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Politica, corrupeién
y el caso de Arnulfo Arroyo
Seale
Vues profesor dice que usted es un buen gobernante,
(que ha hecho mucho por al pueblo de Mésica.”
Efe Willer (estudiante de primaria de Estados Unidos)
en una carta Porfirio Diaz, 1008,
}.caso de Amnulfo Arroyo es sin duda uno de los episodios més
limpactantes de la Ciudad de México. F116 de septiembre de
1897, un marginado social de clase media, Arnulfo Arroyo,
satac6 al presidente Porfirio Diaz durante un desfile militar en el
‘centro de la Ciudad de Mexico. Amroya no vivié mucho para contar
su acto, La noche del ataque la polos, disfrazeda de miembros
de la clase baja de la ciudad, ented en Ia celda del euattel donde
Assoyo estab deteni y lo apufilanon. El esedndale que sis
causé el aresto de los asesines y supuestosuicidio del inspector
en jefe de le poliess, Eduardo Veldeques, sobre su papel en el
‘sunto. También hizo que la verdad fuera revelada: el bajo mundo
¥'lapoliefa se habian hecho indistinguibles, Cuando los periéaicas
revelaron que el asesinato de Arroyo habia sido ordenado por Ve~
Maquez, se hizo un escéndalo poltice tal que sacuclis hasta e]
orazén del regimen. Sin embargo, ain quedan preguntas sn res-
Ponder sobre un evento que todavia provoce curiosidad en Mex
eo. EI ataque representé un verdadero intento de asesinato,
‘wizds diseniado por ministos que planesban un golpe de Estado?,
G0 fue el acto desesperado de un borracho trastoinado y solo?
Que fue exactamente lo que le pasé a Eduardo Velszquen?, joe
sicid6 o fue asesinado?<2 lad sar del pti
Para barajar algunas respuestas es necesario comprender an~
tes la naturaleza de Is policia de la Ciudad de Mérico a fines del
siglo xiX, Como hemos visto las fuerzas policiales de la capital
podian ser eficentes e implacables cuando trataban con amenazas
potentes en contra del orden pablico. A través de operatives, tor-
tura e informantes, la poliefa se condujo con efciencia con las
personas que estaban detrds de los robos a Brilat y La Profess
Sin embargo, éste ee elo un lado de Ja moneda. Los extios eo
temporinens y Ia poblacisn en general considerabsn a la policia
porfrista y a los politicos que la controlaban como corruptos. ¥
‘como veremos a cantinuaeidn, esta corrupcisn se debid cobre todo
‘ala manera en que se desaroll6 el caso de Amulfo Arroyo,
Come México ne hay dos
Las orfticas al végimen generalmente evitaban ataques direetos
bravia Dias; se centraban en instituciones como el gobierno local
y las fuerzas policiales" La poliefa de la Ciudad de México era
‘un Blanco tentador. A pesar de algunas operaciones exitosas como
la de La Profesa el cuerpo policial tena una imagen generalizada
de incompeteneia y brutalidad, pereepeiones reforzadas por la
conducta de algunos cuantos, Esto debié ser muy frastrante para
‘quienes apoyaban al régimen y deseaban sobre todo mejorar la
imagen de la ciudad y modernizar 8 la policfa, no slo con armas,
sino con un sistema de creencias que encajara con las metas ab-
solutas de orden y progreso
Estos esfuerzos venfan de muchos afiosatrs, En a tradicion
hispénia la poicsa era defnida como “un orden bueno que obser
vay protege las ciudades y la republica, obedeciendo las leyes y
ordenanaas establecidas pars su bienestar”. En la época colonial,
la autoridad del virey era la fuente del poder policial; después
de la Independencia el papel de la policfs cobré mayor importan-
cia, partioularmente en la capital. Los celadores o vigilantes ps
Poti, corrupeén ye caso de Arms uroye cs
bcos pala Ie cals dea ciudad aol soperviinde
co dela stat lett dat)
brsiente aun mayor ont sobre la polite Cala
de México. .
te desta ass el eero pli de asad en
un extensin de paisa ofc oft pclamente dea
auese ocipae de conte aban. Apo eotgenene ea
tons impoate, la plc prista anumfa cde vet son
papel paecidal delar fuera de segura elon, vile
de los disturbios en los sectores pob
" sectores pobres. Esta politica tenfa sus
rafces en la Taery
isn francesa, cuando los oficiales impeiales
cerearon ocho precin
‘on un comisfonsdo para cada uno. El
proyecto de la administracion de Judes de crear la unided rural
de policia, Los Rurales, corvé paralelo alos esfuerzos por urganizar
las fueraas le seguridad de la Ciudad de México. En 187, Porfio
Diaz reorganizs las fuerzas policiales de la capital y designs asus9 tad sur de pte
seguoresplitios para supervisar los puesos vitae, incluyen-
Scalgecrl as Clots cone nspecr pow sal
flea claramente la importancia que se le daba a ese papel en la
cconservaciGn de la segutidad nacional.
