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Padre de bondad, Padre de amor,

te bendigo, te alabo y te doy gracias


porque por amor nos diste a Jesús.

Gracias Padre porque a la luz de tu Espíritu


comprendemos que Jesús es la luz,
la verdad y el buen pastor,
que ha venido para que tengamos vida
y la tengamos en abundancia.
Hoy, Padre, me quiero presentar
delante de ti, como tu hijo.
Tú me conoces por mi nombre.
Pon tus ojos de Padre amoroso en mi vida.

Tú conoces mi corazón
y conoces las heridas de mi historia.

Tú conoces todo lo que he querido hacer


y no he hecho.
Conoces también lo que hice
o me hicieron lastimándome.
Tú conoces mis limitaciones,
errores y mi pecado.

Conoces los traumas


y complejos de mi vida.

Hoy, Padre,
te pido que por el amor
que le tienes a tu hijo Jesucristo,
derrames tu Santo Espíritu sobre mí,
Para que el calor de su amor sanador,
penetre en lo más íntimo de mi corazón.

Tú que sanas los corazones destrozados


y vendas las heridas,
sáname aquí y ahora de mi alma,
mi mente, mi memoria y todo mi interior.

Entra en mí, Señor Jesús,


como entraste en aquella casa
donde estaban tus discípulos
llenos de miedo.

Tú te apareciste en medio de ellos


y les dijiste:
“Paz a vosotros”.
Entra en mi corazón y dame tu paz.
Lléname de amor.
Sabemos que el amor echa fuera el temor.

Pasa por mi vida y sana mi corazón.


Sabemos, Señor Jesús,
que tú lo haces siempre que te lo pedimos,
y te lo estoy pidiendo con María, mi Madre,
la que estaba en las bodas de Caná
cuando no había vino
y tú respondiste a su deseo,
transformando el agua en vino.
Cambia mi corazón
y dame un corazón generoso,
un corazón afable,
un corazón bondadoso,
dame un corazón nuevo.

Haz brotar en mi
los frutos de tu presencia.
Dame el fruto de tu Espíritu
que es amor, paz, alegría.

Haz que venga sobre mí


el Espíritu de las bienaventuranzas,
para que pueda saborear
y buscar a Dios cada día
viviendo sin complejos ni traumas
junto a los demás,
junto a mi familia,
junto a mis hermanos.

Te doy gracias, Padre,


por lo que estás haciendo hoy en mi vida.
Te doy gracias de todo corazón
porque tú me sanas,
porque tú me liberas,
porque tu rompes las cadenas
y me das la libertad.

Gracias, Señor Jesús,


porque soy templo de tu Espíritu
y este templo no se puede destruir
porque es la casa de Dios.
Te doy gracias, Espíritu Santo,
por la fe.
Gracias por el amor que has puesto en mi corazón.
¡Qué grande eres, Señor Dios
Trino y Uno!
Bendito y alabado seas, Señor

Padre
EmilianoTardif.
Después de laprueba

Señor Jesús:

Hoy te damos gracias


por habernos permitido
estar aún juntos
los integrantes de ésta familia.

Por habernos mostrado


el camino verdadero
para seguirte y decirte:
Sí Padre.

Por habernos manifestado


tu amor y misericordia divina,
brindándonos tus rayos de luz
que nos iluminan
guiándonos y fortaleciéndonos
a través del Espíritu Santo,
enviándonos tus sagrados
Siete dones.

Hoy nos ponemos a tu servicio


y daremos testimonio
de tu amor misericordioso,
a nuestros semejantes,
para tu Gloria Señor.
Amén.

Familia: Malagón - Marín

Ante la tentación de dejarse vencer por elcansancio


del Bto. Manuel González – Obispo de los Sagrarios Abandonados

¡Madre Inmaculada! ¡Qué no nos cansemos! ¡Madre nuestra!


¡Una petición! ¡Que no nos cansemos!

Si, aunque el desaliento por el poco fruto o por la ingratitud nos


asalte, aunque la flaqueza nos ablande, aunque el furor del
enemigo nos persiga y nos calumnie, aunque nos falten el
dinero y los auxilios humano, aunque vinieran al suelo nuestras
obras y tuviéramos que empezar de nuevo… ¡Madre querida!...
¡Que no nos cansemos!

Firmes, decididos, alentados, sonrientes siempre, con los ojos


de la cara fijos en el prójimo y en sus necesidades, para
socorrerlos, y con los ojos del alma fijos en el Corazón de Jesús
que está en el Sagrario, ocupemos nuestro puesto, el que a
cada uno nos ha señalado Dios.

¡Nada de volver la cara atrás!, ¡Nada de cruzarse de brazos!,


¡Nada de estériles lamentos! Mientras nos quede una gota de
sangre que derramar, unas monedas que repartir, un poco de
energía que gastar, una palabra que decir, un aliento de
nuestro corazón, un poco de fuerza en nuestras manos o en
nuestros pies, que puedan servir para dar gloria a Él y a Ti y
para hacer un poco de bien a nuestros hermanos… ¡Madre mía,
por última vez! ¡Morir antes que cansarnos!

Claudio de la Colombiere

Acto de Confianza en Dios


Esta es, sin duda, una de sus oraciones más bellas.
Es la conclusión del discurso 682, que trata precisamente de la
confianza en Dios (O.C. IV, p. 215).

Dios mío, estoy tan persuadido de que veláis sobre todos los
que en Vos esperan y de que nada puede faltar a quien de Vos
aguarda toda las cosas, que he resuelto vivir en adelante sin
cuidado alguno, descargando sobre Vos todas mis inquietudes.
Mas yo dormiré en paz y descansaré; porque Tú ¡Oh Señor! Y
sólo Tú, has asegurado mi esperanza.
Los hombres pueden despojarme de los bienes y de la reputación; las enfermedades
pueden quitarme las fuerzas y los medios de serviros; yo mismo puedo perder
vuestra gracia por el pecado; pero no perderé mi esperanza; la conservaré hasta el
último instante de mi vida y serán inútiles todos los esfuerzos de los demonios del
infierno para arrancármela. Dormiré y descansaré en paz.

Que otros esperen su felicidad de su riqueza o de sus talentos; que se apoyen sobre
la inocencia de su vida, o sobre el rigor de su penitencia, o sobre el número de sus
buenas obras, o sobre el fervor de sus oraciones. En cuanto a mí, Señor, toda mi
confianza es mi confianza misma. Porque Tú, Señor, solo Tú, has asegurado mi
esperanza.

A nadie engañó esta confianza. Ninguno de los que han esperado en el Señor ha
quedado frustrado en su confianza.

Por tanto, estoy seguro de que seré eternamente feliz, porque firmemente espero
serlo y porque de Vos ¡oh Dios mío! Es de Quien lo espero. En Ti esperé , Señor, y
jamás seré confundido.

Bien conozco ¡ah! Demasiado lo conozco, que soy frágil e inconstante; sé cuanto
pueden las tentaciones contra la virtud más firme; he visto caer los astros del cielo y
las columnas del firmamento; pero nada de esto puede aterrarme. Mientras
mantenga firme mi esperanza, me conservaré a cubierto de todas las calamidades; y
estoy seguro de esperar siempre, porque espero igualmente esta invariable
esperanza.

En fin, estoy seguro de que no puedo esperar con exceso de Vos y de que conseguiré
todo lo que hubiere esperado de Vos. Así, espero que me sostendréis en las más
rápidas y resbaladizas pendientes, que me fortaleceréis contra los más violentos
asaltos y que haréis triunfar mi flaqueza sobre mis más formidables enemigos.
Espero que me amaréis siempre y que yo os amaré sin interrupción ; y para llevar de
una vez toda mi esperanza tan lejos como puedo llevarla, os espero a Vos mismo de
Vos mismo ¡oh Creador mío! Para el tiempo y para la eternidad. Así sea.

La penitencia es una virtud que nos lleva a trabajar por eliminar de nuestra
vida todo aquello que nos separa del amor de Dios y del amor al prójimo. No
es un sentimiento, una experiencia emocional, sino mas bien un acto de la voluntad.
Muchos confunden la penitencia exclusivamente con actos externos de expiación, sin
embargo es toda una actitud interior.

JESÚS, AMIGO ÚNICO


Esta oración está sacada de la 39ª de las "Reflexiones cristianas" (O.C. V, pág. 39);
a propósito de S. Juan Evangelista, nos propone que recemos a Jesús, único. y
verdadero Amigo.

Jesús, Tú eres el Amigo único y verdadero; no sólo compartes cada uno de mis
padecimientos, sino que lo tomas sobre Ti y conoces el secreto de transformármelo
en gozo. Me escuchas con bondad y, cuando te cuento mis amarguras, me las
suavizas.
Te encuentro en todo lugar, jamás te alejas y, si me veo obligado a cambiar de
residencia, te encuentro allí donde voy. Nunca te hartas de escucharme;, jamás te
cansas de hacerme bien. Si te amo, estoy seguro de ser correspondido; no tienes
necesidad de lo mío ni te empobreces al otorgarme tus dones. No obstante que soy
un hombre pobre, nadie (sea noble, inteligente o santo) podrá robarme tu amistad.
La misma muerte que separa a los amigos todos, me reunirá contigo.

Ninguna de las adversidades de la edad o del azar lograrán jamás alejarme de ti;
más bien, por el contrario, nunca gozaré con tanta plenitud de tu presencia ni jamás
me estarás tan cercano, cuanto en el momento en que todo parecerá conspirar
contra mi.

Sólo Tú aciertas a soportar mis defectos con extremada paciencia. Incluso mis
infidelidades e ingratitudes, aunque te ofenden, no te impiden estar siempre
dispuesto a concederme tu gracia y tu amor, si yo las deseo.

JESÚS, MI FUERZA
El octavo día de los Ejercicios Espirituales hechos en Londres en 1677, escribe que ha descubierto un
gran tesoro: una confianza ilimitada en Dios; y termina con esta oración (O.C. VI, pág. 113).

Sí, Dios mío, Tú serás mi fuerza, mi guía, mi director, mi consejero, mi paciencia, mi


ciencia, mi paz, mi justicia, mi prudencia.

A Ti acudiré en las tentaciones, arideces, contrariedades y temores. No quiero temer


nada en adelante, ni los engaños y ardides del demonio, ni mi debilidad, porque
serás Tú mi fuerza en las pruebas; y me prometes serlo en proporción a mi
confianza. Pero lo maravilloso es que cuando me pones en esta situación, al mismo
tiempo me otorgas la misma confianza. Seas eternamente alabado y amado por
todas las cosas creadas, ¡Oh amable Señor!

¿Qué sería de mí si Tú no fueses mi fuerza? Y si, como me lo aseguras, lo eres ¿ qué


no podré hacer con ella por tu gloria? "Todo lo puedo en Aquel que me conforta" (Fil
4,13).

Estás siempre en mí y yo en Ti; por tanto, me encuentre donde me encuentre, sea


cual fuere el peligro que me acecha, poseo siempre conmigo mi fuerza.

Esta certeza me basta para disipar en un momento mis angustias, y hacer frente a
ciertos sobresaltos de la naturaleza que, a veces, se despierta con tanto ardor que
no puedo menos de temer por mi perseverancia y asustarme ante la perfección a
que Tú, Señor me has llamado.

SEGUIRÉ ESPERANDO EN TI
Aunque resulte sorprendente, esta oración está contenida en la Carta 96 (O.C. VI, pág. 542) a su

hermana que acaso desconfiaba de la misericordia del Señor .


Señor, ante Ti tienes a un alma que se halla en este mundo para experimentar tu
maravillosa misericordia y mostrarla resplandeciente ante el cielo y la tierra.
Te den gloria también los otros demostrando con su fidelidad y su constancia cuan
potente es tu gracia y cuan afable y generoso eres con quienes te son fieles; en
cuanto a mí, te daré gloria dando a conocer a todos lo bueno que eres con los
pecadores.

Diré a todos que tu misericordia está muy por encima de cualquier malicia humana y
que ninguna maldad tendrá poder de cansarla; que ninguna recaída, por vergonzosa
y grave que sea, deberá llevar al pecador a desesperar de tu perdón.

SI, amoroso Redentor, te he ofendido gravemente, pero te ultrajaría todavía más si


pensara que no eres tan bueno como para concederme el perdón. '

Tu enemigo y enemigo mío cada día me tiende nuevos lazos; podrá llevarme a
perderlo todo, pero no la esperanza en tu misericordia. Aunque recayera cien veces y
mis culpas fuesen cien veces más terribles de lo que son, seguiría esperando en Ti.

