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6 Politica, corrupeién y el caso de Arnulfo Arroyo Seale Vues profesor dice que usted es un buen gobernante, (que ha hecho mucho por al pueblo de Mésica.” Efe Willer (estudiante de primaria de Estados Unidos) en una carta Porfirio Diaz, 1008, }.caso de Amnulfo Arroyo es sin duda uno de los episodios més limpactantes de la Ciudad de México. F116 de septiembre de 1897, un marginado social de clase media, Arnulfo Arroyo, satac6 al presidente Porfirio Diaz durante un desfile militar en el ‘centro de la Ciudad de Mexico. Amroya no vivié mucho para contar su acto, La noche del ataque la polos, disfrazeda de miembros de la clase baja de la ciudad, ented en Ia celda del euattel donde Assoyo estab deteni y lo apufilanon. El esedndale que sis causé el aresto de los asesines y supuestosuicidio del inspector en jefe de le poliess, Eduardo Veldeques, sobre su papel en el ‘sunto. También hizo que la verdad fuera revelada: el bajo mundo ¥'lapoliefa se habian hecho indistinguibles, Cuando los periéaicas revelaron que el asesinato de Arroyo habia sido ordenado por Ve~ Maquez, se hizo un escéndalo poltice tal que sacuclis hasta e] orazén del regimen. Sin embargo, ain quedan preguntas sn res- Ponder sobre un evento que todavia provoce curiosidad en Mex eo. EI ataque representé un verdadero intento de asesinato, ‘wizds diseniado por ministos que planesban un golpe de Estado?, G0 fue el acto desesperado de un borracho trastoinado y solo? Que fue exactamente lo que le pasé a Eduardo Velszquen?, joe sicid6 o fue asesinado? <2 lad sar del pti Para barajar algunas respuestas es necesario comprender an~ tes la naturaleza de Is policia de la Ciudad de Mérico a fines del siglo xiX, Como hemos visto las fuerzas policiales de la capital podian ser eficentes e implacables cuando trataban con amenazas potentes en contra del orden pablico. A través de operatives, tor- tura e informantes, la poliefa se condujo con efciencia con las personas que estaban detrds de los robos a Brilat y La Profess Sin embargo, éste ee elo un lado de Ja moneda. Los extios eo temporinens y Ia poblacisn en general considerabsn a la policia porfrista y a los politicos que la controlaban como corruptos. ¥ ‘como veremos a cantinuaeidn, esta corrupcisn se debid cobre todo ‘ala manera en que se desaroll6 el caso de Amulfo Arroyo, Come México ne hay dos Las orfticas al végimen generalmente evitaban ataques direetos bravia Dias; se centraban en instituciones como el gobierno local y las fuerzas policiales" La poliefa de la Ciudad de México era ‘un Blanco tentador. A pesar de algunas operaciones exitosas como la de La Profesa el cuerpo policial tena una imagen generalizada de incompeteneia y brutalidad, pereepeiones reforzadas por la conducta de algunos cuantos, Esto debié ser muy frastrante para ‘quienes apoyaban al régimen y deseaban sobre todo mejorar la imagen de la ciudad y modernizar 8 la policfa, no slo con armas, sino con un sistema de creencias que encajara con las metas ab- solutas de orden y progreso Estos esfuerzos venfan de muchos afiosatrs, En a tradicion hispénia la poicsa era defnida como “un orden bueno que obser vay protege las ciudades y la republica, obedeciendo las leyes y ordenanaas establecidas pars su bienestar”. En la época colonial, la autoridad del virey era la fuente del poder policial; después de la Independencia el papel de la policfs cobré mayor importan- cia, partioularmente en la capital. Los celadores o vigilantes ps Poti, corrupeén ye caso de Arms uroye cs bcos pala Ie cals dea ciudad aol soperviinde co dela stat lett dat) brsiente aun mayor ont sobre la polite Cala de México. . te desta ass el eero pli de asad en un extensin de paisa ofc oft pclamente dea auese ocipae de conte aban. Apo eotgenene ea tons impoate, la plc prista anumfa cde vet son papel paecidal delar fuera de segura elon, vile de los disturbios en los sectores pob " sectores pobres. Esta politica tenfa sus rafces en la Taery isn francesa, cuando los oficiales impeiales cerearon ocho precin ‘on un comisfonsdo para cada uno. El proyecto de la administracion de Judes de crear la unided rural de policia, Los Rurales, corvé paralelo alos esfuerzos por urganizar las fueraas le seguridad de la