La reorganizavion de Diaz pareoi funciona, pero los ciuda-
dines comaes non gun el psa io
organicacioninepa, gnarantey despética de antes. Algunoshabi-
tne eure inns cota fueron do mesa
das, Una subsiguientereorganizacion en 1878 tampocofuncion
Finalmente Dia, por orden de un decreto presidential fehada el
23 de junio de 1879, yolvi6 a agrupar ala gendarmerta municipal,
compuesta de ocho companias de cien hombres, La administra-
cin promulgs nuevos egos para prevenr el abuso por parte de
Ia polity liming alos oficiales holgazanes. Un nuevo unifor
me aul, con rete y pstola, a estilo inglés, reemplazé el viejo
machete yel trae gis. Ademés, todos los oficiales debian estar
libres de *vicios” Se establesi at el nexo entre moral y profe-
sonalismo, El desempem de le poliefa mejoré completamente,
pero las erica resurgieton de inmediato; la ecusacién principal
eral comporamieno abusiva Sin embargo, Diaz habia cumplido
su misin, Mejor sila polisa era muy dura con le gente comin,
ensaba el dctsdox™™
evr fel mbar ls vieja costumbres. Ela capital a
gente acusab al pole ade er incapaz de entender so mis
Un erttico del periddico los llame “el refagio de los aburtidos
Otro perdic publios ul arveul tulad: ;Gendarmes o porte
102?" refiréndose a lo copin que er vera los oficiales de poliofa
deseansandbo en los rellanos de las puerias. De eco muchos es-
emplesdostenfan dos opciones: sr polets o criminaes. Algunos
salicitantes apenas podian deletresr su nombre. Los perodistas
también se quejaban de que con frecuencia ls oficiales eran in-
eficentes para prevenir el ximen. Un observador protestaba pot
aque el robo en los tenes era tan comin que “necesitabascien ojos
para cuidartus perenencias La peroepeisn de que el eimen iba
Pole, coupe yet Aral rye Gos
8 aumento estaba muy ligada a la opinién pblica que afirmaba
‘que a policta era incapaz de contralar la ciudad, Inclusive cluda-
des vecipas como Puebla sintieron las nuevas presiones de la mo.
ddemidad, Por ejemplo, los editores del diario poblano E! Resumen
se quejaban de los erecientes etrevimientos de los ladrones com
‘es, quienes disfrutaban enormemente rebar objetos de mucho
valor a chudadanos respetables « incluso alae ofciles de lacie
‘dad. El peri6dico afrmaba que en el pasado los ledrones se ha
Dan limitado a robarle a los pobres sus ebjetos generalmente
“nates”, pero los tiempos han cambiade. Commo podfa esperarse,
Jos articulistas eulpaban a le polieta por mostrarse indifecene
ante el aumento del erimen, pero las autoridades electas que con
ttataban los oficiales holgazanes también tenfan algo de culpa
Seria mejor, ontinuaba el relat, Nenar las filas dela policsa con
individuos honorables.#*
‘Individuos honorables? Los mexicanos erefan que esto era
una tarea imposible, Les periddicos porfirianos despotcicaron su
bre la supuesia falta de moral advertida en los oficiales de poli-
ta, quienes eran arrestados continwamente por comportamiento
sbusivo, Para mantener una aparieneia de profesionalismo, los
oficiales a cargo les recordaban periédicamente a sus hombres
‘tue respetaran todos los derechos, que no maltratatan a los bo:
rachos, que respetaran la moral pilblica y, por supueste, que
evitaren dormirse en los rllanos de las puertas. El concejo de le
ciudad de Puebla publics un cuadernillo de regulacionesy con
‘ming los supervisores a leerles estos lineamientos a us hom.
