mayor científico experimental de todos – fue Michael
Faraday. El aniversario del 200 aniversario del nacimiento de Michael Faraday se
celebró hace poco en la Royal Institution (un laboratorio multidisciplinario de
investigaciones en Londres). Mi amigo Sir John Thomas publicó un artículo muy
interesante, que decía que si Michael Faraday hubiera vivido en la época del Premio
Nóbel, se habría ganado por lo menos ocho de ellos. Faraday descubrió la bencina
(éter del petróleo) y la radiación electromagnética, inventó el generador eléctrico, y
fue el principal arquitecto de la teoría clásica de campos.
Maxwell poseía todos los dones necesarios para los avances revolucionarios en la
física teorética: un entendimiento profundo de la realidad física, una gran capacidad
matemática, una ausencia total de ideas preconcebidas, y una imaginación
altamente activa. También tenía la capacidad de reconocer un trabajo digno de su
genio: la interpretación matemática del concepto de Faraday del campo
electromagnético. Uno de los logros más grandes de la inteligencia humana ha sido
este trabajo, cuyos frutos son las ecuaciones matemáticas de los campos
electromagnéticos que llevan el nombre de Maxwell.
De lo anterior, hay una cosa con la que no estoy de acuerdo. Si Maxwell hubiera
sufrido una ausencia total de ideas preconcebidas, habría logrado una total
ausencia de ciencia. Así que esto no fue escrito, desde luego, por un científico (un
“cabeza blanda”. Sin embargo, esta declaración es básicamente buena.
Maxwell dijo:
Considere lo que Dios ha pensado hacer con todos los que se someten a su justicia
y que están dispuestos a recibir su don [de vida eterna en Cristo Jesús]. Serán
conformados a la imagen de su hijo, y cuando se haya cumplido eso, y Dios vea
que están conformados a la imagen de Cristo, ya no puede haber más condenación.
Esta hipótesis será olvidada en cuestión de 20 años o así. Pero los estudios sobre el
Génesis seguirán disponibles en las bibliotecas sin que nadie pueda entenderlos.
Alguien que desde luego no es admirador del cristianismo que confesaban Faraday
y Maxwell ha dicho:
Lo que está diciendo es que por ser cristianos Maxwell y Faraday no se convirtieron
ni en alcohólicos ni en mujeriegos como aparentemente hicieron sus capaces
colegas.
George Stokes
Podemos leer de George Stokes en cualquier número de la revista Journal of
Chemical Physics (Boletín de la química física), la mejor revista en mi campo. En
números recientes, la “Coherent Anti–Stokes Romin Spectroscopy” (CARS)
[Espectroscopia Romin Anti-Stokes Coherente] ha sido el tema de mucha polémica.
Stokes es uno de los grandes pioneros de la espectroscopia, el estudio de fluidos y
de la florescencia. Ocupó una de las posiciones más distinguidas en el mundo
académico durante más de cincuenta años, la Cátedra Lucasiana de la Matemática
en Cambridge- la misma posición ocupada por Sir Isaac Newton y ahora por
Stephen Hawking. También era presidente de la Sociedad Real de Londres.
William Thomson
William Thomson fue conocido más tarde como Lord Kelvin. Thomson fue un
científico fantástico. Ha sido reconocido como el mejor científico físico y el mejor
profesor de ciencias de su época. Sus primeros trabajos sobre el
electromagnetismo y el calor son una prueba duradera de su genio científico. Era
un cristiano de una fe muy fuerte en Dios y en la Biblia. Dijo:
J. J. Thomson
En 1897, J. J. Thomson descubrió el electrón. Fue el catedrático Cavendish de física
en la Universidad de Cambridge.
A lo lejos se distinguen cimas [científicas] aun más altas que concederán a los que
las conquistan todavía más posibilidades, y que profundizará en ellos la sensación
cuya verdad es enfatizada por cada avance de la ciencia, que las obras del Señor
son grandes.
Charles Coulson
Charles Coulson es uno de los tres arquitectos principales de la teoría de la órbita
molecular. Habría recibido el Premio Nóbel, pero no aprobó la primera prueba. La
primera prueba para recibir el Premio Nóbel es llegar a los 65 años. La segunda es
la de haber hecho algo importante a eso de los treinta y pico. Coulson realizó
trabajos muy significativos a los treinta y algo, pero como murió a los 64, se
descalificó de recibir el Premio Nóbel.
Robert Griffiths
Robert Griffiths, miembro de la Academia Estadounidense de las Ciencias, y
catedrático de física Otto Stern en la Universidad Carnegie Mellon, recibió uno de
los premios más buscados de la Sociedad Americana de Física en 1984 por su
trabajo en la física mecánica y en la termodinámica. La revista Physics Today (La
física hoy) reveló que es cristiano evangélico y teólogo de afición y que ayuda a
enseñar una clase sobre el cristianismo y la ciencia. Él dijo hace poco:
Richard Bube
Durante muchos años, Bube fue director del departamento de la ciencia material en
la Universidad de Stanford y realizó trabajos fundamentales sobre la física de los
estados sólidos referente a los semiconductores. Dijo lo siguiente:
John Suppe
Fue miembro de la Academia Estadounidense de las Ciencias y profesor notable de
geología en Princeton; fue experto en el campo de la tectónica, y como catedrático
emprendió una larga búsqueda de Dios. Empezó a asistir a los servicios religiosos
en la capilla de Princeton, y a leer la Biblia y otros libros sobre el cristianismo. Se
entregó a Cristo y experimentó por primera vez el compañerismo cristiano en
Taiwan, donde sirve de catedrático visitante. Dice:
Charles H. Townes
Para mí, el científico del siglo es Charlie Townes. (Por supuesto es amigo mío y a lo
mejor tengo prejuicios.) Pero hizo algo bastante importante cuando descubrió el
láser. Casi ganó su segundo Premio Nóbel por la primera observación de una
molécula interestelar. Ha escrito su autobiografía, que se titula Making
Waves[Levantando olas] (un juego de palabras que se refiere al fenómeno de la
forma ondulada de los láseres, y que en inglés también quiere decir “causando
problemas”).