Ciudad de México. En 187, Porfio Diaz reorganizs las fuerzas policiales de la capital y designs asus 9 tad sur de pte seguoresplitios para supervisar los puesos vitae, incluyen- Scalgecrl as Clots cone nspecr pow sal flea claramente la importancia que se le daba a ese papel en la cconservaciGn de la segutidad nacional. La reorganizavion de Diaz pareoi funciona, pero los ciuda- dines comaes non gun el psa io organicacioninepa, gnarantey despética de antes. Algunoshabi- tne eure inns cota fueron do mesa das, Una subsiguientereorganizacion en 1878 tampocofuncion Finalmente Dia, por orden de un decreto presidential fehada el 23 de junio de 1879, yolvi6 a agrupar ala gendarmerta municipal, compuesta de ocho companias de cien hombres, La administra- cin promulgs nuevos egos para prevenr el abuso por parte de Ia polity liming alos oficiales holgazanes. Un nuevo unifor me aul, con rete y pstola, a estilo inglés, reemplazé el viejo machete yel trae gis. Ademés, todos los oficiales debian estar libres de *vicios” Se establesi at el nexo entre moral y profe- sonalismo, El desempem de le poliefa mejoré completamente, pero las erica resurgieton de inmediato; la ecusacién principal eral comporamieno abusiva Sin embargo, Diaz habia cumplido su misin, Mejor sila polisa era muy dura con le gente comin, ensaba el dctsdox™™ evr fel mbar ls vieja costumbres. Ela capital a gente acusab al pole ade er incapaz de entender so mis Un erttico del periddico los llame “el refagio de los aburtidos Otro perdic publios ul arveul tulad: ;Gendarmes o porte 102?" refiréndose a lo copin que er vera los oficiales de poliofa deseansandbo en los rellanos de las puerias. De eco muchos es- emplesdostenfan dos opciones: sr polets o criminaes. Algunos salicitantes apenas podian deletresr su nombre. Los perodistas también se quejaban de que con frecuencia ls oficiales eran in- eficentes para prevenir el ximen. Un observador protestaba pot aque el robo en los tenes era tan comin que “necesitabascien ojos para cuidartus perenencias La peroepeisn de que el eimen iba Pole, coupe yet Aral rye Gos 8 aumento estaba muy ligada a la opinién pblica que afirmaba ‘que a policta era incapaz de contralar la ciudad, Inclusive cluda- des vecipas como Puebla sintieron las nuevas presiones de la mo. ddemidad, Por ejemplo, los editores del diario poblano E! Resumen se quejaban de los erecientes etrevimientos de los ladrones com ‘es, quienes disfrutaban enormemente rebar objetos de mucho valor a chudadanos respetables « incluso alae ofciles de lacie ‘dad. El peri6dico afrmaba que en el pasado los ledrones se ha Dan limitado a robarle a los pobres sus ebjetos generalmente “nates”, pero los tiempos han cambiade. Commo podfa esperarse, Jos articulistas eulpaban a le polieta por mostrarse indifecene ante el aumento del erimen, pero las autoridades electas que con ttataban los oficiales holgazanes también tenfan algo de culpa Seria mejor, ontinuaba el relat, Nenar las filas dela policsa con individuos honorables.#* ‘Individuos honorables? Los mexicanos erefan que esto era una tarea imposible, Les periddicos porfirianos despotcicaron su bre la supuesia falta de moral advertida en los oficiales de poli- ta, quienes eran arrestados continwamente por comportamiento sbusivo, Para mantener una aparieneia de profesionalismo, los oficiales a cargo les recordaban periédicamente a sus hombres ‘tue respetaran todos los derechos, que no maltratatan a los bo: rachos, que respetaran la moral pilblica y, por supueste, que evitaren dormirse en los rllanos de las puertas. El concejo de le ciudad de Puebla publics un cuadernillo de regulacionesy con ‘ming los supervisores a leerles estos lineamientos a us hom. bres, Entre otrss cosas, la poicta tenia instrucciones de buscar criminales con diligencia, investiga y resolver erfmenes yvigi- larse entre ellos al evar a cabo sus deberes, Los dierios locales se entrometfan al declarar que si un eiudadano pensebe que la Policfa habia violado la ley, él o ella podia escribir alos edito- tes del periddico pars quejarse, El problema era que muy pocas Personas podian escribir o arviesgartan la vida denunciando «los oficiales abusivos,°% 12 0 Las quejas pareotan interminables, Los editoriaistasllama- ron “gendarmes picudas" a