bres, Entre otrss cosas, la poicta tenia instrucciones de buscar
criminales con diligencia, investiga y resolver erfmenes yvigi-
larse entre ellos al evar a cabo sus deberes, Los dierios locales
se entrometfan al declarar que si un eiudadano pensebe que la
Policfa habia violado la ley, él o ella podia escribir alos edito-
tes del periddico pars quejarse, El problema era que muy pocas
Personas podian escribir o arviesgartan la vida denunciando «los
oficiales abusivos,°%12 0
Las quejas pareotan interminables, Los editoriaistasllama-
ron “gendarmes picudas" a Jos oficiales que recibfan protecsién
e ls comerciantes, Los comerciantes rezongaban pero en general
estaban de acuerdo en que era mejor pagar los oficiales para te-
rer protecein es devi, estar bien con ellos) Los policies a veces
podian ser brutales cuando se trataba de hacer valet la ley, como
vimos en el capitulo anterior; pero lo malo era que normalmente
no importaba que el detenide fuera inocente, En un incidente que
tuvo luger en una fancién de eirco en Ia Ciudad de México, un
ladrén le robé su reloj aun eaballero. Ellads6n ekcapé, pero otra
individuo acusé de haber eometide el erimen a un inocente. Dos
oficiales rapidamente le dievon a éste una paliza. El Fandango,
tun perisidico de la Ciudad de México, lam6 a este incidente “Jus-
ticia del Club”, Otre editorial declaté que le poliosa de la Ciudad
de México na distingufa entre vitima y vietimario; todos eran lo
1ismo. A los ojos de la policfa, afrmaba la editorial, slo habia
dos clsses de personas: aquellos que merecfan respeto por su po-
sein social y todos los demés. Abundaban les quejas por tortura
ye sabfa que algunos sospechosos morfan en custodia, Aunque
Imachosefiiaesexcaparon dela census alginoe poe hicieron
su recortdo a Belén donde segin lo comentatioepercdation,
tnconteban scene oma juno eon ote ofialespresor
J. polo general, hatan lo que queran. Esto inclu entre oan
tout, Bber agar easy Hacer aoe con pons ™
‘Asimismo, los oficiales rebeldes se aprovechaben de le
pobies, Pr ejemplo 0129 de cetubre de 1895, Maria Dolores
Robles, un vnds de 32 ae, presents una denuela contra un
fei de ola, Francisco Castres, acusénla Ge haber rp-
tadoyvislado au hija, Mati del Carmen Foes, de 13 aoe de
tad, El cso tots que aba tension pevas ene Roles y
Castes, terlones que apunaban baci na lain ete
sm ale dl mero tata cvieplicial. Al parece, Castaeda haba
intend arterontente, al menos en una casa ptr a
fa, pos dre haa interven, Emote niente Francisco
ait, crap ease de Aro Arye Soe
Gonzélez, el companero de Robles, confronts a Castateda y le
pregunts saber si sus intenciones hacia Marfa del Carmen eran
hhonorables. Después de que Castaneda respondis que sf, Gonzdlez
se neg6 a ereerle y le dijo que no era el tipo de hombre que seria
‘un buen marido. Tal vez Gonedlez querta decir que Castafieda, unt
oficial de polita, no era digne de confianza, Esto esté sugerido
en una carta que Castaneda le escribi a la joven y en la que le
peda que se fuera con él ssegurandole que otro oficial y su novia
los esconderfan, Castafieda también le dijo a Maria del Carmen
(que le dijera a las autoridades que ells lo amaba (para intentar
evadir la acusacion de violacin) y que todo el asunto habfa sido
idea suya.**
Elcaso nunca se resolvis. Castaneda le escribi6 una serie de
cavtas a Maria del Carmen, as cuales nunca fueron contestadas,
‘Ademas Robles no le dio seguimiento a su acusaciGn y retins los
cargos. Aun asf podemos ver en este ejemplo obmo les poictas
6 apoyaban los unos a los otros para protegerse’de posibles re-
Percusiones legales. Claramente Castafieda pudo utilizar su co-
rnocimiento de le ley y su red de amigos para evadir un posible
arresto,y es muy posible que ast lo haya hecho, En efecto le die
jp bravuconamente a Gonzélez que si él y Robles escondien de
alguna manera « Marfacdel Carmen, él la encontranfa y nada po-
dria detenerlo.2”
Aunque el aso de Castaneda no presenta evidencia contun-
dente de la existencia de un cédigo seereto entre polictas, sf nos
indica que los policfas no ignorsban por completo Ia ley, a pesar
de lo que muchos editorilistasalegaban. Le fuerza pablica dela
Ciudad de México podia unirse i la situacién lo ameritaba, Ade-
mds, os policfas dela calle erap una extensién de la maquinaria
politics que Hegabs hasta la espe. Hemos visto eéme Diaz tins
lun interés personal en al menos un caso y cémo los fisceles del
gebiero uilizaban la amenaza del erimen para aetuar en contra
de los pobres, La jerarquia admjnisteativa que encabezaba la po-
Tiofa de la Ciudad de México responca ante la presién; se daba“ee tress dl porta
‘cuenta de que habia mucho en juego e ixfa muy lejos con tal de
asegurar el contra oficial en las calles o al menos aparentar ga-
rantizarlo,
Estos esfueraos podtian ser brutales. En mayo de 1894, los
funcionarios de la Ciudad de Mexico, vespondiendo a una ola de
ladrones que supuestamente habfa legado a la capital, elev6 la
pena de robo menor a dos afos de prisidn, Los policfas atraparon
‘a cientos de aupuestos ladronzuelosy los encerraron en Belén. Es-
tos prisioneros y otros que haban sido arrestados previamente por
crfmenes menores, fueron muy pronto subcontratados contra su
voluntad para el Valle Nacional en Oaxaca, una especie de gulag
porfiziano donde trabajarfan en haciendas bajo un clima topical
Los polieias eran remunerados econémicamente dependiendo del
ngimero de pobres que atraparan en las calles.®”
Era asf como el régimen porfiistaeultivaba una imagen po-
derosa de sf mismo, consciente de la importancia de satisfacer a
Jos inversionistasextranjezes apegados ala ley y el orden. Aunque
los funcionarios del gobierno no divulasban historias que subra-
yrran las proezas dela poliefa, no les molestaban las publicacio-
nes de visjeroa que quedaban impresionados por los esfuerzos del
gobiemo por erradicar el crimen. Sin embargo, algunas imégenes
tradicionales de México coma una tier lena de bandidos se di-
siparon cuando"un gringo”, un viajro briténico anénimo que es
tuvo en México a principios de la décad de 1880, describié ua
incidente del ual fue testigoy en el que un miembro de la policia
de le Ciudad de México le disparaba a un hombre en la piers,
supuestamente porque és le habia robado su gorra de policts.