Usted preguntará, “¿y qué tiene que ver Dios con esto?”, y para mí es casi una
pregunta sin sentido. Si usted cree en Dios, no hay un “donde” – siempre está allí,
en todos los sitios... Para mí, Dios es personal y a la vez omnipresente. Es una gran
fuente de fuerza, y ha hecho una gran diferencia en mi vida.
A los ochenta años, Charlie Townes sigue con un programa muy activo de
investigaciones en Berkeley.
Arthur Schawlow
Schawlow ganó el Premio Nóbel de Física en 1981, es catedrático de física en la
Universidad de Stanford, y admite abiertamente su cristianismo. Formula esta
declaración, que para mí sólo la puede decir un científico:
Allan Sandage
El cosmólogo observacional más grande del mundo, es astrónomo en el Instituto
Carnegie. El periódico The New York Times le llamaba El Gran Viejo de la
cosmología cuando ganó un premio de un millón de dólares de la Academia Real
Sueca de las Ciencias. Dijo:
William Phillips
Ahora en el campo de la física, es posible ser mucho más joven y recibir el Premio
Nóbel. Phillips no tiene ni 50 años, y ya lo tiene. Fue reconocido su desarrollo de
métodos para enfriar y atrapar átomos con luz de láser. En una rueda de prensa
después del anuncio de que había ganado el Premio Nóbel, Phillips dijo:
Dios nos ha dado un mundo increíblemente fascinante en que vivir y para explorar.
Según The New York Times, Phillips “canta en un coro gospel que él mismo formó
en la iglesia Fairhaven United Methodist Church, una congregación multirracial de
unos 300 miembros en Gaithersburg, Maryland (EE.UU.). También enseña una
clase de la escuela dominical y lleva estudios bíblicos”. Si Ud. sigue leyendo el
artículo, verá que cada sábado por la tarde, va en coche con su mujer al centro de
Washington, D.C. para recoger a una anciana ciega afro americana, de 87 años,
para ayudarla a hacer la compra y luego llevarla a comer.
David Cole & Francis Collins
Ya que mi área de conocimientos queda justo entre la química y la física, no puedo
hablar con tanta seguridad del campo de las ciencias biológicas. Sin embargo, mi
compañero de muchos años, David Cole, bioquímico de Berkeley, y Francis Collins,
pionero de la fibrosis cística, y Director del Proyecto del Genoma Humano, el
proyecto científico más grande de la historia, son cristianos activos y bien
conocidos.
Una interpretación de los hechos, usando sólo el sentido común, sugiere que un
“superintelecto” ha jugado con la física, al igual que con la química y la biología, y
que en la naturaleza no hay ninguna fuerza ciega que cuente para algo.
—Fred Hoyle
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente
visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas
hechas....
Y ¿por qué a algunos les gusta pensar que esta supuesta batalla sigue con tanta
furia? Yo creo que, en parte, es una falsa representación de la realidad.
Permítanme darles un ejemplo. Andrew Dickson White fue el primer presidente de
la Universidad de Cornell (estado de Nueva York, EE.UU.), la primera universidad
estadounidense fundada sobre principios estrictamente seculares. (Todas las demás
habían sido fundadas en el cristianismo.) En 1896 él escribió un libro famoso, The
History of the Warfare of Science With Theology, (Historia de la guerra entre la
ciencia y el cristianismo). Aquí les ofrezco un extracto:
Esta declaración de Calvino la repite hasta la saciedad cada escritor que alude al
tema de la ciencia y la religión, como por ejemplo Bertrand Russell en su History of
Western Philosophy (Historia de la filosofía occidental). Pero se puede decir con
autoridad que Calvino nunca escribió esas palabras en su comentario sobre
Génesis, y tampoco expresó ningún sentimiento semejante en ninguna de sus
obras conocidas. La declaración de que sí lo escribió se encuentra sin evidencia en
las obras de otros autores del siglo XIX....
Sería justo preguntar qué es lo que creyó Calvino sobre la teoría copernicana
heliocéntrica del sistema solar. Pues, la respuesta es que no lo sabemos. Lo más
seguro es que Calvino ni sabía de Copérnico. Su nombre no fue exactamente el
tema de las conversaciones domésticas en Francia o en Suiza en el año 1520. Pero
en el prefacio de su traducción del Nuevo Testamento al francés, Calvino escribió:
Conclusión
Espero que les haya dado una idea de la historia de la ciencia. Los que han tomado
clases de química y de física en el primer año de la universidad reconocerán a
muchas de las personas que he mencionado. En realidad, la razón por la que he
preparado esta conferencia, es que estas personas representan perfectamente a los
que he enseñado en tales clases.
Hay una tradición riquísima de científicos distinguidos que fueron y que son
cristianos. Espero que mis investigaciones sean lo suficiente importantes como para
incluirme a mí entre ellos. También espero que les haya dado la suficiente evidencia
para que nunca más crean que es imposible ser científico y cristiano a la vez.
¿Quién es menteabierta?
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