HÁGASE TU VOLUNTAD
La santidad consiste en adecuarse a la voluntad del Señor, escribe en otro lugar. (Reflexiones cristianas
O.C. V, p. 4 01); al final de la disertación sobre este tema, invita a sus oyentes a besar las manos de
Jesús crucificado y meditar en las palabras que El dirigió al Padre en su agonía cruel en el huerto de
los Olivos: "No se haga mi voluntad sino la tuya" (Lc 22,42).

Señor, hágase tu voluntad, no la mía. Debo alabarte y darte gracias porque se


cumplen en mí tus designios.

Aunque estuviera en mi poder resistirme a tus decisiones, sin embargo no rechazaría


someterme a ellas_ "No como yo quiero, sino como quieras tú" (Mt 26,39).

Acepto de buen grado esta adversidad en sí misma y en todas sus circunstancias. Así
que no me lamento del mal que habré de soportar ni de las personas que lo causan,
ni del modo en que me ha llegado, ni de la coyuntura de tiempo y lugar en que me
ha sobrevenido.

Porque estoy convencido de que Tú has querido estas circunstancias y prefiero morir
antes que oponerme en nada a tu querer.

SÍ, Dios mío, hágase tu voluntad en mí y en todos los hombres, hoy y en todo
momento, en el cielo y en la tierra. Cúmplase en la tierra como en el cielo. Amén.

DAME TU CORAZÓN
Esta oración concluye la disertación sobre el Corpus (Sermón 20º O.C. 11, p. 24). Anteriormente ha
dicho que el hombre está rodeado y asediado por los beneficios de Dios. Cada día el Señor enciende
nuevas brasas en torno a nuestro corazón para inflamarlo; no obstante esto, sigue frío para la
Eucaristía.

¿Qué harás, Señor, para vencer la obstinada indiferencia de los hombres? Te has
agotado en este misterio de amor; has ido tan lejos que, como comentan los Santos
Padres, has llegado hasta donde podía llegar tu Poder.
Si los contactos divinos con tu sagrada Carne no consiguen destruir este hechizo que
me seduce, en vano podré esperar en otro remedio de mayor fuerza.

A tan grande calamidad, sólo una salida encuentro: que me des otro corazón, un
corazón dócil, un corazón sensible, un corazón que no sea de mármol ni de bronce;
es menester que me concedas tu mismo Corazón.

Ven, amable Corazón de Jesús, ven y colócate en el centro de mi pecho y enciende


en él un amor tal que acierte a responder, de algún modo, a mi deber de amarte.

Dios mío, ama a Jesús que está en mí en la medida en que me has amado a mí en
El. Haz que ya no viva sino por El para llegar a vivir eternamente con El en el cielo.
Amén.

OFRECIMIENTO AL CORAZÓN DE JESUCRISTO


El diario de los Ejercicios espirituales hechos en Londres del 20 al 29 de enero de 1677, concluye con
este "ofrecimiento al S. Corazón de Jesucristo" (O.C. VI, p. 125).

Adorable y amable Corazón de Jesús, en reparación de tantos pecados e ingratitudes


y para evitar que yo caiga en tal desgracia, te ofrezco mi corazón con todos los
sentimientos de que es capaz y me entrego todo a Ti.

Con la mayor sinceridad (al menos así lo espero) desde este momento deseo
olvidarme de mí mismo y de cuanto pueda tener relación conmigo, para eliminar
todo obstáculo que pueda impedirme entrar en tu Corazón divino que has tenido la
bondad de abrirme y en el que ansío entrar junto

con tus servidores más fieles, para vivir y morir invadido e inflamado por tu amor...

Sagrado Corazón de Jesús, enséñame a olvidarme enteramente de mi, ya que éste


es el único camino para

entrar en Ti. Y puesto que cuanto haré en adelante será tuyo, haz que no realice
nunca nada que no sea digno de Ti.

Enséñame qué debo hacer para llegar a la pureza de tu amor, del que me has
infundido tan gran deseo. Experimento una gran voluntad de complacerte, pero al
mismo tiempo me veo en la imposibilidad de realizarlo sin tu luz especial y tu ayuda.

Cumple en mí tu voluntad incluso contra mi querer.

A Ti corresponde, Corazón divino de Jesús, cumplirlo todo en mí; y de este modo, si


llego a santo, tuya será la gloria de mi santificación. Para mí esto es más claro que la
luz del día, pero para Ti será una magnífica gloria. Sólo para esto deseo la
perfección. Amén.

VIVIR Y MORIR EN TU AMOR


Morir en la amistad con el Señor es gracia tan grande que ciertamente no se puede merecer. Por ello,
en conclusión del sermón sobre la predestinación (O.C. III, 56p. 447), invita a sus oyentes a pedirla al
Señor con oración.
Señor, bien sabes que no aspiramos a otra cosa sin a vivir y morir en tu amor; ahora
alimenta estos deseos nuestros al igual que los has hecho brotar e infúndeles la
firmeza y reciedumbre que nosotros no podemos prometernos, dada la mutabilidad e
inconstancia de nuestro corazón. "Por las sendas trazadas ajustando mis pasos; por
tus veredas no vacilan mis pies" (Sal 16,5). Señor, da fuerza a mis pasos, para que
no vacilen o yerren el camino emprendido.

Dios omnipotente, a Ti que mantienes colgada la tierra en el universo, que has


formado los cielos como trono de tu gloria, a ti no será difícil ni - me atrevo a decir _
menos , glorioso conferir a mi alma la misma estabilidad.

Hazme inquebrantable ante todas las tentaciones, inexpugnable a todos los asaltos
de mis enemigos. Apriétame a Ti con lazos indisolubles; une mi voluntad a la tuya
con tanta fuerza que resulten una sola voluntad, de modo que la mía sea recta,
santa y sobre todo constante e inmutable como la tuya.

Concédeme, Oh Dios, morir en el seno de tu Iglesia, fuera de la cual no hay


salvación; haz que expire en los brazos de la cruz, de la que brota el manantial de
nuestra salvación; en el Corazón de Jesús Crucificado, en El que es la misma
Salvación y Redención.

Y como no puedo vivir sino a través de Ti, haz que viva únicamente para Ti. Y, en
fin, alcánzame morir en tu alabanza y tu amor y, si es posible, de amor a Ti. Amen.

NOVENA DE LA CONFIANZA

Saludo del Santo para todos los días:

Nuestro Señor Jesucristo sea nuestra fuerza y nuestra alegría, posea todo
su corazón y sea su único consuelo.

DÍA PRIMERO

Acto de confianza: Estoy tan convencido , Dios mío, de que velas sobre todos los que
esperan en Ti, y de que no puede faltar cosa alguna a quien aguarda de Ti todas las
cosas, que he determinado vivir de ahora en adelante sin ningún cuidado,
descargándome en Ti de todas mis solicitudes. "En paz me duermo y al punto
descanso, porque tu, Señor, me has afirmado singularmente en la esperanza" (Sal
4,10).

Lectura: He resuelto estudiar los medios para hacer recaer la conversación sobre
cosas que puedan edificar, sea quien sea aquel con quien me encuentre; de tal
modo, que nadie se separe de mi sin tener más conocimiento de Dios que cuando
llegó, y, si es posible, con mayor deseo de su salvación.

Propósito: Dios está en medio de nosotros y parece que no le reconocemos. Está en


nuestros hermanos y quiere ser servido en ellos, amado y honrado, y nos
recompensará más por esto que si le sirviésemos a El en persona. Que cada uno
considere en su hermano a Jesucristo.

ORACIÓN LITÚRGICA DEL SANTO PARA TODOS LOS DÍAS


Señor y Padre nuestro, tú que hablaste al corazón de tu fiel servidor, San Claudio de
la Colombiére, para que fuese testigo de la abundancia de tu amor; haz que los
dones de tu gracia iluminen y consuelen a tu Iglesia.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

DESPEDIDA DEL SANTO PARA TODOS LOS DÍAS


Adiós, ruegue a Dios que me haga la gracia de morir enteramente a mi mismo. El
Espíritu Santo llene su corazón del más puro amor de Dios. La paz de Nuestro Señor
Jesús reine siempre en su corazón. Todo suyo en la cruz y en el Corazón de Jesús.

DÍA SEGUNDO

Acto de confianza: Despójenme en buena hora los hombres de los bienes y de la


honra, prívenme de las fuerzas e instrumentos de serviros las enfermedades; pierda
yo por mi mismo vuestra gracia pecando, que no por eso perderé la esperanza;
antes la conservaré hasta el último suspiro de mi vida y vanos serán los esfuerzos de
todos los demonios del infierno para arrancármela.

Lectura: La predicación es inútil sin la gracia, y la gracia no se obtiene sino por la


oración. Si hay tan pocas conversiones entre los cristianos es porque hay pocas
personas que oren, aunque hay muchas que predican. (Cuán agradable a Dios son
estas oraciones!; es como cuando a una madre le ruegan que perdone a su hijo.

Propósito: Dios está en medio de nosotros, o mejor dicho, nosotros estamos en


medio de El; en cualquier lugar donde estemos nos toca: en la oración, en el trabajo,
en la mesa, en la conversación. Hagamos a menudo actos de fe; digamos con
frecuencia: Dios me mira, aquí está presente. No hacer nunca nada, estando a solas,
que no quisiéramos hacer a vista de todo el género humano.

DÍA TERCERO

Acto de confianza: Que otros esperen la dicha de sus riquezas o de sus talentos, que
descansen otros en la inocencia de su vida, o en la aspereza de su penitencia, o en la
multitud de sus buenas obras, o en el fervor de sus oraciones; en cuanto a mi toda
mi confianza se funda en mi misma confianza: "Tu, Señor, me has afirmado
singularmente en la esperanza" (Salmo 4,10).

Lectura: No tengo alegría semejante a la que experimento, cuando descubro en mi


alguna nueva flaqueza, que se me había ocultado hasta entonces. Creo firmemente y
siento gran placer al creerlo, que Dios conduce a los que se abandonan a su
dirección y que se cuida aun de sus cosas más pequeñas.

Propósito: "Si tu ojo fuere sencillo, todo tu cuerpo será claro" (Mt. 6,22).
No buscar sino a Dios, ni siquiera buscar sus bienes, sus gracias, las ventajas que en
su servicio se encuentran como la paz, la alegría, etc., sino a El.

DÍA CUARTO

Acto de confianza: Confianza semejante jamás salió fallida a nadie. "Nadie esperó en
el Señor y quedó confundido" (Ecles 2,11).

Lectura: En reparación de tantos ultrajes y de tan crueles ingratitudes, adorable y


amable Corazón de Jesús, y para evitaren cuanto de mi dependa el caer en
semejante desgracia, yo os ofrezco mi corazón con todos los sentimientos de que es
capaz; yo me entrego enteramente a Vos. Y desde este momento protesto
sinceramente que deseo olvidarme de mi mismo, y de todo lo que pueda tener
relación conmigo para remover el obstáculo que pudiera impedirme la entrada en ese
divino Corazón, que tenéis la bondad de abrirme y donde deseo entrar para vivir y
morir en él con vuestros más fieles servidores, penetrando enteramente y abrasado
de vuestro amor.

Propósito: Dirígete a mi siervo (el P. de La Colombiere) y dile de mi parte que haga


todo lo posible para establecer esta devoción y dar este gusto a mi divino Corazón;
que no se desanime por las dificultades que para ello encontrará, y que no le han de
faltar. Pero debe saber que es todopoderoso aquel que desconfía enteramente de si
mismo para confiar únicamente en Mí. (Jesús a Sta. Margarita)

DÍA QUINTO

Acto de confianza: Así que, seguro Apostolado de la Oración estoy de ser


eternamente bienaventurado, porque espero firmemente serio, y porque eres Tú,
Dios mío, de quien lo espero."En ti, Señor, he esperado; no quede avergonzado
jamás" (Sal 30,2; 70,1).

Lectura: No quiero temer ya ni las ilusiones, ni los artificios del demonio, ni mi propia
debilidad, ni mis indiscreciones, ni aun siquiera mi desconfianza; porque Vos debéis
ser mi fortaleza en todas mis cruces, y me prometisteis serio a proporción de mi
confianza. "Todo lo puedo en Aquel que me conforta" (Flp 4,13). Vos en todas partes
estáis en mi y yo en Vos; luego en cualquier parte que me encuentre, ante cualquier
peligro, cualquier enemigo que me amenace, tengo mi fuerza conmigo.

Propósito: Me promete Dios ser mi fortaleza, según la confianza que tenga en El. Por
esto he resuelto no poner límites a esta confianza y extenderla a todo. Me parece
que en lo sucesivo debo servirme de nuestro Señor como de un escudo que me
rodea, y que opondré a todos los dardos de mis enemigos.