Jos oficiales que recibfan protecsién e ls comerciantes, Los comerciantes rezongaban pero en general estaban de acuerdo en que era mejor pagar los oficiales para te- rer protecein es devi, estar bien con ellos) Los policies a veces podian ser brutales cuando se trataba de hacer valet la ley, como vimos en el capitulo anterior; pero lo malo era que normalmente no importaba que el detenide fuera inocente, En un incidente que tuvo luger en una fancién de eirco en Ia Ciudad de México, un ladrén le robé su reloj aun eaballero. Ellads6n ekcapé, pero otra individuo acusé de haber eometide el erimen a un inocente. Dos oficiales rapidamente le dievon a éste una paliza. El Fandango, tun perisidico de la Ciudad de México, lam6 a este incidente “Jus- ticia del Club”, Otre editorial declaté que le poliosa de la Ciudad de México na distingufa entre vitima y vietimario; todos eran lo 1ismo. A los ojos de la policfa, afrmaba la editorial, slo habia dos clsses de personas: aquellos que merecfan respeto por su po- sein social y todos los demés. Abundaban les quejas por tortura ye sabfa que algunos sospechosos morfan en custodia, Aunque Imachosefiiaesexcaparon dela census alginoe poe hicieron su recortdo a Belén donde segin lo comentatioepercdation, tnconteban scene oma juno eon ote ofialespresor J. polo general, hatan lo que queran. Esto inclu entre oan tout, Bber agar easy Hacer aoe con pons ™ ‘Asimismo, los oficiales rebeldes se aprovechaben de le pobies, Pr ejemplo 0129 de cetubre de 1895, Maria Dolores Robles, un vnds de 32 ae, presents una denuela contra un fei de ola, Francisco Castres, acusénla Ge haber rp- tadoyvislado au hija, Mati del Carmen Foes, de 13 aoe de tad, El cso tots que aba tension pevas ene Roles y Castes, terlones que apunaban baci na lain ete sm ale dl mero tata cvieplicial. Al parece, Castaeda haba intend arterontente, al menos en una casa ptr a fa, pos dre haa interven, Emote niente Francisco ait, crap ease de Aro Arye Soe Gonzélez, el companero de Robles, confronts a Castateda y le pregunts saber si sus intenciones hacia Marfa del Carmen eran hhonorables. Después de que Castaneda respondis que sf, Gonzdlez se neg6 a ereerle y le dijo que no era el tipo de hombre que seria ‘un buen marido. Tal vez Gonedlez querta decir que Castafieda, unt oficial de polita, no era digne de confianza, Esto esté sugerido en una carta que Castaneda le escribi a la joven y en la que le peda que se fuera con él ssegurandole que otro oficial y su novia los esconderfan, Castafieda también le dijo a Maria del Carmen (que le dijera a las autoridades que ells lo amaba (para intentar evadir la acusacion de violacin) y que todo el asunto habfa sido idea suya.** Elcaso nunca se resolvis. Castaneda le escribi6 una serie de cavtas a Maria del Carmen, as cuales nunca fueron contestadas, ‘Ademas Robles no le dio seguimiento a su acusaciGn y retins los cargos. Aun asf podemos ver en este ejemplo obmo les poictas 6 apoyaban los unos a los otros para protegerse’de posibles re- Percusiones legales. Claramente Castafieda pudo utilizar su co- rnocimiento de le ley y su red de amigos para evadir un posible arresto,y es muy posible que ast lo haya hecho, En efecto le die jp bravuconamente a Gonzélez que si él y Robles escondien de alguna manera « Marfacdel Carmen, él la encontranfa y nada po- dria detenerlo.2” Aunque el aso de Castaneda no presenta evidencia contun- dente de la existencia de un cédigo seereto entre polictas, sf nos indica que los policfas no ignorsban por completo Ia ley, a pesar de lo que muchos editorilistasalegaban. Le fuerza pablica dela Ciudad de México podia unirse i la situacién lo ameritaba, Ade- mds, os policfas dela calle erap una extensién de la maquinaria politics que Hegabs hasta la espe. Hemos visto eéme Diaz tins lun interés personal en al menos un caso y cémo los fisceles del gebiero uilizaban la amenaza del erimen para aetuar en contra de los pobres, La jerarquia admjnisteativa que encabezaba la po- Tiofa de la Ciudad de México responca ante la presién; se daba “ee tress dl porta ‘cuenta de que habia mucho en juego e ixfa muy lejos con tal de asegurar el contra oficial en las calles o al menos aparentar ga- rantizarlo, Estos esfueraos podtian ser brutales. En mayo de 1894, los funcionarios de la Ciudad de Mexico, vespondiendo a una ola de ladrones que supuestamente habfa legado a la capital, elev6 la pena de robo menor a dos afos de prisidn, Los policfas atraparon ‘a cientos de aupuestos ladronzuelosy los encerraron en Belén. Es- tos prisioneros y otros que haban sido arrestados previamente por crfmenes menores, fueron muy pronto subcontratados contra su voluntad para el Valle Nacional en Oaxaca, una especie de gulag porfiziano donde trabajarfan en haciendas bajo un clima topical Los polieias eran remunerados econémicamente dependiendo del ngimero de pobres que atraparan en las calles.