38 LA VANGUARDIA CULTURA SÁBADO, 21 NOVIEMBRE 2009

Nuevos focos de cultura en Barcelona ENTREVISTA

“Los fanáticos son más

a menudo hombres”
Jostein Gaarder, escritor, publica la novela ‘El castillo de los Pirineos’

PEDRO VALLÍN

C
Madrid

onocido mundialmen-
te por El mundo de So-
fía (1991), novela que
se convirtió en un su-
perventas mundial, el
escritor noruego Jostein Gaarder
se ha destacado como novelista
por su vocación de convertir su na-
rrativa en un laboratorio divulga-
dor de ideas y debates filosóficos,
lo que lo ha colocado entre los más
recomendados para lectores jóve-
nes poco abiertos al ensayo. Su nue-
va novela, El castillo en los Pirineos
(editada por Siruela en castellano,
y Cruïlla en catalán), es un inter-
cambio de e-mails en el que una pa-
ICUB
reja que rompió treinta años ha en-
El circo ve la luz. La Central del Circ, en el Fòrum, se carna el conflicto entre la razón, él,
situará en La Gruta, bajo la gran placa fotovoltaica y la fe, ella, en torno a un suceso
misterioso que los separó y del que

Las nuevas fábricas eluden hablar.

Ha recuperado usted el género
epistolar para esta novela, una EMILIA GUTIÉRREZ

de creación encaran
decisión formal infrecuente.
Efectivamente, se trata de una
novela epistolar, aunque con la
salvedad de la distancia que hay en-
Jostein Gaarder, durante su estancia en Madrid
G ÉN ERO Un tercer personaje le pregun-
ta al protagonista en un momen-

su transformación tre las cartas y los correos electró-

BARCELONA Redacción
Una generación de jóvenes
arquitectos de Barcelona
transformará seis antiguas fá-
bricas de la ciudad en espa-
cios para la creación artísti-
ca. Seis espacios cuya inme-
diata remodelación presentó
ayer el alcalde Jordi Hereu
bajo una idea fuerza: “El nue-
vo motor de Barcelona es la
cultura y la creatividad”. De
hecho, señaló, “Barcelona
quiere ser una de las grandes
capitales culturales de Euro-
pa”. Los proyectos empeza-
rán a tomar forma en los
próximos meses y estarán to-
dos terminados en el 2012. Se-
rán 30.000 metros cuadra-
dos repartidos entre la anti-
gua fábrica Fabra i Coats de
Sant Andreu, la Central del
Circ del Fòrum, el Hangar y
La Escocesa, en el Poblenou,
la Illa Philips en la Zona Fran-
ca y la antigua fábrica de mo-
neda La Seca en Ciutat Vella.
La Seca, que data del siglo
XVI, acogerá tras la restaura-
ción de Meritxell Inaraja el
Espai Brossa. En el Poblenou,
epicentro de la Barcelona in-
dustrial, Yaiza Alonso y Aran-
txa Manrique transformarán
Hangar, en el recinto de Can
Ricart, y Amadeu Santacana
y Umberto Viotto, la fábrica
La Escocesa. Ambos se dedi-
carán a las artes visuales.
En la Marina de la Zona
Franca, la Illa Philips se dedi-
cará a la danza. Maite Her-
nando y Sara Galmán adapta-
rán la fábrica aprovechando
la iluminación cenital. El cir-
co irá al Fòrum, a La Gruta,
casi una manzana del Eixam-
ple situada bajo la gran placa
fotovoltaica y que reestructu-
rarán Xavier Ruscalleda y
Marta Lorenzo. El mayor
proyecto, 17.500 metros cua-
drados y 10 millones de
euros, es la transformación a
cargo de Manuel Ruisánchez
y Francesc Bacardit del recin-
to Fabra i Coats de Sant An-
dreu, que acogerá todo tipo
de actividades culturales,
además de la Ciutat de la Mú-
sica y un centro de interpreta-
ción del legado industrial.c
nicos.
¿En qué medida influye en la
comunicación de sus personajes?
Hay una novedad muy obvia; que
los correos pueden ser recibidos
un segundo después del envío, y
por tanto existe la posibilidad de la
respuesta inmediata. Y eso, even-
tualmente permite respuestas cor-
tas, un “¿por qué?”, o un “en reali-
dad quieres decir esto”. Se trata de
que, estando en ciudades distintas
y alejadas, pueden decidir quedar
una noche y, sentados ante el orde-
nador, pasan horas escribiendo y
esperando la respuesta, de modo
que el desarrollo de los correos es
casi como un diálogo.
Usted ha colocado al varón en
el papel del tipo escéptico y racio-
nal y la mujer en el de quien bus-
ca algo más, algo trascendente.
Esta asignación masculino / feme-
nino ¿es casual o deliberada?
Podía haber sido al revés. El hom-
bre podía haber sido el creyente
fervoroso, que no puede vivir con
una mujer por cuya salvación te-
me. De hecho, en general los fanáti-
cos religiosos son más bien los
hombres. Los terroristas suicidas
casi siempre son varones, y las mu-
jeres son más terrenales, más prag-
máticas.
En tanto que racionalista, us-
“Siendo una novela
epistolar, los correos
electrónicos permiten
darle ritmo de diálogo”
F E Y RA Z ÓN
“Quienes creen que
estamos aquí de paso
son más irresponsables
con el planeta”
ted se queja con frecuencia de
que, aunque la religión organiza-
da ha perdido terreno, la fe, no.
Vivimos en una sociedad global en
la que la Iglesia ha perdido el mo-
nopolio de la verdad y la gente no
cree en la religión organizada. Pe-
ro esa fe es sustituida por la fe en
los posos del café, en el tarot, en el
ocultismo o en la parapsicología.
¿A qué lo atribuye?
Es puramente humano y tiene dos
motivos: deseamos una vida poste-
rior, no queremos pensar en dejar
de existir. De otra parte, necesita-
mos creer que todo tiene causas,
que la vida tiene un propósito: si tú
le tiras una pelota a un gato, este la
sigue con la vista, pero un niño
siempre vuelve la cabeza a ver de
dónde ha venido: busca causas.
to determinado de qué le sirve
tener razón. Dígame, ¿merece la
pena convencer a un creyente de
que el racionalista, valga la re-
dundancia, tiene razón?
Quienes somos escépticos no debe-
mos retarnos con un creyente, no
se trata de convencer a nuestra
abuela de que sus creencias son
equivocadas, sino de retarse inte-
lectualmente a un debate público
con un imán musulmán sobre las
razones por las que hace creer a un
joven que si se hace volar por los
aires le espera el paraíso o con un
cura sobre el uso de anticoncepti-
vos en el tercer mundo.
Cuando una persona piensa
mucho en su vida después de la
muerte, ¿piensa poco en la vida
de los que se quedan aquí?
Con el clima, por ejemplo. Hay mu-
chos cristianos, es curioso, que le
quitan importancia al cambio cli-
mático. En parte por lo que usted
dice, y en parte porque dan por su-
puesto que Dios destruirá la Tierra
cuando toque. Pero cuanto más
cree la gente que la vida en la Tie-
rra es sólo un paso, tanto más irres-
ponsable es hacia las generaciones
venideras, con respecto a la conser-
vación del planeta, por ejemplo.
De ahí que sea fundamental una de-
claración de derechos humanos de
las generaciones venideras.c