DÍA SEXTO

Acto de confianza: Conocer, demasiado conozco que por mi soy frágil y mudable; sé
cuanto pueden las tentaciones contra las virtudes más robustas, he visto caer las
estrellas del cielo y las columnas del firmamento; pero nada de eso logra
acobardarme.

Lectura: Lo cierto es que, de todas las confianzas, la que más honra al Señor es la
de un pecador insigne que está tan persuadido de la misericordia infinita de Dios,
que todos sus pecados le parezcan como un átomo en presencia de esa misericordia.

Propósito: Sólo se encuentra la paz en el total olvido de sí mismo. Es necesario que


nos resolvamos a olvidarnos hasta de nuestros intereses espirituales, para no buscar
más que la pura gloria de Dios.

DÍA SÉPTIMO

Acto de confianza: Mientras yo espere, estoy a salvo de toda desgracia; y de que


esperaré siempre estoy cierto, porque espero también esta esperanza invariable.

Lectura: No dude de que Dios le ha de dar por si, o por ese confesor, todo lo que le
sea necesario, ni de que nunca dejará perecer un alma que preferirla morir antes
que desagradarle. Le confieso que no pueda perdonar ni un instante de inquietud a
una sierva de Jesucristo. Es una gran injuria a su Señor, que soporta, conserva y
coima de bienes a sus mayores enemigos; piense si querrá perder a los que no
sueñan sino en servirle.

Propósito: Es necesario ser paciente con buena fe, y dulce como Jesucristo hasta el
fondo del alma. le recomiendo esta virtud sobre todas las cosas, es preciosa a los
ojos de Dios. Es dulce hablar de lo que se ama, pero más todavía con Jesucristo
dentro de su corazón.

DÍA OCTAVO

Acto de confianza: En fin, para mi es seguro que nunca será demasiado lo que
espere de Ti, y que nunca tendré menos de lo que hubiere esperado. Por tanto,
espero que me sostendrás firme en los riesgos más inminentes y me defenderás en
medio de los ataques más furiosos, y harás que mí flaqueza triunfe de los más
espantosos enemigos.

Lectura: Teme usted que Dios le mande pruebas que no pueda soportar; es un
pensamiento que le pasa por la imaginación, porque sí creyera que así lo siente no le
perdonaría esa desconfianza y el ultraje que haría a la sabiduría y a la bondad de
nuestro Señor. No llega a entender todavía que es El principalmente quien lo hace
todo en nosotros,, excepto los pecados, y que no debemos considerar ni nuestras
faltas ni nuestra debilidad, sino esperarlo todo de El.

Propósito: Bien se yo que sé Puede comulgar de tal forma que no se saque ningún
fruto; pero sostengo que eso no puede ser consecuencia de acercarse demasiado
frecuentemente. Creo que los que comulgan cada ocho días sin ser por eso mejores,
serían peores si comulgasen más de tarde en tarde; que ninguna indisposición,
exceptuando el pecado mortal, puede impedir el efecto del sacramento que es el de
santificar el alma, de darle fuerzas y vigor para hacer el bien y resistir al mal; que
como cada vez que se comulga se recibe un aumento de mérito y de gracia habitual,
es necesario que una comunión nos disponga para aprovecharnos de otra; y, por
consiguiente, cuantas más comuniones se hacen, más se está en disposición de
aprovechar de las que se deben hacer.

DÍA NOVENO

Acto de confianza: Espero que Tú me amarás a mí siempre y que te amaré a Ti sin


intermisión, y para llegar de un solo vuelo con la esperanza hasta donde puede
llegarse, espero a Ti mismo, de Ti mismo, oh Creador mío, para el tiempo y para la
eternidad. Amén.

Lectura: Este Corazón se encuentra aún, en cuanto es posible, en los mismos


sentimientos y, sobre todo, siempre abrasado de amor para con los hombres;
siempre sensible a nuestros males; siempre apremiado del deseo de hacernos
participantes de sus tesoros y de dársenos a sí mismo; siempre dispuesto a
recibirnos y a servirnos de asilo, mansión, de paraíso, ya en esta vida. A cambio de
todo no encuentra en el corazón de los hombres más que dureza, olvido, desprecio,
ingratitud. Ama y no es amado y ni siquiera es conocido su amor; porque no se
dignan los hombres recibir los dones por los que quiere atestiguarlo, ni escuchar las
amables e intimas manifestaciones que quiere hacer a nuestro corazón.

Propósito: En cuanto a usted, ponga toda su confianza en Dios y no en criatura


alguna; ponga toda su esperanza en El; espérelo todo de El, y no de criatura alguna;
ni aun de sus directores, quien quiera que sean; no pueden nada sin Nuestro Señor,
y El lo puede todo sin ellos.

ANTES DE DORMIR

Maria Santísima a Josefa Menendez, 16 Marzo, 1923

`Oh, Jesús, Vos conocíais mi miseria antes de fijar en mí Vuestros ojos, y ella, lejos
de hacéroslos apartar, ha hecho que me amaseis con tanta ternura y delicadeza. Os
pido perdón de lo mal que he correspondido hoy a Vuestro amor, y Os suplico me
perdonéis y purifiquéis mis acciones en Vuestra Sangre Divina´.

`Me pesa haberos ofendido porque sois infinitamente santo. Me arrepiento con toda
mi alma y prometo hacer cuanto me sea posible para no caer más en las mismas
faltas”.

Meditación antes de dormir

Yo he de morir, mas no sé cuándo;


Yo he de morir, mas no sé dónde;
Yo he de morir, mas no sé cómo;
Lo que sé de cierto es que,
Si muero en pecado mortal,
me condeno para siempre.

Jesús mío, misericordia;


dulce Corazón de María, sé la salvación mía.
Jesús en Ti Confío.

Oración por la familia


Rezada por Benedicto XVI en el V Encuentro Mundial de la Familias.
Oh, Dios, que en la Sagrada Familia
nos dejaste un modelo perfecto de vida familiar
vivida en la fe y la obediencia a tu voluntad.
Ayúdanos a ser ejemplo de fe y amor a tus mandamientos.
Socórrenos en nuestra misión de transmitir la fe a nuestros hijos.
Abre su corazón para que crezca en ellos
la semilla de la fe que recibieron en el bautismo.
Fortalece la fe de nuestros jóvenes,
para que crezcan en el conocimiento de Jesús.
Aumenta el amor y la fidelidad en todos los matrimonios,
especialmente aquellos que pasan por momentos de sufrimiento o
dificultad.

Unidos a José y María,


Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

JACULATORIA
A LA SAGRADA FAMILIA

V. Jesús, José y María.


R. Os doy el corazón y el alma mía.
V. Jesús, José y María.
R. Asistidme en mi última agonía.
V. Jesús José y María.
R. En vos descanse en paz
el alma mía.

Contra el Poder de las Tinieblas

Súplicas que pueden ser utilizadas privadamente por los fieles en la lucha
contra el poder de las tinieblas

Ritual Romano de exorcismos y otras súplicas, Apéndice II


Versión castellana de la edición típica, 2005.

Ver también: Exorcismo

Oraciones

1. Señor Dios, apiádate de mi, siervo tuyo,


que, a causa de muchas insidias,
me he vuelto como un objeto perdido;
sálvame de la mano de mis enemigos
y ven a buscarme si estoy perdido,
acógeme cuando me encuentres,
y no me abandones,
así podré agradarte por siempre,
porque se que me has redimido con tu fuerza.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen.

2. Dios todopoderoso,
que das cobijo a los afligidos en tu casa
y conduces a los cautivos a la prosperidad,
mira mi aflicción
y ven en mi auxilio;
derrota al enemigo malvado,
para que, una vez vencida la acción del adversario,
la libertad me conduzca a la paz,
de modo que restablecido en la piedad serena,
proclame que eres admirable
Tú que diste fuerza a tu pueblo.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen

3. Oh Dios, creador y defensor del genero humano,


que formaste al hombre a tu imagen
y lo recreaste mas admirablemente
con la gracia del Bautismo,
dirige tu mirada sobre mi, siervo tuyo,
y se propicio a mis súplicas.
Te pido que nazca en mi Corazón
el esplendor de tu gloria
para que, eliminado plenamente todo temor,
pueda alabarte
con animo y espíritu sereno,
junto a mis hermanos en tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen

4. Oh Dios, origen de toda misericordia


y de toda bondad,
que quisiste que tu Hijo
sufriera por nosotros el suplicio de la cruz
para librarnos del poder del enemigo;
mira propicio mi humillación y dolor,
y concédeme,
pues me renovaste en la fuente bautismal,
que, habiendo vencido el ataque del Maligno,
me colme la gracia de tu bendición.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen

5. Oh Dios, que por la gracia de la adopción,


quisiste que yo fuera hijo de la luz,
te pido que me concedas
no verme envuelto en las tinieblas de los demonios
sino que pueda por siempre permanecer plenamente
en el esplendor de la libertad recibida de ti.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen

Invocaciones a la Trinidad

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Sólo a Dios honor y gloria.

Bendigamos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;


sea alabado y ensalzado por los siglos de los siglos.
Te invocamos, te alabamos, te adoramos,
oh santa Trinidad.
Esperanza nuestra, salvación nuestra, honor nuestro,
oh santa Trinidad.
Líbrame, sálvame, vivifícame,
oh santa Trinidad.

Santo, santo, santo es el Señor, Dios todopoderoso,


el que era, el que es y el que vendrá.

A ti el honor y la fuerza, oh santa Trinidad,


a ti la gloria y el poder por los siglos de los siglos.

A ti la alabanza, a ti la gloria, a ti la acción de gracias


por los siglos de los siglos, oh santa Trinidad.

Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal,


ten piedad de mí.

Invocaciones a Nuestro Señor Jesucristo

Jesús, Hijo de Dios vivo, ten piedad de mí


Jesús, imagen del Padre, ten piedad de mí
Jesús, Sabiduría eterna, ten piedad de mí
Jesús, resplandor de la luz eterna, ten piedad de mí
Jesús, Palabra de vida, ten piedad de mí
Jesús, Hijo de la Virgen María, ten piedad de mí
Jesús, Dios y hombre, ten piedad de mí
Jesús, Sumo Sacerdote, ten piedad de mí
Jesús, heraldo del reino de Dios, ten piedad de mí
Jesús, camino, verdad y vida, ten piedad de mí
Jesús, pan de vida, ten piedad de mí
Jesús, vid verdadera, ten piedad de mí
Jesús, hermano de los pobres, ten piedad de mí
Jesús, amigo de los pecadores, ten piedad de mí
Jesús, médico del alma y del cuerpo, ten piedad de mí
Jesús, salvación de los oprimidos, ten piedad de mí
Jesús, descanso de los abandonados, ten piedad de mí
Tú que viniste a este mundo, ten piedad de mí
Tú que libraste a los oprimidos
por el diablo, ten piedad de mí
Tú que estuviste colgado en la cruz, ten piedad de mí
Tú que aceptaste la muerte
por nosotros, ten piedad de mí
Tú que yaciste en el sepulcro, ten piedad de mí
Tú que descendiste a los infiernos, ten piedad de mí
Tú que resucitaste
de entre los muertos, ten piedad de mí
Tú que subiste a los cielos, ten piedad de mí
Tú que enviaste el Espíritu Santo
sobre los Apóstoles, ten piedad de mí
Tú que te sientas
a la derecha del Padre, ten piedad de mí
Tú que vendrás a juzgar
a vivos y muertos, ten piedad de mí

b)

Por tu encarnación Líbrame, Señor.


Por tu nacimiento, Líbrame, Señor.
Por tu bautismo y santo ayuno, Líbrame, Señor.
Por tu pasión y cruz, Líbrame, Señor.
Por tu muerte y sepultura, Líbrame, Señor.
Por tu santa resurrección, Líbrame, Señor.
Por tu admirable ascensión, Líbrame, Señor.
Por el envío del Espíritu Santo, Líbrame, Señor.
Por tu gloriosa venida, Líbrame, Señor.

Otras invocaciones al Señor

Cuando se nombra la cruz, puede el fiel oportunamente hacer la señal de la cruz.

Sálvame, Cristo Salvador, por la fuerza de la Cruz  :


tú que salvaste a Pedro en el mar, ten piedad de mí.

Por la señal de la santa Cruz ,


de nuestro enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

Por tu Cruz, sálvanos, oh Cristo Redentor,


tú que muriendo destruiste nuestra muerte
y resucitando restauraste la vida.