®” Era asf como el régimen porfiistaeultivaba una imagen po- derosa de sf mismo, consciente de la importancia de satisfacer a Jos inversionistasextranjezes apegados ala ley y el orden. Aunque los funcionarios del gobierno no divulasban historias que subra- yrran las proezas dela poliefa, no les molestaban las publicacio- nes de visjeroa que quedaban impresionados por los esfuerzos del gobiemo por erradicar el crimen. Sin embargo, algunas imégenes tradicionales de México coma una tier lena de bandidos se di- siparon cuando"un gringo”, un viajro briténico anénimo que es tuvo en México a principios de la décad de 1880, describié ua incidente del ual fue testigoy en el que un miembro de la policia de le Ciudad de México le disparaba a un hombre en la piers, supuestamente porque és le habia robado su gorra de policts. viajero apunt6 eémo entonces el ficial eamind y le dijo al ladzon herido: “Me las vas a pagar por mi sombrero” Estas historiss, desde luego, reforzaban la mala reputacin de las fuerzas poicia- Jes del pais, pera haefan pensar que Diaz habs rescatado a Is repsblica de laeriminalidad en 1876. Los viajeros, tal vezimpre: sionados por la eficiencia poxfirista, comentaron que los policias de la Ciudad de México eran areogantes y proclives a arestar a Pole, oe y eas de Amal Aeye Be cualquiera, inclusive a extranjeros."* Ellenguaje era usualmente muy eloeuente, Un viajero declare: “En los viejos tiempos habfa mas bandidos que moscas"?" y por supuesto estas amenazas de- litivas eran imposibles bajo el duro gobierno de don Poriio** Arnulf Arroyo Para Porfirio Daz la presencia dela poleta en las calles y eclo- nins mds importantes de la Ciudad de Mesicofotalecte su plti- ca ofcial de extender simbolos del poder del gobierno entre la poblacisn. Diaz ulzabafestivales patiticos, monuments y des pliegues de fuerza para construir una topografa cultural de poder que ayudarae garantie el tener una imagen postiva pata Su 1€- gimen tanto en casa como fuera del pts. lo largo de ete etaio hemos visto eémo los escritres del gobiemo, los scales, los pe- ridiicos y hasta los ciudadanos comunes ermpleaban dseursospo- derosos para determina laexstencia de un bajo mundo eimina. Alerear este diseuso los porfianes ayudaron a formar una iden- tidad nacional que pontaelénfasis en la ley y el orden asi como ‘nla propiedad moral. Adems, el desareollo de ls fuereas poli ciales complements este proceso; péro, qué ocurita cuando tal proceso se encontrara amenazsdo por las acciones mismas del gobierno que lo habla creado? Para encontrar la respuesta esta pregunta debemos volver 16 de septiembre de 1897, Ese dia la Ciudad de México estaba de festa, como siempre, con banderas que celebraban I independen- cia de Mexico. Los vsitantes provenientes de tod el pas del resto del mundo podin contar con que presenciarian wn expecté- cal piblieo que reforars el mensaje oficial de orden y progreso nacional Mas ain, este di vido partahs un mensaje todavia més Jimportante: durant la década de 1890 fue fsionado con el eum pleangs de Porfirio Dias (el 15 de septiembre). Como resultado, Dige se convietié no s6loen el sable viviente dela nec meni f | ‘cana sino también de los aleances tecnoldgicos de la ciudad (como los tranvias y el alumbrado publico); senales concretas de una mejor y nueva época. Mientras el pico vitoreaba a sus toreros favoritos en la Plaza de Toros y otros ciudadanos cosmopolitas disfrataban de las peras en teatros modernos como el Teatro Na- ional, Diaz, como era su costumbre el dfa de la independenci, ‘omena6 su paseo deste Palacio Nacional hasta la Alameda para pasar revista al desfile