viajero apunt6 eémo entonces el ficial eamind y le dijo al ladzon
herido: “Me las vas a pagar por mi sombrero” Estas historiss,
desde luego, reforzaban la mala reputacin de las fuerzas poicia-
Jes del pais, pera haefan pensar que Diaz habs rescatado a Is
repsblica de laeriminalidad en 1876. Los viajeros, tal vezimpre:
sionados por la eficiencia poxfirista, comentaron que los policias
de la Ciudad de México eran areogantes y proclives a arestar a
Pole, oe y eas de Amal Aeye Be
cualquiera, inclusive a extranjeros."* Ellenguaje era usualmente
muy eloeuente, Un viajero declare: “En los viejos tiempos habfa
mas bandidos que moscas"?" y por supuesto estas amenazas de-
litivas eran imposibles bajo el duro gobierno de don Poriio**
Arnulf Arroyo
Para Porfirio Daz la presencia dela poleta en las calles y eclo-
nins mds importantes de la Ciudad de Mesicofotalecte su plti-
ca ofcial de extender simbolos del poder del gobierno entre la
poblacisn. Diaz ulzabafestivales patiticos, monuments y des
pliegues de fuerza para construir una topografa cultural de poder
que ayudarae garantie el tener una imagen postiva pata Su 1€-
gimen tanto en casa como fuera del pts. lo largo de ete etaio
hemos visto eémo los escritres del gobiemo, los scales, los pe-
ridiicos y hasta los ciudadanos comunes ermpleaban dseursospo-
derosos para determina laexstencia de un bajo mundo eimina.
Alerear este diseuso los porfianes ayudaron a formar una iden-
tidad nacional que pontaelénfasis en la ley y el orden asi como
‘nla propiedad moral. Adems, el desareollo de ls fuereas poli
ciales complements este proceso; péro, qué ocurita cuando tal
proceso se encontrara amenazsdo por las acciones mismas del
gobierno que lo habla creado?
Para encontrar la respuesta esta pregunta debemos volver
16 de septiembre de 1897, Ese dia la Ciudad de México estaba de
festa, como siempre, con banderas que celebraban I independen-
cia de Mexico. Los vsitantes provenientes de tod el pas del
resto del mundo podin contar con que presenciarian wn expecté-
cal piblieo que reforars el mensaje oficial de orden y progreso
nacional Mas ain, este di vido partahs un mensaje todavia més
Jimportante: durant la década de 1890 fue fsionado con el eum
pleangs de Porfirio Dias (el 15 de septiembre). Como resultado,
Dige se convietié no s6loen el sable viviente dela nec menif
|
‘cana sino también de los aleances tecnoldgicos de la ciudad (como
los tranvias y el alumbrado publico); senales concretas de una
mejor y nueva época. Mientras el pico vitoreaba a sus toreros
favoritos en la Plaza de Toros y otros ciudadanos cosmopolitas
disfrataban de las peras en teatros modernos como el Teatro Na-
ional, Diaz, como era su costumbre el dfa de la independenci,
‘omena6 su paseo deste Palacio Nacional hasta la Alameda para
pasar revista al desfile military entregar medalls als veteranes
de guorza, (espectaculo que garantizaba el vinculo del presidente
com el pasado de México) Este dis In Alameda, una latga exten
sin de verde pasto, camas de loves y sombras de rb
Vint en el escenario de un memorable incidente
Si Porfivio Diaz representaba todo lo que era correcta en
México del siglo xix, Amulfo Arroyo representabs
espaseido y datiino que frecuentaba Ia capital. De 30 anos
oriundo dela Ciudad de Mexico, Arroyo era el hijo ec vn
sastre local, Tras haber abandonado tna earrera militar ebido a
su mala disciplina, estudia derecho un tiempo y se
putacién de escalador socal. También se hizo ala fama
capleitos en varias de las cantines que frecuentaba, En una rina
que tuvo con Jests Ortiz, un eamicero, le dispars a ste en el bra
20 izquierde. A Ortiz tuvieron que amputarle el brazo, lo que sin
dduda|miné su habilidad para rebanar cortes seleotos, Un jurado
liberd a Arroyo de las ecusaciones, gracias en parte a su prepa
cin legal. En otro incidente piblico, que tuvo lugar en julio
1890, Arroyo importund a un abogado, Moisés Rojas, ment
ste salia del Tes
clarsndo que temfa por su vida, pera Arroyo seri del incidente y
afirms que nunes le haria dan a Rojas,
mente Arroyo casi anata # una mujer, aden