Tu Cruz  adoramos, Señor,


tu gloriosa pasión contemplamos:
ten misericordia de nosotros,
Tú que padeciste por nosotros.

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,


porque con tu Cruz has redimido al mundo.

Invocaciones a Santa María Virgen

Bajo tu protección nos acogemos,


santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.

Consoladora de los afligidos, ruega por nosotros.


Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.

Dígnate aceptar mis alabanzas, oh Virgen santa;


hazme fuerte contra tus enemigos.
Madre mía, confianza mía.

María, Virgen Madre de Dios, ruega a Jesús por mí.

Dignísima Reina del mundo,


Virgen perpetua María,
intercede por nuestra paz y salvación,
tú que engendraste a Cristo Señor, Salvador de todos.

María, Madre de gracia,


Madre de misericordia,
defiéndenos del enemigo,
y ampáranos en la hora de la muerte.

Socórreme, oh piadosísima Virgen María,


en todas mis tribulaciones,
angustias y necesidades,
alcánzame de tu Hijo querido
la liberación de todos los males
y de los peligros de alma y cuerpo.

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María,


que jamás se ha oído decir,
que ni uno solo de cuantos han acudido a tu protección
e implorado tu socorro,
haya sido desamparado por ti.
Yo pecador, animado con esta confianza,
acudo a ti, oh Madre, Virgen de las Vírgenes;
a ti vengo,
ante ti me presento con dolor.

No desprecies, Madre del Verbo, mis súplicas,


antes bien inclina a ellas tus oídos
y dígnate atenderlas favorablemente.

Invocación a san Miguel Arcángel

Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha;


sé nuestro amparo contra la maldad
y las asechanzas del demonio.
Pedimos suplicantes
que Dios lo mantenga bajo su imperio;
y tú, Príncipe de la milicia celestial,
arroja con el poder divino, en el infierno
a Satanás y los otros espíritus malignos,
que andan por el mundo
tratando de perder las almas. Amén.

Letanías
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros / por mí.
San Miguel, ruega por nosotros / por mí.
San Gabriel, ruega por nosotros / por- mí.
San Rafael, ruega por nosotros / por mí.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros / por mí.
San Juan Bautista, ruega por nosotros / por mí.
San José, ruega por nosotros / por mí.
San Pedro, ruega por nosotros / por mí.
San Pablo, ruega por nosotros / por mí.
San Juan, ruega por nosotros / por mí.
Todos los santos Apóstoles, rogad por nosotros / por mí.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros / por mí.

(Pueden añadirse los nombres de otros Santos y Beatos)

De todo mal, Líbranos / me, Señor.


De todo pecado, Líbranos / me, Señor.
De las insidias del diablo, Líbranos / me, Señor.
De la muerte eterna, Líbranos / me, Señor.
Cristo, óyenos / me.
Cristo, escúchanos / me.

LA ORACIÓN DE LA MAÑANA
PARA OBTENER LA AYUDA DEL SEÑOR
Audencia General, Juan Pablo II, 30 de mayo de 2001

Salmo 5, 2-10. 12-13

Señor, escucha mis palabras,


atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío.

A ti te suplico, Señor:
por la mañana escucharás mi voz,
por la mañana te expongo mi causa,
y me quedo aguardando.

Tú no eres un Dios que ame la maldad,


ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia.

Detestas a los malhechores,


destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor.
Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con toda reverencia.

Señor, guíame con tu justicia,


porque tengo enemigos;
alláname tu camino.

En su boca no hay sinceridad,


su corazón es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto,
mientras halagan con la lengua.

Que se alegren los que se acogen a ti,


con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre.

Porque tú, Señor, bendices al justo,


y como un escudo lo rodea tu favor.

1. "Por la mañana escucharás mi voz; por la mañana te expongo mi causa y me quedo


aguardando". Con estas palabras, el salmo 5 se presenta como una oración de la mañana y, por
tanto, se sitúa muy bien en la liturgia de las Laudes, el canto de los fieles al inicio de la jornada.
Sin embargo, el tono de fondo de esta súplica está marcado por la tensión y el ansia ante los
peligros y las amarguras inminentes. Pero no pierde la confianza en Dios, que siempre está
dispuesto a sostener a sus fieles para que no tropiecen en el camino de la vida.

"Nadie, salvo la Iglesia, posee esa confianza" (san Jerónimo, Tractatus LIX in psalmos, 5, 27: PL
26, 829). Y san Agustín, refiriéndose al título que se halla al inicio del salmo, un título que en su
versión latina reza: "Para aquella que recibe la herencia", explica: "Se trata, por consiguiente, de
la Iglesia, que recibe en herencia la vida eterna por medio de nuestro Señor Jesucristo, de modo
que posee a Dios mismo, se adhiere a él, y encuentra en él su felicidad, de acuerdo con lo que
está escrito: "Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra" (Mt 5, 4)"
Enarrationes in Psalmos, 5: CCL 38, 1, 2-3).

2. Como acontece a menudo en los salmos de súplica dirigidos al Señor para que libre a los
fieles del mal, son tres los personajes que entran en escena en este salmo. El primero es Dios
(v. 2-7), el Tú por excelencia del salmo, al que el orante se dirige con confianza. Frente a las
pesadillas de una jornada dura y tal vez peligrosa, destaca una certeza. El Señor es un Dios
coherente, riguroso en lo que respecta a la injusticia y ajeno a cualquier componenda con el
mal: "Tú no eres un Dios que ame la maldad" (v. 5).

Una larga lista de personas malas -el malvado, el arrogante, el malhechor, el mentiroso, el
sanguinario y el traicionero- desfila ante la mirada del Señor. Él es el Dios santo y justo, y está
siempre de parte de quienes siguen los caminos de la verdad y del amor, mientras que se opone
a quienes escogen "los senderos que llevan al reino de las sombras" (cf. Pr 2, 18). Por eso el fiel
no se siente solo y abandonado al afrontar la ciudad, penetrando en la sociedad y en el torbellino
de las vicisitudes diarias.

3. En los versículos 8 y 9 de nuestra oración matutina, el segundo personaje, el orante, se


presenta a sí mismo con un Yo, revelando que toda su persona está dedicada a Dios y a su
"gran misericordia". Está seguro de que las puertas del templo, es decir, el lugar de la comunión
y de la intimidad divina, cerradas para los impíos, están abiertas de par en par ante él. Él entra
en el templo para gozar de la seguridad de la protección divina, mientras afuera el mal domina y
celebra sus aparentes y efímeros triunfos.

La oración matutina en el templo proporciona al fiel una fortaleza interior que le permite afrontar
un mundo a menudo hostil. El Señor mismo lo tomará de la mano y lo guiará por las sendas de la
ciudad, más aún, le "allanará el camino", como dice el salmista con una imagen sencilla pero
sugestiva. En el original hebreo, esta serena confianza se funda en dos términos (hésed y
sedaqáh): "misericordia o fidelidad", por una parte, y "justicia o salvación", por otra. Son las
palabras típicas para celebrar la alianza que une al Señor con su pueblo y con cada uno de sus
fieles.

4. Por último, se perfila en el horizonte la oscura figura del tercer actor de este drama diario: son
los enemigos, los malvados, que ya se habían insinuado en los versículos anteriores. Después
del "Tú" de Dios y del "Yo" del orante, viene ahora un "Ellos" que alude a una masa hostil,
símbolo del mal del mundo (vv. 10 y 11). Su fisonomía se presenta sobre la base de un elemento
fundamental en la comunicación social: la palabra. Cuatro elementos -boca, corazón, garganta y
lengua- expresan la radicalidad de la malicia que encierran sus opciones. En su boca no hay
sinceridad, su corazón es siempre perverso, su garganta es un sepulcro abierto, que sólo quiere
la muerte, y su lengua es seductora, pero "está llena de veneno mortífero" (St 3, 8).

5. Después de este retrato crudo y realista del perverso que atenta contra el justo, el salmista
invoca la condena divina en un versículo (v. 11), que la liturgia cristiana omite, queriendo así
conformarse a la revelación neotestamentaria del amor misericordioso, el cual ofrece incluso al
malvado la posibilidad de conversión.

La oración del salmista culmina en un final lleno de luz y de paz (v. 12-13), después del oscuro
perfil del pecador que acaba de dibujar. Una gran serenidad y alegría embarga a quien es fiel al
Señor. La jornada que se abre ahora ante el creyente, aun en medio de fatigas y ansias,
resplandecerá siempre con el sol de la bendición divina. Al salmista, que conoce a fondo el
corazón y el estilo de Dios, no le cabe la menor duda: "Tú, Señor, bendices al justo y como un
escudo lo cubre tu favor" (v. 13).

PLEGARIAS DE LIBERACIÓN

Padre Gabriele Amorth- exorcista de la diócesis de Roma


De su libro, "Un Exorcista Cuenta Su Historia"

Ver también: exorcismo | maleficio | Oraciones contra el poder de las tinieblas

Oraciones contra el maleficio (del ritual griego)


Kyrie eleison. Dios nuestro Señor, oh Soberano de los siglos, omnipotente y
todopoderoso, tú que lo has hecho todo y que lo transformas todo con tu sola
voluntad; tú que en Babilonia transformaste en rocío la llama del horno siete veces
más ardiente y que protegiste y salvaste a tus tres santos jóvenes; tú que eres
doctor y médico de nuestras almas; tú que eres la salvación de aquellos que se
dirigen a ti, te pedimos y te invocamos, haz vana, expulsa y pon en fuga toda
potencia diabólica, toda presencia y maquinación satánica, toda influencia maligna y
todo maleficio o mal de ojo de personas maléficas y malvadas realizados sobre tu
siervo... haz que, en cambio, de la envidia y el maleficio obtenga abundancia de
bienes, fuerza, éxito y caridad; tú, Señor, que amas a los hombres, extiende tus
manos poderosas y tus brazos altísimos y potentes y ven a socorrer y visita esta
imagen tuya, mandando sobre ella el ángel de la paz, fuerte y protector del alma y el
cuerpo, que mantendrá alejado y expulsará a cualquier fuerza malvada, todo
envenenamiento y hechicería de personas corruptoras y envidiosas; de modo que
debajo de ti tu suplicante protegido te cante con gratitud: “el Señor es mi salvador y
no tendré temor de lo que pueda hacerme el hombre.” “No tendré temor del mal
porque tú estás conmigo, tú eres mi Dios, mi fuerza, mi poderoso Señor, Señor de la
paz, padre de los siglos futuros”. Sí Señor Dios nuestro, ten compasión de tu imagen
y salva a tu siervo... de todo daño o amenaza procedente de maleficio, y protégelo
poniéndolo por encima de todo mal; por la intercesión de la más que bendita,
gloriosa Señora, la madre de Dios y siempre Virgen María, de los resplandecientes
arcángeles y de todos sus santos. ¡Amén!

Oración contra todo mal


Espíritu del Señor, Espíritu de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad,
Virgen Inmaculada, ángeles, arcángeles y santos del paraíso descended sobre mí.
Fúndeme, Señor, modélame, lléname de ti, utilízame.
Expulsa de mí todas las fuerzas del mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda
estar bien y hacer el bien.
Expulsa de mí los maleficios, las brujerías, la magia negra, las misas negras, los
hechizos, las ataduras, las maldiciones y el mal de ojo; la infestación diabólica, la
posesión diabólica y la obsesión y perfidia; todo lo que es mal, pecado, envidia, celos
y perfidia; la enfermedad física, psíquica, moral, espiritual y diabólica.
Quema todos estos males en el infierno, para que nunca más me toquen a mí ni a
ninguna otra criatura en el mundo.
Ordeno y mando con la fuerza de Dios omnipotente, en nombre de Jesucristo
Salvador, por intercesión de la Virgen Inmaculada, a todos los espíritus inmundos, a
todas las presencias que me molestan, que me abandonen inmediatamente, que me
abandonen definitivamente y que se vayan al infierno eterno, encadenados por San
Miguel Arcángel, por San Gabriel, por San Rafael, por nuestros ángeles custodios,
aplastados bajo el talón de la Virgen Santísima Inmaculada.