military entregar medalls als veteranes de guorza, (espectaculo que garantizaba el vinculo del presidente com el pasado de México) Este dis In Alameda, una latga exten sin de verde pasto, camas de loves y sombras de rb Vint en el escenario de un memorable incidente Si Porfivio Diaz representaba todo lo que era correcta en México del siglo xix, Amulfo Arroyo representabs espaseido y datiino que frecuentaba Ia capital. De 30 anos oriundo dela Ciudad de Mexico, Arroyo era el hijo ec vn sastre local, Tras haber abandonado tna earrera militar ebido a su mala disciplina, estudia derecho un tiempo y se putacién de escalador socal. También se hizo ala fama capleitos en varias de las cantines que frecuentaba, En una rina que tuvo con Jests Ortiz, un eamicero, le dispars a ste en el bra 20 izquierde. A Ortiz tuvieron que amputarle el brazo, lo que sin dduda|miné su habilidad para rebanar cortes seleotos, Un jurado liberd a Arroyo de las ecusaciones, gracias en parte a su prepa cin legal. En otro incidente piblico, que tuvo lugar en julio 1890, Arroyo importund a un abogado, Moisés Rojas, ment ste salia del Tes clarsndo que temfa por su vida, pera Arroyo seri del incidente y afirms que nunes le haria dan a Rojas, mente Arroyo casi anata # una mujer, aden sfc a firma el elemento Nacional. Rojas presenté una denuncia de que cn frecuen= cia peleabe con prostitu lo cual lews al setor Asroy su padee quiebra, Antes de su encuentro ‘como notaro embonrachéndase por las calles aledaias, No daba le ser un hombie palities 0 econdae para atecar a Dias Sin embargo, Arroyo represents el peligro en que bros de la clase media. A diferencia de los hom que babton matedo a don Tamés Heméndes Aguire 0 @aguélls que recuentaban las pulquerfas de La Bolsa, Armoyo era un hombre 19 Aad wear del porkite ceducado. Tenta mds cosas en comin con Luis Yoaguiree y Francis: 0 Abrege que con Francisco Guereero. Irénicamente, en los dias ¥ meses que transcutrieron d incidente que le costarfa la vida, Arroyo se convertrfa en una syerte de hérve poplar entre los pobres de la eiudad, siendo i «que serfan, sin duda, eantados en tado. En un sentido, Arcoyo era un simbolo viviente del mismo i Ja fscalfa habia utilizedo con efcacia para enviar @ Francisco Guerrero a prisidn y eondenar ala poblacién entera Amoyo atacéa Diaz en estado de ebriedad: el sucesotranscw- rid répidamente. Dia, acompafado de s tas y escoltado lela Acedemia Nacional Militar de Chapultepec, > inmoralizado en corridos cantnas que él habia freeuen use por los cadet se acercé a la Alameda la mafiana det 16 de septiembre. Mientras ¢l séquitoingrescba en el parque desde el sur, Aroyo brines sobre una multitud de espectadores; se abi paso répidamente a través de la comitiva y le pegé a Disa dole el sombrero, Diaz no se cays y estaba ileso, reaccioné répidamente, El eomandante Ortiz Monasterio y el ge neral Agustin Pradillo,forcejearon con el atacante euandl éste Intentaba pogarle nuevamente a Diaz. Antes de que Artoyo pudie la nuca con la mano, dersiban: +a actua, Pradillo lo deribs de un golpe. Entonees oto bros de la escolta sujetaron al stacante, algunos con las armas sparadas. Arroyo, quien habia estado bebiendo desde el dia anterior, gritabs lanzaba encima, Los guardias militares se levator a Arroyo de inmediato al cvartel militar Diaz parecta imperturbable por €] Yo soy un hombee!, mientras la escolta se le te y le dio alos guardias que no Ie hieieran ningin dano & Arroyo para que pudiera hacerse cumplir le “Justicia”. Diaz continu su camino para la ceremonia de las medallas ¥ Tos soldados conduj ‘manos atadas por las corteas de los garrotes militares. Al pasar ‘ante Tos ojos del pablico, 1a multitud agitaba los p la chusma lo segufa muy de cerca, Estas demostracipnes de enojo resultaroninofensivas ya que Arzayologé a salvo al cuartel mili -danias, con las, Arroyo por calles 0s hacia ély SEES eer eee eee (9 Eade ter del pti donde un juez lo interrogd brevemente, Entonces legs el inspec- tor general Eduardo Veldehuee y orden que transfsievan @ Arroyo ‘los cuarteles de la polifa en el Palacio Municipal, ubicado en el lado sur del Zécalo.2* Cortieron rumores pa toda la ciudad de que Dige habfa sido sputtalado o que le habtasdisparado seis veces, Hubo un