sfc a firma
el elemento
Nacional. Rojas presenté una denuncia de
que cn frecuen=
cia peleabe con prostitu
lo cual lews al setor Asroy
su padee
quiebra, Antes de su encuentro
‘como notaro embonrachéndase por las calles aledaias, No daba le
ser un hombie palities 0 econdae
para atecar a Dias
Sin embargo, Arroyo represents el peligro en que
bros de la clase media. A diferencia de los hom
que babton matedo a don Tamés Heméndes Aguire 0 @aguélls que
recuentaban las pulquerfas de La Bolsa, Armoyo era un hombre19 Aad wear del porkite
ceducado. Tenta mds cosas en comin con Luis Yoaguiree y Francis:
0 Abrege que con Francisco Guereero. Irénicamente, en los dias
¥ meses que transcutrieron d
incidente que le costarfa
la vida, Arroyo se convertrfa en una syerte de hérve poplar entre
los pobres de la eiudad, siendo i
«que serfan, sin duda, eantados en
tado. En un sentido, Arcoyo era un simbolo viviente del mismo
i Ja fscalfa habia utilizedo con efcacia para enviar @
Francisco Guerrero a prisidn y eondenar ala poblacién entera
Amoyo atacéa Diaz en estado de ebriedad: el sucesotranscw-
rid répidamente. Dia, acompafado de s tas y escoltado
lela Acedemia Nacional Militar de Chapultepec,
> inmoralizado en corridos
cantnas que él habia freeuen
use
por los cadet
se acercé a la Alameda la mafiana det 16 de septiembre. Mientras
¢l séquitoingrescba en el parque desde el sur, Aroyo brines sobre
una multitud de espectadores; se abi paso répidamente a través
de la comitiva y le pegé a Disa
dole el sombrero, Diaz no se cays y estaba ileso,
reaccioné répidamente, El eomandante Ortiz Monasterio y el ge
neral Agustin Pradillo,forcejearon con el atacante euandl éste
Intentaba pogarle nuevamente a Diaz. Antes de que Artoyo pudie
la nuca con la mano, dersiban:
+a actua, Pradillo lo deribs de un golpe. Entonees oto
bros de la escolta sujetaron al stacante, algunos con las armas
sparadas. Arroyo, quien habia estado bebiendo desde el dia
anterior, gritabs
lanzaba encima, Los guardias militares se levator a Arroyo de
inmediato al cvartel militar Diaz parecta imperturbable por €]
Yo soy un hombee!, mientras la escolta se le
te y le dio alos guardias que no Ie hieieran ningin dano
& Arroyo para que pudiera hacerse cumplir le “Justicia”.
Diaz continu su camino para la ceremonia de las medallas
¥ Tos soldados conduj
‘manos atadas por las corteas de los garrotes militares. Al pasar
‘ante Tos ojos del pablico, 1a multitud agitaba los p
la chusma lo segufa muy de cerca, Estas demostracipnes de enojo
resultaroninofensivas ya que Arzayologé a salvo al cuartel mili
-danias, con las,
Arroyo por calles
0s hacia ély
SEES eer eee eee(9 Eade ter del pti
donde un juez lo interrogd brevemente, Entonces legs el inspec-
tor general Eduardo Veldehuee y orden que transfsievan @ Arroyo
‘los cuarteles de la polifa en el Palacio Municipal, ubicado en
el lado sur del Zécalo.2*
Cortieron rumores pa toda la ciudad de que Dige habfa sido
sputtalado o que le habtasdisparado seis veces, Hubo un informe
ue afirmaba que una boraba habfa matado al presidente, junto
on otras 300 personas. En una declaracisn presentada poco des-
ués de su arresto, Arroyo dijo que habla actuade como protesta
ala actual forma de gobierno, ya que preferta otro modelo como
Ja monarquia. Cuando vio a Diaz, experiments un deseo sibito de
sgreditlo y actué de acuerdo con ese sentimmiento, En cuanto al
presidente, este acto sélo aument6 su populeridad. Diaz recibis
‘muchas adulaciones por parte de los oficiales de gobierno de los
altos rangos, mientras legaben telegrames a montones provenien-
ruplin eso de Arlo rye Goo
tes de todo el pais. El presidente de Estados Unidos, William
McKinley, quien irduicamente habria de ser asesinado casi exac-
tamene cuatro afos después, fue uno de los priméros gabermantes
en flibitar a Diaz. Ademds, la Iglesia Catdlia Romana orden a
todas las diécesis que llevaran a cabo ceremonias para dar gracias
de que el supuesto asesino no haba matado al presidente. Mien
‘tas Diaz se regodeaba en alabanaas, Arroyo se encontraba genta.