Oración por la curación interior


Señor Jesús, tu has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que
cures los traumas que provocan turbaciones en mi corazón; te ruego, en especial
que cures aquellos que son causa de pecado. Te pido que entres en mi vida, que me
cures de los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de aquellas
heridas que me los han provocado a lo largo de toda la vida. Señor Jesús, tú conoces
mis problemas, los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor. Te ruego, en virtud
de aquella gran llaga abierta en tu corazón, que cures las pequeñas heridas que hay
en el mío. Cura las heridas de mis recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha
acaecido me haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación. Cura,
Señor, todas esas heridas íntimas que son causa de enfermedades físicas. Yo te
ofrezco mi corazón, acéptalo, Señor, purifícalo y dame los sentimientos de tu
Corazón divino. Ayúdame a ser humilde y benigno.
Concédeme, Señor, la curación del dolor que me oprime por la muerte de las
personas queridas. Haz que pueda recuperar la paz y la alegría por la certeza de que
tú eres la Resurrección y la Vida. Hazme testigo auténtico de tu Resurrección, de tu
victoria sobre el pecado y la muerte, de tu presencia Viviente entre nosotros. ¡Amén!

Plegaria de Liberación
Oh, Señor, tú eres grande, tú eres Dios, tú eres Padre, nosotros te rogamos, por la
intercesión y con la ayuda de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, que nuestros
hermanos y hermanas sean liberados del maligno que los ha esclavizado.
Oh, santos, venid todos en nuestra ayuda.

De la angustia, la tristeza y las obsesiones, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.


Del odio, la fornicación y la envidia, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De los pensamientos de celos, de rabia y de muerte, nosotros te rogamos: Líbranos,
oh Señor.
De todo pensamiento de suicidio y de aborto, nosotros te rogamos: Líbranos, oh
Señor.
De toda forma de desorden en la sexualidad , nosotros te rogamos: Líbranos, oh
Señor.
De la división de la familia, de toda amistad mala: Líbranos, oh Señor.
De toda forma de maleficio, de hechizo, de brujería y de cualquier mal oculto,
nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.

Oh, Señor, que dijiste “la paz os dejo, mi paz os doy”, por la intercesión de la Virgen
María concédenos ser librados de toda maldición y gozar siempre de tu paz. Por
Cristo Nuestro Señor. ¡Amén!

ORACION DE LIBERACION
Monseñor Morales

Señor nuestro Jesucristo te adoro, te alabo, te bendigo, gracias por tu infinito amor
por el que te has hecho uno de nosotros naciendo de la Virgen María y por el que
subiste a la Cruz para dar tu vida por nosotros.

Gracias por tu sangre preciosísima con que nos has redimido.

Con tu sangre preciosísima brotada de tus sacratísimas sienes traspasadas por


espinas: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros
todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.

Con tu sangre preciosísima brotada de tu hombro y espalda llagados por la Cruz a


cuestas: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros
todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.

Con tu sangre preciosísima brotada de tu costado abierto por la lanza: cúbrenos,


séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda
iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.

Con tu sangre preciosísima brotada de tus pies y de tus manos traspasados por los
clavos: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo
pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.

Con tu sangre preciosísima brotada de todo tu cuerpo llagado por los azotes:
cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo
pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.

Tres veces Gloria

Amén, Amén, Amén.


Cuatro esquinitas tiene mi cama...
Hay muchas versiones:

Jesusito de mi vida eres niño como yo,


por eso te quiero tanto
y te doy mi corazón.

Cuatro esquinitas tiene mi cama,


cuatro angelitos guardan mi alma.

Jesús, José y María


os doy mi corazón
y el alma mía.

Con Dios me acuesto, con Dios me levanto,


con la Virgen Maria y el Espiritu Santo.

Cuatro esquinitas tiene mi cama


cuatro angelitos que me la guardan
dos a los pies
dos a la cabecera
y la Virgen Maria que es mi compañera.

Cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos que me acompañan.


Virgen Maria, no me desampares, ni de noche ni de dia.

Cuatro esquinitas tiene mi cama,


Cuatro angelitos que me acompañan
Santa Mónica bendita
Madre de San Agustín
Echanos tu bendición que nos vamos a dormir.

Cuatro esquinitas tiene mi cama,


Cuatro angelitos hacen mi guarda,
Lucas, Juan y Matías,
Nuestro Señor y la virgen María
Señor Jesucristo
Que bendices tu altar,
Bendice mi cama
Que me voy a acostar.
ORACIÓN DE LA FAMILIA
POR LA VIDA
Al final del día la familia se reúne. Se puede encender una vela delante de
un crucifijo o sencillamente sentarse en sus asientos favoritos. Cuando
todos estén listos se hace la señal de la Cruz. Entonces se lee la Biblia.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo *

"Los discípulos vinieron a Jesús y le preguntaron quien seria el mas grande en el


reino de los cielos. Jesús llamo a un niño cerca de el. Entonces dijo: «Yo les aseguro
que si ustedes no cambian y se hacen como este niño, no entraran en el Reino de los
Cielos. Por lo tanto, si ustedes se hacen tan humildes como este niño, ustedes serán
los mas grandes en el reino de los cielos. Ademas, el que por mi reciba a uno de
estos niños a mi me recibe.»"

Palabra de Dios...

Todos: Te alabamos, Señor

(La siguiente oración puede rezarse dividida en partes como esta indicado)

Padre o Madre:

Dios de compasión y amor paciente, acompaña todos los que tienen miedo y dales el
valor de vivir el Evangelio de Vida.

Hijo o hija mayor:

Acompaña Señor todas las madres, especialmente aquellas que son jóvenes, las que
están solas, golpeadas o son victimas de la adicción: sana las heridas de sus
corazones, transfórmalas y séllalas con tu amor.

Hijo o hija menor:

Acompaña Señor todos los niños, aquellos que están por nacer, los que son mas
pequeños y frágiles: arrúllalos con tu amor.

Padre o Madre:

Acompaña Señor todos los padres, especialmente aquellos que son jóvenes, los que
están confundidos, los que sienten miedo o tienen resentimientos. Dales Señor tu
fuerza y tu sabiduría y la gracia de abrazar con generosidad el llamado a la
paternidad.

Oremos...

Padre o Madre:
Desde el principio, Señor, tu has bendecido a la creación con vida abundante.
Derrama sobre nuestra familia esas mismas bendiciones, que unidos en mutuo amor,
santidad y compromiso del uno con el otro, podamos proclamar el Evangelio de Vida
en todo lo que somos y todo lo que hagamos. Te pedimos esto por Jesucristo
Nuestro Señor.

Todos: Amen

Los padres bendicen a cada niño haciendo la señal de la Cruz en la frente. (Se recomienda usar agua
bendita.)

ORACIONES BÁSICAS
ACTO DE CONTRICCION | ACTO PENITENCIAL | ANGELUS | AVE MARIA |
CREDO
DOXOLOGIA (Gloria) | MAGNIFICAT | PADRE NUESTRO | ROSARIO |
SALVE | SEÑAL DE LA CRUZ

Rezar es escuchar y hablar con Dios desde el corazón.


Imitando a Jesús, nosotros debemos rezar siempre. Momentos especiales
son:
Al levantarnos, al comer, al dormir...
ACTO DE CONTRICCION 1 DOXOLOGÍA

Señor mío, Jesucristo, Dios y Gloria al Padre, y al Hijo, y al


hombre verdadero, Espíritu Santo
Creador, Padre, Redentor mío, Como era en el principio,
por ser vos quien sois, bondad ahora y siempre,
infinita por los siglos de los siglos.
y por que os amo sobre todas las Amén.
cosas,
me pesa de todo corazón haberos
ofendido,
también me pesa porque podéis PADRE NUESTRO
Jesús nos enseñó a rezar: (Mateo 6, 5-15)
castigarme con
las penas del infierno.
Animado con tu divina gracia, Padre nuestro que estás en
propongo firmemente el cielo,
nunca mas pecar, confesarme santificado sea tu Nombre;
y cumplir la penitencia que me venga a nosotros tu reino;
fuera impuesta, hágase tu voluntad
para el perdón de mis pecados. en la tierra como en el cielo.
Amen Danos hoy nuestro pan de
cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
ACTO DE CONTRICION 2 perdonamos
a los que nos ofenden;
Pésame Dios mío y me arrepiento No nos dejes caer en
de todo corazón de haberte tentación,
ofendido. y líbranos del mal.
Pésame por el infierno que Amen.

merecí
y por el cielo que perdí; San Cipriano sobre el Padre
pero mucho mas me pesa porque Nuestro
pecando ofendí un Dios tan Juan Pablo II sobre el Padre
bueno y tan grande como vos; Nuestro
antes querría haber muerto que Padre Nuestro en arameo
haberle ofendido, (lengua de Jesús)
y propongo firmemente ayudado Padre Nuestro en mas de
por tu divina gracia, 100 idiomas
no pecar mas y evitar las
ocasiones próximas de pecado.
Amen SEÑAL DE LA CRUZ
signo de la redención
Explicación
ACTO PENITENCIAL
Por la señal de la Santa
Yo confieso ante Dios Cruz,
Todopoderoso de nuestros enemigos,
y ante ustedes, hermanos, líbranos Señor Dios nuestro.
que he pecado mucho En el nombre del Padre
de pensamiento, palabra, obra y y del Hijo y del Espíritu
omisión: Santo.
EL CREDO
Contiene las verdades y misterios de nuestra Fe católica
Comparación del contenido de los dos credos
Credo de los Apóstoles Credo de Nicea-
explicación Constantinopla

Creo en Dios, Padre


Todopoderoso, Creo en un solo Dios, Padre
Creador del cielo y de la Todopoderoso, Creador del cielo y
tierra. de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible.

Creo en Jesucristo, su Creo en un solo Señor, Jesucristo,


único Hijo, Hijo único de Dios, nacido del
Nuestro Señor, Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por
nuestra salvación bajó del cielo,
que fue concebido por obra
y gracia y por obra del Espíritu Santo se
del Espíritu Santo, encarnó de María, la Virgen, y se
nació de Santa María hizo hombre;
Virgen;

padeció bajo el poder de y por nuestra causa fue crucificado


Poncio Pilato, fue en tiempos de Poncio Pilato;
crucificado, muerto y padeció y fue sepultado,
sepultado,
y resucitó al tercer día, según las
descendió a los Escrituras,
infiernos,>>
al tercer día resucitó de y subió al cielo, y está sentado a la
entre los muertos, derecha del Padre;
subió a los cielos
y está sentado a la derecha y de nuevo vendrá con gloria para
de Dios, juzgar a, vivos y muertos, y su
Padre todopoderoso. reino no tendrá fin.
Desde allí ha de venir a Creo-en el Espíritu Santo, Señor y
juzgar dador de vida, que procede del
a los vivos y a los muertos. Padre y del Hijo, que con el Padre
y el Hijo recibe una misma
Creo en el Espíritu Santo, adoración y gloria, y que habló por
los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una,


santa, católica y apostólica.
la santa Iglesia católica, Confieso que hay un solo Bautismo
la comunión de los santos, para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los
el perdón de los pecados, muertos
la resurrección de la carne y la vida del mundo futuro. Amén.
y la vida eterna. Amén.

(Reflexiona cada línea


para conocer a Dios y tu fe )

ORACIONES MARIANAS MAS CONOCIDAS


AVE MARIA SALVE
Dios te salve María, Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
llena eres de gracia vida y dulzura y esperanza nuestra:
El Señor es contigo, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de
bendita tu eres entre todas las mujeres, Eva;
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de
-Santa María Madre de Dios, lágrimas.
ruega por nosotros pecadores, Ea, pues, Señora abogada nuestra,
ahora y en la hora de nuestra muerte, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos
Amén. y, después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima! ¡oh piadosa! ¡oh dulce Virgen María!
El Ave María es el saludo del Ángel (primera
parte) y también el saludo de la Iglesia (segunda V. Ruega por nosotros santa Madre de Dios,
parte) a la Virgen Santísima. Es una oración de R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
amor, confianza y petición a la Madre de Dios y de nuestro Señor Jesucristo.
Madre Nuestra. Amén.

El Ave María en todos los idiomas MAGNIFICAT


(Lucas 1:46-55)

Proclama mi alma la grandeza del Señor,


y se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
por el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre

ORACIÓN PARA PEDIR SALUD.

Padre Dios Todopoderoso, fuente de la salud y del consuelo, que has dicho
"Yo soy el que te da la salud" (Exodo 15,26). Acudimos a ti en este
momento en el que por la enfermedad experimentamos la fragilidad de
nuestros cuerpos. Ten piedad Señor de los que estamos sin fuerza (cf Salmo
6), "devuélvenos la salud y quedaremos sanos" (Jer 17,14). Has efectivos
los tratamientos médicos (cf Ec 38, 1-15). Líbranos de los efectos
secundarios de la medicina y haz lo que la medicina no puede hacer.
Realiza un milagro de tu amor y concédenos la salud del cuerpo, la paz en
el alma, para que libres de toda enfermedad y recobradas las fuerzas,
podamos servirte mejor a ti y a nuestros hermanos (cf Lucas 4, 38-39). Lo
pedimos en el nombre de tu Hijo Jesucristo, con la Virgen María nuestra
madre, orando en la fuerza del Espíritu Santo, a ti que vives y reinas por los
siglos de los siglos. Amén.