informe ue afirmaba que una boraba habfa matado al presidente, junto on otras 300 personas. En una declaracisn presentada poco des- ués de su arresto, Arroyo dijo que habla actuade como protesta ala actual forma de gobierno, ya que preferta otro modelo como Ja monarquia. Cuando vio a Diaz, experiments un deseo sibito de sgreditlo y actué de acuerdo con ese sentimmiento, En cuanto al presidente, este acto sélo aument6 su populeridad. Diaz recibis ‘muchas adulaciones por parte de los oficiales de gobierno de los altos rangos, mientras legaben telegrames a montones provenien- ruplin eso de Arlo rye Goo tes de todo el pais. El presidente de Estados Unidos, William McKinley, quien irduicamente habria de ser asesinado casi exac- tamene cuatro afos después, fue uno de los priméros gabermantes en flibitar a Diaz. Ademds, la Iglesia Catdlia Romana orden a todas las diécesis que llevaran a cabo ceremonias para dar gracias de que el supuesto asesino no haba matado al presidente. Mien ‘tas Diaz se regodeaba en alabanaas, Arroyo se encontraba genta. do en I ofcina de Velazquer, sujetado con una camisa de fuerza, Sin que Arroyo lo suipiera, en la mente de Velésquer se estaba Jraguando un plan que tendefafatales consecuencias.* Secretos y mentiras Eduardo Veldaquestenfa une figura romdntica y era conocido por freeuentar ls efrculos sociales de Ia capital. Manel Romero Ru. bio, el suegro de Diaz, habta designado primero a Velézquez como inspector del Distrito Federal. Cusndo Velézquee descubsié ree tas irregularidades administrativas se gan6 el favor presidencial Y fue designado jefe de la polieia en mayo de 1897, susttuyendo al general Luis Cerballeda, quien tome el cargo de comandante dle la quinta zona militar. La prensa inform6 con gusto de la tran sicidn, declarando que esperaban que Veléequer “empleara todas sus fuerzas en hacer contribuciones notables ala fuerza polical Ya reformara”, Tel ver 1a idea de obtener poder de sito afects 4 Velézques, porque después de su ascenso corrieron los ramores de un uso freeuente de tortura en los euarteles de la poeta. Por ejemplo, lps periédicos acuseron al inspector de haber matado al saceriote Manuel Tortolero, por haber interferido en la vida persona) de Velézquer. Al parecer, Trtolero le aconsej6 a une ‘muchacha con quien Velézquez se habsa involucrado de dejar de verlo, A Velézquez le molest intromisin y supuestamente atta: pal sacerdote a su cass, lo forz6 » beber grandes cantidedes de Alcohol, y después lo dej6 ir ala ealle para que muriera de conge- | 6 lad osu del priate lacién, Ahora que Arroyo estaba en sus garrs, un asesine fllido, ‘Veléaques ponders la situacion y decidio actuar.®” La noche del 16 de septiembre la policfa sometié a Aroyoa varias horas de interrogatoro intermitente, Luego, después de la rmedianoche, una tarba enardecida entes en las oficinas munici- pales y rdpidamente dio con el atacante, La mulitud sometié a dos, ‘muardiss desarmados y gritando vivas a Diaz y 8 México mats a ‘Arroyo a pusaladas en un frenestincontrolable, huyendo despues Un guardi, Mauro Sanches, dispar6 varias veces al aire mientras Ja muchedumbre huta a toda prisa. La conmocién atzajo alos mi rones, quienes entraon al palaco sin obstaculos, Una ver adent, Ja polita arest6 a algunos de fos curiosos y los acuss de la muer- rede Arroyo. La escena final parecta un osario. Arroyo, despalarrado en medio de la ofcina, habia sido brutalmente tasajeado, Al menos ‘nueve heridas mortales de cuchillo se atomaban entre la ensan- srentada camisa de fuerza, La profundidad de los pinchazos sor ‘prendig hasta al coronel que examiné el cuerpo. Lot dos guardias ‘que se encontraban en el cuarta durante el staque también fueron heridos. Antonio Milanés tenfa heridas de cuchille sobre el ojo inguierdo y en la mano del misma lado, mienteas que Mauro Sén- chea, curiosament, s6lo tenfa algunos moretones, La policfa ares 1a 21 transesintes por el crimen, incluyendo al reportero de un periédico, un conductor de trenes, un joven, un vendedor de pollos rostizados y un enjo Los ciudadanos amestados una hora después de la muerte de Arroyo tenfan una caracterftics en pomtin: eran victimas de la tcostumbrada forma en que la poiefa arrasaba con todos. Algunos, como Manuel Maya y