do en I ofcina de Velazquer, sujetado con una camisa de fuerza,
Sin que Arroyo lo suipiera, en la mente de Velésquer se estaba
Jraguando un plan que tendefafatales consecuencias.*
Secretos y mentiras
Eduardo Veldaquestenfa une figura romdntica y era conocido por
freeuentar ls efrculos sociales de Ia capital. Manel Romero Ru.
bio, el suegro de Diaz, habta designado primero a Velézquez como
inspector del Distrito Federal. Cusndo Velézquee descubsié ree
tas irregularidades administrativas se gan6 el favor presidencial
Y fue designado jefe de la polieia en mayo de 1897, susttuyendo
al general Luis Cerballeda, quien tome el cargo de comandante
dle la quinta zona militar. La prensa inform6 con gusto de la tran
sicidn, declarando que esperaban que Veléequer “empleara todas
sus fuerzas en hacer contribuciones notables ala fuerza polical
Ya reformara”, Tel ver 1a idea de obtener poder de sito afects
4 Velézques, porque después de su ascenso corrieron los ramores
de un uso freeuente de tortura en los euarteles de la poeta. Por
ejemplo, lps periédicos acuseron al inspector de haber matado
al saceriote Manuel Tortolero, por haber interferido en la vida
persona) de Velézquer. Al parecer, Trtolero le aconsej6 a une
‘muchacha con quien Velézquez se habsa involucrado de dejar de
verlo, A Velézquez le molest intromisin y supuestamente atta:
pal sacerdote a su cass, lo forz6 » beber grandes cantidedes de
Alcohol, y después lo dej6 ir ala ealle para que muriera de conge-|
6 lad osu del priate
lacién, Ahora que Arroyo estaba en sus garrs, un asesine fllido,
‘Veléaques ponders la situacion y decidio actuar.®”
La noche del 16 de septiembre la policfa sometié a Aroyoa
varias horas de interrogatoro intermitente, Luego, después de la
rmedianoche, una tarba enardecida entes en las oficinas munici-
pales y rdpidamente dio con el atacante, La mulitud sometié a dos,
‘muardiss desarmados y gritando vivas a Diaz y 8 México mats a
‘Arroyo a pusaladas en un frenestincontrolable, huyendo despues
Un guardi, Mauro Sanches, dispar6 varias veces al aire mientras
Ja muchedumbre huta a toda prisa. La conmocién atzajo alos mi
rones, quienes entraon al palaco sin obstaculos, Una ver adent,
Ja polita arest6 a algunos de fos curiosos y los acuss de la muer-
rede Arroyo.
La escena final parecta un osario. Arroyo, despalarrado en
medio de la ofcina, habia sido brutalmente tasajeado, Al menos
‘nueve heridas mortales de cuchillo se atomaban entre la ensan-
srentada camisa de fuerza, La profundidad de los pinchazos sor
‘prendig hasta al coronel que examiné el cuerpo. Lot dos guardias
‘que se encontraban en el cuarta durante el staque también fueron
heridos. Antonio Milanés tenfa heridas de cuchille sobre el ojo
inguierdo y en la mano del misma lado, mienteas que Mauro Sén-
chea, curiosament, s6lo tenfa algunos moretones, La policfa ares
1a 21 transesintes por el crimen, incluyendo al reportero de un
periédico, un conductor de trenes, un joven, un vendedor de pollos
rostizados y un enjo
Los ciudadanos amestados una hora después de la muerte de
Arroyo tenfan una caracterftics en pomtin: eran victimas de la
tcostumbrada forma en que la poiefa arrasaba con todos. Algunos,
como Manuel Maya y Silvestre Macfas, fueron detenidos mientras,
pasaban por aht o estaban sentados cerca del lugar cuando el
‘que court, Otros, como Abel Torres, fueran a investigar de qué
se teetabs el esodndalo por curiosidad. El desafortunado Torres
tcababa de salir del trabsjo y pasaba por el cuartel de poliefa
‘cuando escuché los disparos. Un amigo, quien casualmente era
San
Fate, rape yeas dele roe cos
tn reporter, convencié« Torres de que fuera echar un vista.