Sr. Salvador Gómez.

Oración al Espíritu Santo para pedir sus siete dones

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el
fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y danos nueva vida. Y renueva la
faz de la tierra. Dígnate escuchar mis súplicas, y envianos tus dones, como
los enviaste sobre los Apóstoles el día de Pentecostés.

Espíritu de Verdad, te ruego me llenes del don de Entendimiento, para


penetrar las verdades reveladas y así aumentar mi fe en Jesucristo, único y
verdadero Salvador.

Espíritu Sempiterno, te ruego me llenes del don de Ciencia, y así vivir para
los valores eternos.

Espíritu de Amor, te ruego me llenes del don de Sabiduría, para que


aumente mi caridad al prójimo y actúe siempre movido por ella.

Espíritu Santificador, te ruego me llenes del don de Consejo, para obrar de


continuo con prudencia, eligiendo las palabras y acciones más adecuadas
para la santificación mía y de los demás.

Espíritu de Bondad, te ruego me llenes del don de Piedad, para practicar


con todos la justicia; dando a cada uno lo suyo: a Dios gratitud y
obediencia, a los hombres generosidad y amabilidad.

Espíritu Omnipotente, te ruego me llenes del don de Fortaleza, para


perseverar con constancia y confianza en el camino de la perfección
cristiana; resistiendo con paciencia las adversidades.

Espíritu de Majestad, te ruego me llenes del don de Temor de Dios, para no


dejarme llevar de las tentaciones del mundo y por el contrario, esté siempre
dispuesto a servirte con amor sabiendo que soy hijo predilecto de un Padre
que me ama.

Divino Espíritu, por los méritos de Jesucristo y la intercesión de tu Esposa,


la Virgen María, te suplico que vengas a mi corazón y me comuniques la
plenitud de tus dones, para que, iluminado y confortado por ellos, viva
según tu voluntad, muera entregado a tu Amor y así merezca cantar
eternamente tus infinitas misericordias. Amén.

ORACIÓN PARA LA SANACIÓN DEL ALMA


PADRE DE BONDAD, PADRE DE AMOR, TE BENDIGO, TE
ALABO Y TE DOY GRACIAS PORQUE POR AMOR NOS DISTE
A JESÚS.

GRACIAS PADRE PORQUE A LA LUZ DE TU ESPÍRITU COMPRENDEMOS


QUE EL ES LA LUZ, LA VERDAD Y EL BUEN PASTOR QUE HA VENIDO
PARA QUE TENGAMOS VIDA Y LA TENGAMOS EN ABUNDANCIA.

HOY PADRE ME QUIERO PRESENTAR DELANTE DE TI,


COMO TU HIJO, TU ME CONOCES POR MI NOMBRE, PON TU
OJOS DE PADRE AMOROSO EN MI VIDA. TU CONOCES MI
CORAZÓN Y CONOCES LAS HERIDAS DE MI HISTORIA. TU
CONOCES TODO LO QUE HE QUERIDO HACER Y NO HE
HECHO, CONOCES TAMBIÉN LO QUE HICE O ME HICIERON
LASTIMÁNDOME. TU CONOCES MIS LIMITACIONES,
ERRORES, Y PECADOS; CONOCES LOS TRAUMAS Y
COMPLEJOS DE MI VIDA.

HOY PADRE TE PIDO QUE POR EL AMOR QUE LE TIENES A


TU HIJO JESUCRISTO DERRAMES TU SANTO ESPIRITU
SOBRE MI, PARA QUE EL CALOR DE TU AMOR SANADOR
PENETRE EN LO MAS ÍNTIMO DE MI CORAZÓN.
TU QUE SANAS LOS CORAZONES DESTROZADOS Y
VENDAS LAS HERIDAS, SANAME AQUÍ Y AHORA DE MI
ALMA, DE MI MENTE, DE MI MEMORIA Y TODO MI
INTERIOR. ENTRA EN MI, SEÑOR JESÚS, COMO ENTRASTE
EN AQUELLA CASA DONDE ESTABAN TUS DISCÍPULOS
LLENOS DE MIEDO, TU TE APARECISTE EN MEDIO DE ELLOS
Y LES DIJISTE PAZ A VOSOTROS. ENTRA EN MI CORAZÓN Y
DAME TU PAZ.

LLENAME DE AMOR, SABEMOS QUE EL AMOR HECHA


FUERA EL TEMOR, PASA POR MI VIDA Y SANA Y CAMBIA MI
CORAZON Y DAME UN CORAZON GENEROSO, UN CORAZON
AMABLE, UN CORAZON BONDADOSO Y DAME UN CORAZON
NUEVO.

HAZ BROTAR EN MI LOS FRUTOS DE TU PRESENCIA, DAME


EL FRUTO DE TU ESPIRITU QUE ES AMOR, PAZ Y ALEGRIA.
HAZ QUE VENGA SOBRE MI EL ESPIRITU DE LAS
BIENAVENTURANZAS PARA QUE PUEDA SABOREAR Y
BUSCAR A DIOS CADA DIA, VIVIENDO SIN COMPLEJOS NI
TRAUMAS JUNTO A LOS DEMAS, JUNTO A MI FAMILIA,
JUNTO A MIS HERMANOS.

TE DOY GRACIAS PADRE POR LO QUE ESTAS HACIENDO


HOY EN MI VIDA, TE DOY GRACIAS DE TODO CORAZÓN,
PORQUE TU ME SANAS, PORQUE TU ME LIBERAS, PORQUE
TU ROMPES LAS CADENAS Y ME DAS LIBERTAD. GRACIAS
SEÑOR JESÚS, PORQUE SOY TEMPLO DE TU ESPIRITU Y
ESTE TEMPLO NO SE PUEDE DESTRUIR PORQUE ES LA
CASA DE DIOS. TE DOY GRACIAS ESPIRITU SANTO POR LA
FE, GRACIAS POR EL AMOR QUE HAZ PUESTO EN MI
CORAZON QUE GRANDE ERES, SEÑOR DIOS BENDITO Y
ALABADO SEAS SEÑOR.

FAVIOLA DIAZ DE MARTIN


NORMA P. RIOS DE AGUILERA

LLAMADA DE EMERGENCIA

ORACIÓN PARA UNA GRAVE


NECESIDAD
Oh Divino Jesús que dijiste "PEDID Y RECIBIRÉIS,
BUSCAD Y ENCONTRAREIS, LLAMAD Y SE OS
ABRIRÁ, PORQUE TODO EL QUE PIDE RECIBE Y EL
QUE BUSCA ENCUENTRA Y A QUIEN LLAMA SE LE
ABRE". Mírame postrado a tus pies suplicándote me
concedas una audiencia. Tus palabras me infunden confianza
sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor.

(Se ora en silencio pidiendo el favor)

A quién he de PEDIR, sino a TI cuyo corazón es un manantial


inagotable de
todas las gracias y dones?

Dónde he de BUSCAR, sino en el tesoro de TU CORAZÓN


que contiene todas las riquezas y clemencias de la
Generosidad DIVINA?. A donde he de LLAMAR sino a la
puerta de ese CORAZÓN SAGRADO a través del cual DIOS
viene a nosotros y por medio del cual vamos a DIOS?

A Ti, acudimos, OH CORAZÓN DE JESÚS, porque en Ti


encontramos consuelo cuando afligidos y perseguidos
pedimos protección; cuando abrumados por el peso de nuestra
cruz buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la
pobreza o el fracaso nos impulsa a buscar una fuerza superior
a las fuerza humanas.

Creo firmemente que puedes concederme la gracia que


imploro porque Tú
misericordia no tiene límites y confío en que TÚ CORAZÓN
compasivo
encontrará en mis miserias, en mis tribulaciones y en mis
angustias un
motivo más para oír mi petición.

Quiero que mi corazón este lleno de la confianza conque oró


el centurión
romano a favor de su criado, de la confianza con que oraron
las hermanas
de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se
acercaban a Ti
porque sabían que tus oídos y TU CORAZÓN estaban
siempre abiertos para oír y remediar sus males.

Sin embargo, dejo en TUS MANOS mí petición sabiendo que


TÚ vez las cosas mejor que yo, y si no me concedes esta
gracia que te pido, si me darás otra que mucho necesita mi
alma, y me concederás mirar las cosas, mi situación, mis
problemas, mi vida entera, desde otro ángulo con más espíritu
de Fe.

Cualquiera que sea tú decisión nunca dejaré de amarte,


adorarte y servirte,
Oh buen Jesús.

Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión a lo


que decreta TU
CORAZÓN MISERICORDIOSO.

AMEN.

PADRE NUESTRO, AVE MARIA, GLORIA AL PADRE.

SAGRADÍSIMO CORAZÓN DE JESÚS EN VOS CONFÍO


(3 veces)

esta oración la envió Carlos Alberto Dajud

LA ORACIÓN ANTES DE SUBIR AL CIELO


Mi padre era Católico. De aquellos Católicos que hizo la Primera
Comunión y se casó por la Iglesia y desde entonces solamente iba por
hacer acto de presencia en compromisos sociales. Sin embargo, creía
en Dios, en Jesucristo y en el Espíritu Santo.

Mi padre vivió una vida muy plena. Llena de trabajo, de triunfos y


derrotas, de amor y de tristezas. Tuvo dos esposas y seis hijos. Tuvo
una madre que lo amó y lo mimó toda su vida, hasta el último
momento. Mi padre fue un gran hombre. Con sus virtudes y defectos,
como todos, pero ante todo fue un buen padre. Me dio una buena
educación y amó y casi adoró a mi madre. Lo vi trabajar, llorar, reír,
soñar, bailar, enfermar y morir.

El día que mi padre se enteró que tenía cáncer vi por primera vez en mi
vida su rostro resquebrajarse de miedo y de dolor. Pasé la noche con
el y antes de que mi hermano y mi madre se fueran me dijo: "Mi Reina,
yo no sé rezar." Yo le contesté que si sabía, que rezar era muy
sencillo, que era simplemente como quien habla con su padre como yo
lo había hecho muchas veces con el. Le dije, "cuando yo hablo con
usted me dirijo a usted con mucho cariño y le digo Papi, así pues usted
diríjase a su Padre Celestial con amor, dígale Querido Padre o
Santísimo Señor, algo bonito que le diga cuanto usted lo ama. Dele
después las gracias por la vida plena que le ha concedido, por su
esposa, sus hijos, sus logros y todo lo que ha aprendido, y luego pídale
de corazón lo que usted desee. Finalmente pídale que le perdone
cualquier ofensa y pídaselo todo en nombre de su Hijo Jesús, pues
Este nos prometió que cualesquiera cosa que le pidiéramos al Padre de
corazón, en nombre del Hijo, nos será concedido." Mi padre me miró
con lágrimas en sus ojos azules y me pidió que yo dijera la oración por
el. Así lo hice, y pedí que Dios le concediera a mi padre las fuerzas
para luchar contra esta terrible enfermedad y vencerla. Cuando acabé
mi padre agregó a la oración "Dios mío, por favor ayúdame a guiar bien
a mis hijos en el corto tiempo que me queda, a dejar mis asuntos en
orden para que sobre ellos no caiga ningún problema por mi cuenta.
Cuando yo falte ilumínalos tu Señor. Ellos, los seis, y sus hijos, y esta
mujer, mi esposa (mi madre), son la razón de mi vida, de mi ser. Si ya
no tengo fuerzas para darles dales Tu Señor todo el amor que tengo
para todos ellos." Mi padre murió siete semanas después en mis
brazos, rodeado de su madre, su esposa y sus hijos. Yo cerré sus ojos
y momentos antes de morir aquella agonizante muerte le susurre en el
oído "Váyase tranquilo y descanse, deje de sufrir que Dios ha
escuchado su plegaria y aquí todos estamos bien y llevaremos siempre
el gran amor eterno del mejor padre terrenal que Dios nos pudo dar."
Mi padre murió el 25 de Enero de 1999 y no hay día de Dios que no
viva su amor en mi. Gracias Papi.