Silvestre Macfas, fueron detenidos mientras, pasaban por aht o estaban sentados cerca del lugar cuando el ‘que court, Otros, como Abel Torres, fueran a investigar de qué se teetabs el esodndalo por curiosidad. El desafortunado Torres tcababa de salir del trabsjo y pasaba por el cuartel de poliefa ‘cuando escuché los disparos. Un amigo, quien casualmente era San Fate, rape yeas dele roe cos tn reporter, convencié« Torres de que fuera echar un vista. Mientras se acereaban lei, un oficial annino os lesbain dentro, ores tenia un ml presentimiento, pros amigo con- Yeni del ontario. En cuanto el par de erin ent al primer Curio, los agentes os detuvieron lo aevsaron del assinato. Sin embargo, uno de os ofcilesreconoci al eporteroy lode i, pero Tomes se quedsdetenido, Algunos de los areestados tentan Eonocides ene los rangs altos de la policta, Por ejemplo, don Manuol Rivera Mutio regresabs de na funcin de teateo cuando pas6 frente alos potsles del palaic Miguel Cabrera, de mal a- tmay conspirador del crimen, vid a Rivera y le dij: “Pase Mi tuclito, ase” Rivera ene Tue detenido inmediatamente Se auejé con Cabrera, pero est lo ignor y después lo acusé de ser tn "don nadie”. Rivera se ens tanto que insults «Cabrera. De camino a su cea pasé cerca de Veldaques, quien le dijo que no fe preocupara porque sexta puesto en libertad en unas cuantas horas, pero no fue asi Los deteidos pasaron res dias enn eec: el msimo tem ‘permit par prisionroe que no aban sido assados ofa Inente dealin ermen, Despus de 72 horas la fiscaliatenta que presenta los cargos o dejaros en liberal, cons que hicieron ar fumeniando fate de evidencis. Como era de experase, el nc dente provoos un cierto foror. Cmenzaron a circular mores durante los siguientes cinco dias, a pesa de que los informes of clas indiosban que la tarba de inchadores estaba formads por Gente dele clases comnes, Cm pudo un grupo de personas, Compuesto ens ttalidad de cidadanescomunes, entrar en los cuartles dela polictayasesinar aun prisionro?, e pregunta tn periédico. Por qué la police tranfris a Arroyo del cure nilitaral Palacio Municipal? ;Por qué extabendesarnados ls dos tuadias de Aroy?, preguntas otro periodita. Cuando Edusrdo Voldaquezrenuncs a su earg el 18 de septiembre y fue levado a Belén junto con Miguel Cabrera, ef de la si lamada polite feorea, el ofcial Mauro Séncher,surgeron més pregunta. La 68 ad mare del port relacién con el asesinato de Amoyo parects abvia, pero la conexién exacta no se sabfa ain. Funcionarios del gobiemo, incluyendo a Franciseo Z. Mens, secretario de comunicaciones, y José Yves Limantour, ministo de finanzas, le pidievon a Diaz que ordenara una investigecin fondo. Bn une reunién privada, a pesar de una ddefenaa de Veléequex hecha por Manuel Gonzalez Cost, seereta- rio del interior, y por Felipe Berviozdbal, ministro de guerra, Diaz ‘ordend el arcesto de Veldzquer asi como el del resto de los cons piradores. La hizo a partir de que Mena le dlijera que en la calle se rumoraba que el propio Diaz habja ordenado personalmente la ejecueign de Arroyo: pero don Porfirio no iba a obtener ninguno ‘de e20s informes. Ademds, para entonces el gobierno estaba cons- ciente de que Veldaquea y varios otros polictas estaban involuera- dos en el linchamiento. Por el bien del porfirato, el jefe de la policfa fue despedido y puesto en manos de la justicia. Los tan- sedintes que habfan sido arrestados fueron puestos en libertad y todas las miradas estabsn ahora puestas solamente en Veldzquer yen sus supuestos colaboradores Abruptemente, Eduardo Velazquez confess haber ordenado la muerte de Arroyo y dijo que lo habfa hecho por Ia profunda adiniracién que sentia hacia Diaz. Candido Cuellar, el asistente personal de Veldaques y también sospechoso, confess que su je fe le habfa ordenado comprar una docena de euchillos €l 16 de septiembre, poco después del incidente en la Alameda. Cuellar habia comprado los cuchillos y se los habfa entregado a Velé2- ‘quet, quien los habia revisado personalmente. Después, el oficial Heriberto Estrada testifies que mientras regresaban del trabajo la noche del asesinato, él estuché disparos eeroa del Palacio Mu- nicipal. Al indagar un poco descubrié a una multitud que bajaba ‘unas escaleras a toda prisa dentro