Mientras se acereaban lei, un oficial annino os lesbain
dentro, ores tenia un ml presentimiento, pros amigo con-
Yeni del ontario. En cuanto el par de erin ent al primer
Curio, los agentes os detuvieron lo aevsaron del assinato. Sin
embargo, uno de os ofcilesreconoci al eporteroy lode i,
pero Tomes se quedsdetenido, Algunos de los areestados tentan
Eonocides ene los rangs altos de la policta, Por ejemplo, don
Manuol Rivera Mutio regresabs de na funcin de teateo cuando
pas6 frente alos potsles del palaic Miguel Cabrera, de mal a-
tmay conspirador del crimen, vid a Rivera y le dij: “Pase Mi
tuclito, ase” Rivera ene Tue detenido inmediatamente Se
auejé con Cabrera, pero est lo ignor y después lo acusé de ser
tn "don nadie”. Rivera se ens tanto que insults «Cabrera. De
camino a su cea pasé cerca de Veldaques, quien le dijo que no
fe preocupara porque sexta puesto en libertad en unas cuantas
horas, pero no fue asi
Los deteidos pasaron res dias enn eec: el msimo tem
‘permit par prisionroe que no aban sido assados ofa
Inente dealin ermen, Despus de 72 horas la fiscaliatenta que
presenta los cargos o dejaros en liberal, cons que hicieron ar
fumeniando fate de evidencis. Como era de experase, el nc
dente provoos un cierto foror. Cmenzaron a circular mores
durante los siguientes cinco dias, a pesa de que los informes of
clas indiosban que la tarba de inchadores estaba formads por
Gente dele clases comnes, Cm pudo un grupo de personas,
Compuesto ens ttalidad de cidadanescomunes, entrar en los
cuartles dela polictayasesinar aun prisionro?, e pregunta
tn periédico. Por qué la police tranfris a Arroyo del cure
nilitaral Palacio Municipal? ;Por qué extabendesarnados ls dos
tuadias de Aroy?, preguntas otro periodita. Cuando Edusrdo
Voldaquezrenuncs a su earg el 18 de septiembre y fue levado
a Belén junto con Miguel Cabrera, ef de la si lamada polite
feorea, el ofcial Mauro Séncher,surgeron més pregunta. La68 ad mare del port
relacién con el asesinato de Amoyo parects abvia, pero la conexién
exacta no se sabfa ain. Funcionarios del gobiemo, incluyendo a
Franciseo Z. Mens, secretario de comunicaciones, y José Yves
Limantour, ministo de finanzas, le pidievon a Diaz que ordenara
una investigecin fondo. Bn une reunién privada, a pesar de una
ddefenaa de Veléequex hecha por Manuel Gonzalez Cost, seereta-
rio del interior, y por Felipe Berviozdbal, ministro de guerra, Diaz
‘ordend el arcesto de Veldzquer asi como el del resto de los cons
piradores. La hizo a partir de que Mena le dlijera que en la calle
se rumoraba que el propio Diaz habja ordenado personalmente la
ejecueign de Arroyo: pero don Porfirio no iba a obtener ninguno
‘de e20s informes. Ademds, para entonces el gobierno estaba cons-
ciente de que Veldaquea y varios otros polictas estaban involuera-
dos en el linchamiento. Por el bien del porfirato, el jefe de la
policfa fue despedido y puesto en manos de la justicia. Los tan-
sedintes que habfan sido arrestados fueron puestos en libertad y
todas las miradas estabsn ahora puestas solamente en Veldzquer
yen sus supuestos colaboradores
Abruptemente, Eduardo Velazquez confess haber ordenado
la muerte de Arroyo y dijo que lo habfa hecho por Ia profunda
adiniracién que sentia hacia Diaz. Candido Cuellar, el asistente
personal de Veldaques y también sospechoso, confess que su je
fe le habfa ordenado comprar una docena de euchillos €l 16 de
septiembre, poco después del incidente en la Alameda. Cuellar
habia comprado los cuchillos y se los habfa entregado a Velé2-
‘quet, quien los habia revisado personalmente. Después, el oficial
Heriberto Estrada testifies que mientras regresaban del trabajo la
noche del asesinato, él estuché disparos eeroa del Palacio Mu-
nicipal. Al indagar un poco descubrié a una multitud que bajaba
‘unas escaleras a toda prisa dentro del cuartel de polieta. Estrada
les exigis que se identificaran y varios de ellos le mostraron sus
placas de polietas, Los dejs pasar y fue @ hablar con el inspector
Cabrera, quien se vefa nefvioso, Cuando le pregunté qué habfa
ocurtido, Cabrera dijo que uns bola de pelados habia linchado al
es expel lease de rie ray 2
prisionero, En ese momento Estrada nots que un hombre pateabs
ol existal de una ventana cerea de abt. También se pereats de que
‘en ese momento llegaba Antonio Villavicencio, un oficial de ato
rango, para hablar con Cabrera en secreto. El jefe dela poliota
secreta le entregé a Estrada varios cuchillos ensangrentados y
le dijo que reportara el incidente al ministro de guerra. Cuando
Estrada pregunts quién haba muerto, Cabrera respondli6 que Ar-
nulfo Arroyo.