Este hermoso escrito Lo envió Karla


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espíritu

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porque
Señor q

en tu m

en nues

"San Judas Tadeo, intercesor en todo problema difícil, consígueme (o


consérvame) mi empleo en que me realice como humano y que me provea lo
suficiente, para que no le falte nada material a mi familia en ningún
aspecto de la vida. Que lo conserve a pesar de las circunstancias y
personas adversas, si es la voluntad del Señor Todopoderoso. Que en él
progrese mejorando siempre mi calidad y Gozando de salud y fuerzas. Y que
día a día trate de Ser útil a cuantos me rodean, asimismo bendice de la
misma manera a la Empresa a la cual laboro. Asocio tu intercesión a La
Sagrada familia, de la cual eres pariente y Prometo difundir tu Devoción
como expresión de Mi gratitud a tus favores".

PLEGARIA MATINAL
Señor, bendice la tierra que se despierta;
bendice a la ciudad y a los suburbios;
a los ricos,
para que piensen en los otros...
a los pobres,
para que se amen y se esfuercen por superarse.

Aparta las discordias en los hogares,


que reine tu paz entre los hermanos.
Has que todos nos sintamos felices
con este nuevo día que nos otorgas
y que te seamos fieles en nuestro corazón.
Te pido por aquellos que hoy no se acordarán de Ti,
te amo
por todos los que no te aman todavía;
te doy mi vida,
para que la vida de ellos sea mejor
y menos dura.
Te pido por los niños,
para que lleguen a descubrir,que eres su Padre;
te pido por los enfermos,
para que sepan elevar el sentido del dolor;
por todos los que sufren,
para que sepan encontrar el sentido de su
sufrimiento.
Porque es verdad,Señor,que si es triste sufrir,
no lo es menos no saber por qué se sufre.
Y basta de pedirte.
Antes de despedirme,quiero decirte
que estoy dispuesto a escuchar tu voz;
esa voz que me manda que ame a mis hermanos.
"Habla,Señor,que tu siervo escucha".

ORACIÓN

Padre, te pido que bendigas a mis amigos que leen esto ahora
mismo, les reveles nuevamente Tu amor y Tu poder.

Espíritu Santo, Te pido que seas la guía para sus almas.

Donde haya dolor, dales Tu paz y Tu misericordia.

Donde haya dudas, renuevales la confianza.

Donde haya cansancio, Te pido que les des entendimiento,


paciencia, y fuerza aprendiendo a amarte.

Donde hay estancamiento espiritual, Te pido que les reveles tu


cercania, para un nuevo comienzo en la fe.

Donde haya miedo, revelales Tu amor, y trasmiteles tu fuerza.

Donde hay pecado, bloqueando sus vidas, haz que este


desaparezca.
Bendice sus finanzas, concedeles mas vision de Ti, que tengan el
apoyo de amigos para darles fuerza y valentia.

Concedeles a cada uno discernimiento para poder distinguir las


fuerzas negativas que pudieran afectarlos, y revelales el
poder que tienen en Ti para superarlo.

Te ruego me concedas estas peticiones en el nombre de Jesus.

Transmitir esta oracion a alguien que consideres tu amigo, les


bendecira a los dos.

Esta hermosa oración la envió Jagninet


Himno

Rey poderoso, Dios verdadero,


que templas las vicisitudes,
ilumina el día con tu esplendor
y el mediodía con rayos de fuego.
Extingue la llama de las luchas,
apaga el calor que daña;
concede la salud a los cuerpos
y la paz auténtica al corazón.

Del oficio de la sexta hora


Oración vespertina

Antes de que la luz decline,


te pedimos, oh Creador,
por tu clemencia, que nos cuides
y veles por nosotros.
Mantén alejadas las pesadillas
y los fantasmas de la noche;
ahuyenta a nuestro enemigo
y que el cuerpo quede intacto.

Del breviario católico

Plegaría antigua para los enfermos

Te rogamos, Ordenador, Señor, artífice del cuerpo y creador del alma;


tú que hiciste al hombre, tú que administras, gobiernas y salvas a todo el género humano, tú que
reconcilias y aplacas, por bondad tuya, senos propicio, Señor; socorre y cura a todos los enfermos, y
permite que se levanten los yacentes; glorifica tu santo nombre, por medio de tu único hijo, Jesucristo;

que por él te alcancen la gloria y el poder en el Espíritu Santo, ahora y por los siglos de los siglos.

Amén
Del Eucologio de Serapión

Oración por el que sufre

Oh Dios, refugio benévolo de los

que sufren, escucha la plegaría que

te dirigen quienes padecen.

Serena y reconforta a los enfermos,

a los viejos y a los moribundos.

Concede amabilidad y compasión,

ciencia y paciencia a quienes les cuidan.

Inspira en ellos gestos que alivien,

palabras que iluminen y amor que consuele.

A cambio, te encomendamos estas almas

desalentadas, laceradas por la tentación,

atormentadas por la pasión,

heridas o profanadas por la maldad de los hombres.

Pon dentro de nosotros, oh Señor, tu Espíritu de amor,

de compasión y sacrificio,

para que ayudemos de manera eficaz


a quienes hallemos por el camino.

Ayúdanos a responder a su invocación, pues es la tuya.

Amén.

Oración por los enfermos

Otorga la ayuda de tu bondad, Oh Dios, a nuestros hermanos enfermos, pues tu único Hijo, al
obedecer a tu voluntad de amor, quiso cargar con el peso de nuestra enfermedad y de nuestra
debilidad. Haz que gocen del consuelo prometido a los afligidos que unen su propio padecer con el de
Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Plegaria cristiana

Por la curación

Cúrame, Señor.
Cúrame el cuerpo,
cúrame el corazón,
cúrame el alma.
Dame la vida, la vida en abundancia.
Te lo pido por la intercesión
de María Santísima, tu madre,
la virgen de los dolores,
que se postró a los pies de la cruz;
que fue la primera en contemplar tus llagas santas
y que nos diste por madre.

Tú, que cargaste sobre ti nuestros dolores

y por tus llagas santas hemos sido curados.

Hoy, Señor, te muestro con fe todos mis males


y te pido que me cures por completo.

Te ruego, por la gloria del Padre del cielo,

que cures también a los enfermos de mi familia


y a mis amigos.
Permite que crezcan en la fe,
en la esperanza,
y que recobren la salud por la gloria de tu nombre.

De las Plegarias del padre Emiliano Tardif

Responsorio a san Antonio de Padua

Si buscas milagros, mira, la muerte, el error, la miseria, la lepra, el demonio, todos huyen; mira, los
enfermos se curan.
El mar se calma, las cadenas se rompen; jóvenes y viejos piden y recuperan los miembros y las cosas
perdidas.
Desaparecen los peligros, cesa la necesidad; habla quien ha sido auxiliado, hablan los paduanos.
El mar se calma, las cadenas se rompen; jóvenes y viejos piden y recuperan los miembros y las cosas
perdidas.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, así como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos
de los siglos. Amén.
Ruega por nosotros, oh beato Antonio, para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

De la devoción popular

Plegaría de la madre por su hijo enfermo


Oh Jesús, que resucitaste a la hija de Jairo y devolviste a la vida al niño muerto de la viuda de Naim,
conmuévete ante el dolor que me embarga.
No te pido que resucites a mi hijo, sino sólo que le devuelvas la salud y le conserves la vida. ¡Oh Dios
mío! Tú me otorgaste el mayor consuelo al que pueda aspirar una mujer sobre la tierra, el consuelo de
ser madre: ¿acaso lo habría recibido para verme privada de él? ¡Ah, no! ¡No, Dios mío! No permitas
que la mayor alegría, la más legítima, se transforme en mi más amarga desolación. ¡Ah! No pido sólo
la conservación de mi hijo porque me concierne, sino por Tu mayor gloria. Si supiera que el recobrar
la salud sería la causa de su perdición eterna, no osaría pedírtelo, pero si te suplico por su curación,
también lo hago para que le concedas la gracia de amarte siempre, y con todo el corazón. Que así
sea.

Como las suaves lluvias alimentan los arroyos,


se vierten en los ríos y se reúnen en los océanos,
que así fluya el poder permanente de tu bondad
para despertar y sanar a todos los seres,
los que ahora están aquí, los que estuvieron y los que vendrán.
Por el poder permanente de tu bondad,
que los deseos de tu corazón se vean pronto cumplidos
tan brillantes como la brillante luna llena,
tan mágicamente como por una gema realizadora de deseos.
Por el poder permanente de tu bondad, que los peligros se alejen y toda enfermedad desaparezca.
Que ningún obstáculo se atraviese en tu camino. Que disfrutes plenamente de una larga vida.
Para aquellos en cuyo corazón habita el respeto, que siguen el camino con sabiduría y compasión,
que tu vida prospere en las cuatro bendiciones de vejez, belleza, felicidad y fuerza.

Budismo

Tu nombre es mi curación, oh Dios mío, y el recuerdo de Ti, mi remedio. La cercanía a Ti es mi


esperanza, y el amor por Ti, mi compañero. Tu misericordia para conmigo es mi curación y mi auxilio
en este mundo y en el otro. Tú, en verdad, eres supremamente generoso, omnisciente, omnisapiente.
Fe BAHÂ, Bahâ'u'llâh

Cúranos, Señor, y estaremos curados; sálvanos, y seremos salvos; por eso a Ti te alabamos. Envía
alivio y curación para nuestras enfermedades, sufrimientos y heridas, pues Tú eres sanador
misericordioso y fiel. Bendito seas, Señor, que curas al enfermo.

Judaísmo, servicio diario

Concede, Señor,
a todos los que sufren,
tu espíritu de sanación,
tu espíritu de vida,
tu espíritu de paz y de esperanza,
de valor y paciencia.
Extirpa de ellos
el espíritu de ansiedad y temor;
concédeles perfecta confianza y esperanza en Ti,
que en tu luz puedan ver la luz,
por Jesucristo Nuestro Señor.

Anónimo

¡Amado Señor, Dios Todopoderoso!


A través de los rayos del sol,
a través de las ondas del aire,
a través de la vida que todo lo impregna en el espacio,
purifícame, revivifícame y, te pido,
sana mi cuerpo, mi corazón y mi alma. Amén.

Hazrat Inayat Khan

Señor, aquel al que amo está enfermo y sufre mucho;


por tu compasión, cúrale y haz que desaparezca su dolor.
Destroza mi corazón verle sufrir,
¿no puedo yo compartir su dolor si es tu voluntad que no se cure?
Señor, hazle saber que estás con él;
sosténle y ayúdale para que pueda llegar a conocerte más
profundamente como resultado de su sufrimiento. Señor, sé nuestra fuerza y apoyo en este tiempo de
oscuridad y danos esa profunda paz que procede de la confianza en ti.

Etta Gullick

Antigua bendición para los enfermos

Señor, Dios de misericordia, dígnate a extender tus manos para curar a todos los enfermos; hazlos
dignos de la salud; libéralos de la enfermedad. Que sean curados en nombre de tu único Hijo; que
este santo nombre sea el remedio que les salve y santifique. Que por él te alcancen la gloria y el
poder, en el Espíritu Santo, ahora y por los siglos de los siglos.

Amén.

Oración a san Judas Tadeo

San Judas Tadeo, intercesor en todo problema difícil,


consígueme un trabajo en que me realice como humano y que a mi familia no le falte lo suficiente en
ningún aspecto de la vida.
Que lo conserve a pesar de las circunstancias y personas adversas.
Que en él progrese, mejorando siempre mi calidad y gozando de salud y fuerzas.
Y que día a día trate de ser útil a cuantos me rodean.
Asocio tu intercesión a la Sagrada Familia,
de la cual eres pariente y prometo difundir tu devoción como expresión de mi gratitud a tus favores.
Amén.

Oración a san Cayetano

Glorioso San Cayetano, aclamado por todos los pueblos padre de providencia porque socorres con
grandes milagros a cuantos te invocan en sus necesidades: acudo a tu altar, suplicando que
presentes al Señor los deseos que confiadamente deposito en tus manos.

(Aquí se expresan las gracias que se desea obtener)

Haz que estas gracias, que ahora te pido, me ayuden a buscar siempre el Reino de Dios y su Justicia,

sabiendo que Dios

que viste de hermosura las flores del campo y alimenta con largueza las aves del cielo me dará las
demás cosas por añadidura.

Amén.

Bendice mi Trabajo
“Te doy gracias, Señor,
porque puedo trabajar.
Bendice mis labores y las de
mis compañeros.
Danos la gracia de conocerte a través
del trabajo de todos los días.
Ayúdanos a ser servidores
incansables de los demás.
Ayúdanos a hacer de nuestro
trabajo una oración.
Ayúdanos a descubrir en el trabajo
una posibilidad de construir
un mundo mejor.
Maestro, como el único que puede
saciar nuestra sed de justicia,
concédenos la gracia de liberarnos
de toda vanidad y de ser humildes.
Te doy gracias, Señor,
porque puedo trabajar. Amén."