del cuartel de polieta. Estrada les exigis que se identificaran y varios de ellos le mostraron sus placas de polietas, Los dejs pasar y fue @ hablar con el inspector Cabrera, quien se vefa nefvioso, Cuando le pregunté qué habfa ocurtido, Cabrera dijo que uns bola de pelados habia linchado al es expel lease de rie ray 2 prisionero, En ese momento Estrada nots que un hombre pateabs ol existal de una ventana cerea de abt. También se pereats de que ‘en ese momento llegaba Antonio Villavicencio, un oficial de ato rango, para hablar con Cabrera en secreto. El jefe dela poliota secreta le entregé a Estrada varios cuchillos ensangrentados y le dijo que reportara el incidente al ministro de guerra. Cuando Estrada pregunts quién haba muerto, Cabrera respondli6 que Ar- nulfo Arroyo. Ourds oficiales también informaron de haber presenciado ‘comportgnientos sospechosos ese noche, Jeals Séenz declar6 que estaba a punto de retomar su trabajo cuando Cabrera lo detwvo y Je pregunta dénde se dirigia. Séene le respondi que ibaa salir 1 dar sus rondss. Cabrera entonces le dijo: “No. Esta noche no sales. Ven conmigo”. Cabrera le ordené a Séen2 que se sentara contr la pared. Vio que tanto Cabrera como ottos agentes hecian lo mismo; sentados en las sillas 0 recostados en los eseritorios, Después de una hora y media, el oficial Mauro Sanches le pidis a Sdene que le entregara su pistola ya cambio le dio una deseat- da. Séenz obedecis sin pregunta. Poco después, excuché varios ruidos fuestes. Brineé de la silla y Cabrera se volvié hacia €l y a los otros agentes dandoles distintas érdenes. Mientras Séen2 co- ‘fa por el pasillo vie a varies individues que salian del edificio, todos vestidos con sarapes. Séena logré aloanzar a uno de ello y lo sujet, Ie epunts al pecho con uns pistola y le grité:“;Con aquin estoy hablando?”. En exe momento Cabrera legs corrienda etras de él y le dijo: “{Nolo mates, es un polifa!” Saenz dej ir al hombee intenté entrar alas ofcinas principales del custe, pero otre hombre sin identificarse y vestido de charto le bloques 1 paso. Séenz record después que se trataba de Antonio Villevi= ‘cencio. Entonces Seng vio un cuehillo cubierto de sangre tirado al pie de una escalera. Lo recogis y se encontss mirando de nuevo 4 Villavicencio. Cuando el oficial pregunté qué estaba pasando, ‘Séena respondlié que no sabta'y regres al piso de ariba donde vio 4 varias persons en apariencia inofensivas siendo escoltadss por 222 Hae vee sendarmes, Concluyé afrmando que cuando Sanches le regress Ja pistola, todas las balas habjan sido disparadas."™ Antonio Milanés, uno de los guardias de Arroyo a quien Ia policfa arrest y después puso en libertad, declaré que Sénchee se habfa puesto su sable momentos después de haber hablado con Velazquez. Este ultimo habia llegado para hablar con Cabrera y Séncher; cosa inususl, dijo Milanés, porque los oficiales en turno rare ver portaban sus cables. Mas ain, Sfnchez le quit el arma a Milanés. El oficial nots algo sospechoso y se dio cuenta de que cuando ls turbs ent en el cuarto, no amenazaron inmediatamen- tea Séncher, quien se habfa hecho a un lado dirigindose hacia tun balegn. Un asesino sin embargo, ataes a Milanés, pero se de- tuo cuando une voz le dijo que debfa dejar en paz a los policas. Después del ataque, Milanés corié herido esealeras abajo y en contré a Veléaquen, Cabrera, Villavicencio y otros oficiales, quie~ res pareejan estar tramando algo.2" El gobierno identifies a seis oficiales més, todos del cuarto distrto, quienes habfan estado involucrados directamente en el linchamiento; y orden su aresto. Estos eran Manvel Bellido,le- nacio Pardavé, Francisco Huinzardt, Arcadio Sepilveds, Sabino Vaiaquee y Vicente Noriega. Pero tal vex el aresto mds sensacio- nalista, después del de Velazquee, fue el de Miguel Cabrera, ce- gundo en comando de la policfa soreta. Los oficiales detuvieron ‘Cabrera cuando éstellegé al cuartel de polieta pocos dias des- pués del Linchamiento. Cabrera era muy conocido en la policia y Jos efteuos del gobierno, ras haber trahajado en varios casos importantes durante le década ce 1890, entre els ¢l asesinato de Piedad Ontiveros y el robo a La Protesa, No fue el iltimo oficial

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