Ourds oficiales también informaron de haber presenciado
‘comportgnientos sospechosos ese noche, Jeals Séenz declar6 que
estaba a punto de retomar su trabajo cuando Cabrera lo detwvo y
Je pregunta dénde se dirigia. Séene le respondi que ibaa salir
1 dar sus rondss. Cabrera entonces le dijo: “No. Esta noche no
sales. Ven conmigo”. Cabrera le ordené a Séen2 que se sentara
contr la pared. Vio que tanto Cabrera como ottos agentes hecian
lo mismo; sentados en las sillas 0 recostados en los eseritorios,
Después de una hora y media, el oficial Mauro Sanches le pidis
a Sdene que le entregara su pistola ya cambio le dio una deseat-
da. Séenz obedecis sin pregunta. Poco después, excuché varios
ruidos fuestes. Brineé de la silla y Cabrera se volvié hacia €l y a
los otros agentes dandoles distintas érdenes. Mientras Séen2 co-
‘fa por el pasillo vie a varies individues que salian del edificio,
todos vestidos con sarapes. Séena logré aloanzar a uno de ello y
lo sujet, Ie epunts al pecho con uns pistola y le grité:“;Con
aquin estoy hablando?”. En exe momento Cabrera legs corrienda
etras de él y le dijo: “{Nolo mates, es un polifa!” Saenz dej ir
al hombee intenté entrar alas ofcinas principales del custe,
pero otre hombre sin identificarse y vestido de charto le bloques
1 paso. Séenz record después que se trataba de Antonio Villevi=
‘cencio. Entonces Seng vio un cuehillo cubierto de sangre tirado
al pie de una escalera. Lo recogis y se encontss mirando de nuevo
4 Villavicencio. Cuando el oficial pregunté qué estaba pasando,
‘Séena respondlié que no sabta'y regres al piso de ariba donde vio
4 varias persons en apariencia inofensivas siendo escoltadss por222 Hae vee
sendarmes, Concluyé afrmando que cuando Sanches le regress
Ja pistola, todas las balas habjan sido disparadas."™
Antonio Milanés, uno de los guardias de Arroyo a quien Ia
policfa arrest y después puso en libertad, declaré que Sénchee
se habfa puesto su sable momentos después de haber hablado con
Velazquez. Este ultimo habia llegado para hablar con Cabrera y
Séncher; cosa inususl, dijo Milanés, porque los oficiales en turno
rare ver portaban sus cables. Mas ain, Sfnchez le quit el arma a
Milanés. El oficial nots algo sospechoso y se dio cuenta de que
cuando ls turbs ent en el cuarto, no amenazaron inmediatamen-
tea Séncher, quien se habfa hecho a un lado dirigindose hacia
tun balegn. Un asesino sin embargo, ataes a Milanés, pero se de-
tuo cuando une voz le dijo que debfa dejar en paz a los policas.
Después del ataque, Milanés corié herido esealeras abajo y en
contré a Veléaquen, Cabrera, Villavicencio y otros oficiales, quie~
res pareejan estar tramando algo.2"
El gobierno identifies a seis oficiales més, todos del cuarto
distrto, quienes habfan estado involucrados directamente en el
linchamiento; y orden su aresto. Estos eran Manvel Bellido,le-
nacio Pardavé, Francisco Huinzardt, Arcadio Sepilveds, Sabino
Vaiaquee y Vicente Noriega. Pero tal vex el aresto mds sensacio-
nalista, después del de Velazquee, fue el de Miguel Cabrera, ce-
gundo en comando de la policfa soreta. Los oficiales detuvieron
‘Cabrera cuando éstellegé al cuartel de polieta pocos dias des-
pués del Linchamiento. Cabrera era muy conocido en la policia y
Jos efteuos del gobierno, ras haber trahajado en varios casos
importantes durante le década ce 1890, entre els ¢l asesinato de
Piedad Ontiveros y el robo a La Protesa, No fue el iltimo oficial