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Período colonial

Artículo principal: Virreinato de Nueva España

El Virreinato de Nueva España fue una entidad territorial, integrante del Imperio
español, establecida por la Corona de España durante su periodo de dominio americano.
Fue creado tras la conquista sobre los mexicas y otros pueblos de Mesoamérica, realizada
entre 1519 y 1521 por las tropas de Hernán Cortés, por Real cédula de Carlos I, el 1 de
enero de 1535, aunque la instauración oficial se realizó el 8 de marzo del mismo año. Su
primer virrey fue Antonio de Mendoza y la capital del virreinato fue la Ciudad de México.
Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
Entre la caída de Tenochtitlán y el establecimiento del virreinato de Nueva España
transcurrieron catorce años. En ese tiempo, el gobierno quedó primero a cargo de Hernán
Cortés, que se autoproclamó Capitán General de Nueva España. Luego fueron nombradas
las Reales Audiencias de México, dependientes de la Corona de España, con el propósito de
realizar una mejor administración de la colonia.

Hernán Cortés Monroy Pizarro Altamirano (Medellín (Badajoz), 1485 – Castilleja de la


Cuesta, (Sevilla), 2 de diciembre de 1547), Conquistador español del imperio azteca (hoy el
centro de México). I Marqués del Valle de Oaxaca, Gobernador y Capitán General de la
Nueva España .
El virreinato fue establecido en 1535, y su primer virrey fue Antonio de Mendoza. En su
historia, la Nueva España fue regida por 62 virreyes de diferente importancia histórica,
entre los que destacan Antonio María de Bucareli (1771-1779) y Fray Payo Enríquez de
Rivera (1672-1680).
El descubrimiento de nuevos yacimientos de distintos minerales en el centro y norte del
territorio (desde Sonora hasta el sur de la provincia de México) permitió que gradualmente
la Nueva España ocupara el lugar de privilegio, especialmente en la extracción de plata. La
minería permitió el desarrollo de otras actividades asociadas, especialmente los obrajes y la
agricultura, que convirtieron a las regiones del Bajío o los valles de México y Puebla en
prósperas regiones agrícolas y de actividad industrial incipiente.
El comercio de la colonia era realizado a través de dos puertos. Éstos fueron Veracruz en el
golfo, y Acapulco en el Pacífico. A éste llegaba la Nao de China, una nave que transportaba
productos de las islas Filipinas a Nueva España y de ahí a la metrópoli. El comercio
coadyuvó al florecimiento de estos puertos, de la Ciudad de México y de las regiones
intermedias entre ambos. Hay que señalar que hasta finales del siglo XVIII, con la
introducción de las reformas borbónicas, el comercio entre las colonias españolas no estaba
permitido.
La sociedad novohispana estaba fuertemente segmentada. Por un lado, existía toda una
codificación acerca de las relaciones entre los grupos étnicos. Aunque nunca fue tan severa
que no permitiera el intercambio cultural o el mestizaje biológico, sí había una definición
de la posición que una persona ocupaba en la escala social de acuerdo con una supuesta
mezcla de sangres. Mientras más sangre española, mejor posición, por ello los españoles
peninsulares (o gachupines) ocupaban las posiciones de privilegio.
Durante el período colonial se gestaron muchas de las tradiciones populares e instituciones
tradicionales que dan carácter al pueblo mexicano de la actualidad.

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