ORACION DE LOS NOVIOS

Somos novios, Señor, y nos queremos mucho.


Hace un tiempo nos encontramos y nos reconocimos
Como si siempre nos hubiéramos buscado.
Qué experiencia maravillosa, para cada uno, Sentirse elegido,
preferido sin saber del todo por qué Sentimos tu presencia, Señor,
y te damos Gracias por haber hecho posible este amor.
Queremos no olvidarte:
Para que seamos abiertos y sinceros;
Para que busquemos el bien y la alegría
Del otro con comprensión;
Para que nos esforcemos en cambiar y ofrecernos cada uno lo mejor de sí mismo;
para que el deseo y la pasión no ahoguen el amor;
para que juntos forjemos un ideal vocación para la vida y nos unamos para
alcanzarlo.
Un día, Señor, pensamos sellara para siempre Nuestro amor con el sacramento del
matrimonio.
Que nuestro noviazgo sea un camino de maduración y seamos conscientes del
compromiso mutuo que asumiremos.
Amén.

ORACIÓN DE LAS DIFICULTADES ECONOMICAS


Señor, que has creado todo el universo,
Y has dotado a la tierra de riquezas suficiente
para alimentar a todos los hombres que habitan,
Para alimentar a todos los hombres que habitan,
Ven en nuestra ayuda.

Señor, que cuidas de los lirios del campo y de las


Aves del cielo, los vistes, los nutres y los haces prosperar,
manifiesta sobre nosotros tu providencia paterna.

Ayúdanos, Señor:
Ya que nuestra salvación sólo puede venir de hombres honestos y buenos,
Infunde en el corazón de nuestros prójimos
El sentido de la justicia, de la honestidad,
y de la Caridad.

Cuida de nuestra familia que confiadamente espera de ti el pan de cada día.


Fortalece nuestros cuerpos.
Da serenidad a nuestra vida,
A fin de que podamos corresponder más fácilmente,
A tu gracia divina,
Y sentir que sobre nosotros,
Sobre nuestras preocupaciones y angustias,
Vela tu amor de Padre
Amén.

ORACION PARA EL TRABAJO

San Judas Tadeo, intercesor en todo problema difícil,


consígueme un trabajo en que me realice como humano y que
a mi familia no le falte lo suficiente en ningún aspecto de la vida.
Que lo conserve a pesar de las circunstancias y personas adversas.
Que en él progrese, mejorando siempre mi calidad y gozando de salud y fuerzas.
Y que día a día trate de ser útil a cuantos me rodean.
Asocio tu intercesión a la Sagrada Familia,
de la cual eres pariente y prometo difundir tu devoción como expresión de mi
gratitud a tus favores.
Amén.

ORACION PARA SER BUEN ESTUDIANTE

Señor, recuérdame con frecuencia,


La obligación que tengo de estudiar hazme responsable:
Que santifique mi trabajo de estudiante.
Que prepare bien mi misión en la vida.
Que sepa agradecer el privilegio de poder estudiar
Que me capacite a conciencia
Que haga rendir mi juventud
Que haga una buena sementera de mi inteligencia
Dame humildad para echarme en cara la negligencia
Con que cumplo a veces mis tareas
Dame valentía y constancia para aprovechar
Todos los instantes en el estudio.
Enséñame a estudiar con método,
A leer con reflexión.
A consultar a los que saben más
Para, el día de mañana, ser útil a mis hermanos
Y un verdadero dirigente de la humanidad.
Amén.

ORACIÓN POR NUESTRA FAMILIA Y PARIENTES.

Te suplicamos, Jesús, por todos nuestros parientes y seres queridos


y te pedimos estar siempre dispuesto a rogar por ellos.
Condúcelos a la luz de la verdad, consérvalos siempre en esa Verdad,
si por dicha ya la poseen; guárdalos en estado de gracia y concédeles el don de la
perseverancia.

Te pedimos por nuestros parientes, padres y Madres;


por nuestros hijos, por cada uno de Ellos;
en particular; por nuestros primos y toda nuestra parentela;
por nuestros amigos Más íntimos;
por nuestros maestros y alumnos;
Por nuestros jefes y patrones, por nuestros Servidores y trabajadores;
por nuestros socios y Compañeros de trabajo; por nuestros vecinos y Por nuestros
superiores;
por todos aquellos que Nos quieren bien y por los que no nos quieren;
por Nuestros enemigos; por nuestros competidores y Rivales;
por los que nos insultan y calumnian.

Te pedimos por ellos, no sólo en esta vida, sino También en su muerte,


para que tengan la dicha de morir en gracia de Dios,
para que Dios se Digne reducir el tiempo de su expiación y admitirlos A su presencia.

Amén.

ORACION PARA PEDIR LA SALUD

Padre nuestro, que estás en los cielos,


al igual Que el sol ilumina la tierra y le da color y vida,
él Nos recuerda tu amor.
Porque es en ti en quien vivimos, Nos movemos y existimos.
De la misma manera que has estado entre nosotros muchas veces.
A la hora de la dificultad, en el pasado, continúa bendiciéndonos ahora con tu ayuda.

Mira, Señor, con bondad lo que se está haciendo en provecho mío.


Guía con sabiduría al médico y todos los que cuidan de mis necesidades.
Préstales tu fuerza curativa, para que me sea devuelta la salud y la fortaleza.
Y te daré gracias Por tu generoso y solícito cuidado.
Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.
SALMO 40 (39)
EN EL LIBRO SE ME MANDA QUE HAGA TU VOLUNTAD.

Que el Señor nos dé la fe auténtica por la que uno obedece y se somete a su


voluntad. Obediencia que no es frustración. Todo lo contrario, lleva a la plenitud, a la
verdad. "Feliz el hombre que pone en Dios su confianza."

2 Espera en el Señor con gran confianza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.


3 Él me sacó de la fosa fatal, del barrio del pantano; puso mis pies sobre roca y
aseguró mis pasos.
4 Puso en mi boca un cántico nuevo, de alabanza a nuestro Dios. Muchos al verlo
temerán y confiarán en él.
5 Feliz el hombre que pone en Dios su confianza, y no se mezcla con los rebeldes,
extraviados por sus mentiras.
6 Señor, Dios mío, Cuántas maravillas y prodigios has hecho para nosotros: nadie se
te puede comparar.
Si intento recordar tus obras y decirlas, no podré enumerarlas.
7 Me hiciste saber que no te agradan víctimas ni ofrendas, no pediste sacrificios para
borrar el pecado.
8 Entonces dije: "Ahora vengo, conforme está escrito en el Libro.
9 No deseo más que hacer tu voluntad y llevo tu Ley en mi corazón."
10 "Publiqué tu salvación en la reunión solemne; no me callé, Señor, lo sabes.
11 No guardé para mí tus alabanzas, proclamé tu fidelidad y tu salvación.
No escondí ni tu amor ni tu verdad en la asamblea magna.
12 Señor, no disminuyas tus ternuras conmigo, protégeme con amor y lealtad,
porque me cercan desgracias innumerables.
13 Se me echan encima mis culpas y no puedo huir, abundan más que los cabellos
de mi cabeza y me falta el valor.
14 Señor, dígnate socorrerme, date prisa en ayudarme; queden todos confundidos y
avergonzados los que buscan mi muerte.
15 ¡Atrás!, ¡malditos sean los que gozan con mi desgracia!
16 Queden atónitos de vergüenza los que esperan mi caída.
17 Pero gocen en ti y alégrense todos los que te buscan, y los que desean tu
salvación repitan:
"¡Qué grande es Dios!"
18 Señor, piensa en mí, pobre y desdichado. Tú, que eres mi socorro y salvación, no
te demores.
SALMO 39 (38)
EL HOMBRE ES POCA COSA ANTE SU DIOS

Aunque él nos entregó todo al darnos a su Hijo, no poseemos nada y seguimos


esperando todo de su misericordia. " Haz que vea qué frágil soy."

2 Había dicho: "Tendré cuidado en lo que diga y no pecaré en palabras."


Mantenía la boca cerrada mientras veía el éxito de los malos.
3 Callaba silencioso y resignado, pero su felicidad avivaba mi dolor.
4 El corazón me ardía por dentro y de mis quejas brotó la llama; entonces me puse a
hablar:
5 Señor, hazme saber mi fin y cuánto va a durar mi vida, para que sepa cuan frágil
soy.
6 ¡Qué corta hiciste mi vida; y qué poco permanecerá ante ti! ¿Qué es el hombre?
Poco más que un soplo.
7 Como sombra se pasea el mortal; no es más que soplo,
pero se afana y almacena sin saber para quién."

SALMO 23
EL SEÑOR ES MI PASTOR

El es mi pastor: nada me puede faltar, Ante mí está la mesa y la copa de Cristo;


recibí mejor que la unción de aceite sagrado, la del Espíritu Santo (1 Juan 2,27);
espero, no el descanso de la muerte, sino el de la resurrección junto al Padre.

1 El Señor es mi pastor, nada me falta,


2 en verdes pastos él me hace reposar
y a donde brota agua fresca me conduce.
3 Fortalece mi alma,
por el camino del bueno me dirige
por amor de su Nombre.
4 Aunque pase por quebradas muy oscuras
no temo ningún mal,
porque tú estás conmigo,
tu bastón y tu vara me protegen.
5 Me sirves a la mesa
frente a mis adversarios,
con aceites tú perfumas mi cabeza
y rellenas mi copa.
6 Me acompaña tu bondad y tu favor
mientras dura mi vida.
mi mansión será la casa del Señor
por largo, largo tiempo.

SALMO 91 (90)
ORACIÓN DE PROTECCION

Oración del creyente que repite su certeza: Dios protege al que confía en él. "A mis
ovejas les doy la vida eterna; nadie las arrancará de la mano de mi padre"

1 Tú que habitas al amparo del Altísimo,


a la sombra del Todopoderoso,
2 dile al Señor: mi amparo, mi refugio
en ti, mi Dios, yo pongo mi confianza.
3 El te libra del lazo
del cazador que busca destruirte;
4 te cubre con sus alas
y será su plumaje tu refugio.
5 No temerás los miedos de la noche
ni la flecha disparada de día.
6 ni la peste que avanza en las tinieblas
ni la plaga que azota a pleno sol.
7 aunque caigan mil hombres a tu lado
y diez mil a tu diestra,
tú permaneces fuera de peligro;
su lealtad te escuda y te protege.
8 Basta que tengas tus ojos abiertos
y verás el castigo del impío
9 tú que dices: "Mi amparo es el Señor"
y que haces del Altísimo tu asilo.
10 No podrá la desgracia dominarte
ni la plaga acercarse a tu morada,
11 pues ha dado a sus ángeles la orden
de protegerte en todos tus caminos
12 En sus manos te habrán de sostener
para que no tropiece
tu pie en alguna piedra;
13 andarás sobre víboras y leones
y pisarás cachorros y dragones.
14 "Pues a mí se acogió, lo libraré,
lo protegeré, pues mi Nombre conoció.
15 Me llamará, yo le responderé
y estaré con él en la desgracia.
16 Lo salvaré y lo enalteceré.
Lo saciaré de días numerosos
Y haré que pueda ver mi salvación".

SALMO 41 (40)
ORACION DE UN ENFERMO ABANDONADO.

Enfermo, burlado, traicionado: así es el que dice esta oración. Tal vez lo conozcamos
y esté a nuestro lado esperando consuelo.

2 Feliz el que cuida del débil y del pobre:


en el día malo Dios lo habrá de salvar.
3 El Señor lo protegerá,
dándole en esta tierra vida y felicidad.
¡Oh!, ¡no lo entregues a la saña de sus enemigos!
4 El Señor lo visita en su lecho de enfermo,
y le arregla la cama en la que languidece
5 Yo dije: Señor, apiádate de mí,
sáname, porque pequé contra ti.
6 Mis enemigos me desean lo peor:
"¡Cuándo morirá y se borrará su recuerdo?"
7 Si vienen a verme, hablan con falsedad,
recogen rumores y al salir los esparcen.
8 Mis enemigos cuchichean y calculan:
9 "Es algo grave lo que le sucede,
cayó a la cama para no levantarse."
10 Hasta mi amigo seguro
en el que yo confiaba,
que mi pan compartía,
me trata con desprecio.
11 Pero tú, Señor, ten piedad de mí
haz que me levante,
y les daré su merecido.
12 Que mis enemigos no canten victoria
y conoceré que te complaces en mí.
13 Oh Señor, me has fortalecido
porque no había falta en mí:
ahora me mantendrás de pie
en tu presencia para siempre.
14 ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
desde siempre y para siempre ! ¡Así sea!

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