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Descubr en las costas de mi tierra;
-de mi pequea tierra,
aquella del calor familiar y del regazo-;
la nave que, hendida por los aos,
comenzaba a declinar en el calmo mar.
Pens entonces en todos los mares que haba visto
Y que quizs este, que sera el ltimo,
No era igual al que cruz cuando nio
Cuando lleg a estas costas
Y vivific su casco de extranjero
Con la ptina del trabajo fecundo
Y de la suerte de ser bueno
Hecho de maderas nobles
Forjado a la intemperie de muchas albas fras.
Jven todava, agreg ms madera a su casco
Y construy un puente nuevo.
Mejor la proa, fructificando,
y ancl para siempre en las costas de estas tierras.
Aunque la inconquistable naturaleza de su espritu
retuviera en su memoria,
lo mejor del otro mar, del otro cielo y del fro;
de las cabaas y de las bicicletas
y de una vida pautada por el deber.
Su quilla se sostuvo en infinitas tempestades
Y cosieron sus velas muchas veces,
Enfrentando tifones y huracanes.
En el final de su tiempo, continu con la dura
Prueba de saber que, irremediablemente,
las naves hermanas le han precedido
alcanzando la profundidad del ocano.
Y el dolor de saberlo le hizo anhelar ese destino.
Al final, las maderas se astillan, los metales se oxidan
Un alma
Un alma
Puente entre lo antiguo y lo nuevo
Comparte naturaleza y espritu
Alma vagabunda de un poeta
que viaja por el tiempo
Un hombre que esta entre el cielo y el infierno
Te invoco, Dante
En esta noche de fantasa
Y como a los antiguos dioses
Te ofrezco el nctar y la ambrosa
Trae esta noche lo mejor de tu pluma
Describe para nosotros la Florencia del Humanismo
En la pureza de tu poesa eterna.
Regalo divino.
Mi ngel guardin tiene el cielo en la mirada,
con una leve bruma de tristeza en sus pupilas.
Mi ngel guardin tiene la risa chillona de nio
y las manos speras del trabajo rudo.
Mi ngel guardin baj un da a la tierra,
en seal divina de mis plegarias odas.
Convirti mis das en caricias
y mis noches en tierna compaa.
Mi ngel guardin
camina siempre detrs de m
para evitar que caiga.
Me escucha, en los das atribulados.
Me consuela, con voz nocturna.
Mi ngel guardin tom cuerpo,
se volvi mi amor, ilumin mi vida.
Trajo consigo el aire fresco,
y la renovada brisa de la vida.
La esperanza sembrada en m
rindi frutos un buen da.
Entre ngel y humano
todo lo que nace es dicha.
Unidad, libertad y patria
(Resturante italiano 2011, I.Inmaculada Concepcin)